Martin Heidegger para niños
Datos para niños Martin Heidegger |
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![]() Rector de la Universidad de Friburgo |
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21 de abril de 1933-27 de abril de 1934 | ||
Predecesor | Wilhelm von Möllendorff | |
Sucesor | Eduard Kern | |
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Información personal | ||
Nacimiento | 26 de septiembre de 1889 Messkirch (Imperio alemán) |
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Fallecimiento | 26 de mayo de 1976 Friburgo de Brisgovia (Alemania) |
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Sepultura | Messkirch | |
Nacionalidad | Alemana | |
Familia | ||
Padres | Friedrich Heidegger Johanna Kemp |
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Cónyuge | Elfriede Petri | |
Educación | ||
Educación | Dr. en filosofía, 1914; Dr. phil. hab. 1916 |
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Educado en | ||
Tesis doctoral |
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Supervisor doctoral | Arthur Schneider (supervisor Ph.D.) y Heinrich Rickert (supervisor de Dr. phil. hab.) | |
Alumno de | Edmund Husserl | |
Información profesional | ||
Área | Ontología y hermenéutica | |
Empleador |
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Estudiantes doctorales | Hans Jonas, Herbert Marcuse, Víctor Farías, Hans-Georg Gadamer y Fernando Huidobro | |
Alumnos | Hannah Arendt, Carlos Astrada, Günther Anders, Karl Löwith, Charles Malik, Ernst Nolte, Emmanuel Lévinas, Karl Rahner, Jan Patočka, Alberto Wagner de Reyna, Sigrid Hunke y Ernesto Mayz Vallenilla | |
Movimientos | Idealismo, tradicionalismo, antihumanismo y Revolución Conservadora | |
Lengua literaria | Alemán | |
Obras notables |
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Conflictos | Primera Guerra Mundial | |
Partido político | ![]() |
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Miembro de | Academia de Ciencias y Humanidades de Heidelberg (desde 1958) | |
Firma | ||
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Martin Heidegger (nacido en Messkirch, Alemania, el 26 de septiembre de 1889 y fallecido en Friburgo, Alemania, el 26 de mayo de 1976) fue un importante filósofo alemán. Muchos lo consideran uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Su trabajo impactó principalmente en la fenomenología y la filosofía europea actual. También influyó en áreas como la arquitectura, la crítica literaria, la teología y las ciencias cognitivas.
Al principio, fue alumno de Edmund Husserl. Se interesó mucho en la "pregunta por el sentido del ser". Esta pregunta guio gran parte de su pensamiento. Su obra Ser y tiempo, publicada en 1927, le dio fama mundial.
En la década de 1930, su filosofía tuvo un "giro" (Die Kehre en alemán). Esto se ve en sus obras Carta sobre el humanismo e Introducción a la metafísica. Buscó un nuevo camino para su pensamiento, lejos de la metafísica.
Heidegger tuvo una gran influencia en la filosofía francesa. Filósofos como Jean-Paul Sartre, Jean Beaufret, Emmanuel Lévinas, Jacques Derrida, Maurice Merleau-Ponty y Michel Foucault fueron influenciados por él.
Sin embargo, Heidegger es una figura que genera debate. Esto se debe a su comportamiento entre 1933 y 1934, cuando fue rector de la Universidad de Friburgo. Fue durante el tiempo en que Adolf Hitler llegó al poder. Fue miembro y seguidor del Partido Nacional Socialista. Existe discusión sobre si su filosofía se relaciona con las ideas de ese partido.
Contenido
- Biografía
- Ideas principales de su pensamiento
- El primer desarrollo de su pensamiento
- El segundo desarrollo de su pensamiento
- Fama e influencia
- Heidegger y el partido nacional socialista
- Obras
- Véase también
Biografía
Primeros años de vida y estudios
Martin Heidegger nació en Messkirch, Baden, el 26 de septiembre de 1889. Creció en un hogar católico. Sus padres fueron Friedrich Heidegger, que era tonelero y sacristán, y Johanna Heidegger.
Heidegger estudió secundaria en seminarios en Constanza (1903-1906) y Friburgo (1906-1909). En 1907, el padre Conrad Gröber le prestó un libro de Franz Brentano. Heidegger dijo que ese libro fue su "primera guía en la filosofía griega". Lo llevó a leer a Aristóteles. La frase de Aristóteles "el ser se dice de muchas maneras" fue muy importante para él.
En 1909, leyó las Investigaciones lógicas de Edmund Husserl. En septiembre de ese año, entró como novicio en la Compañía de Jesús. Pero en octubre, tuvo que irse por problemas de salud. Con poco dinero, entró al seminario de Friburgo en el invierno de 1909. En 1911, tuvo problemas de corazón otra vez. Decidió dejar el sacerdocio en el verano, dándose cuenta de que prefería la Filosofía a la Teología. Entre 1911 y 1912, se inscribió para ser profesor de Matemáticas, Física y Química para tener dinero mientras seguía sus estudios de Filosofía. Su educación religiosa le dio una formación diferente. En 1913, escribió su tesis Doctrina del juicio en el psicologismo.
En 1915, dio una conferencia sobre "El concepto de verdad en la filosofía moderna". Intentó volver al sacerdocio, pero lo dejó definitivamente. Dijo que la religión era incompatible con la filosofía.
El 31 de julio de 1915, obtuvo la capacidad para enseñar. Su tesis se llamó Tratado de las categorías y de la significación en Juan Duns Escoto. Su primera clase se tituló El concepto de tiempo en la ciencia histórica. En otoño de 1916, Heidegger se convirtió en asistente de Edmund Husserl. Ambos investigaron a fondo la fenomenología. Sin embargo, entre 1923 y 1927, se alejó de los nuevos trabajos de su maestro.
En 1917, fue llamado al servicio meteorológico del ejército en Verdún. Desde 1919, continuó sus estudios en Friburgo. Ganó fama criticando la filosofía tradicional. Fue muy crítico con lo que llamó la metafísica de la "presencia", que atribuyó a Aristóteles. Este período en Friburgo fue muy importante. Allí, alumnos como Hannah Arendt, Hans-Georg Gadamer, Max Horkheimer, Hans Jonas, Karl Löwith y Gerhard Krüger estudiaron con él.
El 21 de marzo de 1917, se casó con Elfriede Petri. Tuvieron dos hijos, Jörg en 1919 y Hermann en 1920.
Marburgo y Friburgo (1923-1933)
En 1923, fue nombrado profesor en la Universidad de Marburgo. Allí trabajó con el teólogo Rudolf Bultmann.
Su tiempo en Marburgo fue muy bueno para Heidegger. Allí empezó a desarrollar su idea sobre la "pregunta por el sentido del ser", basándose en sus lecturas de Aristóteles. Su trabajo sobre la fenomenología de la vida religiosa lo llevó a pensar en el ser humano. Para él, la existencia es más importante que la esencia.
Entre 1925 y 1930, tuvo una relación secreta con Hannah Arendt, una de sus estudiantes.
En 1926, Heidegger le mostró a Edmund Husserl el manuscrito de Ser y tiempo. Esta obra se publicó al año siguiente.
En 1929, Heidegger tuvo un famoso debate con el filósofo Ernst Cassirer en Davos.
En 1931, le ofrecieron un puesto en la Universidad de Berlín, pero lo rechazó. Aunque tuvo muchas ofertas, Heidegger siempre enseñó en la Universidad de Friburgo. Entre sus alumnos más famosos estuvieron Hannah Arendt, Emmanuel Levinas, Günther Anders, Karl Löwith, Charles Malik, Herbert Marcuse, Ernst Nolte y Hans Jonas.
Durante el régimen de la Alemania Nacional Socialista (1933-1945)
Los años entre 1933 y 1945 fueron muy productivos para Heidegger. Fue en este período cuando su filosofía tuvo un "giro" (Kehre).
La cercanía de Heidegger con el partido nacional socialista comenzó en 1930. En las elecciones de 1932, votó por el partido nacional socialista y se unió a él al año siguiente. El 21 de abril de 1933, fue elegido rector de la Universidad de Friburgo. Esto fue tres meses después de que Adolf Hitler llegara al poder. En una entrevista de 1966, Heidegger dijo que aceptó el puesto para evitar que un funcionario del partido fuera nombrado.
Algunos historiadores, como Hugo Ott y Guillaume Payen, dicen que Heidegger trabajó para implementar el Führerprinzip (principio de líder) en la universidad alemana. Karl Löwitz afirmó que Heidegger nunca ocultó su apoyo a Hitler. Sin embargo, Heidegger dijo en la entrevista que prohibió los carteles que atacaban a personas de origen judío. También dijo que impidió manifestaciones contra un profesor judío. A pesar de esto, según Ernesto Grassi, hubo quema de libros en la universidad de Friburgo durante el rectorado de Heidegger. El historiador Raul Hilberg encontró que en 1933, Heidegger detuvo las ayudas a estudiantes "no arios" en su universidad. También extendió la ley para despedir a funcionarios judíos.
Heidegger renunció como rector el 21 de abril de 1934, un año después de asumir el cargo. Según Ott, esto fue porque el Ministerio de Educación lo despreció. En uno de sus Cuadernos negros, Heidegger escribió: "Dejo mi cargo porque ya no es posible ninguna responsabilidad. ¡Vivan la mediocridad y el ruido!". Después de esta fecha, dejó de ser miembro activo de la administración y abandonó el partido nacional socialista.
Las historias de los estudiantes de esa época son diferentes. Algunos veían a Heidegger como un admirador del nacional socialismo. Otros lo veían como una de las pocas formas de escapar del pensamiento totalitario. Continuó enseñando hasta 1944. Durante este tiempo, estudió la filosofía de Nietzsche.
La posguerra (1945-1976)
En 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades aliadas le prohibieron a Heidegger enseñar. Pero esto no impidió que su filosofía siguiera siendo muy influyente. Especialmente a través del libro de Jean-Paul Sartre El ser y la nada, que se inspiró en Heidegger. Sin embargo, Heidegger se distanció del existencialismo con su Carta sobre el humanismo.
Desde 1945, mantuvo un diálogo con Jean Beaufret hasta su muerte. La famosa Carta sobre el humanismo de Heidegger fue una respuesta a este filósofo francés. A pesar de la prohibición de enseñar, dio cuatro conferencias en 1949.
La prohibición de enseñar le fue retirada a Heidegger en 1951. Reanudó sus cursos con un seminario sobre Aristóteles. Ese mismo año, dio su famosa conferencia Construir, habitar, pensar.
En 1955, fue invitado a Francia por Maurice de Gandillac y Jean Beaufret. Se quedó en casa de Jacques Lacan. A partir de entonces, fue invitado a menudo a Provenza por el poeta René Char para dar seminarios. En 1958, Heidegger se retiró de la universidad, pero siguió participando en seminarios hasta 1973.
Martin Heidegger falleció el 26 de mayo de 1976 en Messkirch, donde está enterrado. Ese mismo año se publicó el primer volumen de sus Obras completas.
Ideas principales de su pensamiento
Influencias y precursores
El pensamiento de Heidegger se nutrió de varias fuentes. Dialogó con los antiguos griegos, el pensamiento cristiano, el existencialismo de Kierkegaard y la fenomenología de Husserl. También se basó en pensadores como Dilthey, Brentano y Bergson.
Críticas a las filosofías de su tiempo
Heidegger rechazó la filosofía dominante de su época, el neokantismo. Lo criticaba por ser demasiado abstracto. Su debate más famoso fue con Ernst Cassirer en Davos. Además del kantismo, Heidegger también rechazó el cartesianismo y las filosofías basadas en las ciencias positivas. También fue crítico con la antropología filosófica, el psicoanálisis y las filosofías de la vida. De Husserl, rechazó la ambición científica de su fenomenología. Él prefería una fenomenología más enfocada en la hermenéutica y la experiencia real de la vida humana, que llamó facticidad.
Heidegger criticó los principios de la antropología moderna, especialmente las ideas de sujeto, vida y persona. A lo largo de su obra, criticó el cogito cartesiano. Según él, había olvidado el sentido de ser del "yo soy".
Primeros trabajos y problemas filosóficos
El problema de la historia
A principios del siglo XX, había debates sobre la objetividad de las ciencias históricas. Heidegger no se interesó por estas discusiones. Las consideraba superficiales. Para él, las ideas de sucesión de generaciones o ciclos históricos carecían de una base sólida. Creía que estas ideas se basaban en la suposición de que hay una realidad original. Incluso si esta realidad fuera estable, la pregunta filosófica principal seguía sin respuesta.
El problema de la teología
Heidegger dijo que la filosofía, en su esencia, es atea. Esto significa que busca entender la vida humana por sí misma, sin depender de una autoridad divina.
Heidegger reintrodujo la teología en la filosofía para criticar un aspecto de la Metafísica que llamó onto-teología. Esta forma de pensar relaciona el Ser con Dios como primer principio. Para él, la teología dogmática se basa en un sistema filosófico que no viene directamente de los problemas de la fe.
Para Hans-Georg Gadamer, la crítica de Heidegger a la teología oficial lo llevó a preguntarse cómo interpretar la fe cristiana correctamente. Quería evitar que el mensaje cristiano se deformara por la filosofía griega. El cristianismo primitivo, según Gadamer, mostró a la metafísica como una ignorancia de la temporalidad y la historicidad.
Jean-Claude Gens señala que Heidegger encontró en la religiosidad cristiana una forma de acceder a lo que llamó "ciencia original de la vida fáctica". El estudio de los conceptos del cristianismo primitivo, según Gens, "nutrirá el análisis de Ser y tiempo".
En Marburgo, Heidegger dialogó con la teología protestante, especialmente con Rudolf Bultmann. Su análisis en Ser y Tiempo influyó mucho en la teología protestante.
Fuentes de inspiración
Una nueva lectura de Aristóteles
Para Hans-Georg Gadamer, Aristóteles fue muy importante para el joven Heidegger. Heidegger propuso una nueva forma de leer a Aristóteles, sin las interpretaciones anteriores.
Heidegger descubrió que en Aristóteles, la theoria no era algo separado de la vida. Al contrario, mostraba una existencia histórica. Heidegger señaló que la separación entre teoría y práctica no la hicieron los griegos, sino los intérpretes posteriores. Estos intérpretes se enfocaron demasiado en la Metafísica y menos en otros textos.
Para Heidegger, era necesario mostrar la conexión entre la teoría y la praxis. Lo hizo a partir de la idea del Dasein como cuidado (Sorge en alemán). Se basó en Aristóteles, quien ya había esbozado esta idea con el concepto de prudencia o Phronesis.
Con el apoyo de Aristóteles, Heidegger pudo innovar en su interpretación de los fenómenos fundamentales de la vida fáctica. Estos fenómenos fueron la base de los futuros existenciales o categorías de la existencia en Ser y tiempo.
Fuentes religiosas
Varios autores han destacado la importancia de la religión católica en el pensamiento de Heidegger. Para Jean Greisch, su sensibilidad católica lo abrió al carácter trágico de la existencia. Gadamer también insistió en la importancia de sus orígenes religiosos. Marlène Zarader sugiere que Heidegger tiene una herencia hebrea oculta en su filosofía. La importancia que dio a la fenomenología de la vida religiosa de los primeros cristianos, según Zarader, ocultó el legado judío en el pensamiento occidental. A estas fuentes antiguas se suma la influencia de Kierkegaard. Este último puso énfasis en las "tonalidades afectivas" y en la comprensión de Heidegger de conceptos como angustia, existencia e instante.
Impulso fenomenológico
La fenomenología de Edmund Husserl le dio a Heidegger un método para explorar la realidad. Le exigió "volver a las cosas mismas". Heidegger se dio cuenta de que en la experiencia más simple del mundo, el ser humano se da cuenta de sí mismo y de su entorno. Así, según Christoph Jamme, "la idea fundamental es la siguiente: la experiencia del mundo que nos rodea no debe entenderse solo de forma teórica". Se reconoce la importancia de la vida diaria, donde el Dasein tiene la primera experiencia concreta del "ser" de "aquello que es".
Métodos y enfoques
El lenguaje y la lógica
Heidegger observó que "el lenguaje existe solo donde se habla, es decir, entre los seres humanos". Para él, la relación del lenguaje con la existencia es más importante que sus reglas de lógica y gramática. Tanto es así que "definir la 'esencia del lenguaje' sería tan difícil como definir la 'esencia del hombre'".
El giro hermenéutico de la fenomenología
Entre 1919 y 1923, Heidegger empezó a proponer volver a la experiencia real de la vida. Quería contrarrestar la visión solo teórica de la filosofía. Así, orientó sus investigaciones hacia la facticidad. Aquí, Heidegger vio la fuente de todo sentido y la base del filosofar.
Heidegger abandonó la idea de Husserl de desarrollar la Fenomenología como una ciencia estricta basada en la lógica. Esta pérdida de su carácter científico, sin embargo, llevó a la filosofía a su rasgo original: un saber previo a la teoría.
Transformación de conceptos antiguos
Heidegger usó conceptos griegos antiguos como Logos, Aletheia y physis. También reinterpretó conceptos aristotélicos para explicar su pensamiento. En su interpretación del pensamiento griego, Heidegger tomó ideas de Aristóteles y las transformó. Las integró en su análisis de la existencia.
Innovación en el lenguaje
Heidegger innovó mucho con el lenguaje para expresar mejor sus ideas. En sus textos, a menudo cambia el significado de palabras comunes. También altera el sentido de algunas etimologías (como Alétheia o Dasein). A veces, fuerza construcciones gramaticales para crear neologismos.
Esta innovación, aunque dificulta su comprensión, ha causado debates. En todos los idiomas, traducir su obra implica decidir si usar un término común, una traducción literal o inventar una nueva palabra.
Pensar y no filosofar
El propio Heidegger dijo varias veces que "no hay filosofía de Heidegger". Prefería hablar de "camino del pensamiento" (Denkweg en alemán).
Heidegger se opuso al pensamiento tradicional que explica las cosas por sus causas. En su lugar, optó por el "dejar ser" (Sein-lassen). Hadrien France-Lanord señala que el trabajo de Heidegger sobre la metafísica "puede entenderse como un largo trabajo de abandono". Esto es para permitir que el fenómeno se muestre de su manera única. A diferencia de otros, él dio un lugar a lo que no se formula, que siempre se guarda y une el texto o el pensamiento. Heidegger también buscó "lo no pensado" en sus estudios.
Además, Heidegger consideraba que "filosofar es preguntar de forma extraordinaria por lo extraordinario". Así, la filosofía "no está en el camino que transitamos" ni "en el círculo de las formas dominantes de cuidado o satisfacción de necesidades. Está fuera de lo común". Por eso, Heidegger citó a Nietzsche: "El filósofo es un hombre que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera y sueña... cosas extraordinarias".
La deconstrucción
Heidegger dijo que la pregunta por el "sentido del ser" se olvidó después de los griegos. Entonces, surge otra pregunta: ¿cuál es la naturaleza de las afirmaciones ontológicas que dominan el pensamiento filosófico desde entonces? ¿En qué se basa la idea de "ser" cuando se define como "presencia subyacente permanente"? Para Heidegger, este olvido significa que un conjunto de conceptos ontológicos permanece sin ser cuestionado. Cualquier pregunta filosófica posterior a este olvido se basará en una filosofía oculta. Esta filosofía está guiada por un sentido que parece obvio, pero no lo es. Por eso, es necesario sacar a la luz esta base que no es tan evidente. Este es el trabajo de la deconstrucción (Destruktion en alemán) de la tradición. Heidegger la entiende como un desmontaje de piezas.
El primer desarrollo de su pensamiento
Ser y tiempo
El proyecto de Ser y tiempo
Ser y tiempo es el primer gran resultado del pensamiento de Heidegger. Es considerada una de las obras más importantes de la filosofía. Se ha comparado con la Metafísica de Aristóteles. Sin embargo, es solo la primera parte de un proyecto que no se terminó. Este proyecto buscaba el sentido temporal del Ser. Quería encontrar una base sólida para entender el sentido único del Ser. Aristóteles había evitado esto al decir que el concepto tenía muchos significados. Heidegger intenta revelar este sentido único a partir de la temporalidad del ser en cuestión, el Dasein. El ser humano ya no se define por una naturaleza o esencia fija. Se define como un "poder-ser". La existencia es más importante que la esencia. La famosa frase del §9 de Ser y tiempo dice: "la esencia del Dasein reside en su existencia".
Pero el autor mismo dijo que este intento falló. La tercera sección de la primera parte, Tiempo y ser, y toda la segunda parte de la obra nunca se escribieron. De este fracaso, Heidegger concluyó que la metafísica no puede entender su propia verdad. Es decir, la diferencia entre "ente" y "ser".
A pesar de estar incompleta, esta obra fue muy importante. Según Emmanuel Lévinas, cambió la filosofía occidental. Introdujo conceptos nuevos como el Dasein, con sus "modos" o "formas" en la vida diaria: Mundo y mundaneidad, ser-en-el-mundo, ser-para-la-muerte y ser-eyectado.
Heidegger volvió a abordar el problema del ser y el tiempo en su conferencia de 1962, Tiempo y ser. Allí, "Heidegger ya no parte de una aclaración del sentido de ser [...] sino simplemente de la caracterización del ser como Anwesen ('presencia') que atraviesa toda la tradición occidental".
El punto de partida de la pregunta por el ser
De su lectura de la tesis de Brentano, Sobre la múltiple significación del ente en Aristóteles, el joven Heidegger aprendió que para Aristóteles "el ser se dice de muchas maneras". Pero Brentano, según Heidegger, olvidó otros sentidos del ser.
Alain Boutot señaló que "la obra de Heidegger está completamente atravesada por una sola y misma cuestión que le da su unidad fundamental: la pregunta por el ser", la Seinsfrage en alemán. Si el ser, como dice Aristóteles, se dice de muchas maneras, ¿cuál es la determinación "unitaria" del ser que rige todos sus significados? ¿Qué significa ser? Esta pregunta guio las obras de Platón y Aristóteles, pero con ellos se detuvo la investigación real sobre ella. Los filósofos posteriores siguieron las ideas que estos dos pensadores habían descubierto.
Desde entonces, la historia de la filosofía occidental se ve como la historia de la metafísica. Es la historia del olvido del ser y de la diferencia entre el ser y el ente.
La cuestión del tiempo
Con la idea del tiempo, Heidegger busca establecer que el ser no solo está en el tiempo, sino que se identifica con él. Según Alain Boutot, "el Dasein no solo es temporal en su ser, sino que se identifica con el tiempo mismo". No con el tiempo de los relojes, sino con una forma más original. El tiempo común, el de los relojes, viene de la temporalidad propia del Dasein. "Heidegger quiere darle un derecho autónomo al tiempo, ya que surge de la temporalidad del Dasein".
Como explicó en su conferencia de 1924 El concepto de tiempo, el tiempo "extático" del Dasein tiene tres momentos: el "por-venir", el "haber-sido" y el "presente". En una conferencia de 1925, Prolegómenos a la historia del concepto de tiempo, Heidegger señaló que este tiempo extático es el origen del tiempo "normal". Este último es un tiempo derivado que se basa en el primero. Para diferenciar este tiempo original, Heidegger lo llama "temporal" o "histórico". Este "ser-ahí", Dasein, es "temporal", según Françoise Dastur, "porque constituye el horizonte unitario del proyecto extático del Dasein".
La cuestión de la existencia
Como explica Marlène Zarader, "el Dasein no puede definirse por lo que es, ni por su naturaleza ni por su forma de ser. Tiene una forma específica de ser que se llama existencia". Por lo tanto, el análisis de la existencia del Dasein (la vida de los seres humanos) será el centro de la "ontología fundamental". En este análisis, Heidegger espera encontrar la base metafísica que buscaba. Esto lo llevará a desarrollar un nuevo concepto: el ser-en-el-mundo.
El ser-en-el-mundo es una estructura compleja en movimiento. Siempre que se busca definir al ser humano, se busca su relación con algo externo. Pero como el ser humano es un ser-en-el-mundo, no se puede pensar sin el mundo. Así, Heidegger intenta unir estos momentos en lo que llama cuidado (Sorge en alemán).
Existencia auténtica e inauténtica
El Dasein, al cuidarse a sí mismo, debe elegir entre sus posibilidades. Puede ser responsable de su existencia, lo que se llama "auténtica". O puede dejar de lado esa responsabilidad, lo que se considera "no-auténtico". La inautenticidad es cuando el Dasein se entiende a sí mismo por lo que le preocupa, y no por su propio "poder-ser-finito".
Un nuevo enfoque para el ser humano: el Dasein
Con el concepto de Dasein, Heidegger busca entender al ser humano. Lo hace a través de su característica más importante: "el ser que comprende al ser". La complejidad del ser de este ente se revela a lo largo del análisis existencial en Ser y tiempo. En el centro de este análisis, se presenta la estructura fundamental del "ser-en-el-mundo" en sus diferentes formas: "ser-arrojado", "ser-para-la-muerte", entre otras.
Un nuevo enfoque para el mundo
A partir de Ser y tiempo, Heidegger rechaza la idea del mundo como un conjunto de objetos o un contenedor. En cambio, el mundo se entiende como la forma de ser propia del ser humano como Dasein, como "mundaneidad". Esta "mundaneidad" expresa, para Heidegger, la característica que hace que el mundo sea mundo.
El segundo desarrollo de su pensamiento
Después de Ser y tiempo y durante la década de 1930, hubo un cambio en la obra de Heidegger, llamado el "giro" (die Kehre en alemán). En su primera etapa, Heidegger se acercó a la tradición desde la ontología fundamental. Después del giro, la tradición se verá desde la perspectiva del pensamiento del ser.
La pregunta por la verdad
Desde Ser y tiempo, Heidegger cuestiona un concepto clave en la historia de la metafísica: la verdad. En los textos de Aristóteles, la verdad se definía como una correspondencia entre la mente y la cosa. Esta definición tuvo variaciones, pero siempre alrededor de la misma relación. Sin embargo, Heidegger analizó textos de la filosofía presocrática. Se centró en el concepto de alétheia (αλήθεια), que estos filósofos usaban para referirse a la verdad. Descubrió que este concepto no se refería a una relación, sino a la aparición de algo que estaba oculto. En griego clásico, "alétheia" se forma añadiendo una "a" privativa a "lethé" (olvido). Un cambio en esta idea de verdad ocurrió con la definición platónica del ser como idea, que Heidegger llamó "catástrofe".
Las épocas de la verdad
El concepto de "verdad", después de su forma escolástica, ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Sin embargo, su cambio más importante para el inicio de la era de la "técnica" (la Modernidad) se encuentra en los trabajos de Descartes. Allí se establece que la verdad es certeza, y que las cosas deben someterse a la matemática. De esta forma, conocer se convierte en el medio para asegurar el poder sobre lo que existe.
Superación de la metafísica y un nuevo comienzo
Después del fracaso de Ser y tiempo y el episodio de su rectorado en 1933, se reafirmó la necesidad de ir "más allá de la metafísica". El problema del sentido del ser fue dando paso al problema de la "verdad del ser". Revelar esta verdad ocupó cada vez más los esfuerzos del filósofo.
La idea de un "nuevo comienzo" no debe entenderse como algo cronológico. Heidegger no busca una filosofía de la historia que señale un "progreso" o "declive". Todo eso pertenece a la metafísica y su necesidad de "calculabilidad". El nuevo comienzo tendría su origen en el origen mismo. Permitiría escuchar la dinámica oculta en la historia del ser. Se trata de dar la vuelta para encontrar otros caminos posibles del pensamiento a partir de la repetición.
La época de la técnica como última fase de la historia del ser
En sus últimos trabajos, Heidegger se propuso descubrir las bases metafísicas de la modernidad. Estudiar estas bases implicaba "recordar la larga historia de la metafísica". También significaba ir más allá de la técnica. Para Heidegger, la técnica sería una "forma de la metafísica que rige nuestro presente y planifica nuestro futuro".
Según Alain Boutot, "el fenómeno fundamental de los tiempos modernos no es la ciencia para Heidegger, sino la técnica". La ciencia es solo una de sus muchas caras. Para Heidegger, la técnica moderna no es solo un conjunto de procedimientos para obtener un resultado. La técnica sería una "revelación" por la cual la naturaleza se activa para liberar energía. La técnica iría de la mano con la universalización del pensamiento calculador. Este pensamiento "planifica todo lo que existe y desde el principio concibió la naturaleza como un gran mecanismo". Así, la técnica no solo tiene un sentido tecnológico. También tiene un significado ontológico. Caracteriza el tipo de relación entre el ser humano moderno y su entorno.
En su curso sobre Nietzsche, Heidegger exploró esta voluntad de calculabilidad en el concepto de nihilismo de Nietzsche. Este nihilismo también comienza con el nacimiento de la metafísica. En esta historia de la metafísica, la última etapa, la de la técnica moderna, muestra a un ser humano cada vez menos dueño de sí mismo. Cada vez más es puesto en evidencia por el Gestell.
Un humanismo particular
El ser humano vive en el poeta
En sus obras más maduras, Heidegger presentó un humanismo del "habitar". Es una especie de regreso al ethos clásico (ἦθος en griego). Lo opone al humanismo tradicional que pregunta por la esencia del hombre. En cambio, la pregunta por el ser humano "brillará por su ausencia". El propio Heidegger llamó a este humanismo "una extraña suerte de humanismo" (ein Humanismus seltsamer Art en alemán).
Al mismo tiempo, en su Carta sobre el humanismo, Heidegger destacó la importancia de lo que llamó la "casa del lenguaje". Es el "habitar" la palabra como verdad del ser. Para el lenguaje, "el hombre vive como poeta". Esta expresión la tomó del poeta alemán Hölderlin. Pero el lenguaje debe permanecer en la verdad de su esencia. No debe convertirse en un simple instrumento de comunicación. Si eso ocurre, el destino del hombre de hoy seguiría sin protección, sin verdad y sin nombre.
En el mismo texto, Heidegger usa la metáfora del pastor. Con ella, explica cómo el ser humano pierde su egoísmo. Se convierte en su Dasein, un lugar donde el ser puede manifestarse. Así, se convierte en guardián de la verdad del ser.
El ser humano errante
En su libro Introducción a la Metafísica, publicado en 1953, Heidegger dice que el ser humano es por esencia Unheimlich. Esto significa "sin hogar" o "sin abrigo", indefenso y expuesto a las dificultades del ser. Heidegger llegó a esta idea después de leer a Sófocles, especialmente Edipo rey. Esta interpretación se retoma con fuerza en la Carta sobre el humanismo. Boutot, por su parte, indica que, para Heidegger, "el errar no se puede atribuir a la falla humana o a la falta de atención [...] el ocultamiento pertenece a la esencia original de la verdad".
Un mundo que se revela
La obra de arte como revelación
En El origen de la obra de arte (Der Ursprung des Kunstwerkes en alemán), Heidegger relaciona la esencia del arte con la del ser. Heidegger cambia el enfoque tradicional de la Estética. Esta se centra en el gusto, que "aparece solo con la metafísica y con Platón". Heidegger también insiste en la necesidad de "deshacernos [...] de los conceptos platónicos y aristotélicos". Estos conceptos, desde hace mucho tiempo, guían cómo nos acercamos a las obras de arte. La destrucción de las ideas previas de la Estética, que busca entender la obra de arte por sí misma, es parte de la destrucción de la historia de la ontología.
Para Heidegger, "la ciencia estética no atiende a lo propio del arte, porque [...] la obra de arte nunca presenta nada, por la simple razón de que no tiene nada que presentar". Así, el filósofo alemán propone una nueva forma de entender lo artístico. La obra de arte se convierte en un poder que crea un mundo. La verdad del ser que se expresa allí ya no es producida por el conocimiento humano. Es por la alétheia, por la revelación.
La poesía de Hölderlin
Desde la década de 1930 hasta el final de su vida, Heidegger dedicó muchos estudios a la poesía. En particular, a la obra de Friedrich Hölderlin. El filósofo considera al poeta alemán como "el poeta de los poetas y de la poesía" (der Dichter des Dichters und der Dichtung en alemán). Incluso lo llamó "el poeta de los alemanes". Además, como es "difícil" y "arcano" (Verborgene), su poder no se ha convertido en el poder del pueblo alemán. Y "como no lo es, debe llegar a serlo".
Para Heidegger, hablar de Hölderlin es hablar de política en su sentido más elevado. Esto es porque "los poetas crean el lenguaje".
Fama e influencia
Hans-Georg Gadamer dijo que Heidegger tuvo una influencia "abrumadora" en la filosofía europea del siglo XX. Además, entre los alumnos de Martin Heidegger hubo figuras importantes como Hannah Arendt, Leo Strauss, Emmanuel Levinas, Jean Wahl, Hans Jonas, Herbert Marcuse, Max Horkheimer, Oscar Becker, Walter Biemel, Karl Löwith, Hans-Georg Gadamer, Eugen Fink, Jan Patočka y Peter Sloterdijk.
La importancia de Heidegger en corrientes como la Fenomenología o la Filosofía posmoderna ha sido muy reconocida. Muchos filósofos famosos en Europa fueron influenciados por el pensamiento de Heidegger. En Italia, por ejemplo, Giorgio Agamben, Gianni Vattimo, Massimo Cacciari y Ernesto Grassi. En Alemania, Ernst Tugendhat y Peter Sloterdijk. En España, José Ortega y Gasset, Xavier Zubiri y Julián Marías. En Grecia, Kostas Axelos. En Rumanía, Alexandru Dragomir. En Estados Unidos y Canadá, muchos pensadores como Stanley Cavell, Richard Rorty y Charles Taylor se han referido a Heidegger y han reconocido su influencia. Emmanuel Lévinas dijo que todo investigador actual tiene una "deuda" con Heidegger, a menudo "a disgusto". Para Rodríguez García, la "presencia constante de Heidegger en la filosofía contemporánea es uno de los rasgos más admirables y enigmáticos de su figura".
La recepción de la obra de Heidegger en la filosofía analítica fue diferente. Los filósofos analíticos contemporáneos de Heidegger consideraron que el contenido y el estilo de Ser y tiempo eran la peor forma de hacer filosofía. Sin embargo, algunos filósofos analíticos tuvieron una opinión favorable sobre Heidegger. Por ejemplo, Gilbert Ryle dijo que era "un pensador de importancia real por la inmensa sutileza y búsqueda de su examen de conciencia, por la audacia y originalidad de sus métodos y conclusiones". Además, algunos grandes nombres de esta corriente fueron influenciados por Heidegger, como Richard Rorty.
Influencia de Heidegger en España y Latinoamérica
La primera traducción al español de Ser y tiempo la hizo José Gaos en 1951 en México. Esta traducción fue notable por ser "demasiado fiel" al texto original. Una segunda traducción al español la hizo Jorge Rivera en 1997, para hacer el lenguaje de Heidegger más fácil de entender.
Los círculos filosóficos latinoamericanos mostraron más entusiasmo que los europeos por la obra de Heidegger. Después de la guerra civil española y el exilio, la influencia se hizo más fuerte. Filósofos como José Gaos, Ferrater Mora, García Bacca y García Morente llegaron a Latinoamérica. Ellos habían sido influenciados por Ortega y Gasset y la difusión de la Revista de Occidente. Esto ayudó a que la fenomenología y la filosofía alemana se extendieran en países como México, Argentina o Venezuela.
Además de las traducciones y la influencia de los exiliados, jóvenes hispanoamericanos asistieron a los cursos de Heidegger en Alemania. Hubo dos formas principales de interpretar la obra de Heidegger. La primera fue la lectura existencialista, común entre Carlos Astrada, José Salas Subirat, Leopoldo Zea o Humberto Piñera Llera. La segunda fue más ecléctica, aceptando algunas ideas y rechazando otras. Esto llevó a dos ramas: quienes usaron a Heidegger para "reelaborar un pensamiento católico", como Wagner de Reyna u Oswaldo Robles; y quienes quisieron iniciar una filosofía del "ser latinoamericano", como Samuel Ramos o José Romano Muñoz.
También hubo rechazo a las ideas de Heidegger. Parte de este rechazo se basó en su postura política durante los años 30. Esto se vio en trabajos como los de José Vasconcelos o Víctor Farías. También hubo rechazo por argumentos filosóficos de tipo neokantiano, presentes en filósofos como Francisco Romero, Francisco Larroyo o Antonio Gómez Robledo.
En España, la obra de Heidegger fue muy criticada por filósofos marxistas, especialmente por Manuel Sacristán. Él dedicó una tesis doctoral a criticar a Heidegger, viendo su obra como un ataque al racionalismo. En Latinoamérica, a partir de los años 50, la Revolución cubana impulsó el marxismo. Esto influyó en la Filosofía de la Liberación, que, junto con el neomarxismo, rechazó las filosofías de Heidegger y el joven Sartre como filosofías burguesas. Sin embargo, esta tendencia disminuyó más tarde.
Influencia de Heidegger en Francia

En 1937, se tradujo por primera vez al francés una obra de Heidegger. Fue Was ist das Metaphysik? (¿Qué es la metafísica?) por Henry Corbin. Sin embargo, ya en 1930, Lévinas había ayudado a introducir la Fenomenología en Francia. Lo hizo al traducir las Meditaciones cartesianas de Husserl. Por su parte, Sartre también ayudó a dar a conocer a Heidegger con la publicación en 1943 de El ser y la nada. Francia ha sido el lugar donde el pensamiento de Heidegger ha tenido más impacto. Emmanuel Levinas atribuye a la obra de Henri Bergson el mérito de haber preparado el ambiente intelectual francés para la fenomenología de Heidegger.
El primero en mencionar la importancia de Ser y tiempo en Francia fue Georges Gurvitch. Lo hizo en un curso en la Facultad de Letras de París. A pesar de ello, su influencia no se hizo evidente hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, Heidegger se convirtió en un pensador al que se refirieron muchos desde diferentes corrientes o disciplinas:
- Desde la fenomenología y la filosofía de la existencia: Jean-Paul Sartre, Maurice Merleau-Ponty, Alexandre Kojève, Paul Ricœur, Emmanuel Levinas, Michel Henry, Jean-Luc Marion y Claude Romano.
- En la deconstrucción de la metafísica: Jacques Derrida, Jean-Luc Nancy, Philippe Lacoue-Labarthe y Gérard Granel.
- En los estudios aristotélicos: Pierre Aubenque, Rémi Brague y Jean-François Courtine.
- En los estudios sobre Platón: Jean-François Mattéi.
- Desde el estructuralismo: Foucault y Althusser.
- Desde el marxismo: Herbert Marcuse.
- En psicoanálisis: Jacques Lacan.
- En la literatura: Maurice Blanchot, Georges Bataille, Maurice Clavel, Roger Munier, Michel Deguy o René Char.
- En antropología: Albert Piette y Remo Guidieri.
- En teología: Emmanuel Falque.
Influencia de Heidegger en Japón
En Japón, la obra de Heidegger ya era conocida en 1924. Muchos estudiantes de Kitarō Nishida y de la Escuela de Kioto fueron a Alemania para estudiar. Allí conocieron la fenomenología, ya sea con Husserl o directamente con Heidegger. Tokuryu Yamanouchi, en 1921, fue el primero en introducir la fenomenología en Japón. Hajime Tanabe llegó a Alemania en 1922. Después de trabajar con Alois Riehl, se unió a Husserl en Friburgo y conoció a Heidegger. Lo consideró el filósofo más grande desde Hegel. Kiyoshi Miki, que también fue a Alemania en 1922, investigó con Heinrich Rickert y se mudó a Marburgo en 1924. Allí tuvo muchas conversaciones con Heidegger. El primer libro de Hiyoshi Miki, publicado en Japón un año antes que Ser y tiempo, ya contenía muchas ideas del Dasein y de los análisis de Heidegger sobre el ser-para-la-muerte. Otro filósofo japonés influenciado por Heidegger fue Keiji Nishitani.
Entre los japoneses que estudiaron la obra de Heidegger de cerca está Tetsurō Watsuji. En 1930, publicó una crítica del Dasein. Criticó a Heidegger por considerar solo el tiempo y no el espacio. La filosofía japonesa fue receptiva a la obra de Heidegger porque él siempre estuvo abierto a formas de pensamiento diferentes a las occidentales.
Recepción en los Estados Unidos
Muchos estudiantes estadounidenses asistieron a los cursos de Heidegger en la década de 1930. Ellos fueron los primeros en difundir su pensamiento en Estados Unidos. Pero también fueron los primeros en tener una visión crítica. Esta recepción moderada se reflejó en la postura crítica de Heidegger hacia Estados Unidos y el "americanismo". Él les atribuía algunos de los peores aspectos de la Modernidad.
La primera traducción al inglés de Ser y tiempo fue en 1962. William Blattner dice que los primeros lectores angloparlantes descubrieron a Heidegger después de la Segunda Guerra Mundial. Lo hicieron a través de la lectura de Sartre, cuya obra estaba muy influenciada por Ser y tiempo. Mucho más tarde, leyeron el libro de forma independiente. Esto llevó a los lectores estadounidenses a analizar el contenido de Ser y tiempo de manera diferente.
Recepción en el mundo árabe e islámico
La obra de Heidegger ha sido recibida por varios filósofos, teólogos e historiadores del mundo árabe-musulmán desde el siglo XX. Entre ellos están Charles Malik, Abdurrahman Badawi, Ahmad Fardid, así como Fethi Meskini, Ismail El Mossadeq, Reza Davari Ardakani o Nader El-Bizri. La presencia del pensamiento de Heidegger en los movimientos filosóficos islámicos y árabes abre nuevas vías para su influencia en tradiciones diferentes a la filosofía europea. En el pensamiento filosófico del mundo árabe e islámico, han llamado la atención los debates filosóficos que Heidegger plantea sobre la existencia, la divinidad, la hermenéutica, la crítica de la metafísica y sus reflexiones sobre la cuestión de la técnica.
Heidegger y el partido nacional socialista
Heidegger fue miembro del Partido Nacional Socialista entre 1933 y 1944. Sin embargo, a los pocos meses se retiró de toda actividad política. El nivel de participación de Heidegger en el Tercer Reich y la influencia de las ideas del partido en su pensamiento han sido objeto de muchos debates. Estos debates han marcado la importancia que se le da a Heidegger en la Filosofía. Entre los expertos, la relación de Heidegger con el partido nacional socialista es un tema de discusión sin consenso. Se formaron dos grupos opuestos en estos debates:
- Sus defensores: Hannah Arendt, Walter Biemel, Otto Pöggeler, Jan Patočka, Jean Beaufret, Marcel Conche, Jean-Luc Nancy, Julian Young, Jean-Claude Gens, Silvio Vietta, François Fédier o Pascal David.
- Sus críticos: Jürgen Habermas, Theodor W. Adorno, Hans Jonas, Karl Löwith, Michel Onfray, Pierre Bourdieu, Maurice Blanchot, Emmanuel Levinas, Richard Rorty, Luc Ferry, Alain Renaut, Víctor Farías, Emmanuel Faye, Dionys Mascolo, Jacques Derrida, Jean-François Lyotard, Philippe Lacoue-Labarthe, Walter Benjamin, Mehdi Belhaj Kacem o François Guéry.
También ha habido historiadores que, sin defenderlo ni atacarlo, se han interesado en la relación de Heidegger con el partido nacional socialista. Es el caso de Raul Hilberg, Hugo Ott, Bernd Martin, Domenico Losurdo o Guillaume Payen. Para este último, el mayor problema no es si Heidegger era miembro del partido, sino qué nos permite entender su participación sobre el partido en general. Heidegger es interesante para estudiar la fuerza de adhesión del NSDAP y sus motivos. Esto parte de una aparente paradoja: ¿por qué un filósofo tan sutil y exigente fue influenciado por un movimiento populista y anti-intelectual que no se dirigía a sus iguales, sino a la gente común?
Heidegger, en una carta citada por Derrida, intentó explicar su postura:
Creía que Hitler, después de asumir la responsabilidad de todo el pueblo en 1933, se atrevería a romper con el Partido y su doctrina, y que todo se reuniría en el campo de la renovación y de la responsabilidad de Occidente. Esta convicción fue un error del que me percaté con los eventos del 30 de junio de 1934. En 1933 yo había intervenido para decir sí a lo nacional y social (y no al nacionalismo) y no a los fundamentos intelectuales y metafísicos en los que se basaba la biología de la doctrina del Partido, porque lo social y lo nacional, tal como yo los veía, no estaban esencialmente ligados a una ideología biologicista y racista.
—Heidegger
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En 2005, se publicó el ensayo de Emmanuel Faye Heidegger: la introducción del nacional socialismo en la filosofía. Este libro busca abrir nuevas formas de investigar y cuestionar las explicaciones de Heidegger sobre su participación política. Faye usa muchos extractos de sus seminarios no publicados entre 1933 y 1935 para intentar demostrar la relación de Heidegger con el nacional socialismo. Este trabajo causó un gran debate y muchas respuestas. Para Faye, la visión humanista y existencialista de Heidegger habría ocultado su ideología política, que, de forma oculta, estaría presente en toda su filosofía.
Por su parte, los defensores de Heidegger dijeron que estos análisis eran interpretaciones equivocadas y sesgadas de su filosofía. Afirmaron que su filosofía incluso había sido una forma de "resistencia espiritual" al nacional socialismo.
Debate sobre los Cuadernos negros
En 2014, comenzaron a publicarse los cuadernos privados de Heidegger, conocidos como Cuadernos negros. Este nombre, elegido por el propio filósofo, se refiere a 34 cuadernos manuscritos con cubierta negra. Contienen textos escritos entre 1931 y 1976. Esta publicación dio nueva información sobre la relación de Heidegger con el nacional socialismo. Según France-Lanord, esta colección de unas 1.200 páginas contiene "unos quince pasajes [...] en los que se menciona a los judíos y el judaísmo de una manera a veces impactante, a veces lamentable, considerando la persecución que sufrían los judíos cuando se escribieron estas líneas".
Para Donatella Di Cesare, "la novedad en los Cuadernos negros es que el tema de los judíos tiene importancia filosófica y se inscribe en la historia del Ser". De igual modo, para Peter Trawny, desde la publicación de los cuadernos, es "imposible pensar en Heidegger como alguien ajeno al nazismo y a la ideología". Para Santiago Navajas, en "los Cuadernos negros, la balanza se inclina finalmente del lado de quienes argumentaban que lo peor del nazismo estaba en el centro de la filosofía de Heidegger". Añade que también hay una "dimensión" en la metafísica alemana.
Para la académica alemana Sidonie Kellerer:
Los pasajes explícitamente racistas de los Cuadernos negros de Heidegger se presentan como descuidos dentro de un discurso muy codificado. Sin embargo, pueden entenderse a la luz del contexto histórico. En este sentido, una visión que considere el contexto histórico en su aspecto cultural e ideológico, muestra lo insostenible de la idea de que Heidegger se habría distanciado gradualmente del nacionalsocialismo.Sidonie Kellerer, 2014
En estos pasajes, el judaísmo (Judentum) se describe con "una habilidad particularmente acentuada para el cálculo", así como por la "ausencia de suelo" (Bodenlosigkeit). Peter Trawny, editor de los Cuadernos, ve estas observaciones como "un tipo de" al que Heidegger da "una interpretación filosófica terriblemente avanzada". El judío aparece como "el sujeto calculador, sin mundo, dominado por la maquinación".
Dos frases en particular se han usado para señalar la postura de Heidegger. Tomadas de la traducción al inglés, son las siguientes:
“One of the most secret forms of the gigantic, and perhaps the oldest, is the tenacious skillfulness in calculating, hustling, and intermingling through which the worldlessness of Jewry is grounded” “To appropriate ‘culture’ as a means of power and thus to assert oneself and affect a superiority is at bottom Jewish behavior. What follows from this for cultural politics as such?”
Sin embargo, el traductor al inglés, Richard Polt, dijo que la traducción de esas frases es muy ambigua. Por lo tanto, no deben tomarse como "palabra sagrada", ya que es difícil saber lo que quieren decir. Por su parte, el filósofo francés Jean Baudrillard afirmó que es poco probable que alguien llegue a entender lo que quiso decir Heidegger.
Contra la lectura de Trawny, François Fédier responde que "se equivoca al considerar el análisis de Heidegger como" y que Heidegger solo vería al judaísmo "como la primera víctima". Según Fédier, lo que se presenta como "declaraciones" de Heidegger ni siquiera tratarían sobre los judíos. Más bien servirían para denunciar de forma oculta la ideología nacional socialista.
Hadrien France-Lanord cree que en otros pasajes de los mismos Cuadernos negros, Heidegger "condena sin equívoco" lo que él considera "estúpido y reprobable". Sin embargo, también considera que "los antiguos prejuicios se mezclan en los Cuadernos negros con una escasez de pensamiento y deben ser cuestionados". Pero no pueden, "sin una deshonestidad indecente, transformarse en lo que no son: declaraciones discriminatorias por motivos raciales". Según Étienne Pinat, la descontextualización de estos pasajes abre un debate entre la negación total y la reducción de su pensamiento a ello. Esto podría evitar el extremismo y buscar un punto intermedio.
Obras
- Bibliografía heideggeriana
Véase también
En inglés: Martin Heidegger Facts for Kids