Fantasma para niños
En las historias y creencias populares, un fantasma (del griego phántasma, que significa "aparición") es el espíritu de una persona o animal que ha fallecido. Algunas personas creen que estos espíritus pueden aparecer entre los vivos de diferentes maneras, como siendo vistos, escuchados, percibiendo olores o moviendo objetos. A veces, se piensa que tienen un vínculo especial con personas o lugares que conocieron en vida.
Las descripciones de los fantasmas varían mucho en las diferentes culturas. Pueden ser desde una presencia que no se ve, hasta formas transparentes o apenas visibles, o incluso parecer personas reales. Intentar comunicarse a propósito con el espíritu de alguien que ha muerto se conoce como nigromancia o, en el espiritismo, como una sesión espiritista. Otros nombres para estas apariciones son espectro, espíritu o poltergeist. Algunos ejemplos famosos son los Hantu del Sudeste de Asia, los Obake de Japón y las Banshee de Irlanda.
La idea de que existe una vida después de la muerte y que los espíritus de los fallecidos pueden manifestarse está muy extendida. Se remonta a las creencias antiguas donde se adoraba a los ancestros. Algunas prácticas religiosas, como los ritos funerarios o los exorcismos, buscan dar paz a los espíritus de los muertos.
Generalmente, se describe a los fantasmas como seres solitarios, parecidos a los humanos. Sin embargo, también hay historias de ejércitos de fantasmas o de espíritus de animales. Se cree que suelen aparecer en lugares encantados, o cerca de objetos o personas con los que estuvieron relacionados en vida. Un estudio de 2009 mostró que el 18% de los estadounidenses decía haber visto un fantasma.
La mayoría de los científicos coinciden en que no hay pruebas de la existencia de fantasmas. Es imposible demostrar que no existen, y la "caza de fantasmas" se considera una pseudociencia (algo que parece ciencia pero no lo es). A pesar de muchos años de investigación, no hay evidencia científica de que algún lugar esté habitado por espíritus. Históricamente, se ha visto que algunas plantas que pueden ser dañinas o que alteran la mente, y que se asociaban con la nigromancia, contienen sustancias que pueden causar alucinaciónes. Investigaciones recientes sugieren que ver fantasmas podría estar relacionado con algunas enfermedades del cerebro, como la enfermedad de Alzheimer. Ciertos medicamentos también pueden, en casos raros, causar alucinaciones de fantasmas.
Contenido
- Mitos y leyendas sobre fantasmas
- Creencias a lo largo de la historia
- Tipos de fantasmas
- Fantasmas, sociedad y dinero
- Fantasmas y parapsicología
- Fantasmas y espiritismo
- Fantasmas en las religiones
- Fantasmas y psicología
- Fantasmas en la literatura
- Comunicación con fantasmas
- ¿Existen los fantasmas?
- Investigaciones científicas
- Ver también
- Galería de imágenes
- Véase también
Mitos y leyendas sobre fantasmas
La creencia en fantasmas, como los que regresan para cumplir una misión o los espectros, es muy común en la naturaleza humana. Es una idea que ha existido por mucho tiempo en muchas culturas.
Esta creencia ha inspirado mucha literatura, como las novelas góticas o de terror, y también el cine y el teatro. Ha dado origen a muchísimas leyendas y mitos. La ciencia considera que creer en fantasmas es un tipo de superstición muy arraigada en la psicología humana. Esto se debe a que se alimenta de la necesidad de creer en la vida eterna y ayuda a aceptar la muerte al pensar que la conciencia sigue existiendo después del final de la vida.
Estudios recientes muestran que muchas personas en Occidente creen en fantasmas. En países donde la religión es muy importante, como Estados Unidos, una encuesta reveló que el 32% de sus habitantes cree en fantasmas y en la vida después de la muerte.
Desde la antigüedad, la mitología, la religión y otras formas de folklore o literatura han creído en la existencia de seres sobrenaturales o espíritus. Un fantasma, en sentido estricto, se considera una entidad espiritual de origen humano, diferente de otras criaturas como duendes, demonios o hadas.
Para la forma de pensar moderna, es más fácil creer en fantasmas que en otros tipos de criaturas. El pensamiento antiguo no distinguía entre lo real y lo imaginario, y se resistía a la idea de la muerte. Creían que lo que aparecía en los sueños era real, y así justificaban sus miedos.
Creencias a lo largo de la historia
Una vez que se cree que existe un espíritu separado que vive dentro del cuerpo humano, es fácil imaginar que puede existir por sí mismo fuera del cuerpo, como un espíritu o alma.
Para los pueblos antiguos, los fantasmas tenían una vida muy pequeña y difícil, con poca energía espiritual para mover un cuerpo. Sin embargo, tenían suficiente fuerza para aparecer en los sueños, para atormentar o avisar a los vivos, o como sombras. La creencia en fantasmas se encuentra en los primeros textos escritos de los sumerios y egipcios. Por ejemplo, el fantasma de Enkidú se le apareció a Gilgamesh en la Epopeya de Gilgamesh.
También se encuentra en las historias épicas de otras civilizaciones. La Odisea del griego Homero y la Eneida del latino Virgilio incluyen viajes al más allá. Los romanos ponían tierra sobre el cadáver para que el alma no vagara para siempre, y una moneda en la boca para pagar al barquero del inframundo. Los fantasmas buenos para los romanos eran los manes o espíritus de los antepasados; los malvados eran las larvae, almas de personas malas que vagaban por la noche. Plutarco describió unos baños encantados en el siglo I.
Otro fantasma famoso fue descrito por el historiador romano Plinio el Joven, quien contó sobre una casa encantada en Atenas donde aparecía un espectro que arrastraba cadenas. Los sucesos terminaron cuando un filósofo alquiló la casa y fue guiado por el fantasma hasta un esqueleto enterrado, que fue sepultado correctamente.
En las civilizaciones orientales, como la china e india, muchos creen en la reencarnación. En el Budismo, algunos piensan que los fantasmas son almas o energías que no lograron pasar correctamente al siguiente estado después de la muerte, quizás porque se niegan a ser "recicladas" en el ciclo de la reencarnación.
En las creencias chinas e indias, un alma puede reencarnar en otro ser humano o alcanzar la "inmortalidad" transformándose en un semidiós. En Japón, la religión shintoísta reconoce la existencia de espíritus de todo tipo y acepta la creencia en fantasmas como parte de la vida diaria.
En diversas religiones, a los médiums, chamanes y exorcistas se les atribuye la capacidad de ayudar a los fantasmas a reencarnarse o a desaparecer, guiándolos a otra dimensión.
En Occidente, la creencia en fantasmas disminuyó desde la Edad Media hasta el escepticismo de la Ilustración en el siglo XVIII. Sin embargo, en el siglo XIX, la creencia en fantasmas resurgió con fuerza gracias al Romanticismo y el desarrollo del Espiritismo y la Teosofía.
El filósofo Arthur Schopenhauer pensaba que la aparición de un fantasma era una visión en el cerebro de la persona que lo veía, algo subjetivo entre el sueño y la vigilia.
Todavía en los siglos XX y XXI, se sigue considerando a los fantasmas como almas en pena o almas errantes que no pueden encontrar descanso después de la muerte y quedan atrapadas entre este mundo y el otro. Esto ocurre a pesar del desarrollo de la ciencia y el escepticismo, cuyos representantes más conocidos son ilusionistas como Harry Houdini o James Randi.
La creencia común es que el alma de un fallecido no encuentra descanso, generalmente por una tarea que dejó pendiente. Puede ser una víctima que busca venganza o un criminal que no puede ir al purgatorio o al infierno. En la mayoría de las culturas actuales, las apariciones de fantasmas se asocian con el miedo y son estudiadas por pseudociencias como la parapsicología. También son importantes en el estudio de algunas religiones como el Islam, el Budismo, el Hinduismo y el Cristianismo.
En las creencias de la Nueva Era, se intenta explicar que los fantasmas son acumulaciones de energía o imágenes que quedan grabadas en el ambiente.
Tipos de fantasmas
Tipos de fantasmas según sus acciones
G. N. M. Tyrrell, un autor que escribió sobre el tema en 1943, identificó cuatro grupos principales de fantasmas basándose en lo que hacen:
- Apariciones que visitan un lugar a menudo: Generalmente no dan miedo, son inofensivos y a veces se les trata como parte de la familia.
- Apariciones después de la muerte: Suelen ocurrir poco después de que la persona fallece y no están ligadas a un lugar específico. Parecen ser como despedidas.
- Apariciones en momentos importantes: La persona que aparece está viviendo una experiencia crucial (como un accidente o la muerte) y se muestra a alguien al mismo tiempo que ocurre el evento, no después.
- Aparición provocada: En estos casos, el fantasma es llamado a aparecer o puede ser la imagen de alguien vivo que intenta que su imagen sea vista por otra persona. Esto se conoce como bilocación (si es un santo) o Doppelgänger (en el folclore alemán).
Estos tipos no incluyen las apariciones que pueden hablar o comunicarse con los vivos mucho tiempo después de su muerte.
Tipos de fantasmas según las tradiciones populares
Dentro de las tradiciones y la cultura popular, se destacan los siguientes tipos de fantasmas o espíritus:
Alma en pena
Un alma o ánima en pena es una figura que aparece en muchas leyendas, creencias religiosas, fenómenos paranormales e historias. Se describe como el espíritu o fantasma del alma de una persona que, después de morir, vaga sin descanso (por ejemplo, por haberse quitado la vida). Esto ocurre porque no se le permitió o no pudo encontrar el camino al más allá. Generalmente, el alma sigue deambulando en el mundo de los vivos sin darse cuenta completamente de su muerte o de cómo pasar al otro plano. Este tipo de alma es diferente de las almas errantes, que permanecen voluntariamente en este plano.
Alma errante
Un alma, espíritu, o ánima errante es, según algunas tradiciones, folclores y mitologías, el fantasma de un hombre o mujer que voluntariamente han logrado no realizar el viaje para trascender al plano existencial después de la muerte, quedándose así en el mundo de los vivos; generalmente reducidos a una simple "sombra" espiritual. Este tipo de alma debe diferenciarse claramente de las almas en pena, las cuales permanecen involuntariamente en este plano.
Alma residual
Este tipo de fantasma a veces se considera un subtipo de alma errante. Está compuesto por la energía espiritual y las emociones que, en ocasiones, un alma dejaría al morir o en vida. Esta energía permanece con los deseos y angustias que tuvo la persona en vida, por lo que podría adquirir una forma fantasmal con poca o ninguna conciencia, dependiendo de la fuerza de la energía que la originó.
En algunas tradiciones religiosas, podría relacionarse con las capas de energía que no se disuelven completamente después de la muerte, especialmente si hubo fuertes apegos.
Los Tulpas, Egregores y Doppelgängers pueden considerarse parcialmente dentro de esta categoría si se manifiestan como fantasmas o espíritus.
Este fenómeno también puede estar relacionado con las "apariciones residuales", donde se cree que ciertos lugares repiten eventos del pasado sin interacción con los vivos. A diferencia de las apariciones conscientes que interactúan, estos eventos se consideran como "grabaciones energéticas" o "ecos" del pasado que se repiten en un lugar específico (asociado a eventos traumáticos o intensos). No tienen conciencia ni intención, es decir, no responden a la presencia de observadores ni intentan comunicarse. Se presentan como sonidos, imágenes u olores que ocurren de la misma manera cada vez. Por ejemplo, pasos que suenan a la misma hora o figuras que caminan y desaparecen en un punto fijo.
Alma mensajera
Este tipo de alma es aquella a la que se le permite regresar del más allá y aparecer en el mundo de los vivos para despedirse o entregar un mensaje a sus parientes o conocidos. Suelen entregar su mensaje a través de sueños o, con menos frecuencia, como una aparición espiritual.
Fantasmas, sociedad y dinero

La creencia en fantasmas es un tema que genera mucha curiosidad y ha dado lugar a un gran negocio en libros, teatro, cine, radio, televisión y periódicos. A menudo, se convierte en una leyenda urbana y una atracción turística para lugares históricos. Esto puede llevar a que surjan intereses económicos en torno a las apariciones de fantasmas, lo que a veces provoca fraudes o engaños. Por esta razón, a menudo se rechazan o se ocultan las explicaciones científicas de estos fenómenos, fomentando el miedo y el misterio.
Por ello, la desconfianza, el método científico, la experiencia y el escepticismo son muy importantes para estudiar este fenómeno con seriedad, ya que a menudo está rodeado de engaños.
Fantasmas y parapsicología

Para ser una ciencia, la parapsicología moderna investiga la psicología del engaño y los errores de pensamiento. Intenta documentar físicamente cualquier testimonio de fantasmas y controlar las condiciones en que ocurren, evitando ideas preconcebidas. Frederic W. H. Myers, uno de los fundadores de la Society for Psychical Research (SPR), definió un fantasma como:
- La manifestación de una energía personal que persiste, o una señal de que alguna fuerza se ejerce después de la muerte, y que de alguna manera está conectada con la persona que se conoció en vida (Human Personality and Its Survival of Bodily Death, 1903).
Myers creía que los fantasmas no tenían inteligencia propia, sino que eran fragmentos de energía sin significado que persistían después de la muerte. Sin embargo, el neurólogo inglés Henrik Ehrsson y el suizo Olaf Blanke informaron en la revista Nature cómo pudieron crear la sensación de fantasmas usando un electrodo en el cerebro. El científico canadiense Michael Persinger también confirmó esto. Richard Wiseman y Susan Clancy han explicado cómo el entorno puede influir en estas experiencias. Magos profesionales como Harry Houdini y James Randi han demostrado que muchas apariciones pueden ser trucos de ilusionismo.
La parapsicología asocia los fantasmas con la percepción visual o auditiva de personas y animales, vivos o muertos. Investiga a personas llamadas "médiums", quienes, al parecer, tienen una percepción extrasensorial y pueden:
- 1) Sentir la presencia de seres ausentes o fallecidos.
- 2) Verlos (clarividentes).
- 3) Escucharlos (clariaudientes).
- 4) Obtener información que no conocían, supuestamente de ellos, e interactuar (médiums).
Muchos médiums dicen nacer con este don desde la infancia y se sienten rodeados de espíritus. Algunos de estos espíritus, según ellos, son guías que los protegen e informan. El médium no se ve afectado por la distancia o el tiempo, sino por la presencia de señales o restos de aquello con lo que se comunica.
Los fantasmas más comunes se dividen en cuatro clases:
- Fantasmas residuales: Son visiones que repiten acciones y no se comunican con los observadores.
- Fantasmas conscientes: Pueden comunicarse e interactuar con los observadores.
- Encantamientos duraderos: Lugares específicos donde uno o más fantasmas se manifiestan desde hace mucho tiempo.
- Poltergeist o "espíritus bromistas": Fenómenos de corta duración ligados a una persona (generalmente joven), donde los objetos se mueven solos, se escuchan golpes o ruidos, y las luces se encienden o apagan.
Fantasmas y espiritismo
Según el espiritismo, el alma sobrevive a la muerte del cuerpo y asciende a un nivel superior. Sin embargo, algunas almas se desvían de ese camino; no parecen tener una autoconsciencia completa porque no han resuelto sus dudas. Se trata de fantasmas: entidades sin cuerpo que se atormentan con asuntos no resueltos de su vida anterior. Por ejemplo:
- Que no acepten su propia muerte.
- Que se sientan culpables por no haber terminado algo en vida.
- Que se sientan atados a alguna persona o lugar.
- Que sientan odio o rencor.
- Que sientan que no merecen estar en ninguna parte.
Un fantasma se "construye" con las actitudes no resueltas de una persona cuando estaba viva: carencias, obsesiones, culpas, apegos, miedos. La labor del médium es guiar y aconsejar para que cambien esas actitudes. Una vez que el fantasma comprende, se siente libre y puede continuar su camino de evolución hacia otros planos, ya sea reencarnado o como espíritu.
En el vocabulario espiritista, no se usa la palabra fantasma, sino eidolon, espíritu o entidad. Algunas almas no habrían pasado a otro nivel por miedo, obstinación o por apego a este mundo. Otra explicación se basa en el misticismo cuántico, que sugiere que al morir, la "información cuántica" del ser vivo subsiste. Esta información, con la combinación adecuada de espacio, tiempo y energía (lugares con iones positivos), se manifiesta como si tuviera un cuerpo (llamado "ectoplasma" o "periespíritu"), pudiendo realizar acciones como ruidos o movimientos de objetos. Esto explicaría por qué en las sesiones de espiritismo se escuchan frases incompletas como "siento frío".
Fantasmas en las religiones
Fantasmas y la fe cristiana
En la Biblia, en el Primer Libro de Samuel, se describe cómo Saúl, el primer rey de Israel, pidió ayuda a la Bruja de Endor para invocar el espíritu del profeta Samuel.
En el catolicismo, no hay documentos oficiales que hablen o mencionen a los fantasmas. Según el Concilio Vaticano II, la revelación terminó con el Mesías y no se deben esperar más manifestaciones.
En el Protestantismo no se cree en fantasmas, ya que no aceptan la existencia del Purgatorio. Para esta forma de Cristianismo, se trata de fenómenos demoníacos. El último Catecismo de la Iglesia Católica no admite la existencia del limbo, pero sí la del Purgatorio, donde las almas se purifican.
El uso de la necromancia, la Ouija, el Tarot y cualquier método no religioso para comunicarse con el más allá puede ser usado por demonios para conectarse con este mundo, según exorcistas y demonólogos. Recurrir a estos rituales es muy peligroso psicológicamente, ya que abre la puerta a espíritus no humanos o demonios que mienten y se disfrazan de fantasmas. Por otra parte, la escatología menciona un limbo al que van las almas. En cuanto a consultar a médiums, en Deuteronomio XVIII, 12-14, no se niega su existencia, pero se dice que no se debe recurrir a ellos:
Cuando entres a la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Yahveh cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Yahveh tu Dios echa estas naciones de delante de ti.
Los demonios, espíritus no humanos, pueden poseer lugares (llamada infestación) o personas (la posesión demoniaca). Si están ocultos, se manifiestan después de muchas oraciones. Los demonios solo tienen el poder de tentar y atacan el lado más débil de la persona.
Fantasmas y psicología
La creencia en fantasmas puede ser causada por alucinaciónes debido a trastornos como la parálisis del sueño y otras parasomnias. También puede ser por síntomas como la disociación y enfermedades mentales como la esquizofrenia (oír voces, ver alucinaciones) o problemas en el lóbulo temporal del cerebro, como la Epilepsia. A veces, el cerebro crea imágenes falsas en los espacios donde falta información visual. El cerebro también puede engañar creando historias en condiciones de hipnosis o durante el sueño. Además, algunas sustancias pueden producir fantasías de fantasmas.
La Comunicación después de la muerte inducida (CDMI) es una técnica terapéutica que ayuda a las personas a superar el dolor por la muerte de un ser querido, evocando fantasmas. Fue desarrollada en 1995 por el psicólogo estadounidense Allan Botkin y se basa en el valor curativo de las Experiencias cercanas a la muerte.
Fantasmas en la literatura
Muchos escritores han abordado este tema. Ya se mencionaron ejemplos antiguos, como Sobre los hechos maravillosos de Flegón, que inspiró a Goethe para su Novia de Corinto y a Washington Irving para El estudiante alemán. En el siglo XVI, Gonzalo Fernández de Oviedo narró un caso real de fantasmas, y Antonio de Torquemada mencionó muchos casos en su Jardín de flores curiosas (1570).
Existen leyendas hispánicas de muertos que regresan a la vida, como la del Conde Estruch (siglo XII) o la Guajona en Cantabria. En el teatro del siglo XVII, los fantasmas tienen un papel importante en obras como Hamlet de Shakespeare, El caballero de Olmedo de Lope de Vega o El burlador de Sevilla de Tirso de Molina. El tema se desarrolla generalmente en el género de la novela gótica o cuento de terror, que comenzó con el Romanticismo a finales del siglo XVIII y alcanzó su máximo esplendor en el XIX con autores como E.T.A. Hoffmann, Edgar Allan Poe y Sheridan Le Fanu. Escribieron novelas góticas con relatos de fantasmas Horace Walpole (El castillo de Otranto, 1764), Matthew G. Lewis (El monje, 1794) y Charles Maturin (Melmoth el errabundo). En 1887, Oscar Wilde escribió El fantasma de Canterville.
Otros autores que se acercaron al género fueron Gustavo Adolfo Bécquer, Guy de Maupassant, Henry James y Edith Wharton, entre muchos otros.
Comunicación con fantasmas

A medida que el ser humano ha desarrollado nuevas tecnologías, los interesados en obtener información de fantasmas las han utilizado. Así, se habla de psicofonías (grabaciones sonoras donde supuestamente se oye la voz o movimientos de un fallecido) o de psicoimágenes (imágenes donde presuntamente se distingue una presencia fantasmal).
Sin embargo, quienes buscan probar la existencia de otro mundo y la comunicación con él deben primero explicar por qué casi todas las manifestaciones espirituales suelen ser explicadas por fenómenos psicológicos de engaño o autoengaño, o por fraudes. Ilusionistas expertos como Harry Houdini, James Randi o Criss Angel han demostrado con frecuencia cómo las apariciones pueden replicarse como simples trucos de ilusionismo. Algunos tipos de alucinación, como la parálisis del sueño, los síntomas de la esquizofrenia o ciertos tipos de epilepsia no diagnosticadas, el sueño lúcido, la pareidolia (ver formas reconocibles en objetos aleatorios) o los fuegos fatuos pueden explicar la mayoría de los casos. A esto se suman los intereses económicos que pueden apoyar y magnificar estas explicaciones.
Esto no desanima a quienes creen en alguna manifestación divina o misteriosa que es una liberación de energía del cuerpo, una "evolución" de esta vida terrenal hacia otra. Hay casos de clarividencia y percepción extrasensorial que aún esperan una explicación satisfactoria.
Algunos intentos no escépticos de explicar estos fenómenos han sido formulados por físicos como Roger Penrose, quienes creen posible la transmisión de información nerviosa a nivel subatómico. La lógica cuántica permite distorsiones temporales que podrían causar la duplicación del presente o bilocación, lo que explicaría muchos fenómenos paranormales de transmisión de información.
¿Existen los fantasmas?

En 2003, el psicólogo británico Richard Wiseman y sus colaboradores investigaron casas encantadas con personas bajo condiciones controladas. Concluyeron que la fama de esos lugares influye mucho en las experiencias. También, la presencia de ciertos campos electromagnéticos podría afectar algunas variables psicológicas, y el paso de lugares iluminados a oscuros puede causar percepciones comunes en situaciones de privación sensorial. Sin embargo, la idea de que los campos electromagnéticos causan fantasmas es cuestionada por científicos como Steven Novella por falta de pruebas suficientes. En general, las casas no prueban la existencia de fantasmas, sino cómo algunas personas reaccionan a situaciones normales bajo la influencia de la publicidad y las expectativas.
El ojo humano contiene un líquido llamado humor vítreo que puede ser sensible a las ondas de infrasonido. Este líquido puede generar imágenes falsas. Los humanos pueden oír sonidos entre 20 y 20.000 hercios. Los sonidos de menos de 20 Hz se llaman infrasonidos y pueden atravesar objetos sólidos. En 1998, Vic Tandy (investigador de la Universidad de Coventry) explicó cómo los infrasonidos podrían crear la impresión de "lugares embrujados". Demostró que los infrasonidos causaban la percepción de movimientos en los lados del campo visual. Esto podía ser provocado por un ventilador.
Investigaciones científicas
En 2014, investigadores de la Escuela Politécnica de Lausana, Suiza, encontraron evidencia científica que apoya una explicación biológica para la "sensación de una presencia sobrenatural". Lograron replicarla en un laboratorio usando un robot para interferir con las señales del cerebro de varios voluntarios. Algunos participantes, al experimentar sensaciones contradictorias, dijeron "sentir la presencia de hasta cuatro fantasmas". Al cubrir los ojos de los participantes y pedirles que movieran las manos frente a su cuerpo, un robot reproducía sus movimientos y al mismo tiempo tocaba sus espaldas. Al introducir un retraso entre el movimiento y el toque del robot, se creó una percepción espacial distorsionada, que se sintió como una presencia fantasmal.
Mediante una resonancia magnética, se determinó que los cerebros de los sujetos estaban experimentando una interferencia en regiones asociadas con la autoconciencia y la posición espacial. Los investigadores demostraron que la sensación de una presencia fantasmal es causada por lesiones en tres regiones del cerebro, que se pueden observar en pacientes con esquizofrenia o en personas sanas expuestas a situaciones inusuales. El estudio explicó que la ilusión de percibir una presencia fantasmal es causada por una percepción distorsionada del propio cuerpo, sintiendo el propio cuerpo como un "otro" en lugar de "sí mismo".
Ver también
- Tulpa
- Festival de los fantasmas
- Anexo:Lugares encantados
- Parapsicología
- Espiritismo
- Exorcista
- Ser espiritual
- Doppelgänger
- Hitodama
- Ouija
- Supernatural
- Parálisis del sueño
- Halloween
- Anexo:Películas sobre fantasmas
Galería de imágenes
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Impresión de un antiguo sello cilíndrico sumerio que muestra al dios Tammuz siendo torturado en el inframundo por demonios gallu.
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Pintura del espectro de Okiku por Yoshitoshi Tsukioka. La historia de fantasmas Banchō Sarayashiki es una de las más famosas del folclore Edo japonés.
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Una representación de un rayo globular en 1901.
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Cuadro basado en la descripción del investigador sir William Crookes: la médium Florence Cook se encuentra en el piso, y Crookes ilumina el ectoplasma de la fallecida Katie King.
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Estereotipo de una casa encantada.
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El escéptico ilusionista James Randi prometió una alta suma de dinero a quien demostrase una evidencia creíble de la existencia de lo paranormal.
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Fantasma de las Navidades Presentes de la novela de Charles Dickens' Un cuento de Navidad (1843)
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El fantasma de un pirata, del Libro de los Piratas de Howard Pyle (1903)
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El Cementerio de Easton, (Connecticut, Estados Unidos) es el origen de la leyenda de la Dama de blanco.
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Mural con imagen de la película Los cazafantasmas. Hoy en día los fantasmas forman parte de la cultura popular y se han realizado numerosas las representaciones cinematográficas sobre ellos, llegando a tener su propio género: Películas sobre fantasmas
Véase también
En inglés: Ghost Facts for Kids