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Reunificación alemana para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Deutschland Bundeslaender 1957
Mapa de la división alemana tras 1957:      Alemania Occidental.      Alemania Oriental (incluido Berlín Oriental).      Berlín Occidental (enclave de Alemania Occidental).

La reunificación alemana (en alemán: Deutsche Wiedervereinigung) se refiere a los importantes cambios políticos y sociales que ocurrieron en Alemania entre 1989 y 1990. Estos cambios llevaron a que la antigua República Democrática Alemana (RDA), también conocida como Alemania Oriental, se uniera a la República Federal de Alemania (RFA). El resultado fue una sola Alemania unida.

Las nuevas ideas políticas y económicas del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y los cambios hacia la democracia en otros países de Europa Oriental tuvieron un gran impacto. Muchas personas de Alemania Oriental comenzaron a viajar a Alemania Occidental a través de Checoslovaquia y Hungría. Esto causó problemas en Alemania Oriental y llevó a la renuncia de los líderes del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), que luego fue declarado ilegal. Estos eventos también hicieron que se abrieran las fronteras entre las dos Alemanias, lo que culminó con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

Para que la reunificación fuera posible, se creó un plan llamado "Programa de los Diez Puntos". Este plan buscaba que Alemania Oriental se volviera más democrática y tuviera una economía más fuerte. Después de las primeras elecciones democráticas el 18 de marzo de 1990, se firmó el Tratado de la Unión Monetaria, Económica y Social el 18 de mayo de ese año. Este tratado entró en vigor el 1 de julio.

Después de varios acuerdos y reuniones importantes, y de reconocer la frontera entre Alemania y Polonia (la línea Óder-Neisse), los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y la Unión Soviética firmaron el Tratado Dos más Cuatro. Este tratado apoyó la reunificación. También se aprobó el Tratado de Unificación, que permitió que Alemania Oriental se uniera a Alemania Occidental el 3 de octubre de 1990. Desde 1991, esta fecha se celebra como el Día de la Unidad Alemana.

¿Por qué se llama "reunificación"?

Los cambios de 1990 se llaman "reunificación" porque unieron a dos estados alemanes que antes formaban parte de un mismo país, el Imperio alemán, que se creó en 1871. Sin embargo, como Alemania Occidental era el sucesor legal del antiguo estado alemán, algunos prefieren usar el término "unificación" para evitar la idea de que se estaba restaurando el estado anterior con sus antiguas fronteras.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Occidental, Hans-Dietrich Genscher, usó la frase "unidad alemana" en sus discursos. El canciller Helmut Kohl presentó su Programa de los Diez Puntos en noviembre de 1989 sin usar la palabra "reunificación". En cambio, habló de crear una unión entre los dos estados alemanes, con el objetivo final de lograr la unidad.

En los países de habla alemana, a menudo se refieren a este período como "die Wende" (que significa 'el cambio'). Este término se refiere a los movimientos sociales que pedían más democracia en Alemania Oriental.

¿Cómo se dividió Alemania después de la Segunda Guerra Mundial?

La partición de Alemania

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países ganadores (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética) decidieron dividir Alemania en cuatro zonas de ocupación en las conferencias de Yalta y Potsdam. Las tres zonas occidentales formaron la República Federal de Alemania en 1949, y la zona oriental se convirtió en la República Democrática Alemana. La capital, Berlín, también fue dividida en cuatro zonas.

Archivo:Map-Germany-1947
Mapa con las zonas de ocupación alemanas. En color claro, el Sarre (a la izquierda) y los territorios de Prusia Oriental cedidos a Polonia y la Unión Soviética (a la derecha).

Durante este tiempo, se estableció la frontera con Polonia en la línea Óder-Neisse, que sigue los ríos Óder y Neisse. También se separó la región del Sarre, que fue un protectorado francés hasta 1956. Además, Alemania cedió varios territorios: las islas Heligoland al Reino Unido; la Alta y la Baja Silesia, Neumark, Pomerania Central y el sur de Prusia Oriental a Polonia; y el norte de Prusia Oriental a la Unión Soviética.

En 1952, Iósif Stalin propuso un plan para reunificar Alemania como un país neutral y desmilitarizado, similar a lo que ocurrió en Austria. Sin embargo, el canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer, prefirió que su país se integrara con Europa Occidental. Los gobiernos de Francia, Reino Unido y Estados Unidos solo aceptarían la propuesta de Stalin si se realizaban elecciones libres en la zona soviética y se firmaba un tratado de paz.

Al principio, Alemania Occidental y sus aliados de la OTAN no reconocieron a Alemania Oriental ni a Polonia. Pero a principios de los años 70, el canciller de Alemania Occidental, Willy Brandt, impulsó una política de acercamiento, conocida como Ostpolitik, con los países de Europa del Este, incluyendo Alemania Oriental. Esto llevó al establecimiento de relaciones diplomáticas, pero no terminó con la división, ya que eso habría alterado el equilibrio de poder entre los bloques capitalista y comunista durante la Guerra Fría.

¿Cómo era la vida en Alemania Oriental?

Política y seguridad del Estado

El Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) era el partido principal en Alemania Oriental, según su Constitución. Su ideología, el marxismo-leninismo, influía en todos los aspectos de la sociedad, especialmente en la educación, para formar una identidad socialista en sus ciudadanos.

Después de una revuelta en 1953, los líderes del SED reorganizaron y aumentaron el número de agentes de la Stasi, el Ministerio para la Seguridad del Estado. La Stasi trabajaba junto con la Volkspolizei (policía) y el Nationale Volksarmee (ejército) para mantener el control y la estabilidad en Alemania Oriental a través de la vigilancia y la presión sobre los ciudadanos.

Economía

La economía de Alemania Oriental era controlada por el gobierno, y las empresas eran propiedad del estado. En 1950, se priorizó la inversión en maquinaria industrial. En 1953, se aumentó la jornada laboral sin subir los salarios, lo que provocó la revuelta de 1953. Aunque las fuerzas de seguridad la detuvieron, el gobierno aceptó las demandas de los trabajadores y subió los salarios, lo que a largo plazo limitó la productividad.

Durante la crisis del petróleo de 1973, los países del bloque socialista, como la Unión Soviética, se beneficiaron del aumento de los precios del petróleo. Esto permitió invertir en bienes de consumo y materias primas para aumentar la productividad de las empresas de Alemania Oriental. Sin embargo, la producción de petróleo en la Unión Soviética disminuyó, afectando la economía de Alemania Oriental. Un préstamo de bancos de Baviera ayudó a cubrir la falta de dinero.

Población

La falta de trabajadores y los problemas económicos en Alemania Oriental llevaron al cierre de la frontera interalemana en 1952, a restricciones de viaje en 1957 y, finalmente, a la construcción del Muro de Berlín en 1961. Estas medidas redujeron la migración hacia Alemania Occidental. La oposición al gobierno, el rechazo a la ideología socialista, la economía controlada y las políticas de planificación familiar, entre otras razones, causaron una disminución de la población. Algunas restricciones se levantaron entre 1964 y 1972.

Las restricciones impuestas por el gobierno de Alemania Oriental, la persecución de quienes intentaban escapar y la falta de garantías para los que regresaban fueron criticadas. Después de la construcción del Muro, solo se podía ir a Alemania Occidental con una visa, por derecho a la reagrupación familiar o como prisionero político deportado, a menudo a cambio de un pago del gobierno de Alemania Occidental.

Las únicas elecciones locales se realizaron el 7 de mayo de 1989. El SED obtuvo una gran mayoría (98.8%), pero se descubrió que hubo fraude electoral.

Crisis política en Alemania Oriental

Las políticas de reestructuración y transparencia impulsadas por Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética significaron que los países del Pacto de Varsovia recuperaran su plena soberanía. Esto afectó mucho la estabilidad del gobierno socialista en Alemania Oriental, ya que Gorbachov prohibió cualquier intervención militar en los asuntos internos de estos países.

Antes de esto, ya había señales de cambios en Europa Oriental, como los Acuerdos de la Mesa Redonda en Polonia en 1989, o la renuncia de János Kádár en Hungría en 1988. El gobierno húngaro acordó con la oposición establecer un sistema con varios partidos y realizar elecciones en 1990.

La Revolución Pacífica

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-1989-1006-439, Berlin, 40. Jahrestag der DDR, Fackelzug
Desfile conmemorando los cuarenta años de la fundación de la RDA

A pesar de los cambios en la Unión Soviética, Polonia y Hungría, el líder del SED, Erich Honecker, se negó a aplicar reformas. El gobierno también reprimió las protestas que apoyaban las ideas soviéticas.

La ineficiencia del estado llevó a muchas manifestaciones que pedían libertades políticas e individuales, respeto a la dignidad humana, un Estado de derecho, pluralismo político, el derecho a no participar en el servicio militar por motivos de conciencia, y protección del medio ambiente.

Las protestas semanales, conocidas como las "manifestaciones del lunes", buscaban crear un estado democrático en Alemania Oriental y la libertad de circulación. Estas protestas se caracterizaron por la poca o nula represión de la Volkspolizei y la Stasi.

La primera gran manifestación ocurrió el 4 de septiembre de 1989 en la iglesia de San Nicolás en Leipzig, con cerca de mil personas. En los últimos meses de 1989, hubo manifestaciones en otras ciudades como Dresde, Halle y Chemnitz, aunque con menos participantes.

A pesar del descontento, el gobierno celebró el 7 de octubre de 1989 el cuadragésimo aniversario de la fundación del país. Mientras había desfiles militares en Berlín, la Volkspolizei dispersó protestas que intentaban bloquear los desfiles.

Después de la celebración, la dirección del SED se debilitó por conflictos internos. Esto llevó a la renuncia de Honecker el 18 de octubre de 1989, y Egon Krenz tomó su lugar.

Las protestas del 30 de octubre y 6 de noviembre de 1989 tuvieron entre 320,000 y 500,000 personas, siendo las más grandes de las manifestaciones del lunes. Estas, junto con la de Alexanderplatz del 4 de noviembre, llevaron a la renuncia de varios miembros del gobierno el 8 de noviembre de 1989. Ese mismo día, el gobierno de Alemania Oriental aceptó convocar elecciones libres y legalizó el partido opositor Foro Nuevo.

La apertura de las fronteras

Archivo:BerlinWall-BrandenburgGate
La caída del Muro de Berlín fue uno de los sucesos que revelaron los cambios en la RDA

El 2 de mayo de 1989, el primer ministro húngaro Miklós Németh ordenó desmantelar los controles fronterizos entre Hungría y Austria. Esto permitió que muchos ciudadanos de Alemania Oriental viajaran a Austria para llegar a Alemania Occidental. Luego, Hungría abrió completamente sus fronteras con Austria para los alemanes orientales sin pedir documentos de viaje.

Archivo:UTafel Deutschland geteilt
Esta señal se encuentra en las vías de Alemania divididas durante la Guerra Fría. El texto dice: «Aquí estuvieron dividas Alemania y Europa hasta el 10 de diciembre de 1989 a las 10:15 horas.» La fecha y la hora varían según el momento de apertura del tramo.

Al mismo tiempo, entre agosto y septiembre de 1989, muchas personas se reunieron en la oficina de Alemania Occidental en Berlín Oriental y en sus embajadas en Budapest, Praga y Varsovia para pedir permiso para viajar a Alemania Occidental. Estas oficinas tuvieron que suspender sus servicios por la gran cantidad de solicitudes.

El 30 de septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania Occidental, Hans-Dietrich Genscher, anunció a los refugiados alemanes orientales en la embajada de Praga que se les había aprobado la salida. Para evitar un éxodo masivo hacia Hungría, el gobierno de Alemania Oriental cerró los pasos fronterizos hacia Checoslovaquia el 3 de octubre de 1989. Sin embargo, la anulación de esta orden el 1 de noviembre provocó una nueva ola de emigrantes hacia Checoslovaquia y Hungría.

En la tarde del 9 de noviembre de 1989, el portavoz del SED, Günter Schabowski, anunció en una conferencia de prensa que se eliminaban las restricciones de viaje y se permitía cruzar las fronteras entre las Alemanias.

Después de este anuncio, miles de personas se dirigieron a los cruces fronterizos, incluyendo los del Muro. Los guardias dudaron al principio, pero ante la creciente multitud que pedía cruzar, finalmente abrieron el paso de Bornholmer Straße hacia Berlín Occidental.

Entre el 9 y 10 de noviembre, una multitud de berlineses (tanto del este como del oeste) se reunió en la Puerta de Brandeburgo para subirse al muro. Otros comenzaron a derribarlo con martillos y cinceles.

Después de estos eventos en Berlín, el canciller de Alemania Occidental Helmut Kohl interrumpió una visita oficial en Varsovia para dar un discurso en el ayuntamiento de Schöneberg el 10 de noviembre.

El proceso de reunificación

Transición democrática en Alemania Oriental

Archivo:KohlModrowMomperBrandenburgerTor
Apertura de la Puerta de Brandeburgo el 22 de diciembre de 1989. De izquierda a derecha están Hans Modrow, presidente del Consejo de Ministros de la RDA; el canciller de la RFA Helmut Kohl; el alcalde de Berlín Oeste, Walter Momper; y, en segundo plano entre Kohl y Momper, el alcalde mayor de Berlín Este, Erhard Krack.

El 13 de noviembre de 1989, Hans Modrow fue elegido presidente del Consejo de Ministros. El 17 de noviembre, Modrow propuso un tratado con Alemania Occidental para asegurar la estabilidad económica de Alemania Oriental y evitar una posible unificación. Sin embargo, Kohl respondió con su propio plan.

El 28 de noviembre, Kohl presentó al Bundestag (Parlamento de Alemania Occidental) un plan de diez puntos para facilitar la transición democrática en Alemania Oriental y la unificación. Esta iniciativa mejoró la imagen del gobierno de Kohl antes de las elecciones federales de 1990 y fortaleció su liderazgo en su partido, la CDU.

Los puntos tercero y quinto del programa de Kohl eran clave para la transición política en Alemania Oriental. El tercer punto decía que Alemania Occidental cooperaría con la integración si Alemania Oriental cambiaba su sistema político y económico. También proponía disolver el SED debido al mal uso del poder por parte de sus miembros, y dar amnistía a los presos políticos.

El quinto punto establecía que, para crear una unión política y económica, el gobierno de Alemania Oriental debía ser elegido democráticamente, incluyendo el parlamento (la Volkskammer). También decía que Alemania Occidental negociaría la reunificación con este nuevo gobierno.

El 19 de diciembre de 1989, Kohl dio un discurso en Dresde pidiendo la reunificación del país.

Acuerdos de la mesa redonda

Los representantes del partido Democracia Ahora propusieron crear una mesa redonda de negociaciones, inspirados en el éxito de acuerdos similares en Polonia y Hungría. Desde el 7 de diciembre de 1989 hasta el 12 de marzo de 1990, se realizaron dieciséis rondas de negociaciones en el Palacio de Schönhausen. Participaron quince representantes de siete partidos de oposición y varios del Frente Nacional de la RDA, con la Iglesia Protestante de la RDA como mediadora.

Los participantes de la mesa redonda buscaban resolver la crisis social en Alemania Oriental, pero no asumieron responsabilidades de gobierno. Exigían una nueva constitución, elecciones libres y democráticas, y que se hiciera pública la situación económica y ambiental del país.

Durante las negociaciones, no hubo un acuerdo total sobre la implantación de un nuevo sistema. Sin embargo, el gobierno de Modrow acordó con los líderes de la oposición que los partidos de oposición participarían en las elecciones legislativas de 1990 para formar un "Gobierno de responsabilidad nacional" que pudiera estabilizar la situación. Las elecciones se fijaron para el 18 de marzo de 1990.

La disolución de la Stasi fue otro logro de la oposición en la mesa redonda. Su cierre, ordenado por Modrow en enero de 1990, se aceleró después de que la sede central de la Stasi en Berlín fuera ocupada.

Cambios en el gobierno de Alemania Oriental

Resultados de las elecciones legislativas de 1990.
Partido o coalición Porcentaje de votos
Alianza por Alemania 48,0
Partido Socialdemócrata 21,9
Partido del Socialismo Democrático 16,4
Asociación de Demócratas Libres 5,3
Alianza 90 2,9
Partido Democrático Campesino 2,2
Verdes / Mujeres Independientes 2,0
Otros partidos 1,4

El 1 de diciembre de 1989, los diputados de la Volkskammer eliminaron el artículo 1 de la Constitución de Alemania Oriental, que establecía la supremacía del SED. Esto llevó a la renuncia de los líderes del partido el 3 de diciembre y, tres días después, a la de Egon Krenz.

Después de la renuncia de Krenz, el jurista Manfred Gerlach lo reemplazó como presidente del Consejo de Estado. El SED cambió su nombre a Partido del Socialismo Democrático (PDS), bajo la dirección de Gregor Gysi a mediados de diciembre de 1989. Este cambio buscaba desvincular su imagen del gobierno autoritario, de cara a las elecciones de 1990.

Durante el gobierno de Modrow, se formaron varias coaliciones de oposición para las elecciones, todas de reciente creación: Alianza por Alemania (formada por la Unión Demócrata Cristiana de la RDA, Despertar Democrático y la Unión Social Alemana), Asociación de Demócratas Libres, Alianza 90 y la coalición de los Verdes y la Asociación de Mujeres Independientes. Las elecciones del 18 de marzo las ganó la coalición Alianza por Alemania, con el 48.0% de los votos.

El 5 de abril de 1990, Sabine Bergmann-Pohl, de la Unión Demócrata Cristiana de la RDA, fue elegida presidenta de la Volkskammer. Una semana después, Lothar de Maizière, también de ese partido, fue elegido presidente del Consejo de Ministros de la RDA con 265 votos.

La elección de De Maizière facilitó mucho las negociaciones con el gobierno de Alemania Occidental y aceleró el proceso de reunificación. Durante su mandato, la Volkskammer aprobó 164 leyes y 93 resoluciones entre el 5 de abril y el 2 de octubre de 1990. Algunas de estas se mantuvieron como parte del marco legal del Tratado de Unificación.

Transición económica en Alemania Oriental

El 8 de noviembre de 1989, Kohl propuso ayuda económica al gobierno de Alemania Oriental para mejorar la vida de sus habitantes y reducir la migración a Alemania Occidental. En su Programa de los Diez Puntos, propuso que una economía de mercado reemplazara la economía planificada de Alemania Oriental.

La migración hacia Alemania Occidental había reducido la productividad de las empresas de Alemania Oriental, lo que empeoró la situación económica y aumentó el riesgo de insolvencia. El Bundesbank estimaba que la productividad promedio era un tercio de la de Alemania Occidental. En enero de 1990, unas 2,000 personas se mudaban diariamente a Alemania Occidental.

Lothar de Maizière, presidente del Consejo de Ministros de Alemania Oriental, describió la situación económica:

En Alemania Occidental, entre el 47% y el 53% de su producto interno bruto (PIB) se destina a los presupuestos nacionales e inversiones; mientras que en la RDA el 85% de nuestro PIB se destina al consumo interno y solo el 15% a las inversiones. Apenas se asigna capital para reparaciones o renovación de nuestros bienes. Toda la infraestructura de este país, incluyendo viviendas, se encuentra en un estado descuidado y anticuado.

Tratado sobre la Unión Monetaria, Económica y Social

El 19 de enero de 1990, Ingrid Matthäus Maier del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) sugirió una unión monetaria para integrar la economía de Alemania Oriental con la occidental. Después de la caída del Muro, Kohl propuso una moneda única, aunque su gobierno era escéptico. Modrow lo apoyó, pero dijo que la economía de Alemania Oriental debía estabilizarse primero. El 15 de febrero de 1990, Kohl expresó su apoyo a la unión monetaria ante el Bundestag:

Enviamos una señal de aliento y esperanza al pueblo de la RDA desde la RFA, ofreciéndoles nuestro activo económico más valioso, el marco alemán, con el fin de delimitar las condiciones iniciales para mejorar la situación económica y los niveles de vida en la RDA.

Poco después, el 6 de marzo, Kohl anunció el inicio de negociaciones con el gobierno de Alemania Oriental sobre la unión monetaria. El objetivo de una tasa de cambio 1:1 entre los marcos alemanes y los de Alemania Oriental se basaba en tres ideas: mantener la competitividad de las empresas públicas de Alemania Oriental, aumentar la liquidez de sus activos y establecer una tasa de cambio adecuada para convertir los ahorros de los ciudadanos.

La baja productividad de las empresas de Alemania Oriental dificultó las expectativas del Bundesbank y del Ministerio de Finanzas para una tasa de cambio 1:1. El 29 de marzo, el Bundesbank introdujo una devaluación a una tasa de 1:2. Esto buscaba fomentar el uso de los marcos de Alemania Oriental para evitar la inflación en Alemania Occidental. A pesar de esto, no había una convertibilidad fija, y las tasas fluctuaron entre 1:6 y 1:9, aunque la tasa para deudas y salarios de las empresas de Alemania Oriental se mantuvo en 1:2.

El ministro de Economía, Helmut Haussmann, y el Bundesbank defendieron la tasa de 1:2, argumentando que, aunque reduciría los salarios a la mitad, favorecería la competitividad de las empresas y el interés de inversores extranjeros. El presidente del Bundesbank, Karl Otto Pöhl, creía que una tasa de cambio menor ayudaría a las empresas públicas a evitar la insolvencia. Una tasa de 1:1 se consideraba arriesgada por el riesgo de inflación.

La decisión del Bundesbank contrarió a los partidos políticos de Alemania Oriental y generó manifestaciones. La devaluación redujo los salarios a la mitad. El Bundesbank no había sido informado de la declaración de Kohl. Finalmente, el Bundesbank acató la decisión del gobierno de Alemania Occidental, a pesar de la opinión de sus economistas.

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-1990-0706-400, Gera, Währungsumstellung in der DDR
Cola de clientes esperando en una caja de ahorros en Gera (Turingia), el 1 de julio de 1990, para retirar dinero de sus cuentas de ahorro tras ser convertidos a marcos alemanes

El ministro del Trabajo, Norbert Blüm, fue el mayor defensor de la tasa de cambio 1:1, diciendo que "un tipo de cambio inferior a 1:1 crearía una agitación social intensa y desestabilización política". La modificación de la tasa de cambio se convirtió en una prioridad política para Markus Meckel (líder socialdemócrata de Alemania Oriental) y para el gobierno de De Maizière.

A pesar de los problemas con la convertibilidad, los gobiernos de De Maizière y Kohl firmaron el tratado para la Unión Económica, Monetaria y Social el 18 de mayo de 1990. Políticos y economistas de Alemania Oriental advirtieron que una unión monetaria apresurada no sería viable sin proteger su comercio exterior.

El 1 de julio de 1990, el tratado entró en vigor, introduciendo el marco alemán como moneda de curso legal en Alemania Oriental. Ese día, Kohl prometió impulsar el desarrollo económico de Alemania Oriental. Los compromisos de Alemania Occidental fueron:

  • Mantener el pago de salarios y pensiones a una tasa de cambio 1:1.
  • Establecer un límite para el retiro de ahorros a una tasa 1:1 según la edad: hasta 2,000 marcos para menores de 15 años, hasta 4,000 para personas de 15 a 60 años y hasta 6,000 para mayores de 60 años. Se aplicó una tasa de 1:2 para retiros adicionales, compensaciones financieras, cancelación de deudas y préstamos hipotecarios.
  • Adoptar una economía de mercado en Alemania Oriental, basada en la propiedad privada.
  • Introducir un marco legal económico basado en las leyes de Alemania Occidental.
  • Garantizar el derecho de los trabajadores a un seguro médico y de desempleo, la participación en sindicatos y en las decisiones de las empresas.

Privatización del sector público en Alemania Oriental

Un desafío en la reunificación fue cambiar el sistema económico controlado por el estado de Alemania Oriental a una economía de mercado. Para ello, se propuso que una agencia, la Treuhandanstalt (THA), administrara las empresas públicas de Alemania Oriental. La idea de la THA surgió en la mesa redonda el 12 de febrero de 1990, propuesta por Wolfgang Ullmann.

El Consejo de Ministros de Alemania Oriental aprobó la creación de la THA el 1 de marzo de 1990, y la Volkskammer aprobó su ley el 17 de junio. Para el 31 de diciembre de 1990, la THA administraba las finanzas de 8,810 empresas públicas, que empleaban a 4 millones de trabajadores.

Desde su creación hasta su disolución en 1994, la THA administró los bienes de 12,354 empresas. De estas, 7,853 fueron privatizadas o pasaron a control municipal. Cerca de 2,700 fueron adquiridas por sus propios directivos. Otras 1,600 no pudieron ser privatizadas y su administración fue devuelta a sus directivas. La THA cerró 3,713 empresas. La THA fomentó que empresas de Alemania Occidental y extranjeras adquirieran compañías de Alemania Oriental. El 74% de las empresas privatizadas fueron compradas por compañías de Alemania Occidental.

El proceso de privatización significó el desmantelamiento de la industria de Alemania Oriental. A menudo, empresas occidentales compraban a sus competidoras orientales para cerrarlas, con ventas por debajo de su valor real. Así, Alemania Oriental pasó de tener pleno empleo a una tasa de desempleo del 30% en pocos años.

Política exterior de Alemania Occidental

La primera vez que se habló de una confederación o reunificación alemana fue el 21 de noviembre de 1989 en Bonn, durante la visita de Nikolái Portugalov (asesor del PCUS) a Horst Teltschik (asesor de Kohl). Ambos planificaron una propuesta de reunificación, que llevó al Programa de los Diez Puntos. Aunque Kohl no lo consideró un calendario, hizo que los gobiernos europeos se tomaran en serio la reunificación, especialmente porque esta iniciativa se decidió sin consultar a los países de la OTAN.

Oposición

El Pacto de Varsovia tenía una gran presencia militar soviética en Alemania Oriental, estimada en 370,000 soldados. La retirada de estas tropas pondría en riesgo la seguridad de los demás países del Pacto de Varsovia si una Alemania unificada se unía a la OTAN. Esta situación hizo que la Unión Soviética retrasara la aplicación del Programa de los Diez Puntos y favoreciera la propuesta de Hans Modrow de una unión entre los dos estados alemanes.

El 13 de noviembre de 1989, la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, dijo que era prioritario asegurar un estado democrático y estable en Alemania Oriental antes de planificar la reunificación. El gobierno británico cuestionaba la reunificación, preocupado por una posible dominación alemana en la política exterior europea, debido a su potencial económico y sus relaciones con otros países. También la consideraban capaz de desestabilizar la política común europea.

El gobierno británico desconfiaba de las propuestas soviéticas, como la disolución de la OTAN y el Pacto de Varsovia y la neutralización de Alemania. En cambio, el presidente francés François Mitterrand se mostró más conciliador con la autodeterminación del pueblo alemán, pero mediando con la Unión Soviética y las potencias occidentales.

El 6 de diciembre, Mitterrand se reunió con Gorbachov en Kiev. Ambos acordaron que el proceso de reunificación debía retrasarse, por temor a que los cambios en Alemania Oriental pudieran llevar a la destitución de Gorbachov. Esto llevó a Mitterrand a hablar con Kohl, quien afirmó que la reunificación alemana "no estaba en la agenda y tardaría varios años".

El 8 de diciembre, en la cumbre de la Comunidad Económica Europea en Estrasburgo, los representantes de casi todos los países exigieron una declaración oficial sobre el reconocimiento de la frontera occidental polaca por parte de Alemania Occidental, a lo que Kohl se mostró reacio. En una reunión privada entre Thatcher y la comitiva de Mitterrand, Thatcher mostró mapas de la Gran Alemania y advirtió sobre la amenaza que una Alemania unificada representaría para sus vecinos, prediciendo posibles reclamaciones territoriales a Polonia y Checoslovaquia.

La postura más opuesta a la reunificación alemana fue la del gobierno de Thatcher, quien expresó su posición oficial al presidente estadounidense George Bush el 22 de febrero de 1990:

Alemania se convertirá en el Japón de Europa, pero peor —en referencia a una eventual supremacía alemana en Europa—. El presidente francés está de acuerdo conmigo respecto a que los alemanes pacíficamente lograrán lo que Hitler no alcanzó en la Guerra. Señor presidente, sugiero la permanencia indefinida de las tropas soviéticas en Alemania; ello nos permitiría mejorar nuestras relaciones con Gorbachov y a la vez controlaremos a los alemanes.

La oposición del gobierno británico a la reunificación disminuyó después de las negociaciones entre Alemania Occidental y Estados Unidos, y en parte debido a las repetidas negativas de figuras británicas como Margaret Thatcher y los ministros Douglas Hurd y Nicholas Ridley.

Otros jefes de gobierno también se manifestaron en contra de la reunificación, como el primer ministro italiano Giulio Andreotti y el neerlandés Ruud Lubbers. Andreotti temía un resurgimiento del pangermanismo, y Lubbers cuestionó el derecho de autodeterminación del pueblo alemán. El único líder de Europa Occidental que apoyó incondicionalmente la reunificación fue el presidente de España, Felipe González, después de la victoria de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania Oriental en las elecciones de 1990.

Marco de negociaciones

El 2 de febrero de 1990, el Departamento de Estado estadounidense aprobó la organización de una mesa de negociaciones entre Alemania Occidental, Alemania Oriental y las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética). En estas negociaciones se establecerían las condiciones para coordinar la reunificación. El autor de esta propuesta fue el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Occidental, Hans-Dietrich Genscher.

En la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN y el Pacto de Varsovia el 13 de febrero en Ottawa, se formalizó el mecanismo de negociaciones propuesto por Genscher, llamado Conversaciones Dos más Cuatro. Estas se realizaron en Bonn (5 de mayo), Berlín Este (22 de junio) y París (17 de julio). Los representantes de Italia y los Países Bajos exigieron participar, a lo que Genscher respondió: "¡Ustedes no son parte del juego!". Con esto, les hizo entender que era un asunto entre las Alemanias y las cuatro potencias vencedoras. Las conversaciones se retrasaron hasta el 14 de abril de 1990, cuando Markus Meckel fue elegido Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Oriental.

Archivo:RIAN archive 330109 Soviet President Mikhail Gorbachev and U.S. President George Bush
Firma de acuerdos bilaterales por el presidente estadounidense George H. Bush y el presidente soviético Mijaíl Gorbachov, el 12 de junio de 1990

La visita de Kohl al presidente estadounidense Bush en Camp David el 24 de febrero fue clave para coordinar los objetivos y temas pendientes de discusión en las Conversaciones Dos más Cuatro. El gobierno estadounidense, bajo la presidencia de Bush, apoyaba la unidad, afirmando que una Alemania reunificada debía pertenecer a la OTAN porque Alemania Occidental ya era miembro.

El Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos elaboró una lista de temas pendientes, incluyendo la administración política de Berlín, el reconocimiento de las fronteras de Polonia, la permanencia de tropas soviéticas en Alemania Oriental y la producción de armas de destrucción masiva. La pertenencia de Alemania a la OTAN y la reducción del personal de las Bundeswehr (Fuerzas Armadas de Alemania Occidental) no se discutieron en estas conversaciones.

El 31 de mayo, durante la visita de Gorbachov a la cumbre de Washington, se acordó que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética aceptaban la reunificación de Alemania y su ingreso en la OTAN. Así reconocían la soberanía del estado alemán, un derecho garantizado por la Declaración de Helsinki. El 16 de julio, durante la visita de Kohl y Genscher al Cáucaso, Gorbachov reafirmó su decisión, con la condición de que el gobierno alemán asumiera los compromisos económicos de Alemania Oriental, se encargara de la salida de los soldados soviéticos y otorgara un préstamo de cinco millones de marcos a la Unión Soviética. Ya el 10 de febrero, durante una visita oficial de Kohl a Moscú, Gorbachov había aceptado el derecho de ambos estados alemanes a la reunificación.

Desde 1945, la soberanía alemana había estado en manos de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial. La soberanía de Alemania Occidental había sido cedida en 1954. Hasta 1990, las potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) renovaban el derecho de gestionar la soberanía de Alemania Occidental.

Disputa fronteriza entre Alemania y Polonia

Alemania Oriental había reconocido la frontera occidental polaca legalmente en 1950 con el Tratado de Zgorzelec, y Alemania Occidental lo haría de hecho en 1970 con el Tratado de Moscú. La revisión y resolución de la disputa fronteriza entre Alemania y Polonia sería válida con una Alemania unificada y soberana.

Debido a la falta de compromiso inicial del gobierno de Kohl en el reconocimiento de las fronteras, el gobierno polaco mantuvo una postura contraria a la reunificación durante las negociaciones. El ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Krzysztof Skubiszewski, propuso en la cumbre de Ottawa discutir la garantía de la seguridad de los países vecinos de Alemania. El 16 de febrero, su homólogo alemán Hans-Dietrich Genscher sugirió que una resolución conjunta de ambos parlamentos alemanes definiría la postura alemana sobre la disputa fronteriza polaca. El 19 de abril de 1990, durante la visita oficial de Alemania Oriental a Varsovia, Markus Meckel apoyó la postura de Genscher, y el presidente Lothar de Maizière legitimó el derecho a la reunificación según la Ley Fundamental de Alemania.

La visita oficial del presidente polaco Wojciech Jaruzelski y del primer ministro Tadeusz Mazowiecki el 10 de marzo de 1990, habría inclinado la postura del presidente francés Mitterrand en contra de la reunificación si el gobierno de Alemania Occidental no hubiera reconocido la frontera. El gobierno polaco exigió la inclusión de representantes polacos en las Conversaciones Dos más Cuatro, a lo que Alemania Occidental se negó. Sin embargo, sí aceptó discutir las fronteras de Polonia, ya que esto se había acordado previamente durante la visita de Kohl a Camp David.

En mayo de 1990, representantes de Alemania Oriental, Alemania Occidental y Polonia se reunieron tres veces para examinar los artículos del tratado fronterizo, antes de aprobar el borrador propuesto por el gobierno polaco el 27 de abril. El 5 de mayo, durante una de las Conversaciones Dos más Cuatro, los representantes soviéticos y polacos discutieron una vez más el establecimiento de las fronteras definitivas entre Polonia y Alemania en la línea Óder-Neisse.

El consentimiento para firmar el tratado fronterizo germano-polaco fue ratificado después de una resolución aprobada en el Bundestag el 21 de junio. El 14 de noviembre, a través de este tratado, ambas partes declararon inviolable la línea Óder-Neisse y se comprometieron a no reclamar ningún territorio.

Firma del Tratado Dos más Cuatro

Las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial acordaron el 12 de septiembre de 1990 la firma del Tratado Dos más Cuatro en Moscú, después de tres reuniones previas. El 2 de octubre, aclararon que los derechos y responsabilidades del estado alemán entrarían en vigor al mismo tiempo que el Tratado de Unificación. Las consecuencias finales del tratado fueron:

  • La Alemania unificada, a partir de la entrada en vigor del tratado, abarca el territorio de las antiguas Alemania Occidental y Alemania Oriental, incluyendo las cuatro zonas de ocupación en Berlín.
  • La ocupación de Berlín por las cuatro potencias terminó al entrar en vigor el tratado.
  • Las fronteras existentes de la Alemania unificada son definitivas. Alemania no puede reclamar territorios al este de la línea Óder-Neisse ni los perdidos al final de la Segunda Guerra Mundial.
  • Alemania renunció a poseer armas de destrucción masiva.
  • La Bundeswehr (ejército alemán) redujo sus efectivos en un 26%, de 500,000 a 370,000.
  • Las tropas soviéticas en la antigua Alemania Oriental se retiraron pacíficamente en agosto de 1994.
  • En el territorio de la antigua Alemania Oriental no se pueden almacenar armas de destrucción masiva ni puede ser ocupado por ejércitos extranjeros.
  • Las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial devolvieron la soberanía al estado alemán.
  • Se permitió a los gobiernos de Alemania Occidental y Alemania Oriental reunificarse según la Ley Fundamental de Alemania.

Los compromisos y documentos legales firmados por el gobierno de Alemania Occidental con el Parlamento de Alemania Oriental también fueron reconocidos internacionalmente tras la firma del Tratado Dos más Cuatro, que permitió a Alemania ejercer su soberanía sobre todo el país.

Tratado de Unificación

Archivo:EinigungsvertragBRD-DDR
Facsímiles del Tratado de Unificación

Legitimación

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania seguía existiendo como Estado, pero no podía funcionar como tal. La soberanía del territorio alemán la ejercía el Consejo de Control Aliado.

La creación de Alemania Occidental el 23 de mayo de 1949, con su Ley Fundamental, significó una reorganización del estado alemán con poderes y soberanía similares a los del Reich, el estado anterior. El canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer, declaró a finales de 1949 que su gobierno proclamaba la continuidad del estado alemán a través de la existencia de Alemania Occidental. La situación legal de Alemania Occidental como sucesor fue ratificada por el Tribunal Constitucional alemán.

Berlín había permanecido dividida en cuatro zonas de ocupación. Al este de la ciudad se estableció la capital de Alemania Oriental. Pero las potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) no reconocieron su legitimidad como capital ni como parte del territorio de Alemania Oriental, ya que toda la ciudad estaba bajo la jurisdicción de los países participantes de la Conferencia de Potsdam y Francia. El Tratado de Unificación, en sus artículos 1 y 2, decretó la unión de los veintitrés distritos de Berlín (Este y Oeste), así como el establecimiento de la capital de la Alemania unificada en esta ciudad.

La Ley Fundamental ofrecía una solución legal para una posible reunificación, ya que en su artículo 23 se contemplaba el futuro ingreso de "otras regiones de Alemania". Para que el proceso legal de la reunificación alemana fuera válido, el 23 de agosto de 1990, la Volkskammer aprobó la creación de una nueva nación alemana unificada según lo establecido en el artículo 23 de la Ley Fundamental. Esto permitió la anexión de las catorce regiones administrativas de Alemania Oriental y su capital, Berlín Este, por parte de Alemania Occidental. Esta moción fue aprobada por 294 votos a favor (62 en contra) y entró en vigor el 3 de octubre de 1990.

El 31 de agosto, el Consejo de Ministros de Alemania Oriental y el Gobierno federal de Alemania aprobaron y firmaron el "Acuerdo para la reunificación de Alemania", en el que pactaron los compromisos de ambos gobiernos durante el proceso de reunificación. Esa misma tarde, los negociadores del acuerdo, Wolfgang Schäuble (Alemania Occidental) y Günther Krause (Alemania Oriental), ratificaron el acuerdo en el Kronprinzpalais en Berlín Este.

Ambas partes firmaron en Bonn el 18 de septiembre otro documento llamado "Acuerdo para la realización e interpretación del Tratado de Unificación", que añadía más compromisos al gobierno de Alemania Occidental. Estos incluían compensar las pérdidas materiales de las víctimas de la Alemania nazi y de Alemania Oriental, preservar los archivos de la Stasi y supervisar las funciones de los ministerios de la Alemania reunificada.

La preservación de los documentos de la Stasi se motivó por la destrucción de expedientes policiales por parte de sus propios funcionarios, una práctica que terminó después de la ocupación de su sede en Berlín. La aplicación del artículo 14 de la Ley Fundamental llevó al gobierno alemán a defender las reclamaciones de propiedad de los ciudadanos que habían sido expropiados por el gobierno de Alemania Oriental entre 1949 y 1989.

El 20 de septiembre de 1990, la Volkskammer aprobó la aplicación del Tratado de Unificación por 299 votos a favor y 81 en contra. Ese mismo día, el Bundestag hizo lo mismo con 442 votos a favor y 50 en contra. Al día siguiente, el Bundesrat lo aprobó por unanimidad. El 29 de septiembre de 1990, se modificaron el preámbulo y el artículo 146 de la Ley Fundamental para señalar que la reunificación del país había terminado. El artículo 23 fue eliminado y en 1992 fue reemplazado por uno referente a la Unión Europea.

Las siguientes son las cláusulas que el gobierno de Alemania Oriental debía aprobar para unificarse con Alemania Occidental, según el artículo 23 de su Ley Fundamental, vigentes a partir del 3 de octubre de 1990:

  • La Ley Fundamental entra en vigor en los nuevos estados de Brandeburgo, Mecklemburgo-Pomerania Occidental, Sajonia, Sajonia-Anhalt, Turingia y el este de Berlín. Después de la unión de Alemania Oriental a Alemania Occidental, estos "estados federados" se crearon mediante una reorganización político-administrativa aprobada por la Volkskammer el 22 de julio de 1990.
  • Berlín es la capital de la República Federal de Alemania.
  • La Ley Fundamental se actualiza cada dos años desde la entrada en vigor de la reunificación.
  • La Volkskammer envió 144 de sus diputados al Bundestag, en representación de los estados federados orientales.
  • Preservación de los archivos de la Stasi. Los archivos fueron trasladados al Archivo Federal de Alemania y luego al Comisionado Federal para los Archivos de la Stasi en 1991.

Legalmente, la reunificación alemana no fue una unión de dos estados separados, sino la reintegración de Alemania Oriental bajo la jurisdicción de Alemania Occidental. Una unión de dos estados alemanes habría requerido una nueva Constitución, ya que la Ley Fundamental de Alemania habría perdido validez.

Entrada en vigor

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-1990-1003-400, Berlin, deutsche Vereinigung, vor dem Reichstag
Izado de la bandera durante las celebraciones ante el edificio del Reichstag en Berlín

El 3 de octubre a la medianoche, se proclamó la reunificación frente al Reichstag con el sonido de la Campana de la Libertad, el izado de la bandera nacional, el canto de la Deutschlandlied y la lectura del artículo 23 de la Ley Fundamental por el presidente Richard von Weizsäcker. Luego hubo fuegos artificiales en todas las ciudades de Alemania.

El Tratado entró en vigor este día porque era la fecha más temprana posible para la conclusión de la reunificación. El Gobierno Federal de Alemania quería conocer las resoluciones de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa sobre el resultado del Tratado Dos más Cuatro, celebrada el 2 de octubre de 1990.

En 1949, Bonn había sido declarada capital provisional de Alemania Occidental. Las discusiones del Bundestag llevaron a la aprobación de la "Resolución sobre la ciudad capital" el 20 de junio de 1991, donde se ordenó que las sedes del Parlamento (tanto la cámara baja o Bundestag como la cámara alta o Bundesrat) y del Gobierno Federal se establecieran en Berlín. Los ministerios ubicaron sus oficinas tanto en Berlín como en Bonn, pero con su sede central en una de las dos ciudades.

El Tratado de Unificación decretó el 3 de octubre como Día de la Unidad Alemana. Antes de la reunificación, se celebraba el 17 de junio, en conmemoración de la revuelta de 1953 en Alemania Oriental.

¿Qué pasó después de la reunificación?

Consecuencias económicas

A corto plazo, la convertibilidad de ambas monedas parecía ventajosa en Alemania Oriental, ya que se podían comprar productos de Alemania Occidental a un precio más bajo. A principios de 1990, la tasa de cambio podía ser superior a 1:6. Aunque la tasa de cambio no era 1:1, el marco de Alemania Oriental tenía un poder adquisitivo similar al marco alemán. Sin embargo, al aplicar una tasa de cambio 1:1, el poder adquisitivo del salario promedio de un trabajador en Alemania Oriental se redujo a una cuarta parte de lo que era antes de la reunificación.

Al igualar los salarios en las empresas de Alemania Oriental, se pensó que mantener salarios bajos prolongaría la migración a Alemania Occidental. Sin embargo, el aumento de los salarios no evitó la migración a largo plazo. En cambio, los gastos operativos aumentaron y las deudas de las empresas se revalorizaron sin mejorar significativamente la productividad.

Finalmente, muchas empresas se declararon insolventes al no poder pagar sus deudas. Como su productividad promedio era de un tercio con respecto a la RFA, se necesitaban tres veces más recursos para producir los mismos artículos. Se podría haber evitado una ola de insolvencias y despidos con aumentos de sueldo graduales manteniendo la tasa de cambio 1:2 o implementando un área de libre comercio, en lugar de una unión monetaria.

Por otro lado, se esperaba que las privatizaciones realizadas por la Treuhandanstalt (THA) minimizaran la pérdida de empleos y devolvieran la administración de las empresas públicas de Alemania Oriental a sus dueños legítimos (muchas habían sido expropiadas por el gobierno de Alemania Oriental). Estas compañías representaban el 30% del sector empresarial de Alemania Oriental, mientras que el 70% restante eran las expropiadas por la Unión Soviética en 1948 y que pasaron a control estatal en 1949. Sin embargo, estas últimas no fueron restituidas.

Transferencias brutas para los nuevos estados
federados de la antigua RDA, desde 1991 hasta 1995
Procedencia Monto (en miles de millones
de marcos alemanes)
Capital público de la RFA 570
Fondos para la Unidad Alemana 75
Asistencia familiar y domiciliaria 27
Subsidios por desempleo y pensiones 140
Beneficios brutos recibidos para
el desarrollo de la seguridad social,
seguro de desempleo e inversiones
812
Impuestos -197
Transferencias netas 615

El desmantelamiento del sector público de Alemania Oriental por parte de la THA fue eficiente al cerrar contratos con empresas de Alemania Occidental del mismo sector. Pero esto no evitó la pérdida de empleos por despidos masivos o la quiebra de las empresas públicas de Alemania Oriental. Para 1992, el desempleo alcanzó el 15% de la población activa de Alemania Oriental, la peor cifra desde la Gran Depresión.

Lo más cuestionable de las operaciones de la THA fue la subestimación del capital humano despedido y que su financiación dependía del capital público de Alemania Occidental. Desde su creación en junio de 1990 hasta diciembre de 1994, cuando la THA cesó sus operaciones, los contratos liquidados por esta agencia acumularon una deuda de 260,000 a 270,000 millones de marcos alemanes.

El efecto combinado de la unión monetaria y las privatizaciones de la THA provocó un enorme aumento de la deuda pública de Alemania Occidental, ya que el estado alemán debía ahora subvencionar el desarrollo de la seguridad social en Alemania Oriental, asegurar las prestaciones sociales de los desempleados y asumir la renovación de la infraestructura y las vías de transporte de los cinco nuevos estados.

Archivo:2001-b-potsdamer
Reconstrucción de Potsdamer Platz, en el centro de Berlín. Las inversiones del Estado alemán en infraestructura fueron ingentes tras la reunificación.

Los estados occidentales transfirieron capitales a los de la antigua Alemania Oriental para financiar las jubilaciones anticipadas de trabajadores de 55 a 65 años y las compensaciones monetarias para las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

Para reducir los costos del desarrollo de la antigua Alemania Oriental, se implementó en 1991 un nuevo impuesto llamado "Recargo de Solidaridad". Este gravaba en un 3.75% el impuesto sobre la renta, las ganancias de capital y los impuestos de sociedades. En 1995, este recargo se elevó al 7.5%; y desde 1998 se ha mantenido en un 5.5%.

En la década de 1990, también se aumentaron los impuestos sobre los combustibles fósiles, el tabaco y los seguros. Los impuestos sobre la gasolina y el gasóleo aumentaron del 0.28% al 0.45% y del 0.23% al 0.3%, respectivamente. Para los productos de tabaco, del 3.1% al 4.2%. Y para los precios de los contratos de seguro, del 7% al 15%.

Consecuencias sociales

El aislamiento de Alemania Occidental y Alemania Oriental durante la Guerra Fría, especialmente después de la construcción del Muro en 1961, fomentó diferencias en sus formas de vida. La unidad alemana se centró en establecer una economía de mercado en lugar de una planificada y en abolir el sistema político anterior. Sin embargo, la reintegración de ambos grupos alemanes ha sido difícil.

Identidad nacional de los alemanes orientales

Archivo:Ampelmann
Una estatua dedicada al Ampelmann en el distrito Mitte, Berlín

Los alemanes occidentales, al favorecer los modelos económicos y políticos de los países desarrollados, tenían una imagen negativa de Alemania Oriental. Criticaban la falta de libertades individuales y la economía de escasez. Sin embargo, los ciudadanos de Alemania Occidental sentían simpatía por los habitantes de Alemania Oriental, considerándolos similares en muchos aspectos. Esta percepción se tuvo en cuenta en la reunificación, contrastando con las diferencias que surgirían después.

El sentido de identidad nacional alemana ya existía en Alemania Oriental antes de 1989. Desde entonces, este sentido ha aumentado debido al fin de la división. Los alemanes orientales muestran una fuerte identidad nacional frente a los extranjeros, sin importar mucho la región a la que pertenecen. En algunos casos, también se identifican como europeos o ciudadanos del mundo. En este contexto, la identidad nacional se refiere al sentido de pertenencia a una nación, sin relación con ideologías nacionalistas o de extrema derecha.

Una de las prioridades de la reunificación fue que las condiciones de vida de Alemania Occidental se establecieran en Alemania Oriental. Así, la identidad social de Alemania Occidental se convirtió en un modelo al que los ciudadanos de Alemania Oriental debían adaptarse. Sin embargo, los ossis (como se les llama a los alemanes orientales) se sienten como "ciudadanos de segunda clase" debido al desempleo en el este, los salarios más bajos que en el oeste, el menosprecio de los logros de su estado en seguridad social, educación y deportes, y la percepción de que la reunificación velaba por los intereses de la economía y el bienestar de los estados occidentales. Esto hizo que los alemanes orientales enfatizaran y preservaran su propia identidad nacional frente a los alemanes occidentales.

El entendimiento entre ambas identidades sociales debería lograrse a través del diálogo. Pero la separación y el conflicto ideológico a los que se vieron sometidos, y el enfoque del proceso de reunificación, han hecho que la conciliación entre ambos grupos se prolongue.

Desde la década de 1990, los alemanes orientales mostraron nostalgia por el estilo de vida en Alemania Oriental, lo que llevó a un sentimiento colectivo conocido como Ostalgie. Este comportamiento se atribuye a la poca identificación con los valores de Alemania Occidental y, en menor medida, al desempleo, la disminución del desarrollo económico en el este y las falsas expectativas sobre un estado de bienestar similar al de la antigua Alemania Oriental. Sin embargo, también se relaciona con la poca identificación que existe entre un amplio sector de los alemanes orientales con la sociedad occidental.

La creciente identificación de los alemanes orientales con su propia identidad nacional ha sido positiva para la difusión de algunos productos que se comercializaban en Alemania Oriental (como la Vita Cola) y de íconos culturales como el programa de televisión infantil Sandmännchen y los Ampelmännchen.

Aumento de la xenofobia en la antigua RDA

Después de la reunificación, se han registrado en las áreas de la antigua Alemania Oriental, especialmente entre los jóvenes, brotes de xenofobia que no solo han causado discriminación hacia los inmigrantes, sino también más agresiones contra ellos que en el resto del país.

A principios de la década de 1990, una gran parte de la población de los estados orientales pensaba que el estado alemán debía resolver las dificultades que afectaban a los alemanes orientales (como el alto desempleo y el aumento del costo de vida) antes de permitir el establecimiento de inmigrantes en el este de Alemania. Se acusaba a los inmigrantes de "vivir a expensas del estado", "generar escasez de viviendas" y "quitar empleos a los alemanes".

Así, el arraigo de las conductas xenófobas en Alemania Oriental se debía en parte a su difícil situación económica. En particular, la disminución progresiva de los subsidios estatales y el lento crecimiento económico llevaron a una alta tasa de desempleo.

A su vez, la educación y la propaganda del estado, y la búsqueda de una sociedad homogénea, fueron clave para la consolidación del socialismo en Alemania Oriental. La formación de cada individuo era responsabilidad del estado. Esto implicaba la adaptación a una sociedad socialista, que se lograba impidiendo el desarrollo de una personalidad individual y fomentando la disciplina, la obediencia y el sentido de pertenencia a una colectividad uniforme y homogénea (basada en el ideal marxista de la sociedad sin clases) desde la infancia.

Así, la presencia de extranjeros alteraba el orden y la homogeneidad sociales. En consecuencia, el establecimiento de inmigrantes, en su mayoría de otros países socialistas, estaba restringido por el estado. La convivencia en una sociedad homogénea hizo que los alemanes orientales fueran poco receptivos a la presencia de extranjeros, lo que explica la aparición de actitudes xenófobas hacia ellos.

El papel de la mujer

El reencuentro de ambas sociedades destacó el mayor protagonismo de la mujer en las familias de Alemania Oriental. Dado que los ideólogos marxistas afirmaban que el patriarcado era propio de las economías capitalistas y que no era posible una sociedad socialista sin la participación de la mujer, el SED favoreció su inserción social.

Desde la década de 1950, se facilitó su acceso a la educación y al mercado laboral, y se ofrecieron ayudas por maternidad. El trabajo daba a las mujeres en Alemania Oriental cierta independencia económica y ayudaba a cubrir las necesidades de sus familias. En Alemania Occidental, las mujeres (especialmente las feministas) opinaban que el estado de Alemania Oriental permitía la doble carga de las trabajadoras, ya que también tenían que ocuparse de las tareas del hogar.

A principios de la década de 1990, las mujeres de Alemania Oriental se vieron afectadas porque su formación y experiencia laboral anterior no cumplían con las exigencias de los puestos de trabajo similares en las empresas de Alemania Occidental (para entonces, las empresas de Alemania Occidental habían adquirido el 70% de las empresas de Alemania Oriental). En el mercado laboral de Alemania Occidental, la demanda de personal femenino se limitaba al comercio minorista y la hostelería. Esto contribuyó al desempleo de la población femenina activa de la antigua Alemania Oriental, ya que la mayoría había adquirido experiencia laboral en el sector industrial.

El personal femenino de entre 50 y 60 años fue despedido o jubilado forzosamente, mientras que a las más jóvenes se les ofrecía empleo a tiempo parcial. Sin embargo, el porcentaje de desempleadas en los estados occidentales y orientales ha ido convergiendo. En 2008, el desempleo alcanzaba el 7.4% y el 14.5% de la población femenina activa del oeste y este de Alemania, respectivamente. Esto representa un gran avance desde 1998, cuando el desempleo afectaba al 56% de la población femenina activa en la antigua Alemania Oriental, mientras que en la antigua Alemania Occidental apenas llegaba al 42%.

Consecuencias políticas

El apoyo y la garantía al proceso de reunificación, junto con las promesas de mejorar la situación económica en Alemania, dieron al partido de Kohl, la CDU, la victoria en las elecciones federales de 1990. Le siguieron el SPD liderado por Oskar Lafontaine, el Partido Liberal Democrático liderado por Hans-Dietrich Genscher, el Partido del Socialismo Democrático liderado por Gregor Gysi y la coalición Alianza 90/Los Verdes.

En particular, ni los socialdemócratas ni los verdes se mostraron entusiasmados con la idea de apoyar el proceso de reunificación llevado a cabo por el gobierno de Kohl. La coalición Alianza 90/Los Verdes no se unió con el Partido Verde de Alemania Oriental porque estos últimos sí apoyaban la reunificación. Alianza 90 y Los Verdes de Alemania Oriental obtuvieron el 6% de los votos de los estados orientales, mientras que los Verdes de Alemania Occidental lograron solo el 4.8% en toda Alemania. Al final, se quedaron sin escaños en el Bundestag por no superar el umbral electoral del 5% del sistema electoral alemán.

En las elecciones federales de 1994 y 1998, el apoyo a la CDU disminuyó debido a la ineficacia de la política económica del proceso de reunificación. En estos comicios, el SPD se perfiló como el partido que defendería los intereses de los alemanes orientales después de la reunificación, ocupando escaños en los parlamentos regionales de los estados orientales.

En los primeros años de la década de 1990, la política exterior alemana se centró más en el desarrollo y la planificación de la integración europea que en el cumplimiento de sus obligaciones como miembro de la OTAN en intervenciones militares. La existencia de una Alemania unificada reintegrada a la Comunidad Económica Europea favoreció las negociaciones entre Francia y Alemania para la creación de la Unión Europea y el establecimiento del euro como moneda única, que culminó con la firma del Tratado de Maastricht en febrero de 1992.

La situación geopolítica de aquella época también fue beneficiosa para el país y le ayudó a consolidar su liderazgo en todo el continente europeo. Además de la reunificación alemana, se produjeron las disoluciones de la URSS, de Checoslovaquia y de Yugoslavia, lo que llenó el continente de pequeños países sobre los que Alemania tenía una gran influencia.

Consecuencias demográficas

Población en los estados federados del este de Alemania
Estado federado 1990 (en miles) 2008 (en miles)
Berlín 3434 3432
Brandeburgo 2578 2522
Mecklemburgo-Pomerania
Occidental
1924 1664
Sajonia 4764 4193
Sajonia-Anhalt 2874 2382
Turingia 2611 2268

Aunque el descenso de la población ya era visible antes de los cambios en Alemania Oriental en 1989, se ha acentuado después de la reunificación. Desde 1990, las regiones con baja renta familiar y altos índices de desempleo han experimentado una disminución progresiva de su población.

Solo los estados de Brandeburgo y Sajonia han logrado reducir sus tasas de decrecimiento poblacional gracias a la influencia de las zonas metropolitanas de Berlín y Leipzig-Dresde, respectivamente. Estas áreas aún disfrutan de un desarrollo económico considerable.

Las pocas oportunidades de empleo en los estados orientales han provocado que una buena parte de la población femenina activa se traslade a Alemania Occidental. En la antigua Alemania Oriental, el desequilibrio de género promedio es de 90 mujeres por cada 100 hombres.

El saldo migratorio negativo en los estados orientales (estimado en 1.1 millones de habitantes entre 1991 y 2008) y el envejecimiento de la pirámide de población son otras consecuencias demográficas en la antigua Alemania Oriental después de la reunificación. Además, la disminución de la población en ciertas regiones industrializadas del Este, como la cordillera del Harz y la Suiza sajona, ha permitido la repoblación del lince y el lobo europeo.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: German reunification Facts for Kids

Fuentes

Notas

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