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Dioniso para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Dionysus, marble bust Knossos, 2nd century AD, AMH, 145410
Busto de mármol de dios Dioniso del siglo II d.C., Cnosos, Museo Arqueológico de Heraclión.

En la mitología griega, Dioniso (en griego: Διόνυσος, transl.: Dionysos) es uno de los considerados dioses olímpicos, dios de la fertilidad y el vino. Considerado hijo de Zeus y Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita, sin embargo, otras versiones afirman que era hijo de Zeus y Perséfone.

Dioniso se convirtió en un personaje importante de la mitología griega. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación. Como divinidad vinícola se le vinculaba con Deméter (el pan) como alimento básico, invocado también por sus propiedades farmacológicas y anímicas («medicina contra las penas») y estimulador de la palabra, la sociabilidad y la franqueza. Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.

El nombre Dionysos es de significado incierto. Su elemento -nysos bien puede ser de origen extraheleno, pero dio- ha sido relacionado desde antiguo con Zeus (genitivo Dios). Para los autores griegos, Nisa era una ninfa que lo crio, o la montaña donde era atendido por varias ninfas (las Nisíades), que lo alimentaron y lo hicieron inmortal por orden de Hermes.

Según la etimología estoica propuesta por Cleantes, en la que dianysai se traduce como «recorrer totalmente», Dioniso es identificado con el sol que cada día «recorre enteramente el círculo celeste». Siglos más tarde, Macrobio transmite en sus Saturnales diversas alegorías de Dioniso-sol, siendo Dioniso el «sol nocturno» que recorre el hemisferio inferior y Apolo el «sol diurno» que transita el hemisferio superior; las edades de Dioniso —niño, efebo, barbudo— simbolizan los ciclos solares de crecimiento y decrecimiento durante todo el año, por lo que el dios gobierna la fertilidad de la tierra y los frutos junto a las diosas «lunares» (Deméter y Perséfone). Como divinidad solar Dioniso encarna la potencia masculina del cosmos, «espíritu (pneûma) generador y nutricio» para los estoicos según Plutarco, y como Liber Pater romano se considera «padre de todas las cosas» y se asocia a la procreación, la naturaleza húmedo-cálida y ligado a las plantas frutales según Porfirio, idéntico a Osiris en Plutarco.

El séquito de Dioniso era llamado el tíaso y estaba formado principalmente por las ménades, sus compañeras, que danzan y tocan el tympanum. Posteriormente fue conocido por los romanos como Baco.

Adoración

Muchos investigadores creen que Dioniso es un sincretismo de una deidad griega local de la naturaleza y un dios más poderoso de Tracia o Frigia, como Sabacio.

Heródoto sabía que el culto a Dioniso llegó más tarde a los griegos que el resto, pues comenta:

así es, la historia griega cuenta que tan pronto nació Dioniso, Zeus lo llevó a Nisa, en Etiopía, allende Egipto, y como con Pan, los griegos no saben qué fue de él tras su nacimiento. Resulta por tanto claro para mí que los griegos aprendieron los nombres de estos dos dioses más tarde que los nombres de todos los otros, y sitúan el nacimiento de ambos en el momento en que los conocieron.

Muchos griegos estaban seguros de que el culto a Dioniso había llegado a Grecia desde Anatolia, pero sus nociones sobre si Nisa estaba situada en Anatolia, en Libia («lejos al oeste junto al gran océano»), Etiopía (Heródoto) o Arabia (Diodoro Sículo) son lo suficientemente variables como para sugerir que se pretendía un lejano país mágico, quizás llamado Nysa, para explicar el ilegible nombre del dios: ‘dios de Nisa’.

El nombre de Dioniso aparece documentado con anterioridad al 1200 a. C. en las tablillas en idioma micénico como DI-WO-NI-SO-JO, y Károly Kerényi lo localiza en la Creta minoica, donde su nombre minoico es desconocido pero su característica presencia resulta reconocible. Claramente, Dioniso había estado con los griegos y sus predecesores mucho tiempo, y aun así retuvo –en parte– el recuerdo de su procedencia extranjera.

El toro, la serpiente, la hiedra y el vino son los signos de la característica atmósfera dionisíaca, y Dioniso está estrechamente asociado con los sátiros, centauros y silenos. A menudo aparece montando un leopardo, llevando una piel de felino o cérvido, o sobre un carro tirado por panteras, y también puede ser reconocido por el tirso que lleva. Además de la parra y su alter ego salvaje estéril, la hiedra venenosa, ambas a él consagradas, la higuera también era un símbolo suyo. La piña que coronaba su tirso le relacionaba con Cibeles, y la granada con Deméter. En Atenas se celebraban en su honor las Dionisias y las Leneas. Los iniciados lo adoraban en los misterios dionisíacos, que eran parecidos y estaban relacionados con los misterios órficos. Se decía que Orfeo había inventado los misterios de Dioniso.

Culto tardío en Roma

El culto de Dioniso tuvo influencia más tarde en Roma, entre los siglos III y II a. C., introducido desde la Magna Grecia (los pueblos griegos del sur de Italia), y a través de la Etruria, influida por Roma.

Su presencia activa en los relatos, creencias y prácticas rituales se prolongó hasta época tardorromana (siglos III y IV d. C.). Los romanos rindieron culto a su equivalente romano, Baco. Las bacanales eran fiestas que se celebraban en secreto y con la sola participación de mujeres en la arboleda de Simila, cerca del monte Aventino el 16 y 17 de marzo. Posteriormente, se extendió la participación en los ritos a los hombres y las celebraciones tenían lugar cinco veces al mes.

Dioniso se equipara también con Liber (mitología) (también Liber Pater). Liber (‘el libre’) era un dios de la fertilidad y el crecimiento, casado con Libera. Su fiesta era la Liberalia, celebrada el 17 de marzo, pero en algunos mitos también se celebraba el 5 de marzo.

Epítetos

  • Acratoforo, epíteto con el que era designado como dador del vino sin mezclar, y bajo el que se le adoraba en Figaleya (Arcadia).
  • Acroreites, bajo el que era adorado en Sición.
  • Adoneo (Adoneus, ‘gobernante’), epíteto latino que recibía como Baco.
  • Bromio (‘atronador’ o ‘el que brama’).
  • Dendrites (Δενδρίτης Dendrítês, ‘el de los árboles’), como poderoso dios de la fertilidad.
  • Dimorfo (Δίμορφoς), por el hecho que podía mostrarse como bello o como terrible de acuerdo a las circunstancias.
  • Ditirambo (‘el de la doble puerta’) se usa a veces para referirse a él en las solemnes canciones cantadas en los festivales, y hace referencia a su prematuro nacimiento.
  • Egóbolo (‘matador de cabras’), nombre bajo el que fue adorado en Potnias (Beocia).
  • Eleuterio (Ελευθερευς, ‘el libertador’), también aplicado a Eros.
  • Eneo, como dios de la prensa de vino.
  • Esimnetes (‘gobernante’ o ‘señor’), nombre bajo el que fue adorado en Aroe y Patras (Acaya).
  • Evio, un epíteto que se usa prominentemente en la obra de Eurípides, Las bacantes.
  • Floios (Φλοῖος, ‘corteza’), como espíritu de ésta.
  • Hierofante, sacerdote del culto.
  • Hyês, como divinidad asociada a las lluvias y a la procreación humana.
  • Licnite (‘el del bieldo’) le hacía un dios de la fertilidad relacionado con las religiones mistéricas. El bieldo era un instrumento similar a una pala que se usaba para aventar, es decir separar la paja del grano.
  • Lieo (‘el que desata’), como un dios de la relajación y la liberación de las preocupaciones.
  • Omadio (Ὠμάδιος, ‘que come la carne cruda’), sobrenombre de Baco en Quíos.
  • Sukites (Συκίτης), protector de las higueras.
  • Yaco (Ιακχος) le relaciona con los misterios eleusinos, donde era conocido como hijo de Zeus y Deméter. El nombre puede proceder de ιακχος (iakchos), un himno cantado en honor de Dioniso.
  • Zagreo, como niño-dios despedazado y devorado por los titanes, según un mito de origen posiblemente órfico.

En el panteón griego, Dioniso absorbe junto con Zeus el papel de Sabacio, una deidad tracia/frigia a la que se sacrificaba cerámica rota (probablemente para evitar que otra se rompiese en el fuego). En el panteón romano, Sabacio pasó a ser un nombre alternativo de Baco.

Mitología

Nacimiento

Archivo:Roman - Sarcophagus with the Triumph of Dionysus - Walters 2331 (2)
Sarcófago de mármol sobre el tema del triunfo de Dioniso en la India. Arriba escenas de su nacimiento, con rostros en las esquinas, ceño fruncido y una sonrisa. Los detalles se refieren al misterioso culto de Dioniso Savazio. Gran atención al detalle. Museo Walters, Baltimore, Estados Unidos.

Dioniso tuvo un nacimiento inusual que evoca la dificultad de encajarlo en el panteón olímpico. Su madre fue una mujer mortal, llamada Sémele, hija del rey Cadmo de Tebas, y su padre Zeus, el rey de los dioses.

En otra versión, Dioniso era el hijo de Zeus y Perséfone, la reina del Inframundo. La celosa Hera intentó matar al niño, enviando a los Titanes. Zeus hizo huir a los Titanes con sus rayos y usó el corazón de Dioniso para resucitarlo.

El renacimiento es el principal motivo de adoración en las religiones mistéricas, pues su muerte y resurrección eran sucesos de reverencia mística. Este relato se usó en muchos cultos griegos y romanos. Variantes del mismo se encuentran en la obra de Nono, y también en varios poemas fragmentarios órficos.

Infancia y juventud

Archivo:Atene - Teatro di Dioniso3
Teatro de Dioniso, Atenas

El mito cuenta que Zeus tomó al infante Dioniso y lo puso a cargo de Hermes. Una versión de la historia es que este dio el niño al rey Atamante y su esposa Ino, tía de Dioniso. Hermes pidió a la pareja que criase al recién nacido como a una niña, para esconderlo de la ira de la diosa Hera. Otra versión es que Dioniso fue puesto bajo la tutela de las ninfas de la lluvia de Nisa. Otras versiones lo ponen bajo el cuidado y crianza de la titánide Rea o de Perséfone.

Cuando Dioniso creció, descubrió la cultura del vino y la forma de extraer su precioso jugo, pero Hera hizo que se volviese loco y le hizo vagar por diversas partes de la tierra. En Frigia, Cibeles, más conocida por los griegos como Rea, le curó y le enseñó sus ritos religiosos, y así emprendió Dioniso su recorrido por Asia Menor, durante el que enseñaría a la gente el cultivo de la vid. Volvió triunfante y emprendió la introducción de su culto en Grecia.

Como hombre joven, Dioniso era excepcionalmente atractivo. Una vez, sentado junto a la orilla del mar, fue visto por unos marinos, que creyeron que era un príncipe. Intentaron secuestrarlo y llevarlo lejos para venderlo como esclavo o pedir un rescate. Probaron a atarlo con cuerdas, pero ninguna podía sujetarlo. Dioniso se convirtió en un fiero león e imitó el sonido de muchas flautas, y mató a todos los que entraron en contacto con él. Los que saltaron por la borda fueron transformados en delfines. El único superviviente fue Acetes, el timonel, que, habiendo reconocido al dios, había intentado detener a los otros marinos desde el principio. En una versión parecida, Dioniso deseaba navegar desde Icaria hasta la isla de Naxos, así que alquiló un barco pirata tirrenio. Pero cuando el dios estuvo a bordo, no navegaron hacia Naxos sino hacia Asia Menor, con la intención de venderlo como esclavo. Al saberlo, Dioniso transformó el mástil y los remos en serpientes, y llenó la nave de hiedra y del sonido de flautas, de forma que los marinos enloquecieron y saltaron al mar, donde fueron transformados en delfines.

Otras historias

Midas

Véase también el apartado titulado "El mito" del artículo dedicado al rey Midas.

Una vez, Dioniso halló que quien había sido su profesor y padre adoptivo, Sileno, había desaparecido. El anciano se había encontrado con unos campesinos, que lo habían llevado ante el rey, Midas.

Midas reconoció a Sileno, lo trató hospitalariamente y lo entretuvo durante diez días y diez noches educadamente, mientras Sileno divertía al rey y a sus amigos con historias y canciones. Al undécimo día, Midas llevó a Sileno de vuelta con Dioniso. Este ofreció a Midas que eligiera la recompensa que deseara, y el rey pidió que todo lo que tocase se transformara en oro. Dioniso accedió, aunque lamentó que no hubiese hecho una elección mejor. Midas se regocijó en su nuevo poder, que se apresuró en poner a prueba: tocó y convirtió en oro una rama de roble y una piedra. Deleitado, tan pronto como llegó a casa ordenó a los sirvientes que dispusieran un festín en la mesa. Entonces halló que su pan, su carne, su hija y su vino se convertían en oro.

Enfadado, Midas se esforzó en desprenderse de su poder, pues odiaba el don que había codiciado. Rezó a Dioniso, rogando ser librado de su hambre. Dioniso le oyó y consintió, diciendo a Midas que se bañase en el río Pactolo. Midas así lo hizo, y cuando tocó las aguas el poder pasó a éstas, y las arenas del río se convirtieron en oro.

Consortes y descendencia

En la mitología grecoegipcia tardía

Según Heródoto, Valerio Mersalla Corvino y Plutarco, en su tratado sobre Isis y Osiris, Dioniso era el mismo Osiris. También fue asociado con Serapis.

En el arte

Archivo:Paphos Haus des Aion - Geburt Dionysos 1
Mosaico hallado en Pafos. Chipre. Dioniso bebé en brazos de Hermes, recibido por néctar y ambrosía. Debajo, Zeus y otras deidades.

Naturalmente, el dios aparecía en muchas cráteras y vasijas para vino de la Antigua Grecia. Su iconografía se hizo más compleja en el periodo helenístico, con los tipos severamente arcaizantes o neoáticos como el Dioniso Sardanápalo y los tipos que lo mostraban como un joven indolente.

En el teatro

Dioniso, como dios de la alteridad y la transfiguración, estaba asociado al teatro y a la ficción trágica. La tragedia, como «hecho social total» en la polis ateniense del siglo V a. C., era un medio de autorreflexión sobre la ambigüedad de la condición humana; mediante el uso de la ficción, se ponen sobre la mesa los problemas sociales y existenciales a través de instrumentos típicamente dionisíacos: ilusionismo, mímesis, máscaras, estados mentales alterados, etc. El individuo, gracias a la intercesión de Dioniso, disuelve su identidad y se funde en la realidad transfigurada: se convierte en un «hombre trágico». Dicha influencia del dios queda caracterizada en la tragedia de Eurípides Las bacantes.

En la música

  • Baco, ópera de Jules Massenet.
  • The Cult of Dionysus, canción de 2006 de The Orion Experience.
  • Dionysus, canción de BTS.

En la literatura

Dioniso protagoniza las Dionisíacas, epopeya compuesta por el poeta Nono de Panópolis (siglo V d. C.), que narra la vida del dios y su expedición a la India.

Influencia dionisíaca en el cristianismo

El investigador moderno Barry Powell cree que las nociones cristianas de comer y beber la «carne» y la «sangre» de Jesús fueron influidas por el culto a Dioniso. En otro paralelismo, aduce Powell, Dioniso fue también peculiar entre los dioses griegos, como deidad comúnmente percibida dentro de sus seguidores.

El vino era importante para Dioniso, a quien se imaginaba como su creador; la creación de vino a partir de agua aparece también en las Bodas de Caná. En el siglo XX, Bultmann y otros compararon ambos temas y concluyeron que la teofanía dionisíaca influenció en la literatura cristiana. En Élide, durante las Tías, el festival de Dioniso, los sacerdotes colocaban tres tarros en una habitación sellada y al día siguiente aparecían milagrosamente llenos de vino, que contasen Plinio el Viejo y Pausanias.

Según una tradición relatada ya desde el siglo IV a. C., Dioniso —al igual que Cristo— había renacido. Justino Mártir, en su Primera Apología, trató de racionalizar dicha coincidencia interpretando el mito griego como una copia de la pasión y resurrección de Jesús.

Culto

Dioniso perdura a modo de culto, estando presente en nombres de productoras de bebidas alcohólicas, como así también tiendas y festivales de vino y cerveza. Algunos conjuntos de música contemporánea también utilizan su nombre, como Dionysos.

En la parte religiosa, está presente en el helenismo, que rinde culto a las antiguas divinidades griegas.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Dionysus Facts for Kids

Imágenes

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Dioniso para Niños. Enciclopedia Kiddle.