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Demonología para niños

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La demonología es una parte de la teología que se dedica a estudiar a los demonios. Se enfoca en entender de dónde vienen y cómo son, según las creencias de diferentes culturas y religiones.

La palabra "demonología" viene del griego. Se forma de dos partes: daimon, que significa "espíritu" o "demonio", y logía, que significa "ciencia" o "estudio". Así, la demonología es el estudio de la naturaleza o las características de estos seres.

Esta área de estudio se usa para investigar a fondo los fenómenos que se consideran fuera de lo común, especialmente dentro de un contexto religioso. A menudo, son personas con formación religiosa quienes la estudian, aunque cualquiera puede interesarse en ella.

Orígenes de la Demonología

La demonología crea listas y clasificaciones de espíritus que se consideran maléficos. Es como lo opuesto a la angelología, que hace lo mismo pero con los espíritus buenos, como los ángeles.

En el cristianismo, los demonios son vistos como ángeles caídos que se rebelaron. Por eso, la demonología puede considerarse una parte de la angelología. En la Biblia, en el libro de Lucas (8,1-3), se menciona que algunas seguidoras de Jesús, como María Magdalena, habían sido afectadas por estos espíritus.

Algunos textos antiguos de demonología, llamados grimorios, contienen información sobre cómo se creía que se podían invocar a estas entidades. También daban instrucciones sobre cómo controlarlas. Estos libros eran estudiados a veces por quienes investigaban las creencias sobre espíritus malignos.

Un ejemplo importante en la historia de la demonología cristiana occidental es el libro Malleus maleficarum (1486), que significa "Martillo de las Brujas". Fue escrito por dos religiosos, Jakob Sprenger y Heinrich Kramer. Este libro afirmaba que las creencias sobre espíritus malignos eran reales y peligrosas. También ofrecía formas de identificar y tratar con personas que se creía que tenían relación con estos espíritus. Este libro influyó en muchas investigaciones y procesos que ocurrieron en los siglos XVI y XVII.

Demonología y Creencias Religiosas

La idea de que existe un ser sobrenatural maligno que se opone a un Dios bueno es muy importante en religiones como el cristianismo y el Islam. Estas religiones adoptaron la figura de Satanás del judaísmo. En el islam, a este ser se le conoce como Shaytán o Iblís.

Archivo:Hieronymus Bosch 096
Las tentaciones de San Antonio por Hieronymus Bosch.

Esta idea de una lucha entre el bien y el mal también se ve en el zoroastrismo. En esta religión, un dios bueno llamado Ahura Mazda se enfrenta a una deidad maligna llamada Angra Mainyu. Esta lucha entre dos fuerzas opuestas también es central en otras creencias antiguas como el maniqueísmo.

El Nuevo Testamento y el Corán mencionan la existencia de espíritus adversos. El Corán también habla de una tercera clase de seres, los yinnūn (plural de yinn), que no son ángeles ni demonios. Estos seres tienen un carácter moral más neutral y en Occidente se les conoce como genios, aunque no siempre son malignos.

El Antiguo Testamento presenta a Satán como un ángel bajo la autoridad de Dios. Su papel es poner a prueba a las personas, como en la historia de Job. En el judaísmo, el concepto de un lugar de castigo, similar al infierno, llamado Sheol, es más reciente. Originalmente, Sheol se refería más a la tumba.

Algunas ramas del budismo también creen en la existencia de lugares de castigo habitados por seres que atormentan a quienes han hecho el mal o que intentan desviar a las personas de su camino espiritual. El hinduismo también tiene historias de batallas entre dioses y seres adversarios, como la del dios Indra y el asura Vritra.

En estas últimas religiones, no se presta tanta atención a la organización de los seres que representan el mal, por lo que no se habla de demonología de la misma manera que en las religiones monoteístas.

En la antroposofía, su fundador Rudolf Steiner describe a Lucifer como una fuerza que impulsa a los humanos a la exageración y el orgullo. Y a su opuesto, Ahriman (similar a Satán), como una fuerza que lleva a las personas a ideas materialistas.

Creencias sobre el diablo en la Iglesia católica

En el Concilio de Éfeso (año 431), se afirmó que los seres humanos pueden ser influenciados por el diablo, incluso después de ser bautizados, y que necesitan la ayuda de Dios para superar estas influencias.

En el siglo VI, el papa Vigilio estableció que Cristo no sería crucificado de nuevo para salvar a los demonios y que el lugar de castigo para las personas que hacen el mal y los demonios es eterno.

En el II Concilio de Braga (año 561), se declaró que Satanás fue originalmente un ángel bueno creado por Dios, pero que se rebeló. También se indicó que Satanás no puede crear criaturas ni causar desastres naturales por sí mismo. Además, se aclaró que la idea de que las personas son seres carnales por influencia del diablo no es correcta, y se reafirmó la creencia en la resurrección del cuerpo.

El papa Pelagio II escribió una carta alrededor del año 585, donde argumentaba que la fe de Pedro no podía fallar a pesar de las acciones del diablo, porque Jesucristo había orado por él. También se consideró que las divisiones en la Iglesia eran resultado de la influencia del diablo.

En el Concilio de Letrán (año 649), se dijo que una creencia específica, el monotelismo, era una acción del diablo.

El papa Adriano I escribió en el año 739 a obispos de Francia y España contra ciertas ideas que disminuían la importancia de Jesús. En este documento, se señaló que Cristo liberó a la humanidad de la influencia del demonio.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Demonology Facts for Kids

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Demonología para Niños. Enciclopedia Kiddle.