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Carl Gustav Jung para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Carl Gustav Jung
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Carl Gustav Jung c. 1935.
Información personal
Nacimiento 26 de julio de 1875
Kesswil, Cantón de Turgovia, Suiza
Fallecimiento 6 de junio de 1961 (85 años)
Küsnacht, Cantón de Zúrich, Suiza
Causa de muerte Accidente cerebrovascular
Sepultura Cementerio de Küsnacht
Residencia Suiza
Nacionalidad Suiza
Familia
Padres Johann Paul Achilles Jung
Emilie Preiswerk
Cónyuge Emma Rauschenbach
Educación
Educación Doctor en Medicina
Educado en
Supervisor doctoral Eugen Bleuler
Alumno de Pierre Janet (1902-1903)
Información profesional
Ocupación Psicoterapeuta, psicólogo, psiquiatra y ensayista
Área Psiquiatría, psicología, psicología analítica, psicoterapia, mitología comparada, antropología, alquimia, interpretación de los sueños, arte, religión comparada y filosofía
Conocido por Yo, complejo, arquetipo, inconsciente colectivo, libido, individuación, introversión, extraversión, psicología analítica, sincronicidad
Empleador
Obras notables
  • Símbolos de transformación
  • Tipos psicológicos
  • Sincronicidad como principio de conexiones acausales
  • Los arquetipos y lo inconsciente colectivo
  • Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo
  • Psicología y alquimia
  • Mysterium coniunctionis
  • El hombre y sus símbolos
  • Recuerdos, sueños, pensamientos
Miembro de
  • Zofingia
  • Academia Alemana de las Ciencias Naturales Leopoldina
  • Círculo Eranos
  • C.G. Jung-Institut Zürich
Distinciones
Ver lista
Doctor honoris causa por la Universidad Clark, 1909.
Doctor honoris causa por la Universidad de Fordham, 1912.
Doctor honoris causa por la Universidad de Harvard, 1936.
Doctor honoris causa por la Universidad de Allahabad, 1937.
Doctor honoris causa por la Universidad de Benarés, 1937.
Doctor honoris causa por la Universidad de Calcuta, 1938.
Doctor honoris causa por la Universidad de Oxford, 1938.
Doctor honoris causa por la Universidad de Ginebra, 1945.
Doctor honoris causa por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, 1955, en su 80° cumpleaños.
Firma Carl Jung signature.svg

Carl Gustav Jung (AFI: ˈkarl ˈgʊstaf ˈjʊŋ) (Kesswil, cantón de Turgovia, Suiza; 26 de julio de 1875-Küsnacht, cantón de Zúrich, ibidem; 6 de junio de 1961) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.

Se le relaciona a menudo con Sigmund Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos. Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo xx. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Esto le suscitó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, la interpretación de los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.

Jung no fue el primero en dedicarse al estudio de la actividad onírica. No obstante, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensas y altamente influyentes. Escribió una prolífica obra. Aunque durante la mayor parte de su vida centró su trabajo en la formulación de teorías psicológicas y en la práctica clínica, también incursionó en otros campos de las humanidades, desde el estudio comparativo de las religiones, la filosofía y la sociología hasta la crítica del arte y la literatura.

Biografía

Infancia

Archivo:Jung piccolo
Jung en su infancia.
Residencia de Jung en Basilea-Kleinhüningen y placa conmemorativa en la puerta de entrada: «Carl Gustav Jung. 1875-1961. Fundador de la psicología analítica vivió en esta casa desde 1879 hasta 1896».

Carl Gustav Jung nació en 1875, en Kesswil (Suiza), un pueblo junto al lago Constanza en el cantón suizo de Thurgau. Seis meses después de su nacimiento, la familia se trasladó a Laufen (junto al Rin), arribando finalmente en Kleinhüningen, junto a Basilea, en 1879.

Formará parte del seno de una familia de ascendencia alemana y de tradición religiosa. Su padre era pastor luterano dentro de la Iglesia Reformada Suiza, y sus padres pertenecieron a dos importantes familias de la Basilea del siglo XIX.

El abuelo paterno de Jung, Karl Gustav Jung (1794-1864), médico exiliado de Heidelberg, organizó la facultad de medicina de la Universidad de Basilea, donde enseñó anatomía y medicina interna, y la ampliación de su hospital general. Todo esto gracias a su relación de amistad con Alexander von Humboldt. Sería también el rector de dicha universidad, conocido dramaturgo y gran maestre de los francmasones suizos. También dirigió una institución psicológica para niños con déficits psíquicos.

El abuelo materno, Samuel Preiswerk (1799-1871), fue arcipreste de la iglesia de Basilea, filólogo autor de una gramática hebrea, y precursor y promotor del sionismo. El Romanticismo estaba continuamente presente en el hogar, con aparición de espectros y demás fenómenos parapsicológicos.

El padre de Jung, Paul Achilles (1842-1896), abandonó su carrera de filólogo en lenguas semíticas para ejercer como clérigo en una iglesia reformada suiza. Ampliaría su labor en la clínica psiquiátrica Friedmatt de Basilea desde 1888. Fallecería meses después de que Jung iniciara su carrera de medicina en la Universidad de Basilea.

Archivo:Karl Gustav Jung (cropped)
Karl Gustav Jung, abuelo paterno de Jung.

Su madre, Emilie Preiswerk (1848-1923), se caracterizó por tener una personalidad marcadamente disociativa que determinó enormemente el rasgo intuitivo de Jung.

Un primer hermano de Jung, Paul, nacido en 1873, fallecería al poco tiempo. En 1884, y con nueve años de diferencia, nacerá su única hermana, Johanna Gertrud, que moriría en 1935.

De niño fue introvertido y muy solitario. Aunque la relación con sus progenitores era muy próxima y afectuosa, desde temprano sentiría cierta decepción por la manera en que su padre abordó el tema de la fe, a la que consideraba tristemente precaria.

La «religión teológica» no podía servirme para nada, pues no correspondía a mi experiencia de Dios. Sin esperanza de saber, exigía creer. Esto lo había intentado mi padre con grandes dificultades y había fracasado en ello. Mal podía mi padre defenderse contra el ridículo materialismo del psiquiatra. ¡Esto era también algo que debía creerse exactamente como la teología! Yo estaba más seguro que nunca que a ambas les faltaba tanto la crítica del conocimiento como la experiencia.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Jung no era, sin embargo, hostil a la religión, sino que por el contrario declararía que el ser humano es religioso "por naturaleza" y en su trayectoria resaltaría el valor de la experiencia religiosa para el entendimiento de la mente humana, rescatando simbolismos de la tradición cristiana y reinterpretándolos desde su perspectiva psicológica. Por esto mismo, la religiosidad fue uno de los objetos principales de su estudio, y más tarde mostraría interés por el misticismo.

Periodo escolar y universitario

Archivo:Jung Family
Foto familiar junto a su padre Paul Achilles, su hermana Johanna Gertrud y su madre Emilie Preiswerk, circa 1896.

Durante su adolescencia y juventud fue un lector entusiasta, especialmente cautivado por la obra literaria de Goethe. También era profundo su interés por los ensayos de filósofos como von Hartmann y Nietzsche. En su autobiografía, describe el acercamiento a la obra de este último Así habló Zaratustra como una experiencia conmocionante, solo comparable a la inspirada por el Fausto de Goethe.

Jung anhelaba estudiar arqueología en la universidad, pero su familia carecía de recursos para enviarlo más lejos de Basilea, donde no dictaban esa carrera, por lo que (contra los deseos de su entorno) decidió estudiar medicina en la Universidad de Basilea, entre 1894 y 1900, y pudo ingresar en una asociación estudiantil, la Zofingia, a la que ya había pertenecido su padre. El estudiante, antes introvertido, se volvió mucho más vívido en el nuevo contexto académico. En 1898 comenzó a reconciliarse con su futura profesión de médico con la convicción de que debía especializarse. Disponía de dos opciones: cirugía o medicina interna.

Me inclinaba por lo primero a causa de mi especial formación en anatomía y por mi predilección en anatomía patológica, y lo más probable era que hubiese optado por ella si hubiera dispuesto de los necesarios medios económicos.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Se conformaría finalmente con la modesta posibilidad de trabajar como asistente en un hospital local con la finalidad de evitar contraer deudas para poder estudiar.

Durante las vacaciones de verano, acontecieron dos sucesos los cuales irían conformando el destino y evolución profesional de Jung. La rotura por la mitad de una mesa redonda de nogal, con setenta años de antigüedad, en presencia de su madre, hermana y criada, y catorce días después, un aparador, mueble originario del siglo XIX. En su interior se hallaba la cesta del pan, rectangular, dispuesta de tal modo que en una esquina se encontraba el mango del cuchillo y en las otras tres, los tres trozos en que había quedado dividido el utensilio. Descartándose causalidades al uso, supieron de ciertos familiares inmersos en prácticas espiritistas, y de una médium de poco más de quince años, los cuales decían querer ponerse en contacto con él.

Archivo:Helene Preiswerk- A Very Short Introduction
Hélène Preiswerk, prima de Jung.
Archivo:Zur Psychologie und Pathologie sogenannter occulter Phänomene
Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos (1902).

Todo ello atrajo el interés de Jung, generando a lo largo de dos años la elaboración de su propia tesis doctoral Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos (Zur Psychologie und Pathologie sogenannter okkulter Phänomene), realizada con el profesor Eugen Bleuler en la facultad de medicina de la Universidad de Zúrich en 1902. Aun cuando se aludía a una tal «señorita S. W.» en realidad se trataba de su prima Hélène Preiswerk.

Hacia el final de sus estudios, el profesor Friedrich von Müller propuso a Jung ser su ayudante en Múnich. Todo parecía inclinarse hacia la práctica de la medicina interna, si no fuera porque la mano del destino unida a la curiosidad le hicieron ojear el Manual de psiquiatría del psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing.

Me hallaba en la más viva excitación, pues fue para mí como una fulminante revelación de que no había para mí otra meta más que la psiquiatría. Sólo aquí las dos corrientes de mi interés podían confluir y encontrar su cauce por medio de un declive común. Aquí se hallaba el campo común de las experiencias de los hechos biológicos y espirituales, que por todas partes yo había buscado sin encontrarlo. He aquí, por fin, el lugar en que el cruce entre mi naturaleza y espíritu era ya un hecho.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

El 10 de diciembre de 1900 ocuparía su puesto de ayudante en la clínica psiquiátrica de Burghölzli durante tres años, dejando atrás Basilea y marchando gustoso a Zúrich. Como comentará, «durante medio año me encerré para habituarme a la vida y al espíritu de un manicomio y me leí los cincuenta volúmenes de la Revista general de Psiquiatría desde sus orígenes, para conocer la mentalidad psiquiátrica». «En tales condiciones comenzó mi carrera de psiquiatra, mi experimento subjetivo del cual nació mi vida objetiva».

Actividad en el campo de la psiquiatría

Archivo:Klinik Burghölzli
Clínica Burghölzli.

Ante la pregunta «¿qué sucede en la enfermedad mental?», Jung se encontrará por entonces, dado el estado de avance de la disciplina a inicios del siglo XX, con una labor de abstracción de la personalidad enferma y un reduccionismo dirigido a diagnósticos, descripción de síntomas y estadísticas.

La psicología del enfermo mental y su correspondiente individualidad implícita eran inexistentes.

De ahí que el posterior encuentro con Sigmund Freud le ayudase a revertir dicha tendencia, sobre todo a través de la psicología de la histeria y del sueño. Freud insertaba en la psiquiatría cuestiones de la psicología, aun siendo realmente neurólogo. El síntoma para Freud era algo diferente que para la psiquiatría tradicional.

Será en este contexto donde comience a elaborar y aplicar su famosa prueba de asociación o experimento de asociación de palabras que lleva su nombre.

Recapitula Jung diciendo que la verdadera terapéutica comienza con la investigación de la «historia personal secreta» de la persona aquejada por su enfermedad; su averiguación debe remitir al profesional hacia lo consciente, pero también, y sobre todo, a lo inconsciente, con lo que el ensayo de asociación, la interpretación de los sueños y el contacto humano con el paciente son de vital importancia. Todo diagnóstico debe ir acompañado por tanto de dicha historia personal antes de recabar en la correspondiente solución psicoterapéutica.

En 1905 se doctoró en psiquiatría, pasando simultáneamente a ser médico jefe de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Zúrich durante cuatro años, hasta su renuncia en 1909, debido al exceso de trabajo. Conservaría sin embargo su cargo de profesor auxiliar hasta 1913. Por entonces focalizaba su interés en psicopatología, psicoanálisis y la psicología de los pueblos primitivos.

Se interesó a su vez en la hipnosis, así como en las figuras de Pierre Janet y Théodore Flournoy.

El caso de la dama de cincuenta y ocho años en apariencia curada milagrosamente de su parálisis dolorosa en la pierna izquierda y en su espalda convenció a Jung de la inoperancia real de la hipnosis al descubrir que ésta podía explicarse en su mayor medida por la teoría de la transferencia. Y es que la madre proyectaba en la figura del psicoterapeuta el «ideal» de un hijo aquejado psíquicamente y que además se ubicaba en la propia clínica.

El hecho de obrar a ciegas, y su consecuente incertidumbre, además de incluir una postura «directiva» indeseada, hizo que Jung, al igual que hiciera Freud, descartase la hipnosis como método terapéutico y se dirigiese hacia la interpretación de los sueños y de otras manifestaciones de lo inconsciente.

De 1904 a 1905 fundará en la clínica psiquiátrica un laboratorio de psicopatología experimental, de donde surgirán tanto la prueba de asociación como los experimentos psicogalvánicos, para ser posteriormente invitado, en 1909, por la Universidad de Clark a exponer sus trabajos. También Freud sería invitado de modo independiente, recibiendo ambos el grado de doctor honoris causa.

Por entonces se iniciarían sus sospechas respecto del origen «psíquico» de la esquizofrenia. Diversos casos, sobre todo el de Babett S., le llevarían incluso a comprender por vez primera el lenguaje de las personas aquejadas de dementia praecox.

Me di cuenta más de una vez que en tales pacientes se oculta en el trasfondo una «persona» que debe definirse como normal y que en cierta medida es testigo. (...) En los enfermos mentales sólo es visible exteriormente la trágica destrucción y sólo excepcionalmente la vida de aquel aspecto del alma que se nos oculta.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Sobre el método

Enfatizará Jung la imposibilidad en dar una respuesta terminante acerca del método analítico o psicoterapéutico ideal. La terapéutica en cada caso es distinta y la curación debe surgir del propio paciente de manera natural.

La psicoterapia y los análisis son tan distintos como los mismos individuos. Yo trato a cada paciente lo más individualmente posible, pues la solución del problema es siempre personal. Las reglas válidas en general sólo se pueden formular cum grano salis. Una verdad psicológica es solamente válida cuando se puede cambiar. Una solución que a mí no se me ocurra puede ser para otro precisamente la correcta. Naturalmente un médico debe conocer los denominados «métodos». Pero debe evitar el anquilosarse en lo rutinario. Las premisas teóricas sólo deben aplicarse con mucho cuidado. Hoy quizás son válidas, mañana pueden serlo otras. En mis análisis no juegan ningún papel. Intencionadamente no soy sistemático. Frente al individuo no hay para mí más que la comprensión individual. Para cada paciente se requiere un lenguaje distinto.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Se trataría en definitiva de un vis a vis, un diálogo entre dos personas que se interrelacionan e influyen mutuamente. Se eliminaría de este modo un hipotético desequilibrio en favor del médico «sano» frente al «enfermo», al cual se le va a aplicar una determinada metodología. Ello requeriría, por parte del terapeuta, alcanzar la madurez suficiente como para afrontar una psicoterapia, así como una apertura a toda expresión cultural que incluya la diversidad de lo humano: simbolismo, mitología, etcétera.

Archivo:Roi et Reine Alchimie
El rey y la reina, lámina 2 del Rosarium philosophorum incluida en la obra de Jung La psicología de la transferencia, 1946. Figura alquímica ilustrativa de los fenómenos transferenciales desde la óptica de la psicología analítica.

Es más prioritaria la comprensión individual que la confirmación teórica, y como conditio sine qua non, «el propio análisis individual del psicoterapeuta», o «análisis teórico», huyendo nuevamente de una aplicación metodológica aprendida. Se tendería así hacia la asimilación del conocimiento humano inmerso en un horizonte donde el alma incluye el mundo y sus concepciones colectivas dispersas en el espacio y en el tiempo. De lo contrario, la persona analizada perdería un fragmento de su alma, del mismo modo que el analista el fragmento de su alma que no aprendió a conocer. En definitiva, el analista debe dejar que su análisis le afecte personalmente, descartando metodologías e incrementando su propia autenticidad.

A dicha autenticidad debe unírsele el hecho de que muchos casos podrán alcanzar la cura solo si existe una entrega o renuncia absoluta a uno mismo, «entregarse con todo su ser»; el psicoterapeuta deberá decidir si implicarse o encerrarse en su propia autoridad.

Dada su implicación ineludible, no solamente debe atender la transferencia del paciente, sino también su correspondiente contratransferencia, es decir, cómo reacciona él mismo al proceso conjunto con el analizado, y todo ello desde dos vertientes: a nivel consciente y a nivel inconsciente, observándose a sí mismo, sus propios sueños, etc. De todo ello depende el éxito o fracaso del tratamiento, de ahí que cada terapeuta debería tener a su disposición el control ejercido por una tercera persona, para recabar así otro punto de vista. El mismo Jung alecciona a disponer «un padre o una madre confesora», preferentemente mujer debido a su «mayor capacidad para ello, su excelente intuición y oportuna crítica. Ven aspectos que el hombre no ve».

La relación entre analista y paciente puede generar en determinadas ocasiones fenómenos parapsicológicos, sobre todo ante la existencia de transferencia por parte del analizado, o una identificación inconsciente entre ambos.

No siempre es correcta la «cooperación» del psicoterapeuta con el paciente y sus afectos, a veces es necesaria una «intervención activa».

Respecto de los casos en que no resulta mejoría, todo juicio resulta difícil dado que muchas veces el efecto acontece al cabo de los años. «Un juicio sobre el “éxito” es difícil de emitir».

Para muchos pacientes de nuestros días a los que se les ha calificado de neuróticos, tal denominación resultaría innecesaria si viviéramos en épocas donde el ser humano se vinculaba a través del mito con el mundo del misterio, y a través de este con la naturaleza viva, aquella que no se contemplaba meramente desde lo externo. Tales «neuróticos facultativos» son víctimas del desdoblamiento anímico contemporáneo, no soportan «la pérdida del mito», ni la consecuente sustitución de la vivencia de la naturaleza por una cosmovisión externa definida en nombre de la ciencia, así como la confusión entre sabiduría y discurso intelectual. Su «cura» radica en cerrar el abismo entre el yo y lo inconsciente.

Quien ha experimentado profundamente en sí mismo este desdoblamiento es más capaz de lograr una mejor comprensión para estos procesos anímicos inconscientes e impedir aquel típico peligro de desorbitación que amenaza al psicólogo. Al que no conoce por propia experiencia la influencia nefasta de los arquetipos le será difícil sustraerse de tal influencia negativa cuando la confronte en la práctica con su experiencia. Sobrevalorará o subestimará todo esto, porque posee sólo una noción intelectual, pero no una norma empírica. Aquí comienzan los peligrosos extravíos, el primero de los cuales es el intento de usurpación intelectual. Tiene por objetivo secreto sustraerse a la influencia arquetípica y en beneficio de la auténtica experiencia de un mundo conceptual aparentemente asegurado de modo artificial, pero meramente bidimensional, que aspira a ocultar la realidad de la vida con las llamadas ideas claras. La desviación hacia lo abstracto despoja a la experiencia de su sustancia y le presta el mero nombre, que a partir de entonces suplanta a la realidad. Nadie está obligado a un concepto y tal es precisamente la conveniencia buscada que promete protección frente a la experiencia. Pero el espíritu no vive de los conceptos, sino de los hechos. Las meras palabras no sirven para nada, lo único que se logra es repetir este proceso hasta el infinito.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Ruptura

En el año 1913 se producirá la ruptura definitiva con Freud. La separación afecta profundamente a Freud; Jung está destrozado. Consecuencia directa de dicho estrés fue la contribución a un colapso nervioso que amenazaba ya desde 1912. Renuncia por tanto a su puesto en la Universidad de Zúrich, aparentemente porque su consulta privada ha aumentado mucho, pero es más factible que fuera debido a su estado de salud. Durante dicha época se instalarán en Zúrich Edith y Harold McCormick, dos filántropos norteamericanos, siendo ella analizada por Jung, y convirtiéndose en la primera de varios patrocinadores ricos y muy generosos.

A continuación se reproduce un extracto de la carta que Freud envió a Jung el 3 de enero de 1913, en medio de la crisis que afectaba la relación entre ambos:

Manuscrito original íntegro de la carta remitida por Freud a Jung el 3 de enero de 1913.
Su alegato de que trato a mis seguidores como pacientes es evidentemente falso.... Es una convención entre los analistas que ninguno de nosotros debe sentirse avergonzado de su propia neurosis.... Pero uno [refiriéndose a Jung] que, mientras se comporta anormalmente, sigue gritando que es normal da sustento a la sospecha de que le falta asumir su enfermedad. En consecuencia, propongo que abandonemos nuestras relaciones personales enteramente.
Sigmund Freud, 1913.

Tres días después Jung sentenciará:

Querido señor profesor. Me resignaré a su deseo de renunciar a nuestras relaciones personales, pues jamás impongo mi amistad a nadie. Por lo demás, piense en lo que este momento significa para usted. «Lo demás es silencio». (...) Atentamente, Jung.

A partir de este año se iniciará en Jung su segunda etapa vital y de desarrollo tanto personal como profesional.

El análisis del inconsciente

Seguidamente, en 1914, el psiquiatra suizo dimitió de su cargo en la API y organizó, junto con Alphonse Maeder, las bases de la llamada Escuela de Zúrich. Después de separarse de Freud comenzó para Jung una época de inseguridad interior y de desorientación, un período de turbulencia emocional, exacerbado por las noticias emergentes de la Primera Guerra Mundial, que tuvieron sobre él un efecto devastador, aun cuando radicara en la Suiza neutral. Henri Ellenberger calificó la experiencia de Jung como una «enfermedad creativa» y la comparó con el mismo período para Freud, al que definió en términos de neurastenia e histeria.

Entonces tuve un momento de extraordinaria lucidez, en el cual abarqué con la mirada el camino seguido hasta allí. Pensé: ahora posees la clave de la mitología y tienes posibilidad de abrir entonces todas las puertas que dan a la psiquis humana inconsciente. Pero entonces alguien susurró en mí: «¿Por qué abrir todas las puertas?». Surgió entonces la cuestión de qué era lo que yo había logrado hasta entonces. Había explicado los mitos de los pueblos primitivos, había escrito un libro sobre los héroes, sobre el mito en el que desde siempre vive el hombre. «Pero, ¿en qué mito vive el hombre de hoy?». «En el mito cristiano, podría decirse». «¿Vives en él?», me preguntaba. Si debo ser sincero, no. No es el mito en el que yo vivo. «¿Entonces ya no tenemos mito?». «No, al parecer ya no tenemos mito». «¿Pero cuál es, pues, tu mito, el mito en que tú vives?». Entonces me sentí a disgusto y dejé de pensar. Había llegado al límite.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.
Archivo:CGJung
Jung, c. 1915.

A un análisis inicial de sus sueños, fantasías diurnas y contenidos del pasado, siguió la aceptación del desconocimiento de lo que le sucedía. Así pues, decidió «abandonarse conscientemente a los impulsos del inconsciente». De ello derivó la necesidad del juego, la construcción y edificación infantiles como elementos preliminares en el hallazgo de su propio mito.

Hacia otoño de 1913, Jung alude a una deslocalización de su sintomatología interna de carácter psíquico. Es entonces cuando tiene varias alucinaciones que irán repitiéndose a lo largo del tiempo. La deducción diagnóstica a la que llegaría tras todo el cúmulo de episodios de aparente carácter psicopatológico sería la del inicio de una psicosis, consecuencia directa de la ruptura con Freud y sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes familiares existentes incursionando en lo disociativo. Durante la primavera y principios del verano de 1914 volverían a sucederse episodios similares de carácter catastrofista, pero esta vez en forma de tres sueños sucesivos. El 1 de agosto estallaría la Primera Guerra Mundial y con ella la confirmación del carácter premonitorio de su sintomatología.

Imagen superior: segundo manuscrito original de los siete que conforman los Libros negros, abierto al inicio de la entrada del 12 de noviembre de 1913; imagen inferior: Liber Novus o Libro rojo, confeccionado a partir de los primeros.

Sería el 12 de diciembre de 1913 cuando «me decidí a realizar el primer paso». Decidió por tanto confrontar los contenidos de lo inconsciente y con ello alumbrar un proceso iniciático concomitante donde llegará a descubrir la existencia de algo más alto que la voluntad del yo y a lo cual había que someterse. Jung debía sacrificar su ideal y su actitud consciente. Poco a poco irían surgiendo diversas representaciones arquetípicas: el héroe (Sigfrido, la serpiente negra), la sombra, el propio yo como complejo, el viejo sabio (Elías, Filemón, el ka egipcio) o el ánima (Salomé).

Tras una gradual transformación, en 1916 Jung sentiría la necesidad ineludible de escribir, sintiéndose «impulsado desde dentro a formular y expresar lo que podría haber dicho Filemón». Será por tanto desde dicho arquetipo desde donde surgirá la imperiosa obligación de transcribir el manuscrito de los Siete sermones a los muertos.

Filemón y otras figuras de la fantasía me llevaron al convencimiento de que existen otras cosas en el alma que no hago yo, sino que ocurren por sí mismas y tienen su propia vida.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Será Filemón la imagen deseada por Jung en esos momentos de perturbación y desorden, «una sabiduría y un poder supremos que me desenmarañasen las espontáneas creaciones de mi fantasía». Quien, por un lado, representase la vía de expresión de los «siete sermones», y quien, por otro, diera lugar a una recapitulación teórica y a una validación de la existencia autónoma de los arquetipos, más allá de los complejos, extendiendo a lo «colectivo» la adjetivación «personal» del inconsciente freudiano.

En definitiva, todo ello constituyó un «prólogo» de lo que tenía que comunicar al mundo sobre lo inconsciente. Además de los Siete sermones a los muertos elaborados en 1916, Jung fue transcribiendo sus experiencias entre 1913 y 1932 en una serie de siete manuscritos denominados Libros negros, a partir de los cuales confeccionó entre 1914 y 1930 el Liber Novus o Libro rojo.

Bollingen

Durante la década de los años 20, con cuarenta y cinco años de edad, una vez superada una crisis existencial «en la mitad de su vida», y aumentado complementariamente su reputación internacional, se dedicó durante cinco años a viajar asiduamente, sobre todo interesado en culturas primitivas.

En 1921 se publicará su obra Tipos psicológicos, donde desarrollará sus ideas de la existencia de dos actitudes de la psique: introversión y extraversión, así como cuatro funciones: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición. También se incluye en dicha obra la primera alusión a su concepto central del sí-mismo como objetivo de desarrollo psicológico.

Archivo:Tour bollingen CGJung
Torre de Bollingen.

Simultáneamente sería durante esta época cuando comenzó a retirarse a Bollingen, su segundo hogar o residencia.

En 1922 adquiere en propiedad unos terrenos a orillas del lago de Zúrich, ubicación aislada que se situaba a unos cuarenta kilómetros de su hogar principal en Küsnacht y a dos de una aldea denominada Bollingen. Se trata de un pequeño pueblo cerca de Rapperswil, en el cantón de San Galo, Suiza. Está localizado en la orilla norte del lago de Zúrich y es parte del municipio de Jona.

En 1923 muere su madre. Jung aprende a esculpir piedra y, con escasa ayuda profesional, inicia la construcción de su segunda casa, caracterizada por un sólido torreón. Más adelante lo complementará con un vestíbulo, otra torre y un anexo. Descarta la instalación de electricidad y teléfono. Denominará al edificio simplemente «Bollingen». Será durante el resto de su vida su lugar de retiro, tranquilidad, renovación, meditación y experimentación personal.

Últimos años

Archivo:Jung Szasz
Retrato de Jung "senex", a cargo del retratista Frank Szasz (1926-1995).

En 1938 Jung dictó las Conferencias Terry (Terry Lectures) en la Universidad Yale, presentando su trabajo Psicología y religión. Pocos meses después estallaría la Segunda Guerra Mundial. Fue por esos tiempos cuando visitó la India, donde renovó su agenda de prioridades, guiado por la convicción de que debía prestar más atención a la espiritualidad de Oriente. Sus trabajos tardíos muestran efectivamente un profundo interés en la tradición oculta de este hemisferio y en el cristianismo esotérico y, especialmente, en la alquimia.

Ya en 1903 Jung se había casado con Emma Rauschenbach, hija de un adinerado industrial propietario de la conocida firma relojera IWC, con quien tendría cinco hijos. El matrimonio se extendió hasta la muerte de su esposa en 1955, pero no estuvo exento de momentos de crisis, sobre todo a causa de las relaciones extramaritales que Jung sostuvo con Sabina Spielrein y Toni Wolff.

Jung continuó publicando libros hasta el final de su vida, incluyendo un trabajo que muestra su interés en los ovnis como fenómeno psicológico de masas, Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo (1958). También disfrutó de la breve pero fructífera amistad del padre Victor White, sacerdote católico inglés con quien mantuvo correspondencia tras la publicación de Respuesta a Job.

Fallecimiento
Archivo:Tumba Jung II
Tumba de la familia Jung en Küsnacht, donde descansan los restos de Carl Gustav y su esposa Emma.

Carl Gustav Jung moriría en la tarde del 6 de junio de 1961, alrededor de las cuatro, tras una corta enfermedad precedida por una embolia y un ataque de apoplejía, en su casa junto al lago de Zúrich, en el apacible poblado de Küsnacht, Suiza, a los 85 años de edad. Se encontraba leyendo la obra de Teilhard de Chardin El fenómeno humano. En el instante de su fallecimiento, un rayo partió el árbol donde solía descansar. El jardinero lo curó.

Tras los funerales en la iglesia de Küsnacht, Jung fue sepultado en el cementerio de la localidad. La losa lleva el escudo de la familia Jung, y junto a él, los nombres del padre, la madre, su hermana, Emma y Carl. En los frisos superior e inferior el grabado:

Vocatus adque non vocatus deus aderit ("Llámesele o no, Dios estará presente").

Los lados derecho e izquierdo la frase:

Primus homo de terra terrenus. Secundus homo de caelo caelestis ("El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; el segundo hombre procede del cielo y es celestial").

Legado

Psicología junguiana

Jung, en sus estudios, profundizó en la simbología de Hermes-Mercurio de manera especial, al ver en ella una imagen de la psique, guía del ser humano a través del inconsciente, y fuerza capaz de unir los opuestos que también están en su doble naturaleza.]] Frecuentemente se habla de psicoanálisis junguiano, pero la denominación correcta para referirse a esta teoría y a su metodología es «psicología analítica o de los complejos». Aunque Jung era reacio a fundar una escuela de psicología —se le atribuye la frase: «Gracias a Dios, soy Jung; no un junguiano»—, de hecho, desarrolló un estilo distintivo en la forma de estudiar el comportamiento humano. Desde sus primeros años, trabajando en un hospital suizo con pacientes psicóticos, y colaborando con Sigmund Freud y la comunidad psicoanalítica, pudo apreciar de cerca la complejidad de las enfermedades mentales. Fascinado por tales experiencias (y estimulado por las vicisitudes de su vida personal) dedicó su obra a la exploración de estos temas.

De acuerdo con su postura, para captar cabalmente la estructura y función del psiquismo, era vital que la psicología anexara al método experimental (heredado de las ciencias naturales) los hallazgos provistos por las ciencias humanas. El mito, los sueños y la psicopatología constituirían un espectro de continuidad, manifestando in vivo rasgos singulares, que operan sistemáticamente en las profundidades de la vida anímica inconsciente. Sin embargo, para Jung, lo inconsciente per se es, por definición, incognoscible. «Lo inconsciente es necesariamente inconsciente»— ironizaba. De acuerdo con esto, solo podría ser aprehendido por medio de sus manifestaciones.

Tales manifestaciones remiten, según su hipótesis, a determinados patrones, a los que llamó arquetipos. Jung llegó a comparar los arquetipos con lo que en etología se denomina patrón de comportamiento (o pauta de comportamiento), extrapolando este concepto, desde el campo de los instintos a la complejidad de la conducta humana finalista. Los arquetipos modelarían la forma en que la conciencia humana puede experimentar el mundo y autopercibirse; además, llevarían implícitos la matriz de respuestas posibles que es dable observar, en un momento determinado, en la conducta particular de un sujeto. En este sentido, Jung sostenía que los arquetipos actúan en todos los seres humanos, lo que le permitió postular la existencia de lo inconsciente colectivo.

El ser humano accedería a esa dinámica inconsciente en virtud de la experiencia subjetiva de estos símbolos, la cual es mediada profusamente por los sueños, el arte, la religión, la mitología, los dramas psicológicos representados en las relaciones interpersonales y los propósitos íntimos. Jung sostenía la importancia de profundizar en el conocimiento de ese lenguaje simbólico para consolidar la preeminencia de la consciencia individual sobre las potencias inconscientes. En tono poético, sostenía que este proceso de individuación (principium individuationis) solo es viable cuando se ha dado respuesta a la pregunta: «¿Cuál es el mito que tú vives?». Consideraba, por otra parte, que estos aspectos de la vida anímica están relativamente marginados del sistema de creencias de la mentalidad moderna occidental.

Ninguna ciencia sustituirá jamás al mito, y no se puede crear un mito a partir de ninguna ciencia. Porque no es que «Dios» sea un mito, sino que el mito es la revelación de una vida divina en el hombre. No somos nosotros quienes inventamos el mito, sino que éste nos habla como una Palabra de Dios.
Citado por Aniela Jaffé. The Myth of Meaning (Baltimore, 1975), 373.

Política y Estado

Jung expresó la importancia de los derechos individuales de cada persona en relación al Estado y la sociedad. Percibió al Estado siendo tratado como "una cuasi personalidad viva de la que todo se espera" pero que "en realidad no es más que un camuflaje de aquellos individuos que saben cómo manipularlo", y se refirió al Estado como una forma de esclavitud. Asimismo, pensaba que "el Estado dictatorial tiene, frente a la razón del ciudadano, la ventaja de que ha absorbido también sus fuerzas religiosas. El Estado ha pasado a ocupar el puesto de Dios", haciéndose comparable a una religión en la que "la esclavitud estatal es una forma de adoración". Jung observó que los "actos escenificados del estado" eran comparables a demostraciones religiosas: "Las marchas musicales, las banderas, las pancartas, los desfiles y las concentraciones de proporciones monstruosas no se diferencian en principio de las procesiones rogativas, los disparos de cañón y los fuegos artificiales para expulsar a los demonios". Desde la perspectiva de Jung, esta sustitución de Dios por el Estado en una sociedad de masas llevó a la dislocación de la unidad religiosa y dio como resultado el mismo fanatismo de la iglesia-estado de la Edad Media, en el que cuanto más "adorado" es el Estado, más libertad y moralidad son suprimidas; esto deja en última instancia al individuo psíquicamente subdesarrollado y con sentimientos extremos de marginalidad.

Influencia

Se ha criticado a Jung por su presunta adhesión a un neolamarckismo. Muchas veces se le ha atribuido la noción de que los arquetipos han sido caracteres adquiridos, que luego han podido heredarse, en la línea de tesis como las de Michurin y Lysenko. No obstante, el propio Jung enfatizó que tales interpretaciones de sus postulados eran incorrectas.

Los conceptos quizás más reconocidos de la psicología junguiana son los de introversión y extraversión, manados de su teoría de los Tipos psicológicos. La misma tuvo bastante aceptación, sentando las bases para el desarrollo ulterior de pruebas psicométricas, mediante las cuales se procura valorar, en términos cuantitativos, las características psicológicas de los individuos. Las más importantes son el MBTI (acrónimo inglés de Myers-Briggs Type Indicator —"Inventario tipológico de Myers-Briggs") y la sociónica; además de la batería de test de David Keirsey.

Archivo:Letters from Carl Jung Wellcome L0051739
La correspondencia de Jung fue muy cuantiosa a lo largo de su vida.

La influencia de Jung se hizo extensiva a importantes referentes en diversos campos de la cultura, desde el pintor Wifredo Lam al filósofo Gaston Bachelard, incluyendo a los escritores Hermann Hesse (la misma es patente, por ejemplo, en la obra Demian de este último), H. G. Wells (al que llamaba su «amigo» y a quien su biógrafo Vincent Brome describe directamente como «junguiano», visible en sus trabajos Christina Alberta's Father y The World of William Clissold) y J. B. Priestley, al filólogo Ernst Robert Curtius, al psicólogo conductista Hans Eysenck, al historiador de las religiones Mircea Eliade y al mitógrafo y ensayista Joseph Campbell, estos dos últimos reconocidos deudores de la concepción junguiana.

Son reseñables a su vez los muchos cruces y paralelismos con el filósofo y psicólogo estadounidense William James. Por otra parte, según Chester P. Michael, Jung habría declarado que el padre Henri Huvelin sería la persona que más se aproximó en toda la historia a sus métodos de dirección espiritual. Así mismo, fue inspirador y participante en los coloquios del Círculo Eranos.

Jung intentó dar base científica a varios de sus postulados, aunque en muchos casos no halló los medios para lograrlo. Tal es lo que intentaba cuando planteó el principio de sincronicidad (principio por el cual algunos pretenden explicar la supuesta eficacia de las mancias). Contrariando lo que muchos suponen, en la misma obra en que presentó esa hipótesis (Sincronicidad como principio de conexiones acausales, publicado junto con una monografía de Wolfgang Pauli, «La influencia de las ideas arquetípicas en las teorías científicas de Kepler», en Interpretación de la naturaleza y la psique), Jung descartaba de plano la solvencia metodológica de disciplinas como la astrología. Gran parte de los movimientos que en la actualidad se denominan «junguianos» (particularmente aquellos que han asimilado las creencias de la llamada nueva era) defienden argumentos que estarían en abierta contradicción con las ideas originales del autor.

Obras

A. Obra completa

1. Estudios psiquiátricos
2. Investigaciones experimentales
3. Psicogénesis de las enfermedades mentales
4. Freud y el psicoanálisis
5. Símbolos de transformación
6. Tipos psicológicos
7. Dos escritos sobre psicología analítica
8. La dinámica de lo inconsciente
9.1. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo
9.2. Aion
10. Civilización en transición
11. Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental
12. Psicología y alquimia
13. Estudios sobre representaciones alquímicas
14. Mysterium coniunctionis
15. Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia
16. La práctica de la psicoterapia
17. Sobre el desarrollo de la personalidad
18.1. La vida simbólica
18.2. La vida simbólica

B. Seminarios

  • Conferencias en el Club Zofingia
  • Análisis de sueños
  • Sueños infantiles
  • El Zaratustra de Nietzsche
  • Introducción a la psicología analítica
  • La psicología del yoga kundalini
  • Visiones

C. Autobiografía

  • Recuerdos, sueños, pensamientos

D. Epistolario

  • Cartas
  • Correspondencia Sigmund Freud & Carl Gustav Jung

E. Entrevistas

  • Encuentros con Jung

Distinciones

Entre sus principales distinciones se encuentran los siguientes doctorados honoris causa:

Además:

  • Recibió un premio literario de la ciudad de Zúrich, 1932.
  • Fue nombrado Profesor Titular de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, 1935.
  • Miembro honorario de la Royal Society of Medicine, 1939.
  • Le fue otorgado un Festschrift en Eranos, 1945.
  • Nombrado presidente de la Society of Analytical Psychology, Londres, 1946.
  • Otorgado un Festschrift por estudiantes y amigos, 1955.
  • Nombrado ciudadano honorario de Küsnacht, 1960, en su 85º cumpleaños.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Carl Jung Facts for Kids

  • Casa Museo C. G. Jung
  • Club Psicológico de Zúrich
  • Torre de Bollingen
  • Círculo Eranos
  • Stiftung der Werke von C. G. Jung
  • Bollingen Foundation
  • Philemon Foundation

Imágenes

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Carl Gustav Jung para Niños. Enciclopedia Kiddle.