Conde de Aranda para niños
Datos para niños Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urreax conde de Aranda |
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![]() Retrato de Pedro Pablo Abarca de Bolea,
por Francisco Jover y Casanova. |
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Primer secretario de Estado | ||
28 de febrero-15 de noviembre de 1792 | ||
Monarca | Carlos IV de España | |
Predecesor | José Moñino, conde de Floridablanca | |
Sucesor | Manuel Godoy | |
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Embajador de España en Francia | ||
1773-1787 | ||
Predecesor | Joaquín Atanasio Pignatelli de Aragón y Moncayo | |
Sucesor | Carlos José Gutiérrez de los Ríos | |
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![]() Presidente del Consejo de Castilla |
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1766-1773 | ||
Predecesor | Diego de Rojas y Contreras | |
Sucesor | Manuel Ventura Figueroa | |
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Información personal | ||
Nombre completo | Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea | |
Nombre en español | Pedro Pablo Abarca de Bolea-Ximénez de Urrea y Pons de Mendoza | |
Nacimiento | 18 de diciembre de 1718 Castillo del conde de Aranda (Siétamo, España) |
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Fallecimiento | 9 de enero de 1798 Palacio de los condes de Aranda (Épila) (Épila, España) |
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Sepultura | Panteón de nobles de San Juan de la Peña | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Familia | Linaje de los Ximénez de Urrea | |
Padre | Buenaventura Pedro Abarca de Bolea Ximénez de Urrea y Bermúdez de Castro | |
Información profesional | ||
Ocupación | Diplomático, político, militar, oficial militar y oficial de ejército | |
Rama militar | Ejército de Tierra de España | |
Rango militar | Capitán General del Ejército | |
Conflictos | Guerra de sucesión austríaca | |
Miembro de | Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis | |
Distinciones |
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Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, conocido como el X conde de Aranda, fue un importante noble, militar y estadista español. Nació en Siétamo el 1 de agosto de 1719 y falleció en Épila el 9 de enero de 1798. Fue una figura clave durante la Ilustración en España, llegando a ser presidente del Consejo de Castilla (1766-1773) y secretario de Estado del rey Carlos IV en 1792.
Contenido
Los primeros años del conde de Aranda
Pedro Pablo Abarca de Bolea nació en Siétamo, un lugar importante para su familia. Su padre, Pedro de Alcántara Buenaventura Abarca de Bolea, era un noble de Aragón. Su madre, María Josefa Pons de Mendoza, era una noble catalana.
Educación y viajes por Europa
Desde joven, Pedro Pablo recibió una educación de alto nivel. En 1734, fue enviado al Colegio de Nobles de Parma en Italia, una de las escuelas más prestigiosas de la época. Allí estudió lógica, física y matemáticas, mostrando un gran interés por los temas militares.
Después, continuó sus estudios en Bolonia y Roma. Siendo muy joven, viajó por toda Europa. Esto le permitió adquirir una formación muy completa y abierta a nuevas ideas. Por eso, pronto se le relacionó con los pensadores de la Ilustración, que buscaban el conocimiento y la razón.
Carrera militar y diplomática
En 1740, el conde de Aranda decidió dedicarse a la carrera militar. Sirvió en el ejército y más tarde viajó a Prusia, donde conoció a Federico el Grande. También vivió en París y visitó Londres antes de regresar a España.
Gracias a su trabajo y al apoyo de Ricardo Wall, el rey Fernando VI lo nombró embajador en Lisboa (1755-1756). Así, empezó a ganar influencia y popularidad. Bajo el reinado de Carlos III, fue embajador en Varsovia y obtuvo el grado de capitán general.
En 1762, lideró el ejército español que invadió Portugal durante la Guerra Fantástica. Sin embargo, esta campaña tuvo resultados difíciles, y el ejército sufrió muchas bajas. Después, fue gobernador de Valencia y, en 1765, presidente del Consejo de Castilla y capitán general de Castilla la Nueva.
El conde de Aranda durante el reinado de Carlos III
Durante el reinado de Carlos III, el conde de Aranda tuvo un papel muy activo en tres momentos importantes: el motín de Esquilache, la expulsión de los jesuitas y su tiempo como embajador en París.
¿Qué fue el motín de Esquilache?
El conde de Aranda se convirtió en presidente del Consejo de Castilla después del motín de Esquilache. Este motín fue una revuelta popular en Madrid en 1766, causada por medidas del gobierno, como la prohibición de usar capas largas y sombreros grandes. El rey Carlos III tuvo que ceder ante las demandas del pueblo.

El conde de Aranda tuvo la difícil tarea de restaurar la autoridad del rey. Con su popularidad entre la gente y el apoyo de otros políticos, logró que se aceptaran los cambios sin causar más problemas. Consiguió que la gente cambiara las capas largas y los sombreros por el tricornio y la capa corta.
También logró que el rey regresara a Madrid, ya que se había trasladado al Palacio Real de Aranjuez por seguridad. Durante su tiempo al frente del Consejo de Castilla, Aranda impulsó reformas basadas en las ideas de la Ilustración. Estas reformas le ganaron el aprecio del pueblo y el elogio de pensadores como Voltaire.
Las reformas se centraron en la agricultura, la colonización de sierra Morena y el apoyo a las Sociedades Económicas de Amigos del País. También se elaboró el Censo del Conde de Aranda (1768-1769), que fue el primer censo de población en España.
La expulsión de los jesuitas
Una consecuencia importante del motín de Esquilache fue la expulsión de la Compañía de Jesús de España en 1767. El conde de Aranda, con el apoyo de otros consejeros, investigó si los jesuitas habían participado en el motín.

Finalmente, el rey Carlos III firmó el decreto de expulsión en febrero de 1767. Los jesuitas fueron acusados de varias cosas, como tener planes para crear un imperio en Paraguay y de cuestionar el derecho del rey a gobernar.
El conde de Aranda fue el encargado de llevar a cabo esta difícil tarea. Se aseguró de que los jesuitas fueran trasladados con el mayor cuidado posible, aunque el proceso fue complicado. En 1773, el papa Clemente XIV disolvió la Compañía de Jesús en toda la cristiandad.
Embajador en París: Logros diplomáticos
En 1773, el conde de Aranda fue nombrado embajador de España en Francia. Esto ocurrió después de un desacuerdo sobre la ocupación de las Malvinas por los ingleses. Aranda quería una intervención militar, pero la situación internacional no lo permitió.
Durante su tiempo en París (1773-1787), Aranda logró importantes éxitos diplomáticos. Uno de los más destacados fue el acuerdo con Inglaterra que permitió la devolución de Menorca a España en 1783. Este acuerdo fue parte del Tratado de Versalles, que puso fin a la guerra de Independencia de los Estados Unidos de América.
Gracias a este tratado, España también recuperó Florida y algunas zonas de las costas de Nicaragua, Honduras y Campeche. Sin embargo, no se logró recuperar Gibraltar. En París, Aranda conoció a muchos pensadores de la Ilustración, lo que influyó en sus ideas. Regresó a Madrid en 1787.
El conde de Aranda durante el reinado de Carlos IV
El reinado de Carlos IV estuvo marcado por la Revolución francesa, un evento que afectó mucho la carrera del conde de Aranda.
Proyectos y mejoras en España
El conde de Aranda impulsó varios proyectos importantes en España. Encargó el diseño del Salón del Prado en Madrid, que finalmente fue ejecutado por Ventura Rodríguez. También apoyó la creación de un convento junto a su palacio en Épila y una casa de verano.
Fue un gran impulsor del Canal Imperial de Aragón, una obra muy ambiciosa que buscaba unir el Cantábrico con el Mediterráneo por vía navegable. Este canal también serviría para regar tierras y mejorar la agricultura en Aragón.

En 1765, Aranda propuso mejoras urbanísticas para ciudades como Cartagena, destacando la importancia de crear paseos y zonas verdes para los ciudadanos. También planteó un canal de regadío para las campiñas de Guadalajara y Alcalá de Henares, que se construyó años después como el Canal del Henares.
Además, fue un emprendedor en la modernización de la cerámica de Alcora, donde tenía una fábrica que heredó de su padre.
España y la Independencia de Estados Unidos
Las tensiones entre las colonias americanas y Gran Bretaña llevaron a la guerra de Independencia de los Estados Unidos de América. España, aunque con cautela, decidió ayudar a los rebeldes para debilitar a su rival inglés.
El conde de Aranda, como embajador en Francia, tuvo contacto directo con figuras como Benjamin Franklin, quien buscaba apoyo para la causa independentista. Aranda informó al rey sobre estos encuentros.
El miedo de Gran Bretaña a perder poder llevó a un tratado secreto con las colonias. Este tratado fijó las fronteras de los nuevos Estados Unidos con España. El conde de Aranda fue el representante del rey en el Tratado de Versalles de 1783, que reconoció la independencia de Estados Unidos.
La Revolución francesa y la caída de Aranda
Tras la muerte de Carlos III en 1788, Carlos IV subió al trono. La Revolución francesa en 1789 cambió la política europea. El gobierno español, liderado por Floridablanca, intentó ocultar los sucesos de Francia para evitar que las ideas revolucionarias se extendieran por España.
Aranda criticó esta política y, con el apoyo de su grupo, logró que el rey destituyera a Floridablanca en febrero de 1792. Aranda se convirtió en secretario de Estado y cambió el rumbo político.
Suavizó la vigilancia sobre los extranjeros y permitió la distribución de periódicos franceses. Sin embargo, cuando la familia real francesa fue encarcelada y la monarquía abolida, se impusieron medidas más estrictas. España recibió una gran cantidad de refugiados, en su mayoría nobles y religiosos.
En noviembre de 1792, Aranda fue reemplazado por Manuel Godoy, un joven militar que había ganado la confianza del rey. Pocos meses después, el rey Luis XVI fue ejecutado y estalló la guerra de la Convención. Aranda siguió siendo parte del Consejo de Estado, pero fue desterrado a Jaén en 1794 por oponerse a Godoy. Nunca regresaría a Madrid.
El legado del conde de Aranda
El conde de Aranda es una de las figuras más debatidas del siglo XVIII en la historia de España. Se le considera un representante del reformismo ilustrado español, junto a otros importantes personajes de su época.
Dedicó su vida al servicio de varios reyes, como Felipe V, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV. Sus ideas reformistas contribuyeron a mejorar y entender mejor la sociedad española de su tiempo. Un ejemplo es su censo de población, uno de los primeros en Europa.
También fue un amante del arte. Introdujo la fabricación de porcelana en España con su propia fábrica en Alcora, aprovechando unos hornos que heredó de su padre.

En Épila, dejó su palacio, una casa de verano y su archivo personal. Este archivo es muy completo y valioso para la historia de Aragón y España. Parte de él fue donado al gobierno de Aragón.
Voltaire dijo de él: "con media docena de hombres como Aranda, España quedaría regenerada" (mejorada).
Muerte y lugar de descanso
En 1795, el rey Carlos IV le permitió vivir en Aragón. El conde de Aranda se retiró a Épila, donde falleció en 1798.
Fue enterrado primero en el monasterio de San Juan de la Peña. Luego, sus restos fueron trasladados al Panteón de Hombres Ilustres en Madrid. Finalmente, en 1985, sus restos regresaron al Panteón de Nobles del monasterio de San Juan de la Peña, donde descansan actualmente.
En 2014, se descubrieron las memorias escritas por el conde en el palacio de sus parientes en Pedrola. En ellas, el conde se defiende y expresa sus quejas por el trato recibido por el rey y Godoy. Muestra su punto de vista sobre los eventos de su destierro y el desprecio a sus ideas, que eran muy avanzadas para su época.
En la cultura popular
Series de televisión
- El secreto de la porcelana (1999), dirigida por Roberto Bodegas, es una serie cuya historia se centra en la fábrica de porcelana.
Galería de imágenes
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Retratado por Passos en la Historia de España en el siglo XIX de Pi y Margall (1902)
Véase también
En inglés: Pedro Pablo Abarca de Bolea, 10th Count of Aranda Facts for Kids