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Augusto para niños

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Datos para niños
Augusto
Emperador romano
Augustus of Prima Porta (inv. 2290).jpg
Augusto de Prima Porta, estatua de César Augusto en el Museo Chiaramonti de la Ciudad del Vaticano.
Aquila Romana.png
Emperador del Imperio romano
16 de enero de 27 a. C.-19 de agosto de 14 d. C.
Predecesor Primero en el cargo
Sucesor Tiberio
Información personal
Nombre completo
Ver lista
Gaius Octavius;
Gaius Iulius Caesar;
Imperator Caesar Augustus.
Otros títulos Princeps
Imperator
César
Augusto
Nacimiento 23 de septiembre de 63 a. C.
Roma, Italia, República romana
Fallecimiento 19 de agosto de 14 d. C.
Nola, Italia, Imperio romano
Sepultura Mausoleo de Augusto
Religión Politeísmo Romano
Residencia Palacio imperial de Roma
Familia
Dinastía Dinastía Julio-Claudia
Padre Cayo Octavio
Julio César (adoptivo)
Madre Acia
Cónyuge
Ver lista
Claudia (?-40 a. C.)
Escribonia (40 a. C.-39 a. C.)
Livia Drusila (39  a. C.-14 d. C.)
Hijos
Ver lista
Julia la Mayor
Cayo César (adoptivo)
Lucio César (adoptivo)
Tiberio (adoptivo)
Información profesional
Lealtad República Romana
Imperio Romano
Mandos Ejército Romano
Conflictos
Ver lista
Guerra de Módena
Tercera guerra civil de la República romana
Guerra de Perusia
Guerra de Sicilia
Cuarta guerra civil de la República romana
Guerras cántabras

Cayo Julio César Augusto, conocido como Augusto (en latín, Augustus), fue el primer emperador del Imperio romano. Nació en Roma el 23 de septiembre de 63 a. C. y falleció en Nola el 19 de agosto de 14 d. C. Su gobierno duró más de 40 años, desde el 27 a. C. hasta su muerte.

El reinado de Augusto marcó el inicio de la Pax Romana o Pax Augusta. Fue una época de paz en el mundo romano, con pocas guerras, salvo las de expansión. El sistema de gobierno que estableció, llamado Principado, duró hasta el Crisis del siglo III.

Augusto nació con el nombre de Cayo Octavio. Era parte de una familia rica de caballeros de la plebe. Su tío abuelo Julio César fue asesinado en el 44 a. C. En su testamento, César lo nombró su hijo adoptivo y heredero. Así, Octavio heredó su nombre, sus bienes y la lealtad de sus soldados.

En el 27 a. C., el Senado le dio a Octavio el título de «Augusto». Desde entonces, se le conoció como Emperador César Augusto. Para evitar confusiones, los historiadores suelen llamarlo «Octavio» antes del 27 a. C. y «Augusto» después de esa fecha.

El ascenso de Augusto al poder

El joven Octavio se convirtió en el heredero de Julio César después de su muerte en el 44 a. C. Un año después, en el 43 a. C., formó una alianza militar con Marco Antonio y Lépido. Esta alianza se conoció como el Segundo Triunvirato.

Como parte de este triunvirato, Octavio gobernó Roma y sus provincias con gran poder. Con el tiempo, la alianza se debilitó. Lépido fue enviado al exilio. Marco Antonio se quitó la vida después de ser derrotado en la batalla naval de Accio por la flota de Octavio, liderada por Agripa en el 31 a. C.

La restauración de la República

Archivo:Augustus of Prima Porta (inv. 2290)
Augusto de Prima Porta, una famosa estatua de Augusto.

Cuando el Segundo Triunvirato terminó, Octavio dijo que restauraría los principios de la República. Esto significaba que el poder del gobierno volvería al Senado. Sin embargo, en la práctica, Octavio mantuvo su gran poder.

Pasaron varios años hasta que se definió cómo un solo gobernante podía dirigir una entidad republicana. El resultado fue el Principado. Augusto nunca quiso ser un dictador, como lo habían sido César o Sila. De hecho, rechazó formalmente el cargo de dictador cuando la sociedad romana se lo pidió.

Por ley, Augusto recibió muchos poderes del Senado. Estos incluían poderes relacionados con el tribuno de la plebe y el censor. Fue cónsul hasta el 23 a. C. Su poder real creció gracias a su riqueza y a los recursos de sus conquistas. También se ganó la lealtad de muchos soldados y veteranos. El Senado le concedió muchos honores y títulos.

Augusto controlaba la mayoría de las legiones de Roma. Esto le dio una gran influencia sobre el Senado. Con este poder, el Senado se volvió más sumiso a su autoridad. Su forma de gobernar, basada en el apoyo de sus seguidores, el poder militar y la acumulación de cargos, se convirtió en el modelo para los futuros gobernantes.

La Paz Romana y la expansión del Imperio

El gobierno de Augusto inició un período de paz llamado la Paz romana o Pax Augusta. Aparte de algunas guerras en las fronteras y una breve guerra civil por la sucesión, la región del Mediterráneo disfrutó de paz durante más de dos siglos.

Augusto expandió mucho el Imperio romano. Anexó Egipto, Dalmacia, Panonia, Nórico y Recia. También amplió las posesiones en África y completó la conquista de Hispania. Sin embargo, sufrió una gran derrota en Germania en la batalla del bosque de Teutoburgo.

Aseguró las fronteras sometiendo a las regiones cercanas a Roma. También hizo un acuerdo de paz con el Imperio parto, su vecino más poderoso, usando la diplomacia.

Reformas y mejoras

Augusto reformó el sistema de impuestos romano. Desarrolló redes de caminos con un sistema oficial de mensajería. Creó un ejército permanente y una pequeña marina. También estableció la Guardia Pretoriana y fuerzas policiales para mantener el orden y combatir incendios en Roma. Gran parte de la ciudad fue reconstruida durante su reinado.

Muerte y legado de Augusto

Augusto falleció el 19 de agosto de 14 d. C., a los 75 años. Probablemente fue por causas naturales. Después de su muerte, el Senado lo divinizó, y el pueblo romano lo adoró.

Su hijastro Tiberio lo sucedió. Los nombres «César» y «Augusto» fueron adoptados por todos los emperadores posteriores. El mes de Sextilis fue renombrado «Agosto» en su honor.

Sus logros están escritos en un documento llamado Res Gestae Divi Augusti. Este texto fue grabado en pilares de bronce y colocado frente a su mausoleo. Muchas copias se tallaron en edificios, y algunas han sobrevivido. Sin embargo, este documento es visto como una forma de publicidad para mostrar una imagen ideal de su gobierno.

Primeros años de Octavio

Archivo:Palatino (Palatine Hill, Rome)
Octavio nació en el 63 a. C. en una casa rica en el monte Palatino, en Roma.

Augusto nació como Cayo Octavio el 23 de septiembre de 63 a. C. en Roma. Su familia paterna venía de Velletri, a unos 40 kilómetros de Roma. Nació en una mansión en el monte Palatino, cerca del Foro Romano.

Se le añadió el nombre «Turino» por la victoria de su padre en Turios contra una rebelión de esclavos. Debido a la gran población de Roma, Octavio fue criado en Velletri, la ciudad de su padre.

Su padre, también llamado Cayo Octavio, fue pretor y gobernador de Macedonia. Su madre, Acia, era sobrina de Julio César.

Octavio quedó huérfano de padre a los cuatro años, en el 59 a. C. Su madre se casó de nuevo con Lucio Marcio Filipo. Octavio fue criado por su abuela materna Julia la Menor.

Cuando su abuela falleció en el 52 o 51 a. C., Octavio dio el discurso fúnebre. Su madre y padrastro se encargaron de su educación. A los 15 años, recibió la toga viril, un año antes de lo normal, mostrando su madurez.

Suetonio lo describió como un joven de «rara belleza», con «ojos vivos y brillantes». A temprana edad, mostró interés en cargos públicos. En el 47 a. C., fue elegido para el Colegio de Pontífices. Al año siguiente, estuvo a cargo de los juegos griegos en honor al Templo de Venus Genetrix, construido por Julio César.

Octavio quiso unirse a las tropas de César en África, pero su madre se opuso. En el 46 a. C., cuando su madre le dio permiso para ir con César a Hispania, Octavio enfermó.

Una vez recuperado, viajó para unirse a César, pero su barco naufragó. Llegó a la costa y cruzó territorio peligroso para llegar al campamento de César. Esto impresionó mucho a su tío abuelo. El historiador Veleyo Patérculo dijo que César permitió que el joven compartiera su carro. Al regresar a Roma, César dejó un testamento secreto con las vestales, nombrando a Octavio como su principal heredero.

El testamento de César y el camino al poder

Julio César fue asesinado en el 44 a. C. durante los idus de marzo.

Cuando Julio César fue asesinado el 15 de marzo de 44 a. C., Octavio estaba estudiando y entrenando en Apolonia de Iliria. Decidió viajar a Italia para ver si tenía alguna oportunidad política. Al llegar a Lupiae, cerca de Brindisi, se enteró del testamento de César. En él, César lo adoptaba como hijo y le dejaba dos tercios de sus bienes. Octavio decidió luchar por ser el heredero político de su tío abuelo.

Después de la adopción, Octavio tomó el nombre de su tío abuelo: Cayo Julio César. Aunque los romanos adoptados solían mantener parte de su nombre original (como «Octaviano»), no hay pruebas de que él usara ese nombre. Sin embargo, los historiadores lo llaman «Octaviano» para diferenciarlo de Julio César.

Octavio necesitaba fondos para entrar en la política romana. En Brindisi, donde César había guardado dinero para una guerra, Octavio reclamó una parte. El dinero era de 700 millones de sestercios. Una investigación del Senado no tomó acciones legales contra Octavio, ya que él usó el dinero para formar un ejército contra Marco Antonio.

En el 44 a. C., Octavio también tomó el tributo anual de una provincia de oriente próximo sin permiso oficial. Con el tiempo, Octavio fortaleció sus tropas con veteranos de César, destacando su estatus de heredero. En su marcha a Roma, muchos veteranos se unieron a él. Para junio, tenía un ejército de 3.000 veteranos, pagando a cada uno 500 denarios.

Al llegar a Roma el 6 de mayo de 44 a. C., Octavio encontró a Marco Antonio, excompañero de César, en una tregua con los asesinos del dictador. Antonio había logrado expulsar a la mayoría de ellos de Roma. Aunque Antonio tenía apoyo político, Octavio quería ser el líder de la facción que apoyaba a César. Antonio había perdido apoyo al oponerse a que César fuera considerado un dios.

Octavio no logró que Antonio le diera el dinero de César. Sin embargo, en el verano, obtuvo el apoyo de los simpatizantes de César. Ellos veían a Octavio como una opción para deshacerse de Antonio. En septiembre, el orador Marco Tulio Cicerón empezó a atacar a Antonio en discursos, diciendo que era una amenaza para el Senado.

Antonio, sabiendo que su año como cónsul terminaba, intentó aprobar leyes para controlar Galia Cisalpina. Mientras tanto, Octavio formó un ejército privado con veteranos de César. El 28 de noviembre, dos de las legiones de Antonio se unieron a Octavio por sus ofertas económicas. Antonio, al ver la fuerza de Octavio, se fue a Galia Cisalpina.

Primeros conflictos con Antonio

Archivo:Marcus Antonius
Busto de Marco Antonio, un importante líder militar en Roma.

Décimo Junio Bruto Albino se negó a entregar Galia Cisalpina a Antonio. Antonio lo sitió en Mutina (actual Módena). Antonio ignoró las órdenes del Senado, sabiendo que no tenían un ejército para detenerlo. Esto le dio una oportunidad a Octavio, que sí tenía fuerzas armadas.

Cicerón, que odiaba a Antonio, defendió a Octavio. El 1 de enero de 43 a. C., el Senado nombró a Octavio senador y le dio poder para votar con los cónsules. También le dio el imperium propretoriano, haciendo legal su mando del ejército. Así, Octavio pudo ayudar en el asedio de Mutina, junto con los cónsules Hircio y Cayo Vibio Pansa.

En abril de 43 a. C., las fuerzas de Antonio fueron derrotadas en las batallas de Forum Gallorum y Mutina. Antonio tuvo que retirarse de Galia Narbonense. Sin embargo, ambos cónsules murieron en los combates, dejando a Octavio como el único comandante de sus ejércitos.

El Senado dio más honores a Décimo Bruto que a Octavio por derrotar a Antonio. Intentaron darle a Bruto el control de las legiones consulares, pero Octavio no cooperó. Se quedó en la llanura padana y se negó a ayudar en futuras ofensivas contra Antonio.

En julio, una delegación de centuriones de Octavio llegó a Roma. Exigieron que Octavio fuera nombrado cónsul, que se anulara el decreto que declaraba a Antonio enemigo público y que se disolviera la amnistía a los asesinos de César. El Senado se negó.

Octavio marchó sobre Roma con ocho legiones. No encontró resistencia militar. El 19 de agosto de 43 a. C., fue elegido cónsul junto con su familiar Quinto Pedio. Mientras tanto, Antonio formó una alianza con Lépido, otro líder que apoyaba a César.

El Segundo Triunvirato

Archivo:Antony with Octavian aureus
Áureos con los retratos de Marco Antonio (izquierda) y Octaviano (derecha), del 41 a. C.

Antonio todavía tenía mucho apoyo militar. Lépido y Octaviano sabían que si seguían luchando, los partidarios de César se debilitarían. Esto daría ventaja a los asesinos de César. Por eso, Lépido propuso una alianza.

En un encuentro cerca de Bolonia en octubre de 43 a. C., Octaviano, Antonio y Lépido formaron el Segundo Triunvirato. Su objetivo principal era restaurar la autoridad del estado. Este acuerdo fue oficializado por la ley Titia, que les dio poderes especiales por cinco años. Esto lo diferenciaba del Primer Triunvirato (Pompeyo, César y Craso), que fue un acuerdo privado.

Las proscripciones

Después, los triunviros iniciaron las proscripciones. Se declaró fuera de la ley a 300 senadores y 2.000 caballeros. Fueron privados de sus propiedades y, si no escapaban, de sus vidas. El objetivo era obtener dinero para pagar a las tropas que lucharían contra los asesinos de César, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino. Se ofrecieron recompensas por la captura de los proscritos.

Los historiadores romanos no se ponen de acuerdo sobre quién fue más responsable de las proscripciones. Sin embargo, coinciden en que fue un acuerdo conjunto para eliminar enemigos políticos. Veleyo Patérculo y Dion Casio defendieron a Octaviano, diciendo que intentó salvar a muchas personas. Apiano dijo que Octaviano tenía el mismo interés que los otros. Suetonio afirmó que Octaviano, aunque al principio se resistió, luego persiguió a sus rivales con más dureza. Plutarco lo describió como un intercambio cruel de amigos y familiares. Por ejemplo, Octaviano permitió la proscripción de Cicerón, y Antonio la de su tío.

Batalla de Filipos y reparto de tierras

Archivo:Map Philippi campaign 42 BC-es
Mapa de los movimientos de los ejércitos en la batalla de Filipos, 42 a. C.

El 1 de enero de 42 a. C., el Senado reconoció a Julio César como un dios del estado romano: Divus Iulius. Octaviano, como hijo adoptivo de César, se presentó como Divi filius («Hijo del Dios»).

Antonio y Octaviano enviaron 28 legiones por mar para luchar contra los ejércitos de Bruto y Casio en Grecia. Después de dos batallas en Filipos, Macedonia, en octubre de ese año, el ejército de César ganó. Bruto y Casio se quitaron la vida. Según Suetonio, Octaviano fue muy duro con los vencidos. Marco Antonio luego usó estas batallas para criticar a Octaviano, diciendo que las victorias se debieron a sus tropas.

Después de la batalla de Filipos, los triunviros hicieron un nuevo acuerdo para repartir el poder. Antonio controlaría la parte oriental del imperio. Octaviano se quedaría con la Galia, Hispania e Italia. Lépido solo se quedó con la provincia de África.

Octaviano tuvo que asentar a miles de veteranos de la campaña de Macedonia en Italia. También debía encontrar lugar para los soldados que habían luchado con Bruto y Casio. Como no había tierras públicas, Octaviano tuvo que confiscar tierras a muchos ciudadanos romanos. Esto afectó a 18 ciudades romanas, donde poblaciones enteras fueron expulsadas o desalojadas.

Rebelión y matrimonios estratégicos

Archivo:Scribonia
Escribonia fue la segunda esposa de Octavio y madre de su única hija, Julia la Mayor.

La gente estaba descontenta con Octavio por la confiscación de tierras. Esto llevó a muchos a apoyar a Lucio Antonio, hermano de Marco Antonio. Lucio Antonio tenía mucho apoyo en el Senado.

Octaviano se divorció de Claudia, diciendo que el matrimonio nunca se había completado. La devolvió a su madre, Fulvia, esposa de Antonio. Fulvia, ofendida, se unió a Lucio Antonio y formó un ejército en Italia contra Octaviano.

Lucio y Fulvia fueron sitiados en Perusia (actual Perugia). Octaviano los obligó a rendirse a principios del 40 a. C. Lucio y su ejército fueron perdonados por su relación con Antonio. Fulvia fue exiliada. Sin embargo, Octaviano fue muy duro con los aliados políticos de Lucio. El 15 de marzo, aniversario de la muerte de Julio César, ordenó la muerte de 300 senadores y caballeros acusados de apoyar a Lucio. Perusia fue saqueada e incendiada como advertencia. Este evento manchó la imagen de Octaviano.

Sexto Pompeyo, hijo del extriunviro Cneo Pompeyo Magno, se había convertido en un líder rebelde. Se había establecido en Sicilia y Cerdeña. Octaviano hizo una alianza temporal con él casándose con Escribonia, hija de un partidario de Pompeyo. Escribonia dio a luz a la única hija de Octaviano, Julia la Mayor. Octaviano se divorció de Escribonia poco después para casarse con Livia Drusilla.

Mientras tanto, en Egipto, Antonio inició una relación con Cleopatra VII, la excompañera de Julio César. Tuvieron tres hijos. Antonio, consciente de su mala relación con Octaviano, dejó a Cleopatra y navegó a Italia con un gran ejército para enfrentarse a Octaviano. Sitió la ciudad de Brindisi.

Este nuevo conflicto no duró. Los centuriones de ambos lados se negaron a luchar. La esposa de Antonio, Fulvia, falleció. Estos eventos permitieron la reconciliación de los triunviros. En otoño del 40 a. C., Octaviano y Antonio firmaron el Tratado de Brindisi. Lépido seguiría en África, Antonio en Oriente y Octaviano en Occidente. Para fortalecer su alianza, Octaviano ofreció a su hermana, Octavia la Menor, en matrimonio a Antonio. Tuvieron dos hijas.

Guerra con Sexto Pompeyo

Archivo:Denarius Sextus Pompeius-Scilla
Denario de Sexto Pompeyo, acuñado para celebrar su victoria sobre la flota de Octaviano.

En Italia, Sexto Pompeyo amenazó con cortar el suministro de grano a la península por el Mediterráneo. Su hijo, como comandante naval, buscaba causar una hambruna. Pompeyo se hacía llamar Neptuni filius («hijo de Neptuno»).

En el 39 a. C., se hizo un acuerdo de paz temporal con él, el tratado de Miseno. El bloqueo de Italia se levantó. Octaviano le dio a Pompeyo los territorios de Cerdeña, Córcega, Sicilia y el Peloponeso. También le aseguró un futuro puesto de cónsul.

Sin embargo, el acuerdo se rompió cuando Octaviano se divorció de Escribonia y se casó con Livia el 17 de enero de 38 a. C. Además, un comandante naval de Pompeyo lo traicionó y devolvió Córcega y Cerdeña a Octaviano.

Para atacar a Pompeyo, Octaviano necesitaba el apoyo de Antonio. Acordaron extender el Segundo Triunvirato por otros cinco años, a partir del 37 a. C. Antonio aceptó ayudar contra Pompeyo, esperando ayuda para su campaña contra el Imperio parto. En Tarento, Antonio le dio 120 barcos a Octaviano. Octaviano prometió 20.000 legionarios a Antonio, pero solo envió una décima parte. Antonio lo vio como una provocación.

Octaviano y Lépido lanzaron una operación conjunta contra Pompeyo en Sicilia en el 36 a. C. A pesar de los problemas iniciales de Octaviano, su general Agripa destruyó casi toda la flota de Pompeyo el 3 de septiembre, en la batalla de Nauloco. Sexto huyó al Oriente, pero fue capturado y ejecutado al año siguiente.

Lépido y Octaviano reunieron las tropas de Pompeyo. Lépido reclamó Sicilia para sí, ordenando a Octaviano que se fuera. Sin embargo, las tropas de Lépido lo abandonaron y se unieron a Octaviano, atraídas por sus promesas de dinero. Lépido se rindió a Octaviano. Se le permitió mantener el cargo de pontifex maximus, pero fue expulsado del Triunvirato. Su carrera pública terminó y fue exiliado.

El gobierno romano se dividió entre Octaviano en Occidente y Antonio en Oriente. Para mantener la paz, Octaviano garantizó los derechos de propiedad a los ciudadanos de Roma. Asentó a sus soldados retirados fuera de Italia y devolvió a 30.000 esclavos a sus antiguos dueños. Para su seguridad y la de Livia y Octavia, el Senado le otorgó inmunidad soberana (sacrosanctitas) a él, su esposa y su hermana.

Guerra con Antonio

Archivo:Sir Lawrence Alma-Tadema - The Meeting of Antony and Cleopatra
Antonio y Cleopatra, por Lawrence Alma-Tadema

Roma estaba dividida. Marco Antonio se ocupaba de Egipto, y Octaviano de las provincias occidentales. La campaña de Antonio contra los partos fue un desastre. Los 2.000 legionarios enviados por Octaviano no fueron suficientes. Cleopatra pudo restaurar el ejército de Antonio. Antonio, ya unido a Cleopatra, envió a Octavia de vuelta a Roma.

Octaviano usó esto como propaganda contra Antonio. Dijo que Antonio se estaba volviendo menos romano al rechazar a una esposa romana por una "compañera de Oriente". En el 36 a. C., Octaviano también dijo que las guerras civiles terminarían y que él dejaría su cargo de triunviro si Antonio hacía lo mismo. Antonio se negó.

Después de que las tropas romanas conquistaran Armenia en el 34 a. C., Antonio nombró a su hijo Alejandro Helios gobernante de ese territorio. También dio a Cleopatra el título de «Reina de los Reyes». Octaviano usó estos actos para convencer al Senado de que Antonio quería reducir la importancia de Roma.

Cuando Octaviano volvió a ser cónsul el 1 de enero de 33 a. C., atacó las concesiones de Antonio a su familia y a Cleopatra. Aunque algunos defendieron a Antonio, muchos políticos lo abandonaron y apoyaron a Octaviano. Lucio Munacio Planco y Marco Ticio le dieron a Octaviano información para confirmar sus acusaciones contra Antonio.

Octaviano asaltó el santuario de las vestales y las obligó a entregar el testamento secreto de Antonio. En él, Antonio dejaba territorios romanos a sus hijos como reinos y planeaba ser enterrado con Cleopatra en Alejandría. El documento fue leído al pueblo. A finales de ese año, el Senado le quitó oficialmente los poderes de cónsul a Antonio y declaró la guerra al régimen de Cleopatra en Egipto.

Archivo:Castro Battle of Actium
Representación de la batalla de Accio, 31 a. C.

A principios del 31 a. C., Antonio y Cleopatra estaban en Grecia. Octaviano obtuvo una victoria inicial cuando su armada, liderada por Agripa, transportó tropas por el mar Adriático. Agripa bloqueó las rutas marítimas de Antonio y Cleopatra. Octaviano desembarcó en Corcira (actual Corfú) y marchó hacia el sur.

Atrapados por mar y tierra, los soldados de Antonio empezaron a desertar y unirse a Octaviano. Las fuerzas de Octaviano se prepararon con calma para el enfrentamiento.

En un intento desesperado por romper el bloqueo naval, las flotas de Antonio navegaron por la bahía de Accio, en la costa occidental de Grecia. Allí, las fuerzas de Antonio se enfrentaron a las de Octaviano, comandadas por Agripa, en la batalla de Accio el 2 de septiembre de 31 a. C. Las naves de Octaviano eran más pequeñas pero más numerosas. Antonio y sus fuerzas restantes solo se salvaron gracias a la flota de Cleopatra.

Octaviano los persiguió. Después de otra victoria en Alejandría el 1 de agosto de 30 a. C., Antonio y Cleopatra se quitaron la vida. Antonio cayó sobre su propia espada, y Cleopatra se dejó morder por una serpiente.

Octaviano, consciente de los riesgos de que otro heredero de César surgiera, ordenó la muerte de Cesarión, el hijo de Julio César y Cleopatra. Solo dejó con vida a los hijos de Antonio y Cleopatra, excepto a Marco Antonio Antilo, el hijo mayor de Antonio.

Aunque Octaviano había sido duro con sus oponentes militares, fue reconocido por el pueblo por perdonar a muchos después de la batalla de Accio. Para celebrar la victoria, fundó Nicópolis cerca de allí.

Octavio se convierte en Augusto

Después de la batalla de Accio y la derrota de Antonio y Cleopatra, Octavio podía gobernar la República por sí solo. Sin embargo, para lograrlo, debía aumentar su poder de forma gradual, sin parecer un dictador o un rey. Quería dar la impresión de que apoyaba las tradiciones republicanas de Roma.

Al marchar a Roma, Octavio y Agripa fueron elegidos cónsules por el Senado. Las guerras civiles habían dejado a Roma en caos, pero la República no estaba lista para aceptar un gobernante absoluto. Octavio no podía simplemente renunciar a su autoridad sin arriesgarse a más guerras civiles. Su objetivo era devolver la estabilidad, la legalidad y el civismo a Roma.

El primer acuerdo de poder

Archivo:Caesar augustus
Augusto como magistrado, con una corona cívica.

En el 27 a. C., Octavio devolvió oficialmente el poder al Senado romano. Renunció al control de las provincias y sus ejércitos. Sin embargo, como cónsul, el Senado tenía un poder limitado para proponer leyes. Aunque ya no controlaba las provincias y ejércitos directamente, mantuvo la lealtad de los soldados y veteranos. Su poder financiero en Roma era inigualable, y muchos dependían de su apoyo.

El historiador Werner Eck explica que el poder de Augusto venía de los poderes oficiales que le dio el Senado y el pueblo, su gran fortuna personal y las muchas relaciones de apoyo que estableció. Todo esto formó la base de su auctoritas, que él consideraba el fundamento de sus acciones políticas.

La gente sabía de la gran riqueza de Octavio. Por ejemplo, en el 20 a. C., cuando los senadores no querían financiar la construcción de caminos en Italia, él mismo se hizo cargo. Esto se mostró en las monedas romanas emitidas en el 16 a. C., después de que donara mucho dinero al tesoro público.

Según H. H. Scullard, el poder de Augusto se basaba en su «poder militar predominante» y el uso de la fuerza, aunque intentara disimularlo.

Más tarde, el Senado le propuso a Augusto que volviera a tomar el control de las provincias. Esto confirmaría su poder. Octavio aceptó, pareciendo reacio, la responsabilidad de supervisar ciertas provincias por diez años. Estas provincias incluían la mayor parte del mundo romano conquistado, como Hispania, Galia, Siria, Cilicia, Chipre y Egipto. El control de estas provincias le dio a Octavio el mando de la mayoría de las legiones romanas.

Mientras era cónsul en Roma, Octavio envió senadores como representantes a sus provincias para gestionar los asuntos. Las provincias no controladas por Octavio eran supervisadas por gobernadores elegidos por el Senado. Octavio se convirtió en la figura política más poderosa en Roma y en la mayoría de sus provincias. Sin embargo, no tenía el monopolio total del poder. El Senado aún controlaba el norte de África, una importante región productora de grano, y Iliria y Macedonia, regiones estratégicas con legiones.

El control del Senado sobre algunas provincias ayudaba a mantener una apariencia republicana para el gobierno de Augusto. El control de Octavio sobre provincias enteras, donde buscaba la paz y estabilidad, seguía precedentes de la República, cuando líderes como Pompeyo habían obtenido poderes militares similares en tiempos de crisis.

Archivo:Augustus Bevilacqua Glyptothek Munich 317
Busto de Augusto con la corona cívica.

El 16 de enero de 27 a. C., el Senado le dio a Octavio los nuevos títulos de «Augusto» y «Princeps». Augusto, del latín augere (aumentar), significaba «el ilustre». Era un título más religioso que político. Simbolizaba una autoridad sobre la humanidad y la naturaleza. Este cambio de nombre, sugerido por Lucio Munacio Planco, ayudaría a diferenciar su reinado pacífico como Augusto de su período más duro como Octavio.

También le gustó más que el título de «Rómulo», que había pensado antes, en referencia a los fundadores de Roma. Sin embargo, «Rómulo» se asociaba con la monarquía, algo que Octavio quería evitar.

Princeps, de la frase latina primum caput («el primero»), se refería al senador más antiguo o importante. En el caso de Augusto, se convirtió en un título casi real para un líder con control total. Princeps también se usaba para quienes habían servido bien al estado, como Pompeyo.

Augusto también se proclamó Imperator Caesar divi filius, «Comandante César, hijo del deificado». Con este título, no solo se enorgullecía de su parentesco con el divino Julio César, sino que el uso de Imperator lo conectaba con la tradición romana de la victoria. El término César, que era un apellido de la familia Julia, pasó a significar una nueva línea familiar que comenzaría con él.

A Augusto se le dio el derecho de colgar la corona cívica de roble sobre su puerta y laureles en sus jambas. La corona cívica se usaba en los triunfos, y los laureles eran importantes en ceremonias estatales. Ponerlos en su casa la convertía en un símbolo de la capital de Roma. Sin embargo, Augusto rechazó símbolos de poder como el cetro, la diadema o la toga púrpura de Julio César. A pesar de esto, el Senado le dio un escudo dorado en la Curia, con la leyenda virtus, pietas, clementia, iustitia —«valor, piedad, clemencia y justicia»—.

El segundo acuerdo de poder

Archivo:Denir à l'effigie d'Octave
César Augusto

En el 23 a. C., una enfermedad de Augusto y una conspiración política revelaron problemas con su sucesión. Augusto necesitaba nombrar un heredero de su posición sin que pareciera una monarquía. El heredero debía ganarse el respeto del pueblo romano.

Algunos historiadores creen que el sobrino de Augusto, Marco Claudio Marcelo, que se había casado con su hija Julia la Mayor, era el elegido. Otros dudan de esto, basándose en el testamento de Augusto, donde favorecía a Agripa, su segundo al mando.

Cuando Augusto enfermó gravemente en el 23 a. C., entregó sus documentos oficiales y el control de las tropas a su colega cónsul, Calpurnio Pisón. Su sobrino Marcelo no recibió herencia. Esto sorprendió a muchos, que esperaban que Augusto nombrara un heredero oficial. Augusto solo dio propiedades a sus herederos, ya que un sistema de herencia imperial habría causado resistencia.

Archivo:Cameo August BM Gem3577
Retrato de Augusto con un gorgoneion (14-20 d. C.)

Después de recuperarse, Augusto renunció a su nombramiento anual como cónsul. Solo volvería a ser cónsul dos veces más. Aunque renunció al consulado, mantuvo su imperium consular. Esto llevó a un segundo acuerdo con el Senado. Al no ser cónsul, los senadores tenían más oportunidades de ocupar ese cargo, y Augusto podía dar más apoyo a la clase senatorial.

Augusto ya no tenía un cargo oficial para gobernar, pero su poder sobre las provincias romanas se mantuvo al convertirse en procónsul. Como cónsul, podía intervenir en los asuntos de los procónsules provinciales. Para mantener su autoridad sobre los gobernadores provinciales, el Senado le concedió el imperium proconsulare maius («poder sobre todos los procónsules»).

Además, Augusto obtuvo los poderes de los tribunos de la plebe (tribunicia potestas) de por vida, aunque no el cargo de tribuno. Legalmente, los patricios no podían ser tribunos, y él había adquirido ese estatus al ser adoptado por Julio César. Este poder le permitía convocar al Senado y al pueblo, vetar acciones, presidir elecciones y hablar primero en cualquier reunión.

También incluyó en su autoridad tribunicia los poderes de un censor romano. Esto le permitía supervisar la moral pública, revisar leyes, realizar un censo y decidir quién podía ser senador. Con estos poderes, Augusto promovió el patriotismo romano, prohibiendo otras vestimentas que no fueran la toga en el Foro. No había precedentes de combinar los poderes de tribuno y censor en una sola persona.

Archivo:CaesarAugustusPontiusMaximusCloseup
Augusto como Pontifex Maximus.

Además de la tribunicia potestas, Augusto obtuvo el imperium exclusivo sobre Roma. Todas las fuerzas armadas de la ciudad, antes bajo el control de los prefectos y cónsules, ahora estaban bajo su mando. Con el imperium proconsulare maius, Augusto era el único que podía recibir un triunfo romano, ya que era el comandante de todas las legiones.

En el 19 a. C., Lucio Cornelio Balbo el Menor fue el último hombre de origen provincial en recibir un triunfo. Después, el crédito por cada victoria romana era solo de Augusto, ya que los ejércitos eran comandados por sus legados. La única excepción fue Tiberio, su hijastro, a quien se le concedió un triunfo por victorias en Germania Magna en el 7 a. C.

Para asegurar que su imperium proconsulare maius fuera renovado en el 13 a. C., Augusto se quedó en Roma y dio muchas donaciones a los veteranos para obtener su apoyo.

Sin embargo, la gente común no entendió bien los detalles políticos de este segundo acuerdo. Cuando Augusto no se presentó a las elecciones de cónsul en el 22 a. C., la gente temió que el Senado lo estuviera expulsando del poder. Hubo revueltas populares en el 22, 21 y 19 a. C. El pueblo solo permitió que se eligiera un cónsul cada año, dejando el cargo abierto para Augusto.

En el 22 a. C., una escasez de alimentos en Roma causó pánico. La gente le pidió a Augusto que asumiera poderes dictatoriales para resolver la crisis. Después de una muestra de rechazo ante el Senado, Augusto aceptó el control del suministro de grano de Roma, y la crisis terminó casi de inmediato.

En el 19 a. C., el Senado votó para permitir que Augusto usara las insignias de cónsul en público y en el Senado. También le dio permiso para sentarse en la silla simbólica entre los dos cónsules y llevar las fasces, un símbolo de autoridad consular. Esto tranquilizó a la población.

El 6 de marzo de 12 a. C., tras la muerte de Lépido, Augusto asumió el cargo de pontifex maximus, el sacerdote más importante de la religión romana. Esto aumentó su prestigio político y fortaleció el culto imperial. El 5 de febrero de 2 a. C., Augusto obtuvo el título pater patriae («padre de la patria»).

Los futuros emperadores romanos generalmente se limitarían a los poderes y títulos de Augusto. A menudo, al principio de su reinado, rechazaban algunos títulos para mostrar humildad. Pero a medida que avanzaban, solían apropiarse de todos los títulos. La corona cívica, la insignia consular y la toga púrpura de un general triunfante se convirtieron en símbolos imperiales hasta la era bizantina.

Conflictos militares y expansión del Imperio

Archivo:Impero romano sotto Ottaviano Augusto 30aC - 6dC
Extensión del Imperio romano bajo Augusto.

Augusto, cuyo nombre oficial era Imperator Caesar Divi Filius Augustus, eligió Imperator («comandante victorioso») como su primer nombre. Quería que se le asociara con la victoria. Para el año 13 d. C., Augusto se jactaba de haber sido proclamado imperator 21 veces por sus tropas, siempre después de una batalla victoriosa.

Gran parte del capítulo cuatro de sus memorias, Res Gestae, está dedicado a sus victorias militares. Para complacer a los romanos, Augusto promovió la idea de una civilización romana superior destinada a gobernar el mundo. Esto se reflejó en la frase del poeta Virgilio: tu regere imperio populos, Romane, memento —«¡Romano, recuerda que tienes fuerza para gobernar a los pueblos de la Tierra!»—.

Hubo decepción cuando Augusto decidió no invadir el Imperio parto. La gente esperaba vengar las batallas de Marco Licinio Craso en esa zona. Sin embargo, había muchas otras regiones para conquistar.

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Busto de Tiberio, un exitoso comandante militar antes de ser sucesor de Augusto.

Al final de su reinado, los ejércitos de Augusto habían conquistado el norte de Hispania (actuales España y Portugal), las regiones alpinas de Recia y Nórico (hoy Suiza, Baviera, Austria y Eslovenia), así como Iliria y Panonia (actuales Albania, Croacia, Hungría, Serbia, etc.). También extendió los límites de la provincia de África.

Después del reinado de Herodes I, Judea se unió a la provincia de Siria. Judea, al igual que Egipto, fue gobernada por un alto prefecto de la clase ecuestre, no por un procónsul. En el 25 a. C., Galacia (actual Turquía) se convirtió en provincia romana sin esfuerzo militar.

Las tribus rebeldes de Asturias y Cantabria, en España, fueron finalmente sometidas en el 19 a. C. Esta región fue importante para financiar futuras campañas militares de Augusto, ya que era rica en minerales, especialmente oro, como en Las Médulas.

Conquistar a los pueblos alpinos en el 16 a. C. fue otra victoria importante. Creó una gran frontera que separaba a los romanos de Italia de los enemigos del norte, en Germania. El poeta Horacio dedicó una oda a este triunfo, y se construyó el monumento Trofeo de los Alpes cerca de Mónaco.

La captura de la región alpina también sirvió de base para la ofensiva del 12 a. C. Tiberio atacó a las tribus panonias de Iliria, y su hermano Druso el Mayor a las tribus alemanas del este de Renania. Ambas campañas tuvieron éxito. Las fuerzas de Druso llegaron al río Elba en el 9 a. C., aunque Druso murió poco después.

Archivo:Panorámica de Las Médulas
Mina de oro de Las Médulas.

Para proteger las zonas orientales del Imperio de la amenaza de Partia, Augusto usó estados vecinos como amortiguadores. También podían reclutar sus propias tropas para la defensa. Augusto estacionó un ejército romano en Siria. Su hijastro Tiberio negoció con los partos como diplomático de Roma.

Tiberio logró que Tigranes V volviera al trono de Armenia. Su mayor logro diplomático fue negociar con Fraates IV de Partia en el 20 a. C. para que devolviera los estandartes perdidos por Marco Licinio Craso en la batalla de Carras. Esto fue una victoria simbólica y un gran impulso para la moral de Roma.

El historiador Werner Eck dice que esto fue una decepción para los romanos, que preferían vengar la derrota militarmente. Sin embargo, Maria Brosius explica que Augusto usó la devolución de los estandartes como propaganda política, simbolizando la sumisión de Partia a Roma. El evento se celebró con esculturas como la estatua de Augusto de Prima Porta y monumentos como el Templo de Mars Ultor («Marte el Vengador»), construido para albergar los estandartes recuperados.

Aunque los partos siempre fueron una amenaza en Oriente, el verdadero campo de batalla fueron los ríos Rin y Danubio. Las campañas de Octavio en Dalmacia fueron el primer paso para expandir los dominios romanos hacia el Danubio.

La victoria en batalla no siempre era permanente. Los territorios recién conquistados en Germania eran a menudo recuperados por los enemigos de Roma. El ejemplo más claro de derrota romana fue la batalla del bosque de Teutoburgo en el 9 d. C. Tres legiones completas, lideradas por Publio Quintilio Varo, fueron casi aniquiladas por Arminio, un aparente «aliado» romano.

Augusto respondió enviando a Tiberio y Druso a la región del Rin para pacificarla. Aunque tuvieron éxito, la batalla de Teutoburgo marcó el fin de la expansión romana en Germania. Más tarde, el general romano Julio César Germánico derrotó a Arminio, quien huyó y fue asesinado en el 21 d. C.

Sucesión y últimos años

Archivo:Jean-Auguste-Dominique INGRES - Tu Marcellus Eris - Musée des Augustins - RO 124
Virgilio lee la Eneida a Livia, Octavia y Augusto (1812), de Jean-Auguste-Dominique Ingres.

La enfermedad de Augusto en el 23 a. C. mostró la necesidad de un plan para su sucesión. Para asegurar la estabilidad, Augusto necesitaba nombrar un heredero de su posición. Esto debía hacerse de forma discreta para no despertar los temores del Senado sobre una monarquía. El heredero debía ganarse el reconocimiento del pueblo romano.

Algunos historiadores creen que el sobrino de Augusto, Marco Claudio Marcelo, era el indicado. Otros dudan, basándose en el testamento de Augusto, que favorecía a Agripa, su segundo al mando.

Después de la muerte de Marcelo en el 23 a. C., Augusto hizo que su hija se casara con Agripa. Tuvieron tres hijos y dos hijas: Cayo César, Lucio César, Julia la Menor, Agripina la mayor y Agripa Póstumo. Agripa Póstumo fue llamado así porque nació después de la muerte de Agripa.

Después del segundo acuerdo de poder, Agripa obtuvo un cargo de cinco años para administrar la mitad oriental del Imperio. Tenía el imperium de un procónsul y la misma tribunicia potestas que Augusto, aunque sin superar su autoridad. Su sede de gobierno estaba en la isla de Samos. Esto mostró el favoritismo de Augusto por Agripa y complació a los miembros de su partido.

La intención de Augusto de que Cayo y Lucio César fueran sus herederos fue clara cuando los adoptó legalmente como hijos. En el 5 y 2 a. C., volvió a ser cónsul para impulsar sus carreras políticas. Ambos fueron nominados para los consulados del 1 y 4 d. C.

Augusto también mostró preferencia por sus hijastros, los hijos de Livia de su primer matrimonio: Druso el Mayor y Tiberio. Les dio mandos militares y puestos públicos, pareciendo favorecer más a Druso. Sin embargo, el matrimonio de Druso el Mayor con Antonia la Menor, sobrina de Augusto, era una relación muy fuerte.

Después de la muerte de Agripa en el 12 a. C., Tiberio fue obligado a divorciarse de su esposa Vipsania para casarse con Julia, la viuda de Agripa e hija de Augusto.

Archivo:Augustuksen mauseleomi
Mausoleo de Augusto.

Tiberio compartió los poderes tribunicos de Augusto en el 6 a. C. Pero poco después anunció su retiro y se exilió en Rodas. La razón no se sabe con certeza, pero pudo ser por su matrimonio fallido con Julia o por celos hacia los nietos de Augusto, Cayo y Lucio.

Después de las muertes tempranas de Lucio y Cayo en el 2 y 4 d. C., y el fallecimiento de su hermano Druso el Mayor (en el 9 a. C.), Tiberio fue llamado a Roma en junio del 4 d. C. Augusto lo adoptó con la condición de que él, a su vez, adoptara a su sobrino Germánico. Esto aseguró al menos dos generaciones de herederos. Ese año, Tiberio también obtuvo poderes de tribuno y procónsul. Para el 13 d. C., recibió un nivel de imperium igual al de Augusto.

El único otro posible heredero era Agripa Póstumo, a quien Augusto había exiliado en el 7 d. C. y luego desheredó. Agripa Póstumo pudo haber sido asesinado poco antes o después de la muerte de Augusto.

Augusto murió el 19 de agosto de 14 d. C. en Nola. Tiberio, que estaba con Livia en el lecho de muerte de Augusto, fue confirmado como su heredero al abrirse su testamento. Las últimas palabras de Augusto fueron: «La comedia ha terminado. ¡Aplaudid!». Sus últimas palabras públicas fueron: «Mirad, encontré una Roma hecha de ladrillo, y os la dejo de mármol».

Una gran procesión fúnebre acompañó el cuerpo de Augusto desde Nola hasta Roma. El día de su entierro, todos los negocios cerraron. Tiberio y su hijo Druso el Menor pronunciaron discursos. El cuerpo de Augusto fue cremado cerca de su mausoleo. Más tarde, se proclamó que se había unido a los dioses romanos. En el 410 d. C., durante el saqueo de Roma, los Godos asaltaron el mausoleo y dispersaron las cenizas de Augusto.

El historiador D. C. A. Shotter cree que las políticas de Augusto a favor de la familia Julia sobre la Claudia podrían haber hecho que Tiberio despreciara a Augusto. Sin embargo, Tiberio siempre defendió a Augusto. Shotter sugiere que la divinización de Augusto y la actitud religiosa de Tiberio lo obligaron a contener cualquier resentimiento.

El legado de Augusto

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Retrato de Augusto: detalle de la famosa estatua de Prima Porta.

El reinado de Augusto sentó las bases del Imperio romano, que duraría cientos de años. Su nombre adoptivo, César, y su título, Augusto, se convirtieron en títulos para los gobernantes del Imperio romano durante cuatro siglos. En muchos idiomas, césar se convirtió en sinónimo de emperador. Los títulos zar (ruso) y káiser (alemán) derivan de César y se usaron hasta el siglo XX.

Poco después de su muerte, el 19 de septiembre de 14 d. C., Augusto fue divinizado (consecratio) y adorado como un dios. El culto al divino Augusto continuó hasta que la cristiandad se convirtió en la religión oficial del Imperio en el siglo IV.

Su legado se ve en el gran número de estatuas y bustos erigidos en su honor, así como en el mausoleo que contenía las columnas de bronce con las obras de su vida, llamadas Res Gestae Divi Augusti. Muchas copias de este texto se inscribieron por todo el Imperio.

Pocas de las obras escritas por Augusto han sobrevivido. Entre ellas están los poemas Sicilia, Epifanio y Ajax, una autobiografía de 13 tomos, un tratado filosófico y un texto que refuta el Elogio de Catón de Marco Junio Bruto. Los historiadores también han usado cartas de Augusto para conocer más sobre su vida personal.

Muchos consideran a Augusto el emperador más grande de Roma. Sus políticas extendieron la vida del Imperio romano e iniciaron la Paz romana o Pax Augusta. Era inteligente, decidido y un político hábil. Aunque quizás no tan carismático como Julio César, su legado perduró más. Roma fue completamente transformada bajo su mando.

Archivo:Clipeus virtutis - Augusto - Arles
Clípeo de Arlés que conmemora las virtudes de Augusto.

Se crearon las primeras fuerzas policiales y de bomberos. Se estableció el cargo de prefecto municipal. La policía se dividió en grupos de 500 hombres, y los bomberos tenían entre 500 y 1.000 hombres en siete unidades. Se nombró un praefectus vigilum para dirigirlos.

Augusto también creó un ejército profesional para el Imperio, con unas 28 legiones (unos 170.000 soldados). Este ejército estaba apoyado por unidades de tropas auxiliares de 500 soldados cada una, a menudo reclutadas en zonas recién conquistadas. En el año 6 d. C., Augusto estableció el aerarium militare, un tesoro militar con 170 millones de sestercios para pagar a soldados activos y retirados.

Uno de los legados político-militares más duraderos fue la Guardia Pretoriana, creada en el 27 a. C. Originalmente una guardia personal en el campo de batalla, evolucionó a una guardia imperial y un importante cuerpo político en Roma. Después de Augusto, la Guardia Pretoriana tuvo poder para influir en el Senado y elegir emperadores. El emperador Constantino I disolvió este cuerpo en el siglo IV.

Con las finanzas del estado, Augusto mejoró las carreteras de Italia. También creó un sistema oficial de correos con postas gestionadas por el praefectus vehiculorum. Esto mejoró las comunicaciones y permitió una movilidad sin precedentes del ejército romano.

Archivo:Augustus-in-Kalabsha
Augusto representado al estilo egipcio en un relieve del templo de Kalabsha.

Aunque era el individuo más poderoso del Imperio, Augusto quiso representar el espíritu de la virtud y las leyes de la República. Quería conectar con la gente común. Mostró gran generosidad y una imagen de persona sencilla. En el 29 a. C., pagó 400 sestercios a 250.000 ciudadanos, 1.000 sestercios a 120.000 veteranos, y dedicó 700 millones de sestercios a comprar tierras para sus veteranos.

También restauró 82 templos para mostrar su respeto por las deidades romanas. En el 28 a. C., ordenó fundir 80 estatuas de plata erigidas en su honor, para mostrar modestia.

La longevidad de Augusto fue clave para su éxito. Como señala Tácito, las generaciones jóvenes del año 14 d. C. no habían conocido otra forma de gobierno que el principado. La experiencia, paciencia y habilidad política de Augusto fueron fundamentales. Sentó las bases del Imperio romano, desde un ejército profesional hasta el embellecimiento de la capital. Su legado final fue la paz y prosperidad que el Imperio disfrutó durante los siguientes dos siglos.

Su memoria fue honrada como el modelo de buen emperador. Todos los emperadores posteriores adoptaron su nombre, César Augusto, que se convirtió en un título. Poetas como Virgilio y Horacio lo elogiaron como defensor de Roma y la justicia.

Sin embargo, Augusto también ha sido criticado por su gobierno. El jurista romano Marco Antistio Labeón criticó el principado. Tácito (c. 56-c. 117) escribió que Augusto había transformado la República en un régimen de servidumbre. Dijo que, con la muerte de Augusto, el pueblo romano simplemente cambió de amo.

Tácito también presenta dos visiones opuestas de Augusto:

Personas inteligentes le alabaron o criticaron de diversos modos. Una opinión era la siguiente. El deber filial y la emergencia nacional, en la que no había lugar a una conducta respetuosa con la ley, le llevaron a una guerra civil —y esto no puede ser promovido ni mantenido por métodos decentes—. Hizo concesiones a Antonio y a Lépido con la finalidad de obtener la venganza sobre los asesinos de su padre. Cuando Lépido se volvió viejo y perezoso y Antonio se entregó a la auto-indulgencia, la única posible cura para un país distraído era el gobierno por un solo hombre. Sin embargo, Augusto puso en orden el país no mediante su alzamiento como rey o dictador, sino creando el principado. Las fronteras del Imperio romano estaban en el océano o en ríos distantes. Los ejércitos, provincias, flotas, el sistema entero estaba interrelacionado. Los ciudadanos romanos estaban protegidos por la ley. Los provincianos eran tratados decentemente. La propia Roma había sido embellecida profusamente. La fuerza se había usado con moderación, simplemente para preservar la paz de la mayoría.
Tácito

Y la versión opuesta:

El deber filial y la emergencia nacional fueron meros pretextos. En realidad, el motivo de Octaviano, el futuro Augusto, fue el ansia de poder (...) Ciertamente hubo paz, pero fue una paz cubierta de sangre por los desastres y asesinatos.
Tácito

Tácito creía que el emperador Nerva (r. 96-98) fue el único capaz de combinar el principado y la libertad. El historiador Dión Casio, del siglo III, consideraba a Augusto un gobernante bueno y moderado, pero también un autócrata.

En tiempos más recientes, el escritor Jonathan Swift (1667-1745) criticó a Augusto por establecer la tiranía en Roma. El historiador Thomas Gordon (1658-1741) comparó a Augusto con el líder puritano Oliver Cromwell (1599-1658) y dijo que Augusto fue cobarde en batalla. Augusto también fue llamado «gobernante maquiavélico» y «tirano» por el historiador Thomas Blackwell.

Reformas económicas de Augusto

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Moneda de Augusto encontrada en la India.

Las reformas económicas de Augusto fueron muy importantes para el éxito del Imperio romano. Augusto hizo que gran parte del territorio del Imperio pagara impuestos directamente a Roma. Antes, los impuestos de cada provincia eran variables y a veces arbitrarios. Esta reforma aumentó mucho los ingresos de Roma y estabilizó la relación financiera con las provincias.

Los impuestos durante el reinado de Augusto se basaban en el censo de población, con cuotas fijas para cada provincia. Los ciudadanos de Roma e Italia pagaban impuestos indirectos, mientras que las provincias pagaban impuestos directos. Los impuestos indirectos incluían un 4% sobre el precio de los esclavos, un 1% sobre bienes vendidos en subasta y un 5% sobre herencias grandes.

Otra reforma importante fue la eliminación del sistema privado de recaudación de impuestos, los publicanos. Fueron reemplazados por un servicio público de recolectores de impuestos. En la República, los publicanos eran contratistas privados que habían ganado mucho poder e influencia. Habían acumulado grandes fortunas y eran vistos como injustos, ya que su beneficio venía de recaudar más de lo que ofrecían a Roma.

Además, la conquista de Egipto por Augusto fue una nueva fuente de ingresos. Egipto fue considerado propiedad privada de Augusto, no una provincia. Se convirtió en parte del patrimonio de los futuros emperadores. Augusto puso a un prefecto de la clase ecuestre a cargo de Egipto. Este puesto fue el mayor logro político para alguien de esa clase. Esta tierra productiva dio muchos recursos a Augusto y sus sucesores, que usaron para obras públicas, expediciones militares y para dar «pan y circo» al pueblo de Roma.

El mes de Augusto

El mes de agosto (en latín Augustus), antes conocido como sextilis (el sexto mes del calendario romano original), recibió su nombre actual en honor a Augusto. Se cree que agosto tiene 31 días porque Augusto quería que su mes tuviera la misma duración que el de Julio César (julio). Sin embargo, esto es una invención del siglo XIII. Sextilis ya tenía 31 días antes del cambio de nombre. Según un documento del Senado, sextilis fue renombrado en honor a Augusto porque muchos eventos importantes de su ascenso al poder, como la caída de Alejandría, ocurrieron en ese mes.

Proyectos arquitectónicos

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Detalle de una escultura del Ara Pacis (Altar de la Paz), 13 a. C. a 9 a. C.

Se dice que Augusto se jactó de haber encontrado una Roma hecha de ladrillo y haberla dejado de mármol. Aunque hay algo de verdad literal, Dión Casio dice que era una metáfora sobre la fuerza del Imperio. El mármol se usó mucho como material de construcción durante el reinado de Augusto.

Augusto dejó su huella en el centro de la ciudad y el Campo de Marte. Construyó el Ara Pacis (Altar de la Paz) y un reloj de sol monumental con un obelisco de Egipto. Los relieves del Ara Pacis mostraban los triunfos de Augusto.

También construyó el Templo de César, los baños de Agripa y el Foro de Augusto, con el Templo de Marte el Vengador. Fomentó otros proyectos, como el Teatro de Balbo y el Panteón de Agripa. También financió obras en nombre de familiares, como el Pórtico de Octavia o el Teatro de Marcelo. El Mausoleo de Augusto fue construido después de su muerte para su familia.

Para celebrar su victoria en la batalla de Accio, ordenó construir el arco de Augusto, terminado en el 29 a. C. Cerca de la entrada al Templo de Cástor y Pólux. Hay muchos edificios fuera de Roma que llevan el nombre de Augusto, como el teatro de Mérida o el de Cartagena, en España, la Maison Carrée, en Nimes, Francia, o el trofeo de Augusto, en La Turbie, también en Francia.

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Templo de Augusto y Livia en Vienne.

Tras la muerte de Agripa en el 12 a. C., Augusto tuvo que resolver el problema del suministro de agua en Roma. Agripa se había encargado de ello. Ese año, Augusto designó a tres senadores como comisionados principales para el suministro de agua y el mantenimiento de los acueductos.

Al final de la era de Augusto, se creó una comisión de cinco senadores, los curatores locorum publicorum iudicandorum, para el mantenimiento de edificios públicos y el culto estatal. Augusto también creó el grupo senatorial de los curatores viarum para supervisar y mantener las carreteras.

El estilo arquitectónico principal en la era de Augusto fue el orden corintio, de la antigua Grecia. Suetonio dijo que Roma no merecía su estatus imperial, pero Augusto y Agripa la transformaron al modelo griego clásico.

Obras relacionadas con Augusto

  • En Roma:
    • Foro de Augusto (terminado en 2 a. C.), con el
    • Templo de Mars Ultor («Marte Vengador»).
    • La Curia Iulia en el Foro Romano (reconstrucción de la Curia Hostilia, comenzada por César y terminada por Augusto en 29 a. C.).
    • Ara Pacis: El Altar de la Paz en el Campo de Marte (13-9 a. C.).
    • Horologium Augusti (Reloj de Augusto) en el Campo de Marte.
    • El Mausoleo de Augusto, en el Campo de Marte (comenzado en 29 a. C.).
    • La «Casa de Augusto», su residencia privada en el Palatino.
    • Augusto de Prima Porta, estatua encontrada en la villa de su esposa Livia.
  • En Italia:
    • Arco de Augusto en Rímini (Ariminium), 27 a. C.
    • Arco de Augusto en Aosta (Augusta Praetoria).
    • Puente de Augusto en Narni, Valle del Río Nar.
    • Puerta principal de Fano (Fanum Fortunae), 9-10 d. C.
  • En provincias:
    • Arco triunfal y Teatro en Orange (Arausio), Francia.

Galería de imágenes

Augusto en la cultura popular

La imagen de Augusto ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Historiadores como Suetonio lo elogiaron, mientras que otros como Tácito fueron más críticos. Después del nacimiento de Jesús de Nazaret en la época de Augusto, los cristianos de la Antigüedad tardía y la Edad Media compararon la Paz augusta con la Paz cristiana.

En tiempos modernos, algunos políticos han querido ver similitudes entre ellos y la época de Augusto. Durante la Revolución Francesa, la creación del Directorio se comparó con el establecimiento del Principado. En el siglo XX, hubo un gran interés en Augusto entre los fascistas italianos. Incluso en la época de la Alemania nazi, algunos historiadores vieron el imperio de Augusto como un modelo para Alemania.

Ronald Syme vio a Augusto como un dictador, comparando su ascenso con el fascismo de su tiempo. Para él, el régimen de Augusto surgió de una revolución, y él fue un hombre que, con dinero y armas, venció a la antigua clase dirigente.

Augusto ha aparecido en varias obras de ficción:

  • En la película Cleopatra (película de 1963) (1963), Roddy McDowall interpreta a Octavio.
  • En la serie de televisión Yo, Claudio (1976), basada en la novela de Robert Graves, Brian Blessed interpreta a Augusto. Se le muestra como un hombre agradable que busca lo mejor para Roma, pero influenciado por su esposa Livia.
  • En la serie cinematográfica británico-italiana Imperium (2003-2006), Peter O'Toole interpreta a César Augusto en Imperium: Augustus. La película cubre la vida de Octavio desde antes de ser emperador hasta su reinado. Benjamin Sadler interpreta al joven Octavio.
  • En la miniserie estadounidense EMPIRE (2005), Santiago Cabrera interpreta a un joven Octavius que lucha contra Marco Antonio.
  • En la serie de televisión Roma (2005), Max Pirkis interpreta al joven Octavio en la primera temporada. La segunda temporada narra su ascenso. Al principio, Max Pirkis sigue interpretando a Augusto, y luego Simon Woods lo encarna como un Augusto más maduro. Se le presenta como un hombre ambicioso, manipulador, frío y sin carisma.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Augustus Facts for Kids

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Augusto para Niños. Enciclopedia Kiddle.