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Duelo para niños

Enciclopedia para niños

Un duelo es un tipo de combate o enfrentamiento entre dos personas que se han desafiado. Generalmente, eran caballeros o personas de alta posición social quienes participaban. A veces, un duelo también podía ser entre dos grupos, donde cada uno elegía a un campeón para que luchara en su nombre.

Los duelos solían seguir reglas muy específicas y eran el resultado de un desafío previo. Este desafío surgía por una ofensa al honor, una enemistad o cualquier otra razón. Estaban muy relacionados con ideas antiguas como el honor y la venganza. En la Edad Media, a veces se les veía como una forma de "juicio de Dios" o ordalía, donde se creía que el resultado mostraba quién tenía la razón.

En textos antiguos como la Ilíada de Homero, ya se cuentan historias de duelos, como el de Paris y Menelao, o el de Héctor y Aquiles. También se menciona la costumbre de evitar grandes guerras haciendo que solo unos pocos guerreros o campeones lucharan. Un ejemplo famoso es el combate entre los Horacios y Curiacios, que cuenta el historiador romano Tito Livio, para resolver una guerra entre Roma y Alba Longa sin muchas pérdidas. En la Biblia, el enfrentamiento entre David y Goliath es un caso similar. Sin embargo, la idea del duelo entre dos hombres, tal como la conocemos, tiene sus raíces en las costumbres germánicas, como el "juicio por combate" medieval. Era una manera de controlar y dar un formato a las faidas (disputas familiares) y las vendettas (venganzas).

El duelo, en su forma más organizada, se practicó en las sociedades occidentales desde el siglo XV hasta principios del siglo XX. Era una evolución de los torneos medievales. Dos caballeros acordaban luchar usando armas peligrosas, siguiendo reglas claras o no escritas, y siempre por el honor. Los acompañaban unos "padrinos", que eran testigos y ayudantes.

Aunque el duelo fue aceptado socialmente y apareció en muchas obras literarias (como Tirante el Blanco de Joanot Martorell o Los duelistas de Joseph Conrad), las autoridades de la iglesia y del gobierno lo condenaron en diferentes grados. Finalmente, se hizo ilegal, aunque no fue hasta las primeras décadas del siglo XX que esta prohibición fue efectiva. Hoy en día, el duelo es considerado un acto ilegal en la mayoría de los países.

El duelo se iniciaba por la voluntad de una de las partes, el desafiante, para limpiar un insulto o una ofensa a su honor. El objetivo principal no era siempre quitar la vida al oponente, sino conseguir "satisfacción" y recuperar el propio honor, lo cual se lograba al arriesgar la vida para defenderlo.

Es importante diferenciar los duelos de otras pruebas de combate. Los duelos no se usaban para decidir si alguien era culpable o inocente, ni eran procedimientos oficiales. Eran generalmente ilegales, pero en muchas sociedades donde se practicaban, eran socialmente aceptados.

A los participantes de un duelo bien organizado no se les solía perseguir por la ley. Si lo hacían, rara vez eran encarcelados. Se creía que solo los caballeros (personas de la nobleza o con mucho dinero) tenían un honor que defender y, por lo tanto, eran los únicos que podían participar en un duelo. Si un caballero era insultado por alguien de una clase social más baja, no lo retaba a duelo, sino que le aplicaba un castigo físico o encargaba a sus sirvientes que lo hicieran. En algunos países, especialmente los de origen inglés, el desafío se hacía públicamente golpeando al oponente en la cara con un guante o dejando caer el guante a sus pies. Si el desafiado lo recogía, aceptaba el reto. De ahí viene la expresión popular "recogió el guante", que significa aceptar un desafío.

Orígenes del Duelo

La palabra "duelo" para este tipo de enfrentamientos se empezó a usar en Europa en el siglo XV. Viene del latín duellum, que en latín clásico significaba 'guerra', y se mezcló con "duo", que significa 'dos'. Por eso, se asoció con la idea de un "combate uno a uno".

Los enfrentamientos físicos por insultos o por la posición social existen desde la prehistoria. Sin embargo, el concepto de duelo formal en las sociedades occidentales surgió del "duelo judicial" de la Edad Media y de antiguas costumbres de la época vikinga. En el castellano antiguo, se le llamaba riepto (reto), como se ve en el Cantar de mio Cid.

Los duelos judiciales fueron prohibidos por el IV concilio de Letrán en 1215. Sin embargo, hay registros de que en 1459 todavía se aceptaba este sistema para resolver algunos delitos graves.

La mayoría de las sociedades no condenaba el duelo. De hecho, ganar un duelo se veía como un acto de valentía, no como un crimen, y la posición social del ganador aumentaba. Durante el Renacimiento temprano, practicar el duelo demostraba la respetabilidad de un caballero y era la forma aceptada de resolver disputas. En esas sociedades, era una alternativa mejor que otras formas de conflicto menos reguladas.

El primer código de duelo (Code duello) apareció en el Renacimiento italiano, aunque se basaba en leyes germánicas antiguas. El primer código formal a nivel nacional fue el francés. Más tarde, en 1777, se redactó un código en Irlanda que, debido a la emigración, tuvo una gran influencia en los Estados Unidos.

Los duelos no eran solo de las clases altas de Europa. Los gitanos, algunas tribus de indios norteamericanos (Navajos) y otras culturas euroasiáticas tenían sus propias versiones de duelos (generalmente con cuchillos o hachas). Incluso hoy en día, en algunos lugares, se siguen practicando este tipo de enfrentamientos con armas blancas o de fuego.

Otros significados de "Duelo"

En español, "duelo" también significa un estado de luto o tristeza profunda por la pérdida de alguien. Esta palabra viene de la raíz latina "dolere", que significa 'doler', y es diferente de la raíz "duellum" que significa 'lucha'. Es un claro ejemplo de homonimia, donde dos palabras suenan igual pero tienen orígenes y significados distintos.

Reglas del Duelo

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Un lance en el siglo XVII pintura de Francisco Domingo Marqués de 1866.
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Pistolas de duelo, Museo de Arte e Historia de Neuchatel.

Los duelos podían realizarse con espadas de duelo europeas, con sables o, a partir del siglo XVIII, con pistolas. Para esto, se fabricaban a mano hermosos pares de pistolas de duelo para los nobles ricos. Pero ambos participantes debían ser caballeros: un noble no podía batirse con un plebeyo. Por esta razón, a Voltaire no se le permitió batirse con el noble De Rohan: se consideraba que un plebeyo no tenía honor. Aunque Voltaire insistió, tuvo que aceptar ser expulsado de Francia por orden del rey.

Después de la ofensa, real o imaginaria, los amigos del ofendido pedían "satisfacción" al ofensor. Esto se hacía con un gesto insultante que no se podía ignorar, como golpear al ofensor en la cara con un guante, o tirar el guante al suelo delante de él. De aquí viene la frase "recoger el guante", que significa aceptar un desafío.

Esta costumbre se originó en la Edad Media, cuando a un caballero se le daba una palmada ritual en la cara, simbolizando que era la última vez que la aceptaría sin responder con un desafío. Por eso, cualquiera que fuera golpeado con un guante se consideraba, como el caballero, obligado a aceptar el desafío o quedar deshonrado.

Cada parte en la disputa debía elegir a un representante de confianza (llamado segundo o padrino). Ellos acordarían el lugar del "campo de honor", que debía ser un sitio aislado para evitar interrupciones y donde el sol no molestara a nadie. Luego, debían acordar el tipo de armas a usar: espada, sable o pistola. El padrino, que era un testigo de confianza, debía verificar las armas y las reglas. Si su representado fallecía, debía encargarse de su cuerpo para entregarlo a la familia y avisar a las autoridades.

Por la misma razón, los duelos se realizaban tradicionalmente al amanecer. También era deber de cada parte asegurarse de que las armas fueran iguales y que el duelo fuera justo.

Según la elección de la parte ofendida, el duelo podía ser:

  • "A primera sangre": Terminaba tan pronto como uno de los duelistas resultaba herido, aunque fuera una herida leve.
  • Hasta que uno de los participantes estuviera "gravemente herido": De forma que no pudiera seguir luchando.
  • "A muerte": No terminaba hasta que la otra parte estuviera herida de forma fatal.
  • En el caso de duelos "a pistola": Cada parte podía disparar un tiro. Incluso si ninguno acertaba, si el desafiante se sentía satisfecho, el duelo podía terminar, como solía ocurrir. Un duelo a pistola también podía continuar hasta que uno de los duelistas fuera herido o perdiera la vida, pero más de tres series de disparos se consideraba excesivo y poco hábil.

Bajo estas condiciones, una o ambas partes podían disparar intencionalmente sin acertar, con el fin de cumplir con las formalidades del duelo sin que nadie perdiera la vida o el honor. Esta práctica, llamada deloper, era común en algunos duelistas. Hacer esto era muy arriesgado si el oponente no estaba dispuesto a hacer lo mismo. El delope fue prohibido expresamente por el Código de duelo de 1777. Sin embargo, las posibilidades variaban, y muchos duelos de pistola eran a primera sangre, aunque otros eran a muerte. La parte ofendida podía detener el duelo en cualquier momento si consideraba que su honor estaba satisfecho.

Archivo:Desafío entre el Duque de Monpensier y D. Enrique de Borbón
Desafío entre el duque de Montpensier y Enrique de Borbón (Historia de la interinidad y guerra civil de España desde 1868, Vol. 1)

Para un duelo de pistolas de un solo tiro, los participantes se colocaban espalda con espalda con sus armas cargadas en la mano. Caminaban un número acordado de pasos, se giraban hacia el oponente y disparaban. Generalmente, cuanto más grave era el insulto, menos pasos se caminaban. En muchos casos, los padrinos marcaban el suelo previamente, indicando el punto donde los duelistas debían detenerse, girar y disparar. A una señal, a menudo un silbato, los oponentes podían avanzar hasta las marcas y disparar cuando quisieran. Otra técnica era disparar alternativamente, empezando por la parte ofendida.

Muchos duelos históricos se evitaron porque no se ponían de acuerdo en las reglas del combate. Por ejemplo, en el caso del Dr. Richard Brocklesby, no hubo acuerdo en el número de pasos. En el duelo entre Mark Akenside y Ballow, uno dijo que nunca lucharía por la mañana, y el otro que nunca lo haría por la tarde. John Wilkes, que no se preocupaba por estos detalles, respondió a la pregunta de Lord William Talbot sobre "cuántas veces dispararía en un duelo": "Tantas como su excelencia desee: he traído una bolsa de balas y una petaca de pólvora".

Duelos Famosos

Archivo:The Assaut or Fencing Match which took place at Carlton House on the 9th of April 1787
Sátira del duelo de esgrima entre « Monsieur de Saint-George y la Señorita caballera d'Éon de Beaumont » en Carlton House el 9 de abril de 1787. Grabado de Victor Marie Picot inspirado en la obra original de Alexandre-Auguste Robineau.

El militar y escritor Jacopo Gelli (1858-1935) escribió un libro sobre los duelos más conocidos del siglo XIX. Según su estudio, en solo diez años (1879-1889), hubo 2759 duelos en Italia, a pesar de ser ilegales. La mayoría fueron con sable, y menos con pistola o espada. En Francia, entre 1880 y 1890, hubo 467 duelos, la mayoría con espada. Rechazar un desafío a menudo se consideraba una derrota por abandono y un acto de cobardía. Las personas importantes o famosas tenían más riesgo de ser desafiadas, ya que vencerlas en un duelo daba prestigio. Los duelistas solían ser militares o nobles. Políticos y periodistas, por sus artículos críticos, a menudo se veían envueltos en estos dramas de honor. Los motivos solían ser insultos o cosas que se tomaban como tales, pero a veces eran razones muy pequeñas, por un "punto de honor", de donde viene la palabra pundonor. Sin embargo, era más una desgracia que otra cosa: si alguien perdía la vida en un duelo, la ley perseguía al superviviente, quien a menudo tenía que abandonar su país, y los hijos de los militares que fallecían así perdían el derecho a una pensión. Por eso, los duelistas solían ser jóvenes y solteros.

Ya en el siglo XVI, el abad Pierre de Brantôme escribió su libro Anécdotas sobre los duelos. Después hubo duelos curiosos como el que tuvo el señor de Saint-George con la espía d'Éon de Beaumont en 1787, ganado por esta última.

Entre los duelos más conocidos está el de los estadounidenses Hamilton y Burr. En esa ocasión, Alexander Hamilton, un importante miembro del Partido Federal de los Estados Unidos, fue herido de muerte. También se recuerda el duelo entre Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, y George William Finch-Hatton, 10.º conde de Winchilsea, en el que ambos dispararon al aire.

Archivo:Onegin duel
Grabado que representa el duelo de Oneguin y Lenski

El poeta ruso Aleksandr Pushkin describió varios duelos en sus obras, como el de Oneguin contra Lenski en Eugenio Oneguin. El propio Pushkin fue herido de muerte en un duelo con Georges d'Anthés, un oficial francés de quien se decía que era cercano a la esposa de Pushkin. Anthés, acusado de hacer trampa en ese duelo, se casó con la cuñada de Pushkin y llegó a ser ministro y senador francés.

Archivo:S.Allende 7 dias ilustrados
Salvador Allende, protagonizó el último duelo en Chile en 1952.

El último duelo a muerte en Canadá involucró a John Wilson, desafiado por Robert Lyon a un duelo a pistola después de una discusión sobre una maestra de escuela con quien Wilson se casó después de que Lyon falleciera en el duelo.

En 1832, el matemático francés Évariste Galois perdió la vida a los 21 años en un duelo contra un supuesto agente de la policía de Luis Felipe de Orleans. La noche anterior a su muerte, la pasó escribiendo a un amigo todos sus descubrimientos matemáticos, pidiéndole que los compartiera con algún matemático extranjero.

En 1864, el escritor estadounidense Mark Twain —entonces editor del New York Sunday Mercury— estuvo a punto de enfrentarse en duelo con el editor de un periódico rival. Se salvó gracias a la astucia de su padrino, quien exageró la puntería de Twain con la pistola.

El 12 de marzo de 1870, tuvo lugar el Duelo de Carabanchel en la escuela de tiro de la Dehesa de Carabanchel entre Antonio de Orleans, duque de Montpensier, y Enrique de Borbón, duque de Sevilla. En este duelo, el primero perdió sus posibilidades de reinar en España, y el segundo perdió la vida.

A principios del siglo XX, Hipólito Yrigoyen se enfrentó a Lisandro de la Torre en un duelo con sable. Yrigoyen no tenía experiencia en esgrima, así que contrató a un maestro. De la Torre era un experto en este arte y había ganado varias competiciones. Durante el duelo, Yrigoyen hirió a De la Torre tres veces, mientras que este no lo tocó. Después de este duelo, De la Torre se dejó barba para ocultar los cortes.

El 6 de agosto de 1952, se realizó el último duelo de honor registrado en la historia de Chile. Fue entre los entonces senadores Salvador Allende y Raúl Rettig. Rettig fue el desafiante, ya que no estuvo de acuerdo con lo dicho por el doctor Allende en el Senado. Aunque dispararon con la intención de causar la muerte, ambos fallaron sus disparos.

Duelos Poco Comunes

  • Se cuenta que en 1808, dos caballeros franceses se batieron en duelo en globos aerostáticos sobre París. Cada uno intentaba pinchar el globo del oponente. Uno de ellos fue derribado y perdió la vida en la caída junto con su padrino.
  • Los participantes de algunos duelos, al elegir el arma, escogían a propósito objetos extraños como morteros, mazos o tenedores para sujetar cerdos.

El Duelo en Algunos Países

España

Dejando de lado el riepto o juicio de Dios medieval, que aparece en el Cantar de mio Cid, la palabra "duelo" como tal surge en el siglo XV en el Doctrinal de caballeros de Alonso de Cartagena (1487):

Manera de lid que para prueba de maleficios se hace, la qual los juristas dizen "duelo", que quiere decir batalla de dos.

En 1525 se publicó la traducción del Tractatus de duello de Diego del Castillo de Villasante con el título de Remedio de desafíos, y la palabra duellum se traducía como desafío. Ya una orden de Fernando el Católico prohibía los duelos con pena de muerte inmediata, destierro a las Américas o condena a galeras. Pero en el Siglo de Oro era algo común, y aparecía con frecuencia en las comedias de Lope de Vega: cada día había alguien que perdía la vida en estos casos. El duelo podía hacerse con ambas manos, en la izquierda una daga de cincuenta centímetros y en la derecha la espada ropera o corta. Grandes duelistas fueron entonces Gonzaga Osorio o Diego García de Paredes. A veces se hacía a la siciliana, con una daga corta en cada mano.

José Esteban, en Duelos y duelistas españoles (Reino de Cordelia, 2018), ha recopilado algunos duelos famosos entre militares, políticos, periodistas y escritores. Stendhal contaba que un militar español retirado en Narbona, que tenía una joven y bonita esposa, "se sintió obligado a abofetear a cierto gallito". Al día siguiente, ella se presentó en el lugar donde debían luchar. El gallito pensó que había venido a detenerlos; ella respondió: "He venido a enterrarlo a usted". Se recuerdan el de Luis González Bravo a pistola con el periodista Andrés Borrego; los de José Cadalso, contados por él en su autobiografía; el de José de Espronceda con el comandante Pezuela, luego conde de Cheste, a sable, en un cementerio a la luz de la luna; el de Francisco Javier de Istúriz con Juan de Dios Álvarez Mendizábal a veinte pasos y a pistola; el de Pedro Antonio de Alarcón con Heriberto García de Quevedo, que le hizo cambiar de vida y aparece mencionado en su novela El escándalo; el de Antonio de Orleans y Enrique de Borbón, conocido como Duelo de Carabanchel, donde ambos participantes sufrieron consecuencias; el de Luis de Usoz; el de Ramón de Campoamor y Juan Bautista Topete o el de Felipe Ducazcal. Expertos duelistas fueron también el escritor cubano Emilio Bobadilla y Alejandro Lerroux.

Pero ya Mariano José de Larra los criticaba en su artículo "El duelo". El historiador Modesto Lafuente lamentaba en junio de 1839 cómo los periodistas necesitaban no solo ser hábiles con la pluma sino con la espada para poder ejercer su profesión:

Porque has de saber, adorado Pelegrín, que ahora se ha introducido la moda de desafiar a los periodistas por un daca esas pajas, como que en pocos días se han verificado tres o cuatro desafíos con periodistas de diferentes colores, de los cuales alguno todavía trae la muestra no lejos de un ojo...

Al final del siglo XIX, la literatura ya lo ridiculizaba sin piedad, por ejemplo en El cuarto poder (1888) de Armando Palacio Valdés o en La Regenta de Leopoldo Alas "Clarín" (quien, sin embargo, resultó herido en un duelo con Emilio Bobadilla). Juan Pérez Zúñiga pudo escribir que en su época:

Ello es que el honor salvado / y el valor reconocido / nunca dan el resultado / de que alguno salga herido.

Otra forma de duelo, pero entre personas de clases bajas en Castilla, imitando a la nobleza, era la reyerta de bandoleros, común en Andalucía (véase pelea con cuchillo). Era una muestra de un sentido del honor más simple que también podía verse en las vendettas. Podían ser de dos tipos: limpia, solo con navajas de carraca (largas y plegables), o ayudándose con una manta enrollada en el otro brazo como escudo. Existía incluso una esgrima especial para este tipo de combates, en parte basada en el uso militar del estilete siciliano. En 1849 se publicó el anónimo Manual del Baratero, que indicaba cómo manejar la navaja en los duelos gitanos, en las cárceles o para resolver cualquier disputa popular. El baratero era entonces el nombre que se daba a los matones a sueldo de las casas de juego. Sobre este tipo de duelos en prisión escribió Mariano José de Larra su artículo "Los barateros, o el desafío y la pena de muerte" (1836). Carlos III, sin embargo, prohibió llevar armas de hoja larga (sobre todo espadas) a la gente que no era noble.

El pintor Francisco de Goya también muestra una forma diferente en una de sus Pinturas negras, Duelo a garrotazos: los participantes están enterrados hasta las rodillas uno frente al otro, y usan palos para golpearse. No había reglas, ni protocolo, ni padrinos, ni elección de armas. Pero esta es una interpretación que genera debate y no se han encontrado más ejemplos de esta práctica.

Grecia

Ya se han mencionado los duelos que narra Homero en La Ilíada. En las islas Jónicas durante el siglo XIX, existía una costumbre de luchas formales entre hombres por un punto de honor. Lo inusual de esta tradición era que la protagonizaban los campesinos y no los aristócratas.

Estos duelos se hacían a cuchillo y comenzaban con un intercambio de insultos en un lugar público, como una taberna. Los participantes no luchaban con el objetivo de quitar la vida al oponente, sino de marcarle el rostro con el cuchillo. Tan pronto como brotaba la primera gota de sangre, los asistentes intervenían para separar a los adversarios. El ganador a menudo escupía a su oponente y mojaba su pañuelo en la sangre del vencido, o lo usaba para limpiar su cuchillo.

El vencedor no intentaba evitar el arresto y recibía una pena leve, como un corto período en prisión o una pequeña multa.

Estados Unidos

En el lejano oeste de los Estados Unidos, hubo una forma particular de duelo sin ceremonias en la que los adversarios se acercaban cara a cara hasta disparar con revólver. Un ejemplo bien documentado es el Duelo entre "Wild Bill" Hickok y Davis Tutt. En la costa este, sin embargo, se seguía el ritual europeo. La práctica del duelo comenzó a perder popularidad en Norteamérica en el siglo XVIII. Benjamin Franklin consideraba el duelo como una violencia inútil, y George Washington ordenó a sus oficiales prohibirlo durante la guerra de independencia estadounidense, ya que la pérdida de vida de algunos de ellos en duelos disminuiría las posibilidades de éxito en la guerra.

Además, el duelo se usaba a menudo como una excusa para un acto de violencia. En 1806, Andrew Jackson, quien más tarde sería presidente de los Estados Unidos, se vio envuelto en un duelo pero no siguió una regla. Jackson y su oponente habían acordado un duelo a un solo disparo, pero cuando comenzó la lucha y Jackson disparó, su arma se atascó. El oponente disparó pero falló. Entonces Jackson arregló su pistola y disparó a su oponente, aunque técnicamente había perdido su turno al atascarse el arma.

A finales del siglo XIX, el duelo legal casi había desaparecido en todo el mundo. Algunos estados estadounidenses tenían leyes que establecían procedimientos para el duelo legal, pero rara vez se podían defender en un tribunal.

Varias jurisdicciones tienen penas severas contra la práctica del duelo. En el caso de los militares en servicio, generalmente implica la degradación.

México

El duelo se convirtió en una costumbre popular en México durante la época del general Porfirio Díaz. Los expertos en leyes mexicanos distinguían tres tipos de duelo:

  • Decretorio: A la pérdida de vida de uno de los participantes.
  • Propugnatorio: Cuando solo se buscaba defender el honor, sin intención de causar la muerte.
  • Satisfactorio: Si, ante una ofensa grave, el ofendido estaba dispuesto a no realizar el duelo a cambio de una satisfacción.

En un intento por legalizar esta práctica que se consideraba inevitable, se publicaron dos códigos sobre el tema. El Código nacional mexicano del duelo de 1891 señala tres tipos de ofensas que justificaban el enfrentamiento: privada, pública y de hecho. También describe los diferentes tipos de armas para realizarlo: "a espada, a sable, a sable sin punta, a pistola y a pie firme, a pistola a voluntad, a pistola avanzando, a pistola y marcha interrumpida, a pistola en línea paralela, a pistola al mando, a caballo, con carabina, con fusil, a pistola a distancias muy próximas y con pistola, estando una sola cargada".

El código penal de ese tiempo solo imponía a los duelistas multas de 20 a 1500 pesos y arrestos de tres meses a seis años, incluso en casos de muerte.

Actualmente, el Código Penal Federal sanciona el duelo como delito en los artículos 297 y 308.

Argentina y Uruguay

Archivo:GauchosvonALE
Gauchos del Río de la Plata en posición de duelo.

Desde la llegada de los primeros europeos al Río de la Plata, el duelo fue principalmente una demostración de valentía masculina, muy común en las clases bajas del campo. Desde los orígenes del gaucho, habitante de la llanura pampeana, el duelo acompañó a las clases rurales del Río de la Plata, a pesar de que fue una práctica ilegal y fue castigada casi desde sus inicios por los dueños de estancias y las clases dirigentes con penas de azote y de reclusión.

A diferencia de los duelos entre aristócratas criollos, que se hacían a la manera europea, los gauchos desarrollaron una tradición particular de duelo, que se llamó duelo gaucho o duelo criollo. Seguía las técnicas del duelo popular del sur de Italia o de Andalucía. Se luchaba con cuchillo (que en estas regiones se llamaba "facón" o "faca") en una mano, y un trapo o manta en la otra mano como escudo. El desafío no se hacía con un golpe de guante, sino con la "mojada de oreja", que consistía literalmente en que el retador pasara la mano mojada con su propia saliva por la oreja del adversario.

Durante el siglo XIX, el duelo se trasladó a las ciudades, que estaban creciendo mucho por la inmigración. En los barrios, los "malevos", hombres problemáticos de baja condición y expertos en cuchillos, lo practicaban para resolver cualquier falta real o supuesta al honor, o incluso para ganar respeto social. Este "duelo de punta y hacha" se incorporaría a la cultura del tango y sería recordado por escritores del Río de la Plata, como el argentino Jorge Luis Borges y el uruguayo Enrique Amorim, entre otros.

En las últimas décadas del siglo XIX y a principios del siglo XX, la costumbre del duelo se extendió a las clases altas. Durante esa época, se hicieron famosos varios duelos de políticos y otras personalidades destacadas. En Argentina, dos políticos importantes, Hipólito Yrigoyen, quien sería elegido presidente años más tarde, y Lisandro de la Torre, quien llegaría a ser senador, se batieron con espadas en 1897 debido a su desacuerdo político. En Uruguay, el expresidente de Uruguay José Batlle y Ordóñez retó a duelo en 1920 al joven periodista Washington Beltrán Barbat, quien perdió la vida como consecuencia del enfrentamiento. El suceso fue tan conocido que ese mismo año se promulgó en Uruguay la ley 7.253, conocida como "Ley de duelos", que regulaba las condiciones bajo las cuales podían realizarse los duelos.

El último duelo público en Argentina ocurrió en 1968 entre el periodista Yoliván Biglieri y el almirante Benigno Ignacio Varela. Mientras tanto, la práctica de duelo en Uruguay se intensificó en ese período, en medio de las difíciles situaciones políticas y sociales de la década de 1970, y se hicieron comunes los duelos entre políticos y militares uruguayos. De estos enfrentamientos destacan los que tuvieron lugar entre Manuel Flores Mora y Julio María Sanguinetti, Manuel Flores Mora y Jorge Batlle, Danilo Sena y Enrique Erro y entre Líber Seregni y Juan Pedro Ribas.

El rechazo de la opinión pública uruguaya y extranjera a los duelos se hizo evidente en 1990, cuando el periodista Federico Fasano Mertens, director del diario La República, fue desafiado por el inspector de policía Saúl Clavería. La ley de duelos fue finalmente eliminada por medio del artículo 1 de la ley 16.274 del 6 de julio de 1992.

Alemania, Austria y Suiza

En estos países se ha practicado tradicionalmente una forma de duelo no letal con armas de filo llamada Mensur, que todavía se lleva a cabo en la actualidad con algunas modificaciones. Su objetivo es formar el carácter y la personalidad, y aprender a resistir los golpes de forma valiente más que a evitarlos. No hay ganador o perdedor.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Duel Facts for Kids

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Duelo para Niños. Enciclopedia Kiddle.