Diógenes de Sinope para niños
Datos para niños Diógenes de Sinope |
||
---|---|---|
![]() |
||
Información personal | ||
Nombre en griego antiguo | Διοɣένης ὁ Σινωπεύς | |
Nacimiento | c. 400 a. C. Sinope |
|
Fallecimiento | c. 323 a. C. Antigua Corinto (Grecia) |
|
Educación | ||
Alumno de |
|
|
Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo | |
Alumnos | Crates de Tebas y Onesícrito | |
Movimiento | Escuela cínica | |
Diógenes de Sinope (en griego antiguo: Διοɣένης ὁ Σινωπεύς), también conocido como Diógenes el Cínico, fue un filósofo de la Grecia Antigua. Perteneció a la escuela cínica, un grupo de pensadores que valoraban la vida sencilla y natural.
Nació en Sinope, una ciudad griega en la costa del mar Negro, alrededor del año 412 a. C. Falleció en Corinto en el año 323 a. C. Diógenes no escribió libros, por lo que lo que sabemos de él viene de otros autores. La información más completa sobre su vida se encuentra en la obra Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres de Diógenes Laercio.
Diógenes fue expulsado de su ciudad natal y se mudó a Atenas. Allí se hizo alumno de Antístenes, quien había sido discípulo de Sócrates. Diógenes eligió vivir de una manera muy simple, casi como un vagabundo. Convertía la pobreza material en una forma de vida virtuosa. Se dice que vivía en una gran tinaja en lugar de una casa. A veces, caminaba por las calles de día con una lámpara encendida, diciendo que "buscaba hombres" (personas honestas).
Sus únicas pertenencias eran un manto, una bolsa, un bastón y un cuenco. Un día, vio a un niño beber agua con sus manos y decidió que ya no necesitaba el cuenco, así que se deshizo de él. Diógenes también estuvo en Corinto, donde siguió promoviendo la idea de la autosuficiencia. Creía en una vida natural e independiente de los lujos de la sociedad. Para él, la virtud era lo más importante. Pensaba que los honores y las riquezas eran cosas sin valor que debían ser ignoradas. Su filosofía se basaba en rechazar lo que la sociedad consideraba normal y vivir de acuerdo con la naturaleza. Creía que una persona sabia debía liberarse de sus deseos y tener solo lo mínimo necesario.
Contenido
La vida de Diógenes: Un filósofo singular

Diógenes nació en Sinope, una colonia griega en la costa sur del mar Negro, en el año 412 a. C. No se sabe mucho de su niñez, solo que su padre, Hicesias, era banquero. Diógenes y su padre fueron desterrados de Sinope por un problema relacionado con la fabricación de monedas. Diógenes incluso se sentía orgulloso de haber participado en esto.
Los arqueólogos han encontrado monedas falsificadas en Sinope de esa época, lo que apoya esta historia. No está claro por qué falsificaron las monedas, pero Sinope era un lugar con conflictos entre grupos que apoyaban a Persia y a Grecia. Es posible que hubiera razones políticas más que solo financieras.
¿Cómo vivió Diógenes en Atenas?

Cuando Diógenes llegó a Atenas, su objetivo era, de forma simbólica, "cambiar" las costumbres de la sociedad. Él decía que las costumbres eran como una "moneda falsa" de la moralidad. Creía que la gente se preocupaba más por lo que la sociedad consideraba incorrecto que por lo que realmente estaba mal. Esta idea de diferenciar entre lo natural (physis) y lo que la sociedad establece (nomos) era muy importante en la filosofía griega.
Se cuenta que Diógenes llegó a Atenas con un esclavo llamado Manes, quien lo abandonó. Con su sentido del humor, Diógenes dijo: "Si Manes puede vivir sin Diógenes, ¿por qué Diógenes no va a poder sin Manes?". Con esto, Diógenes se reía de la gran dependencia que las personas tienen unas de otras.
En Atenas, Diógenes se sintió atraído por Antístenes, un maestro ascético y discípulo de Sócrates. Diógenes pronto superó a su maestro en fama y en la forma austera de vivir. A diferencia de otros ciudadanos, Diógenes evitaba los placeres materiales. Con esta actitud, quería mostrar lo que él veía como locura, falsedad, vanidad y la artificialidad del comportamiento humano.
Las anécdotas sobre Diógenes muestran lo consecuente que era con su forma de pensar. Este filósofo, a quien Platón llamó "Sócrates delirante", andaba descalzo en todas las estaciones, dormía en los pórticos de los templos envuelto solo en su manto y vivía en una tinaja.
Una vez, Diógenes pensó que tenía demasiadas cosas. Tenía su bastón para caminar, su manto para cubrirse y una bolsa con un plato y un cuenco para comer y beber. Un día, vio a un niño comer lentejas con un trozo de pan y luego beber agua con sus manos. Diógenes pensó: "Este muchacho me ha enseñado que todavía tengo cosas que no necesito. Si él come y bebe con sus manos, no necesito mi plato ni mi cuenco". Inmediatamente, arrojó ambos al suelo y siguió su camino.
En otra ocasión, apareció en pleno día con una lámpara encendida, diciendo: "Busco un hombre". Otro relato cuenta que un hombre rico lo invitó a un banquete en su lujosa casa, advirtiéndole que no escupiera. Diógenes, para mostrar su desprecio por las reglas sociales, le escupió en la cara, diciendo que no había encontrado un lugar más sucio.
Diógenes también criticó la teoría de las ideas de Platón. Cuando Platón definió al hombre como un "bípedo implume" (un ser de dos patas sin plumas), Diógenes desplumó un gallo y lo soltó en la Academia de Platón, diciendo: "¡Te he traído un hombre!". Platón, sorprendido, añadió a su definición: "El hombre es el bípedo implume con uñas anchas".
Cuando escuchó a alguien negar el movimiento, Diógenes simplemente se levantó y se puso a caminar para demostrar que el movimiento existe. Una vez, un ateniense hablaba sobre el cielo y las estrellas, y Diógenes le preguntó: "¿Hace cuánto tiempo que llegaste tú del cielo?".
También se cuenta que Diógenes siempre saludaba con respeto a un músico que todos despreciaban. Cuando le preguntaron por qué, Diógenes respondió: "Porque, a pesar de lo mal que toca y canta, no roba a nadie". Incluso lo llamaba "gallo" porque, como los gallos, hacía que todos se levantaran cuando cantaba.
Un día, mientras Diógenes lavaba unas hierbas, se encontró con Aristipo, a quien Diógenes llamaba el "perro real". Aristipo le dijo: "Si supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas". Diógenes le respondió: "Y si hubieras aprendido a prepararte esta comida, no buscarías la compañía de los poderosos".
Diógenes en Corinto: Encuentros y enseñanzas
Se dice que Diógenes, en un viaje a Egina, fue capturado por piratas y vendido como esclavo. Cuando le preguntaron qué sabía hacer, respondió: "Mandar. Comprueba si alguien quiere comprar un amo". Fue comprado por Jeníades de Corinto, quien le dio la libertad y lo hizo tutor de sus dos hijos. Diógenes pasó el resto de su vida en Corinto, enseñando sobre la virtud del autocontrol.
Durante los Juegos Ístmicos, Diógenes compartió su filosofía con mucha gente. Es posible que allí conociera a Alejandro Magno. Se cuenta que una mañana, mientras Diógenes tomaba el sol, Alejandro Magno, el gran rey, se acercó a él. Alejandro, impresionado por la fama de Diógenes, se puso frente a él y dijo: "Soy Alejandro". Diógenes respondió: "Y yo Diógenes, el perro". La gente se asombró, pues nadie hablaba así al rey.
Alejandro preguntó: "¿Por qué te llaman Diógenes, el perro?". Diógenes contestó: "Porque alabo a los que me dan, ladro a los que no me dan y a los malos les muerdo". Alejandro, sin inmutarse, le dijo: "Pídeme lo que quieras". Diógenes, sin dudar, le contestó: "Quítate de donde estás, que me tapas el sol". Todos se sorprendieron por una petición tan sencilla a alguien que podía darlo todo.
Alejandro, asombrado, le preguntó: "¿No me temes?". Diógenes le respondió con otra pregunta: "Gran Alejandro, ¿te consideras un buen o un mal hombre?". Alejandro dijo: "Me considero un buen hombre". Diógenes entonces le dijo: "Entonces... ¿por qué habría de temerte?". Alejandro pidió silencio y dijo: "¿Sabéis qué os digo a todos? Que si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes". A esto, Diógenes respondió: "Y si yo no fuera Diógenes, también querría ser Diógenes".
En otra ocasión, Alejandro encontró al filósofo observando atentamente unos restos. Diógenes dijo: "Estoy buscando los restos de tu padre, pero no puedo distinguirlos de los de un esclavo", queriendo decir que al final todos somos iguales.
Casi al final de su vida, alguien le preguntó a Diógenes por qué caminaba tanto, sugiriendo que debería ir más despacio. Diógenes le replicó: "Si estuvieras en el final de una carrera y la meta estuviera cerca, ¿qué harías? ¿Irías más despacio o acelerarías el paso? Pues eso es lo que yo hago".
Aunque la mayoría de las historias dicen que Diógenes vivía en una tinaja en Atenas, algunas fuentes afirman que también lo hizo en Corinto. Diógenes Laercio escribió sobre él:
Al anunciar Filipo que iba a atacar Corinto, y al estar todos dedicados a los trabajos y corriendo de un lado a otro, él empujaba haciendo rodar la tinaja en que vivía. Como uno le preguntara: -¿Por qué lo haces, Diógenes?-, dijo: -Porque estando todos tan apurados, sería absurdo que yo no hiciera nada. Así que echo a rodar mi tinaja, no teniendo otra cosa en qué ocuparme.
Diógenes Laercio también comentó:
Solía entrar en el teatro topándose con los que salían. Cuando le preguntaron por qué lo hacía, contestó: "Es lo mismo que trato de hacer a lo largo de toda mi vida"
¿Cómo fue la muerte de Diógenes?
Existen varias historias sobre cómo murió Diógenes. Una dice que falleció por un problema de salud después de comer un pulpo vivo. Otra versión sugiere que murió al caer de un caballo o por la mordedura de un perro. También se decía que murió por su propia voluntad, aunque esto es más una metáfora. Se cuenta que sus últimas palabras fueron: "Cuando me muera, echadme a los perros. Ya estoy acostumbrado".
Mucho tiempo después, el filósofo Epicteto lo recordaba como un ejemplo de sabiduría. Los habitantes de Corinto erigieron una columna de mármol de Paros en su memoria, con la figura de un perro descansando.
Diógenes y el significado de "cínico"
Muchas historias sobre Diógenes hablan de su comportamiento, que a veces se parecía al de un perro, y de cómo elogiaba las cualidades de estos animales. Esto se relaciona con la palabra "cínico". El nombre de "cínicos" tiene dos posibles orígenes. Uno viene del lugar donde Antístenes, el maestro de Diógenes, enseñaba su filosofía: el santuario y gimnasio de Cinosargo. El nombre "Cinosargo" podría significar "perro ágil" o "perro blanco".
El segundo origen del nombre "cínicos" se relaciona con el comportamiento de Antístenes y Diógenes, que era similar al de los perros. Por eso, la gente los llamaba kynikos, que significa "similar al perro" o "perruno". Esta comparación se debía a la forma de vida que eligieron: su gran libertad, su forma directa de hablar y actuar en público, y sus críticas a las tradiciones y costumbres sociales.
Al principio, la gente llamaba a Diógenes "el perro" para insultarlo. Pero Diógenes, con su forma de ser, encontró el apodo muy apropiado y se sintió orgulloso de él. Había hecho de la falta de vergüenza una de sus características, y el símbolo del perro le pareció perfecto para defender su conducta.
Las razones por las que se relacionaba a los cínicos con los perros eran: su indiferencia ante las comodidades, su franqueza al hablar o actuar en público, su capacidad de "guardián" para proteger los principios de su filosofía y su habilidad para distinguir a amigos de enemigos. Diógenes decía, con ironía, que él era "un perro de los que reciben elogios, pero con el que ninguno de los que lo alaban quiere salir a cazar".
En un banquete, algunos invitados le arrojaron huesos como si fuera un perro. Diógenes, para responder a su manera, se puso de pie y actuó como un perro. También le gritaron "perro" mientras comía en el mercado, y él les dijo: "¡Perros vosotros, que me rondáis mientras como!". Con la misma dignidad, respondió a Platón, quien también lo había llamado "perro": "Sí, ciertamente soy un perro, pues regreso una y otra vez junto a los que me vendieron". Diógenes creía que los placeres materiales eran innecesarios y rechazaba la sociedad establecida, pero sin intentar cambiarla.
Las ideas de Diógenes: Una filosofía de la sencillez
Sabemos más sobre la vida de Diógenes que sobre sus ideas filosóficas detalladas. Al igual que otros cínicos, a él le importaba más vivir de una manera correcta que fundar una escuela formal. Su filosofía se basaba en la autonomía y el desprecio por las costumbres de la sociedad.
Podemos ver algunas diferencias entre Diógenes y su maestro Antístenes. Antístenes pensaba que tener propiedades era un obstáculo para la vida. Diógenes, en cambio, no les daba ningún valor. Incluso se decía que enseñaba que el robo era aceptable, porque "todas las cosas son propiedad del sabio".
Otras ideas eran comunes a ambos:
- La virtud se logra eliminando las necesidades.
- La sociedad es la causa de muchas necesidades, que pueden evitarse viviendo de forma natural y austera.
- Valoraban las privaciones, incluso el dolor, como una forma de mejorar moralmente.
- Despreciaban las reglas de la vida social.
- Desconfiaban de las filosofías complicadas, creyendo que una persona sencilla podía entender todo lo importante.
Los cínicos rechazaban la educación tradicional griega (paideia), que incluía gimnasia, música y astronomía, para alcanzar la excelencia (areté). Diógenes sostenía que si se ponía el mismo esfuerzo en practicar las virtudes morales, el resultado sería mejor.
También despreciaba la mayoría de los placeres del mundo. Decía que los hombres obedecían a sus deseos como los esclavos a sus amos. Sobre el amor, pensaba que era "el negocio de los ociosos" y que los enamorados disfrutaban de sus propios problemas. Sin embargo, consideraba que algunas necesidades físicas eran inevitables. No le importaba lo que la "opinión pública" o las críticas dijeran de él.
Diógenes decía que los dioses habían dado al hombre una vida fácil, pero que los hombres se encargaban de complicarla. Creía que la sabiduría era templanza para los hombres, consuelo para los ancianos, riqueza para los pobres y adorno para los ricos.
También se sabe que Diógenes pensaba que la muerte no era algo malo, porque no tenemos conciencia de ella. Se le considera el creador de la idea del cosmopolitismo, porque afirmaba que era ciudadano del mundo y no de una ciudad específica.
Sus alumnos más conocidos fueron Mónimo, Onesícrito, Filisco y Crates de Tebas, así como la esposa de este último, Hiparquía.
Diógenes en el arte
Se han conservado algunos bustos antiguos de Diógenes en lugares como el Vaticano, el Capitolio y el Louvre. También hay un bajorrelieve en la villa Albani que muestra a Diógenes y Alejandro.
Diógenes fue un personaje muy representado en la pintura barroca. Algunas obras famosas incluyen:
- Diógenes con la linterna, de Jordaens y Ribera.
- Diógenes tirando su escudilla, de Poussin, S. Rosa y K. Dujardin.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Diogenes Facts for Kids