Ludwig van Beethoven para niños
Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827) fue un famoso compositor, director de orquesta, pianista y profesor de piano alemán. Su música abarca desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música. Su trabajo ha influido mucho en cómo la música se desarrolló después.
Beethoven fue el último gran músico del clasicismo vienés, junto a Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart. Logró que la música del Romanticismo fuera muy importante, influyendo en muchas obras del siglo xix. Creó música en muchos géneros. Aunque sus sinfonías lo hicieron famoso en todo el mundo, sus obras para piano y música de cámara también fueron muy significativas.
Sus composiciones incluyen: treinta y dos sonatas para piano, muchas obras de música de cámara para grupos pequeños, conciertos para piano y violín, dos misas, un oratorio, lieder (canciones), música incidental (como la ópera Fidelio y un ballet), y nueve sinfonías para orquesta.
Datos para niños Ludwig van Beethoven |
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![]() Ludwig van Beethoven, en 1820.
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Información personal | ||
Nacimiento | 16 de diciembre de 1770 Bonn (Electorado de Colonia, Sacro Imperio Romano Germánico) |
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Fallecimiento | 26 de marzo de 1827 Viena (Imperio austríaco) |
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Causa de muerte | Cirrosis hepática | |
Sepultura | Zentralfriedhof y Cementerio de Währing | |
Residencia | Beethoven Haus | |
Nacionalidad | alemana | |
Religión | catolicismo | |
Lengua materna | alemán | |
Familia | ||
Padres | Johann van Beethoven Maria Magdalena van Beethoven |
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Educación | ||
Alumno de |
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Información profesional | ||
Ocupación | Compositor | |
Área | Música clásica, sinfonía, cuarteto de cuerda, música de cámara, canción popular, Trío de cuerda, ópera, música e interpretación de piano | |
Años activo | 1782-1827 | |
Alumnos | Carl Czerny, Dorothea von Ertmann, Ferdinand Ries y Rodolfo de Austria | |
Movimiento | Clasicismo y Romanticismo | |
Instrumento | Piano y violín | |
Obras notables |
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Miembro de | Real Academia de Artes y Ciencias de los Países Bajos | |
Sitio web | beethoven.de | |
Distinciones |
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Firma | ||
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Contenido
La vida de Ludwig van Beethoven
Los orígenes de su familia

La familia de Beethoven no tenía muchos recursos. Su abuelo, también llamado Ludwig, nació en 1712 en Malinas y era de una familia de campesinos de Flandes (Bélgica). Se mudaron a Bonn en el siglo XVIII. La palabra van en su nombre no significa que fueran de la nobleza. El apellido Beethoven podría venir de Bettenhoven, un lugar en Lieja, o de palabras flamencas que significan "granjas de remolachas".
En marzo de 1733, su abuelo llegó a Bonn. Allí trabajó como director de la orquesta del príncipe elector de Colonia. Se casó con Maria Josepha Ball. Tuvieron tres hijos, pero solo Johann, el padre de Ludwig, sobrevivió. Johann fue músico y tenor en la corte.

El 12 de noviembre de 1767, Johann se casó con Maria Magdalena Keverich (1746-1787). Ella era viuda y la hija de un cocinero de Tréveris. El abuelo de Ludwig no estaba de acuerdo con el matrimonio, pensando que ella era de una clase social más baja, aunque esto no era cierto.
La pareja se mudó al número 515 de la Bonngasse. En 1769, nació su primer hijo, Ludwig Maria, pero falleció pocos días después. El 17 de diciembre de 1770, su segundo hijo fue bautizado como Ludwig van Beethoven. La fecha de su nacimiento, el 16 de diciembre de 1770, es la más aceptada, aunque no hay documentos que lo confirmen. Maria Magdalena tuvo cinco hijos más, pero solo dos sobrevivieron: Kaspar Anton Karl (nacido en 1774) y Nikolaus Johann (nacido en 1776).
Sus primeros años y formación

El padre de Beethoven quería que Ludwig fuera un niño prodigio, como Wolfgang Amadeus Mozart. Por eso, empezó a enseñarle piano, órgano y clarinete desde muy pequeño. Sin embargo, esto hizo que Ludwig no tuviera mucho tiempo para jugar con otros niños. A veces, su padre lo despertaba en la noche para que tocara el piano para sus amigos, lo que lo dejaba cansado para la escuela. A menudo, Ludwig faltaba a clases para practicar música en casa.
Su padre tenía problemas con la bebida, lo que le hizo perder su puesto como director de la orquesta de Bonn. Su madre estaba a menudo enferma. Aunque su relación con su padre era difícil, Ludwig quería mucho a su madre y la llamaba su "mejor amiga".
El 26 de marzo de 1778, a los siete años, Beethoven tocó por primera vez en público en Colonia. Su padre dijo que tenía seis años para que pareciera más talentoso. Por eso, durante mucho tiempo se creyó que Beethoven era más joven. Como su padre no era el mejor maestro, Ludwig empezó a recibir clases de otros profesores. Mejoró mucho, especialmente tocando el órgano y componiendo, gracias a músicos como Christian Gottlob Neefe. Neefe fue un maestro muy importante que reconoció el gran talento de Ludwig. Además de música, Neefe le enseñó sobre pensadores importantes.
En 1782, a los once años, Beethoven publicó su primera obra: Nueve variaciones sobre una marcha de Ernst Christoph Dressler. Un año después, Neefe escribió que si Ludwig seguía así, se convertiría en un segundo Mozart. En 1784, Ludwig fue contratado como intérprete de viola en la orquesta de la corte del príncipe elector de Colonia, Maximiliano Francisco de Austria. Este trabajo le permitió conocer la música de grandes maestros y hacer nuevos amigos, como la familia Ries y los von Breuning, con quienes aprendió a amar la poesía y la literatura.
El primer viaje a Viena
En 1787, a los 16 años, Beethoven pudo escapar de la presión familiar y viajar a Viena. Fue apoyado por el conde Ferdinand von Waldstein, quien pagó su viaje y lo animó a buscar el éxito. Se dice que en este viaje conoció brevemente a Mozart, quien supuestamente dijo: "Recuerden su nombre, este joven hará hablar al mundo". Sin embargo, no hay pruebas definitivas de este encuentro.
Poco después, su madre enfermó gravemente y su padre le pidió que regresara a Bonn. Su madre falleció el 17 de julio de 1787. Después de esto, su padre cayó en una gran tristeza y sus problemas con la bebida empeoraron, llegando a ser detenido. Ludwig tuvo que cuidar de sus hermanos menores y mantenerlos. Tocó el violín en una orquesta y dio clases de piano durante cinco años. Su padre falleció el 18 de diciembre de 1792.
De estudiante a gran maestro
En 1792, el príncipe elector de Bonn le pagó otro viaje a Viena. Allí, Beethoven vivió el resto de su vida, componiendo y buscando ser reconocido por su arte. También sufrió un problema muy difícil para un músico: la sordera. En Viena, tomó clases de composición con Joseph Haydn, de contrapunto con Johann Georg Albrechtsberger y Johann Baptist Schenk, y de lírica con Antonio Salieri.
Durante este tiempo, tuvo varias competencias musicales con otros pianistas. La primera fue en 1792, a los 21 años, cuando tocó con Franz Sterkel. En 1800, tuvo un famoso encuentro en el palacio de Lobkowitz con el pianista Daniel Steibelt. Beethoven tomó partituras de Steibelt y las modificó mientras las tocaba, con tanta habilidad que Steibelt se fue de Viena y dijo que no regresaría mientras Beethoven viviera allí.
A los veinticuatro años, publicó su primera obra importante: tres tríos para piano, violín y violonchelo (Opus 1). Al año siguiente, en 1795, dio su primer concierto público en Viena como compositor profesional, tocando sus propias obras. Ese mismo año, le propuso matrimonio a Magdalena Willman, pero ella no aceptó. Después, hizo una gira por Praga, Dresde, Leipzig, Berlín y Budapest. En 1796, publicó tres sonatas para piano (Opus 2). La corte, la nobleza y la Iglesia de Viena apoyaron la música de Beethoven y se convirtieron en sus protectores. A menudo había discusiones entre ellos y el compositor, debido al carácter fuerte de Beethoven, pero esto le ganó mucho respeto. Entre sus protectores estaban el príncipe Karl von Lichnowsky y el barón Gottfried van Swieten. En esa época, se separó de Haydn, con quien no estaba de acuerdo musicalmente, pero a quien, a pesar de todo, dedicó los tres tríos.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena donde presentó su Primera sinfonía. Su actividad musical crecía y también daba clases de piano a jóvenes aristócratas, con quienes tuvo algunos romances. Al año siguiente, Beethoven le contó a su amigo Wegeler que estaba preocupado por su creciente sordera. En Heiligenstadt, al año siguiente, escribió el famoso Testamento de Heiligenstadt. En este documento, expresó su gran tristeza y enojo por la injusticia de que un músico se quedara sordo. Incluso pensó en rendirse, pero la música y su fuerte creencia de que podía hacer grandes aportaciones lo impulsaron a seguir adelante. Escribió que sabía que aún tenía mucha música por crear.
Su música, que al principio era alegre y ligera, se volvió más épica y fuerte, reflejando los tiempos de cambio en Europa. Eran años en que los países con monarquías se unieron para luchar contra la Francia revolucionaria. En una campaña en el norte de Italia, Napoleón Bonaparte se hizo famoso al derrotar al ejército austriaco. Se convirtió en un héroe para los que buscaban el progreso. De esta época son la Sonata para piano n.º 8, llamada Patética, y la Sonata para piano n.º 14, llamada Claro de luna. Su Tercera sinfonía, llamada La Heroica, fue escrita al principio en "memoria de un gran hombre", Napoleón, a quien se veía como un libertador. Cuando Napoleón se declaró emperador, Beethoven se enojó mucho y borró violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La Heroica se estrenó finalmente el 7 de abril de 1805.
Éxito y desafíos personales

Pronto, Beethoven ya no necesitaba dar conciertos para vivir. Los editores querían sus obras, y la aristocracia austriaca, quizás avergonzada por la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart en la pobreza, le dio una pensión anual. A pesar de su pérdida de audición, se dedicó intensamente a componer. También sufrió problemas personales por dos desilusiones amorosas. Nunca se casó, pero se le atribuyen varios romances, especialmente con damas de la nobleza. Antonie von Birkenstock, casada con un banquero, fue uno de los grandes amores de su vida.
Entre 1804 y 1807, estuvo enamorado de la joven condesa Josephine Brunswick. Ella le correspondía, pero su amor no pudo ser por las estrictas reglas sociales de la época, que separaban a la nobleza del pueblo común. Así, la relación terminó. Durante este tiempo, Beethoven terminó Leonore, su única ópera. Compuso cuatro oberturas diferentes y finalmente cambió el nombre de la ópera a Fidelio, aunque no era lo que él quería. Se estrenó el 20 de noviembre de 1805, pero tuvo poca gente, ya que esa misma semana las tropas de Napoleón habían entrado en Viena. En los años siguientes, Beethoven compuso muchas obras, como la Quinta sinfonía, la Sexta sinfonía o Sinfonía Pastoral, la Obertura Coriolano y la pieza para piano Para Elisa.
Sus apariciones en público eran cada vez menos frecuentes. El 22 de diciembre de 1808, Beethoven dio uno de sus últimos conciertos en vivo. Fue un evento largo que incluyó el estreno de la Fantasía para piano, orquesta y coro, las sinfonías Quinta y Sexta, el Concierto para piano n.º 4, el aria Ah perfido! y tres movimientos de la Misa en do mayor. Tuvo como alumno al archiduque Johann Joseph Rainer Rudolph, hermano del emperador, quien se convirtió en su mayor benefactor. En 1809, Beethoven no estaba contento con su situación económica en Viena. Pensó en aceptar una invitación de Jerónimo Bonaparte para irse a Wesfalia. Pero su amiga, la condesa Anna Marie Erdödy, lo convenció de quedarse en Viena con la ayuda de sus admiradores más ricos, como el archiduque Rudolf, el príncipe Lobkowitz y el príncipe Kinsky. Ellos le ofrecieron una pensión anual de 4000 florines, lo que le permitió vivir sin preocupaciones económicas. La única condición era que no abandonara Viena, y él aceptó. Esta pensión lo convirtió en el primer artista y compositor independiente de la historia. Antes, la mayoría de los músicos (incluidos Haydn y Mozart) eran sirvientes en casas de la aristocracia. Pero Beethoven, con este acuerdo, tuvo la libertad de componer lo que quisiera y cuando quisiera.
El incidente de Teplice

En 1812, Beethoven fue al balneario de Teplitz (Teplice). Allí escribió la carta a su "Amada inmortal", que ha causado muchas preguntas sobre a quién iba dirigida. En 1977, el musicólogo estadounidense Maynard Solomon dijo que la carta era para Antonie Brentano, esposa de un comerciante y madre de cuatro hijos. Por sus principios y su miedo al matrimonio, Beethoven terminó esta relación, aunque le causó mucho dolor. En julio de ese año, Bettina von Arnim organizó un encuentro entre Beethoven y Johann Wolfgang von Goethe. Más tarde, la condesa publicó su correspondencia con Goethe y en una carta contó un suceso que supuestamente ocurrió en el balneario. Cuando Beethoven y Goethe paseaban, se encontraron con la emperatriz María Luisa de Austria-Este y su corte. Goethe se hizo a un lado y se quitó el sombrero. Beethoven, en cambio, siguió caminando sin detenerse, haciendo que los nobles se apartaran para saludarlo. Cuando estuvieron lejos, Beethoven esperó a Goethe para decirle lo que pensaba de su comportamiento.

Según Elisabeth von Arnim, Beethoven le contó esta historia. Sin embargo, su verdad es muy discutida y se cree que gran parte fue inventada por Elisabeth. En su carta, ella preguntó si la historia le serviría a otra persona. Ella misma la usó y en 1839 publicó una carta, supuestamente de Beethoven, contando la anécdota. El original de esta carta nunca apareció, y algunos detalles indican que Beethoven no la escribió así. A pesar de su autenticidad, el incidente gustó mucho en Viena y se creyó por mucho tiempo.
Dificultades económicas

Beethoven conoció al inventor Johann Mäzel, quien le construyó instrumentos para ayudarlo con su audición, como cornetas acústicas y un sistema para escuchar el piano. Su obra orquestal La victoria de Wellington fue compuesta en 1813 para ser tocada con un panarmónico, otro invento de Mäzel. Esta obra fue un homenaje a la victoria sobre los ejércitos de Napoleón en la batalla de Vitoria por parte del duque de Wellington. Fue muy popular y le dio a Beethoven grandes ingresos. Sin embargo, él mismo la llamó "basura" y hoy está casi olvidada. El invento de Mäzel que más le gustó a Beethoven fue el metrónomo. Escribió cartas de recomendación a editores y empezó a poner marcas en sus partituras con los tiempos del metrónomo para que sus obras se tocaran como él quería. En esa época, empezaron sus problemas económicos. Uno de sus protectores, el príncipe Lobkowitz, perdió su dinero, y el príncipe Kinsky falleció, y sus herederos decidieron no pagarle a Beethoven.
En 1814, terminó las Séptima y Octava sinfonías y revisó la ópera Fidelio. Esta fue un gran éxito, tanto de público como económico, al igual que otros conciertos que dio en esa época. Ese mismo año se celebró el Congreso de Viena, donde muchos líderes decidieron el futuro de Europa después de la derrota de Napoleón. Fue un momento de gloria para Beethoven, ya que fue invitado a muchos conciertos y fue recibido con admiración.
Algunas fuentes dicen que el último concierto público de Beethoven fue el 11 de abril de 1814. Allí estrenó el Trío op. 97, junto al violinista Ignaz Schuppanzigh y el violonchelista Joseph Lincke.
Después de la muerte de su hermano Kaspar Karl el 15 de noviembre de 1815, Beethoven decidió acoger a su sobrino Karl, de nueve años, en contra de la voluntad de su cuñada. Entre 1815 y 1820, dedicó mucha energía a la batalla legal por la custodia de Karl. Esto hizo que casi dejara de componer, aunque escribió seis ciclos de Lieder y la sonata Hammerklavier. El testamento de su hermano lo nombraba tutor de Karl, pero en su lecho de muerte, a petición de la cuñada, se estableció una tutela compartida. Ludwig, que no se llevaba bien con su cuñada, tuvo que ir a los tribunales. Finalmente ganó el caso y se dedicó a la educación musical de Karl, aunque el chico no tenía talento para la música. Uno de los profesores de su sobrino fue Carl Czerny, quien luego fue maestro de Franz Liszt y antes había sido alumno de Beethoven. Además, la relación con su sobrino no era buena; siempre tenía que buscarle nuevos tutores, ya que Karl tenía conflictos con ellos, se escapaba con su madre y peleaba con su tío. La preocupación por el dinero, que acompañó a Beethoven desde su infancia, lo ocupó más que nunca en este período. Los editores no confiaban en él porque no cumplía sus promesas de exclusividad y siempre pedía más dinero por sus obras. Según su biógrafo, Emil Ludwig, de este período no hay una sola carta que no hable, al menos un poco, de problemas de dinero.
Después de 1815, Napoleón fue derrotado y el canciller austriaco Klemens von Metternich estableció un gobierno estricto. Beethoven criticó este gobierno. En esa época, su nombre era muy respetado en el Imperio y en Europa Occidental, especialmente en Inglaterra, gracias al éxito de La victoria de Wellington. Pero el ascenso de Gioachino Rossini y la ópera italiana, que Beethoven consideraba poco seria, lo dejó en segundo plano.
En 1816, hizo el primer borrador de la Novena sinfonía. Dos años después, su antiguo alumno y protector, el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal. Por eso, Beethoven empezó a componer la Misa en re, aunque no la terminó antes de la ceremonia. En 1822, Beethoven se encontró con Rossini en Viena, donde este tenía mucho éxito. Debido a las dificultades con el idioma y la sordera de Beethoven, el encuentro fue breve.
Últimos años en Viena

Beethoven pasó sus últimos años casi completamente aislado por la sordera. Se comunicaba con algunos amigos usando "cuadernos de conversación". Su último gran éxito fue la Novena sinfonía, terminada en 1823. En sus últimos tres años, compuso cuartetos de cuerda y la Missa Solemnis. El 13 de abril de ese año, conoció a Franz Liszt, que entonces tenía once años, durante un concierto del joven músico húngaro y lo felicitó por su interpretación. Años más tarde, Liszt transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano y fue un gran intérprete de su obra. El estreno de la Novena sinfonía fue el 7 de mayo de 1824 y fue un gran éxito, a pesar de lo difícil que era la obra. Este éxito no le dio ganancias económicas, y los problemas de dinero continuaron. Aunque tenía ahorros, no podía usarlos porque estaban destinados como herencia para su sobrino.
La salud del maestro empeoró mucho mientras estaba en casa de su hermano en Gneixendorf, a pesar de los cuidados de su familia. Su hermano Nikolaus Johann recordaba: "Al almuerzo comía solo huevos pasados por agua, pero después bebía más vino, y así a menudo tenía problemas digestivos, de modo que se le hinchó el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado". Tenía hinchazón en los pies y se quejaba de sed, dolores de estómago y falta de apetito. En esa época, empezó a componer la Décima sinfonía.
El 1 de diciembre de 1826, Beethoven y Karl regresaron a Viena. No encontraron un transporte adecuado y solo consiguieron un viejo carro descubierto. El viaje fue muy difícil para Beethoven, que llevaba ropa de verano y tuvo que pasar la noche en una taberna sin calefacción. A medianoche, tuvo escalofríos y fiebre, tos, mucha sed y fuertes dolores. Bebió mucha agua helada, lo que empeoró su estado. Sin embargo, se recuperó gracias al doctor Wawruch y logró llegar a la capital. El 20 de diciembre, le extrajeron líquidos del abdomen. Karl se quedó con él todo el mes hasta que se unió a su regimiento en enero. El joven se había reconciliado con su tío después de un triste episodio.
Casi sin dinero, a pesar de tener una gran fortuna en acciones financieras, escribió a sus amigos en Londres pidiendo ayuda. La respuesta llegó rápido, con cien libras esterlinas prestadas sin condiciones. Cuando se supo en Viena que Beethoven estaba muy enfermo, todos sus viejos amigos que aún vivían fueron a su casa para desearle una pronta recuperación, aunque en realidad iban a despedirse.
A pesar de los cuidados de su médico y el cariño de sus amigos, la salud del músico, que había tenido problemas hepáticos toda su vida, empeoró. En esos últimos días, Franz Schubert lo visitó, aunque no se atrevió a hablarle. Un amigo de ambos le mostró a Beethoven las partituras de las canciones de Schubert, que Beethoven admiró. Se dice que exclamó: "Es verdad que en este Schubert se encuentra una chispa divina", recordando lo que Mozart había dicho de él. El 20 de marzo escribió: "Estoy seguro de que me iré muy pronto". Y el día 23, entre sus últimos alientos, algunas fuentes dicen que exclamó: "Aplaudid amigos, comedia finita est" ("La comedia ha terminado"), una frase típica del teatro. Sin embargo, en 1860, Anselm Hüttenbrenner negó que Beethoven hubiera dicho esas palabras. Esa misma tarde, escribió para dejar todos sus bienes a su sobrino Karl.
Su fallecimiento
El 24 de marzo de 1827, Beethoven recibió los últimos ritos católicos. Sus creencias personales eran poco tradicionales. Esa misma tarde entró en coma y no despertó hasta dos días después. Su hermano Nikolaus Johann, su cuñada y su admirador Anselm Hüttenbrenner lo acompañaron al final, ya que sus pocos amigos habían salido a buscar una tumba. Sus últimas palabras fueron sobre un vino del Rin que había pedido y que esperaba que lo ayudara: "Demasiado tarde, demasiado tarde...". Hüttenbrenner contó los últimos momentos del compositor el 27 de marzo de 1827:
Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De repente hubo un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del moribundo quedó iluminada por una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y una expresión amenazadora, como si tratara de decir: «¡Potencias hostiles, os desafío!, ¡Marchaos! ¡Dios está conmigo!» o como si estuviera dispuesto a gritar, cual un jefe valeroso a sus tropas «¡Valor, soldados! ¡Confianza! ¡La victoria es nuestra!». Cuando dejó caer de nuevo la mano sobre la cama, los ojos estaban ya cerrados. Yo le sostenía la cabeza con mi mano derecha, mientras mi izquierda reposaba sobre su pecho. Ya no pude sentir el aliento de su respiración; el corazón había dejado de latir.Anselm Hüttenbrenner.
Tres días después de su muerte, el 29 de marzo, se celebró el funeral. Fue en la iglesia de la Santa Trinidad, cerca de la casa de Beethoven. Se tocó el Réquiem en re menor de Wolfgang Amadeus Mozart. Asistieron más de 20.000 personas, incluyendo a Schubert. El actor Heinrich Anschütz leyó un discurso fúnebre, escrito por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del cementerio de Währing.
En su escritorio se encontró el Testamento de Heiligenstadt, escrito en 1802, donde explicaba a sus hermanos su gran tristeza. También se encontró la emotiva carta de amor a su "Amada inmortal", a quien llamó "mi ángel, mi todo, mi mismo yo".
Investigaciones sobre su salud
A lo largo de su vida, Beethoven visitó a muchos médicos por sus problemas de salud: mala digestión, dolor de abdomen constante, problemas de hígado y riñones, cambios de humor y tristeza. En una carta a un amigo, expresó su deseo de que, después de su muerte, sus restos se usaran para saber la causa de su enfermedad y ayudar a otros. Desde su fallecimiento, a los cincuenta y seis años, ha habido muchas ideas y estudios sobre sus problemas de salud y su muerte, pero no se ha encontrado una sola causa para todos sus síntomas.
Estudios de 2005 en el Centro de Tratamiento Pfeiffer en Warrenville (Illinois) revelaron datos sobre su muerte. Análisis de un mechón de su cabello y de un fragmento de su cráneo mostraron altas concentraciones de plomo. Esto sugiere que pudo haber sufrido saturnismo (envenenamiento por plomo). Al parecer, Beethoven bebía agua contaminada con plomo de un arroyo, creyendo que tenía propiedades curativas. Las últimas investigaciones indican que fue por el plomo de los vasos que usaba para beber. Estos estudios también mostraron que tenía problemas de estómago desde los veinte años y a veces sufría episodios de tristeza. Los problemas de estómago y los cambios en su personalidad a los veinte años coinciden con el envenenamiento por plomo. No se encontraron niveles significativos de cadmio o mercurio, que antes se pensaba que causaban su enfermedad. La presencia de plomo en el cráneo confirmó que la exposición al plomo no fue algo puntual, sino que duró muchos años. Aunque el envenenamiento por plomo puede causar sordera en casos raros, no hay pruebas sólidas de que esta fuera la causa de la sordera de Beethoven.
Otro estudio sugiere que Beethoven falleció por un problema grave de hígado que le causó un coma hepático. Además, es probable que tuviera una infección grave al final. No se puede asegurar si problemas de riñón o una diabetes descontrolada contribuyeron a su muerte. En la medicina actual, la causa de su muerte se describiría como un fallo de varios órganos, causado por su problema de hígado.
La personalidad de Beethoven
La vida personal de Beethoven fue complicada debido a su creciente sordera. Esto lo llevó a tener sentimientos de gran tristeza, como se ve en el Testamento de Heiligenstadt. A menudo, Beethoven era de carácter fuerte y podría haber tenido cambios de humor. Sin embargo, tuvo un grupo cercano de amigos leales durante toda su vida, quizás atraídos por su fuerte personalidad. Hacia el final de su vida, sus amigos se esforzaron por ayudarlo con sus problemas físicos.
Hay muchas pruebas de que Beethoven no le gustaba la autoridad ni el sistema de clases sociales. Dejaba de tocar el piano si su público empezaba a hablar o no le prestaba atención. En eventos sociales, se negaba a tocar si se lo pedían sin previo aviso. Finalmente, el archiduque Rudolf estableció reglas de etiqueta en la corte que no afectaban a Beethoven.
La música de Beethoven
Beethoven es reconocido como uno de los compositores más grandes de la historia. A veces se le menciona como parte de "Las tres bes" (junto con Bach y Brahms), que representan esta tradición musical. También es la figura principal en la transición entre el clasicismo musical del siglo XVIII y el romanticismo del siglo XIX, por la gran influencia que tuvo en las siguientes generaciones de músicos.
Un vistazo general a sus obras
Beethoven compuso obras en muchos géneros y para diversas combinaciones de instrumentos. Sus obras para orquesta sinfónica incluyen nueve sinfonías (la Novena sinfonía tiene un coro) y varias piezas de música "ocasional". Compuso nueve conciertos para uno o más instrumentos solistas y orquesta, además de cuatro obras cortas con solistas y orquesta. Fidelio es su única ópera. Entre sus obras vocales con acompañamiento orquestal hay dos misas y varias obras cortas.
Creó un amplio repertorio para piano, incluyendo treinta y dos sonatas para piano y muchas obras cortas. También hizo arreglos (para piano solo o dúo) de algunas de sus otras obras. Las obras donde el piano acompaña a otros instrumentos incluyen diez sonatas para violín, cinco sonatas para violonchelo y una sonata para corno francés, además de muchas canciones (lieder).
La cantidad de música de cámara que Beethoven produjo fue notable. Además de los dieciséis cuartetos de cuerda, escribió cinco obras para quinteto de cuerda, siete para trío con piano, cinco para trío de cuerda y más de una docena de obras para diversas combinaciones de instrumentos de viento.
Los tres periodos de su música
Según el escritor ruso Wilhelm von Lenz, la carrera de Beethoven se divide en tres etapas: temprana, media y tardía. La etapa temprana va hasta 1802, la media desde 1803 hasta 1814, y la tardía desde 1815 hasta su muerte. Esta división, hecha por Lenz en 1852, ha sido muy usada por otros expertos.
En su etapa temprana, la música de Beethoven fue muy influenciada por Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart. Pero también exploró nuevas ideas y poco a poco hizo sus obras más grandes y ambiciosas. Algunas obras importantes de este tiempo son la Primera y Segunda sinfonías, un grupo de seis cuartetos de cuerda (Opus 18), los primeros dos conciertos para piano y las primeras doce sonatas para piano, incluyendo la famosa Sonata Patética, Op. 13.
La etapa media, también llamada heroica, comienza después de que Beethoven se sintiera muy triste por su creciente sordera. Se caracteriza por obras grandes que muestran heroísmo y lucha. Las composiciones de este período incluyen seis sinfonías (las n.º 3, 4, 5, 6, 7 y 8), los últimos tres conciertos para piano, el Triple concierto y el Concierto para violín, cinco cuartetos de cuerda (del n.º 7 al 11), varias sonatas para piano (como las sonatas Claro de luna, Waldstein y Appassionata), la Sonata Kreutzer para violín, y su única ópera, Fidelio.
La etapa tardía comienza alrededor de 1815. Las obras de este período son muy profundas, con ideas nuevas y una expresión muy personal. El Cuarteto de cuerda n.º 14, Op. 131 tiene siete movimientos conectados. La Novena sinfonía incluye un coro en su último movimiento. Otras composiciones de esta etapa son la Missa Solemnis, los cinco últimos cuartetos de cuerda (incluyendo la Grosse fugue) y las cinco últimas sonatas para piano.
Obras destacadas
En su larga carrera musical, Beethoven dejó un gran legado: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerda, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano, y muchas oberturas, obras de cámara, series de variaciones, arreglos de canciones populares y piezas cortas para piano.
Sinfonías famosas
Beethoven compuso nueve sinfonías. Entre las más conocidas están la Tercera sinfonía, llamada Heroica, en mi♭ mayor; la Quinta sinfonía, en do menor; y la Novena sinfonía, en re menor. El cuarto movimiento de la Novena se basa en la Oda a la Alegría, un poema de Friedrich von Schiller de 1785.
Compuso su Primera sinfonía entre 1799 y 1800, cuando tenía 30 años. Continuó componiendo sinfonías hasta su muerte.
Hay debate sobre si existió una Décima sinfonía, en la que Beethoven podría haber estado trabajando cuando falleció.
Oberturas y su significado
Las diez oberturas de Beethoven son piezas cortas que luego se expandirían para obras más grandes. Son música para ballets (como Las criaturas de Prometeo) y obras de teatro: Coriolano de William Shakespeare, Egmont de Johann Wolfgang von Goethe, entre otras. Son composiciones completas que expresan emociones e ideas heroicas. El tema de la libertad es muy importante en estas obras. Por ejemplo, la Obertura Coriolano (Op. 62) ilustra el drama de Shakespeare sobre un héroe que debe elegir entre su conciencia y las leyes romanas. Leonora n.º 3 (Op. 72a) es una obertura destacada de las cuatro que escribió para la ópera Fidelio. También son valiosas Las criaturas de Prometeo (Op. 43) y Egmont (Op. 84), esta última un buen ejemplo del estilo de Beethoven.
Conciertos para instrumentos
Cada concierto para piano de Beethoven es único y muestra una forma de tocar el piano muy virtuosa (él mismo fue un gran virtuoso de joven). Quizás el más famoso sea el Concierto para piano n.º 5 «Emperador», de 1809, donde la habilidad y la fuerza sinfónica se unen perfectamente. Es una composición épica con un comienzo muy original. El nombre "Emperador" no se lo puso Beethoven, sino el público por su grandeza.
El primer y segundo conciertos para piano son alegres. El Concierto para piano n.º 3, de 1801, es serio y de una calidad inigualable. El Concierto para piano n.º 4, Op. 58, de 1808, busca una profundidad lírica y fue considerado el "mejor concierto para instrumento solo jamás compuesto". En cuanto a los conciertos con otros instrumentos, destacan el Concierto para violín y el Triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta.
Beethoven también compuso una Fantasía para piano, orquesta y coro, Op. 80. Esta obra comienza con el piano solo, luego se une la orquesta y, al final, entra el coro, similar a la Novena sinfonía.
El único Concierto para violín, Op. 61, fue controvertido al principio y no tuvo mucha atención en su estreno. Solo en 1850, gracias al violinista Joseph Joachim, el concierto se hizo famoso. La razón de esta demora fue lo difícil de su interpretación, lo que hizo que pocos violinistas se atrevieran a tocarlo. También se incluyen en esta categoría dos breves Romanzas para violín y orquesta.
Sonatas para piano
Sus treinta y dos sonatas muestran la personalidad innovadora de Beethoven. Él es el compositor más importante de la forma sonata en el período entre el clasicismo y el romanticismo. Aunque fiel a la forma sonata, Beethoven hizo muchas innovaciones: sonatas de dos (Op. 111), cuatro (Op. 109) o cinco movimientos, temas con variaciones, fugas y scherzi.
Estas sonatas tienen sonidos nuevos y experimentos audaces. Reflejan el mundo interior del compositor y el nuevo lenguaje expresivo del romanticismo. En la temprana Patética, en la fuerte Appassionata, en la compleja Hammerklavier, y en las últimas sonatas Op. 110 y 111, Beethoven llevó la expresión del piano al límite. Beethoven fue uno de los compositores que más exigió a los fabricantes de pianos que mejoraran el sonido y la resistencia de los pianofortes del siglo XIX.
La formación musical inicial de Beethoven se refleja en las tres sonatas para piano que escribió en 1783. Los cambios repentinos de volumen, los inicios bruscos y las figuras de arpegios rápidos son características de su estilo. Él fue el primero en usar el acorde de novena sin preparación, como se ve en el primer movimiento de su Sonata para piano n.º 14 «Claro de luna», dedicada a otro de sus grandes amores, la condesa Giulietta Guicciardi.
Las sonatas para piano de Beethoven llevaron la música a un nuevo nivel. Después de 1800, Beethoven empezó a desarrollar el género con ideas románticas. La Sonata n.º 11 Op. 22, en si ♭ mayor, es la última sonata de su primer período y Beethoven la consideraba su favorita. La Op. 26 en la ♭, la primera que compuso en el nuevo siglo, comienza con un tema lento con variaciones, seguido de un scherzo audaz, una marcha fúnebre "a la muerte de un héroe" y termina con un final agitado. Le siguieron las dos sonatas Quasi una fantasía Op. 27 (la segunda es la Claro de Luna), que son poco convencionales en su forma. Los siguientes grandes momentos de su composición para piano coincidieron con la gran tristeza que le causó el empeoramiento de su sordera. Las brillantes Waldstein (también conocida como Aurora) y la impactante Appassionata fueron tan revolucionarias que Beethoven dejó de escribir para piano solo durante algunos años. Pero la cumbre de su música para piano son las últimas cuatro de sus treinta y dos sonatas, desde la Op. 106, Hammerklavier —que a menudo se llama "sinfónica" por sus cuatro movimientos—, hasta la Op. 111 en do menor, la tonalidad que usaba para su música más intensa, como su Quinta sinfonía. Las sonatas exigían una habilidad pianística sin precedentes y eran casi imposibles de tocar en su época. Franz Liszt fue quien demostró que sí se podían interpretar.
Sonatas para piano y violín
También son importantes las diez sonatas para violín y piano, especialmente la Sonata para violín n.º 9 «Kreutzer», Op. 47, conocida por lo difícil que es la parte del violín. Está dedicada a Rodolphe Kreutzer, un violinista famoso de la época. Asimismo, la Sonata para violín n.º 5, conocida como Frühling (Primavera), y la Sonata para violín n.º 10 son muy populares.
Ópera y música vocal
Beethoven se centró principalmente en la música orquestal, combinándola con la música de cámara y para piano. También compuso obras vocales, con resultados muy variados. Por ejemplo, su única ópera, Fidelio, revisada entre 1805 y 1814, no tuvo éxito el día de su estreno. El músico tuvo que esperar hasta el 23 de mayo de 1814 para ser aplaudido con entusiasmo por el público. La nueva versión representaba para el público la celebración de las victorias sobre Napoleón y una alegoría de la liberación de Europa. Fue entonces cuando, emocionado por el apoyo del público, escribió en su libro de conversaciones: "Es evidente que uno compone más bellamente cuando lo hace para el gran público". Esto contrastaba con lo que había dicho nueve años antes, tras el fracaso de su primer Fidelio: "No compongo para la galería, que se vayan todos al infierno".
Lo cierto es que Beethoven no mostró mucho interés en escribir óperas. Un proyecto largamente discutido con Goethe para convertir Fausto en ópera nunca se concretó. Sin embargo, algunos autores, basándose en las notas de Beethoven, han descrito algunas de sus sinfonías como "óperas ocultas". Este carácter se ha atribuido tanto a la Sexta sinfonía como a la Tercera.
La Missa Solemnis, escrita entre 1819 y 1823, su segunda obra para la Iglesia católica, es un canto de fe a Dios y a la naturaleza humana. Es una de sus obras más famosas, encargada por su alumno, el archiduque Rudolf, nombrado arzobispo de Olomouc. La Missa Solemnis le causó muchos problemas a Beethoven. La obra se estrenó parcialmente junto con la Novena sinfonía.
Otras obras corales de Beethoven son la Fantasía coral para piano, coro y orquesta (Op. 80), la Misa en do mayor (Op. 86), así como muchas canciones (lieder), arias, coros y cánones, un ciclo de melodías, la cantata "En la Muerte del Emperador José II" (Op. 196) y el oratorio Cristo en el monte de los Olivos, de 1803, además del famoso presto de la Novena sinfonía.
Cuartetos de cuerda
Algunos críticos musicales creen que los cuartetos de cuerda de Beethoven son incluso más representativos de su genio que sus sonatas para piano y sinfonías. De hecho, Beethoven murió mientras componía cuartetos.
En los cuartetos se puede ver el desarrollo de Beethoven a través de sus "tres estilos": los primeros cuartetos, fieles a Haydn; el segundo período dominado por los llamados Cuartetos rusos, encargados por el aristócrata Razumovski; pero los más importantes son los seis últimos, compuestos entre 1824 y 1827, que corresponden a su etapa final, a veces llamada "esotérica". La importancia de este género en Beethoven va más allá del Romanticismo, tanto que sus últimas obras son una anticipación de estilos y técnicas que influirían en Dmitri Shostakóvich, Béla Bartók y en la Segunda Escuela de Viena a principios del siglo XX. Los cuartetos muestran al Beethoven más profundo y original.
El Op. 18 es el primer gran esfuerzo de Beethoven en este complejo género e incluye seis obras dedicadas a su maestro, Joseph Haydn. Aunque todavía se ven influencias de Mozart y Haydn, ya hay un deseo de mostrar la originalidad que se verá en sus trabajos posteriores, como el movimiento final del Cuarteto de cuerda n.º 6 en si♭ mayor, "La malinconia", que es una introducción lenta que casi va más allá de los límites tonales para luego dar paso al rondó final.
En el período medio, se ve a un Beethoven maduro, consciente de su poder como creador, pero luchando contra la sordera. La primera parte de este período medio incluye el poderoso opus 59 Razumovski, con tres cuartetos. Varios críticos han intentado ver un ciclo en este grupo de piezas dedicadas al conde Razumovski, quien le dio a Beethoven acceso a melodías rusas como inspiración, aunque esto no llevó a una influencia definitiva. Hay razones para creer que la idea de un ciclo es cercana a la realidad, considerando que el primer movimiento del primer cuarteto es una síntesis de la forma sonata y que el último del tercero es una fuga compleja, con muchos elementos heredados del movimiento final de la Sinfonía «Júpiter» de Mozart, aunque el desarrollo estilístico del cuarteto es mucho mayor.
Los últimos cuartetos y la Grosse fugue van más allá del Romanticismo y son considerados el verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. Cuando se estrenaron, no fueron bien recibidos. Pero cuando le dijeron a Beethoven que la Grosse fugue había sido rechazada, él respondió: "No importa, no la compuse para ellos, sino para el futuro". Sin embargo, Beethoven aceptó quitarla del Cuarteto de cuerda n.º 13 (Op. 130), del que formaba parte inicialmente (ahora la pieza tiene el número de opus 133) y compuso un nuevo final para este cuarteto.
Beethoven en la cultura popular

La presencia de Beethoven como un símbolo, no solo como músico, es algo que viene del romanticismo. La imagen del cuadro de Joseph Karl Stieler se ha difundido mucho, y su impacto se vio en el éxito de las serigrafías de Andy Warhol en 1987. Otras versiones, ya sea por su calidad artística o por mostrar una imagen diferente a la popular, han sido menos conocidas.
Sellos y monedas
Existen muchos sellos postales y otros documentos filatélicos y numismáticos de países de todo el mundo en honor a Ludwig van Beethoven. Alemania es el país que más ha emitido, pero también hay sellos de Francia, Mónaco, Austria, países de África y Sudamérica, entre otros. En total, hay unos doscientos sellos dedicados a él. Beethoven también ha aparecido en diversas monedas y medallas, acuñadas a menudo para celebrar los aniversarios de su nacimiento o fallecimiento, o para conmemorar algo importante en su ciudad natal, Bonn. Estas monedas o medallas se han acuñado en países de toda Europa, Estados Unidos o Asia.
Cine, teatro y televisión
El compositor ha sido representado muchas veces en el cine, el teatro y la televisión. Aquí algunas de ellas:
- Sus representaciones comenzaron en 1909 con una película muda francesa del escritor y director Victorin-Hippolyte Jasset, titulada Beethoven, protagonizada por Harry Baur.
- La siguiente película sobre el compositor, Das Leben des Beethoven (La vida de Beethoven), fue alemana y se filmó en 1927, dirigida por Hans Outto Löwenstein.
- El escritor y director francés Abel Gance hizo otra película sobre el compositor en 1936, Un grand amour de Beethoven (Un gran amor de Beethoven), donde Harry Baur volvió a interpretar a Beethoven.
- Walt Disney ilustró la Sexta sinfonía en una parte de su película Fantasía.
- En 1977-1978, una serie de anime japonesa llamada "Manga Ijin Monogatari" hizo un cortometraje sobre la vida de Beethoven.
- En 1985 apareció Le Neveu de Beethoven (El sobrino de Beethoven).
- En 1992, una película para televisión, Beethoven Lives Upstairs (Beethoven vive en el piso de arriba), ganó un premio Emmy.
- En 1994, el director Bernard Rose creó Immortal Beloved (Amada inmortal) con Gary Oldman como el compositor.
- En 2006, la directora Agnieszka Holland produjo Copying Beethoven (Copiando a Beethoven), con Ed Harris como protagonista.
- En el mismo año, la Universidad Panrusa Guerásimov de Cinematografía produjo el cortometraje de dibujos animados Fantasía sobre un hombre muerto por la música de Beethoven, dirigido por Mariya Litvínova.
Además, su música ha sido usada en más de doscientas cincuenta películas y programas de televisión.
Véase también
En inglés: Ludwig van Beethoven Facts for Kids
- Primera Escuela de Viena
- Anexo:Composiciones de Ludwig van Beethoven
- Anexo:Retratos de Beethoven
- Beethoven y do menor
- Mozart y Beethoven
- Guerra de los románticos
- Beethoven y sus contemporáneos