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Biblioteca de Alejandría para niños

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Datos para niños
Βιβλιοθήκη τῆς Ἀλεξάνδρειας Bibliotheca Alexandrina
Ancientlibraryalex.jpg
Representación artística del siglo XIX de la biblioteca, obra del artista alemán O. Von Corven, basada parcialmente en la evidencia arqueológica disponible en la época.
Ubicación
País

Pt eagle.png Egipto ptolemaico
Spqrstone.jpg República romana
Vexilloid of the Roman Empire.svg Imperio romano

Byzantine imperial flag, 14th century according to portolan charts.png Imperio bizantino
Localidad Alejandría, Egipto
Coordenadas 31°12′32″N 29°54′33″E / 31.208889, 29.909167
Datos generales
Tipo Nacional
Fundación Probablemente durante el reinado de Ptolomeo II (285-246 a. C.)
Acervo
Colecciones del acervo Cualquier obra escrita.
Tamaño Las estimaciones varían. Entre 40 000 y 400 000 rollos, el equivalente a aproximadamente 100 000 libros.
Información adicional
Empleados Se estima que en su punto máximo habría empleado a más de 100 eruditos.

La Biblioteca de Alejandría fue una de las bibliotecas más importantes y famosas de la Antigüedad. Se fundó en el siglo III a.C. en la ciudad de Alejandría, en el Antiguo Egipto, durante el periodo helenístico. Formaba parte de un centro de investigación llamado Museion, dedicado a las musas, diosas de las artes.

Se cree que la idea de crearla fue de Demetrio de Falero, un político de Atenas, quien se la propuso a Ptolomeo I, el fundador de la dinastía ptolemaica. Sin embargo, es más probable que la biblioteca se construyera durante el reinado de su hijo, Ptolomeo II. Poco después de su apertura, se creó una segunda biblioteca más pequeña.

Los reyes ptolemaicos se esforzaron mucho en conseguir una gran cantidad de rollos de papiro. No se sabe con exactitud cuántas obras tenían, pero se calcula que la biblioteca principal llegó a tener entre 40.000 y 400.000 rollos. Con el tiempo, la colección creció tanto que se abrió una extensión en el Serapeum de Alejandría.

Además de mostrar el poder de los gobernantes ptolemaicos, la biblioteca ayudó a que Alejandría se convirtiera en un centro cultural muy importante, superando a la Atenas de la época. Muchos estudiosos famosos trabajaron allí, como Zenódoto de Éfeso, Calímaco, Apolonio de Rodas, Eratóstenes de Cirene, Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia. También se cree que figuras como Arquímedes y Euclides pasaron tiempo en la biblioteca.

Aunque se piensa que la biblioteca fue destruida por un gran incendio, en realidad fue decayendo poco a poco a lo largo de varios siglos. Este proceso comenzó con la expulsión de intelectuales en el año 145 a.C. La biblioteca sufrió un incendio accidental por Julio César en el año 48 a.C., pero no se destruyó por completo. Fuentes de la época indican que sobrevivió o fue reconstruida. Bajo el control romano, perdió importancia por falta de apoyo. Entre los años 270 y 275 d.C., Alejandría sufrió disturbios que probablemente destruyeron lo que quedaba de la biblioteca principal. La del Serapeum pudo haber durado más, quizás hasta el año 391 d.C., cuando fue demolida.

La Biblioteca de Alejandría fue más que un lugar para guardar libros; fue un centro de conocimiento muy activo. Su influencia se extendió por todo el mundo helénico, inspirando la creación de otras bibliotecas y el estudio de textos. Las ideas y métodos desarrollados allí siguieron influyendo en la ciencia, la literatura y la filosofía hasta el Renacimiento. Su legado nos recuerda la importancia de conservar el conocimiento.

Orígenes de la Biblioteca de Alejandría

¿Cómo surgió la idea de la biblioteca?

Archivo:Library of Ashurbanipal synonym list tablet
Estela de la Biblioteca de Asurbanipal que contiene listas de sinónimos. La Biblioteca de Alejandría formaba parte de una tradición de grandes bibliotecas en Grecia y el Oriente Próximo.

La Biblioteca de Alejandría no fue la primera de su tipo. Existían otras bibliotecas importantes en la Antigua Grecia y en el Oriente Próximo. Por ejemplo, ya en el año 3400 a.C. había colecciones de documentos escritos en la ciudad sumeria de Uruk. La famosa Biblioteca de Nínive se fundó entre los años 668 y 627 a.C. en Asiria. En Grecia, se dice que Pisístrato fundó la primera gran biblioteca pública en Atenas en el siglo VI a.C. La idea de la Biblioteca de Alejandría surgió de esta larga tradición.

Alejandro Magno y sus sucesores, los diádocos, querían difundir la cultura griega y su conocimiento. Creían que esto les ayudaría a gobernar mejor y a entender las culturas de los pueblos que conquistaban. Por eso, buscaron crear bibliotecas que tuvieran textos de muchas disciplinas y en diferentes idiomas. Los gobernantes también veían las bibliotecas como una forma de dar prestigio a sus ciudades y atraer a estudiosos.

La Biblioteca de Alejandría fue especial por la gran ambición de la dinastía ptolemaica. A diferencia de otros gobernantes, los Ptolomeos querían reunir todo el conocimiento humano. Creían que al acumular este saber, podrían destacarse y liderar cultural y políticamente. Con el tiempo, la biblioteca hizo de Alejandría el centro intelectual más importante del mundo helénico.

¿Quién planeó y construyó la biblioteca?

Aunque fue una de las bibliotecas más grandes, no hay mucha información sobre ella, y a veces los relatos mezclan hechos con leyendas. La primera mención escrita sobre su creación es la Carta de Aristeas, escrita entre los años 180 y 145 a.C. Esta carta dice que fue fundada en Alejandría durante el reinado de Ptolomeo I y que fue planeada por Demetrio de Falero, un estudioso de Aristóteles. Sin embargo, esta carta fue escrita mucho después y contiene algunos datos que no son exactos.

Archivo:Ptolemy II MAN Napoli Inv5600
Busto de Ptolomeo II Filadelfo, quien se cree que estableció la Biblioteca como tal, aunque los planes pudieron ser de su padre, Ptolomeo I Sóter.

Otras fuentes dicen que la biblioteca se creó bajo el reinado de Ptolomeo II, quien gobernó entre 283 y 246 a.C. La mayoría de los expertos actuales están de acuerdo en que, aunque Ptolomeo I pudo haber iniciado la idea, la biblioteca como institución física probablemente se estableció durante el reinado de Ptolomeo II. Para entonces, Demetrio de Falero ya no estaba en una posición de influencia, pero es muy probable que ayudara a conseguir los primeros textos para la biblioteca.

Se cree que la organización de la biblioteca y de otras instituciones intelectuales en Alejandría estuvo muy influenciada por Aristóteles y su escuela, el Liceo de Atenas. Esto se debe a la influencia de Demetrio de Falero y a que Ptolomeo II fue educado por Estratón de Lámpsaco, un miembro del Liceo. La biblioteca se construyó en el Brucheion, el complejo de palacios de Alejandría, junto al Museion, un templo dedicado a las musas.

No se sabe exactamente cómo era el diseño de la biblioteca, pero se piensa que pudo haber sido similar a la Biblioteca de Pérgamo, construida décadas después. Se describe con columnas griegas, paseos, un comedor, una sala de lectura, salas de reuniones, jardines y aulas, como un campus universitario moderno. Una parte de la biblioteca, llamada bibliothēkai, contenía estanterías para los rollos de papiro. Se dice que una inscripción sobre las estanterías decía: «El lugar de la curación del alma».

Archivo:Ptolemaic Alexandria Map - es
Mapa de la antigua Alejandría. El Museion estaba situado en la zona palaciega (marcada con el n.º9).

El Museion era una institución de investigación. Aunque era oficialmente un lugar religioso, acogía a muchos estudiosos, poetas, filósofos e investigadores de diferentes países. Según el geógrafo griego Estrabón, estos estudiosos recibían un buen salario, comida y alojamiento gratis, y no pagaban impuestos. La idea era que, al no tener preocupaciones diarias, pudieran dedicarse por completo a la investigación. En el año 283 a.C., este grupo de estudiosos podría haber tenido entre treinta y cincuenta personas.

El Museion tenía aulas para enseñar, un gran comedor circular donde los estudiantes y los investigadores comían juntos, y un santuario dedicado a las musas. También tenía paseos, galerías con pinturas y, posiblemente, jardines y un observatorio. Se dice que Ptolomeo II tenía interés en la zoología y que el Museion pudo haber tenido un zoológico con animales exóticos.

¿Cómo se organizó y creció la colección?

Los gobernantes ptolemaicos querían que la biblioteca reuniera el conocimiento de «todos los pueblos de la tierra». Para ello, compraban documentos de forma muy activa y con mucho dinero. Enviaban a sus agentes con grandes sumas para adquirir tantos textos como fuera posible, de cualquier autor y sobre cualquier tema.

Archivo:Aristotle Altemps Detail
Posiblemente al menos parte de las obras del Liceo de Aristóteles fue adquirida por la Biblioteca de Alejandría.

Preferían las copias más antiguas de los textos, porque se creía que eran más fieles al original. Para conseguir estos textos, viajaban a mercados de libros en lugares como Rodas y Atenas. Es posible que la biblioteca adquiriera toda o parte de la colección de obras del Liceo de Aristóteles. La biblioteca se interesó mucho en conseguir manuscritos de los poemas homéricos, que eran muy importantes para la educación griega.

Además de comprar obras, la biblioteca también creció gracias al trabajo de copistas y traductores. Se contrataban traductores extranjeros que hablaban muy bien el griego para traducir textos. Según el médico Galeno, un decreto de Ptolomeo II ordenaba que todo libro encontrado en un barco que llegara a Alejandría fuera llevado a la biblioteca. Allí, los escribas oficiales hacían copias para los dueños, y los textos originales se quedaban en la biblioteca, con la nota «de las naves». Esta política de adquisición tan ambiciosa hizo que los precios de los libros subieran y que aparecieran muchas falsificaciones.

El Museion, donde estaba la biblioteca, también era un lugar para que estudiosos de diferentes países compartieran conocimientos. Tenían salarios generosos, comida y alojamiento gratis, y estaban exentos de impuestos. Comían juntos en un gran comedor y los estudiosos enseñaban a los alumnos en aulas. Se cree que Ptolomeo II tenía un gran interés en la zoología y que el Museion pudo haber tenido un zoológico con animales exóticos.

Según el experto Lionel Casson, se pensaba que si los estudiosos no tenían preocupaciones diarias, podrían dedicar más tiempo a la investigación. Estrabón llamó «comunidad» al grupo de estudiosos que vivían en el Museion. En el año 283 a.C., este grupo podría haber tenido entre treinta y cincuenta sabios.

La Biblioteca durante la dinastía ptolemaica

Los primeros años de la biblioteca

La Biblioteca de Alejandría no se limitaba a una sola escuela de pensamiento o religión. Los estudiosos que trabajaban allí tenían mucha libertad para investigar. Sin embargo, debían respetar la autoridad del rey. Se cuenta una historia, probablemente no real, de un poeta llamado Sótades que escribió un poema burlándose de Ptolomeo II por casarse con su hermana. Ptolomeo II lo hizo arrestar y, tras un intento de escape, lo encerró en un ataúd de plomo y lo arrojó al mar. A diferencia del Museion, que era dirigido por un sacerdote, la biblioteca estaba a cargo de un estudioso que era el bibliotecario y tutor del futuro rey.

El primer bibliotecario del que se tiene registro fue Zenódoto de Éfeso, quien vivió entre el 325 y el 270 a.C. Era un experto en Homero y creó las primeras ediciones críticas de la Ilíada y la Odisea. Aunque sus obras fueron criticadas, fue muy importante para el estudio de Homero, ya que tuvo acceso a textos que luego se perdieron. Zenódoto también es famoso por haber escrito un glosario de palabras raras, organizado en orden alfabético, siendo la primera persona conocida en usar este método. Es muy probable que él organizara los fondos de la Biblioteca de Alejandría de esta manera, por la primera letra del nombre del autor.

Archivo:P.Oxy. XI 1362
Uno de los papiros de Oxirrinco, que contiene un texto de Calímaco (siglo II d.C.).

En esa época, la biblioteca probablemente ofrecía sus servicios a Euclides, el famoso matemático, quien había llegado a Alejandría. También, el estudioso y poeta Calímaco creó los Pinakes, un catálogo de 120 volúmenes con una lista de autores y sus obras. Este fue probablemente el primer catálogo de biblioteca del mundo y se usó para organizar la gran colección de la biblioteca. Aunque los Pinakes no se conservan completos, se ha podido reconstruir su estructura. Estaban divididos por géneros literarios y luego por autores en orden alfabético, incluyendo información biográfica y listas de sus obras. Por este trabajo, Calímaco es considerado el «padre de la biblioteconomía».

Después de Zenódoto, Ptolomeo II nombró a Apolonio de Rodas como segundo bibliotecario y tutor de su hijo, el futuro Ptolomeo III. Apolonio es conocido por su poema épico Argonáuticas, que narra las aventuras de Jasón y los argonautas. Este poema muestra el gran conocimiento de Apolonio sobre literatura e historia.

Durante su tiempo como bibliotecario, Apolonio probablemente convivió con el matemático e inventor Arquímedes, quien pasó algunos años en Egipto y realizó investigaciones en la biblioteca. Se dice que Arquímedes inventó el tornillo de Arquímedes para transportar agua, inspirado en sus observaciones del río Nilo.

Crecimiento y funcionamiento posterior

Archivo:Mappa di Eratostene
Reconstrucción del siglo XIX del mapa realizado por Eratóstenes, que mostraba el mundo conocido por entonces (c. 194 a.C.).

El tercer bibliotecario, Eratóstenes de Cirene, fue un gran estudioso, pero hoy es más conocido por su trabajo científico y por sus aportes a la geografía. Su obra más importante fue el tratado Geographica, que no se conserva completo, pero del que se conocen fragmentos. Eratóstenes fue el primero en usar las matemáticas en la geografía y la cartografía. Calculó la circunferencia de la Tierra con una precisión sorprendente para su época, con una diferencia de solo unos pocos cientos de kilómetros.

Se dice que Eratóstenes estuvo en el cargo durante cuarenta años. Durante su tiempo, otros estudiosos de la biblioteca también se interesaron en temas científicos. Arquímedes le dedicó dos de sus obras, y el astrónomo Aristarco de Samos propuso la idea de que la Tierra gira alrededor del Sol (heliocentrismo). Médicos como Herófilo de Calcedonia y Erasístrato estudiaron la anatomía y fisiología humanas.

Según Galeno, Ptolomeo III pidió prestados a los atenienses los manuscritos originales de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Los atenienses pidieron una gran cantidad de metal precioso como garantía. Ptolomeo III hizo copias de alta calidad y las envió a los atenienses, quedándose con los originales en la biblioteca. Esta historia muestra lo mucho que los Ptolomeos querían adquirir obras. A medida que la colección crecía, la biblioteca se quedó sin espacio, por lo que parte de los fondos se trasladaron a una biblioteca filial en el Serapeum de Alejandría, un templo dedicado al dios Serapis.

El apogeo de la biblioteca

Archivo:Alexandria - Pompey's Pillar - view of ruins
Ruinas del Serapeum, donde la Biblioteca de Alejandría trasladó parte de sus fondos.

Aristófanes de Bizancio se convirtió en el cuarto director de la biblioteca alrededor del año 200 a.C. Se cuenta que fue nombrado bibliotecario por Ptolomeo III después de que Aristófanes descubriera que varios poetas habían plagiado obras en un concurso, usando su impresionante memoria para encontrar los textos originales en la biblioteca.

Su tiempo como director se considera el inicio de una etapa muy importante para la Biblioteca de Alejandría. La crítica literaria alcanzó su punto más alto. Aristófanes editó textos poéticos y fue el primero en dividir los poemas en líneas separadas. También inventó los signos diacríticos para el alfabeto griego y escribió obras importantes sobre lexicografía (el estudio de las palabras).

El quinto bibliotecario fue Apolonio, conocido como «Eidógrafo» por su habilidad para clasificar géneros literarios. A principios del siglo II a.C., varios miembros de la biblioteca se dedicaron al estudio de la medicina. Sin embargo, el poder político de Egipto comenzó a disminuir, y muchos estudiosos griegos empezaron a dejar Alejandría en busca de lugares más seguros.

Aristarco de Samotracia (c. 216-145 a.C.) fue el sexto bibliotecario y tutor de los hijos de Ptolomeo VI. Se le considera uno de los más grandes estudiosos de la Antigüedad. Escribió comentarios extensos sobre otras obras, especialmente sobre los poemas homéricos. Organizó la Ilíada y la Odisea con las divisiones que conocemos hoy. En el año 145 a.C., Aristarco se vio envuelto en una disputa política y tuvo que huir a Chipre. Ptolomeo VIII también expulsó a otros estudiosos extranjeros de Alejandría.

El declive de la Biblioteca

¿Por qué la biblioteca empezó a perder importancia?

Archivo:Aristarchus of Samothrace
Aristarco de Samotracia, su sexto bibliotecario, fue uno de los mayores eruditos de la Antigüedad.

La expulsión de los estudiosos por Ptolomeo VIII provocó que muchos intelectuales griegos se dispersaran por el Mediterráneo. Aunque siguieron investigando, ya no estaban directamente vinculados a la Biblioteca de Alejandría. Por ejemplo, Dionisio de Tracia, un alumno de Aristarco, fundó una escuela en Rodas y escribió el primer libro sobre gramática griega, Tékhne Grammatiké, que fue muy influyente. Otro alumno, Apolodoro de Atenas, se mudó a Pérgamo, la ciudad rival de Alejandría en cultura.

A partir de mediados del siglo II a.C., el gobierno ptolemaico en Egipto se volvió inestable. Los últimos gobernantes no prestaron tanta atención al Museion como sus predecesores. El prestigio de la biblioteca y de su bibliotecario disminuyó. Los reyes posteriores incluso usaron el puesto de bibliotecario como recompensa política para sus seguidores leales, sin importar si eran estudiosos. El puesto perdió tanto prestigio que los autores de la época dejaron de registrar los nombres de quienes lo ocupaban.

Alrededor del siglo I a.C., los principales poemas clásicos ya estaban estandarizados y se habían escrito muchos comentarios sobre ellos. Esto significaba que los estudiosos tenían poco que añadir de forma original. Empezaron a resumir y reelaborar los comentarios de estudiosos anteriores. La erudición de Alejandría llegó a Roma, probablemente gracias a Tiranión de Amisos, un alumno de Dionisio de Tracia.

El incendio de Julio César: ¿Fue el fin?

En el año 48 a.C., durante una guerra civil romana, Julio César estaba sitiado en Alejandría. Sus soldados prendieron fuego a sus propios barcos para bloquear a la flota enemiga. El fuego se extendió a las zonas cercanas a los muelles. El filósofo romano Séneca afirmó que este incendio destruyó cuarenta mil obras de la Biblioteca de Alejandría. Plutarco también escribió que el fuego destruyó la gran biblioteca. Sin embargo, otras fuentes solo mencionan que se quemaron la flota y algunas casas cerca del mar.

El historiador romano Dion Casio escribió que se quemaron los astilleros y los almacenes de grano y libros. Algunos expertos creen que esto significa que el incendio no destruyó toda la biblioteca, sino solo un almacén cerca de los muelles, que se usaba para guardar rollos de papiro antes de catalogarlos. Las fuentes más cercanas al incendio sugieren que la biblioteca no fue destruida por completo. El geógrafo Estrabón menciona haber estado en la biblioteca entre los años 25 y 20 a.C., y no habla de daños por el incendio, lo que indica que sobrevivió o fue reconstruida rápidamente. Sin embargo, Estrabón también muestra que el Museion ya no era tan prestigioso como antes.

Archivo:Sir Lawrence Alma-Tadema - The Meeting of Antony and Cleopatra
Según Plutarco, se decía que Marco Antonio le regaló a Cleopatra los doscientos mil volúmenes de la Biblioteca de Pérgamo para la Biblioteca de Alejandría.

Según Plutarco, se rumoreaba que Marco Antonio le regaló a Cleopatra los doscientos mil volúmenes de la Biblioteca de Pérgamo para reponer la colección de Alejandría. Plutarco mismo dudaba de la fiabilidad de esta historia, que pudo ser propaganda. Sin embargo, si la historia fuera inventada, no habría sido creíble si la biblioteca no siguiera existiendo.

Otra prueba de que la biblioteca existía después del 48 a.C. viene de Dídimo de Alejandría, un estudioso que trabajó allí. Se dice que escribió entre tres mil y cuatro mil obras. Su gran producción habría sido imposible sin tener acceso a una gran parte de los recursos de la biblioteca.

¿Qué pasó durante el período romano?

Archivo:Alexandria Library Inscription
Documento romano sobre Tiberio Claudio Balbilo, que menciona la existencia de la biblioteca en esa época (56 d.C.).

Se sabe poco sobre la Biblioteca de Alejandría durante el Imperio Romano. Los emperadores romanos, como Augusto y Claudio, mantuvieron la tradición de apoyar la biblioteca. Domiciano incluso ordenó comprar y copiar libros para reabastecer las bibliotecas romanas con fondos de Alejandría.

El destino de la biblioteca estuvo ligado al de la propia ciudad de Alejandría. Después de que Egipto fuera parte de Roma, el prestigio de la ciudad y de su biblioteca disminuyó. La pertenencia al Museion ya no se daba por logros académicos, sino por distinción en el gobierno, el ejército o el deporte. El puesto de bibliotecario jefe también perdió su importancia. El único bibliotecario conocido de esa época fue Tiberio Claudio Balbilo, un político y astrólogo, sin grandes logros académicos.

Aunque la biblioteca y el Museion siguieron generando conocimiento, con trabajos de Claudio Ptolomeo, Galeno, Herón y Papo de Alejandría, su reputación académica bajó. Otras bibliotecas en el Mediterráneo ganaron importancia. También se crearon otras bibliotecas en Alejandría, y es posible que algunos volúmenes de la gran biblioteca se trasladaran a estas más pequeñas.

En el siglo II d.C., Roma dependía menos de la producción agrícola egipcia y perdió interés en Alejandría como centro cultural. La reputación de la biblioteca siguió decayendo. Los estudiosos de este período fueron menos conocidos que los de la época ptolemaica. El término «alejandrino» llegó a significar la edición y corrección de textos, con una connotación de falta de originalidad. Quizás el último científico notable que investigó allí fue el matemático Diofanto de Alejandría, considerado uno de los padres del álgebra.

Teorías sobre la destrucción de la Biblioteca

Finalmente, parece que una serie de eventos violentos en el siglo III d.C. terminaron con la ya deteriorada biblioteca. En el año 215, el emperador romano Caracalla cortó la financiación al Museion. Es posible que la institución y su biblioteca sobrevivieran un tiempo, pero de forma precaria. Las últimas referencias a miembros del Museion son de la década de 260.

En el año 272, el emperador romano Aureliano luchó para recuperar Alejandría de las fuerzas de la reina Zenobia. Durante los combates, las tropas romanas destruyeron completamente el distrito de Brucheion, donde estaba la biblioteca. Si el Museion y la biblioteca aún existían, casi seguro fueron destruidos entonces. Si hubieran sobrevivido, lo que quedara habría sido destruido durante el asedio de Alejandría por las tropas del emperador Diocleciano.

Además, la zona sufrió desastres naturales. Un terremoto en Creta en el año 365 fue seguido por un tsunami que devastó las costas de Libia y Alejandría, lo que habría tenido consecuencias catastróficas para lo que quedara de la biblioteca.

¿Qué pasó con la biblioteca del Serapeum?

Archivo:Alexandrian World Chronicle - 6v
Dibujo de la Chronographia Golenischevensis que representa al patriarca Teófilo de Alejandría, evangelio en mano, erguido triunfalmente sobre el Serapeum (391 d.C.).

Algunas referencias indican que, en algún momento del siglo IV d.C., pudo haberse restablecido una institución llamada «Museion» en otro lugar de Alejandría. No se sabe mucho sobre ella, pero si tenía libros, no eran comparables a los de la biblioteca original. A finales del siglo I a.C., el Serapeum seguía siendo un lugar importante para los paganos, y su biblioteca era probablemente la mayor colección de libros de la ciudad.

En el año 391, unos trabajadores cristianos descubrieron restos de un antiguo templo pagano en Alejandría. Entregaron algunos objetos al obispo Teófilo de Alejandría, quien los exhibió y ridiculizó. Los paganos de Alejandría se indignaron, especialmente los profesores del Serapeum, y atacaron a la población cristiana. En respuesta, los cristianos, bajo las órdenes de Teófilo, destruyeron el Serapeum. La idea de que la Biblioteca de Alejandría fue destruida en ese momento ha sido popular, pero hoy se considera poco probable. Ningún relato de la destrucción del Serapeum menciona una biblioteca, y fuentes anteriores hablan de su colección de libros en pasado, lo que sugiere que ya no tenía una colección importante.

La escuela de Téon e Hipatia

La Suda, una enciclopedia bizantina del siglo X, se refiere al matemático Teón de Alejandría (c. 335-405) como «hombre del Museion». Sin embargo, según el historiador Edward J. Watts, Teón probablemente era el director de una escuela llamada «Museion», que solo compartía el nombre con la antigua institución. La escuela de Teón era exclusiva y conservadora.

Alrededor del año 400, su hija Hipatia lo sucedió como directora de la escuela. Hipatia era muy popular en Alejandría y tenía mucha influencia política. El obispo Teófilo, el mismo que ordenó la destrucción del Serapeum, toleró su escuela. Pero Hipatia se vio envuelta en una disputa política entre el prefecto romano de Alejandría, Orestes, y Cirilo, el sucesor de Teófilo. Se rumoreó que ella impedía la reconciliación, y en marzo de 415 fue asesinada por una multitud de cristianos. Hipatia no dejó sucesores, y su «Museion» desapareció tras su muerte.

A menudo se relaciona a Hipatia con la Biblioteca de Alejandría y su posible destrucción, como en la serie Cosmos de Carl Sagan. Sin embargo, aunque los cristianos incendiaron el Serapeum en el año 391, la biblioteca principal ya había dejado de existir siglos antes del nacimiento de Hipatia.

¿Fue el califa Omar quien la destruyó?

Hipatia no fue la última pagana ni filósofa neoplatónica en Alejandría. El neoplatonismo y el paganismo sobrevivieron allí durante siglos. Se construyeron nuevos centros de enseñanza en Alejandría, y escritores de finales del siglo V hablaban de un «Museion» como si ocupara un espacio físico en la ciudad.

Es posible que este nuevo «Museion» sea el protagonista de la historia de que la Biblioteca de Alejandría fue incendiada en el año 640, cuando Alejandría fue conquistada por el ejército musulmán. Algunas fuentes árabes, como los historiadores Abd al-Latif al-Baghdadi, Ibn al-Qifṯī y Abū al-Faraj, describen la destrucción de la biblioteca por orden del califa Omar. El escritor del siglo XIII Bar Hebraeus cita a Omar diciendo: «Si esos libros están de acuerdo con el Corán, no tenemos necesidad de ellos; y si se oponen al Corán, destrúyelos». Sin embargo, desde el siglo XVIII, los historiadores han dudado de la veracidad de esta historia debido a las contradicciones y la gran diferencia de tiempo entre el supuesto evento y las primeras fuentes que lo mencionan.

La colección de la Biblioteca

Archivo:Ezra Codex Amiantinus
Esdras elaborando un códice.

Al principio, la Biblioteca de Alejandría tenía rollos de papiro, y más tarde se añadieron códices. No se menciona que tuviera volúmenes de pergamino, quizás por la importancia de Alejandría en la producción de papiro. Sin embargo, la biblioteca influyó en el uso del pergamino. Se cree que Ptolomeo V prohibió la exportación de papiro para frenar el crecimiento de la Biblioteca de Pérgamo, su rival. Esta escasez de papiro pudo haber impulsado la necesidad de un material alternativo, como el pergamino.

El catálogo de la biblioteca, los Pinakes de Calímaco, solo se conserva en fragmentos, por lo que no se sabe con certeza el tamaño y la diversidad de su colección. En el siglo XII, el historiador Juan Tzetzes escribió que los Pinakes catalogaban 490.000 volúmenes en la biblioteca principal y 40.000 en la del Serapeum. Si Marco Antonio realmente donó 200.000 volúmenes de Pérgamo, la biblioteca habría tenido unos 700.000 volúmenes en el siglo I a.C., como indica Aulo Gelio. Sin embargo, las cifras antiguas no son del todo fiables.

Los estudiosos modernos estiman que en la época de Calímaco, la biblioteca tenía entre 30.000 y 100.000 volúmenes. Incluso la cifra más baja sería una colección enorme para la época, al menos el doble que las bibliotecas más grandes del Imperio Romano.

Número de rollos en la biblioteca
(según datos de autores antiguos)
Cronista Fecha Cantidad Notas
Aristóbulo Siglo II a.C. 200.000 Se dice que Ptolomeo II y Demetrio conversaron sobre haber conseguido 200.000 volúmenes y esperar llegar a 500.000.
Séneca Siglo I d.C. 40.000 Número de libros quemados en el asedio.
Plutarco Siglo II d.C. 200.000 Rollos que Marco Antonio tomó de la biblioteca de Pérgamo para reconstruir la de Alejandría.
Aulo Gelio Siglo II d.C. 700.000 Rollos que los Ptolomeos reunieron y se quemaron por accidente en el asedio entre romanos y egipcios.
Epifanio Siglo IV d.C. 54.800 Basado en una supuesta conversación entre el faraón y Demetrio.
Amiano Marcelino Siglo IV d.C. 700.000 Rollos reunidos por los reyes ptolemaicos, quemados durante la guerra entre César y los egipcios.
Paulo Orosio Siglo V d.C. 400.000 Rollos que ardieron durante el asedio.
Isidoro de Sevilla Siglo VII d.C. 70.000 Rollos acumulados en la biblioteca en el reinado de Ptolomeo II.
Juan Tzetzes Siglo XII d.C. 490.000 Demetrio y otros estudiosos reunieron 400.000 rollos mixtos y 90.000 individuales en la biblioteca principal, y 42.800 en la del Serapeum.

El historiador Lionel Casson calculó cuántos rollos podían albergar otras bibliotecas antiguas según su espacio. Por ejemplo, la del foro de Trajano (Roma) podía tener 20.000, y la de Pérgamo 30.000. Todas estas grandes bibliotecas públicas eran financiadas por reyes y formaban parte de complejos más grandes. Respecto a las estimaciones de la Biblioteca de Alejandría, la cifra de Séneca (40.000) podría ser la más realista.

No hay un consenso sobre qué obras formaban parte de su catálogo. Se cree que tenía una gran colección de obras de poetas y filósofos griegos antiguos, incluyendo muchas que no han llegado hasta nuestros días, como de Esquilo, Sófocles, Eurípides o Aristófanes. También se supone que fue el principal lugar para las obras de los autores que trabajaron allí, como Calímaco y los bibliotecarios. Esto incluye, por ejemplo, la obra de Aristarco de Samos que decía que la Tierra orbita el Sol, un conocimiento que se perdió y fue redescubierto por Nicolás Copérnico y Galileo Galilei. También los trabajos del ingeniero Herón de Alejandría sobre turbinas y motores, o los primeros estudios de anatomía de Herófilo y fisiología de Erasístrato.

Fuentes históricas indican que la biblioteca tenía la mayoría de las obras de Hiparco de Nicea, fundador de la trigonometría; el Corpus hippocraticum original de Hipócrates; obras sobre ingeniería de Filón de Bizancio y Ctesibio. Además, se cree que incluía muchas obras sobre religión, como las de Manetón sobre la religión del Antiguo Egipto, de Hermipo de Esmirna sobre el zoroastrismo, de Beroso el Caldeo sobre la historia de Babilonia, y obras sobre el budismo y el judaísmo.

Restos arqueológicos de la Biblioteca

Aunque Alejandría fue una ciudad muy rica y un centro cultural importante, su patrimonio arqueológico fue poco estudiado durante mucho tiempo. Los investigadores se centraron en templos de Grecia o tumbas en el Nilo. El arqueólogo británico D. G. Hogarth, después de una excavación sin éxito a finales del siglo XIX, dijo que no se esperara nada de Alejandría. Esta situación empezó a cambiar a mediados del siglo XX.

En los años 50, la arqueóloga submarina Honor Frost creía que había restos del gran Faro de Alejandría en el fondo del mar cerca del fuerte de Qaitbey. Una misión de la Unesco confirmó que había ruinas del faro y de los palacios de Alejandro y Ptolomeo I. A pesar de esto, no se hicieron trabajos más detallados.

En los años 90, el gobierno egipcio realizó obras para reducir la erosión marina, lo que despertó más interés en los objetos históricos de la zona. El arqueólogo francés Jean-Yves Empereur encontró enormes bloques de piedra, columnas y estatuas en el antiguo puerto. Con apoyo de Egipto y Francia, entre 1994 y 1998 se catalogaron más de tres mil objetos. Se descubrieron grandes bloques cilíndricos del faro, columnas, esculturas, estatuas de más de doce metros, obeliscos y esfinges. El arqueólogo Franck Goddio también mapeó parte de la antigua Alejandría sumergida, incluyendo lo que pudo ser el palacio de Cleopatra.

A pesar de estos esfuerzos, hasta las primeras décadas del siglo XXI no se anunciaron descubrimientos arqueológicos relacionados directamente con la Biblioteca de Alejandría. Esto se debe a que su ubicación exacta en la zona del palacio aún no se conoce.

El legado de la Biblioteca de Alejandría

La Biblioteca de Alejandría despertó el interés del público en general desde su época, convirtiendo a su ciudad en el centro intelectual más importante del mundo helénico. Ayudó a valorar el conocimiento escrito y a fomentar su conservación y difusión. La biblioteca fue más que un famoso lugar para guardar textos; ofreció "oportunidades sin precedentes para el estudio y la investigación científica".

Su modelo de "biblioteca de investigación" tuvo una gran influencia y se extendió por todo el mundo helénico, incluyendo ciudades como Antioquía, Cesarea y Constantinopla. A finales del período helenístico, casi todas las grandes ciudades del Mediterráneo oriental tenían una biblioteca pública similar. Durante la época romana, el número de bibliotecas aumentó, y en el siglo I a.C., Roma tenía al menos dos docenas de bibliotecas públicas. Más tarde, cuando el Imperio Romano se hizo cristiano, se fundaron bibliotecas cristianas inspiradas en la de Alejandría.

La biblioteca tuvo un impacto profundo y duradero en muchas áreas del conocimiento. Desde sus primeros siglos, fue famosa por establecer estándares para los textos de autores griegos clásicos. Durante siglos, fue un centro de referencia para la edición de obras de poesía y prosa. Los métodos desarrollados allí la convirtieron en uno de los primeros y más importantes centros de crítica textual, lo que también ayudó a su financiación. Como a menudo había varias versiones de una misma obra, la crítica textual era crucial para determinar la exactitud de las copias. Una vez identificadas las copias más fieles, se reproducían y vendían a estudiosos y reyes.

Los intelectuales de la biblioteca y el Museion hicieron contribuciones importantes en muchas artes y ciencias. Estudiosos como Calímaco, Apolonio de Rodas o Teócrito fueron poetas muy influyentes. Además, muchos académicos de la biblioteca establecieron modelos y teorías en matemáticas, geografía, astronomía, ingeniería, medicina, gramática y filosofía. Estas ideas influyeron en generaciones de estudiosos y, en muchos casos, se mantuvieron sin cambios durante siglos, incluso hasta el Renacimiento.

Algunos autores creen que los mitos sobre la destrucción de la biblioteca, con la imagen de sus tesoros literarios en llamas, ayudaron a promover el conocimiento al inspirar un "sentimiento de pérdida cultural incalculable". Aunque esta idea tiene diferentes opiniones, la Biblioteca de Alejandría ha capturado la imaginación de muchas generaciones. Como símbolo, representa algunas de las principales aspiraciones humanas: se la ha descrito como un modelo de la biblioteca universal, del ideal de conservar el conocimiento y de lo frágil que puede ser ese ideal.

Quizás el legado más importante de la biblioteca sea que, junto con el Museion, ayudó a establecer la investigación académica como una actividad legítima e independiente de corrientes de pensamiento específicas. Demostró que la investigación puede ayudar a resolver problemas prácticos y necesidades de las sociedades y los gobiernos. Es posible que en la biblioteca y el Museion se aplicaran por primera vez los principios del método científico a diversas ciencias. El espíritu crítico de los investigadores alejandrinos, que no aceptaban ningún argumento sin verificación, tuvo implicaciones a muy largo plazo. Bajo la dinastía ptolemaica, la ciencia dejó de ser solo un pasatiempo para convertirse en una actividad que debía promoverse y que justificaba la planificación, la institucionalización y la continuidad.

La Biblioteca en la cultura popular

La Biblioteca de Alejandría ha aparecido en documentales de televisión, como "El Tesoro Perdido de la Biblioteca de Alejandría" de la serie "Misterios de la Antigüedad" (1996) y "Biblioteca de Alejandría" de "Misterios de la Historia" (1999), ambos de History Channel. En "En la orilla del océano cósmico" (1980), el primer episodio de la serie "Cosmos" de Carl Sagan, se habla mucho de la biblioteca y de cómo simboliza la fragilidad del conocimiento. El episodio "Sin miedo a la oscuridad" de la secuela "Cosmos: A Spacetime Odyssey" también la menciona.

El supuesto incendio provocado por las tropas de Julio César se ha representado en muchas obras, como el poema "Fall of Princes" (1431-1438) de John Lydgate; la ópera "Julio César en Egipto" (1723) de Georg Friedrich Händel; el poema satírico "The Dunciad" de Alexander Pope (1728); la obra de teatro "César y Cleopatra" (1898) de George Bernard Shaw; o la película "Cleopatra" (1963).

Jorge Luis Borges menciona la supuesta destrucción de la biblioteca durante la conquista árabe en su poema "Historia de la noche" (1977). En 2002, el astrofísico Jean-Pierre Luminet en su obra "Le Bâton d'Euclide : Le roman de la bibliothèque d'Alexandrie" también cita este episodio.

Umberto Eco se inspiró en la idea del incendio de la Biblioteca de Alejandría para describir el incendio de la biblioteca en su famosa novela "El nombre de la rosa".

En el videojuego "Tomb Raider: The Last Revelation" (2000), se incluye el descubrimiento de sitios arqueológicos en Alejandría, como la biblioteca.

En la película española "Ágora" (2009), que se centra en Hipatia, se menciona la supuesta destrucción de la biblioteca por los cristianos. En la película, Hipatia intenta salvar manuscritos antes de la destrucción del Serapeum. También aparece en la película "Alejandro Magno" (2004), donde se muestra a Ptolomeo I escribiendo sus memorias en la biblioteca.

La Bibliotheca Alexandrina moderna

Archivo:Bibliotheca Alexandrina 2013
Exterior de la Bibliotheca Alexandrina.

La idea de construir una nueva Biblioteca de Alejandría en la actualidad surgió en 1974. En 1986, el gobierno egipcio pidió a la Unesco que estudiara la viabilidad del proyecto. En 1988, la Unesco y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo organizaron un concurso internacional para elegir el diseño de la nueva biblioteca. El gobierno egipcio destinó un terreno para su construcción y el presidente Hosni Mubarak se interesó mucho en el proyecto.

Las obras comenzaron en 1995 y la nueva biblioteca, llamada Bibliotheca Alexandrina, se inauguró el 16 de octubre de 2002. Es la biblioteca más grande de Egipto y un referente en el norte de África. Funciona como un centro cultural y una biblioteca moderna. Siguiendo los objetivos de la antigua biblioteca, el complejo tiene una biblioteca principal con capacidad para ocho millones de volúmenes, un centro de conferencias, seis bibliotecas especializadas, cuatro museos, galerías de arte, un planetario, un laboratorio de restauración de manuscritos y una escuela internacional para formar a profesionales de bibliotecas.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Library of Alexandria Facts for Kids

  • Biblioteca Imperial de Constantinopla
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Biblioteca de Alejandría para Niños. Enciclopedia Kiddle.