Banco de sangre para niños
Un banco de sangre es un lugar muy importante donde se guarda y cuida la sangre que las personas donan. Esta sangre se guarda para usarla más tarde en transfusiones, que son procedimientos donde se pasa sangre de una persona a otra para ayudarla a recuperarse.
Normalmente, cuando hablamos de un "banco de sangre", nos referimos a una parte de un hospital. Allí, no solo se almacena la sangre, sino que también se hacen pruebas especiales para asegurarse de que la sangre sea compatible entre el donante y la persona que la va a recibir.
Contenido
¿Cómo Empezaron los Bancos de Sangre?
La idea de guardar sangre para usarla después no es tan antigua como podrías pensar. La primera vez que se hizo una transfusión sin pasar la sangre directamente de una persona a otra fue el 27 de marzo de 1914. Un médico belga llamado Albert Hustin lo hizo, usando una solución de sangre un poco diluida. Poco después, en noviembre del mismo año, el médico argentino Luis Agote usó una solución menos diluida. Ambos usaron una sustancia llamada citrato de sodio para evitar que la sangre se coagulara.
La Primera Guerra Mundial y la Sangre
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue un momento clave para que los bancos de sangre y las transfusiones se desarrollaran rápidamente. Había muchos soldados heridos que necesitaban sangre urgentemente, pero no siempre había donantes disponibles en el momento.
Un científico llamado Francis Peyton Rous, de la Universidad Rockefeller, se propuso resolver este problema. Junto con su colega Joseph R. Turner, hicieron dos descubrimientos muy importantes:
- Primero, se dieron cuenta de que era necesario conocer el tipo de sangre de las personas para evitar que la sangre se coagulara al mezclarla.
- Segundo, descubrieron que la sangre se podía conservar por más tiempo si se le aplicaba un tratamiento químico.
En junio de 1915, publicaron un informe donde explicaban un método sencillo para comprobar si la sangre de un donante y un receptor era compatible. Usaron citrato de sodio para diluir las muestras de sangre y, al mezclarlas, podían saber si la sangre era segura para una transfusión.
Rous sabía que el médico austriaco Karl Landsteiner había descubierto los grupos sanguíneos años antes. Sin embargo, no se había encontrado una forma práctica de usar ese conocimiento en las transfusiones hasta ese momento.
En febrero de 1916, Rous y Turner hicieron otro gran descubrimiento: cómo conservar la sangre por más tiempo. Añadieron una mezcla de citrato de sodio y glucosa (también llamada dextrosa) a la sangre. Con esta mezcla, las células de la sangre podían mantenerse en buen estado ¡hasta por cuatro semanas! Este método, a veces llamado solución de Rous-Turner, fue fundamental para el desarrollo de los bancos de sangre modernos.
Otro médico, Oswald Hope Robertson, que había trabajado con Rous, llevó estas ideas al frente occidental de la Primera Guerra Mundial en 1917. Allí, ayudó a establecer los primeros bancos de sangre, donde los soldados donaban sangre que se guardaba en botellas con citrato de sodio.
La Expansión de los Bancos de Sangre

El primer servicio de donación de sangre del mundo fue creado en 1921 por Percy Lane Oliver, de la Cruz Roja Británica. Este servicio era gratuito y creció muy rápido, ayudando a cientos de pacientes. Pronto, otros países como Francia, Alemania, Australia y Japón crearon servicios similares.
En la Unión Soviética, los médicos Vladimir Shamov y Sergei Yudin fueron pioneros en usar sangre de personas fallecidas recientemente para transfusiones. Yudin realizó la primera transfusión exitosa de este tipo en 1930. Ese mismo año, Yudin organizó el primer banco de sangre del mundo en el Instituto Nikolái Sklifosovsky, que sirvió de modelo para muchos otros.
Durante la Guerra civil española en 1936, el médico Frederic Durán-Jordà creó otro de los primeros bancos de sangre. La sangre se mezclaba con una solución especial y se guardaba en recipientes de vidrio a 2 °C. En 30 meses, este servicio procesó 9.000 litros de sangre.
En 1937, Bernard Fantus, en Chicago, Estados Unidos, creó uno de los primeros bancos de sangre en un hospital. Él fue quien inventó el término "banco de sangre". En pocos años, muchos hospitales y comunidades en Estados Unidos tuvieron sus propios bancos de sangre.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, en 1938, se creó en Gran Bretaña el Depósito de Suministros de Sangre del Ejército. Durante la guerra, Gran Bretaña suministró sangre a sus militares desde depósitos centrales, lo que resultó muy exitoso. Este sistema se convirtió en el Servicio Nacional de Transfusión de Sangre en 1946, el primer servicio nacional de este tipo.
Avances Médicos Importantes
En 1940, en Estados Unidos, Edwin Cohn desarrolló un proceso para separar la sangre en sus diferentes partes, llamado fraccionamiento de la sangre. Esto permitió aislar el plasma sanguíneo, que es esencial para mantener la presión en los vasos sanguíneos.
El uso del plasma como sustituto de la sangre completa fue propuesto en 1918. Durante la Segunda Guerra Mundial, se usó plasma líquido en Gran Bretaña. También se desarrolló un paquete de plasma seco, que era más fácil de transportar y almacenar. Charles R. Drew supervisó la producción de este plasma, transformando los métodos de laboratorio en una técnica de producción a gran escala.

Otro gran avance ocurrió en 1939-40, cuando Karl Landsteiner y otros descubrieron el sistema de grupos sanguíneos Rh. Este descubrimiento ayudó a evitar muchas reacciones negativas en las transfusiones. Poco después, se introdujo una solución llamada ACD (ácido-citrato-dextrosa), que permitía almacenar la sangre por más tiempo y transfundir mayores volúmenes.
En 1950, Carl Walter y W.P. Murphy Jr. introdujeron las bolsas de plástico para recoger sangre. Antes se usaban frascos de vidrio, que eran frágiles. Las bolsas de plástico hicieron posible separar la sangre en sus diferentes componentes de forma más segura y sencilla.
En 1979, se introdujo un nuevo conservante, el CPDA-1, que permitió que la sangre almacenada durara hasta 42 días. Esto aumentó la cantidad de sangre disponible y facilitó su distribución entre los bancos de sangre.
¿Cómo se Recoge y Procesa la Sangre?

Cuando una persona dona sangre, se le llama "sangre total". La mayor parte de esta sangre se separa en sus diferentes partes. La parte más usada son los glóbulos rojos.
- Los glóbulos rojos se guardan refrigerados a una temperatura de 1 a 6 °C. Pueden durar hasta 35 o 42 días. También se pueden congelar con glicerol y durar hasta diez años, pero esto es un proceso más complicado. Los glóbulos rojos congelados se guardan a -65 °C.
- El plasma sanguíneo (la parte líquida de la sangre) se congela para usarlo en transfusiones o para fabricar otros productos. Se guarda a -17.8 °C o menos, aunque normalmente a -30 °C.
- Las plaquetas (que ayudan a la sangre a coagularse) se separan y se guardan a temperatura ambiente (22.2 °C). Deben agitarse y tienen una vida útil de 5 a 7 días. Como se guardan a temperatura ambiente, hay que tener mucho cuidado con las bacterias.

Algunos bancos de sangre también recogen componentes específicos de la sangre usando un método llamado aféresis. Esto permite recoger solo plasma, glóbulos rojos o plaquetas, y el resto de la sangre se devuelve al donante.
En muchos países, como Estados Unidos y Europa, la mayoría de las donaciones de sangre para transfusiones provienen de voluntarios que no reciben dinero. Sin embargo, el plasma para otros usos a veces puede provenir de donantes pagados.
Los bancos de sangre también realizan muchas pruebas para asegurarse de que la sangre sea segura y compatible. Esto incluye identificar el grupo sanguíneo y buscar posibles enfermedades.
¿Cómo se Almacena y Gestiona la Sangre?
Los glóbulos rojos, que son el componente más transfundido, se guardan en refrigeración por hasta 42 días. Ha habido debates sobre si la edad de la sangre afecta su eficacia, pero los estudios no siempre están de acuerdo. Por ahora, la práctica común es usar la sangre más antigua primero para evitar que caduque.
Las plaquetas son diferentes. Solo pueden almacenarse por 7 días, principalmente porque se guardan a temperatura ambiente y tienen un mayor riesgo de contaminación.
¿Qué Pasa si la Sangre se Daña al Almacenarse?
Durante el almacenamiento, la sangre puede sufrir cambios que afectan su calidad. Esto se conoce como "lesión por almacenamiento". En el caso de los glóbulos rojos, esto puede hacer que sean menos efectivos para llevar oxígeno a los tejidos.
Existen reglas para minimizar este daño, como un tiempo máximo de almacenamiento (42 días) y un nivel mínimo de supervivencia de los glóbulos rojos después de la transfusión. Sin embargo, es difícil saber la calidad exacta de cada unidad de sangre antes de transfundirla.
Muchos médicos prefieren un "protocolo restrictivo", lo que significa que intentan hacer el menor número de transfusiones posible. Esto se debe a las dudas sobre la lesión por almacenamiento, los altos costos y la idea de que a veces se transfunde más sangre de la necesaria.
Almacenamiento a Largo Plazo
El almacenamiento de sangre a muy largo plazo no es tan común. Sin embargo, los glóbulos rojos poco comunes pueden conservarse mediante un proceso llamado crioconservación por hasta diez años. Para esto, se les añade una sustancia llamada glicerol (que actúa como "anticongelante") y se guardan en congeladores a temperaturas muy bajas.
Galería de imágenes
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Alexander Bogdanov creó un instituto científico para investigar los efectos de las transfusiones de sangre en Moscú, 1925.
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Cartel británico que anima a donar sangre para la guerra
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Charles R. Drew supervisó la producción de plasma sanguíneo para su envío a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial.
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Mujer recibiendo una donación de sangre, Sídney, Australia, 1940
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Un científico de la US Food and Drug Administration prepara muestras de donaciones de sangre para su análisis.
Véase también
En inglés: Blood transfusion Facts for Kids