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Proclamación de la Segunda República española para niños

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La proclamación de la Segunda República española fue un evento muy importante que ocurrió el 14 de abril de 1931. En esa fecha, España cambió su forma de gobierno: dejó de ser una monarquía, con un rey, para convertirse en una república. El rey de ese momento era Alfonso XIII. Este cambio se dio de manera pacífica y ordenada, lo cual fue algo único en la historia, ya que no hubo grandes conflictos ni violencia.

Muchos periódicos de la época destacaron lo tranquilo que fue este cambio. El escritor Miguel de Unamuno, que también era concejal, dijo que la gente había dado un gran ejemplo de civismo al mantener el orden. Para el poeta Antonio Machado, esos momentos estuvieron llenos de esperanza.

Archivo:Fitxer Proclamació de la República Plaça Sant Jaume. Fotògraf Josep Maria Sagarra, 1931
Proclamación de la Segunda República en la plaza de San Jaime de Barcelona.

¿Qué fue la dictablanda del general Berenguer?

La "dictablanda" fue un periodo de transición en España. El rey Alfonso XIII había permitido una dictadura antes, la de Primo de Rivera. Cuando esa dictadura terminó, el rey nombró al general Dámaso Berenguer en enero de 1930 para que el país volviera a la normalidad.

El término "dictablanda" se usó porque el gobierno de Berenguer no era una dictadura total, pero tampoco devolvía todas las libertades y leyes de antes. No se convocaron elecciones para crear una nueva Constitución, como pedían los grupos que querían una república. Después de Berenguer, hubo un gobierno muy corto del almirante Juan Bautista Aznar, que duró de febrero a abril de 1931. Este gobierno fue el que finalmente llevó a las elecciones que cambiaron el rumbo de España.

El Pacto de San Sebastián: ¿Cómo se organizó el cambio?

El 17 de agosto de 1930, varios grupos que querían una república se reunieron en San Sebastián. A esta reunión se le llamó el Pacto de San Sebastián. Aunque no se escribió un acta oficial, se cree que allí acordaron cómo trabajar juntos para terminar con la monarquía y establecer la Segunda República.

A la reunión asistieron importantes líderes de diferentes partidos republicanos, como Alejandro Lerroux, Manuel Azaña, Marcelino Domingo y Niceto Alcalá-Zamora. También estuvieron presentes representantes de grupos de Cataluña y Galicia. Más tarde, en octubre de 1930, se unieron al pacto dos organizaciones socialistas muy importantes: el PSOE y la UGT. Juntos, formaron un "comité revolucionario" para coordinar sus acciones.

La sublevación de Jaca: Un intento fallido

El comité revolucionario planeó una huelga general y un levantamiento militar para lograr el cambio. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban. Dos capitanes, Fermín Galán y Ángel García Hernández, adelantaron el levantamiento en Jaca el 12 de diciembre, antes de la fecha acordada.

Este intento fracasó y los dos capitanes fueron juzgados rápidamente y ejecutados. Su muerte conmovió mucho a la gente, que los vio como "mártires" de la futura República. Este evento hizo que la opinión pública se movilizara aún más a favor del cambio.

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931: El voto que lo cambió todo

En febrero de 1931, el rey Alfonso XIII puso fin al gobierno de Berenguer y nombró al almirante Juan Bautista Aznar como nuevo presidente. Aznar propuso un calendario de elecciones: primero serían las elecciones municipales el 12 de abril, y luego elecciones para formar un nuevo parlamento que podría cambiar la Constitución.

Muchos partidos entendieron que estas elecciones municipales eran en realidad un voto sobre si la monarquía debía continuar o no. Los partidos que apoyaban al rey estaban tan seguros de ganar que casi no hicieron campaña. Creían que los métodos antiguos de control del voto les asegurarían la victoria. Sin embargo, se equivocaron.

Archivo:13 d'abril portada
Portada del Heraldo de Madrid del 13 de abril de 1931.

El domingo 12 de abril, por la tarde, los resultados empezaron a llegar al Ministerio de la Gobernación en Madrid. Las primeras noticias de las zonas rurales eran buenas para los monárquicos, pero pronto se volvieron "desastrosas" cuando se conocieron los votos de las ciudades importantes. Las candidaturas republicanas y socialistas ganaron en 42 de las 50 capitales de provincia. Era la primera vez que un gobierno era derrotado en unas elecciones en España. En ciudades como Madrid y Barcelona, los concejales republicanos superaron ampliamente a los monárquicos.

La Guardia Civil y el cambio de régimen

Esa misma tarde del 12 de abril, los ministros del gobierno se dieron cuenta de la importancia de los resultados. El director general de la Guardia Civil, el general José Sanjurjo, estaba presente. Cuando le preguntaron sobre el ánimo de la Guardia Civil, su respuesta fue incierta, dando a entender que no podía asegurar su apoyo a la monarquía. Esto dejó claro a los ministros que no podían contar con la Guardia Civil para mantener al rey en el poder.

El lunes 13 de abril: La monarquía se tambalea

En la madrugada del 13 de abril, el ministro de la Guerra, Dámaso Berenguer, envió un telegrama a los generales, reconociendo la victoria republicana y pidiéndoles que no se opusieran a la "suprema voluntad nacional".

Por la mañana, el conde de Romanones, ministro de Estado, le dijo al rey Alfonso XIII que "todo estaba perdido". El rey respondió que no sería un obstáculo. Al mismo tiempo, otros ministros y políticos monárquicos empezaron a sugerir que el rey debía abandonar el país, al menos por un tiempo.

A las diez y media de la mañana, el almirante Aznar, presidente del gobierno, se reunió con el rey. Cuando los periodistas le preguntaron si habría una crisis de gobierno, Aznar respondió: "«¿Qué más crisis desean ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y se despierta republicano?»".

El gobierno se reunió por la tarde, muy confundido por los resultados. Algunos ministros querían resistir, pero la mayoría, liderados por el conde de Romanones, propusieron que el rey consultara para formar un nuevo gobierno. Sin embargo, muchos ya estaban convencidos de que la monarquía no tenía futuro.

Mientras tanto, el "comité revolucionario" republicano-socialista publicó un comunicado diciendo que el resultado de las elecciones era "desfavorable a la Monarquía y favorable a la República" y que actuarían para establecerla. Las calles de Madrid se llenaron de gente con banderas republicanas y cantando el Himno de Riego. Por la noche, corrió el rumor de que el rey había abandonado la ciudad, y la gente lo celebró.

El martes 14 de abril: Nace la República

La madrugada del 14 de abril

En la madrugada del lunes al martes, el conde de Romanones le pidió al rey que aceptara su renuncia. El rey intentó que la policía dispersara a la gente reunida en la Puerta del Sol, pero le informaron que los soldados no obedecerían. El rey entonces pidió una ruta segura para salir de España.

La proclamación en Vigo (fallida)

En Vigo, a la 1:00 de la madrugada del 14 de abril, algunos simpatizantes republicanos izaron la bandera tricolor en el ayuntamiento. Miles de personas se reunieron en las calles. Sin embargo, la Guardia Civil retiró la bandera poco después.

La proclamación de la República en Éibar

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Fachada del Ayuntamiento de Éibar con la bandera republicana durante la conmemoración en 2008 del 77 aniversario de la proclamación de la República.

Éibar fue la primera ciudad en proclamar la República y mantener la bandera tricolor. Fue a las seis y media de la mañana del 14 de abril de 1931. Los concejales recién elegidos, la mayoría socialistas y republicanos, proclamaron la Segunda República. El concejal más joven, Mateo Careaga, izó la bandera. Este fue un momento histórico, ya que por primera vez las clases medias y los trabajadores accedían al poder.

El escritor de Éibar, Toribio Echeverría, describió cómo el pueblo se reunió en la plaza, que pasó a llamarse "Plaza de la República", y cómo los concejales proclamaron la República y alzaron la bandera tricolor.

La proclamación de la República en Valencia

Después de Éibar, a lo largo del 14 de abril, la República se proclamó en los ayuntamientos de muchas ciudades. En Valencia, por ejemplo, las calles se llenaron de gente celebrando la victoria de la candidatura republicana-socialista. A diferencia del día anterior, la Guardia Civil no intervino para dispersar a los manifestantes.

A las cuatro de la tarde, una multitud se reunió frente al periódico del partido republicano. Luego, los concejales electos y la Junta Provisional Republicana se dirigieron al ayuntamiento. Allí, Sigfrido Blasco-Ibáñez proclamó la República ante la gente en la plaza, y se izaron la señera valenciana y la bandera republicana.

Más tarde, los concejales eligieron a Vicente Marco Miranda como alcalde provisional. Se redactó un comunicado para el pueblo valenciano, diciendo que la República había llegado de forma legal y ejemplar. Recibieron un saludo de Francesc Macià desde Barcelona, que había proclamado la "República Catalana". Valencia respondió con un mensaje de hermandad. El 15 de abril fue declarado festivo, y hubo un desfile militar en honor a la nueva bandera.

La proclamación de la "República Catalana" en Barcelona

Archivo:Bundesarchiv Bild 102-11543, Madrid, Ausrufung der Zweiten Spanischen Republik
Proclamación de la República en Barcelona.

Alrededor de la una y media de la tarde del 14 de abril, Lluís Companys, líder de Esquerra Republicana de Cataluña, proclamó la República desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona. Una hora después, Francesc Macià, también de Esquerra, se dirigió a la multitud y proclamó el "Estado Catalán", con la intención de que se integrara en una "Federación de Repúblicas Ibéricas".

Macià hizo varias declaraciones, buscando establecer una República Catalana dentro de una federación con los otros pueblos de España. Esta situación fue un desafío para el nuevo Gobierno Provisional de la República Española, que tuvo que negociar con Macià para que aceptara un estatuto de autonomía dentro de la República Española.

Madrid: Proclamación de la República y salida del Rey

En la mañana del 14 de abril, el general José Sanjurjo, director de la Guardia Civil, se presentó ante los miembros del "comité revolucionario" republicano-socialista en casa de Miguel Maura, poniéndose a sus órdenes. Esto fue clave, ya que significaba que la Guardia Civil no apoyaría al rey.

El rey Alfonso XIII pidió al conde de Romanones que hablara con Niceto Alcalá-Zamora, presidente del comité revolucionario, para acordar los detalles de la transición. Alcalá-Zamora fue muy claro: la monarquía había perdido y el rey debía abandonar el trono esa misma tarde. Le dijo a Romanones que el general Sanjurjo ya había dado su apoyo a los republicanos.

Archivo:Faro de Vigo, 1931, 15 de abril
15 de abril de 1931, proclamación de la república en el Faro de Vigo.

El rey se reunió con sus ministros, pero ya no había nada que hacer. Los ministros militares le dijeron que sería "peligroso" e "inútil" pedir al Ejército que interviniera. El rey leyó un mensaje a la nación y se despidió de sus ministros, anunciando que se iría a Cartagena.

Por la tarde, unos funcionarios izaron la bandera tricolor republicana en el edificio de Correos y Telégrafos en la plaza de la Cibeles. Una multitud se reunió y marchó hacia la Puerta del Sol, donde estaba el Ministerio de la Gobernación. La gente celebraba y algunos llevaban retratos de los capitanes Galán y García Hernández.

Los miembros del "comité revolucionario" llegaron al Ministerio de la Gobernación. Miguel Maura gritó: "«Señores, paso al Gobierno de la República»". Los guardias civiles les abrieron el paso. El comité revolucionario se convirtió en el Gobierno Provisional de la República, y Niceto Alcalá-Zamora fue nombrado su presidente. Eran las ocho de la tarde del 14 de abril.

A esa misma hora, el rey se despedía de los nobles en el Palacio de Oriente y abandonaba Madrid en coche hacia Cartagena, donde embarcó en un barco rumbo a Marsella. Horas después, la reina y el resto de la familia real también salieron de Madrid en tren hacia Francia.

El 16 de abril se publicó un mensaje del rey, redactado por Gabriel Maura Gamazo. En él, Alfonso XIII decía que las elecciones le habían mostrado que ya no tenía el apoyo de su pueblo. Afirmaba que no quería provocar un conflicto entre compatriotas y que, aunque no renunciaba a sus derechos, suspendía el ejercicio del Poder Real y se apartaba de España, reconociendo a la nación como "única señora de sus destinos".

El rey Alfonso XIII se fue del país sin renunciar formalmente al trono. Se instaló en Roma y falleció en 1941, después de abdicar en favor de su hijo Juan. En Madrid, la gente cantaba una coplilla popular que decía: "«Que no se ha marchau, que lo hemos echau. Que no se ha ido, que lo hemos barrido»".

La "fiesta popular revolucionaria": Un cambio único

La República no llegó por una conspiración de líderes políticos o un levantamiento militar, como había ocurrido en otras ocasiones en la historia de España. En abril de 1931, el rey se marchó debido a una gran "fiesta popular revolucionaria".

Esta celebración comenzó en Éibar en la mañana del 14 de abril y se extendió por muchas ciudades, incluyendo Madrid. Obreros, estudiantes, profesionales e intelectuales se reunieron en las plazas para celebrar los resultados de las elecciones municipales y proclamar la República de forma festiva.

Fue la movilización de la gente lo que dio un carácter especial a este cambio. La República no fue el resultado de un movimiento republicano muy organizado, sino de una gran movilización popular contra la monarquía. La monarquía perdió todos sus apoyos sociales e institucionales, y la gente recogió los frutos de su deseo de cambio.

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