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Dioniso para niños

Enciclopedia para niños
Dioniso (sentado en un trono) con Helios, Afrodita y otros dioses. Fresco antiguo de Pompeya.
Las ménades, compañeras de Dioniso

En la mitología griega, Dioniso (en griego clásico y moderno: Διόνυσος [Diónysos]), también conocido entre griegos y romanos como Baco (Βάκχος [Bácchos]; en latín Dyonisus / Bacchus), es uno de los dioses olímpicos. Era el dios de la naturaleza, el crecimiento de las plantas y el vino. En la versión más común, es considerado hijo de Zeus y Sémele. Dioniso inspiraba gran alegría y entusiasmo, y se convirtió en un personaje importante de la mitología griega. Aunque no se sabe exactamente de dónde viene su culto, casi todas las historias lo presentan como un dios "extranjero". Se le representaba como un joven de pelo largo o como un dios anciano con barba, a menudo con signos de haber bebido mucho. Entre sus objetos más comunes están el tirso (un bastón con una piña en la punta), una copa y una corona de hiedra.

También es el dios protector de la agricultura y el teatro. Se le conoce como el ‘Libertador’ (Eleuterio), porque ayudaba a las personas a liberarse de sus preocupaciones a través de la alegría o el vino. La misión de Dioniso era traer la música del aulós y poner fin a las preocupaciones. Como dios del vino, se le relacionaba con Deméter (el pan) como alimento básico. También se le invocaba por sus propiedades que ayudaban a sentirse mejor y a estimular la conversación y la amistad. Los expertos han estudiado la relación de Dioniso con el "culto de las almas" y su capacidad para conectar a los vivos y los muertos.

Dioniso fue conocido más tarde como Baco. Las celebraciones que inspiraba se llamaban bakcheia, y sus sacerdotisas eran las bacantes. Los poetas romanos lo llamaban Líber o Padre Líber. Con el tiempo, Dioniso fue adoptando características de otros dioses y aspectos de culturas extranjeras o misteriosas, con influencia tracia, frigia, egipcia u órfica. Entre estos nombres se encuentran Sabacio, Zagreo o Yaco; a veces son nombres de Dioniso y otras veces son dioses diferentes.

No hay que confundir a Dioniso con Dionisio; Dioniso es el nombre del dios del vino, mientras que Dionisio es un nombre propio masculino, como por ejemplo, Dionisio de Halicarnaso.

Origen del nombre

El significado del nombre Dionysos no es seguro. La parte -nysos podría venir de fuera de Grecia, pero dio- se ha relacionado desde hace mucho tiempo con Zeus (que en una de sus formas se dice Dios). Para los escritores griegos, Nisa era una ninfa que lo cuidó, o la montaña donde lo atendieron varias ninfas (las Nisíades), quienes lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.

Según una idea antigua de los filósofos estoicos, Dioniso se identificaba con el sol que cada día "recorre completamente el círculo celeste". Siglos después, Macrobio en sus Saturnales explica que Dioniso es el "sol nocturno" que viaja por la parte de abajo del mundo, y Apolo es el "sol diurno" que viaja por la parte de arriba. Las diferentes edades de Dioniso —niño, joven, barbudo— simbolizan los ciclos del sol de crecimiento y disminución durante el año. Por eso, el dios controla el crecimiento de la tierra y sus frutos junto a las diosas "lunares" (Deméter y Perséfone). Como dios solar, Dioniso representa la fuerza masculina del universo, un "espíritu que genera y nutre". Como Liber Pater romano, se le consideraba "padre de todas las cosas" y dador del "poder de la vida" relacionado con la creación. En este sentido, se le asocia con la naturaleza húmeda y cálida y con las plantas frutales, siendo igual a Osiris para Plutarco.

Adoración y ritos

Dioniso es un dios de ritos religiosos misteriosos, como los de Deméter y Perséfone en la ciudad de Eleusis, cerca de Atenas. Dioniso lleva el basjaris o piel de zorro, que simboliza la viña y los animales. Sus propios ritos, los Misterios dionisíacos y los Misterios eleusinos, eran muy conocidos. Muchos investigadores creen que Dioniso es una mezcla de una deidad griega local de la naturaleza y un dios más poderoso de Tracia o Frigia, como Sabacio.

Heródoto sabía que el culto a Dioniso llegó más tarde a los griegos que el resto de los dioses, y comenta:

así es, la historia griega cuenta que tan pronto nació Dioniso, Zeus lo llevó a Nisa, en Etiopía, más allá de Egipto, y como con Pan, los griegos no saben qué fue de él tras su nacimiento. Resulta por tanto claro para mí que los griegos aprendieron los nombres de estos dos dioses más tarde que los nombres de todos los otros, y sitúan el nacimiento de ambos en el momento en que los conocieron.

Muchos griegos estaban seguros de que el culto a Dioniso había llegado a Grecia desde Anatolia, pero sus ideas sobre dónde estaba Nisa (en Anatolia, en Libia "lejos al oeste junto al gran océano", Etiopía o Arabia) son tan variadas que sugieren que se referían a un país mágico y lejano, quizás llamado Nysa, para explicar el nombre del dios: ‘dios de Nisa’. Apolodoro parece seguir a Ferécides, quien cuenta cómo el pequeño Dioniso, dios de la vid, fue criado por las ninfas de la lluvia, las Híades, en Nisa. Sin embargo, el nombre que los hititas de Anatolia se daban a sí mismos en su propia lengua (nesili) era Nesi. La influencia hitita en la cultura griega antigua casi nunca se valora. Más tarde, a principios del siglo XIX durante el Romanticismo alemán, la opinión generalizada situó el origen de Dioniso —así como del resto de los dioses griegos— en la India: como "señor de la naturaleza" se le asoció con el dios hindú Shiva, que habría llegado a Occidente transformado a través del Próximo Oriente, Egipto (asociado, como dios que sufre, a Mitra y Osiris), Tracia y Grecia, donde la deidad oriental habría sido finalmente humanizada y convertida en héroe a través del mito épico.

Las contradicciones anteriores sugieren a algunos que no se trata de un recuerdo histórico de un culto extranjero, sino de un dios que siempre fue visto como extranjero. De hecho, el nombre de Dioniso aparece documentado antes del -1200 en las tablillas en idioma micénico como DI-WO-NI-SO-JO, y Károly Kerényi lo sitúa en la Creta minoica, donde su nombre minoico es desconocido pero su presencia es reconocible. Claramente, Dioniso había estado con los griegos y sus antecesores durante mucho tiempo, y aun así conservó, en parte, el recuerdo de su origen extranjero.

El toro, la serpiente, la hiedra y el vino son los símbolos de la atmósfera de Dioniso. Él está muy relacionado con los sátiros, centauros y silenos. A menudo aparece montando un leopardo, llevando una piel de felino o ciervo, o en un carro tirado por panteras. También se le reconoce por el tirso que lleva. Además de la vid y su planta salvaje, la hiedra venenosa, ambas dedicadas a él, la higuera también era un símbolo suyo. La piña que coronaba su tirso lo relacionaba con Cibeles, y la granada con Deméter. En Atenas se celebraban en su honor las Dionisias y las Leneas. Los iniciados lo adoraban en los misterios dionisíacos, que eran parecidos y estaban relacionados con los misterios órficos. Se decía que Orfeo había creado los misterios de Dioniso.

Culto en Roma

El culto a Dioniso influyó más tarde en Roma, entre los siglos III y II a. C., llegando desde la Magna Grecia (los pueblos griegos del sur de Italia) y a través de Etruria, que estaba influida por Roma.

Su presencia en las historias, creencias y prácticas rituales duró hasta la época tardorromana (siglos III y IV d. C.). Los romanos adoraban a su equivalente romano, Baco, cuyo nombre viene de bacanal. Las celebraciones de Baco se hacían en secreto y solo con mujeres en la arboleda de Simila, cerca del monte Aventino, el 16 y 17 de marzo. Después, los hombres también participaron y las celebraciones se hacían cinco veces al mes. La fama de estas fiestas, donde se creía que se planeaban cosas malas, hizo que en 186 a.C. el Senado prohibiera las celebraciones en toda Italia. A pesar del castigo severo para quienes no cumplían este decreto, las celebraciones no se detuvieron del todo, especialmente en el sur de Italia, durante mucho tiempo.

Dioniso también se compara con Liber (mitología) (también Liber Pater). Liber (‘el libre’) era un dios de la naturaleza y el crecimiento, casado con Libera. Su fiesta era la Liberalia, celebrada el 17 de marzo, pero en algunos mitos también se celebraba el 5 de marzo.

Nombres especiales

  • Acratoforo, nombre con el que se le llamaba como dador del vino sin mezclar, y bajo el que se le adoraba en Figalía (Arcadia).
  • Acroreites, bajo el que era adorado en Sición.
  • Adoneo (Adoneus, ‘gobernante’), nombre latino que recibía como Baco.
  • Basareo o Básaro («cubierto de una piel de zorro»)
  • Bromio (‘atronador’ o ‘el que brama’).
  • Dendrites (Δενδρίτης Dendrítês, ‘el de los árboles’), como poderoso dios de la naturaleza.
  • Dimorfo (Δίμορφoς), porque podía mostrarse bello o terrible según la situación.
  • Ditirambo (‘el de la doble puerta’) se usa a veces para referirse a él en las canciones solemnes de los festivales, y se refiere a su nacimiento especial.
  • Egóbolo (‘matador de cabras’), nombre bajo el que fue adorado en Potnias (Beocia).
  • Eleuterio (Ελευθερευς, ‘el libertador’), también aplicado a Eros.
  • Eneo, como dios de la prensa de vino.
  • Enorques, otra forma relacionada con la naturaleza en Samos y Lesbos.
  • Esimnetes (‘gobernante’ o ‘señor’), nombre bajo el que fue adorado en Aroe y Patras (Acaya).
  • Eubuleo
  • Evio, un nombre que se usa mucho en la obra de Eurípides, Las bacantes.
  • Faleno, que asegura la abundancia.
  • Floios (Φλοῖος, ‘corteza’), como espíritu de esta.
  • Hierofante, sacerdote del culto.
  • Hías, como dios asociado a las lluvias y a la creación humana.
  • Leneo, como «inventor» o «protector del lagar».
  • Licnito (‘el del bieldo, harnero o criba’) lo hacía un dios de la naturaleza relacionado con las religiones misteriosas. El bieldo era una herramienta para separar la paja del grano. Como si el dios fuera una especie de filtro de almas. También se relaciona este nombre con el significado de «cuna», lo que aludiría a un culto de Dioniso-niño.
  • Lieo (‘el que desata’), como un dios de la relajación y la liberación de las preocupaciones.
  • Lisio, «liberador».
  • Omadio (Ὠμάδιος, ‘que come la carne cruda’), sobrenombre de Baco en Quíos.
  • Pericionio, «rodeado de columnas». Este nombre se refiere a un momento en la vida de Dioniso en Tebas. Cf. Eurípides, Las fenicias, 654, donde se menciona una danza con este nombre. Al parecer, las vides del dios, al enlazarse a las columnas de la fortaleza de Tebas, lograron superar la fuerza de un terremoto.
  • Sucites (Συκίτης), protector de las higueras.
  • Yaco o Íaco (Ιακχος) lo relaciona con los misterios eleusinos, donde era conocido como hijo de Zeus y Deméter. El nombre puede venir de ιακχος (iakchos), un himno cantado en honor a Dioniso.
  • Yóbaco, porque lanza muchas voces de este tipo.
  • Zagreo, como niño-dios despedazado y comido por los titanes, según un mito de origen posiblemente órfico.

En el panteón griego, Dioniso toma junto con Zeus el papel de Sabacio, una deidad tracia/frigia a la que se sacrificaba cerámica rota (probablemente para evitar que otra se rompiera en el fuego). En el panteón romano, Sabacio pasó a ser un nombre alternativo de Baco. En los himnos órficos también se le asocian otras deidades misteriosas y de Anatolia, como Antea, Mise, Hipta o Sabo (Sabacio).

Historias de Dioniso

Su nacimiento

Procesión de Dioniso en un sarcófago de mármol, que podría indicar que la persona fallecida fue iniciada en los misterios.
Los diferentes autores varían la filiación de Dioniso: a) Zeus y Sémele; b) Zeus y Dione; c) Zeus y Selene; d) Zeus y Deméter; e) Zeus y Perséfone; f) Nilo; g) Cabiro; h) Niso y Tione.

Dioniso tuvo un nacimiento muy especial y temprano, lo que muestra lo difícil que fue para él encajar entre los dioses del Olimpo. Su madre fue una mujer mortal, llamada Sémele, hija del rey Cadmo de Tebas, y su padre Zeus, el rey de los dioses. La esposa de Zeus, Hera, una diosa celosa, descubrió el secreto de su marido cuando Sémele estaba esperando un bebé. Hera, disfrazada de anciana, se apareció a Sémele, quien le contó que Zeus era el verdadero padre de su hijo. Hera fingió no creerlo y puso dudas en la mente de Sémele. Curiosa, Sémele le pidió a Zeus que se mostrara en todo su esplendor como prueba de que era un dios. Aunque Zeus le rogó que no le pidiera eso, ella insistió y él aceptó. Entonces Zeus se presentó ante ella con sus truenos, vientos y rayos, y Sémele murió quemada. Zeus logró salvar al pequeño Dioniso poniéndolo en su muslo. Unos meses después, Dioniso nació en el monte Pramnos de la isla Icaria, a donde Zeus fue para liberarlo ya crecido de su muslo. En esta versión, Dioniso tuvo dos "madres" (Sémele y Zeus) antes de nacer, de ahí el nombre dimētōr (‘de dos madres’), que se refiere a su doble nacimiento.

Según Cicerón, en su De Natura Deorum, hubo hasta cinco dioses Dioniso: el primer Dioniso nació de Júpiter (Zeus) y de Prosérpina (Perséfone). El segundo Dioniso nació de Nilo, y se dice que destruyó a Nisa. El tercer Dioniso tiene por padre a Cabiro, y se dice que fue rey de Asia; para él se crearon las Sabacias. El cuarto Dioniso desciende de Júpiter (Zeus) y de Luna (Selene), y se cree que los sagrados ritos órficos se crearon en su honor. El quinto Dioniso nació de Niso y de Tione (Sémele), y se cree que fue él quien estableció las Trietérides.

El renacimiento es el motivo principal de adoración en las religiones misteriosas, ya que su muerte y regreso a la vida eran eventos de gran respeto. Esta historia se usó en muchos cultos griegos y romanos. Variantes de la misma se encuentran en la obra de Nono, y también en varios poemas fragmentados órficos, que mencionan al Dioniso nacido de Perséfone con el nombre de Zagreo o Yaco.

Infancia y juventud

Archivo:Atene - Teatro di Dioniso3
Teatro de Dioniso, Atenas

El mito cuenta que Zeus tomó al pequeño Dioniso y lo puso a cargo de Hermes. Una versión de la historia es que Hermes dio el niño al rey Atamante y su esposa Ino, tía de Dioniso. Hermes pidió a la pareja que criara al recién nacido como a una niña, para esconderlo de la ira de la diosa Hera. Otra versión es que Dioniso fue puesto bajo el cuidado de las ninfas de la lluvia de Nisa, que lo criaron y que, por esos cuidados, fueron recompensadas por Zeus, que las puso en el cielo como la constelación de las Híades. Otras versiones lo ponen bajo el cuidado de la titánide Rea o de Perséfone (cf. Nisíades e Híades).

Cuando Dioniso creció, descubrió cómo cultivar la vid y cómo hacer vino. Pero Hera hizo que se volviera loco y lo hizo vagar por diferentes partes de la tierra. En Frigia, Cibeles, más conocida por los griegos como Rea, lo curó y le enseñó sus ritos religiosos. Así, Dioniso comenzó su viaje por Asia Menor, durante el cual enseñaría a la gente a cultivar la vid. Volvió triunfante y comenzó a introducir su culto en Grecia, pero algunos príncipes y gobernantes se opusieron, temiendo los problemas que este culto podía causar (cr. Penteo y Licurgo).

De joven, Dioniso era muy atractivo. Una vez, sentado junto al mar, fue visto por unos piratas tirrenos, que pensaron que era un príncipe. Intentaron secuestrarlo para venderlo como esclavo o pedir un rescate. Intentaron atarlo con cuerdas, pero ninguna podía sujetarlo. Dioniso se convirtió en un feroz león e imitó el sonido de muchas flautas, y mató a todos los que se le acercaron. Los que saltaron por la borda se transformaron en delfines. El único superviviente fue Acetes, el timonel, que, al haber reconocido al dios, había intentado detener a los otros marineros desde el principio. En una versión similar, Dioniso quería navegar desde Icaria hasta la isla de Naxos, así que alquiló un barco pirata tirrenio. Pero cuando el dios estuvo a bordo, no navegaron hacia Naxos sino hacia Asia Menor, con la intención de venderlo como esclavo. Al saberlo, Dioniso transformó el mástil y los remos en serpientes, y llenó la nave de hiedra y del sonido de flautas, de forma que los marineros se volvieron locos y saltaron al mar, donde se transformaron en delfines.

El séquito de Dioniso

El séquito de Dioniso se llamaba el tíaso y estaba formado principalmente por las ménades, sus compañeras de fiesta, que danzaban y tocaban el tympanum. "Y los de Dioniso son los silenos, los sátiros, los títiros y los grupos de bacantes, las lenas, las tías (tíades), las mimalones, las náyades y las que en conjunto reciben el nombre de ninfas". "Dioniso lleva un cortejo de sátiros, de lenas y todos los silenos. Lleva también a la Risa (Γέλως) y a Como (Κῶμος), dos divinidades muy dadas a la alegría y al banquete, para que el río, con sumo placer, haga con ellos la cosecha".

Otras historias importantes

Midas y el toque de oro

Una vez, Dioniso descubrió que su maestro y padre adoptivo, Sileno, había desaparecido. El anciano había estado bebiendo, se había ido muy alegre y se había encontrado con unos campesinos, que lo habían llevado ante el rey, Midas (o Sileno se había metido en la rosaleda del rey).

Midas reconoció a Sileno, lo trató muy bien y lo entretuvo durante diez días y diez noches, mientras Sileno divertía al rey y a sus amigos con historias y canciones. Al undécimo día, Midas llevó a Sileno de vuelta con Dioniso. Este ofreció a Midas que eligiera la recompensa que quisiera, y el rey pidió que todo lo que tocara se transformara en oro. Dioniso aceptó, aunque lamentó que no hubiera elegido algo mejor. Midas se alegró de su nuevo poder, que se apresuró a probar: tocó y convirtió en oro una rama de roble y una piedra. Encantado, tan pronto como llegó a casa ordenó a los sirvientes que prepararan un festín en la mesa. Entonces descubrió que su pan, su carne, su hija y su vino se convertían en oro.

Enojado, Midas se esforzó por deshacerse de su poder, pues odiaba el don que había deseado. Rezó a Dioniso, rogando ser liberado de su hambre. Dioniso lo escuchó y aceptó, diciéndole a Midas que se bañara en el río Pactolo. Midas así lo hizo, y cuando tocó las aguas el poder pasó a estas, y las arenas del río se convirtieron en oro.

Penteo y su destino

Dioniso y Acmé. Mosaico en Chipre

Eurípides escribió una historia sobre el lado fuerte de Dioniso en su obra Las bacantes. Como Eurípides escribió esta obra en la corte del rey Arquelao de Macedonia, algunos investigadores creen que el culto a Dioniso era visto como algo negativo en esta ciudad, pero bueno en Atenas. En la obra, Dioniso regresa a su lugar de nacimiento, Tebas, gobernado por su primo, Penteo. Dioniso quería vengarse de las mujeres de Tebas, sus tías Ágave, Ino y Autónoe y su primo, el rey Penteo, por negar que él era un dios y, por lo tanto, no permitir su culto. Penteo fue volviéndose loco poco a poco por el convincente Dioniso, y fue atraído a los bosques del monte Citerón para ver a las ménades, las adoradoras de Dioniso que a menudo experimentaban un gran entusiasmo. Cuando las mujeres vieron a Penteo, lo despedazaron como habían hecho antes en la obra con un rebaño de ganado. Su cabeza fue cortada por Ágave.

Licurgo y la sequía

Cuando el rey Licurgo de Tracia oyó que Dioniso estaba en su reino, envió a prisión a todas sus seguidoras. El semidiós huyó y se refugió con Tetis. Después envió una sequía que hizo que la gente se rebelara. Entonces volvió loco a Licurgo, y este despedazó a su propio hijo con un hacha creyendo que era un brote de hiedra, planta dedicada a Dioniso. Un oráculo afirmó entonces que la tierra permanecería seca y sin vida mientras Licurgo siguiera vivo, así que su pueblo lo mató. Con Licurgo muerto, Dioniso quitó la maldición.

El viaje al inframundo

Una historia conocida es la de su descenso al Hades o el inframundo para rescatar a su madre Sémele, a la que después colocaría en el cielo estrellado. Dioniso hizo el descenso desde un pozo que se decía que no tenía fondo, ubicado en la costa de la Argólide, cerca del lugar prehistórico de Lerna. Fue guiado por el luchador Prosimno o Polimno, quien pidió una recompensa. Como Prosimno murió antes de que Dioniso pudiera cumplir su promesa, este, en agradecimiento a la sombra de quien le había ayudado, tomó una rama de olivo, le dio forma y la clavó en la tumba. Esta historia se cuenta completa solo en textos cristianos (cuya intención era criticar la mitología pagana). Parece haber servido para explicar los objetos secretos que se mostraban en los cultos y misterios dionisíacos.

Ámpelo y la vid

Según Nono de Panópolis, se hablaba de Ámpelo, un sátiro que murió en un accidente al montar un toro enloquecido por la picadura de un insecto de Ate. Las Moiras le dieron a Ámpelo una segunda vida como vid, y de ella Dioniso hizo el primer vino.

Mitos menos conocidos

Dioniso y Ariadna, de Sebastiano Ricci.

Los griegos dicen que Hera arrojó a Hefesto cuando nació, y él, que le guardaba rencor, le envió como regalo un trono de oro que tenía unos lazos invisibles. Ella, cuando se sentó, quedó atada. De los otros dioses, Hefesto no quiso obedecer a ninguno, pero Dioniso —pues era en el que Hefesto más confiaba— lo convenció y lo llevó al cielo.

Finalmente, después de establecer su culto en todo el mundo, Dioniso subió al Olimpo y forma parte de los doce dioses del Olimpo gracias a que Hestia cedió su puesto en el consejo. Este dato es una idea moderna de Robert Graves y no aparece en ninguna fuente de la mitología clásica.

Aristófanes inventa en su comedia Las ranas un tercer descenso de Dioniso al Hades. Dioniso, protector del festival de teatro ateniense, la Dionysia, quería traer de vuelta a la vida a uno de los grandes escritores de teatro. Después de un concurso entre Esquilo y Eurípides, elige al primero.

Cuando Teseo abandonó a Ariadna durmiendo en Naxos, Dioniso la encontró y se casó con ella. Tuvieron un hijo llamado Enopión, que se quitó la vida o murió a manos de Perseo. En algunas versiones, su corona fue puesta en el cielo como la constelación de la corona boreal. En otras, Dioniso descendió al Hades para recuperarla y devolverla a los dioses del Olimpo.

Calírroe era una mujer calidonia que rechazó a un sacerdote de Dioniso que amenazó con volver locas a todas las mujeres del país. Al sacerdote se le ordenó sacrificar a Calírroe, pero él, en lugar de obedecer, prefirió morir. Volvió locas a las Miníades por no querer aceptar el culto de Dioniso, haciendo que comieran a uno de sus hijos y transformándolas en murciélagos. También enloqueció a las Prétides, por no aceptar los ritos de Dioniso.

Familia y relaciones

Relación Hijos y conexiones
Afrodita Príapo es un dios venerado donde pastan cabras y ovejas y hay abejas. Pero los de Lámpsaco lo veneran más que a los demás dioses, y dicen que es hijo de Dioniso y Afrodita. Para los órficos Hermes Psicopompo (quizás Yaco), que habita el camino del Cocito, es hijo de Dioniso y de Afrodita. En algunas versiones Himeneo también es hijo de Dioniso y Afrodita.
Alexírroe El monte Tmolo se llamaba antes Carmanorio en honor de Carmanor, un hijo de Dioniso y una tal Alexírroe, que se cree que era una ninfa.
Alfesibea Baco también se enamoró de la ninfa Alfesibea, la raptó con la forma de un tigre y ella le dio un hijo, Medo. Por este suceso el río Tigris recibió ese nombre.
Altea Deyanira era hija de Eneo y Altea, pero algunos dicen que Altea la tuvo en realidad con Dioniso, después de su paso por Calidón. De cualquier forma, Deyanira conducía un carro practicando el arte de la guerra.
Aretírea El héroe de Fliunte, llamado Fliante, Flío o Flíaso, era hijo de Dioniso y Aretírea, hija a su vez del autóctono Arante.
Ariadna Con Ariadna, la hija de Minos, tuvo la mayor cantidad de hijos. Apolodoro dice que "Dioniso, enamorado de Ariadna, la raptó y la llevó a Lemnos, donde estuvo con ella y engendró a Toante, Estáfilo,Enopión y Pepareto". Otros cambian los dos últimos nombres por Marón y Eunoo. Un escolio dice que en cambio son tres y los llama Evantes, Latramis y Taurópolo. Otras fuentes, en diferentes contextos, incluyen entre los hijos de Dioniso y Ariadna al argonauta Eurimedonte, el epónimo Céramo, Flíaso, Himeneo y especialmente Euneo, rey de Lemnos.
Aura La corredora Aura, hija de Lelanto, fue afectada por una maldición de Afrodita y se unió a Dioniso. Aura tuvo dos hijos: Yaco y su hermano gemelo póstumo, antes de arrojarse al río.
Beroe Tanto Dioniso como Poseidón compitieron por la hermosa Beroe, pero ella finalmente eligió a Poseidón.
Caria Caria, hija de un rey de Laconia, era amada por Dioniso, pero murió de repente en Carias (Καρυές) y él la transformó en un nogal. Artemisa llevó la noticia a los laconios, quienes inmediatamente construyeron un templo a Artemisa Cariatis, de la que reciben su nombre las cariátides, estatuas femeninas usadas como columnas.
Circe Como, que representa las festividades, está naturalmente asociado a Dioniso, probablemente como uno de sus hijos, aunque esta relación no aparece en ninguna fuente. La asociación de Como como hijo de Baco y Circe es una idea propuesta por Milton en su Comus.
Corónide En una fuente, la madre de las Gracias, tres en número, es una tal Coronis o Corónide, que algunos creen una de las ménades.
Deméter Fuera de la mitología clásica se dice que Apolo y Artemisa fueron hijos de Dioniso y Deméter, y que Leto fue solo su nodriza y cuidadora.
Erígone La hija de Icario fue engañada por Dioniso con la forma de una falsa uva y por esa trampa se unió a la muchacha. Fruto de ambos nacería Estáfilo.
Fiscoa La muchacha elea Fiscoa se unió a Dioniso y de ambos nació Narceo. Cuando este creció, luchó contra sus vecinos y obtuvo gran poder, y él mismo construyó el santuario de Atenea Narcea. Dicen que Narceo y Fiscoa fueron los primeros en adorar a Dioniso.
Nicea Dioniso se unió a la ninfa Nicea, que dio nombre al pueblo y era de naturaleza pura. Nicea dio a luz a Télete, a un tal Sátiro y a otros hijos sin nombre.
Palene Una hija de Sitón de los odomantos. Dioniso, que corteja a Palene, actúa contra las malas acciones de Sitón. En esta versión, Sitón deseaba a su propia hija, usando todo tipo de métodos para retrasar y dificultar su matrimonio, hasta que al final simplemente mató a todos los posibles maridos.
Percote Que dio nombre a Percote, se la considera una de las posibles madres de Príapo con Dioniso.
Psalacanta Psalacanta, una ninfa, prometió ayudar a Dioniso a conquistar a Ariadna a cambio de sus favores; pero Dioniso se negó, por lo que Psalacanta desaconsejó a Ariadna que se fuera con él. Por ello, Dioniso la convirtió en la planta egipcia del mismo nombre —el propio autor duda entre el melilotus o la artemisia— .
Quíone Una de la náyades, Quíone, se considera como posible madre de Príapo en su unión con Dioniso.
(desconocido)
  • Tisa (de ahí el «tíaso»), aunque mencionada en un texto dañado, era una hija de Dioniso que participó en los ritos de su padre en el monte Ida.
  • Mete, que representa la alegría, se asocia naturalmente a Dioniso como una de sus hijas.
  • A Himeneo, que representa el canto de bodas, se le hace hijo de Dioniso en una sola fuente tardía, sin especificar la madre.
  • "Fue de Eteocles de Orcómeno que aprendimos la costumbre de orar a las tres Cárites. Y Angelión y Tectao, hijos de Dioniso, que hicieron la imagen de Apolo para los delios, pusieron tres Cárites en su mano".

Relaciones con varones

Clemente de Alejandría dice que Dioniso tuvo relaciones con Laonis, Ámpelo, Himeneo, Hermafrodito y Aquiles. Ptolomeo Queno nos dice que "Dioniso fue amado por Quirón, de quien aprendió cantos y danzas, los ritos y las iniciaciones". Dioniso también disfrutó del amor de un joven sátiro Ámpelo, hasta que Selene, celosa, causó la muerte del joven. Las Moiras lo convirtieron en una cepa de vid que él exprimió para crear su primer vino. O cómo el salvaje Dioniso raptó al divino Adonis, cuando recorría la sagrada Chipre, para disfrutar del amor del muchacho. Prosimno o Polimno fue un muchacho que guio a Dioniso en su viaje hacia el inframundo a cambio de su compañía. Dioniso prometió hacerlo a su regreso; sin embargo, al volver se encontró a su amigo muerto, por lo que cumplió lo prometido utilizando para ello una rama de higuera. Otro joven amigo de Dioniso fue Estáfilo, de la isla de Tasos. Se dice que gracias al cariño que Dioniso le tenía, el vino de Tasos era muy apreciado.

En la versión órfica

Dioniso tiene una influencia muy importante en los mitos y la religión órficas. Zeus, unido a su propia hija Perséfone con la forma de una serpiente, tuvo a Dioniso. Perséfone había nacido a su vez de Rea-Deméter, la madre de Zeus y el propio Zeus en otra unión. En las historias órficas, se introduce algo nuevo: Zeus no es el último rey de los dioses, sino que este lugar lo ocupa el propio Dioniso. Para sorpresa de todos, Zeus decidió dejar sus poderes divinos y le cedió el poder a Dioniso cuando este era solo un bebé. Como bebé, Baco solo pensaba en las fiestas. Por ello, Zeus encarga a los curetes la protección del bebé, como había hecho antes Rea con Zeus. Zeus era un rey de Creta que estaba de viaje en ese momento. Su esposa Hera, sintiendo celos de que un hijo de Zeus y no suyo tuviera el dominio sobre los dioses, decidió actuar como una madrastra malvada. Dioniso había sido criado en el palacio desde hacía tiempo. Hera envió a su guardia personal, los titanes de corazón violento, para que asesinaran a Dioniso. Dependiendo de la versión, unos dicen que los titanes se acercaron a los danzarines curetes y engañaron al pequeño Dioniso usando juguetes e incluso las manzanas de las Hespérides. Otros alegan que los titanes se habían untado yeso y así lograron acercarse al bebé de forma oculta. Y otros más dicen que usaron un espejo para atraer a Dioniso. En este espejo, creado por Hefesto, Dioniso pudo ver la capacidad del universo para llenarse de inteligencia. De cualquier forma, los titanes mataron al bebé, dividieron su cuerpo en siete pedazos, los echaron a un caldero, los hirvieron y se los comieron. Palas Atenea logró, sin embargo, recuperar el corazón aún latiendo. Acto seguido Artemisa-Hécate se dirigió al Olimpo para anunciar a Zeus el crimen cometido por los titanes. Zeus entonces decide fulminar a los titanes con un rayo y logra resucitar a Dioniso. De los restos quemados o evaporados de los titanes, y de la lluvia de sangre que se formó en la lucha, Zeus creó a la raza de los hombres. Por un lado, están formados del cuerpo de los titanes y así su naturaleza es fuerte, pero como los titanes también habían comido a Dioniso, los hombres también poseen una parte buena. Zeus envía a Apolo-el Sol en busca de los pedazos restantes de Dioniso y los entierra en el monte Parnaso, Delfos. Lo lloran Perséfone, su madre, y Deméter, su abuela. Sobre la reconstrucción y resurrección de Dioniso hay dos variantes. Unos dicen que Zeus coloca el corazón de su hijo en una estatua de yeso, que cobra vida; otros refieren que Zeus le dio el corazón molido a beber a Sémele y esta tuvo a Dioniso más tarde. Desde entonces Dioniso, ya restaurado, estableció un culto cada dos años, las trietéricas. Hay que entender a Baco entonces como el alma del mundo. Para los órficos, el papel de la resurrección de Dioniso es uno de los puntos clave. Desde entonces ascendió a los cielos acompañando al Sol y desde allí vigila los acontecimientos del mundo. De la escatología de Dioniso, los órficos introdujeron entonces el concepto de la migración de las almas en todos los seres vivos. Finalmente se establecieron ritos y purificaciones después de la muerte para guiar el destino de las almas, terminando así el ciclo de Dioniso en la creencia órfica.

En la mitología grecoegipcia tardía

Según Heródoto, Valerio Mersalla Corvino y Plutarco, en su tratado sobre Isis y Osiris, Dioniso era el mismo Osiris. También fue asociado con Serapis.

Dioniso en el arte y la cultura

Archivo:Paphos Haus des Aion - Geburt Dionysos 1
Mosaico hallado en Pafos. Chipre. Dioniso bebé en brazos de Hermes, recibido por néctar y ambrosía. Debajo, Zeus y otras deidades.

El dios aparecía en muchas cráteras y vasijas para vino de la antigua Grecia. Su iconografía se hizo más compleja en el periodo helenístico, con los tipos antiguos o neoáticos como el Dioniso Sardanápalo y los tipos que lo mostraban como un joven relajado.

Dioniso es representado en la mayoría de las vasijas griegas tocando su flauta: el aulós. De esta forma, Dioniso es representado como músico, que simboliza el exceso y la alegría humana. Con vino, la música de su aulós y danzas animadas podía liberar a sus seguidores de sus propias preocupaciones y cambiar el orden social. En la obra de Píndaro se cuenta la creación del aulós por la diosa Atenas y en Homero la invención de la lira por Hermes. El aulós representa la exaltación, la tragedia y las emociones, mientras que la lira representa la calma y la serenidad del universo. En la mitología griega, la lira es el instrumento del dios Apolo, que es sereno, un símbolo de orden y armonía. El aulós, por el contrario, es el instrumento del dios Dioniso, símbolo de la alegría y las fuerzas intensas.

En el teatro

Dioniso, como dios del cambio y la transformación, estaba asociado al teatro y a las historias trágicas. La tragedia, como un "evento social completo" en la ciudad de Atenas en el siglo V a. C., era una forma de reflexionar sobre lo complicado de la condición humana. A través de la ficción, se presentaban los problemas sociales y de la vida usando elementos de Dioniso: ilusionismo, mímesis, máscaras, estados mentales diferentes, etc. La persona, gracias a Dioniso, disuelve su identidad y se une a una realidad transformada: se convierte en un "hombre trágico". Esta influencia del dios se ve en la tragedia de Eurípides Las bacantes.

En la música

  • Baco, ópera de Jules Massenet.
  • The Cult of Dionysus, canción de 2006 de The Orion Experience.
  • Dionysus, canción de BTS.

En la literatura

Dioniso es el personaje principal de las Dionisíacas, un poema épico escrito por Nono de Panópolis (siglo V d. C.), que cuenta la vida del dios y su viaje a la India.

Posible influencia en el cristianismo

El investigador moderno Barry Powell cree que las ideas cristianas de comer y beber la "carne" y la "sangre" de Jesús fueron influidas por el culto a Dioniso. En otro parecido, Powell añade que Dioniso también era especial entre los dioses griegos, como una deidad que se sentía comúnmente dentro de sus seguidores.

El vino era importante para Dioniso, a quien se imaginaba como su creador; la creación de vino a partir de agua aparece también en las Bodas de Caná. En el siglo XX, Bultmann y otros compararon ambos temas y concluyeron que la aparición de Dioniso influyó en la literatura cristiana. En Élide, durante las Tías, el festival de Dioniso, los sacerdotes colocaban tres jarras en una habitación sellada y al día siguiente aparecían milagrosamente llenas de vino, según contaron Plinio el Viejo y Pausanias.

Según una tradición que se cuenta desde el siglo IV a. C., Dioniso —al igual que Cristo— había sufrido una muerte fuerte y, después, había vuelto a la vida. Justino Mártir, en su Primera Apología, intentó explicar esta coincidencia interpretando el mito griego como una copia de la historia de Jesús.

Galería de imágenes


Ver también

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Dionysus Facts for Kids

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Dioniso para Niños. Enciclopedia Kiddle.