Alejandro Magno para niños
Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno o Alejandro el Grande, fue un rey muy importante del antiguo reino de Macedonia. Nació en Pela el 20 o 21 de julio del año 356 a.C. y falleció en Babilonia el 10 u 11 de junio del año 323 a.C.
Alejandro se convirtió en rey de Macedonia en el año 336 a.C., cuando tenía 20 años. También fue líder de Grecia, faraón de Egipto (desde 332 a.C.) y Gran Rey de Media y Persia (desde 331 a.C.). Durante la mayor parte de su reinado, lideró grandes campañas militares por Asia Occidental, Asia Central, algunas partes de Asia del Sur y Egipto. A los 30 años, había creado uno de los imperios más grandes de la historia, que se extendía desde Grecia hasta el noroeste de la India. Nunca fue vencido en batalla y es considerado uno de los comandantes militares más exitosos de la historia.
Era hijo del rey Filipo II de Macedonia y de la princesa Olimpia de Epiro. Su padre lo preparó para gobernar, dándole experiencia militar y encargando su educación al famoso filósofo Aristóteles hasta que cumplió 16 años.
Datos para niños Alejandro Magno |
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Rey de Macedonia Faraón de Egipto Gran rey de Media y Persia |
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![]() Busto en mármol de Alejandro Magno, siglo II a. C. Obra helenística original de Alejandría (Egipto).
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Rey de Macedonia Hegemón de Grecia |
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336 a. C. - 323 a. C. | ||||||||||||
Predecesor | Filipo II | |||||||||||
Sucesor | Alejandro IV Filipo III |
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Faraón de Egipto | ||||||||||||
332 a. C. - 323 a. C. | ||||||||||||
Predecesor | Darío III | |||||||||||
Sucesor | Alejandro IV Filipo III |
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Información personal | ||||||||||||
Nombre completo | ὁ Ἀλέξανδρος ὁ Μέγας | |||||||||||
Nacimiento | 20 o 21 de julio del año 356 a. C. Pela, Macedonia, Antigua Grecia |
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Fallecimiento | 10 u 11 de junio del año 323 a. C. Babilonia, Mesopotamia |
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Religión | Politeísmo griego | |||||||||||
Familia | ||||||||||||
Dinastía | Argéadas | |||||||||||
Padre | Filipo II de Macedonia | |||||||||||
Madre | Olimpia de Epiro | |||||||||||
Consorte | Roxana Estateira Parisátide |
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Hijos | Heracles de Macedonia (ilegítimo; con Barsine) Alejandro IV de Macedonia |
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Información profesional | ||||||||||||
Lealtad | Reino de Macedonia | |||||||||||
Unidad | Ejército macedonio | |||||||||||
Conflictos | Cuarta guerra sagrada Guerras de Alejandro Magno |
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Los primeros años de su reinado, Alejandro los dedicó a fortalecer su poder sobre los pueblos que su padre había conquistado. Estos pueblos habían intentado rebelarse tras la muerte de Filipo. En el año 336 a.C., Alejandro lideró una campaña en los Balcanes para asegurar el control de Tracia e Iliria. Luego, marchó contra la ciudad de Tebas, que fue destruida en una batalla. Después, Alejandro se puso al frente de la Liga de Corinto y usó su autoridad para continuar el plan de su padre: conquistar el Imperio Persa.
Como líder de toda Grecia, Alejandro siguió el plan de las ciudades griegas de conquistar el gran Imperio Persa. Quería vengar los daños que los persas habían causado a los griegos durante siglos y recuperar las ciudades costeras de Asia Menor y las islas del mar Egeo. En el año 334 a.C., Alejandro y su ejército de 40.000 hombres se lanzaron contra el poderoso Imperio Persa.
En sus trece años de reinado, Alejandro cambió por completo la política y la cultura de la región. Al conquistar el Imperio Persa, inició una época de gran intercambio cultural, donde la cultura griega se extendió por el Próximo Oriente. A este periodo se le llama período helenístico (323 a.C. - 30 a.C.). Sus logros fueron tan grandes que se convirtió en una figura legendaria.
Después de asegurar las fronteras en los Balcanes y el control de Macedonia sobre las ciudades-estado griegas, Alejandro cruzó el estrecho del Helesponto hacia Asia Menor (334 a.C.). Así comenzó la conquista del Imperio Persa, gobernado por Darío III. Alejandro ganó importantes batallas como las del Gránico (334 a.C.), Issos (333 a.C.), Gaugamela (331 a.C.) y la Puerta Persa (330 a.C.). Con estas victorias, su dominio se extendió por Grecia, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia Central, llegando hasta los ríos Indo y Oxus.
Avanzó hasta la India, donde venció al rey Poro en la batalla del Hidaspes (326 a.C.). Sin embargo, sus tropas se negaron a seguir más hacia el este, por lo que tuvo que regresar a Babilonia. Allí falleció sin haber completado sus planes de conquistar la península arábiga. Alejandro promovió la unión de los pueblos que había conquistado, animándolos a unirse a su ejército y favoreciendo los matrimonios entre macedonios y persas. Él mismo se casó con dos mujeres persas de familias importantes.
En sus 32 años de vida, su imperio se extendió desde Grecia hasta el valle del Indo por el este y hasta Egipto por el oeste. En Egipto, fundó la ciudad de Alejandría, que se convirtió en la más famosa de las setenta ciudades que fundó, de las cuales cincuenta llevaban su nombre.
El control sobre algunas regiones era débil. Al morir sin nombrar claramente a un heredero, le sucedieron su medio hermano Filipo III (quien tenía una discapacidad intelectual) y su hijo Alejandro IV, que nació después de su muerte. El verdadero poder quedó en manos de sus generales, llamados diádocos (sucesores), quienes comenzaron una lucha por el poder que llevó a la división del imperio de Alejandro en varios reinos. Los más importantes fueron el Egipto Ptolemaico, el Imperio seléucida y la Macedonia antigónida.
Alejandro es una de las figuras más icónicas de la Antigüedad. Es admirado como un gran conquistador y héroe para los griegos, pero también criticado por algunos. Su figura y su legado han influido en la historia y la cultura de Occidente y Oriente durante más de dos mil años, inspirando a muchos líderes.
Contenido
- Nacimiento y primeros años
- Aspecto físico
- Su educación
- Un tiempo de cambios
- Ascenso al poder
- Grandes conquistas
- Últimos años
- El ejército de Alejandro Magno
- En las artes y la cultura popular
- Creencias religiosas
- Alejandro en la historia
- Véase también
Nacimiento y primeros años

Alejandro fue hijo de Filipo II de Macedonia, rey de Macedonia, y de Olimpia de Epiro, hija de Neoptólemo I de Epiro. Se cuenta que el día de su nacimiento, llegaron tres buenas noticias a la capital: una victoria del general Parmenión, la conquista de una ciudad portuaria por su padre y la victoria del carro del rey en una competición. Se consideraron señales maravillosas, aunque quizás fueron historias creadas después para resaltar su grandeza.
Existen leyendas sobre su nacimiento que ponen en duda la paternidad de Filipo. Una de ellas dice que su madre Olimpia soñó que un rayo caía sobre su vientre. Otra leyenda, del Pseudo Calístenes, lo relaciona con el dios Amón y el faraón egipcio Nectanebo II. Según esta historia, Nectanebo II, un "mago", convenció a Olimpia de tener un hijo para proteger a sus naciones. Esta leyenda se basa en que los sacerdotes del oráculo de Amón en Siwa lo saludaron como hijo de ese dios, lo que significaba reconocerlo como faraón.
Aspecto físico
Alejandro solía inclinar un poco la cabeza sobre su hombro derecho. Era considerado muy atractivo, de estatura baja (aproximadamente 1,60 m), piel clara, nariz ligeramente curva hacia la izquierda y cabello castaño claro y ondulado. Se dice que tenía un aroma natural agradable. Por algunas descripciones y esculturas, se cree que era zurdo, ya que a menudo se le ve sosteniendo objetos con el brazo izquierdo.
Su educación
Su educación estuvo a cargo de Leónidas de Epiro, un maestro macedonio muy estricto que enseñaba a los hijos de la nobleza. Él lo inició en el ejercicio físico y en su formación general. Otro profesor, Lisímaco, más amable, se ganó el cariño de Alejandro llamándolo Aquiles, y a su padre, Peleo. Alejandro conocía de memoria los poemas de Homero y siempre ponía la Ilíada debajo de su cama. También leía con interés al historiador Heródoto y al poeta Píndaro.
Una anécdota famosa de su niñez, contada por Plutarco, es la de Bucéfalo, su caballo. Su padre, Filipo II, había comprado un caballo grande que nadie podía montar. Alejandro, siendo un niño, se dio cuenta de que el caballo se asustaba de su propia sombra. Lo montó dirigiéndolo hacia el sol. Después de domar a Bucéfalo, su padre le dijo: "Búscate otro reino, hijo, porque Macedonia no es lo suficientemente grande para ti".

A los trece años, Alejandro fue puesto bajo la tutela de Aristóteles. Durante cinco años, Aristóteles fue su maestro en un lugar apartado cerca de la ciudad macedonia de Mieza. Aristóteles le dio una formación muy completa en filosofía, lógica, retórica, biología y otras áreas.
Muy pronto (340 a.C.), su padre lo incluyó en las tareas de gobierno, nombrándolo regente a pesar de su juventud. Alejandro recibía personalmente a los enviados persas, quienes querían que Macedonia pagara altos impuestos. Él conversaba amablemente con ellos y así obtenía información sobre rutas, el ejército persa, lo cual fue muy útil para sus futuras campañas. En el 338 a.C., dirigió la caballería macedonia en la batalla de Queronea y fue nombrado gobernador de Tracia ese mismo año. Desde pequeño, Alejandro mostró ser activo, enérgico, sensible y ambicioso. Por eso, a los dieciséis años, tuvo que enfrentar una rebelión armada. Se dice que Aristóteles le aconsejó esperar para participar en batallas, pero Alejandro le respondió: "Si espero, perderé la audacia de la juventud".
Un tiempo de cambios
Un nuevo matrimonio de su padre causó problemas con Alejandro, ya que podía poner en riesgo su derecho al trono. En la celebración de la boda, un noble macedonio, Átalo, deseó que el matrimonio diera un heredero "legítimo" al rey, insinuando que la madre de Alejandro no era macedonia. Alejandro se enojó y le lanzó una copa, preguntando: "¿Y yo qué soy? ¿Un hijo sin derecho?". Filipo, al intentar poner orden, tropezó y cayó, lo que provocó la burla de Alejandro: "Quiere cruzar Asia, pero ni siquiera es capaz de pasar de un lecho a otro sin caerse". Esto enfureció a su padre, y Alejandro tuvo que irse a Epiro con su madre, Olimpia. Filipo también ordenó el exilio de sus amigos. Más tarde, Filipo lo perdonaría.
Ascenso al poder
Filipo fue asesinado en el año 336 a.C. por Pausanias, un capitán de su guardia. Algunos creen que el asesinato fue parte de un plan de Olimpia. Después de esto, Alejandro se aseguró de que no hubiera otros herederos que pudieran reclamar el trono y tomó el control de Macedonia a los veinte años.
Al suceder a su padre, Alejandro heredó un país muy diferente. Macedonia había pasado de ser un reino pobre a un estado militar poderoso con un ejército experimentado que dominaba indirectamente a Grecia a través de la Liga de Corinto.
La muerte de Filipo hizo que algunas ciudades griegas se rebelaran contra Alejandro, pensando que la monarquía macedonia era débil. Alejandro necesitaba ser reconocido como el nuevo líder del ejército y mantener el control de las ciudades.
En la primavera del 335 a.C., Alejandro lanzó una exitosa campaña hacia el norte, en Iliria (hoy Albania y Macedonia del Norte) y Tracia (cerca del río Danubio). Fue entonces cuando le avisaron que Tebas se había rebelado. Alejandro reaccionó rápidamente, viajando casi seiscientos kilómetros hasta Tesalia para reafirmar su dominio. Luego, marchó hacia el Ática, reprimiendo la rebelión de Tebas, que fue destruida, excepto la casa del poeta Píndaro. Después de castigar a los rebeldes, ordenó la reconstrucción de la ciudad.
De camino al sur del Ática, visitó el oráculo de Delfos. Allí, la sacerdotisa le dijo: "hijo mío, eres invencible".

Su paso por Atenas fue inusual. Los atenienses cerraron sus puertas por miedo a lo ocurrido en Tebas. Alejandro, que respetaba mucho a los filósofos y la cultura de la ciudad, les envió una carta. Finalmente, Atenas reconoció su liderazgo, nombrándolo hegemón, un título que ya había tenido su padre y que lo convertía en gobernante de toda Grecia. Con esto, Alejandro se preparó para su siguiente gran proyecto: conquistar el Imperio aqueménida.
Una anécdota famosa es el encuentro de Alejandro con el filósofo Diógenes de Sinope en Corinto. Alejandro le preguntó si necesitaba algo, y Diógenes respondió: "Una cosa muy pequeña, apártate un poco, que me estás quitando el sol". Alejandro quedó tan impresionado por la independencia de espíritu de Diógenes que dijo a sus acompañantes: "Pues yo, de no ser Alejandro, de buen grado me gustaría ser Diógenes".
Grandes conquistas
Asia Menor
Después de asegurar el orden en Grecia y el sureste de Europa, Alejandro dejó a Antípatro al mando de sus dominios. Preparó 160 barcos y un ejército de unos 40.000 soldados, incluyendo aliados griegos y mercenarios. Cruzó el Helesponto hacia Asia Menor para comenzar la conquista del Imperio Persa. Su objetivo era liberar las ciudades griegas de la zona de Jonia (Misia, Lidia, Licia) que estaban bajo el control persa. Hizo una breve parada en Troya, donde honró la tumba de Aquiles, el gran héroe griego de la guerra de Troya.
Batalla del río Gránico
La primera batalla en Asia fue la batalla del Gránico, a orillas del río Gránico. Los líderes persas se enfrentaron a Alejandro con un ejército del mismo tamaño, unos 40.000 hombres, liderados por el griego Memnón de Rodas. Aunque el ejército persa estaba compuesto principalmente por persas y mercenarios griegos, ofreció poca resistencia y fue vencido. En esta batalla, Alejandro estuvo a punto de morir, pero Clito, uno de los hombres de confianza de Filipo, le salvó la vida.
Ocupación de ciudades griegas
Memnón era un general mercenario griego al servicio de Persia. Conocía bien a Alejandro. Con una gran flota, intentó atacar las líneas de suministro de Alejandro. Sin embargo, Memnón falleció durante el asedio a Mitilene. Las ciudades griegas de la costa, como Éfeso, Halicarnaso, Pérgamo y Mileto, recibieron a Alejandro como un libertador, y otras se rindieron por miedo.
Con la muerte de Memnón, la amenaza por mar desapareció. Alejandro hizo una pausa en Jonia, que había sido devuelta a los griegos. Allí conoció al famoso pintor Apeles.
Matrimonios y uniones
Alejandro valoraba mucho las artes. Sabía lo importante que era el arte para la propaganda y solo permitió que tres artistas hicieran sus retratos: el escultor Lisipo, un orfebre y el pintor Apeles. Se dice que Alejandro apreciaba mucho a Apeles y visitaba su taller con frecuencia.
Después de esta primera etapa de conquistas, se celebraron matrimonios masivos entre soldados macedonios y mujeres de las ciudades liberadas. En el otoño del 334 a.C., Alejandro envió a los soldados recién casados de vuelta a Macedonia para que pasaran el invierno con sus esposas. Coeno, uno de sus comandantes, los llevó de regreso a Grecia.
El Nudo Gordiano
A finales del 334 a.C., Alejandro decidió pasar el invierno en Gordión, antigua capital de Frigia (en el centro de Turquía), esperando refuerzos. Allí se encontraba un famoso carro real atado con un nudo muy difícil de deshacer. Según el oráculo de Gordión, "quien supiera deshacerlo conquistaría Asia". Algunas fuentes dicen que Alejandro desató el nudo con paciencia, mientras que otras afirman que lo cortó con su espada. En cualquier caso, la tormenta que siguió se interpretó como una señal de que Zeus aprobaba su acción.
Coeno regresó de Grecia con refuerzos: los soldados macedonios recién casados y nuevos reclutas.
Mar Mediterráneo
Batalla de Issos
Alejandro se dirigió desde Gordión hacia la región de Cilicia. Luego, se enteró de que los persas, bajo el mando del rey Darío, habían destruido un campamento macedonio en Siria. Tuvo que regresar al norte, donde los persas lo esperaban al otro lado del río Issos con un ejército de más de 500.000 hombres, mientras que los aliados griegos no superaban los 50.000. A pesar de la gran diferencia numérica, la estrategia de Alejandro prevaleció. Los persas perdieron casi la mitad de sus tropas.
Esta batalla, conocida como la batalla de Isos, ocurrió en el 333 a.C. El rey Darío, al ver la derrota, huyó en la oscuridad de la noche, dejando atrás sus tesoros, armas y su manto real.
La familia real persa y uniones
La familia de Darío III fue capturada en una lujosa tienda. Alejandro trató a la madre de Darío, Sisigambis, a su esposa Estatira y a sus dos hijas, Dripetis y Barsine, con gran respeto. Les dijo que no tenía nada personal contra Darío, sino que luchaba para conquistar Asia. Les dio un trato real y regalos para sus hijas. Con el tiempo, Alejandro le propuso matrimonio a Barsine, pidiendo la mano a su madre. Su amigo y comandante Hefestión se casó con Dripetis. Se celebró una boda conjunta. El objetivo era unir a los pueblos y mostrarse como un líder para los persas. El rey Darío intentó negociar, pero Alejandro rechazó todas sus propuestas.
Asedios en la costa
Después de Issos, y asegurándose de que no había amenazas por tierra ni por mar, Alejandro continuó hacia el sur. Conquistó fácilmente Fenicia y fue bien recibido en Judea, donde lo vieron como un libertador de los persas. La única excepción fue la isla fortificada de Tiro. Alejandro quiso honrar a los dioses en sus templos de forma pacífica, pero sus enviados fueron asesinados. Por ello, decidió asediar la ciudad hasta destruirla. Este asedio, conocido como el sitio de Tiro, duró de enero a agosto del 332 a.C. Para lograrlo, tuvo que construir muelles y usar máquinas de asedio avanzadas, como el euthytonón, una especie de gran ballesta que derribó los muros. Una vez destruidos, Tiro fue arrasada. Otro asedio importante fue el de Gaza. Después de conquistarla, Alejandro se dirigió a Egipto.
Egipto
Alejandro fue muy bien recibido por los egipcios, quienes lo apoyaron en su lucha contra los persas. Lo vieron como un salvador y libertador, y como "hijo de Amón". Por decisión popular, Alejandro recibió la corona de los dos reinos y fue nombrado faraón en noviembre del 332 a.C. en Menfis.
Fundación de Alejandría
En enero del 331 a.C., Alejandro Magno fundó la ciudad de Alejandría en una zona costera muy fértil al oeste del delta del Nilo. Los motivos de la fundación eran económicos (abrir una ruta comercial en el mar Egeo) y culturales (crear una ciudad al estilo griego en Egipto). La planificación de la ciudad se encargó al arquitecto Dinócrates.
Se cuenta que Alejandro, al elegir el lugar, no tenía tiza para marcar el diseño, y usó harina. Los pájaros se comieron la harina, lo que los adivinos interpretaron como una señal de que la ciudad prosperaría y alimentaría a muchos extranjeros. Esta predicción se cumplió, ya que Alejandría se convirtió en un centro importante.

Viaje al oráculo de Siwa
Después, tras un difícil viaje por el desierto, llegó al oasis de Siwa, en el Sahara. Este lugar tenía un oráculo dedicado al dios Amón. Se dice que el profeta, al saludarlo en griego, se equivocó en una letra, lo que hizo que pareciera que lo había llamado "hijo de Zeus". Alejandro se alegró de este error. El oráculo le aseguró que los asesinos de Filipo habían sido castigados y que él dominaría a todos los hombres. Alejandro hizo grandes ofrendas y regalos.
La cultura del antiguo Egipto impresionó a Alejandro. Los egipcios dejaron constancia de esto en relieves, como el de Karnak, donde se ve a Alejandro haciendo ofrendas al dios Amón vestido como faraón.
Persia
Después de un año en Egipto, y controlando la situación en Anatolia y el Egeo, en la primavera del 331 a.C., Alejandro organizó sus territorios y su ejército para marchar hacia la conquista de Persia.
Batalla de Gaugamela
El rey persa Darío, con un ejército mucho más grande, decidió enfrentarse a Alejandro en Gaugamela, cerca del río Tigris. Esta batalla es estudiada por expertos militares, quienes se preguntan cómo un ejército tan inferior en número pudo vencer a uno cinco veces más grande. La estrategia de Alejandro fue usar su infantería como "yunque" y su caballería (sus "compañeros") como "martillo". Darío apenas logró escapar.
Ocupación de Babilonia
Esta derrota persa fue muy importante y significó la caída del Imperio Aqueménida. Así, Alejandro y su ejército lograron entrar en Babilonia, llegando a las puertas del propio territorio persa.
En el año 331 a.C., el ejército macedonio invadió Persia, entrando fácilmente en Susa, la antigua capital de Darío I. Mientras tanto, el derrotado Darío III huía hacia el interior de Persia buscando fuerzas leales para enfrentarse de nuevo a Alejandro.
Alejandro ocupó las ciudades con cuidado, apoderándose de los tesoros persas y asegurando sus líneas de suministro. De Susa pasó a Persépolis, la capital ceremonial del Imperio aqueménida, donde se dice que quemó el palacio durante una fiesta.
Persecución del rey Darío
Se dirigieron hacia Ecbatana para perseguir a Darío. Lo encontraron asesinado por sus propios nobles, que ahora obedecían a Bessos. Alejandro honró a su antiguo rival, cubriéndolo con el manto real que Darío había abandonado en la batalla de Issos. Le dio un funeral real y prometió a la familia de Darío que perseguiría a sus asesinos.

Bessos escapó a la zona cercana al Hindú Kush, en Sogdiana (al este de Asia), con un grupo de nobles y arqueros a caballo. Se autoproclamó rey de Persia, algo que Alejandro no toleró, por lo que lo persiguió.
Promoción de la unión de culturas
Los extranjeros que vivían en Persia se identificaron con Alejandro y lo aceptaron como su nuevo gobernante. La mayoría de los líderes persas mantuvieron sus puestos, aunque supervisados por un oficial macedonio que controlaba las fuerzas armadas.
Alejandro intentó unir a las élites persas y macedonias. Se celebraron matrimonios mixtos masivos, y entrenó a un regimiento de soldados persas para luchar al estilo macedonio. La mayoría de los historiadores coinciden en que Alejandro adoptó el título real persa de Shahanshah (Rey de Reyes).
Desafíos internos
En el 330 a.C., Filotas, hijo de Parmenión, fue acusado de conspirar contra Alejandro y fue ejecutado junto con su padre. También, el primo de Alejandro, Amintas, fue ejecutado por intentar aliarse con los persas para convertirse en el nuevo rey. Tiempo después, hubo otro plan contra Alejandro, ideado por sus pajes, que tampoco tuvo éxito. Tras esto, Calístenes, quien escribía la historia de las campañas de Alejandro, fue considerado parte de este plan y fue condenado a muerte, aunque él mismo se quitó la vida antes.
Muerte de Clito
Clito, uno de los generales de Alejandro, a quien el rey apreciaba mucho y había nombrado líder de Bactriana, tuvo un altercado. Durante un banquete, Clito se molestó por la costumbre persa de la proskynesis (una forma de saludo o reverencia) y al escuchar que Alejandro se consideraba mejor que su padre Filipo, le respondió: "Toda la gloria que tienes es gracias a tu padre" y añadió: "Sin mí, habrías muerto en el Gránico". Alejandro, enojado, le arrojó una manzana y la discusión continuó. Alejandro buscó su espada, pero un guardia la había escondido. Clito fue sacado del lugar por amigos, pero regresó y, mirando a Alejandro, recitó un verso. En ese momento, Alejandro le quitó una lanza a un guardia y atravesó a Clito. Arrepentido, Alejandro pasó tres días encerrado en su tienda y algunos relatos dicen que intentó quitarse la vida.
Asia Central
Persecución del asesino de Darío
Esta persecución fue importante porque llevó a Alejandro hasta la India. Después de muchos preparativos y de establecer un nuevo orden en Babilonia, Alejandro partió en busca de Bessos, el asesino del rey Darío, y para conquistar las regiones persas de Asia Central. La mayoría de los líderes persas mantuvieron sus cargos, y Alejandro dejó pequeñas guarniciones de aliados griegos. Llevaba consigo soldados persas entrenados al estilo macedonio, que conocían bien los territorios y los idiomas locales.
Encuentro con las Amazonas
Todas las fuentes antiguas mencionan un encuentro entre las Amazonas y Alejandro Magno. Las Amazonas eran un pueblo de mujeres guerreras que vivían cerca del sur del mar Caspio, en Asia.
El historiador Quinto Curcio Rufo menciona que la reina amazona Talestris visitó a Alejandro con 300 guerreras. Su objetivo era tener hijos con Alejandro para asegurar herederos de linaje guerrero y noble. Plutarco cita al menos cinco fuentes que confirman este evento. Curcio Rufo dice que Alejandro "no opuso demasiada resistencia" a la propuesta. Permanecieron juntos durante trece días.
Matrimonio con Roxana
Después de estas experiencias, Alejandro siguió su ruta para perseguir a Bessos, adentrándose en desiertos y montañas. Llegó a Sogdiana y Bactriana, donde estableció una relación de confianza con el líder persa Artabazo II. Se casó con la hija de Artabazo, la princesa Roxana, quien lo acompañaría en sus siguientes campañas.
Rebeliones
Finalmente, Bessos, el asesino del rey Darío, fue capturado por sus propios cortesanos y entregado vivo a Ptolomeo, general y amigo de Alejandro. Fue ejecutado, lo que supuestamente puso fin a la persecución. Alejandro informó inmediatamente a la familia de Darío que su asesinato había sido vengado.
Pero ocurrió algo inesperado: Espitamenes, un cortesano de Bessos que había ayudado a entregarlo, pidió la independencia de Sogdiana y otras regiones. Al serle negada, provocó importantes revueltas en las ciudades, destruyendo guarniciones griegas y causando caos en el imperio de Alejandro.
Espitamenes actuaba en la región de Aria, consiguió aliados de tribus nómadas y atacó ciudades controladas por los griegos. Alejandro ordenó fortificar todas las ciudades y regiones, especialmente los oasis, dejando a Espitamenes sin recursos para sus soldados y caballería.
En diciembre del 328 a.C., el comandante macedonio Coeno lo derrotó. Cuando los sogdianos y las tribus nómadas se enteraron de que el ejército principal de Alejandro se acercaba, los masagetas asesinaron a Espitamenes y enviaron su cabeza a Alejandro.
Espitamenes tenía una hija, Apama, quien se casó con uno de los generales más importantes de Alejandro, Seleuco (febrero del 324 a.C.). La pareja tuvo un hijo, Antíoco.
India
Pronto, Alejandro llevó a su ejército a través del Hindukush para dominar el valle del Indo. La única resistencia importante fue la del rey indio Poros en el río Hidaspes.
Después de la muerte de Espitamenes y su matrimonio con Roxana para fortalecer sus relaciones en Asia Central, en el 326 a.C., Alejandro se centró en la India. Invitó a todos los jefes tribales de la región de Gandhara, al norte de lo que hoy es Pakistán, a someterse a su autoridad. Āmbhi, rey de Taxila, aceptó, pero algunos líderes de clanes de las montañas se negaron.
Alejandro tomó el mando de sus tropas y luchó contra estas tribus. En una batalla, fue herido en el hombro por un dardo, pero las tribus perdieron y 40.000 de sus hombres fueron capturados. Otras tribus se enfrentaron a Alejandro con un gran ejército, incluyendo 30 elefantes, y ofrecieron una fuerte resistencia. El fuerte de una ciudad fue tomado después de una lucha sangrienta en la que Alejandro fue herido gravemente en el tobillo.
Cuando el líder de la ciudad murió en batalla, su anciana madre, Cleofis, tomó el control del ejército, y otras mujeres también lucharon. Alejandro solo pudo controlar la ciudad usando estrategias políticas. Se dice que Alejandro causó grandes pérdidas de vidas en estas ciudades.
Después de estas batallas, Alejandro cruzó el Indo y ganó una batalla épica contra el gobernante local Poros en la batalla del Hidaspes en el 326 a.C.
Tras la batalla, Alejandro quedó tan impresionado por la valentía de Poros que hizo una alianza con él y lo nombró líder de su propio reino, incluso dándole más tierras. Alejandro fundó dos ciudades, una de ellas llamada Bucéfala en honor a su caballo, que había muerto durante la batalla del Hidaspes. Alejandro continuó conquistando todos los afluentes del río Indo.
Al este del reino de Poros, cerca del río Ganges, estaba el poderoso Imperio de Magadha. Temiendo enfrentarse a otro gran ejército indio y cansados por la larga campaña, el ejército macedonio se negó a seguir hacia el este en el río Hífasis (actual río Beas).
Alejandro, después de hablar con su oficial Coeno, se convenció de que era mejor regresar. Plutarco menciona que "la falta de valor de los macedonios ante los indios" fue la razón por la que su expedición quedó incompleta.
Alejandro decidió dirigirse al sur. En el camino, su ejército se encontró con los malios, tribus muy valientes del sur de Asia. Durante el asalto a la ciudadela malia, el propio Alejandro fue herido gravemente por una flecha en el pulmón. Sus soldados, pensando que el rey había muerto, tomaron la ciudadela y no perdonaron la vida a nadie. A pesar de la herida, Alejandro sobrevivió. Después de esto, los malios que sobrevivieron se rindieron, y las fuerzas macedonias pudieron continuar su marcha.
Alejandro envió a la mayor parte de sus tropas a Carmania (al sur del actual Irán) bajo el mando del general Crátero. Ordenó construir una flota para explorar el golfo pérsico bajo el mando de su almirante Nearco, mientras él regresaba a Persia por la ruta del sur a través del desierto de Makrán. En su regreso a Babilonia, Alejandro sufrió una pérdida importante: su oficial Coeno falleció (326 a.C.) a causa de una enfermedad. Alejandro le dio un funeral con todos los honores.
Alejandro dejó refuerzos en la India. Nombró a su oficial Peitón líder del territorio del Indo, cargo que ocuparía durante diez años. En Panyab, dejó a cargo del ejército a Eudemos, junto con Poros y Āmbhi. En el 321 a.C., Chandragupta Mauria fundó el Imperio mauria en la India y expulsó a los líderes griegos.
Últimos años
Al enterarse de que muchos de sus líderes militares habían abusado de su poder en su ausencia, Alejandro ejecutó a varios de ellos como ejemplo mientras se dirigía a Susa. Como agradecimiento, Alejandro pagó las deudas de sus soldados y anunció que enviaría a los veteranos mayores a Macedonia bajo el mando de Crátero. Sin embargo, sus tropas malinterpretaron sus intenciones y se rebelaron en la ciudad de Opis, negándose a irse y criticando su adopción de las costumbres persas y la inclusión de oficiales y soldados persas en las unidades macedonias. Alejandro ejecutó a los líderes de la rebelión, pero perdonó a las tropas. Para crear armonía entre persas y macedonios, organizó una ceremonia masiva de matrimonios entre sus oficiales más importantes y mujeres persas de familias nobles, aunque pocas de estas uniones duraron más de un año. Durante su regreso, Alejandro descubrió que algunos hombres habían saqueado la tumba de Ciro II el Grande, y los ejecutó de inmediato, ya que eran los encargados de vigilar la tumba que Alejandro respetaba.
Después de viajar a Ecbatana para recuperar lo que quedaba del tesoro persa, su amigo más cercano, Hefestión, falleció a causa de una enfermedad o envenenamiento, lo que afectó mucho a Alejandro.
Fallecimiento
El 11 de junio del 323 a.C. (o 10 de junio, según algunos), Alejandro falleció en el palacio de Nabucodonosor II en Babilonia. Le faltaba poco más de un mes para cumplir 33 años. Hay varias teorías sobre la causa de su muerte, incluyendo envenenamiento o una enfermedad (como la fiebre del Nilo o una recaída de malaria). Se sabe que el 2 de junio, Alejandro participó en un banquete. Después de beber mucho, se sintió gravemente enfermo. Los rumores de su enfermedad se extendieron entre las tropas, que se pusieron nerviosas. El 12 de junio, los generales decidieron permitir que los soldados vieran a su rey por última vez, uno por uno.
Plutarco menciona que en su última semana de vida, Alejandro tomaba "extensos baños de inmersión para curarse" y hacía sacrificios a los dioses, lo que sugiere el uso de la hidroterapia, común entre los griegos.
Posibles causas
La teoría del envenenamiento proviene de historias antiguas. Se dice que Casandro, hijo de Antípatro, llevó el veneno a Babilonia, y el copero real de Alejandro, Yolas (hermano de Casandro), se lo dio. Muchas personas tenían motivos para querer la muerte de Alejandro. Sin embargo, el historiador Robin Lane Fox argumenta que es poco probable que fuera veneno, ya que pasaron doce días entre el inicio de la enfermedad y su muerte, y en la antigüedad no se conocían venenos con efectos tan prolongados.
Una hipótesis es que sufrió una pancreatitis aguda, ya que los síntomas descritos por los autores antiguos coinciden con esta enfermedad.
En 2018, la doctora Katherine Hall, de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), sugirió que Alejandro pudo haber muerto a causa del síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que causa fiebre alta, fatiga, dolores abdominales y parálisis. Añadió que pudo haber sido embalsamado vivo porque sus médicos lo habrían creído muerto sin tomarle el pulso.
Las disputas por el poder

Alejandro no tenía un heredero claro. Su medio hermano Filipo III tenía una discapacidad, su hijo Alejandro nació después de su muerte, y la paternidad de su otro hijo, Heracles, está en duda. Por ello, la cuestión de quién lo sucedería era muy importante.
Todos sus familiares y posibles herederos, incluyendo su madre Olimpia, su esposa Roxana, su hijo Alejandro, y su hijo Heracles, fueron asesinados por Casandro, lo que llevó a la extinción de la familia real.
La mayoría de los historiadores creen que si Alejandro hubiera querido elegir a uno de sus generales como sucesor, habría elegido a Crátero, porque era el comandante de la mayor parte del ejército y un excelente estratega. Sin embargo, Crátero no estaba presente. El imperio se dividió entre sus sucesores, los diádocos.
A pesar de los intentos de mantener unido el Imperio macedonio, este se dividió en varios reinos independientes que fundaron sus propias familias gobernantes:
- Dinastía Tolemaica: Tolomeo se convirtió en gobernante de Egipto y mantuvo su reino estable.
- Dinastía Antigónida: Con centro en Macedonia y con Demetrio como rey; esta familia conquistó su reino a Casandro y también ocupó Grecia.
- Dinastía Seléucida: Con base en Mesopotamia y Siria, Seleuco dominó un territorio más grande.
- Lisímaco obtuvo Tracia y Asia Menor, pero no logró fundar una dinastía propia.
Su última voluntad

En su lecho de muerte, sus generales le preguntaron a quién dejaría su reino. Se discute mucho lo que Alejandro respondió: algunos creen que dijo Krat'eroi (‘al más fuerte’) y otros que dijo Krater'oi (‘a Crátero’). Esto es posible porque la pronunciación griega de ambas frases es muy similar. Algunos autores antiguos relatan que Alejandro dio instrucciones detalladas por escrito a Crátero poco antes de su muerte. Aunque Crátero ya había comenzado a cumplir órdenes de Alejandro, como la construcción de una flota para una expedición, los sucesores de Alejandro decidieron no llevarlas a cabo, considerándolas poco prácticas. Su última voluntad, descrita por Diodoro, incluía expandir el imperio por el sur y el oeste del Mediterráneo, construir monumentos y unir las culturas de Oriente y Occidente.
Algunos puntos interesantes de su última voluntad fueron:
- Completar el monumento funerario en honor a Hefestión.
- Construir "mil barcos de guerra" para campañas futuras.
- Construir una carretera desde el norte de África hasta las columnas de Heracles, con puertos.
- Erguir grandes templos en varias ciudades griegas.
- Construir una tumba monumental "que rivalice con las pirámides de Egipto" para su padre Filipo.
- Establecer ciudades y "llevar poblaciones de Asia a Europa y también en la dirección opuesta de Europa a Asia, para traer unidad y amistad a través de matrimonios y la unión familiar".
Su tumba
El cuerpo de Alejandro fue colocado en un sarcófago de oro, que a su vez estaba en otro ataúd de oro y cubierto con una capa púrpura. Este ataúd, junto con su armadura, fue puesto en un carruaje dorado muy lujoso. Mary Renault describe el carruaje como un templo dorado con columnas jónicas, decorado con joyas y coronado con una corona de olivo de oro. Tenía figuras de la Victoria en cada esquina y estaba adornado con cabezas de íbice y campanas. El carruaje era tirado por sesenta y cuatro mulas, cada una con una corona dorada y un collar con gemas.
Según una leyenda, el cuerpo de Alejandro se conservó en un recipiente de arcilla lleno de miel (que puede actuar como conservante) y luego en un ataúd de cristal. Claudio Eliano cuenta que Ptolomeo robó el cuerpo mientras lo llevaban a Macedonia y lo llevó a Alejandría, donde se exhibió hasta la Antigüedad Tardía. Ptolomeo IX, uno de los últimos sucesores de Ptolomeo I, reemplazó el sarcófago de oro de Alejandro por uno de cristal y fundió el oro para hacer monedas y pagar deudas. Los ciudadanos de Alejandría se horrorizaron por esto, y poco después Ptolomeo IX fue asesinado.
Después de que Roma ocupara Egipto en el año 29 a.C., la tumba de Alejandro fue dañada. Se dice que emperadores romanos como Octavio Augusto y Calígula visitaron la tumba y tomaron objetos o causaron daños. Alrededor del 200 d.C., el emperador Septimio Severo cerró la tumba de Alejandro al público. Su hijo, Caracalla, admiraba mucho a Alejandro y visitó la tumba. Después de esto, los detalles sobre el destino de la tumba son inciertos.
Ahora se cree que el llamado "Sarcófago de Alejandro", descubierto cerca de Sidón y que se encuentra en el Museo Arqueológico de Estambul, en realidad pertenecía a Abdalónimo, a quien Hefestión nombró rey de Sidón por orden de Alejandro. El sarcófago muestra a Alejandro y a sus compañeros cazando y luchando contra los persas.
El ejército de Alejandro Magno
Al principio de su campaña, el ejército de Alejandro tenía 40.000 hombres. Luego, este número aumentó a 50.000 con la llegada de refuerzos de aliados griegos. Inicialmente, su ejército estaba compuesto por 35.000 soldados de infantería y 5.000 de caballería. Este número era bastante bajo en comparación con los grandes ejércitos de Darío (600.000) y de las ciudades persas.
El ejército macedonio, bajo Filipo II y Alejandro Magno, estaba formado por diferentes tipos de tropas que se complementaban: caballería pesada y ligera, infantería pesada y ligera, y armas de asedio (como catapultas).
- Caballería pesada: Estaba formada por los hetairoi o compañeros, la unidad de élite de caballería macedonia. Eran el principal elemento ofensivo de Alejandro. Llevaban casco, coraza y lanzas largas.
- Arqueros y lanzadores de jabalinas: Se ubicaban delante de la caballería pesada y protegían sus flancos.
- Caballería ligera: Se usaba para explorar el territorio enemigo.
- Caballería aliada: Protegía el flanco izquierdo de la infantería macedonia. Estaba compuesta principalmente por aliados griegos de la región de Tesalia.
- Infantería: Actuaba como el "yunque" mientras la caballería era el "martillo". Llevaban casco, coraza, escudo y lanzas de hasta 6 metros, lo que hacía muy difícil atravesar sus formaciones.
- Armas de asedio: Sus ingenieros introdujeron diseños de catapultas mejoradas, que tenían el doble de alcance y más potencia. Una de ellas era el "euthytonón". Su uso fue clave para tomar ciudades como Tebas y Tiro. También usaban el onagro para destruir puertas y muros.

En las artes y la cultura popular
Bustos
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Alejandro "El Grande", San Petersburgo, Rusia
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Busto en mármol de Alejandro Magno, siglo II a.C. Obra helenística original de Alejandría (Egipto).
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Herma con busto de Alejandro. Copia romana en mármol de un original de Lisipo (ca. 330 a. C.). Museo del Louvre.
Monumentos
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Alejandro domando a Bucéfalo
Monedas
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Moneda de plata de Alejandro (336-323 a.C.), Museo Británico.
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Moneda de Ptolomeo I que representa a Alejandro con una piel de elefante, símbolo de sus conquistas en la India.
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Moneda que muestra en el anverso a Ptolomeo I y en el reverso a Alejandro montando un carro tirado por elefantes (campañas en la India)
Pinturas
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Alejandro en el Templo de Jerusalén, 332 a.C., de Sebastiano Conca (1736), Museo del Prado
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Cuadro de Charles Le Brun que muestra a Alejandro y Poros durante la batalla del Hidaspes.
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Alejandro corta el Nudo Gordiano, por Jean-Simon Berthélemy (Escuela de Bellas Artes, París).
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Alejandro fundando Alejandría, de Placido Costanzi
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Alejandro y Poro, de Francesco Fontebasso
Música
- La banda británica Iron Maiden le dedicó un tema en su disco Somewhere in Time de 1986 llamado «Alexander The Great», que cuenta brevemente su historia.
- El artista brasileño Caetano Veloso compuso el tema «Alexandre» de su álbum Livro, donde exalta la vida de Alejandro Magno.
Literatura
Se han escrito muchas obras sobre Alejandro:
- De 1969 a 1981, Mary Renault escribió una trilogía de ficción histórica sobre Alejandro: Fuego en el paraíso (sobre su niñez), El muchacho persa (la campaña de Asia) y Juegos funerarios (sobre las luchas de los diádocos). Renault también escribió una biografía histórica, Alejandro Magno.
- El escritor francés Roger Peyrefitte escribió una trilogía sobre Alejandro: La Jeunesse d'Alexandre (1977), Les Conquêtes d'Alexandre (1979) y Alexandre le Grand (1981).
- Una tercera trilogía fue escrita por el italiano Valerio Massimo Manfredi en 1998: El hijo del sueño, Las arenas de Amón y El confín del mundo.
- Gisbert Haefs también escribió una novela sobre su vida, titulada Alejandro Magno.
- La novela Alejandro Magno y las águilas de Roma, de Javier Negrete, fue publicada en 2007 en España.
Creencias religiosas
Las ideas religiosas de Alejandro eran las comunes en el politeísmo de la Grecia clásica. Él era un hombre muy religioso que hacía sacrificios y ofrendas a los dioses olímpicos como Poseidón, Ares, Atenea, Heracles, Asclepio, Dioniso, Amón, Baal y otros.
Zeus olímpico, dios protector de Macedonia, aparecía en la mayoría de las monedas de plata que Alejandro mandó acuñar. En ellas, la figura de Hércules se parecía cada vez más a Alejandro. Sus primeros biógrafos mencionan a menudo los sacrificios que Alejandro ofrecía a los dioses. Después de cada victoria, sacrificaba animales y dedicaba procesiones y competiciones. Es famosa la ofrenda que hizo a Atenea después de la victoria sobre los persas en el Gránico, cuando envió a su templo en Atenas 300 armaduras persas completas. En Egipto, se interesó por el templo de Zeus-Amón, ofreció sacrificios al dios Apis y aceptó ser considerado como Horus, "el príncipe fuerte, amado de Amón y elegido de Ra, hijo de Ra, Alejandro". También respetaba los templos de las ciudades conquistadas, excepto en Tebas.
Alejandro también consultaba a menudo a los adivinos. Quiso deshacer el nudo gordiano porque se había profetizado que quien lo lograra gobernaría toda Asia. Algunos historiadores lo describen como una persona con creencias muy fuertes.
Aunque al final de su reinado las ciudades griegas (no las no griegas) le dieron el trato de un dios, hay pocos indicios de que esto fuera iniciativa de Alejandro. Es posible que los griegos le dieran estos honores en agradecimiento por sus grandes logros. Más tarde, el culto a los gobernantes se hizo común en el mundo helenístico. En el 327 a.C., intentó introducir entre sus hombres el saludo persa llamado proskynesis, pero no se ha demostrado que Alejandro quisiera ser adorado como una divinidad, sino que le gustaba ser reverenciado de esa manera (para los persas, este saludo no tenía un significado religioso). Aunque adoptó algunas costumbres y vestimentas orientales, no hizo lo mismo con la religión persa.
Alejandro en la historia
Principalmente en Asia, a Alejandro Magno se le llama Dhul-Qarnayn (‘el de dos cuernos’), porque se hacía representar como el dios Zeus-Amón, llevando una diadema con dos cuernos de carnero (el animal que representa a Amón), y por los dos largos penachos blancos que salían de su casco.
La figura del rey macedonio dio lugar a muchas leyendas. Una leyenda griega lo presenta obsesionado con la inmortalidad, buscando sin éxito el agua sagrada.
Los zoroastristas lo recuerdan en el Arda Viraf como el "maldito Alejandro", responsable de la destrucción del Imperio Persa y el incendio de su capital, Persépolis.
En las culturas orientales, se le conoce como Eskandar-e Maqduni (‘Alejandro de Macedonia’) en persa, Dhul-Qarnayn (‘el de los dos cuernos’) en las tradiciones de Oriente Medio, Al-Iskandar al-Akbar en árabe, Sikandar-e-azam en urdu e hindi, Skandar en pashto, Alexander Mokdon en hebreo, y Tre-Qarnayia (‘el de los dos cuernos’) en arameo. Esto se debe a una imagen en monedas de su reinado donde aparece con los cuernos de carnero del dios egipcio Amón. Sikandar, su nombre en urdu e hindi, también se usa como sinónimo de ‘experto’ o ‘muy hábil’.
El cráter lunar Alexander lleva este nombre en su honor.
Influencia en la Antigua Roma
Al final de la República y principios del Imperio, los romanos cultos usaban el latín para asuntos legales y políticos, pero el griego para filosofía y debates intelectuales. En el mundo romano, la lengua que se hablaba en todas partes era la koiné, una variante del griego que hablaba Alejandro.
Muchos romanos admiraban a Alejandro Magno y sus conquistas. Julio César se emocionó en Hispania al ver una estatua de Alejandro, lamentando no haber logrado tanto a su edad. Julio César también honró la tumba de Alejandro Magno en Alejandría (Egipto). En el año 29 a.C., Egipto cayó bajo el control de Roma. Después de la caída de Alejandría, la tumba y el cuerpo de Alejandro fueron dañados poco a poco por los propios emperadores romanos. El emperador Augusto (Octavio) visitó su tumba en Alejandría y dijo que "Alejandro era el único líder que merecía su visita". Se dice que Augusto, al intentar honrar a Alejandro, rompió accidentalmente la nariz del cuerpo momificado. Pompeyo el Grande tomó la capa de Alejandro, de 260 años de antigüedad, y se la puso como símbolo de grandeza. Calígula, el emperador, tomó la coraza de Alejandro de su tumba para usarla. Una familia romana del siglo III d. C., los Macriani, siempre llevaban imágenes de Alejandro.
Alejandro Magno es mencionado en la obra Mostellaria del escritor romano Plauto, más de un siglo después de su muerte.
Opiniones sobre su personalidad
"En cuanto a los placeres del cuerpo, tenía un perfecto autocontrol; y de los de la mente, el elogio era el único del que era insaciable. Era muy inteligente para reconocer lo que era necesario hacer, incluso cuando aún era un asunto que pasaba desapercibido para los demás; y muy acertado para conjeturar a partir de la observación de los hechos lo que era probable que ocurriera. Era sumamente hábil para reunir, armar y dirigir un ejército, y muy famoso por infundir valor a sus soldados, llenarlos de esperanzas de éxito y disipar su temor en medio del peligro con su propia ausencia de miedo."
"Los [historiadores] modernos que lo han acusado de 'una desagradable preocupación por su propia gloria' piensan en función de otra época. Hasta ese momento y de ahí en adelante, los más altos niveles de la literatura griega están impregnados del axioma según el cual ser digno de fama es la más honrosa de las aspiraciones, el incentivo de los mejores hombres para alcanzar las más altas cotas. Sócrates, Platón y Aristóteles lo aceptaron."
- Hermann Bengston:
"Si alguien tiene derecho a ser juzgado de acuerdo con las normas de su propio tiempo, este alguien es Alejandro."
- Robin Lane Fox:
"Los historiadores, que no ven bien las guerras sin justificación ni las grandes pérdidas de vidas, ahora consideran a Alejandro excepcionalmente fuerte y cada vez más propenso a la acción. Creo que sus ideas modernas los llevan a un camino equivocado. Alejandro nació rey. No tenía idea de lo que era la limpieza de grupos o razas. Quería incluir a los pueblos conquistados en su nuevo reino, el de Alejandro, mientras sus súbditos, por supuesto, pagaban impuestos y no podían rebelarse."
- Victor Davis Hanson:
"Muchos estudiosos comparan a Alejandro con Aníbal o Napoleón. Un equivalente mucho mejor sería un líder que se concentraba únicamente en el botín y el saqueo bajo la apariencia de llevar la 'cultura' a Oriente y 'liberar' a los pueblos oprimidos de un imperio corrupto. Ambos eran amables con los animales, mostraban respeto a las mujeres, hablaban constantemente de su propio destino y podían ser especialmente corteses con subordinados aunque estuvieran planeando la destrucción de cientos de miles de personas, y actuaron contra sus colaboradores más íntimos."
- Nicholas G. L. Hammond:
"Hemos mencionado muchas facetas de la personalidad de Alejandro: sus profundos afectos, sus fuertes emociones, su valor sin límite, la brillantez y rapidez de su pensamiento, su curiosidad intelectual, su amor por la gloria, su espíritu competitivo, la aceptación de cualquier reto, su generosidad y su compasión; y, por otro lado, su ambición desmedida, su decidida fuerza de voluntad: sus deseos, pasiones y emociones sin freno... en suma, tenía muchas de las cualidades de un líder fuerte."
- Paul Cartledge:
"¿O no fue ninguno de estos [posibles Alejandros recreados por los sabios], o tenía algo de todos, o algunos, de ellos? (...) Mi Alejandro es una suerte de contradicción: un pragmatista con una veta de astucia, pero también un entusiasta con una veta de romanticismo apasionado."
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Véase también
En inglés: Alexander the Great Facts for Kids
- Reino de Macedonia
- Filipo II de Macedonia
- Alejandro IV de Macedonia
- Olimpia de Epiro
- Nudo gordiano
- Falange Macedonia
- Diádocos
- Período helenístico
- Tumba de Alejandro Magno