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Historia de la Puerta del Sol para niños

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La historia de la Puerta del Sol es una parte muy importante de la memoria de la ciudad de Madrid, la capital de España. No solo es un lugar por donde mucha gente pasa, sino que también es como el "centro" de la ciudad. La plaza ha sido un lugar histórico desde sus inicios en el siglo XVI, cuando era una calle ancha, hasta hoy, siendo escenario de eventos importantes.

Aquí han ocurrido muchos sucesos clave de la ciudad, como la lucha contra los invasores franceses en 1808 y la proclamación de la Segunda República en 1931. Además, es famosa por la tradición de comer las doce uvas en Año Nuevo, al ritmo de las campanadas del reloj de Correos. Hoy en día, es un punto central de transporte, un lugar de encuentro, de celebraciones y el inicio de muchas manifestaciones en la capital.

A lo largo de su historia, la Puerta del Sol ha sido un reflejo de la vida popular de Madrid. Desde el principio, su ubicación la convirtió en un lugar de reunión social. Algunos la han llamado el "foro" de Madrid y de España.

Desde el punto de vista de la arquitectura, la Puerta del Sol es un espacio amplio y alargado donde se unen muchas calles. A mediados del siglo XIX, empezó a parecerse más a una plaza. Varias calles importantes desembocan en ella. La Puerta del Sol ha tenido muchas mejoras a lo largo del tiempo, siendo la más grande a mediados del siglo XIX. Muchas de estas obras han hecho desaparecer edificios antiguos importantes. El único que sigue en pie es la antigua Casa de Correos, que hoy es la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es el edificio más antiguo de la Puerta del Sol actual. El segundo más antiguo es la Casa Cordero, que ha cambiado de uso varias veces.

La Puerta del Sol ha inspirado a muchos escritores, quienes la han incluido en sus obras. Desde Lope de Vega hasta Ramón Gómez de la Serna, muchos han descrito el ambiente social de este lugar, especialmente la vida animada durante el día y las reuniones literarias en sus famosos cafés del siglo XIX.

Los orígenes de la Puerta del Sol

Primeros asentamientos y murallas

Los primeros habitantes de la zona de Madrid fueron tribus prerromanas llamadas carpetanos, que vivían cerca del actual Palacio Real. No se sabe mucho de los asentamientos romanos. Las primeras noticias de un poblado llamado Magerit son de la época de la conquista musulmana de la península ibérica. En ese tiempo, se construyó una fortificación amurallada para defender la población.

En el año 1085, la plaza fue tomada por los cristianos durante el reinado de Alfonso VI. Más de un siglo después, en el siglo XII, la ciudad creció y fue necesario construir una nueva muralla. Por el este, esta muralla tenía la Puerta de Guadalajara, cerca del actual mercado de San Miguel. Otra puerta cercana de esa época era la Puerta Cerrada.

Madrid fue reconocida como ciudad en 1126. Desde entonces, el poblado creció fuera de las murallas. A la derecha de la Puerta de Guadalajara, surgió la Plaza del Arrabal, que siglos después se convertiría en la Plaza Mayor. El crecimiento de la ciudad hizo que en el siglo XIV se construyera otra muralla. La Puerta de Guadalajara se movió hacia el este, y la nueva puerta, orientada hacia donde sale el sol, se llamó Puerta del Sol.

Cerca de lo que sería la Puerta del Sol, había un arroyo llamado del Arenal, donde más tarde surgiría el arrabal de San Ginés. Esta zona tenía mucha actividad de artesanos y mesones, ya que era un paso importante para entrar a la nueva ciudad. Hacia 1420, la calle Mayor empezó a formarse con una hilera de casas.

Todas estas calles tenían una salida común de la ciudad por la puerta que la gente llamó Puerta del Sol. Esta puerta estaba en la entrada de la actual calle Preciados. Los documentos de la época daban más importancia a la Puerta de Guadalajara. Algunos cronistas dicen que la Puerta del Sol era tan ancha como para que pasaran apenas dos carros. Muchos historiadores la describen como un "tránsito, camino y entrada de Madrid" en la Edad Media.

En el siglo XIV, la entrada de la muralla estaba aproximadamente en medio de la entrada de la actual calle Preciados a la Puerta del Sol. A mediados del siglo XV, el centro de la ciudad comenzó a crecer, y la zona cercana a la Puerta del Sol empezó a poblarse. Esta área, por ser llana, era ideal para reuniones y como punto de partida de caminos.

En 1478, la Puerta del Sol ya se menciona como una parte de la ciudad. En 1481, se la nombra por primera vez en un documento sobre un problema entre las parroquias de San Ginés y San Martín. En 1498, se ordenó pavimentar la "calle grande de la Puerta del Sol", y en 1501, se dispuso su "empedrado para la entrada de los príncipes". Este espacio se usaba para leer los pregones oficiales a la ciudad.

Una teoría sobre el origen del nombre se remonta a 1520, cuando la Junta de Madrid se reunió para organizar una rebelión contra el rey Carlos I. Decidieron construir una fortificación con una puerta que miraba hacia el este, por donde sale el sol. Aunque esta teoría está documentada, investigaciones recientes la ponen en duda. Otra teoría dice que un pintor anónimo hizo una pintura o relieve de un sol en una de sus puertas, dando origen al nombre actual.

El espacio no tomó su forma rectangular de plaza hasta después del primer cuarto del siglo XVI. En 1570, se derribó el muro del fuerte y el área se despejó, convirtiéndose en una plaza frecuentada por aguadores y vendedores. En su centro apareció una fuente, la de la Mariblanca. A mediados del siglo XVIII, la Puerta del Sol era un conjunto de casas desiguales, la mayoría de un solo piso. La limpieza de las calles era semanal, y el olor podía ser desagradable debido a la acumulación de basura. La situación mejoró poco a poco durante el reinado de Fernando VI y, sobre todo, con Carlos III.

Las primeras grandes construcciones

A principios del siglo XVI, la Puerta del Sol era un paso ancho con edificios importantes que tenían "lonjas" (espacios abiertos) donde la gente se reunía para comerciar, socializar y enterarse de noticias. Su importancia era menor que la de otras zonas de Madrid, como la Plaza del Salvador (antecesora de la Plaza de la Villa), la Puerta de Guadalajara y la Plaza Mayor. La Puerta del Sol fue empedrada, y el costo de esta mejora causó una disputa entre el Ayuntamiento y los vecinos. El interés oficial era mejorar el aspecto de la calle para las comitivas reales que entraban a Madrid.

Las comitivas más importantes de esa época fueron las entradas de Carlos V y su hijo Felipe II en 1560. En el siglo XVIII, había una iglesia y un hospital para niños abandonados en la calle Preciados. Cerca de la Puerta del Sol, se fundó un convento de carmelitas en 1573, en un antiguo lugar que había sido despejado en 1541. Aunque su nombre oficial era San Dámaso Papa, se le conocía más como el Carmen Calzado. La iglesia y el convento fueron cerrados en 1836, y solo la iglesia sigue funcionando hoy como parroquia.

Estas primeras construcciones en la Puerta del Sol coincidieron con las obras en la cercana Plaza Mayor en 1580. Después de que Felipe II trasladara la Corte a Madrid en 1561, encargó la remodelación de la Plaza Mayor a Juan de Herrera. La construcción del primer edificio de la nueva plaza, la Casa de la Panadería, comenzó en 1590. En 1617, Felipe III encargó a Juan Gómez de Mora que terminara la plaza en 1619. Desde entonces, ambos espacios compitieron por ser el lugar de celebraciones y reuniones de los ciudadanos.

Mercadillos y vendedores callejeros

Desde sus inicios, la Puerta del Sol fue un centro comercial. Al ser un lugar de paso y luego de reunión, surgieron muchos negocios y ventas de todo tipo. El Ayuntamiento intentó regular y a veces prohibir ciertas actividades comerciales en la calle. En el siglo XVI, entre el Hospital de la Corte y el Convento de la Victoria, había un mercadillo al aire libre de alimentos: frutas, pan y verduras.

También se vendían baratijas de forma ambulante, por lo que a estos mercadillos se les llamaba "baratillos". Se podían encontrar ropa vieja, peluquines, lazos, gorras y otros objetos. En los meses calurosos, se instalaban los "alojeros" (vendedores de aloja, una bebida refrescante), que servían en tazas de cristal en puestos con una bandera blanca y roja. Muchos vendedores llevaban su mercancía consigo y la vendían directamente en la calle.

En verano, también había puestos de melones y sandías. Todos estos puestos se llamaban "cajones" porque eran de madera. La cantidad de puestos era tan grande que estorbaban el paso, por lo que se emitieron órdenes municipales para limitarlos. Con el tiempo, los mercadillos se trasladaron a la Plaza del Carmen. A partir del siglo XVII, se establecieron librerías, algunas de las cuales fueron escenario de eventos dramáticos, como la Librería San Martín, donde fue asesinado José Canalejas.

La Iglesia del Buen Suceso

Archivo:1854-buen-suceso
Imagen de la Iglesia en la Puerta del Sol al fondo en 1854 (justo antes de la gran reforma de la Puerta del Sol).

Esta iglesia, construida en 1529 y demolida en 1854, tuvo su origen en una modesta ermita medieval unida al Hospital de San Andrés. La Iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso y el hospital estaban en el lado este de la Puerta del Sol, entre las calles de Alcalá y la carrera de San Jerónimo. Fue el primer gran monumento de la Puerta del Sol y, durante trescientos años, sufrió muchas reformas y descuidos. Fue la imagen principal de la Puerta del Sol antes de las grandes obras de ensanche a mediados del siglo XIX.

Los primeros indicios de esta edificación son de la época de Juan II. Se fundó una ermita y un pequeño hospital para atender a los enfermos de la peste en 1438. El edificio cambió de forma y función, pasando de hospital a iglesia. Tuvo mucha importancia en la historia de la Puerta del Sol. Durante siglos, su fachada tuvo el reloj de la Puerta del Sol, hasta que a mediados del siglo XIX fue reemplazado por el de la Casa de Correos. La iglesia fue demolida en 1854, dejando espacio para la gran obra de ensanche. En 2009, durante una reforma de la plaza, se descubrieron accidentalmente sus cimientos, lo que detuvo las obras. Hoy, sus restos pueden verse en los accesos a la Estación de Cercanías de Sol.

Convento de San Felipe el Real

Archivo:Convento de san felipe madrid
El Convento de San Felipe el Real en una xilografía de 1878. Se puede ver la lonja (denominada mentidero) y las denominadas covachas debajo de la lonja.

Otro edificio importante en la Puerta del Sol, construido en el siglo XVI, fue el Convento de San Felipe el Real. Fue fundado en 1546 por fray Alonso de Madrid y estaba en la calle Mayor, esquina con la calle Esparteros. En este monasterio vivieron los agustinos descalzos. La gran explanada frente a sus puertas, llamada "lonja", se convirtió en un lugar ideal para reuniones improvisadas, escuchar rumores y difundir noticias. Durante siglos, fue uno de los "mentideros de la villa", conocido popularmente como "Gradas de San Felipe".

Debajo de la lonja, había unas "covachuelas", que eran unos treinta puestos que funcionaban como mercadillo de diversas mercancías, como juguetes. El Monasterio de San Felipe fue una de las obras monumentales más bellas del Madrid del siglo XVI.

Durante el reinado de Carlos I, cerca de San Felipe, existía un lugar llamado "las Soleras", que fue trasladado por quejas de los monjes. En el siglo XVIII, la Puerta del Sol ya era la plaza más concurrida de Madrid. La iglesia se quemó en un incendio en 1718 y fue saqueada por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. El espacio que ocupaba el edificio se convirtió en el solar de la actual Casa Cordero.

Convento de Nuestra Señora de las Victorias

Archivo:Luis Paret y Alcázar - La Puerta del Sol en Madrid
Imagen de 1773 con la Iglesia del Buen Suceso y a la derecha se ve una parte del Mínimo de las Victorias, a la izquierda el inicio de la calle Alcalá.

En 1561, se construyó el Convento de Nuestra Señora de las Victorias, a pesar de la oposición de los frailes de San Felipe el Real. Este convento estaba en la esquina de la Puerta del Sol con las calles Victoria, Cruz, Cádiz y Carretas. La misa en la Iglesia de la Victoria fue muy popular entre los reinados de Felipe III y Felipe IV. La imagen de Nuestra Señora de la Soledad se hizo muy conocida. La iglesia era de arquitectura neoclásica. Durante la Guerra de Independencia, el edificio sufrió daños y fue restaurado.

Al igual que el Convento de San Felipe el Real, fue demolido en 1836. Esta iglesia, que tenía su puerta en la actual calle de Espoz y Mina, era famosa por celebrar una "misa ligera" (corta). La iglesia aparece a menudo en la literatura del siglo XVI y posterior.

Estatua de la Mariblanca

Archivo:1806-1820, Voyage pittoresque et historique de l'Espagne, tomo II, Vista de la Calle Mayor y de la fuente del Buen Suceso (cropped)
Fuente del Buen Suceso y plaza a comienzos del siglo XIX

Desde el siglo XVI, hay registros de fuentes en la Puerta del Sol para el servicio de los aguadores de Madrid. La más famosa fue la fuente de la Mariblanca, también llamada fuente de la Fe o del Buen Suceso.

En 1630, La Mariblanca apareció por primera vez en la Puerta del Sol, coronando la Fuente de la Fe. La estatua fue hecha por Antonio de Riera y otros escultores. En los planos antiguos de la plaza, solo aparecen la iglesia del Buen Suceso y la fuente con la estatua de la Mariblanca.

Parece que los aguadores de Madrid le dieron el nombre de Mariblanca por la blancura del mármol. La profesión de aguador se mantuvo en la Puerta del Sol hasta mediados del sig XIX, cuando llegó el agua del Canal de Isabel II. Alrededor de la fuente se reunían menestrales (personas de oficios), azacanes (un tipo de aguador) y sirvientes de casas nobles que iban a llenar sus cántaros de agua. Los viernes, los frailes capuchinos predicaban doctrina cristiana a los transeúntes.

Las continuas obras en la Puerta del Sol hicieron que esta pequeña estatua cambiara de lugar varias veces. Su popularidad creció tanto que, al final del reinado de los Austrias, se decía en Madrid: «Más popular que la Mariblanca».

La zona de la Puerta del Sol tenía mucha agua subterránea, por lo que a mediados del siglo XVIII había muchos pozos. Esto se debía al gran tránsito de personas y animales. El agua llegaba a través de un "viaje de agua" desde el Abroñigal Alto. La "calle grande de la Puerta del Sol" se mencionaba a menudo como un lugar de paso. La estatua de la fuente cambió de lugar varias veces en Madrid. Desde 1985, una réplica de la antigua Mariblanca se encuentra sobre un pedestal cilíndrico a la entrada de la calle del Arenal.

El Madrid de Carlos III

Archivo:Monumento a Carlos III (Madrid) 06
Detalle de la amplia inscripción del pedestal de la estatua de Carlos III (denominado popularmente como el "Rey Alcalde").

El 13 de julio de 1760, la Puerta del Sol se adornó para la entrada de Carlos III (1759-1788) en la ciudad, quien venía de Nápoles. El rey llegó a Madrid con nuevos arquitectos de Italia y Francia.

En el siglo XVIII, la Puerta del Sol tenía dos zonas muy diferentes, que se unieron después de la gran reforma de mediados del siglo XIX. En la parte oeste, estaban las lonjas o gradas de San Felipe el Real, que miraban hacia la calle Mayor. En el lado opuesto, la zona este estaba dominada por la lonja del Buen Suceso, que apuntaba a la calle de Alcalá y la carrera de San Jerónimo. Ambas zonas estaban separadas por la unión de las calles Carretas al sur, y Carmen, Montera y Preciados al norte. Antes de la reforma, parecía que había dos pequeñas plazas en lugar de una.

Antes de la aparición de los periódicos, la gente iba a estas dos áreas para compartir noticias, conocer gente y vender mercancías. La Puerta del Sol también era conocida por sus muchas librerías. Algunos de los puntos de reunión habituales en el Madrid de Carlos III eran la Real Casa de Postas, las "losas de Palacio" y el "archivo de novedades".

El ayuntamiento, con el apoyo de Carlos III, estableció un sistema para ubicar las calles. El 25 de septiembre de 1765, el rey creó un servicio de serenos (inicialmente llamados "faroleros") para encargarse del alumbrado de gas de las calles, ya que los madrileños se quejaban de tener que mantenerlo. Con el tiempo, los serenos también vigilaban. Cerca de la Puerta del Sol, se construyó la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752 y la Real Casa de la Aduana en 1769.

La Real Casa de Correos

Archivo:Real Casa de Correos (Madrid) 01
La Real Casa de Correos, construida en 1768, es uno de los edificios más antiguos de los existentes actualmente en la Puerta del Sol.

Cuando la Corte se trasladó de Toledo a Madrid, Carlos III se encargó de limpiar y modernizar la ciudad. Esto incluyó la renovación de la arquitectura urbana y la creación de nuevos servicios administrativos, como el de correos. Para ello, Carlos III impulsó la construcción de la Casa de Correos. Hasta el siglo XVIII, el servicio de correos no dependía del Estado. Los diseños iniciales fueron encargados a Ventura Rodríguez, pero la llegada de Carlos III hizo que las obras se reasignaran al arquitecto francés Jaime Marquet, quien las terminó en 1768.

Debido al aumento del correo, en 1792, el arquitecto Juan Pedro Arnal diseñó la Real Casa de Postas, ubicada detrás de la Casa de Correos. El mismo arquitecto diseñó la Imprenta Real en la cercana calle de Carretas, lo que favoreció la aparición de librerías en la Puerta del Sol.

El conde de Aranda se dio cuenta de que el edificio también podría tener un uso militar y sugirió crear un "cuerpo de guardia permanente". La Real Casa de Correos fue testigo de importantes eventos históricos, como el levantamiento del dos de mayo de 1808. A mediados del siglo XIX, pasó a llamarse "de la Gobernación" porque albergó el Ministerio de Gobernación desde 1847. Se le añadió una torre metálica y un espejo telegráfico, que luego se quitaron. A principios del siglo XX, hubo planes para derribar el edificio, pero no se llevaron a cabo. Hoy es uno de los edificios más antiguos y emblemáticos de la Puerta del Sol, y sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

El motín de Esquilache

Cuando Carlos III subió al trono español en 1759, trajo consigo a colaboradores de Nápoles, como Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache. Carlos III le encargó reformas en la capital. Sin embargo, el pueblo madrileño empezó a detestarlo, con rumores de que acumulaba riquezas y daba puestos importantes a sus familiares. El 10 de marzo de 1766, Esquilache ordenó que los sombreros chambergos y las capas largas fueran reemplazados por sombreros de tres picos. Esta vestimenta era considerada muy española y fue vista como una provocación.

El 23 de marzo de 1766, un hombre fue detenido por la guardia por llevar la vestimenta prohibida. Esto desató un motín que se dirigió a la Puerta del Sol. Al día siguiente, una multitud se congregó frente al Palacio Real. La guardia valona disparó contra una mujer, y en represalia, un guardia fue capturado. La situación se calmó con la intervención del duque de Medinaceli, quien negoció con los amotinados. Se acordó que Esquilache y su familia serían desterrados, que las guardias valonas saldrían de la Corte y que la gente podría vestir según sus costumbres. Finalmente, Carlos III accedió, y Esquilache abandonó la ciudad, dando fin a la revuelta.

El dos de mayo de 1808

Archivo:El dos de mayo de 1808 en Madrid
El levantamiento del dos de mayo tuvo uno de sus principales escenarios en la Puerta del Sol.

La presencia de tropas francesas en España, según el tratado de Fontainebleau, se volvió amenazante a medida que ocupaban diversas localidades españolas sin justificación. Había unos 65.000 soldados franceses que controlaban las comunicaciones. El 18 de marzo de 1808, ocurrió el Motín de Aranjuez, un levantamiento popular en esta localidad cercana a Madrid, donde estaba la Corte. Fue causado por la derrota de Trafalgar y el descontento popular. Los incidentes del Motín de Aranjuez caldearon el ambiente en la Puerta del Sol.

El 2 de mayo de ese año, el pueblo madrileño se levantó en lo que se llamó el levantamiento del 2 de mayo contra los franceses que ocupaban la ciudad. Esta rebelión dio inicio a la Guerra de Independencia contra Napoleón. El levantamiento popular del 2 de mayo se concentró principalmente en la Puerta del Sol y fue muy sangriento, con unos doscientos madrileños muertos. Este evento fue pintado por Francisco de Goya y Lucientes en su cuadro La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol, que se encuentra en el Museo del Prado. Goya también reflejó la violencia en otras obras como Los desastres de la guerra. La revuelta fue aplastada con el fusilamiento de los sospechosos al día siguiente. En recuerdo de este levantamiento, hay una placa conmemorativa en la fachada de la Casa de Correos. El incidente dio lugar a la Guerra de Independencia, que dañó muchos edificios en Madrid y en la Puerta del Sol.

Otros eventos importantes de la época incluyen un gran incendio en 1815 en las casas entre las calles Arenal y Carmen. También, el cura Merino se plantó ante el carruaje de Fernando VII en la Puerta del Sol, mostrándole la «Constitución de Cádiz» y pronunciando la frase: «Trágala tirano». Los liberales se reunían en el Café Lorenzini de la Puerta del Sol, que junto con La Fontana de Oro se convirtieron en centros de proclamas durante el Trienio Liberal. Este café inició la tradición de las tertulias que marcaría la vida social de la plaza hasta principios del siglo XX.

El Madrid romántico

Archivo:1806-1820, Voyage pittoresque et historique de l'Espagne, tomo II, Vista de la Puerta del Sol y de la Casa de Correos (cropped)
Vista de la plaza a comienzos del siglo XIX. Al fondo la fuente y la iglesia del Buen Suceso y a la derecha la Casa de Correos.

A principios del siglo XIX, José Bonaparte, apodado el "rey plazuelas", intentó ensanchar varias calles de Madrid. Encargó al arquitecto Silvestre Pérez un ambicioso proyecto para ensanchar la calle del Arenal, pero no pudo realizarse debido a su corto reinado y la mala situación económica del país.

El 13 de diciembre de 1829, la Puerta del Sol recibió adornada a la cuarta esposa del rey Fernando VII, María Cristina. Para la ocasión, se engalanó la fuente de Mariblanca. La estatua de la Mariblanca fue trasladada en 1838 a la plaza de las Descalzas. El 10 de octubre de 1830, para celebrar el nacimiento de la princesa Isabel, se estrenó por primera vez en España la iluminación por gas en toda la Puerta del Sol y sus calles adyacentes. Los mercados ambulantes se trasladaron a la recién creada plaza del Carmen.

En 1834, se numeraron los locales y las casas de Madrid, basándose en su cercanía a la Puerta del Sol. En 1836, comenzó la desamortización de Mendizábal, que afectó a muchos edificios religiosos, vendiéndose o demoliéndose. Uno de los edificios demolidos de la Puerta del Sol fue la iglesia del Buen Suceso, derribada en 1854, dejando un espacio libre en la parte oriental de la plaza. También se derribaron San Felipe el Real y Nuestra Señora de las Victorias. La victoria en la batalla de Tetuán en 1860 provocó una gran celebración en la Puerta del Sol.

Período de Fondas

Ya en 1774, la Puerta del Sol tenía tabernas económicas. Entre 1835 y 1838, comenzaron a aparecer nuevos establecimientos de hostelería. En 1839, el francés Emilio Huguenin Lhardy abrió una pastelería en la cercana carrera de San Jerónimo llamada Lhardy, que se convertiría en un famoso restaurante.

Un nuevo medio de transporte, la diligencia, llegó al corazón de la ciudad, dando a la Puerta del Sol un protagonismo inesperado. La afluencia de visitantes aumentó. En 1845, la compañía de Diligencias Postas Generales transportó a Madrid cerca de 85.000 pasajeros. La empresa adquirió una mansión en la calle Alcalá y la llamó Fonda Peninsulares. La llegada continua de viajeros extranjeros a través de las diligencias aumentaba el número de personas en la Puerta del Sol y sus calles adyacentes, muchas de ellas buscando alojamiento. La Fonda Peninsulares funcionó hasta 1898. Otros hoteles se abrieron, como La Vizcaína en la moderna Casa Cordero.

Casa Cordero

Archivo:Casa Cordero-2010
Casa Cordero en la actualidad, el segundo edificio en antigüedad dentro de la organización de la Puerta.

A principios del siglo XIX, se construyó la Casa de Cordero, también conocida como Casa del maragato por el origen maragato de su dueño, Santiago Alonso Cordero. Es el segundo edificio más antiguo de la Puerta del Sol, después de la Casa de Correos. Se levantó aprovechando el derribo del Monasterio de San Felipe. La casa fue diseñada por el arquitecto Juan José Sánchez Pescador y su dueño, Santiago Alonso Cordero, ganó dinero en una de las primeras ediciones de la Lotería Nacional de Navidad. La casa fue muy conocida por su calidad arquitectónica, con siete patios interiores, 296 ventanas y agua corriente en cada vivienda.

Los viajeros que llegaban en diligencias y no querían alojarse en la Fonda de Postas Peninsulares, terminaban en la Vizcaína, ubicada en la Casa Cordero. La mayoría de los alojamientos de la época se concentraban alrededor de la Plaza y en las calles cercanas.

En 1847, el comerciante Manuel Matheu inauguró un pasaje y bazar moderno al estilo parisino en el solar que dejó libre el derribo del Convento de la Victoria. La idea era dotar los alrededores de la Puerta del Sol de "pasajes" comerciales. La Casa Cordero sufrió varias remodelaciones interiores, albergando el popular Bazar de la Unión.

Los viajeros extranjeros

La mejora de los transportes a la capital hizo que muchos viajeros y escritores describieran lo que veían. Uno de los primeros fue el Marqués de Langle en el siglo XVIII, quien describió la Puerta del Sol como una entrada alegre a la ciudad. En 1797, el viajero alemán Christian August Fischer describió la vida cotidiana en la Plaza. Mencionó que solo dos edificios le daban majestuosidad: el de Correos y la Iglesia del Buen Suceso. Describió un ambiente lleno de gente, ruido de pregoneros, calesas y aguadores que se reunían en la fuente de la Mariblanca. Comentó que la Plaza era más ruidosa los días festivos.

En 1843, el francés Théophile Gautier publicó su relato Voyage en Espagne, mencionando algunos cafés de la Puerta del Sol y la afición de los madrileños a los sorbetes. Otro viajero, Richard Ford, narró la costumbre española de pasear con la capa y el sombrero. En 1830, el periodista escocés Henry D. Inglys describió la plaza como un pequeño espacio populoso.

El escritor italiano Edmundo de Amicis, en 1883, quedó impresionado por el ambiente de la Puerta del Sol y le dedicó una amplia descripción en su obra Viaje por España.

La primera gran reforma de la plaza

Archivo:Puerta del Sol (Laurent)
Fotografía de Juan Laurent (hacia 1870) tomada tras la reforma de la plaza.

En 1831, el marqués de Pontejos ya había aconsejado al Ayuntamiento derribar el Buen Suceso y San Felipe para ensanchar la Puerta del Sol. Desde principios del siglo XIX, se hicieron varias reformas, pero de impacto limitado. Se cambió el empedrado por adoquines, se instalaron farolas y un alcantarillado. El asfaltado de la Puerta se hizo por primera vez en 1848. A pesar de todo, la Puerta del Sol a mediados del siglo XIX parecía una "plazuela desigual". La presión del creciente tráfico, con 3950 carruajes y 1414 caballerías circulando al día, obligó a las autoridades a pensar en un ensanche.

Todo esto llevó al Ministerio de Transporte a considerar adaptar la Puerta del Sol a los nuevos tiempos. En 1840, se creó el "barrio de la Puerta del Sol". Era necesario ensanchar la plaza y darle un aspecto homogéneo y monumental. Así comenzaron los estudios urbanísticos para su remodelación.

Los inicios (un espacio rectangular)

El 17 de diciembre de 1852, el Ayuntamiento decidió aprobar una serie de "alineaciones" en algunas calles de la Puerta del Sol. Las alineaciones eran un método lento y económico para reformar las ciudades, fijando la anchura de las calles. Cuando una casa se derribaba, el terreno se ajustaba a la anchura predefinida. Este procedimiento era muy lento. La Puerta del Sol tenía en esa época unos ochocientos metros cuadrados.

La urgencia de las reformas hizo que el 19 de octubre de 1853, la Junta Consultiva de Policía Urbana propusiera al Ayuntamiento convertirla en una plaza rectangular de casi cinco mil metros cuadrados. La aprobación ministerial llegó el 18 de enero de 1854. Los intereses de los propietarios chocaron con esta reforma, ya que una Real Orden de 22 de abril declaró la ampliación de "utilidad pública", abaratando las expropiaciones.

La propuesta inicial afectaba a veintinueve casas. Se convocó un concurso de proyectos arquitectónicos. Se aprobó el proyecto del arquitecto José Antonio Font. Sin embargo, nadie se presentó a la subasta de obras en 1855. Para desbloquear la situación, el 16 de enero de 1856, una Comisión Especial decidió que el proyecto de plaza rectangular era el más adecuado. Esta decisión causó muchas protestas. La Comisión apoyó el proyecto del arquitecto Juan Bautista Peyronet, quien presentó un plano con un área de seis mil metros cuadrados. El ministerio aprobó el proyecto de Peyronet el 28 de mayo de 1856.

Proyecto definitivo

El proyecto de Peyronet se detuvo por motivos políticos. El general Espartero tuvo que dejar el Gobierno. Con el cambio, José María Nocedal llegó al Ministerio de la Gobernación y aprobó el 28 de junio de 1858 un proyecto de Lucio del Valle, Morer y Rivera. Este proyecto ampliaba la plaza a más de nueve mil metros cuadrados. Las fincas afectadas comenzaron a demolerse en octubre de 1857. Una nueva Real Orden de agosto de ese año aprobó una ampliación a doce mil metros cuadrados y añadió una ligera curva cóncava en el lado norte. Algunos autores criticaron esta decisión. Este nuevo diseño hizo desaparecer calles populares como Zarza, Peregrinos, Cofreros y el callejón de la Duda.

Demoliciones e inauguración

El ensanche de la Puerta del Sol fue una obra enorme. Los derribos de unas treinta casas terminaron el 1 de mayo de 1858. Después de las expropiaciones y demoliciones, se vendieron los terrenos edificables. Los escombros fueron a parar a los jardines del Moro. De todos los edificios antiguos, solo quedaron en pie la Casa de Correos y la Casa Cordero. Las ventas públicas de terreno atrajeron a nuevos propietarios. El que más terreno adquirió fue Fernández Casariego, seguido de Juan Manuel Manzanedo, por lo que la Puerta del Sol fue llamada jocosamente "el patio de Manzanedo". El resto de locales se repartió entre varios dueños. El local más grande y caro fue el que adquirió Lamberto Fontanella, que se transformaría en el Hotel de París. Las demoliciones dejaron un aspecto tan desolador que un autor comparó la nueva Puerta del Sol con "otro Sebastopol bombardeado".

Al finalizar la reforma de la Puerta el 24 de junio de 1860, se inauguró una fuente con un pilón de dieciocho metros de diámetro, que lanzaba un chorro de agua a más de treinta metros de altura. Un canal subterráneo de setenta y siete kilómetros, procedente del río Lozoya, abastecía esta fuente. La reina Isabel II asistió a la inauguración. Con el tiempo, la "fuente del chorro" se desactivó porque el viento desviaba el agua, mojando a los transeúntes. Finalmente, la fuente se trasladó a la plaza de Cuatro Caminos y luego a la Casa de Campo. El 19 de febrero de 1862, se colocó una fuente más modesta.

Llegada de los grandes hoteles

Archivo:Puerta del Sol P1
Los edificios que rodean la Puerta, tras la gran reforma fueron hoteles de lujo.

Después de la reconstrucción de la plaza, su aspecto era homogéneo y pronto se empezaron a ubicar los mejores hoteles en los edificios que la rodeaban. Uno de los más llamativos fue la Fonda de los Príncipes (luego Hotel de los Príncipes), inaugurado el 1 de octubre de 1861. Era un hotel caro, pero los viajeros con menos presupuesto tenían otras opciones. Cerca de la Puerta del Sol, se construyó el Gran Hotel de Oriente en 1855 y el Hotel de la Paz. El Hotel del Universo se inauguró en 1870.

En 1863, una financiera francesa alquiló uno de los locales más grandes de la plaza para habilitar uno de los hoteles más lujosos de Madrid: el Grand Hôtel de París, inaugurado en 1864. Fue un hotel elegante hasta que en 1910 fue eclipsado por el Hotel Ritz. Este hotel cerró en 2006. Entre sus visitantes ilustres estuvo Rubén Darío. Otros hoteles se abrieron después, como el Hotel Cuatro Naciones.

Poco después de terminar las obras, se instalaron unos grandes toldos en la parte norte de la Plaza, que cubrían las aceras delante de las tiendas.

Nuevos proyectos, mejoras y sucesos

Archivo:Manifestación patriótica en la Puerta del Sol, 4 de septiembre de 1885, de Campuzano
La Puerta del Sol durante una manifestación el 4 de septiembre de 1885 con motivo de la Crisis de las Carolinas, dibujo de Tomás Campuzano.

En la taberna Casa Labra, en la calle adyacente de Tetuán, se reunió un grupo de personas el 2 de mayo de 1879 para crear el Partido Socialista Obrero Español, con Pablo Iglesias como primer presidente. El partido se legalizó en 1881.

En 1863, se instalaron los primeros urinarios públicos de Madrid en la Puerta del Sol. En 1865, el relojero Losada regaló un reloj de torre que se colocó en Gobernación. En enero de 1890, se celebró el paso del cortejo fúnebre del tenor navarro Julián Gayarre.

El 10 de abril de 1865, estudiantes de la Universidad Central de Madrid realizaron una serenata en la Puerta del Sol en apoyo al rector Juan Manuel Montalbán, quien había sido destituido. La Guardia Civil y el Ejército abrieron fuego contra los estudiantes. El incidente fue llamado la Noche de San Daniel. El periodista Manuel Ossorio y Bernard publicó una obra crítica titulada Viaje Crítico alrededor de la Puerta del Sol, describiendo la situación social de España a través de lo que ocurría en la Plaza.

Entre los proyectos posteriores a las reformas, surgió el de Mariano Albo para levantar una catedral. En 1908, se presentó un proyecto para unir las zonas norte y sur a través de la Puerta del Sol. Antonio Palacios quiso mejorar la viabilidad de la zona creando un anillo de calles alrededor de la Plaza. El 4 de abril de 1910, el rey Alfonso XIII dio inicio a las obras de construcción de la Gran Vía. A finales de 1929, Ramón Gómez de la Serna inauguró desde la Puerta del Sol un nuevo programa radiofónico.

En 1875, lució la primera farola en la Puerta del Sol. En noviembre de 1881, ya se había introducido el alumbrado eléctrico. En 1894, se colocaron faroles de arco voltaico.

Los nuevos medios de transporte

La población de Madrid creció mucho en el siglo XIX. La aparición de nuevos medios de transporte, como la locomotora de vapor, atrajo a muchos visitantes. El 9 de febrero de 1851, se inauguró la primera estación de ferrocarril de Madrid, la estación del Mediodía. La historia de los tranvías de Madrid se remonta a finales del siglo XIX, siendo un medio de transporte popular.

Los primeros tranvías

Archivo:Metro Madrid Pinar Chamartin 5
Tranvía madrileño del tipo 477, expuesto en la Estación de Pinar de Chamartín. Data de comienzos de los años 1940.

Los primeros tranvías eran tirados por animales. La primera línea, Sol-Salamanca, se inauguró el 31 de mayo de 1871. Cada carroza tenía dos pisos y era tirada por mulas. Pronto se abrieron otras líneas a estaciones o mercados. La primera línea fue electrificada en 1898. Durante un tiempo, convivieron los tranvías tirados por animales con los eléctricos. Los tranvías eléctricos con trole aparecieron en 1906. Al principio, la gente tomaba los tranvías desde cualquier punto de la plaza, pero con el crecimiento de la población, se instalaron barandillas metálicas para que los pasajeros esperaran en orden. Este sistema tuvo poco éxito. El 10 de julio de 1906, se estableció un servicio nocturno desde la Puerta del Sol.

Entre 1920 y 1933, la Sociedad Madrileña de Tranvías dio servicio a la red de tranvías de la capital. Las calles con vías eran Alcalá, Montera, Preciados, Mayor y Carretas. Algunos vehículos eran llamados "cangrejos" por su color rojo. En los años 1930, la Puerta del Sol se colapsó por la cantidad de tranvías, ya que gran parte de la red tenía su cabecera allí. Se producían grandes atascos. Durante la Guerra Civil, el problema desapareció, pero resurgió en la posguerra. En 1947, se creó la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que controló el transporte público con autobuses. La EMT reordenó las líneas para liberar la congestión de la Puerta del Sol. Poco a poco, los tranvías abandonaron la Puerta, y el último circuló en 1949. En 1972, circuló el último tranvía por las calles de Madrid.

La llegada del metro

En 1913, el ingeniero Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña se dio cuenta de la necesidad de crear una línea ferroviaria subterránea. En 1914, comenzó a elaborar los diseños con otros ingenieros. El proyecto incluía un tramo de tres kilómetros y medio desde Sol hasta Cuatro Caminos. Las primeras obras de excavación comenzaron en junio de 1917 en la Puerta del Sol. Los túneles se perforaron a cielo abierto en la plaza, lo que impidió el tránsito durante un par de años.

La Estación de Sol fue una de las primeras estaciones del Metro de Madrid. La línea 1 entró en funcionamiento el 17 de octubre de 1919, con la asistencia de Alfonso XIII. El 31 de octubre, se abrió al público el primer tramo del metro entre Sol y Cuatro Caminos. Posteriormente, la red se amplió.

El éxito de este transporte hizo que un año después, el alcalde de Madrid inaugurara la línea Sol-Ventas y en 1921 el tramo Sol-Atocha. Además de las tres salidas de metro, se colocó un templete de Antonio Palacios en el centro de la Puerta del Sol, que fue derribado en 1934 para la conexión con la línea 3.

El período de los Cafés y las tertulias

Archivo:Reloj de la Puerta del Sol
Reloj de Gobernación.

Entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, surgieron muchos cafés alrededor de la Puerta del Sol, llegando a haber casi una decena. Coincidió con el trienio liberal (1820-1822), cuando los cafés se multiplicaron como lugares de reunión de liberales. En ellos se servía el típico café con tostada, y eran frecuentes las "peñas" y reuniones de tertulia. Uno de los primeros fue el Lorencini, lugar de reunión de los liberales.

El Café Universal era conocido como "el de los espejos". El Café de Levante era un lugar donde se jugaba al ajedrez. El Café de Correos estaba lleno de funcionarios. El Café Lisboa, en los bajos de la Casa Cordero, fue luego el Café del Comercio, donde tenía su tertulia Jacinto Benavente.

El Café Imperial, uno de los más grandes del Madrid del XIX, pasó a llamarse Café de la Montaña, famoso porque allí Ramón María del Valle-Inclán perdió un brazo en una disputa. En la calle de Alcalá, junto al Café de la Montaña, estaba la chocolatería de Doña Mariquita. Todos estos cafés fueron visitados en 1879 por un perro muy popular llamado perro Paco. El Café Oriental estaba en los bajos del Hotel de la Paix. El café Colonial, frecuentado por Rubén Darío, fue luego lugar de tertulia de la Generación del 98.

Además de los Cafés, las reformas de la Puerta del Sol permitieron la proliferación de locales comerciales. Uno de los más conocidos es La Pajarita, inaugurada en 1852, que ofrecía caramelos aromatizados. En 1915, se abrió La Violeta, que ofrece violetas, un dulce típico de Madrid. En 1894, Juan Ripoll inauguró la pastelería y salón de té La Mallorquina, el único establecimiento del siglo XIX que sigue en la Puerta del Sol con su función original.

La desaparición de los Cafés fue progresiva después de la Guerra Civil. Los quiosqueros que vendían periódicos se instalaron en las aceras, recordando en sus quioscos los nombres de los antiguos cafés.

El reloj de Gobernación

Archivo:Estatua ecuestre de Carlos III - 03
La estatua ecuestre de Carlos III frente al reloj actual.

A finales del siglo XIX, tener la hora exacta era algo de personas con reloj. El resto se guiaba por las campanadas. Desde el siglo XVIII, la Iglesia del Buen Suceso tenía un reloj de torre en su fachada, que regulaba el paso de diligencias y correos. Era poco preciso y con una sola manecilla. Las quejas de los madrileños crecieron por sus constantes paradas.

Al derribar la Iglesia del Buen Suceso en 1854, se instaló un nuevo reloj en la fachada superior del edificio de Gobernación, fabricado por Tomás de Miguel, con manecilla de minutos y tres esferas. Era llamativo pero poco exacto. Un dicho popular decía: «A nadie dejará descontento (...) cada uno puede y escoger a su gusto aquella que más le acomode». Con la renovación de la plaza en 1860, se le añadió una bola que caía al mediodía, llamada "bola eléctrica". El mal funcionamiento de este reloj se reflejó en un epigrama popular.

La situación cambió en 1866, cuando el famoso relojero español Losada instaló uno nuevo con una precisión nunca vista. Sus doce campanadas de fin de año resonarían en toda España.

El "Reloj de Losada"

En 1863, el relojero José Rodríguez Conejero (Losada) se ofreció a donar un nuevo reloj más preciso. Tardó tres años en construirlo, y el 19 de noviembre de 1866, fue inaugurado por Isabel II en su cumpleaños. La bola que descendía al mediodía sonaba un timbre, tradición que se mantuvo hasta los años 1930. En 1928, una de las pesas se desprendió y cayó al despacho del gobernador. El nuevo reloj ha funcionado perfectamente hasta hoy, dando las campanadas de fin de año. Cada año, 28 segundos antes de las doce de la noche del 31 de diciembre, la bola del reloj baja, luego suenan los cuatro cuartos y después las 12 campanadas, una cada tres segundos.

En 1941, Radio Nacional de España comenzó a transmitir las señales horarias con el sonido de las campanas del reloj de Gobernación. En 1952, el embajador de Venezuela hizo una oferta para comprar el reloj, pero no se llegó a un acuerdo.

Las uvas de Nochevieja

El reloj de Gobernación, además de dar la hora, fue cobrando protagonismo nacional. La prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897: "Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante". Al año siguiente, la prensa animaba esta tradición. Aunque algunos la sitúan en 1880, está documentada desde diciembre de 1897, fijando en diciembre de 1896 el inicio de la tradición de comer doce uvas con las campanadas del reloj de la Puerta del Sol.

Otra explicación dice que en el otoño de 1909 hubo una gran cosecha de uvas, y para aumentar el consumo, se entregaron racimos a los asistentes al Año Nuevo en la Puerta del Sol. Se dice que alguien tuvo la idea de tomar una uva por cada campanada. En la fachada norte de la Puerta del Sol, en el Gran Hotel Universo, comenzó la tradición que luego se haría tan popular. Las primeras campanadas televisadas fueron en diciembre de 1962, y desde entonces se han retransmitido siempre.

Un hecho inusual ocurrió en la Nochevieja de 2020, cuando, debido a las medidas de distanciamiento social por la pandemia de COVID-19, el acceso al público a la Puerta del Sol estuvo cerrado. Las campanadas sonaron en la plaza solo con la presencia del artista Nacho Cano, acompañando al piano a la cantante KUVE interpretando el tema Un año más, en homenaje a los fallecidos.

El siglo XX

Archivo:Brunnen auf der Plaza Puerta del Sol
Vista de la entrada de la calle Carretas a través de una de sus dos fuentes.

La Puerta del Sol cobró protagonismo en 1906 por las bodas reales. Se convirtió en un símbolo de la vida política del país, a medio camino entre el Palacio de las Cortes de España y el Palacio Real de Madrid.

Una pequeña tienda llamada El Corte Inglés, dedicada a la sastrería y confección para niños, comenzó su actividad en la calle Preciados. Había sido fundada en 1890. A mediados del siglo XX, esta tienda, convertida en grandes almacenes, se expandiría por la zona norte de la Puerta del Sol. A finales del siglo XIX, uno de los centros comerciales más importantes era el Bazar de la Unión. En 1911, se celebró un Congreso Eucarístico Universal en la Puerta del Sol. En 1913, se derribó el Palacio de Oñate.

El futuro rey Alfonso XIII, de niño, y su madre, la reina regente María Cristina, protagonizaron una anécdota que dio lugar a una historia infantil popular. Cuando Alfonso perdió un diente de leche, su madre encargó al Padre Luis Coloma un cuento para tranquilizarlo. Coloma escribió el cuento del Ratoncito Pérez, un ratón imaginario que vivía en una confitería cerca de la Puerta del Sol y recogía los dientes de los niños.

El 12 de noviembre de 1912, el senador José Canalejas fue asesinado frente a la Librería San Martín por un anarquista. Hay una placa conmemorativa de este suceso. Ese mismo año, el escritor Ramón Gómez de la Serna estableció una famosa tertulia en el Café Pombo.

El escritor Ramón del Valle Inclán escribió en 1928 la obra Luces de Bohemia, donde parte de la acción ocurre en la Puerta del Sol. En 1929, Francisco Elías dirigió la primera película española sonora, El misterio de la Puerta del Sol, que mostraba el bullicio de la Puerta.

Muchas celebraciones revolucionarias de la época tuvieron lugar en la Puerta del Sol. En 1923, se proclamó la dictadura de Miguel Primo de Rivera en la Puerta del Sol.

En esta época, las procesiones del Corpus Christi en Madrid y del Viernes Santo tenían su recorrido principal en la Puerta del Sol. También se celebraba cada año la llegada de los ganados, recordando el pasado rural.

Segunda República y Guerra Civil

El 14 de abril de 1931, se proclamó la proclamación de la Segunda República Española, y la Puerta del Sol fue testigo del cambio de poder y las celebraciones populares. La multitud era tan grande que los miembros del gobierno provisional tardaron dos horas en llegar a la Casa de Correos. En 1934, hubo un tiroteo sin consecuencias en la Puerta del Sol. La Puerta del Sol se convirtió en el centro de celebraciones y protestas durante la República.

Durante los inicios de la Guerra Civil, Madrid quedó bajo el bando republicano. En noviembre de 1936, comenzó la batalla de Madrid. El general Franco y Mola ordenaron la ofensiva contra la capital, declarando que "tomarán café en la Puerta del Sol la próxima semana". La resistencia en la Ciudad Universitaria impidió el asalto. Madrid resistió hasta 1939.

Durante los primeros bombardeos aéreos en diciembre, la Puerta del Sol sufrió daños en su adoquinado y en algunas casas. Uno de los más graves fue el 17 de noviembre de 1936, cuando una bomba explotó en la esquina con la calle de Alcalá, abriendo un cráter de veinte metros de diámetro. La violencia de los ataques aéreos disminuyó en diciembre, y luego se ampliaron los ataques de artillería desde la Casa de Campo. La Puerta del Sol fue afectada diariamente por la artillería. El año 1936 terminó con el bombardeo de la Puerta del Sol, con doce proyectiles lanzados durante las campanadas de Nochevieja.

El aspecto de la Puerta del Sol durante el conflicto era de casas demolidas, fachadas dañadas y cráteres. Una de las esferas del reloj de Gobernación fue dañada por un proyectil. El 1 de abril, Franco firmó el último parte de guerra, y sus tropas ocuparon la Puerta del Sol. Comenzó el periodo de posguerra y la restauración de los daños.

Período de posguerra

Archivo:Tipo Pepe (luminoso)-Puerta del Sol
El cartel luminoso de "Tío Pepe", colocado en los años 1960, fue uno de entre tantos otros luminosos colocados en el mismo sitio.

Después de la ocupación por las tropas franquistas, las autoridades militares quisieron cambiar el paisaje de Madrid. El nuevo régimen asociaba la Puerta del Sol con la República y los movimientos revolucionarios. En 1939, el ministro de Gobernación, Serrano Suñer, afirmó que el objetivo era "acabar con la españolería trágica del Madrid decadente y castizo, aunque hayan de desaparecer la Puerta del Sol". Se diseñaron grandes proyectos para un "Madrid imperial", pero no se realizaron por motivos económicos.

Durante la posguerra, el edificio de Correos se usó como jefatura de policía y Dirección General de Seguridad del Estado. Los sótanos se llenaron de presos. Después de la Guerra Civil, los grandes almacenes El Corte Inglés adquirieron una finca en la calle de Preciados. Los centros comerciales aumentaron su presencia.

En 1950, el arquitecto municipal Herrero de Palacios dirigió una reforma de la Puerta del Sol para renovar el mobiliario urbano. El régimen de Franco vigilaba la zona para evitar que fuera lugar de reunión.

Hubo una disputa sobre si la Puerta del Sol seguía siendo el centro de la Villa. Finalmente, el Tribunal Supremo, en 1967, confirmó que el centro de Madrid es la Puerta del Sol.

Se desmantelaron algunas líneas de tranvía para facilitar el tránsito de vehículos. En 1950, se colocó frente al Edificio de Gobernación una placa horizontal en el suelo que representa el famoso Kilómetro Cero, origen de las seis carreteras radiales de la Capital. Se convirtió en un lugar de reunión. En los años sesenta, se puso de moda colocar un gran árbol de Navidad iluminado en el centro de la Plaza. En la reforma de 1951, se colocaron dos fuentes gemelas.

En los años sesenta, el flujo diario de personas en la Puerta del Sol era enorme. En 1951, los trolebuses sustituyeron a los tranvías eléctricos. Se estableció por primera vez la cabalgata de los Reyes Magos. Poco a poco, los hoteles antiguos desaparecieron, y los locales se convirtieron en centros comerciales, pensiones y oficinas. Los abundantes anuncios luminosos que rodeaban los balcones de la Puerta del Sol fueron eliminados progresivamente. Sin embargo, el anuncio luminoso de "Tío Pepe" (una botella de Jerez) se salvó debido a su alto costo de retirada y se convirtió en un símbolo moderno de la Puerta del Sol.

La retransmisión de las doce campanadas, que hasta entonces se seguía por radio, comenzó en Televisión Española en 1962. El reloj de la Puerta del Sol sigue con el mismo ritual anual.

Archivo:Puerta Del Sol Bear Statue
Estatua del Oso y el Madroño, colocada en la plaza en 1967.

En 1967, se colocó en la plaza una estatua de cuatro metros de altura con la figura del Oso y del Madroño, que representa los símbolos heráldicos de Madrid. Esta estatua ha cambiado de lugar varias veces. Poco a poco, los cafés de tertulia desaparecieron del centro de Madrid. Uno de los últimos fue el Café Universal, que cerró en 1974.

El 13 de septiembre de 1974, ETA-V Asamblea cometió el atentado de la Calle del Correo, donde una bomba explotó en una cafetería, causando doce muertos y más de setenta heridos. En 1986, se remodelaron las fachadas de los edificios de la Puerta del Sol.

En plena movida madrileña, el grupo de música pop Mecano lanzó un sencillo titulado Un año más, que dedica una canción a las campanadas y las doce uvas de Nochevieja. En 1986, se realizaron renovaciones estéticas en la plaza. Las fuentes gemelas se trasladaron y fueron sustituidas por otras. El alcalde Enrique Tierno Galván hizo regresar la estatua de la Mariblanca a la Puerta del Sol. Se decidió cerrar algunas calles al tráfico, como Preciados, Carmen y Montera. La Puerta se convirtió en un lugar para la recolección de sangre.

El siglo XXI

Archivo:Puerta del Sol (Madrid) 04
Puerta del Sol antes de la remodelación de 2005. Se pueden ver las 'polémicas' farolas que los madrileños tildaron de «supositorios».

Una de las figuras que adornan la Puerta del Sol hoy es la Estatua ecuestre de Carlos III, colocada en 1994 casi en el centro de la plaza. Es una reproducción en bronce de una obra de Juan Pascual de Mena. El Kilómetro Cero se ha convertido en un lugar de encuentro muy popular. En 2000, se rodó una película sobre el tema, Km. 0. En 2002, se hizo famoso el recorrido cultural conocido como la noche de Max Estrella, que pasa por la Puerta del Sol. En 2006, el Hotel París cerró definitivamente.

En recuerdo de las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004, se colocó una placa de mármol en la fachada del edificio de Correos. Unas obras de mejora de los accesos del metro hicieron que en mayo de 2006 aparecieran los restos de la iglesia del Buen Suceso. Se encontraron restos humanos, posiblemente de la Guerra de la Independencia. También se investigaron las antiguas canalizaciones de las primeras ubicaciones de la fuente de la Mariblanca.

La Puerta del Sol se convirtió en un lugar de tiendas de informática y telecomunicaciones. En junio de 2014, se abrió la tienda número 101 de Apple Store, ocupando parte del antiguo Hotel París. Vodafone España ubicó una tienda en la Plaza y logró que la estación de Metro se llamara "Vodafone Sol" por un tiempo.

La reforma de 2005

La segunda remodelación de la Puerta del Sol comenzó en 2005 y terminó en junio de 2009. Los objetivos fueron aumentar la zona peatonal, reducir el tráfico, hacer peatonales las calles Arenal y Montera, y conectar la red de Metro con la de Cercanías. Las obras se asignaron a la constructora Sacyr Vallehermoso. Durante este tiempo, algunos accesos se cortaron al tráfico y la parte oriental de la plaza estuvo vallada. Las excavaciones mejoraron la estación de Metro y conectaron la Puerta del Sol con la red de Cercanías, permitiendo ir directamente a las principales estaciones de tren de la ciudad: Atocha y Chamartín.

Archivo:Sol entrada 3521
Boca de metro instalada en la reforma de 2005

Como resultado de las obras, apareció una nueva boca de metro en la superficie: un templete de cristal diseñado por el arquitecto Antonio Fernández Alba, conocido popularmente como "iglú". Se colocó de nuevo la estatua de la Mariblanca a la entrada de la calle Arenal. El 25 de septiembre de 2009, se cambió la ubicación de la estatua del oso y del madroño a la entrada de la calle de Alcalá, su lugar original. Se amplió la acera de la parte norte, ya que las calles Arenal, Preciados, Carmen, Montera y parte de Alcalá se hicieron peatonales. El acceso de coches a la plaza se restringió al eje Mayor-Carrera de San Jerónimo. Se añadió una boca de metro (sumando tres en total). Se colocó una nueva placa conmemorativa del kilómetro cero. La inauguración de la nueva Puerta del Sol, el 27 de junio de 2009, puso fin a las reformas.

Las obras de reforma, que aumentaron el área peatonal, no solo afectaron la superficie de la plaza. También se centraron en el subsuelo. Durante las excavaciones, aparecieron por sorpresa en mayo de 2006 los pilares de la Iglesia del Buen Suceso. También se encontraron restos humanos, posiblemente de la Guerra de la Independencia y de los fusilamientos del 2 de mayo de 1808. Este hallazgo arqueológico retrasó la finalización de la reforma un año. Se decidió construir en la propia estación un espacio dedicado al hallazgo arqueológico, donde se pueden admirar los restos del pilar de la fachada de la Iglesia del Buen Suceso, protegidos por una vitrina.

La plaza tras la reforma

La reforma dejó una plaza con algunas calles de acceso peatonales, y otras con circulación de coches restringida. La aparición de nuevos elementos urbanos, como el "iglú" central y el regreso de la estatua de la Mariblanca, cambiaron los patrones de los lugares de encuentro. La crisis económica hizo que proliferaran tiendas de compra y venta de oro, lo que llevó a la aparición de "hombres anuncio" en busca de clientes. La estética de los artistas callejeros y músicos también floreció en la plaza.

Movimiento 15-M

El 15 de mayo de 2011, una manifestación convocada por la plataforma Democracia Real Ya llevó a decenas de manifestantes a acampar en la plaza esa noche. Al día siguiente, más personas se unieron, llegando a miles en la semana siguiente. Este evento dio origen a las protestas contra el sistema político español y los privilegios de los políticos, reclamando un cambio político, social y económico en España. Desde esta plaza, las protestas se extendieron a otras ciudades españolas. Así, la plaza se convirtió en el símbolo del Movimiento 15M. Después de varias semanas de acampada, los comerciantes cercanos se quejaron de la caída de sus ventas. El 19 de junio, se propuso la disolución de la acampada, y la mayoría abandonó la Puerta del Sol, decidiendo movilizarse por las calles de Madrid. El 2 de agosto, la Policía Nacional desalojó a los últimos acampados.

La reforma de 2022

La tercera remodelación de la Puerta del Sol, que hizo peatonal toda la zona y le dio una nueva imagen, comenzó en marzo de 2022 y terminó en el tercer trimestre de 2023. Estas obras incluyeron la sustitución del pavimento y el alumbrado, la integración de nuevo mobiliario urbano y la reubicación de elementos como los quioscos. También desaparecieron las dos fuentes, que fueron sustituidas por una nueva de mayores dimensiones, donde se colocó la estatua ecuestre de Carlos III. De esta obra, aún queda pendiente cambiar la boca principal de acceso a la estación de metro y Cercanías, conocida como "la ballena", por una estructura de vidrio.

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Historia de la Puerta del Sol para Niños. Enciclopedia Kiddle.