Centro Cultural Recoleta para niños
Datos para niños Centro Cultural Recoleta |
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![]() Frente del Centro
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Ubicación | ||
País | ![]() |
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Localidad | ![]() |
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Dirección | Junín 1930 C1113AAX | |
Coordenadas | 34°35′11″S 58°23′32″O / -34.58638889, -58.39222222 | |
Tipo y colecciones | ||
Tipo | Centro cultural | |
Superficie | 18 800 m² | |
Historia y gestión | ||
Creación | 1978 | |
Inauguración | diciembre de 1980 | |
Administrador | Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires | |
Director | Claudio Massetti | |
Información del edificio | ||
Construcción | 1732 (edificio del Convento) 1880-1900 (edificio del Asilo) 1979-1980 (reciclaje) |
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Arquitecto | Jacques Bedel, Luis Benedit y Clorindo Testa | |
Información para visitantes | ||
Visitantes | 2 000 000 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Ciudad de Buenos Aires
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Sitio web oficial | ||
El Centro Cultural Recoleta (al principio llamado Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires) es un lugar muy especial en Buenos Aires, Argentina. Es un espacio lleno de vida y creatividad para adolescentes y jóvenes. Aquí se promueve la diversidad y se apoyan los movimientos artísticos de Argentina y de todo el mundo desde hace más de treinta años.
Este centro está construido en un lugar histórico con casi 300 años de antigüedad. Combina lo tradicional con lo más moderno y es visitado por más de dos millones de personas al año, especialmente jóvenes.
Se encuentra en el barrio de Recoleta, en la Ciudad de Buenos Aires. Ha sido declarado Monumento Histórico Nacional. Forma parte de una zona con muchos lugares interesantes para visitar, como el Cementerio de la Recoleta y la Plaza Intendente Alvear. El Centro Cultural Recoleta ocupa el edificio de lo que fue el antiguo Asilo General Viamonte. Es uno de los espacios culturales más importantes de la ciudad.
Dentro del Centro Cultural Recoleta, hay salas dedicadas a los adolescentes, al hip hop y al dibujo. También cuenta con una zona de estudio, un espacio para el ocio y la diversión, un café y una tienda con objetos de diseño argentino. Además, tiene una Terraza, un Cine, un Laboratorio musical, un Centro de investigación, un lugar para que vivan artistas (Residencia para artistas), una Capilla y varias salas para exposiciones de arte.
Durante todo el año, el Recoleta invita a organizaciones culturales y a grupos de artistas a participar en su programación. Esto lo hacen a través de convocatorias abiertas y públicas. Por ejemplo, hay convocatorias para artistas que quieran dar talleres o para organizaciones que deseen crear proyectos en colaboración.
Contenido
Historia del Centro Cultural Recoleta
El Centro Cultural Recoleta es conocido por ser un lugar donde siempre se ha apoyado lo nuevo y lo diferente. Desde que abrió como centro cultural en 1980, sus salas se convirtieron en un espacio para que los artistas pudieran mostrar sus ideas libremente. En un tiempo donde no había muchos lugares oficiales para expresarse, el Recoleta acogió nuevas formas de arte, el diseño y la moda, y todas las tendencias que estaban surgiendo.
El edificio del Recoleta tiene una arquitectura única, diseñada por Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit. En los años 80, el Recoleta fue uno de los principales lugares que mostró el espíritu de la época. En esos años, muchos artistas jóvenes se reunían en lugares secretos y creaban arte en sótanos y discotecas. Cuando Argentina volvió a la democracia, el Recoleta fue uno de los primeros lugares oficiales en mostrar estas expresiones artísticas. El concepto de "joven", que antes se había visto con desconfianza, fue muy importante en el Recoleta, dándole más visibilidad a las nuevas generaciones.
Durante los años 80, el Recoleta buscó ser como el Centro Pompidou de París y el Instituto Di Tella de los años 60. Reflejó a través del arte la apertura que vivía el país. Se unieron diferentes tipos de arte: música, teatro, artes visuales y presentaciones artísticas. Fue un lugar donde lo académico se mezcló con lo callejero, lo conocido con las nuevas tendencias, y lo divertido con lo educativo. Rápidamente, su idea de diversidad se hizo popular y su público creció mucho.
Muchos artistas de diferentes generaciones fueron influenciados por el Recoleta. Sus carreras a menudo recibieron un gran impulso gracias a las exposiciones en el centro cultural. Artistas como Liliana Maresca, Ana Gallardo, Marcos López y Guillermo Kuitca encontraron aquí un espacio para explorar y crecer.
En este lugar se presentaron obras importantes del arte argentino, como las de Gyula Kosice, Rómulo Macció y Luis Felipe Noé. También se exhibieron trabajos de León Ferrari, Marta Minujín y Juan Doffo, entre muchos otros.
En 1989 se realizó la primera Bienal de Arte Joven. Incluyó la construcción de un puente que unía el Palais de Glace con el Recoleta. Afuera, en un escenario, se mostraron obras de arte.
En 1988, el Recoleta presentó la exposición «Mitominas I», que exploraba los derechos de las mujeres. Esta muestra fue muy importante para empezar a hablar de estos temas en Buenos Aires. El centro fue pionero en discusiones que hoy son comunes en la sociedad, pero que en ese momento no eran parte de la agenda pública. También fue un espacio para que las Abuelas de Plaza de Mayo pudieran mostrar su búsqueda de sus nietos. En 1998, se inauguró la muestra Identidad, una instalación con espejos y fotos de personas desaparecidas.
El Recoleta siempre ha dialogado con su entorno y ha mostrado en su programación artística el espíritu de cada época. Ha tenido exposiciones, conciertos y obras de teatro que hablaban del contexto social de Argentina y del mundo.
Si en los años 80 fue el lugar para el arte que no era comercial y para artistas innovadores, en los 90 fue la época de la internacionalización. El Recoleta se convirtió en un centro importante para el arte comercial, recibiendo a grandes artistas internacionales y siendo sede de la feria arteBA entre 1991 y 1997.
En 1997, David Bowie dio un concierto acústico en la capilla del Recoleta. Cantó algunas de sus canciones más conocidas. En 1998, Yoko Ono llegó con su exposición «En Trance», donde cien ataúdes con árboles dentro se ubicaban en un gran espacio. Ese mismo año, Gustavo Cerati dio un show histórico en la terraza del Recoleta.
En los años 2000, el artista francés François-Marie Banier inauguró la década con una exposición de retratos fotográficos. También se presentó La Vanguardia Rusa, una muestra de 30 artistas rusos de principios del siglo XX. Fue la época de las grandes instalaciones del Grupo Mondongo y de las presentaciones de Fuerza Bruta en la sala Villa Villa del Recoleta.
Antes de ser un espacio para artistas, el Recoleta fue un convento de franciscanos en el siglo XVIII. Luego, con la Revolución de Mayo, fue una academia de dibujo. En 1822, el lugar se convirtió en escuela de agricultura, jardín botánico, prisión y cuartel. En 1834, fue el primer Hospital de Clínicas y un asilo para personas con problemas de salud mental. Más tarde, se convirtió en un asilo de ancianos en 1944. El Recoleta cambió su propósito para siempre en los años 80, cuando se transformó en un centro de arte joven y moderno. Su historia es clave para entender su presente.
El Convento de los Recoletos
El terreno donde está el Centro Cultural fue donado a los frailes franciscanos recoletos en 1716. El edificio actual era parte de su convento. Los planos fueron diseñados por los arquitectos jesuitas alemanes Johann Kraus y Johann Wolff. El diseño de la fachada y los interiores se atribuyen al arquitecto italiano Andrea Bianchi.
Este conjunto es uno de los edificios más antiguos de la ciudad que aún se mantienen en pie, terminado en 1732. Con la Revolución de Mayo y la independencia de Argentina, los frailes españoles fueron trasladados a Catamarca porque no estaban de acuerdo con el nuevo gobierno. El edificio cambió de uso. Allí, Manuel Belgrano creó una Academia de Dibujo.
Asilo de Mendigos y Otros Usos
En 1822, el gobernador Martín Rodríguez desalojó a los monjes del Convento y lo convirtió en el Asilo de Mendigos. Esto fue parte de una reforma que usó los edificios religiosos para servicios públicos. El complejo se usó como escuela de agricultura, jardín botánico, prisión y cuartel.
En 1828, tropas militares se instalaron en el antiguo Convento. En 1834, una parte se transformó en el primer Hospital de Clínicas de la ciudad y en un asilo para personas con problemas de salud mental. En 1858, el gobernador Valentín Alsina inauguró allí el Asilo de Mendigos, que luego se llamó Asilo de Inválidos.
Asilo de Ancianos “Gobernador Viamonte”
Durante diez años, el asilo fue administrado por la Municipalidad de Buenos Aires. Luego, debido a problemas de dinero, la administración pasó a las hermanas de San Vicente de Paul. Las monjas reorganizaron el asilo, que ahora se llamaba Asilo de Ancianos, y lo dirigieron durante el siguiente siglo.
La zona de "la Recoleta" fue elegida por Torcuato de Alvear, el primer intendente de Buenos Aires (1880-1887), para hacer mejoras y embellecer el espacio público. El edificio del asilo también fue parte de esto. Las ampliaciones comenzaron en 1880. Se construyeron el pabellón de entrada, de estilo italianizante, y la capilla de estilo neogótico, junto con otros pabellones, entre 1881 y 1885. Las obras fueron financiadas con donaciones de familias adineradas de Buenos Aires y diseñadas por el arquitecto municipal Juan Antonio Buschiazzo. Él también diseñó la actual Plaza Intendente Alvear y el pórtico del Cementerio de la Recoleta. Así, Recoleta se convirtió en un lugar favorito para pasear de la clase alta.
Entre 1893 y 1894, se hicieron nuevas ampliaciones a cargo de Buschiazzo. El asilo crecía en número de personas alojadas y agregaba nuevas áreas. En 1907, el Asilo fue transferido al Estado Nacional. A lo largo de las décadas siguientes, Recoleta vivió un período de deterioro, especialmente el Asilo de Mendigos, que en 1944 pasó a llamarse Asilo de Ancianos “General Viamonte”. Podía albergar hasta 800 personas que no tenían familia ni medios para vivir.
Sin embargo, la década de 1960 marcó un cambio para la zona. Se instaló el primer restaurante de lo que sería un centro gastronómico. La Plaza Francia se convirtió en el lugar elegido por los jóvenes de Buenos Aires para pasar su tiempo libre y vender artesanías. En el paredón del Asilo se instaló una feria de artesanías. En las barrancas de la plaza se reunían algunos de los músicos importantes del rock argentino, como Pappo y Miguel Abuelo.
Mientras la Plaza Francia se consolidaba como un lugar de encuentro para nuevos grupos de la sociedad, más jóvenes, el asilo de ancianos seguía deteriorándose.
El Centro Cultural Recoleta
La segunda gran remodelación ocurrió casi un siglo después, en 1979. El intendente de ese momento impulsó un proyecto para transformar el viejo asilo en el nuevo Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. La idea era que allí se instalaran varios museos.
La obra fue diseñada por los arquitectos y artistas Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit. Los ocupantes del asilo fueron trasladados a otros lugares. Aunque se propuso mantener el estilo clásico, los arquitectos eligieron un diseño moderno. Instalaron escaleras de metal junto a los viejos pasillos y demolieron varios pabellones antiguos.
El Centro Cultural se inauguró en diciembre de 1980. Fue durante la dirección de Osvaldo Giesso (1983-1989), ya en democracia, que el centro creció y se desarrolló plenamente. En 1990, cambió su nombre a «Centro Cultural Recoleta». Dentro del CCR funciona el Museo de Ciencia Participativo «Prohibido no tocar», un lugar interactivo para jóvenes y niños.
En una parte del edificio, cedida por la Municipalidad de Buenos Aires en 1983, funcionan las oficinas de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos en Argentina.
En 2001 se inauguró un nuevo espacio grande, la Sala Villa Villa. En 2005, Clorindo Testa volvió al CCR para diseñar una remodelación por su 25 Aniversario. Se reformó el hall de entrada y se restauraron las salas de exposiciones. En 2010, para el 30 Aniversario, se restauró el Auditorio El Aleph, que ocupa la antigua capilla.
Buenos Aires Design Center
En 1990, se creó una empresa para instalar un centro comercial y un centro de convenciones en parte del terreno del Centro Cultural Recoleta. Para el diseño, se contrató de nuevo a Clorindo Testa. Él diseñó el Buenos Aires Design Center, creando un espacio interior colorido. Aprovechó el antiguo paredón bajo la terraza del ex Asilo para construir el nuevo centro comercial debajo de la terraza del Centro Cultural Recoleta. Esto también significó una remodelación para el centro cultural.
Inaugurado en 1993, el Buenos Aires Design se dedicaba al diseño. Tenía un patio de comidas y fue sede de una sucursal de Hard Rock Café desde 1997. También funcionó allí el Auditorio de Buenos Aires. A mediados de 2020, muchos locales cerraron. Se espera que para noviembre de 2023 abra un nuevo centro comercial llamado Oh! Buenos Aires, enfocado en el entretenimiento con tecnología, deportes y juegos para todas las edades.
Arquitectura y Salones del Centro Cultural
El Diseño Original
Cuando Testa, Bedel y Benedit recibieron el encargo de crear el Centro Cultural en el Asilo Viamonte, analizaron que el lugar tenía dos partes: el antiguo convento franciscano, con sus patios, y los pabellones más recientes diseñados por Buschiazzo. Decidieron restaurar el convento y modificar los pabellones más nuevos. Dejaron fragmentos de muros cortados para mostrar el pasado y crearon nuevas terrazas al aire libre. Los arquitectos añadieron escaleras modernas de hormigón y vidrio.
La idea original era construir una estructura de hormigón con una escalera que conectara la Plaza Intendente Alvear con la terraza del asilo. Allí habría una cafetería y la biblioteca. Esta idea no se realizó. En 1991, Testa propuso perforar el paredón para crear el patio de comidas del Buenos Aires Design. Algunos edificios antiguos se mantendrían, pero con cambios. Sin embargo, dos de los edificios de Buschiazzo fueron demolidos y reemplazados por nuevas construcciones de Testa. Esto generó un debate entre los arquitectos argentinos.
Se planeaba que varios museos municipales se mudaran al nuevo centro cultural. El primer patio sería para el Museo Fernández Blanco, y otras áreas para el Museo Sívori y el Museo de Arte Moderno. En la azotea de uno de los pabellones se proyectaba otro bar y espacio al aire libre.
Hacia la calle Azcuénaga, el proyecto original incluía un teatro al aire libre. Pero esta parte tampoco se construyó. En 1991, esta sección del viejo asilo fue demolida para construir el edificio "Ballena" y el acceso al Buenos Aires Design. Con este cambio, se perdió la oportunidad de instalar el Museo del Cine y una biblioteca pública en el Centro Cultural Recoleta.
Así, el Centro Cultural Recoleta es una mezcla interesante de arquitectura de al menos tres épocas diferentes de la historia de Buenos Aires: la época colonial, la "Belle Époque" de finales del siglo XIX y la Buenos Aires moderna con las adiciones de Testa, Bedel y Benedit. Se pueden ver restos de arcos del templo franciscano y ruinas de pabellones demolidos. Los edificios del CCR están pintados de varios colores (ocre, azul y rojo) para mostrar que son una combinación de construcciones de diferentes períodos históricos.
El Centro Cultural en la Actualidad
El acceso principal del Centro Cultural Recoleta está en la calle Junín 1930. El centro se organiza con el clásico diseño de patios, como se usaba en los conventos coloniales. Desde el hall de entrada, hay dos caminos principales. El primero es al aire libre y se llama Patio del Tilo, por un árbol antiguo que está allí. A su lado, hay una serie de edificios y patios abiertos que lo conectan con la terraza que mira hacia Plaza Francia. En un pabellón muy reformado funcionan la Sala Cronopios, las Salas J y C, y en la planta alta la Dirección de Música y el Museo Participativo de Ciencias. Siguiendo por el Patio del Tilo, se llega al Auditorio El Aleph, que ocupa la antigua capilla. Se mantuvo la fachada de uno de los pabellones demolidos, donde hay placas de bronce que recuerdan a las personas que donaron fondos para el asilo. También se mantuvo una galería elevada en el primer piso que recorre el Patio del Tilo y conecta las salas. Esta galería termina en un reloj curioso, el Puente del Reloj, que marca el final del centro cultural y el inicio del Buenos Aires Design.
El segundo camino principal del Centro Cultural Recoleta también parte del hall de entrada. Se dirige directamente hacia los antiguos edificios jesuitas que están junto al Cementerio. Es un pasillo largo con techos abovedados, pintado de blanco como en la época colonial. A la derecha, hay varias galerías, y a la izquierda, cuatro patios que permiten la entrada de luz y aire natural. Estos patios están rodeados de salas de exposiciones, una tienda de publicaciones artísticas y un pequeño café. Desde el Patio de la Fuente, un espacio de vidrio conecta la planta baja con el piso superior, donde están las oficinas, aulas para cursos, la biblioteca y el microcine.
En 2015, se propuso vender el Buenos Aires Design y parte del centro cultural. Esto generó debates y protestas. En noviembre de 2018, se anunció el cierre de Buenos Aires Design, lo que causó preocupación por la pérdida de empleos. Finalmente, la orden de cierre se pospuso.
Las instalaciones del Centro Cultural se renovaron en 2018, con un diseño para atraer al público joven. Los cambios en el edificio generaron algunas críticas, especialmente por el impacto en la fachada de un edificio histórico. Jacques Bedel, uno de los arquitectos originales, expresó su desacuerdo con las modificaciones.
Entre 2018 y 2024, diferentes ilustradores mostraron sus murales en la fachada, como Edgardo Giménez y Sebastián Curi. En 2024, se volvió al color anterior.
Véase también
En inglés: Centro Cultural Recoleta Facts for Kids
- Plaza Intendente Alvear
- Buenos Aires Design