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Crisis de las Carolinas para niños

Enciclopedia para niños

La Crisis de las Carolinas fue un desacuerdo importante que ocurrió en 1885 entre España y Alemania. El problema surgió porque ambos países querían tener el control de las islas Carolinas, un grupo de islas en el océano Pacífico.

En esa época, la flota naval de España no estaba en su mejor momento. Aunque se hicieron varios planes para mejorarla, como los de Durán (1880), Pavía (1883) y Antequera (1884), no se habían construido muchos barcos nuevos. Esto era un problema, ya que España tenía territorios lejanos y necesitaba una Armada fuerte para protegerlos. La crisis de las Carolinas mostró la urgencia de tener una buena fuerza naval.

Datos para niños
Crisis de las Carolinas
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg
Flag of the German Empire.svg
Islas Marianas Palaos y Carolinas.JPG
Mapa de las islas Carolinas y otras del Pacífico.
Fecha 1885
Jurisdicción/es Gobierno de España
Causas Intereses alemanes sobre las islas Carolinas, de control español
Mediación Emblem of the Holy See usual.svg Santa Sede
Suscripción(es)
(Tratado o acuerdo)
España mantiene la posesión de las islas pero Alemania gana muchas ventajas comerciales en ese territorio
Negociación
Entidades enfrentadas
Bandera de España Reino de España Bandera del Imperio alemán Imperio alemán
Representantes
Venancio González
(Ministro de Gobernación de 1885 a 1886)
Otto von Bismarck
(Canciller de Alemania de 1871 a 1890)

¿Cómo empezó la disputa por las Carolinas?

Descubrimiento y reclamo español

Las islas Carolinas fueron descubiertas por exploradores españoles. El 22 de agosto de 1526, Toribio Alonso de Salazar y Diego de Saavedra avistaron la isla de San Bartolomé. Poco después, el 1 de enero de 1528, Álvaro de Saavedra Cerón tomó posesión de las islas Uluti en nombre del rey de España. Otros exploradores, como Miguel López de Legazpi, también visitaron el archipiélago en los años siguientes.

El problema de la soberanía

Aunque España reclamaba estas islas, en la práctica no tenía un control total sobre ellas. Muchas zonas del Pacífico español estaban solo "en teoría" bajo el dominio de España. Esto se volvió un problema en la época del imperialismo, cuando las grandes potencias europeas buscaban expandir sus territorios por el mundo. A diferencia de África, donde se llegó a acuerdos internacionales como la Conferencia de Berlín en 1885 para repartir territorios, en el Pacífico no existía un acuerdo similar.

Los problemas de España con otras potencias comenzaron en 1870. Tanto el Imperio británico como el Imperio alemán tenían intereses en lugares como Joló y el Borneo Septentrional, lo que ponía en duda la autoridad de España. Después de largas negociaciones, en marzo de 1885, España tuvo que ceder parte de Borneo a los británicos y darles ventajas comerciales en Filipinas.

Poco después, en abril de 1885, Londres y Berlín llegaron a un acuerdo. En este acuerdo, las islas Carolinas quedaron dentro de la zona de influencia de Alemania. Aunque España las había descubierto, no había establecido colonias ni ocupado las islas de forma efectiva. Los únicos actos de autoridad de España en el siglo XIX fueron algunas reclamaciones de un cónsul en Hong Kong en 1875 y la visita de un barco español, el Velasco, en febrero de 1885. Mientras tanto, misioneros de Estados Unidos y comerciantes de varios países ya se habían instalado allí.

El incidente en las islas

La expedición española

España decidió entonces ocupar y tomar posesión real de las islas. Se preparó una expedición en Manila con dos barcos de transporte, el Manila y el San Quintín. El capitán de fragata Guillermo España estaba al mando, y el teniente de navío Enrique Capriles y Osuna iba como gobernador de las islas. Los barcos salieron de Manila el 8 y 10 de agosto de 1885. Sin embargo, no se les dio órdenes de ir rápido ni se les informó de la situación urgente. Solo se les dijo que, si encontraban barcos de otros países intentando tomar posesión, debían explicarles con prudencia que la situación había cambiado y que España había establecido su bandera allí. Si insistían, debían protestar.

La llegada alemana

El 6 de agosto, y luego por escrito el 11 de agosto, el embajador de Alemania en Madrid informó al gobierno español que Alemania planeaba ocupar las islas Carolinas, considerándolas un territorio sin dueño. España respondió el día 12, oponiéndose a esto. Pero para entonces, los dos barcos españoles y el cañonero alemán Iltis ya estaban en camino hacia el archipiélago.

La noticia causó un gran revuelo en España. Hubo grandes manifestaciones y protestas contra los alemanes. La gente estaba indignada porque, a pesar de un acercamiento entre España y Alemania en los años anteriores, Alemania actuaba de esta manera.

El encuentro en Yap

El 21 y 22 de agosto, el San Quintín y el Manila llegaron a Puerto Tomil (actual Yap). Los españoles comenzaron los preparativos para tomar posesión oficial, lo que incluía hablar con los líderes locales y buscar el mejor lugar para establecer una colonia.

Mientras estaban en esto, el 25 de agosto, el Iltis alemán llegó y ancló. Los españoles no sospecharon nada. Pero a las 7 de la tarde, un oficial alemán se presentó en el San Quintín para anunciar que Alemania había declarado solemnemente todo el archipiélago bajo la protección del emperador Guillermo de Alemania. Mostró un documento de posesión firmado por extranjeros y residentes de Yap.

El gobernador español, Capriles, reaccionó de inmediato. Dijo que estaba decidido a mantener la bandera española izada y pidió ayuda. Al día siguiente, los alemanes protestaron porque la bandera española estaba izada "en territorio alemán".

La situación era muy tensa y casi lleva a un enfrentamiento armado. Las fuerzas de ambos lados eran muy parecidas. Si hubieran luchado, ambos habrían quedado muy debilitados. Sin embargo, el capitán Guillermo España decidió tomar el mando, retirar la bandera y presentar una protesta formal. La tensión seguía alta.

La reacción en España y la Armada

Cuando la noticia llegó a España, la reacción fue muy fuerte. Hubo disturbios, un intento de atacar la embajada alemana en Madrid, y protestas en otras ciudades. La acción del Iltis fue vista como una provocación.

Aunque se sabía que la Armada Real era inferior a la alemana, la gente sentía que el honor de España estaba en juego y que debían defenderlo a toda costa. En una manifestación en Madrid, se recordó la famosa frase del almirante Casto Méndez Núñez: "más vale honra sin barcos que barcos sin honra", como un ejemplo a seguir.

A pesar de los planes para mejorar la Armada, en 1885, la mayoría de los barcos nuevos encargados aún no estaban listos. Esto afectaba la moral de los oficiales. Ya en 1881, un artículo en la Revista General de Marina había predicho que España perdería una guerra naval contra una potencia con un solo acorazado moderno, debido a la antigüedad de sus propios barcos.

La situación de la flota española era preocupante. Los barcos estaban distribuidos así:

  • En la península, Baleares y Canarias: fragatas acorazadas como la Numancia y la Vitoria, y otras más antiguas de madera.
  • En Cuba: una vieja fragata de madera, cruceros pequeños y otros barcos en mal estado.
  • En Filipinas: un crucero de madera, el Aragón, y el crucero de hierro Velasco, además de otras embarcaciones.

Muchos de estos barcos estaban en muy malas condiciones. Por ejemplo, la corbeta Vencedora tenía partes podridas, y el Velasco necesitaba reparaciones importantes que solo se podían hacer en Hong Kong, lo cual sería difícil si estallaba un conflicto.

El 15 de agosto, el gobernador de Filipinas informó que no tenían los medios para defenderse de una agresión alemana y que incluso la capital, Manila, podría estar en peligro. Como único refuerzo, se envió desde España la vieja corbeta de madera María de Molina, que llegó en enero de 1886 después de una travesía muy lenta y fue usada como pontón (un barco flotante sin propulsión propia).

En la península, la situación no era mucho mejor. La Escuadra de Instrucción, al mando del vicealmirante Juan Bautista Antequera y Bobadilla, estaba formada por barcos antiguos y algunos nuevos, pero en general no estaban en buen estado. La escuadra se concentró en Mahón para evitar un ataque alemán a las Baleares, que se temía que pudieran ser usadas como moneda de cambio en un conflicto.

Ante la gravedad de la situación, España intentó comprar barcos de guerra en el extranjero. El 25 de agosto, se envió una circular pidiendo buscar barcos de combate listos para comprar. Aunque se pidió discreción, la noticia se hizo pública. En España, el patriotismo llevó a la gente a abrir suscripciones nacionales para comprar barcos de guerra. Muchos periódicos y empresas ofrecieron dinero o sus servicios, pero la mayoría de estas iniciativas no llegaron a nada concreto.

La Marina Imperial Alemana

Archivo:SMS Bayern NH 88651
El acorazado alemán Bayern en 1893.

En 1885, la Marina Imperial era mucho más fuerte que la española, aunque no tenía los barcos más modernos del mundo. Sus ventajas eran:

  • Calidad y cantidad de barcos: Tenían más y mejores barcos.
  • Organización: Sus astilleros estaban muy bien organizados para preparar los barcos rápidamente.
  • Industria: Su industria pesada era muy avanzada y producía, por ejemplo, la excelente artillería de Krupp, que era superior a la que usaban los barcos españoles.

La flota alemana incluía:

  • Ocho fragatas acorazadas grandes y modernas, construidas entre 1867 y 1874.
  • Cuatro acorazados más modernos de la clase Sachsen, aunque con un alcance limitado.
  • Doce corbetas de hierro, superiores a los barcos españoles.
  • Otros barcos como cañoneros (incluido el Iltis), guardacostas acorazados y muchos torpederos.

El 19 de septiembre, se supo que la escuadra de instrucción alemana, en lugar de desarmarse como era costumbre, había recibido órdenes de concentrarse en Wilhelmshaven, prepararse para misiones y realizar ejercicios de artillería y desembarco, con provisiones para seis meses. Esta escuadra incluía acorazados como el Friedrich Karl y el Bayern.

Solución del conflicto

Bismarck, el canciller alemán, sabía que el rey Alfonso XII de España estaba gravemente enfermo (fallecería el 25 de noviembre), y su muerte podría desestabilizar España. Por eso, el 2 de octubre, propuso que el papa León XIII actuara como mediador en el conflicto. El gobierno español aceptó.

El 22 de octubre se hizo pública la decisión del Papa. Se reconoció la autoridad de España sobre las islas Carolinas y Palaos, pero con algunas condiciones:

  • España debía establecer una administración regular y una fuerza militar suficiente en el archipiélago lo antes posible.
  • España debía ofrecer a Alemania total libertad para el comercio, la navegación y la pesca en las islas.
  • Alemania tendría derecho a establecer una estación naval y un depósito de carbón en las islas.
  • Alemania también podría hacer plantaciones y establecer negocios agrícolas en las islas, igual que los españoles.
Archivo:Karikatur Karolinenfrage Kladderadatsch 27Dez1885
Caricatura del conflicto publicada por el semanario satírico alemán Kladderadatsch el 27 de diciembre de 1885. Muestra al Papa León XIII como árbitro.

El acuerdo papal fue firmado en Roma por España y Alemania el 17 de diciembre de 1885. Los beneficios que se le dieron a Alemania también se extendieron a Gran Bretaña por la mediación del Papa. De manera positiva, Alemania renunció a la estación naval y al depósito de carbón el 20 de agosto de 1886.

Esta solución se debió principalmente a la visión de Otto von Bismarck. Él explicó después que no valía la pena una guerra por las islas, ya que costaría mucho dinero y podría hacer que España se acercara a Francia, lo que iría en contra de sus planes de aislar a Francia.

Lecciones aprendidas (o no)

La Crisis de las Carolinas tiene muchas similitudes con la guerra hispano-estadounidense que ocurrió en 1898.

En ambos casos, España se encontraba en una situación de debilidad militar. La gente creía que se podía enfrentar la situación con patriotismo y defensas improvisadas, con donaciones para comprar barcos o recordando glorias pasadas. La flota naval tuvo que prepararse de forma rápida y sin mucha planificación, lo que se sumaba a la inferioridad y antigüedad de los barcos. Faltaban defensas costeras para proteger tanto a la flota como a la costa. Y, de nuevo, la responsabilidad recayó en los marinos.

También, al igual que en 1898, se intentaron negociaciones de última hora para comprar barcos en el extranjero, pero con poco éxito.

Lamentablemente, España no aprendió mucho de la crisis de 1885, ya que trece años después, muchos de los mismos errores se repitieron, con consecuencias trágicas.

Más información

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Carolines Question Facts for Kids

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Crisis de las Carolinas para Niños. Enciclopedia Kiddle.