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Niní Marshall para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Niní Marshall
NiniMarshall.png
Niní Marshall, c. 1940.
Información personal
Nombre de nacimiento Marina Esther Traveso
Otros nombres La dama del humor
La Chaplin con faldas
Nacimiento 1 de junio de 1903
Buenos Aires (Argentina)
Fallecimiento 18 de marzo de 1996
Buenos Aires (Argentina)
Causa de muerte Insuficiencia cardíaca
Nacionalidad Argentina
Familia
Pareja Felipe Edelmann
Marcelo Salcedo
Carmelo Santiago
Hijos Ángela Dora Edelmann de Abregó (1926-2022)
Información profesional
Ocupación Actriz, humorista, cantante, guionista, periodista, pintora
Años activa 1933-1988

Marina Esther Traveso (nacida en Buenos Aires, Argentina, el 1 de junio de 1903, y fallecida en la misma ciudad el 18 de marzo de 1996), fue una destacada actriz, guionista y comediante argentina. Es más conocida por su nombre artístico, Niní Marshall.

Comenzó su carrera en la década de 1930 como redactora en la revista Sintonía, usando el seudónimo de Mitzy. Luego, se dedicó a cantar en programas de radio. Su gran talento para la comedia la llevó a actuar y formar un dúo cómico con Juan Carlos Thorry. Su fama creció rápidamente.

Manuel Romero la eligió como actriz principal y guionista para la película Mujeres que trabajan (1938). Entre 1939 y 1940, protagonizó una serie de tres películas dirigidas por Romero: Divorcio en Montevideo, Casamiento en Buenos Aires y Luna de miel en Río.

Niní Marshall era muy observadora de la sociedad. Esto le permitió crear dos personajes muy famosos: Catita y Cándida. Estos personajes representaban a los inmigrantes europeos del siglo XX y aparecieron en muchas de sus películas. A principios de los años 40, protagonizó grandes producciones del cine argentino, como Carmen (1943), Madame Sans Gene (1945) y Mosquita muerta (1946). Por Madame Sans Gene, ganó el premio a la mejor actriz cómica de la ACCA.

Después de un cambio de gobierno en 1943, Marshall tuvo que mudarse a México. Las autoridades de ese momento consideraron que el lenguaje de sus personajes "deformaba el idioma". En 1950, volvió a tener dificultades para conseguir trabajo durante el gobierno de ese entonces.

Regresó al cine argentino con Catita es una dama (1956), pero no tuvo el mismo éxito que antes. Sus siguientes películas fueron comedias más pequeñas que no fueron muy bien recibidas. Sin embargo, sus apariciones en televisión en los años 60, en el programa Sábados circulares de Nicolás Mancera, fueron muy populares. En 1973, Lino Patalano la invitó a crear un espectáculo de café-concert llamado Y... se nos fue redepente. Este show tuvo más de 1500 presentaciones y le permitió mostrar todos sus personajes en el escenario. En el teatro, también se destacó en obras como Coqueluche, Buenos Aires de seda y percal y La señora Barba Azul. Por su gran talento para el humor, la llamaban "la dama del humor" y "la Chaplin con faldas".

Marshall se retiró del cine en 1980, después de filmar ¡Qué linda es mi familia! junto a Luis Sandrini. En 1985, publicó sus memorias y siguió trabajando ocasionalmente en televisión hasta 1988. En sus últimos años, recibió muchos homenajes. Fue nombrada "Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires" en 1989 y recibió el premio Podestá a la Trayectoria en 1992. Cuando falleció en 1996, Niní Marshall era considerada una de las figuras más importantes y queridas del espectáculo en Argentina. Hoy en día, un teatro en Tigre y una calle en Puerto Madero llevan su nombre en su honor.

Biografía de Niní Marshall

Sus primeros años y juventud

Archivo:Nini 1904
Niní Marshall en su niñez, cerca de 1904.
Archivo:FachadaMCBA
La vivienda de la calle Defensa 219, donde vivió Marshall de niña. Hoy es el Museo de la Ciudad.

Marina Esther Traveso, quien más tarde sería conocida como Niní Marshall, nació el 1 de junio de 1903 en el barrio de Caballito, Buenos Aires. Fue la hija menor de Pedro Traveso y María Ángela Pérez, ambos inmigrantes de Asturias, España. Cuando solo tenía dos meses, su padre falleció, y su madre se hizo cargo de los cuatro hijos.

Después de la muerte de su padre, la familia se mudó a una casa grande en la calle Defensa 219, en el barrio de Monserrat. Esta casa es ahora el Museo de la Ciudad. Allí, Marina pasó parte de su infancia, frente a la iglesia de San Francisco. A los cuatro años, Marina empezó la escuela Juan José Paso, donde mostró su interés por la actuación. Un año después, hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires.

Durante su niñez, la familia se mudó al barrio de Montserrat. Marina estudió danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano e idiomas como francés, alemán e inglés. También lideró un grupo de niños llamado Los Arribeños del Norte. Con ellos, hacía pequeñas obras de teatro en el sótano de la casa de un tío para divertirse.

Después de terminar la escuela primaria, continuó sus estudios en el Liceo Nacional de Señoritas n.º 1. Allí, empezó a crear sus primeros personajes, que eran imitaciones de sus profesores. De adulta, Marshall dijo que tuvo una infancia "feliz" y que era muy tímida. Contó que la timidez la afectaba al dar lecciones o hablar con sus maestras. Pero fuera de clase, era "un monigote, un payaso".

Se graduó de bachiller en 1921. Al terminar la educación secundaria, comenzó a estudiar Filosofía y Letras. Sin embargo, interrumpió sus estudios en 1924 cuando se casó con Felipe Edelmann. Él era un ingeniero ruso, mucho mayor que ella, y se había educado en Alemania. Con él tuvo a su única hija, Ángela Dora (1926-2022). Marina vivía en La Pampa en ese momento y solo regresó a Buenos Aires para el nacimiento de su hija. En esa ocasión, su casa fue embargada.

Cuando su madre falleció repentinamente en 1926, su relación con su esposo empeoró y se divorciaron. En sus memorias, Marshall describió esa etapa como una "catástrofe sentimental y económica". Se mudó temporalmente a la casa de su hermana Blanca en Rosario, Santa Fe. Luego, regresó con su hija pequeña a Buenos Aires para vivir en una pensión y buscar trabajo en los medios gráficos.

Sus inicios en el periodismo y la radio

En 1933, gracias a su amigo Delfín Ravinovich, consiguió trabajo como redactora en La Novela Semanal. Allí, escribió artículos para promocionar electrodomésticos, como los de la empresa General Electric. También publicó sobre temas relacionados con la mujer y el cuidado personal.

Su trabajo continuó en la revista Sintonía, una de las más populares de la época. Bajo el seudónimo de Mitzy, Marshall escribía artículos sobre temas de actualidad en una sección llamada "Alfilerazos". Se destacó por su humor y sus observaciones agudas. Sus escritos se hicieron muy populares. Ella misma comentó sobre su trabajo:

Mi especialidad era un poco tomarle el pelo a la gente de la radio. Tenía una página de humor a mi cargo, en la que hacía mis comentarios ilustrados con mis propios monitos, porque también me defiendo dibujando. Iba, miraba, escribía y dibujaba. Ese acercamiento, más las clases de canto que había tomado de chica, me permitieron iniciar mi carrera como cantante.
Archivo:Nini Marshall como Candida
Niní Marshall caracterizada como Cándida.

En 1934, por sugerencia de un directivo de Sintonía, se presentó a una audición de radio y fue elegida como "cantante internacional". Un mes después, hizo su primera presentación como cantante en el programa de radio La voz del aire. Cantó en tres idiomas y trabajó allí durante ocho meses con el seudónimo de Ivonne D'arcy. También actuó en otras emisoras como Porteña, Municipal, Nacional, Belgrano y Fénix.

Pipita Cano, conductora del programa El chalet de Pipita en Broadcasting Municipal, notó su talento para la comedia. Le ofreció interpretar a una mucama en su programa. Así fue como Marshall creó a Cándida, una empleada doméstica inspirada en una mujer española que trabajaba en su casa cuando era niña. Según su biógrafa Marily Contreras, el personaje de Cándida era "una mujer ignorante, ingenua y torpe, pero muy querida". Su bondad hacía que el público sintiera mucha ternura por ella.

El personaje de Cándida se hizo tan popular que Roberto Llauró, un importante empresario, la contrató para promocionar su marca de jabones en Radio Mitre. Al principio, la emisora no tenía mucho éxito en 1935. Por eso, Marshall propuso hacer un programa cómico con guiones escritos por ella. Sin embargo, Pablo Osvaldo Valle, director de la radio, rechazó la idea. Dijo que ella no era una actriz conocida y que las mujeres no escribían libretos.

En 1936, conoció a Marcelo Salcedo, un contador paraguayo de una empresa de yerba mate. Se casaron poco después y ella creó su nombre artístico definitivo. Su apellido artístico, Marshall, se formó con la primera sílaba del nombre y el apellido de su marido (Mar-Sal), añadiendo luego una "h" y una "l". Para su nombre, eligió una variación de Marina: Marinita-Ninita-Niní. Al principio, algunas emisoras la presentaban como Lily Marshall, Niní Marschall o Niní Marshal, porque les costaba pronunciarlo.

A partir de marzo de 1937, sus presentaciones fueron junto a su compañero Juan Carlos Thorry. Trabajaron juntos muy a menudo hasta el momento de mayor éxito de su carrera. Su experiencia como redactora publicitaria y su gran creatividad le dieron un perfil artístico muy original. El éxito del dúo aumentó la audiencia, y Marshall consiguió un espacio de media hora en un horario principal.

Un día, al salir de la radio, la actriz vio a las fans emocionadas que se agolpaban para pedirle autógrafos a Thorry. Esto la inspiró a crear el personaje de Catita. Catita, junto con Cándida, se convirtieron en sus personajes más famosos. El empresario Emilio Córdoba, al enterarse de su nuevo personaje, la contrató para promocionar su Tienda La Piedad. Desde entonces, dos funciones semanales se dedicaron a Cándida y otras dos a Catita. Su trabajo ese año le valió el premio "Sensación Radiofónica" de la revista Sintonía.

Sus primeros pasos en el cine

Archivo:Sabina Olmos y Niní Marshall en Mujeres que trabajan
Sabina Olmos y Niní Marshall en Mujeres que trabajan (1938).

Aunque el equipo era aún básico, el cine empezaba a crecer como una industria activa. Artistas y directores se hacían cada vez más populares. El público empezó a preferir el cine como entretenimiento, atraído por la posibilidad de ver a sus ídolos de la radio en la pantalla grande.

En 1938, Manuel Romero invitó a Marshall a filmar su primera película. Sin embargo, el director tuvo que llamarla varias veces porque la actriz se negaba. Ella misma dijo que le asustaba el cine porque "no tenía rostro cinematográfico y por miedo a que la gente se decepcione". Marshall aceptó una prueba de cámara. Una vez superados sus miedos, canceló su contrato con la radio y firmó uno nuevo con la compañía de cine Lumiton. La actriz Mecha Ortiz, que también actuaba en la película, recordó años después que su pariente, el presidente Roberto Marcelino Ortiz, al enterarse de que filmaría con Marshall, le pidió que le consiguiera un autógrafo.

La película se llamó Mujeres que trabajan. En ella, la actriz interpretó a Catita, una vendedora de tienda. Las críticas fueron en general buenas. El Heraldo Cinematográfico comentó que "la dicción en las escenas iniciales dejó algo que desear, pero esto no empañó el resultado final". Según Contreras, "la película es un retrato acertado de las empleadas de comercio de la época. La comedia se basa solo en el lenguaje". Sin embargo, Marshall no quedó satisfecha con su propio trabajo.

Al terminar el rodaje, la actriz se fue de gira con Thorry a Tandil, y luego a Benito Juárez, Tres Arroyos, Coronel Dorrego, Bahía Blanca y Coronel Pringles. Después de un breve regreso a Buenos Aires, la gira continuó por Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Córdoba y San Juan.

En 1939, contratada de nuevo por Lumiton, protagonizó Divorcio en Montevideo junto a Enrique Serrano y bajo la dirección de Romero. Marshall colaboró en el argumento. La historia trata de un joven que, para alejarse de su novia presumida, se casa con una manicura acordando divorciarse meses después. El trato se cumple, pero el joven se da cuenta de que se enamoró de su exesposa y la busca para casarse de nuevo. La película se estrenó a mediados de año en el cine Monumental y fue un gran éxito. El historiador Domingo Di Núbila escribió que allí "no solo se demostró que Niní Marshall podía hacer funcionar una película, sino multiplicarla por tres".

Ese mismo año, llevó por primera vez a su personaje de Cándida al cine en una película con el mismo nombre. Esta vez, las críticas no fueron tan buenas. La revista Radiolandia, por ejemplo, dijo que el argumento era de "materiales básicos, aderezado con algunos elementos comunes que tienen impacto directo en el público, sirve a sus propósitos cómico-sentimentales para la intérprete y resulta de eficacia popular". Zully Moreno y Pepe Biondi fueron algunas de las muchas personas que se presentaron para conseguir un papel de extra en la película. Ambos se convertirían en figuras importantes años después.

Su gran éxito y reconocimiento

El creciente éxito de Marshall causó una disputa entre dos compañías de cine. Los directivos de Lumiton se enteraron por un periódico de un supuesto precontrato de la actriz con otra empresa. Esto causó preocupación, ya que Lumiton tenía la exclusividad de las interpretaciones de Catita. Por eso, Marshall tuvo que aclarar que había tenido en cuenta ese detalle en su nuevo proyecto con Argentina Sono Film, y que Lumiton seguiría teniendo los derechos de Catita.

Así, en 1940, protagonizó Casamiento en Buenos Aires, la continuación de Divorcio en Montevideo. La revista Sintonía tituló "Impacto demasiado fácil", mientras que La Nación comentó: "Episodios y tipos convencionales, se arman con medios directos y fáciles, pero entre unos y otros se asoma... Catita". La serie de tres películas se completó con Luna de miel en Río, donde actuó junto a Tito Lusiardo y Juan Carlos Thorry. Aunque la historia se desarrollaba en Brasil, el rodaje se hizo en solo un mes en Munro. En ese momento, Marshall se convirtió en una de las actrices más activas del año y la más importante en la industria del cine.

Archivo:Mirtha Niní Silvia
Marshall junto a las gemelas Mirtha y Silvia Legrand en Hay que educar a Niní (1940).

En 1940, Marshall también protagonizó Los celos de Cándida, que tuvo un éxito moderado. La actriz colaboró en los diálogos junto a Luis Bayón Herrera, y actuó con Augusto Codecá. El Heraldo, en sus sugerencias para el programa de mano, la describió como una "magnífica comedia de gracia irresistible". Jorge Luz hizo su debut como actor en esa película, con una breve aparición como un bañista en las playas de Mar del Plata. Durante el rodaje, el director aprovechó que Marshall no sabía jugar a la ruleta para que su personaje cometiera todo tipo de errores en una escena en el casino.

Ese mismo año, los hermanos Mentasti le ofrecieron a Marshall filmar la comedia Hay que educar a Niní. La actriz aceptó con la condición de elegir al director y participar en los guiones. Como no podía interpretar a Cándida y Catita por cuestiones de contrato, Marshall apareció como Niní Reboredo. Este personaje era una actriz de reparto que vivía en un internado de niñas y se hacía pasar por la hija de un industrial rico, interpretado por Francisco Álvarez. Según Etchelet, los carpinteros y técnicos del estudio dejaban sus puestos para verla actuar, y muchas escenas tuvieron que repetirse por las risas. Las hermanas Mirtha y Silvia Legrand aparecieron como extras en la película. Hay que educar a Niní quedó en tercer lugar en la encuesta de lo mejor de la temporada del Heraldo del Cinematografista. Horacio Salas, al entregarle el título de Ciudadana Ilustre en 1989, le dijo: "Una de sus películas se llama Hay que educar a Niní. Pero es Niní quien nos educa hace 50 años".

En julio de 1940, Marshall firmó un contrato exclusivo con Argentina Sono Film para filmar dos películas dirigidas por Luis César Amadori en seis meses. Este acuerdo se extendió hasta diciembre de 1943. Entre noviembre y diciembre de ese año, la actriz grabó por primera vez un disco. En su personaje de la cantante Loli, grabó catorce canciones, como "Se lo cuentas a Noel", "Soy castañera" y "La Sinforosa", bajo el sello Odeón.

De nuevo dirigida por Romero, a principios de 1941, protagonizó Yo quiero ser bataclana. En esta película, Marshall hizo una parodia del ballet La muerte del cisne de Saint Saens e interpretó el tango "El vino triste" de Juan D’Arienzo. Recibió consejos de Mecha Quintana y luego recordaría con humor en Mis memorias que "bailé de punta y maté al cisne como si fuera una gallina". La crítica de cine la calificó como "una buena película cómica". La propia actriz destacó que "tuvo un ritmo muy rápido, diálogos vivos y ocurrencias ingeniosas".

El empresario de radio Pablo Valle, al notar que la actriz estaba siendo eclipsada por el cine, mostró su enojo. Mientras tanto, Llauró intentó convencerla sin éxito de regresar a la radio. Al mismo tiempo, Marshall inició una gira con Pedro Quartucci (en lugar de Thorry) y viajó a Chile y Perú. Sus presentaciones en esos países fueron tan populares que la demanda de entradas superó las expectativas, y las salas estuvieron llenas toda la semana.

Marshall presentó un nuevo personaje, la cantante de ópera Giovanina Regadiera, en su película Orquesta de señoritas. Con este personaje, se burló de las divas del Bel canto que se presentaban en el Teatro Colón. Su biógrafa Marily Contreras está de acuerdo en que la producción de los años 1939-1941 fue "impresionante". Esto causó cansancio en Marshall, quien además combinaba sus películas con apariciones ocasionales en la radio.

Un año después, Amadori la introdujo en el género policial con La mentirosa, estrenada en el cine Ocean. En una de las escenas, una bala perfora la ventana trasera del coche, y el personaje de Marshall exclama: "¡Qué lástima, un auto tan nuevo y ya se está apolillando!". Enrique Santos Discépolo, uno de los compositores más importantes de la época, la incluyó en su siguiente proyecto, Cándida, la mujer del año (1943). Esta película solo estuvo una semana en cartelera y fue un fracaso comercial. Abel Posadas analizó que Hay que educar a Niní (1940), Orquesta de señoritas (1941), La mentirosa (1942) y La mujer sin cabeza (1947) "ofrecen un panorama atractivo de ensueño, partiendo del mecanismo de la impostura, tan importante para el entretenimiento propuesto por Amadori".

Grandes producciones y desafíos políticos

Marshall volvió al género de la parodia en 1943, cuando fue invitada a protagonizar Carmen. Esta película se inspiró en la ópera de Georges Bizet y se considera la primera gran producción del cine argentino con un tema cómico. La historia cuenta que una costurera fanática de Carmen cree convertirse en la protagonista después de un golpe en la cabeza. Según Contreras, la película tiene "un poco de la famosa ópera, otro poco de literatura y mucho ingenio y locura". En una escena, el personaje de Carmen debía rodar por las escaleras. El director propuso contratar a una acróbata, pero Marshall se negó y realizó la escena ella misma, lo que le causó varios moretones. La revista Antena señaló que "Niní es el alma de Carmen y casi puede decirse que toda la película es ella".

El éxito inicial de Carmen llevó a una serie de tres películas que se completaron con Madame Sans Gêne y Mosquita muerta. Ambas también se basaron en obras famosas adaptadas a la parodia.

El 4 de junio de 1943, hubo un cambio de gobierno que destituyó al presidente Ramón S. Castillo. Arturo Rawson ocupó el cargo por tres días, y luego fue reemplazado por el coronel Pedro Pablo Ramírez. El 7 de junio, se creó el Consejo Superior de las Transmisiones Radiotelefónicas. Su primera decisión fue prohibir una larga lista de palabras y expresiones mal usadas en el lenguaje común en la radio.

Marshall había renovado su contrato con Radio Mitre por una suma importante de dinero. En sus memorias, relató que, al terminar una de las emisiones, "no pude con mi genio y me despedí diciendo: 'Hasta el viernes... si nos dejan'". Marshall no pudo volver a presentarse en la radio, y su siguiente aparición fue reemplazada por una de Hugo del Carril. Desde la oficina de Radiocomunicaciones, la actriz recibió un comunicado que decía que la prohibición se había hecho "porque sus personajes deformaban el idioma al pueblo argentino, que no tiene capacidad de discernir". José Ramón Mayo, un colaborador de Ramírez y defensor del buen uso del idioma, dijo en una entrevista que "miles de personas decían como ella: '¿lo qué?'... Entonces, un día la llamamos y le dijimos que debía moderar sus libretos. Lo que Niní nunca ha dicho es que nos tomaba el pelo, que con nuestras recomendaciones hacía lo que se le daba la gana".

Ahora ya no es solo el deseo de descansar. Ahora su labor, que nunca tuvo más censura que la propia, debe entrar como todas en una nueva y más rápida regla de propalaciones y sus muñecos ya no serán los mismos, ya no lo eran en sus últimas noches.
Publicación de Antena.
Archivo:Mosquita muerta
Niní Marshall y Francisco Charmiello en Mosquita muerta (1946).

Marshall parodió la vida de Cathérine Hübscher, la viuda del mariscal francés François Joseph Lefebvre, en Madame Sans Gêne (1945). Esta se convirtió en la película más costosa del cine argentino. Conrado Nalé Roxlo fue el encargado de adaptar la obra de teatro de Victoriano Sardou. La película estuvo diez semanas en cartelera en Calle Corrientes, y muchos autores la consideran la "película cumbre" de Amadori. La encuesta del Heraldo la colocó en el cuarto puesto entre las mejores producciones del año, y Marshall ganó el premio a la mejor actriz cómica de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.

Después de estrenar Santa Cándida en marzo de 1945, la actriz no recibió propuestas de trabajo hasta la siguiente temporada. Así que dedicó su tiempo a su casa en Recoleta, a tomar clases de inglés y pintura, y a descansar en su quinta de Moreno. Al año siguiente, fue invitada a protagonizar Mosquita muerta, basada en una obra de 1883 de Henri Meilhac. En esta película, presentó dos nuevos personajes: Gladys Minerva Pedantone y la Niña Jovita. Las críticas fueron variadas, y aunque no tuvo el mismo éxito que la anterior, estuvo ocho semanas en cartelera en la ciudad y doce en las afueras. Di Núbila la describió como "una comedia poco cinematográfica y de éxito comercial".

Un período de menos actividad

Archivo:Nini marshall y antonio carrizo en radio elmundo
Niní Marshall y Antonio Carrizo en Radio El Mundo, años de 1950.

En 1947, Marshall regresó a la radio cuando viajó a Uruguay y realizó varias presentaciones en Radio Del Plata de Montevideo. En Buenos Aires, participó en la obra de teatro Un lío de millones en el Teatro Astral. La actriz se entusiasmó con la propuesta y se encargó de ajustar los personajes que había elegido interpretar. El estreno atrajo a una gran cantidad de público, tanto que la policía tuvo que abrir paso para que los artistas pudieran llegar al teatro. Sin embargo, la obra solo estuvo un mes en cartelera, el tiempo mínimo acordado por contrato, y la crítica fue muy dura con el autor y la obra. Marshall luego diría que "los autores clásicos se metieron con ellos y no les perdonaron que yo los hubiera elegido. Cosas peores se han visto".

En Una mujer sin cabeza, dirigida nuevamente por Amadori, las buenas críticas no lograron que la película permaneciera en los cines por más de dos semanas. La Nación publicó que "el público pudo ver nuevamente cómo esta actriz llena de interés las escenas con su presencia o su palabra". Marshall volvió a aparecer en una película de menos de una hora llamada Buenos Aires canta. Esta consistía en una serie de números musicales donde se presentaban artistas y grupos populares, como Hugo del Carril y Azucena Maizani. Allí, interpretó a Loli y cantó una canción popular española. La versión completa de la película desapareció, y actualmente no existen copias. Algunas versiones sugieren que pudo haber sido desarmada porque eran fragmentos musicales.

Su siguiente película, Navidad de los pobres, se estrenó en 1947 en el cine Monumental y marcó el regreso de Catita después de seis años fuera de la pantalla. Según La Prensa, Marshall "constituye el alma y la mejor base de la película". La película fue un éxito, y su trabajo le valió el premio a la mejor actriz cómica de la ACCA.

Marshall decidió probar suerte de nuevo con el teatro en 1948. Fue invitada a ser la coprotagonista de Pepe Arias en Y Pepe volvió con música en el Teatro Casino, dos años después del fracaso de Un lío de millones. Los actores realizaron tres funciones diarias con dos espectáculos diferentes y recibieron críticas positivas, especialmente Marshall, que buscaba consolidarse en el mundo del teatro. Ese mismo año también filmó Porteña de corazón, donde nuevamente actuó como Catita junto a Augusto Codecá. Según Di Núbila, "fue la mejor y más ágil comedia de Catita en bastante tiempo". Sin embargo, otras críticas señalaron que "necesita volver a Madame Sans Gene o a la humana Cándida".

Cambios en el gobierno y dificultades para trabajar

El último trabajo de Marshall con Manuel Romero fue en 1949 con Mujeres que bailan. A pesar de su éxito moderado, las críticas se vieron opacadas por las noticias de la época. Fanny Navarro, una actriz de drama, fue una de las integrantes del elenco, y su papel principal se destacó más que el de Marshall, según la mayoría de los medios de prensa. En sus memorias, Marshall dijo que "nuestra relación fue muy cordial. Ella era una hermosa muchacha, amable y obediente en el trabajo". Durante la filmación de la película, Navarro tenía una relación con Juan Duarte, hermano de Eva Perón y secretario privado del presidente. Según Marshall, Navarro la invitó varias veces a cenar en nombre de Duarte, diciendo que era "su actriz favorita", pero la actriz rechazó todas las invitaciones "con cortesía pero sin ocultar mi falta de interés por conocerlo".

Un mes después del estreno de la película, Marshall viajó a Nueva York. Fue contratada por Carlos Montalbán para actuar en el Teatro Puerto Rico. El contrato inicial de siete días se extendió a dos semanas. Al finalizar, la actriz viajó a México, donde filmó su primera película mexicana, Una gallega en México, dirigida por Julián Soler. El rodaje se combinó con presentaciones en el local nocturno El Patio y en el Casino Follies. Su trabajo le valió el premio a la mejor actriz del año, y Antena publicó que "México descubrió a Niní como brillante actriz dramática". Los guiones se modificaron para incluir dos escenas que mostraron el talento dramático de Marshall, y Soler decidió añadir situaciones que explotaran ese perfil en la película, que luego se estrenó en Venezuela y Cuba.

Durante el período de gobierno entre 1946 y 1955, la actividad en el cine fue intensa. Sin embargo, el favoritismo y la censura para todo lo que no coincidiera con la visión oficial afectaron la calidad de las producciones. La escasez de celuloide y la caída de la industria cinematográfica hacían que los proyectos necesitaran apoyo del Estado. En un momento de dificultades para algunos artistas relacionados con la oposición, una notable disminución en las producciones y la poca distribución de película virgen, los productores extranjeros ofrecieron nuevas oportunidades a figuras de Argentina. Así, además de recibir propuestas para filmar en México, Marshall fue invitada a filmar en España Yo no soy la Mata-Hari (1949), una parodia de la vida de la espía Mata Hari dirigida por Benito Perojo.

De regreso a Buenos Aires, Ángel Mentasti le comunicó a Marshall que debían cancelar todos los proyectos que la invitaban, por un pedido especial de la primera dama Eva Perón. En sus memorias, Marshall relató que ante esa situación decidió pedir una reunión con el presidente:

En busca de razones solicité una entrevista al presidente de la Nación y me contestaron que me recibiría en la Casa de Gobierno, su secretario privado, Juan Duarte, ¡mi antiguo admirador! Tres veces fui a la audiencia acordada y en ninguna de las dos primeras me recibió. En la tercera... tras dos horas de espera, en una amplia antesala con mucha otra gente alrededor, salió el secretario del secretario del Presidente y en voz alta gritó: «Señora, dice el señor Duarte que se acuerde cuando en una fiesta de gente importante, vestida de... (se omite palabra), imitó a su hermana Eva».

Marshall tuvo que irse del país porque no podía trabajar en Argentina, al igual que otros artistas como Libertad Lamarque y Arturo García Buhr. En medio de una investigación por problemas legales, Juan Duarte fue hallado sin vida en abril de 1953. Después de un cambio de gobierno, las dificultades para trabajar se repitieron, esta vez para los artistas relacionados con el gobierno anterior, como Fanny Navarro. La carrera de Navarro decayó mucho a partir de 1955, y solo filmó tres películas más en la década siguiente. Falleció joven en 1971, olvidada por el público y lejos del mundo artístico.

Su tiempo en México

Marshall viajó a México y se instaló en la Casa Latinoamericana, un edificio de apartamentos donde se hospedaban otros artistas en situaciones similares, como Amanda Ledesma y Libertad Lamarque. Con esta última, mantuvo una amistad muy cercana hasta su fallecimiento. Su primer trabajo en México después de su partida de Argentina fue junto a Joaquín Pardavé en Una gallega baila mambo, que nunca se estrenó oficialmente en Argentina.

Entre 1950 y 1951, Marshall filmó cuatro películas en México: Una gallega baila mambo, La alegre casada, Mi campeón (junto a Lamarque) y Los enredos de una gallega. Estas películas se estrenaron luego en Argentina en cines de menor categoría en el interior del país. En 1952, volvió al género de la sátira al filmar Amor de locura, considerada una de sus mejores actuaciones en México. En 1953, Marshall participó en Reportaje, una película en la que actuó junto a Jorge Negrete, María Félix, Arturo de Córdova, Dolores del Río y Pedro Infante. Este elenco participó sin recibir pago alguno. La película se estrenó sin mucha publicidad en Argentina en 1956, y Marshall, al igual que otros actores, no fue incluida en el montaje final ni en los créditos. El último trabajo de la actriz completamente realizado en México fue Dios los cría, una comedia de 1953 con escenas filmadas en la ciudad, Chapultepec y la Fuente de Petroleros.

Durante su estancia en México, Marshall creó dos nuevos personajes: Bárbara Mac Adam, una turista mexicana a la que le gustaba vestirse con ropa típica, y Lupe, una mujer de pueblo que sufría maltrato de su esposo. La actriz los presentó en Argentina durante una actuación en Radio Belgrano en 1954, pero no tuvieron mucho éxito.

Después del fallecimiento de Eva Perón, con su hija a punto de casarse y tras una gira que la llevó por Colombia, Perú y Chile, Marshall regresó definitivamente a Buenos Aires en 1954. Aunque su prohibición en el cine seguía vigente, recibió una invitación de Raúl Apold, secretario de Prensa del gobierno. Él le aseguró en su oficina que volvería a trabajar y le ofreció participar en un festival organizado por la Secretaría de Prensa en el Teatro Presidente Alvear. La actriz rechazó la propuesta, diciendo que no quería participar en actos del gobierno. En cambio, optó por hacer una función de radio para Radio Belgrano en la sala del Consejo Nacional de Mujeres y filmar una coproducción cubano-mexicana, Una gallega en La Habana (1955), dirigida por René Cardona.

En marzo de 1956, Marshall participó en festivales, colectas y funciones a beneficio de los niños enfermos de poliomielitis. Este gesto de solidaridad fue similar al que hizo en 1944, cuando participó en una convocatoria para artistas del GOU (encabezado por Juan Domingo Perón) para recaudar fondos para las víctimas del terremoto de San Juan. En esa ocasión, Marshall fue reconocida por haber recaudado la mayor cantidad de dinero: 4964 pesos, más 1000 que ella misma aportó.

Desafíos en su carrera

Archivo:Niní Marshall
Niní Marshall a principios de los años de 1960.

Su regreso al cine argentino ocurrió en 1956 con el estreno de Catita es una dama. Esta película no fue bien recibida por la crítica y solo estuvo una semana en los cines. En ese momento, Marshall se dio cuenta de que el público había cambiado con respecto a la década anterior y que debía adaptarse a los nuevos tiempos.

Continuó actuando en la radio, su medio preferido, hasta que en 1957 debutó por primera vez en televisión. Fue en un programa llamado Philco Music Hall, que la catalogó como la "artista más cara de la televisión argentina" al recibir 50.000 pesos por cada emisión. En 1958, debutó en la radio con Guillermo Brizuela Méndez. Durante una de sus actuaciones, presentó el personaje de Don Cosme. Poco después, recibió una carta de un médico del Hospital Ramos Mejía que le decía que la voz del personaje era muy peligrosa para sus cuerdas vocales. Por eso, dejó de interpretarlo de inmediato.

Después de una presentación en Radio Nacional de España, regresó a Argentina para lanzar su propio programa de televisión, Esas cosas de Niní, emitido en 1960 por Canal 7. Sin embargo, no tuvo suficiente publicidad y duró muy poco. Marshall se sintió confundida, ya que el formato del programa, que consistía en hacer monólogos frente a la cámara, era el mismo que Bob Hope usaba con éxito en Estados Unidos.

En 1961, Manolo Fábregas la invitó a actuar en el Teatro de los Insurgentes de México con Cosas de mamá y papá. Por este trabajo, ganó el premio a la mejor actriz del año de la Asociación de Cronistas Teatrales Mexicanos. A su regreso, presentó la obra adaptada para el público argentino en el Teatro Odeón. Esto marcó su regreso a los escenarios después de catorce años. Según La Nación, "fue durante la permanencia de Niní en el escenario que la obra alcanzó mayor animación". Poco después, se hizo una versión para televisión.

Su siguiente obra fue Buenos Aires de seda y percal, un espectáculo musical con 18 números que recreaba la vida de la ciudad desde 1930 hasta 1963. Sin embargo, al igual que La señora barba azul, en la que también participó su hija Ángela, no tuvo publicidad y las ganancias no cumplieron las expectativas.

Marshall regresó al cine después de ocho años con Cleopatra era Cándida en 1964. Esta película fue un fracaso, al igual que todas las que le siguieron hasta el final de su carrera. Entre 1967 y 1971, logró participar en cuatro películas más: Escándalo en la familia, Ya tiene comisario el pueblo (la primera a color), La novela de un joven pobre y Vamos a soñar por el amor. En general, eran producciones comerciales para dar a conocer a algún joven cantante de la época.

La carrera de Marshall pareció resurgir hacia 1967, cuando sus presentaciones en el programa Sábados circulares de Pipo Mancera comenzaron a hacerse populares. Sus segmentos al aire empezaron con cinco minutos de duración y, al poco tiempo, se extendieron a veinte sin publicidad. La actriz, por su parte, no se sentía cómoda con la televisión en vivo: "... se hace todo tan rápido, tan improvisado. Si uno no se acuerda la letra le ponen en las narices un tremendo cartel para que lo lea". Aunque Marshall criticaba la falta de independencia y la hostilidad de la televisión, sus presentaciones alcanzaron entre 30 y 40 puntos de audiencia. El éxito con Mancera la motivó a lanzar de nuevo un programa propio, Teatralerías, pero fue un fracaso total y el programa no soportó los cambios en la audiencia.

En 1969, presentó en teatro una versión musical de Las de Barranco, llamada Recuerdo del viejo Buenos Aires. El proyecto la entusiasmó, pero la obra se ubicó en el séptimo lugar entre los espectáculos más vistos y progresivamente bajó hasta el undécimo. Marshall interpretó a Victoria Valdor, una tía divertida y con encanto, en Coqueluche, donde apareció con una peluca rubia. La obra se estrenó en 1971 en Mar del Plata y tuvo éxito durante toda la temporada de verano. Sin embargo, a pesar de la buena recepción, la actriz dejó el trabajo y fue reemplazada por Noemí Laserre.

Su regreso y retiro

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Enrique Pinti, Karen Mails, Niní Marshall y Jorge Luz en El pequeño Marshall-Luz ilustrado (1976).

En 1972, Lino Patalano buscaba un espectáculo para montar. Mientras revisaba una revista, leyó una entrevista a Marshall donde anunciaba su retiro. Patalano consiguió su teléfono y se comunicó de inmediato para convencerla de hacer un espectáculo de café-concert. Después de insistir durante seis meses, la actriz aceptó la propuesta. Patalano recordó que en una ocasión Marshall le mostró unos guiones de Y... se nos fue redepente, un espectáculo de humor negro que había escrito en los años 40 y nunca había podido estrenar.

Patalano destacó que Marshall era extremadamente tímida. "Todo iba sobre ruedas hasta que el día del ensayo general, Niní nos dijo: '¡Chicos, yo los indemnizo pero no debuto!'", a lo que él reaccionó: "Señora, con todo el respeto, ¡déjese de bromas! Váyase al hotel y mañana venga para la función". En entrevistas posteriores, comentó que los productores "estuvimos hasta la noche muy nerviosos".

El espectáculo se presentó en 1973 en El Gallo Cojo Kabarett, fue un éxito y se extendió a 1800 funciones en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Montevideo, Santiago de Chile y Lima. También se hizo un especial para televisión emitido en 1979 por Canal 13 y en 1986 un disco. La edad de Marshall y otros proyectos impidieron llevar el espectáculo a Estados Unidos, México y Venezuela. La obra se desarrollaba en un solo escenario, el velatorio del zapatero Don Pascual, alrededor del cual la actriz recreaba a todos sus personajes, que se acercaban a darle el pésame a la viuda Electra.

En 1975, recibió un premio Martín Fierro como homenaje, junto con otras figuras del espectáculo como Libertad Lamarque, Tita Merello y Mirtha Legrand. Un año después, Marshall se preparaba para estrenar El pequeño Marshall-Luz ilustrado junto a Jorge Luz cuando sufrió un aneurisma. Tuvo que suspender el proyecto y también Y... se nos fue redepente, que retomó después de su recuperación. Luego, fue invitada para una breve temporada de Una noche en la radio que, gracias a su éxito, fue extendida y presentada en Mar del Plata. En 1977, durante solo tres días, Marshall grabó un especial de televisión para Canal 13 titulado El humor de Niní Marshall, presentado dentro del programa El mundo del espectáculo.

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Luis Sandrini y Niní Marshall en ¡Qué linda es mi familia! (1980), la última película de ambos.

En 1980, después de haber rechazado el papel principal de La nona, filmó su última película, ¡Qué linda es mi familia!, junto a Palito Ortega y Luis Sandrini. Mientras se tomaban fotografías el último día de rodaje, Sandrini sufrió un problema de salud, fue internado y falleció once días después. La película inicialmente se iba a llamar La familia está de fiesta, pero los productores decidieron cambiar el título debido al fallecimiento del actor. Marshall, muy afectada, nunca más pudo ver la película.

Al año siguiente, recibió el premio Konex de Platino como mejor actriz cómica. Sus últimos trabajos incluyeron treinta emisiones en un programa de radio junto a Antonio Carrizo y una participación especial en el programa de televisión Juntos en 1982. Después de esto, decidió retirarse y, en sus propias palabras, "no asistir a sus propios funerales".

Sus últimos años

Marshall publicó sus memorias en 1985 con la ayuda de Salvador D'Anna. Un año después, donó parte de los vestuarios de sus personajes al Museo del Cine. En 1988, interrumpió su retiro para actuar como Doña Caterina en una emisión del programa de televisión El mundo de Antonio Gasalla. La actriz describió su participación allí como "un horror".

Hacia el final de su vida, comenzó a recibir honores y reconocimientos por su larga trayectoria en el espectáculo. En 1989, fue declarada Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña. En 1992, recibió el premio Podestá a la Trayectoria de manos de Mirtha Legrand, quien curiosamente había debutado como extra en una de sus películas. Ese mismo año, fue internada en terapia intensiva durante diez días y se temió por su vida.

En junio de 1992, Marshall cedió los derechos de sus guiones para ser representados en París en el espectáculo Mortadela. A pesar de su avanzada edad, se encargó personalmente de supervisar la traducción de los mismos al francés. Marilú Marini fue la encargada de recrear sus personajes, y la obra recibió el Premio Molière a la mejor comedia musical. Marshall asistió entre lágrimas al estreno en el Teatro Lola Membrives de Buenos Aires, donde fue ovacionada y se le dedicó la función.

En 1995, se estrenó Niní, una obra similar representada en el Teatro Petit Montparnasse, también protagonizada por Marini. Al igual que con la anterior, Marshall asistió al estreno en el Teatro Maipo y comentó que "me costó mucho firmar el contrato para que mis textos sean actuados por otra persona. Y todavía debo confesar que me gustaría estar arriba de un escenario". Cuando el público más joven se acercaba a saludarla y reía con sus personajes, solía decir: "Hay una cuarta generación que me aguanta".

La vida me ha dado muchas cosas, sobre todo el amor de la gente que es lo que yo más agradezco. Lo dije y lo diré hasta el cansancio: «Mi vida no es más que la de una señora de su casa que se hizo la graciosa». Así quiero que me sientan y así quiero que me recuerden.
Niní Marshall, en su 90º. cumpleaños.

La última aparición pública de Marshall ocurrió en diciembre de 1995. Visiblemente débil y frágil, asistió al Teatro Nacional Cervantes para acompañar a su amiga Libertad Lamarque en el homenaje que le brindó la Secretaria de Cultura de la Nación.

Su fallecimiento

En enero de 1996, Marshall fue ingresada en la Clínica Bazterrica de la Recoleta por problemas respiratorios. La noticia no se hizo pública hasta tres días después, y las autoridades de la institución no dieron muchos detalles por pedido de su familia. El 8 de marzo, fue internada nuevamente en terapia intensiva por una afección respiratoria y un cuadro severo de deshidratación que le causaron un deterioro general y progresivo.

Marshall falleció a los 92 años el 18 de marzo de 1996 a las 11:05 UTC-3 debido a un paro cardiorrespiratorio. Su cuerpo fue velado en el Teatro Nacional Cervantes y trasladado a la bóveda familiar en el cementerio de Olivos.

Su vida personal

Marshall se casó en 1924 con Felipe Edelmann, un ingeniero ruso mucho mayor que ella y educado en Alemania. Con él tuvo a su única hija, Ángela, nacida en 1926. Edelmann tenía problemas con el juego y perdió todos sus bienes, incluyendo la casa donde vivía con Marshall. Por esta razón, la actriz decidió separarse: "el día que me enteré me recibí de adulta. Quedé sola frente a las circunstancias... una sola cosa me importó: quedarme con mi hija", manifestó en una ocasión. Edelmann falleció en julio de 1957.

Cuando comenzó a actuar en la radio, conoció a Marcelo Salcedo, un contador paraguayo de una empresa de yerba mate. Se casaron en México poco después. Salcedo acompañó a Marshall durante su carrera en los años 30 y 40, pero decidieron separarse en 1950 cuando la actriz tuvo que irse a México.

En 1953, durante su estancia en la Casa Latinoamericana, comenzó una relación con el productor y periodista Carmelo Santiago. Él se convirtió rápidamente en su representante y convivieron durante 15 años, hasta 1968, cuando ella descubrió que él tenía otra pareja. Santiago falleció en agosto de 1993.

Marshall vivió la mayor parte de su vida en el barrio de Recoleta, frente a la Plaza Vicente López. Allí desarrolló su afición por la pintura, la lectura y el coleccionismo de antigüedades. Su nieto Carlos Gamallo actuó en seis películas argentinas entre 1993 y 2004, destacándose en Gatica, el Mono. Su sobrina nieta, Susana Degoy (1943-2008), fue una escritora e investigadora especializada en la sociología del espectáculo. La hija de Degoy, sobrina bisnieta de Marshall, es la actriz ítalo-argentina Antonella Costa.

El legado de Niní Marshall

Archivo:Teatro Niní Marshall
Teatro Niní Marshall.

María Elena Walsh la llamó "Nuestra Cervantes" y explicó que "solo un prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní desordenarlo, transformarlo y lanzarlo a las efímeras ondas del aire". Su talento para imitar las formas de hablar de diferentes grupos sociales o comunidades fue un gran aporte. No solo para sus monólogos, sino también para el estudio del lenguaje. La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata grabó a Marshall en los años 50 para estudiar las particularidades lingüísticas de sus personajes.

Según Dora Cerati, quien recopiló varios discos históricos de sus programas de radio: "A la manera de una Mafalda adulta, Niní mostró una clase social que había sido dejada de lado. Hizo que dijeran o ridiculizaran lo superficial, pero sin groserías, sin palabras feas, sin golpes bajos". Marshall hizo visible, a través del humor, a la clase inmigrante. En los años 40 y 50, esta clase representaba una gran parte de la población del país y era discriminada por las minorías.

Su hija Ángela Edelmann dijo en una entrevista que su madre se destacó por encima de otras comediantes de su generación porque "escribía, dirigía, actuaba, vestía, maquillaba" a sus personajes. Enrique Pinti también se refirió a esto y destacó que Marshall "creaba sus propios personajes y, por eso, es bastante incomparable... Niní lo concebía de una manera completa".

En 1999, la familia de Marshall, junto con el sello discográfico Gogni y Vea Más Multimedios, lanzaron tres discos compactos que recopilaron sus monólogos más exitosos. Desde el año 2000, la casa donde vivió en su niñez y adolescencia, la Casa de los Querubines, es la sede del Museo de la Ciudad. Un año antes, se había colocado una placa en su honor.

El Correo Argentino honró la memoria de Marshall cuando en 2002 lanzó una serie limitada de estampillas postales con su rostro. En 2003, para conmemorar su centenario, se realizaron varios homenajes en su honor. Entre ellos, una exposición retrospectiva con fotos, vestuarios y guiones llamada Niní cumple 100 años en el Centro Cultural Recoleta. También se proyectaron sus películas principales en la sala Leopoldo Lugones. Al mismo tiempo, el canal de cable Volver emitió un ciclo especial con sus películas, y las autoras Patricia Narváez y Marily Contreras publicaron dos libros biográficos. En 2005, Raúl Etchelet estrenó el documental La película de Niní, basado en un libro biográfico del mismo autor, que contiene testimonios, material fílmico y narra la vida de Marshall.

En 1996, Clarín realizó una encuesta popular sobre los artistas argentinos. Marshall obtuvo el cuarto puesto como la "artista más querida de todos los tiempos" con un 10.2% y la "más talentosa" con un 7.3%. El mismo periódico realizó otra encuesta similar en 2005, y allí obtuvo el segundo puesto en la sección del "mejor cómico de toda la historia argentina" con un 10.3%, solo superada por Alberto Olmedo. La revista Viva la incluyó entre "las diez argentinas del siglo XX" en 1999. En una encuesta realizada ese mismo año, fue elegida "la actriz cómica de todos los tiempos".

El Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken tiene una sala Niní Marshall. Allí se exhiben fotografías, cuadros, vestimentas y objetos de cine que se usaron en las películas de la actriz, así como objetos personales. Un pasaje junto al Teatro Candilejas en Villa Carlos Paz y un anfiteatro de la Costanera Sur también fueron nombrados en su honor. En 2009, una calle de Puerto Madero fue bautizada Niní Marshall por votación popular. En 2011, para conmemorar los 15 años de su fallecimiento, se inauguró un teatro con su nombre en el partido bonaerense de Tigre. Este teatro fue apadrinado por la actriz Norma Aleandro y declarado de interés municipal por el intendente Sergio Massa.

Marshall fue interpretada por la actriz Alejandra Majluf en la película biográfica Ay, Juancito (2004), dirigida por Héctor Olivera. La película se basa en la vida de Juan Duarte y su relación con el mundo del espectáculo.

La Escuela Secundaria en Teatro Niní Marshall de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lleva su nombre desde el año 2015. Está ubicada en el barrio de Mataderos.

Personajes famosos de Niní Marshall

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Sombrero perteneciente a los vestuarios de Marshall en el Museo del Cine.

Marshall observaba la sociedad de su época con mucha atención e inteligencia. Esto le permitió crear sus personajes y mostrar, de forma exagerada, las características y defectos de las diferentes clases sociales. Sus personajes representaban la forma de ser de los argentinos y se convirtieron en ejemplos de la inmigración europea que llegó a América a principios del siglo XX.

Marshall explicó que creaba sus personajes basándose en la observación y la exageración:

Creo mis personajes observando a la gente, prestando atención a los pequeños defectos que pueden causar risa. Yo voy a la peluquería, por ejemplo, y paro la oreja para ver lo que hablan los clientes. Es increíble lo que pueden decir allí las mujeres: están en los secadores y como el aparato les tapa las orejas y hace ruido, deben gritar para escucharse. A gritos cuentan la vida y milagros de todo el barrio. En general, yo caricaturizo lo que allí se dice, pero a veces ni me hace falta cargar las tintas, lo mismo en los transportes públicos: generalmente no viajo en ómnibus porque me reconocen y me miran, y eso me pone muy nerviosa; pero a veces me pongo los anteojos negros y doy una vuelta para escuchar a la gente. Parece mentira lo indiscretos que son. Otra fuente muy jugosa es la placita Vicente López que está enfrente a mi casa; ahí espío a las empleadas domésticas con sus novios y obtengo expresiones, dichos y situaciones que con solo repetirlos causan gracia.
Niní Marshall

La psicóloga Ana Padovani señaló en una entrevista que Marshall "hizo un trabajo muy interesante con la palabra. Ella lograba un texto muy elaborado a partir de la observación detallada de las corrientes migratorias, de las formas de hablar, de las costumbres. No tiene una producción literaria en el sentido estricto, pero considero que tiene bien ganado el estatus de escritora". Por su parte, María Moreno, en un artículo en Página/12, destacó que "la actriz llevaba sus registros orales a una exageración tal que, no solo se volvían críticos sino que terminaban constituyendo, lejos de rasgos típicos, singularidades que generaban mucha creatividad e ingenio".

Los personajes más famosos de Marshall fueron Cándida y Catita. Cándida representaba a las empleadas domésticas gallegas que hablaban de forma incorrecta. Catita, por su parte, era una mujer típica de conventillo (una vivienda compartida) de una familia italiana.

También interpretó otros personajes destacados como:

  • Doña Pola: un estereotipo de la comunidad judía.
  • Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón: la típica mujer de clase alta y superficial.
  • La Niña Jovita: una solterona pasada de moda.
  • Gladys Minerva Pedantoni: la alumna más aplicada de la clase.
  • Doña Caterina: la abuela italiana de Catita que hablaba en cocoliche (una mezcla de italiano y español).

Otros personajes fueron creados de manera similar, pero no tuvieron la misma popularidad. Algunos de ellos son:

  • Don Cosme: un italiano de voz ronca.
  • Lupe: una joven que sufría y era maltratada por su esposo.
  • Belarmina Cueio: una joven de provincia y empleada doméstica de la Niña Jovita.
  • Loli: una actriz y cantante de cuplés pasada de moda.
  • Mingo: el hermano travieso de Catita.
  • Bárbara Mc Adam: una mujer refinada y extravagante, un estereotipo de la clase alta mexicana.

Los personajes de Mingo y Catita, creados por Marshall, tuvieron más tarde sus equivalentes en Minguito Tinguitella y la Porota, interpretados con éxito por Juan Carlos Altavista y Jorge Luz en la década de 1980, respectivamente.

Filmografía de Niní Marshall

Durante sus 50 años de carrera profesional, Marshall participó en 38 películas: 28 en Argentina, 9 en México y una en España. También tuvo 10 apariciones en programas de televisión. Su filmografía se compone de comedias y abarca el período entre 1938 y 1980, tiempo en el que también se dedicó al teatro y la radio.

Películas en Argentina

  • Mujeres que trabajan (1938).
  • Divorcio en Montevideo (1939).
  • Cándida (1939).
  • Casamiento en Buenos Aires (1940).
  • Los celos de Cándida (1940).
  • Hay que educar a Niní (1940).
  • Luna de miel en Río (1940).
  • Yo quiero ser bataclana (1941).
  • Orquesta de señoritas (1941).
  • Cándida millonaria (1941).
  • La mentirosa (1942).
  • Cándida, la mujer del año (1943).
  • Carmen (1943).
  • Madame Sans Gene (1945).
  • Mosquita muerta (1946).
  • Santa Cándida (1945).
  • Una mujer sin cabeza (1947).
  • Buenos Aires canta (1947).
  • Navidad de los pobres (1947).
  • Porteña de corazón (1948).
  • Mujeres que bailan (1949).
  • Catita es una dama (1956).
  • Cleopatra era Cándida (1964).
  • Escándalo en la familia (1967).
  • Ya tiene comisario el pueblo (1967).
  • La novela de un joven pobre (1968).
  • Vamos a soñar por el amor (1971).
  • ¡Qué linda es mi familia! (1980).

Películas en México

  • Una gallega en México (1949).
  • Una gallega baila mambo (1951).
  • Los enredos de una gallega (1951).
  • Mi campeón (1952).
  • La alegre casada (1952).
  • Amor de locura (1953).
  • Reportaje (1953).
  • Dios los cría (1953).
  • Una gallega en La Habana (1955).

Películas en España

  • Yo no soy la Mata-Hari (1949).

Programas de televisión

  • Philco Music Hall (1957).
  • Niní Marshall (1958).
  • Esas cosas de Niní (1960).
  • Cosas de mamá y papá (1964).
  • Sábados circulares (1966-69) (1971-72).
  • Teatralerías (1967).
  • El humor de Niní Marshall (1977).
  • Especial Niní Marshall (1977).
  • Al estilo de Mancera (1978).
  • Y... se nos fue redepente (1979).
  • Mónica y Andrés (1980).
  • Juntos (1982).
  • El mundo de Antonio Gasalla (1988).

Obras de teatro

  • Un lío de millones (1946).
  • Carrousel de estrellas (1948).
  • Pepe volvió con música (1948).
  • Cosas de mamá y papá (1961).
  • Buenos Aires de seda y percal (1963).
  • La señora Barba Azul (1963).
  • Escándalo en Mar del Plata (1965).
  • ¡Vos que lo tenés, cuidalo! (1965).
  • Recuerdo del viejo Buenos Aires (1969).
  • Coqueluche (1971).
  • Y... se nos fue redepente! (1973).
  • El pequeño Marshall-Luz ilustrado (1976).
  • Una noche en la radio (1977) (1981).
  • ¿Quién apagó la radio? (1981).

Premios y reconocimientos

  • Premio «Sensación Radiofónica» de la revista Sintonía (1937).
  • Premio Cóndor de Plata a la mejor intérprete cómica de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (1945).
  • Premio Cóndor de Plata a la mejor actriz cómica de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (1947).
  • Placa de Oro de ACDADT (1950).
  • Premio a la mejor actriz de México (1951).
  • Premio ACDADI (1956).
  • Premio a la mejor actriz cómica del cine argentino (1956).
  • Medalla de Oro de ALPI (1959).
  • Medalla de la Asociación Israelita de la Argentina (1960).
  • Premio a la mejor actriz de teatro en México (1961).
  • Premio Selección al mejor disco para niños (1962).
  • Copa de Plata de la colectividad de Brasil en Argentina (1966).
  • Medalla de oro de Odia (1966).
  • Premio Mástil de Oro del gobierno de Santa Fe (1966).
  • Declarada figura pionera del cine argentino por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (1967).
  • Testimonio de honor a la mejor actuación femenina en show (1967).
  • Premio Leo (1968).
  • Premio 9 de Oro (1968).
  • Premio 9 de Oro (1969).
  • Premio Karamba (1971).
  • Premio Ancla de Oro de la Municipalidad de San Fernando (1972).
  • Premio San Gabriel del Episcopado argentino (1973).
  • Premio La Estrella de Oro de la revista Informe (1974).
  • Premio Gallo Cojo de Oro (1974).
  • Premio Bamba de la Municipalidad de Córdoba (1974).
  • Medalla de oro a la popularidad de la revista Informe (1975).
  • Premio Sol de Oro del Festival de la Popularidad de Río Hondo (1975).
  • Premio Martín Fierro especial de APTRA (1975).
  • Premio Palma de Oro Audiencia (1977).
  • Premio a la mejor actuación femenina en café-concert del diario Popular de Mar del Plata (1978).
  • Reconocimiento «a la artista de todos los tiempos» de Canal 9 (1978).
  • Premio Martín Fierro especial de APTRA (1979).
  • Premio Cruz de Plata Esquiú en el rubro radio y televisión (1979).
  • Cámara Pathé del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken (1980).
  • Premio Konex de Platino a la mejor actriz cómica (1981)
  • Distinción especial de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina «por su aporte al cine argentino» (1983).
  • Distinción Obelisco de Plata del programa Sábado de todos (1983).
  • Distinción Glorias de la Cultura Nacional (1984).
  • Distinción «Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires» por la Legislatura porteña (1989).
  • Premio Martín Fierro como reconocimiento a la trayectoria artística de APTRA (1989).
  • Premio Santa Clara de Asís (1990).
  • Premio Podestá a la trayectoria artística (1992).
  • Premio Fundación Elena B. de D'Anna (1994).
Fuente:

Galería de imágenes

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Niní Marshall para Niños. Enciclopedia Kiddle.