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Historia de las ideas para niños

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La historia de las ideas es una parte especial de la historiografía, que es el estudio de cómo se escribe la historia. Esta rama se dedica a investigar cómo nacen y cambian las ideas a lo largo del tiempo, y cómo estas ideas se muestran en diferentes creaciones culturales.

Aunque la historia de las ideas se relaciona con muchas áreas como las ciencias, las religiones y las creencias, ha tenido un gran desarrollo en campos como la Historia de las ideas estéticas. Este campo surgió a finales del siglo XIX gracias al trabajo de Marcelino Menéndez Pelayo. También es muy importante la historia de las ideas políticas, que estudia cómo han evolucionado las formas de pensar sobre el gobierno y la sociedad.

La historia de las ideas tiene un método de estudio similar al de la literatura comparada, que compara textos de diferentes culturas o épocas. Sin embargo, no debe confundirse con la historia intelectual, que se enfoca más en el contexto social de las ideas, ni con la historia de la cultura. Aun así, la historia de las ideas contribuye mucho a estas áreas y también a la Historia de la ciencia y otros campos del saber.

Entre los campos de estudio que se relacionan con la historia de las ideas, encontramos la historia de la filosofía, la filosofía de la historia, la historia de la ciencia, la historia del arte, la historia de la literatura y la historia de las religiones. También se conecta con la ética, la antropología cultural, la estética, la musicología, la poética, la retórica, la gramática y la lingüística (que son ciencias humanas), así como con la jurisprudencia (estudio de las leyes), la historia de las instituciones, la sociología del conocimiento y la economía (que son ciencias sociales).

¿Cómo surgió la historia de las ideas?

Archivo:MarcelinoMenendezPelayo

La "Historia de las Ideas" como disciplina específica comenzó en 1883 con la obra Historia de las ideas estéticas en España de Marcelino Menéndez Pelayo. En esta obra, Menéndez Pelayo explicó qué era este nuevo campo de estudio. Él propuso investigar:

  • Las ideas de los filósofos españoles sobre la belleza.
  • Lo que los pensadores religiosos decían sobre la belleza de Dios.
  • Las menciones sobre el arte en general que se encontraban en escritos de filósofos y otros autores.
  • El contenido estético de los tratados sobre diferentes artes, como la poesía, la retórica, la música, la pintura y la arquitectura.
  • Las ideas que los propios artistas, especialmente los escritores, tenían sobre su arte y que expresaban en sus obras.

En el siglo XX, el historiador estadounidense Arthur O. Lovejoy (1873-1962) también usó el término "historia de las ideas". Él lo aplicó para estudiar ciertos argumentos filosóficos, como la idea de "la gran cadena del ser". Lovejoy fundó un club de historia de las ideas en la Johns Hopkins University, donde enseñó y debatió sus conceptos con estudiantes y colegas.

Por otro lado, el sociólogo Karl Mannheim, en su libro Ideología y utopía (1927), diferenció la historia de las ideas de otras formas de historia. Mannheim creía que las ideas debían estudiarse siempre dentro de su contexto social e histórico. Él no hablaba de que las ideas fueran relativas, sino de que estaban "relacionadas" con lo que las hacía posibles. Para él, la historia no es una línea continua, sino que está llena de cambios y transformaciones.

Más tarde, Michel Foucault también siguió este proyecto de historia de las ideas. Él decía que la historia de las ideas realmente empieza cuando se reconoce que la "verdad" puede ser diferente en distintas épocas y culturas. Las ideas cambian según las culturas, y es importante entender las rupturas y las diferentes formas de pensar a lo largo del tiempo.

Áreas de estudio relacionadas

Después de la mitad del siglo XX, la historiografía (el estudio de la historia) evolucionó. Se recuperaron campos como la historia de las instituciones y la historia cultural. Surgieron nuevas áreas de investigación que se relacionan con la "Historia de las Ideas". Algunas de ellas son:

  • La historia de las mentalidades, que estudia las formas de pensar y sentir de las personas en diferentes épocas.
  • La historia intelectual, que se enfoca en los pensadores y sus obras.
  • La "semántica histórica" o Historia de los conceptos (Begriffsgeschichte), que analiza cómo cambian los significados de las palabras y los conceptos a lo largo del tiempo. Destacados en este campo son Reinhart Koselleck y Quentin Skinner.
  • También hay enfoques más específicos como la microhistoria (que estudia eventos pequeños para entender contextos más grandes), la historia material y la historia oral.
  • En las ciencias sociales, se pueden considerar la historia del pensamiento económico y la historia del pensamiento evolucionista.

A pesar de todas estas nuevas áreas, la "Historia de las Ideas" mantiene su importancia y sigue aportando nuevas investigaciones, especialmente en Europa.

La historia de las ideas a través del tiempo

Podemos encontrar los inicios de la historia de las ideas en pensadores muy antiguos. Por ejemplo, Aristóteles en la antigua Grecia ya clasificaba la importancia de sus fuentes. También Ibn Jaldún en el siglo XIV en el mundo islámico, cuya Historia universal mostraba un gran conocimiento y la capacidad de crear teorías generales sobre la evolución social. Él fue uno de los pocos historiadores de su época que sugirió razones económicas y sociales para los cambios históricos.

En China, la primera persona que escribió una historia completa fue Sima Qian, quien redactó sus Shiji (Memorias históricas) durante la dinastía Han. Esta obra incluía datos, ensayos sobre temas actuales y biografías de personas importantes. En Occidente, el humanismo fue una corriente clave para la creación de ideas fundamentales, mientras que en Asia, el confucianismo cumplió una función similar.

El descubrimiento de América generó muchas ideas nuevas y debates sobre la naturaleza humana, como se ve en los escritos de Montaigne. El profesor italiano Giambattista Vico, con su Ciencia nueva, propuso una teoría de la historia en espiral, donde esta se desarrolla en ciclos de tres etapas (divina, heroica y humana). Sus ideas también fueron muy importantes para el lenguaje y la poesía en la época romántica.

El contraste entre diferentes ideas fue fundamental para pensadores como Montesquieu y Voltaire durante la Ilustración. Ellos recuperaron la tradición de la historia literaria y la combinaron con un enfoque racionalista, incluyendo todas las facetas de la civilización en una historia de carácter intelectual. Otros ilustrados como David Hume y Jean Antoine Condorcet continuaron esta visión filosófica de la historia. Edward Gibbon escribió su famosa Historia de la decadencia y ruina del Imperio romano (1776-1788) con esta inspiración. La Escuela Universalista Española del siglo XVIII también produjo muchas ideas científicas, humanísticas y filológicas.

Hegel influyó mucho en la idea del progreso histórico con su dialéctica. Su alumno Karl Marx (1818-1883) desarrolló una teoría social y económica muy influyente, conocida como marxismo. Marx analizó cómo se desarrollan las sociedades y las economías. Su teoría, llamada materialismo histórico, sugiere que cada época histórica tiene una forma particular de producir bienes y que esto se relaciona con la organización del poder y las relaciones entre los grupos sociales.

Con la obra de Leopold von Ranke, quien fundó el Positivismo en la Historia, esta disciplina se convirtió en un campo académico independiente con su propio método. Ranke defendía la objetividad del historiador y la importancia de consultar fuentes de la época. Él mejoró la forma de analizar las fuentes, considerando las circunstancias históricas de los escritores para evaluar los documentos.

Jacob Burckhardt también hizo grandes contribuciones, sentando las bases de la historia cultural. François Guizot se dedicó a la historia de las civilizaciones. En España, Marcelino Menéndez Pelayo fue fundamental con obras como Historia de los heterodoxos españoles y, sobre todo, su Historia de las Ideas Estéticas en España (1883-1889).

Otros pensadores importantes que influyeron en la historia de las ideas incluyen a Oswald Spengler con La decadencia de occidente, que explicaba que las culturas nacen, crecen y mueren. También Arnold Joseph Toynbee en sus doce volúmenes de Estudio de la historia, donde analizaba el desarrollo y declive de las civilizaciones.

La historia de las ideas en el siglo XX

A principios del siglo XX, para estudiar las diferentes corrientes de pensamiento, se usaban a menudo las "historias del pensamiento" y las "historias de la filosofía".

Las "historias del pensamiento" se enfocaban en los pensadores más importantes y sus obras principales. Esto permitía analizar los temas centrales en sus escritos. Sin embargo, este enfoque a menudo dejaba de lado el contexto social en el que se producían esos textos.

Las "historias de la filosofía", en cambio, estudiaban las ideas a través de sistemas, escuelas o movimientos, como el idealismo alemán o el empirismo inglés, en lugar de centrarse en filósofos individuales como Hegel o Locke. La desventaja de esto era que a veces se veían estos movimientos como algo aislado, sin conexiones con el contexto social o la cultura que los originó.

Para corregir estas limitaciones, surgieron dos nuevas formas de ver la historia de las ideas. La primera, llamada "History of Ideas", fue impulsada en América por Arthur O. Lovejoy. La segunda, conocida como Histoire des mentalités, apareció en Europa (Francia) con la Escuela de los Annales, gracias a los trabajos de Lucien Febvre y Marc Bloch.

Según Lovejoy, el estudio de la historia de las ideas es muy importante por sí mismo. No es solo una ayuda para otros estudios, sino que otros estudios pueden ayudar a la historia de las ideas. Su objetivo es conocer los pensamientos que las personas han tenido, cómo surgieron, se combinaron o se relacionaron con las emociones y el comportamiento. Para él, esto es una parte esencial y central de la historia.

En la segunda mitad del siglo XX, los historiadores se acercaron más a las ciencias sociales como la Sociología, la Psicología, la Antropología y la Economía. También se usaron nuevos métodos. La influencia de las teorías sobre el desarrollo económico y social fue muy importante, al igual que la aplicación de la teoría del Psicoanálisis a la historia. Además, se reconsideraron las relaciones entre la literatura y la historia. La Historia social también contribuyó al conjunto de conocimientos sobre las ideas a lo largo de la historia.

Entre los representantes más destacados de la "Historia de las ideas políticas" se encuentran Isaiah Berlin y Mark Bevir.

La historia de las ideas en el mundo hispano en el siglo XX

Después de Marcelino Menéndez Pelayo y su trabajo en estética, y las Ideas y creencias de Ortega y Gasset en 1940, muchos otros autores contribuyeron al desarrollo de la historia de las ideas en España durante el siglo XX. Algunos de ellos fueron Manuel García Morente, Américo Castro, Julián Ribera, Pedro Sáinz Rodríguez, Julio Caro Baroja, José Antonio Maravall, José Camón Aznar, José Luis López Aranguren, Lázaro Carreter, José María Valverde, Ciriaco Morón Arroyo y Francisco Márquez Villanueva. También es importante recordar a Dalmacio Negro Pavón, alumno de Luis Diez del Corral.

En Hispanoamérica, la historia de las ideas tuvo un gran crecimiento, especialmente en el campo de la filosofía y las teorías sobre la sociedad. Esto ayudó a desarrollar nuevas formas de pensar y a entender el modo particular de pensamiento hispano. Argentina y México fueron los principales centros, seguidos por Colombia, Uruguay y Venezuela. Algunos autores importantes, como Pedro Henríquez Ureña, viajaron y difundieron estas ideas por varios países.

En Argentina, algunos de los más destacados en este campo fueron el español Francisco Romero, Alejandro Korn (quien dio nombre a una cátedra de Historia de las Ideas), José Luis Romero y la filóloga María Rosa Lida. También fueron muy relevantes Arturo Andrés Roig y el uruguayo Arturo Ardao. Más tarde, Alberto Guerberof y Oscar Terán también hicieron importantes contribuciones.

En México, junto con Argentina, se encuentra la mayor producción de este campo en Hispanoamérica. Destacan Alfonso Reyes, el exiliado español José Gaos (quien creó un "Seminario de Historia de las Ideas" en El Colegio de México), Silvio Zavala, Eduardo Nicol, Samuel Ramos, los historiadores Ángel María Garibay y Edmundo O'Gorman, Leopoldo Zea y Luis Villoro.

En Cuba, es importante mencionar al poeta y pensador José Lezama Lima (1910-1976), autor de La Expresión Americana, que trata sobre estética y literatura. Otros autores importantes de su generación fueron Alejo Carpentier y Severo Sarduy.

En Puerto Rico, destaca la obra del emigrado austriaco Ludwig Schajowicz (1910-2003), quien fue dramaturgo, profesor de filosofía e historiador de las ideas en español.

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