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Rococó para niños

Enciclopedia para niños

El Rococó fue un estilo artístico que nació en Francia y se desarrolló principalmente entre los años 1730 y 1760. Es como una evolución del estilo Barroco, pero con un toque más ligero y alegre.

Se caracteriza por usar colores brillantes, suaves y claros. Sus formas se inspiran en la naturaleza, la mitología, el arte oriental y, sobre todo, en temas de fiestas y encuentros elegantes. Es un arte que no se enfoca en lo religioso, sino en la vida diaria y las relaciones entre las personas, buscando reflejar lo agradable, refinado y exótico.

¿De dónde viene la palabra Rococó?

Se dice que la palabra "rococó" fue inventada alrededor de 1797 como una broma por un estudiante de arte llamado Pierre-Maurice Quays. Parece que combinó dos palabras francesas: "rocaille" (que significa una decoración que imita piedras naturales y conchas marinas) y "baroque" (por el estilo Barroco).

Al principio, la palabra "rococó" se usaba de forma negativa para criticar este estilo. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, se aceptó como un término oficial en la historia del arte. Los críticos de la época lo llamaban así porque los primeros diseños del estilo tenían formas irregulares inspiradas en rocas marinas, algas y conchas.

¿Cómo surgió el Rococó?

Este estilo comenzó a principios del siglo XVIII, durante la época en que Felipe de Orleans era regente en Francia. Fue un momento de cambios que anunciaban el fin del estilo Barroco, que era muy formal y ostentoso, especialmente bajo el reinado de Luis XIV. El Rococó, también conocido como el "estilo Luis XV", buscaba ser más independiente y divertido.

Algunos historiadores del arte creen que el Rococó nació gracias a decoradores franceses como Claude Audran III y Pierre Lepautre. Aunque el Rococó era un arte para la corte y la gente adinerada, muestra cómo el arte puede reflejar la vida social y estar dirigido a personas específicas, no solo a reyes o dioses.

Este estilo se manifestó principalmente en la pintura, la decoración, el mobiliario, la moda y el diseño de objetos. No se vio tanto en la arquitectura o la escultura monumental, ya que su objetivo principal eran los interiores de las casas.

Las excavaciones de las antiguas ciudades de Pompeya y Herculano entre 1738 y 1748 despertaron un gran interés por el "gusto a la griega". Esto fue el inicio de un nuevo estilo llamado Neoclasicismo, que coincidió con el reinado de Luis XVI. A pesar de esto, el Rococó mantuvo su importancia durante mucho tiempo.

Historia del Rococó

Del Barroco al Rococó: Un cambio de estilo

Durante el reinado de Luis XIV, la vida de la corte se centraba en el palacio de Versalles. Esto hizo que el estilo artístico del palacio se extendiera por toda la alta sociedad francesa. La delicadeza y alegría del Rococó a menudo se vieron como una reacción a la seriedad del gobierno de Luis XIV.

Mientras que el Barroco servía al poder de los reyes, el Rococó se puso al servicio de la aristocracia (la nobleza) y la burguesía (la clase media alta). Los artistas tuvieron más libertad para trabajar y el "mercado del arte" creció. El Rococó se convirtió en un arte para la comodidad, el lujo y la diversión. Las escenas de sus pinturas muestran este nuevo estilo de vida.

En cuanto a la sociedad, el papel de la mujer empezó a cambiar. Ellas organizaban reuniones para hablar de literatura, política o para bailar. Este ambiente social tan activo en la alta burguesía era perfecto para que los artistas se dieran a conocer y consiguieran clientes. Los temas del Rococó buscaban mostrar la vida despreocupada de la aristocracia, como si fuera una novela ligera, en lugar de batallas heroicas o figuras religiosas.

Cómo se extendió el Rococó

Archivo:Gau1878
Interior de estilo rococó del palacio de Gatchina, cerca de San Petersburgo, en Rusia.

La influencia de Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour y amiga del rey, fue clave para que el nuevo estilo se extendiera en la sociedad francesa. A ella le encantaba el arte y, con la ayuda de artistas como François Boucher, su interés se transmitió a las clases adineradas de París. La década de 1730 fue el momento de mayor auge del Rococó en Francia.

El estilo comenzó en la arquitectura y luego llegó al mobiliario, la escultura y la pintura. Artistas como Jean-Antoine Watteau y François Boucher crearon obras muy importantes. El Rococó se difundió principalmente gracias a los artistas franceses y a las publicaciones de la época.

Fue rápidamente adoptado en países católicos como Alemania, Bohemia y Austria, donde se mezcló con el Barroco local. En el sur de Alemania, el Rococó se usó con entusiasmo en la construcción de casas y palacios, decorando los interiores con estuco blanco que parecía nubes.

En Italia, el estilo Barroco evolucionó hacia el Rococó en ciudades como Turín, Venecia, Nápoles y Sicilia. Sin embargo, en la Toscana y Roma, el arte siguió más ligado al Barroco.

En Inglaterra, el nuevo estilo se consideraba "el gusto francés por el arte". Los arquitectos ingleses no lo siguieron mucho, pero la platería, la porcelana y las sedas sí fueron muy influenciadas por el Rococó. Thomas Chippendale cambió el diseño de los muebles ingleses adaptando este nuevo estilo. William Hogarth incluso escribió un libro, Análisis de la belleza (1753), donde decía que la curva en forma de "S" del Rococó era la base de la belleza en el arte y la naturaleza.

El fin del Rococó

El Rococó empezó a perder fuerza alrededor de 1760. Personajes como Voltaire y Jacques-François Blondel criticaron su superficialidad. Blondel, por ejemplo, se quejaba de la "increíble mezcla de conchas, dragones, cañas, palmas y plantas" en el arte de su tiempo. Para 1780, el Rococó ya no estaba de moda en Francia y fue reemplazado por el estilo neoclásico, que era más ordenado y serio, impulsado por Jacques-Louis David.

Fuera de las grandes ciudades y en Italia, el Rococó siguió siendo popular hasta que el estilo estilo Imperio, impulsado por el gobierno de Napoleón, se impuso.

Entre 1820 y 1870, hubo un nuevo interés por el Rococó. Inglaterra fue el primer país en valorar de nuevo el "estilo Luis XIV" (como lo llamaban por error al principio). En Francia, solo artistas importantes como Delacroix y personas influyentes como la emperatriz Eugenia volvieron a darle valor a este estilo.

El Rococó en el arte

Muebles y objetos decorativos

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Diván de estilo rococó.

El diseño ligero y detallado del Rococó se adaptaba mejor a objetos pequeños que a la arquitectura o la escultura. Por eso, el Rococó francés se usó mucho en el interior de las casas. Figuras de porcelana, objetos de plata y, sobre todo, los muebles adoptaron la estética rococó cuando la alta sociedad francesa quiso decorar sus hogares con el nuevo estilo.

El Rococó también valoraba el arte chino, y en Francia se imitó este estilo en la producción de porcelana y vajillas.

Diseñadores franceses como François de Cuvilliés y Nicolas Pineau llevaron el estilo a ciudades como Múnich y San Petersburgo. El Rococó inglés era más moderado. El diseñador de muebles Thomas Chippendale mantuvo las líneas curvas, pero menos exageradas que las de los muebles franceses.

Arquitectura Rococó

Archivo:Stuttgart SchlossSolitude
Palacio Solitude (Stuttgart), un ejemplo de la arquitectura rococó en el sur de Alemania.

Una característica importante del Rococó es la diferencia entre los exteriores y los interiores de los edificios. El interior era un lugar lleno de fantasía, color y mucha decoración, mientras que la fachada era sencilla y lisa. Se dejaron de usar los estilos clásicos, y las fachadas solo tenían molduras para separar los pisos o enmarcar puertas y ventanas.

La forma más común en los edificios rococó era la circular. Un pabellón central, a menudo entre dos alas bajas y curvas, y siempre que fuera posible, rodeado de un jardín o dentro de un parque natural. Otros edificios podían ser una serie de pabellones conectados, a diferencia de los edificios grandes y compactos de la época anterior.

Las ventanas se hicieron más grandes, llegando a ser "ventanas francesas" (puertaventanas), que conectaban el interior con el exterior y el paisaje. Se evitaron los marcos rectos y se usaron ventanas arqueadas. Las esculturas grandes se redujeron o se limitaron a la decoración de jardines.

Lo más notable de los interiores rococó era su distribución. Los edificios tenían habitaciones especializadas para cada función y una organización muy sencilla. Las habitaciones se diseñaban como un todo, combinando decoración, colores y muebles de forma funcional.

El Rococó tuvo una vida corta, pero una gran influencia en Europa, especialmente en París. Surgió como una reacción al Barroco, llevando la idea de los adornos exuberantes a otro nivel. Creó un estilo más "elegante" que su predecesor, rompiendo con la simetría, jugando con las curvas y usando revestimientos que no permitían distinguir claramente las uniones en el interior. También se usaron tonos pastel y oro en los revestimientos, creando una explosión visual que mostraba la riqueza de las familias aristocráticas.

Debido a su naturaleza, estas tendencias arquitectónicas se vieron poco en construcciones oficiales o religiosas. Sin embargo, el nuevo estilo fue perfecto para las residencias de la nobleza y la alta burguesía, las clases que más querían cambiar y que tenían los recursos para hacerlo.

En Alemania, especialmente en Baviera, el Rococó fue muy fuerte y superó al Barroco. A diferencia de Francia, el Rococó alemán logró adaptar el estilo a las construcciones religiosas. Entre los arquitectos destacados están François de Cuvilliés, Johann Balthasar Neumann y Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff, quienes trabajaron en lugares como Amalienburg (cerca de Múnich), la residencia de Wurzburgo, Sanssouci en Potsdam y Schönbrunn en Viena.

Pintura Rococó

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Embarque a la isla de Cythera de Jean-Antoine Watteau (1721, Louvre).

Aunque el Rococó nació en las artes decorativas, también influyó mucho en la pintura, alcanzando su punto más alto en la década de 1730. Esta pintura se conoce como Pintura Galante. Los pintores usaban colores claros y delicados, y formas curvas. Decoraban sus obras con figuras de niños alados (querubines) y mitos de amor. Sus paisajes mostraban fiestas elegantes y escenas pastorales, a menudo con personas de la aristocracia comiendo al aire libre y viviendo aventuras divertidas. Se recuperaron personajes mitológicos que se mezclaban en las escenas, dándoles alegría y frescura.

Los retratos también fueron populares, mostrando a las personas con mucha elegancia, reflejando la vida refinada de la corte y la sociedad en cambio.

Jean-Antoine Watteau (1684–1721) es considerado el pintor rococó más importante. Él creó un nuevo tipo de pintura: las fêtes galantes (fiestas elegantes), que eran escenas llenas de encanto y poesía. Watteau, a pesar de morir joven, influyó mucho en artistas posteriores como François Boucher (1703–1770) y Jean-Honoré Fragonard (1732–1806), dos grandes maestros del final del periodo. La delicadeza y sensibilidad de Thomas Gainsborough (1727–1788) también reflejan el espíritu rococó.

Escultura Rococó

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Cupido de Edmé Bouchardon (1750).

La escultura también fue parte del Rococó. Étienne-Maurice Falconet (1716–1791) es uno de los mejores escultores rococó franceses. En general, este estilo se expresó mejor en las delicadas esculturas de porcelana, más que en las grandes estatuas de mármol. Falconet, de hecho, fue director de una famosa fábrica de porcelana en Sèvres. Los temas de amor y alegría se representaban en la escultura, junto con la naturaleza y las líneas curvas y asimétricas.

El diseñador Edmé Bouchardon creó una escultura de Cupido tallando sus flechas de amor con el garrote de Hércules. Esto es un gran ejemplo del Rococó: el semidiós fuerte se convierte en un niño tierno, y el garrote que rompe huesos se transforma en flechas que tocan el corazón. En este periodo, también destacaron los escultores franceses Jean-Baptiste Lemoyne y Michel Clodion.

Música Rococó

El "estilo galante" fue el equivalente del Rococó en la historia de la música. Se sitúa entre la música barroca y la música clásica. La música rococó se desarrolló principalmente en Francia y se caracteriza por ser muy íntima y extremadamente refinada. Algunos de los compositores más importantes de esta corriente fueron Jean Philippe Rameau, François Couperin, Georg Philipp Telemann y Carl Philipp Emanuel Bach.

El Rococó en Francia

Francia es el lugar de origen del Rococó, y desde allí se extendió por el resto de Europa, especialmente a los países de habla alemana, donde tuvo una fuerza enorme debido a las buenas relaciones de Federico II de Prusia con la corona de Francia.

Mobiliario francés

El diseño de muebles fue una actividad muy importante para una familia de ebanistas (fabricantes de muebles finos) de París, algunos de ellos nacidos en Alemania. Ellos crearon un estilo de líneas curvas en tres dimensiones, donde las superficies barnizadas se decoraban con marquetería (incrustaciones de diferentes maderas) y adornos de bronce. Los muebles más importantes fueron hechos por Antoine Gaudreau, Charles Cressent y Françoise Oeben.

En Francia, el estilo se mantuvo más sobrio. Los adornos, principalmente de madera, eran menos pesados y se presentaban como composiciones de flores, escenas, máscaras divertidas, pinturas e incrustaciones de piedra.

La tapicería (telas para muebles) fue muy importante para hacer los muebles más cómodos. Los asientos alcanzaron niveles de comodidad que no se podían imaginar pocos años antes. La tendencia general hacia el lujo y la comodidad permitió que la gente de la corte y los asistentes a las reuniones pudieran sentarse (e incluso recostarse) en las reuniones, a diferencia de antes, cuando era obligatorio permanecer de pie por protocolo. Este nuevo concepto de comodidad y una actitud más relajada hacia el cuerpo humano, junto con el interés por actividades intelectuales y de ocio en espacios privados, impulsó el desarrollo de nuevos diseños de muebles.

Arquitectura francesa

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Palacio de Queluz, 1747-1846.

Con el alejamiento de la vida de los grandes palacios de la corte, las construcciones típicas de esta época fueron las casas alejadas del centro de la ciudad o en el campo, llamadas "folies" o "bergeries". En las ciudades, las mansiones urbanas se dividían en espacios más pequeños y especializados para cada función: salón, comedor, dormitorio, antesala, galería, gabinete.

Así, apareció una distribución más práctica. Ahora las habitaciones eran independientes y tenían acceso individual. Las esquinas de las habitaciones se cortaban en diagonal para colocar escaleras secundarias, y los espacios se conectaban con pasillos y galerías.

Entre los arquitectos más destacados se encuentran Jean Courtonne y Robert de Cotte, quien fue arquitecto de la corte y participó en casi todas las obras importantes en Francia durante 30 años.

Escultura y objetos de porcelana franceses

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Mesa de la factoría de Sèvres de Martin Carlin. 1772.

Francia fue muy importante en la producción de porcelana durante el siglo XVIII. Se fabricaba en varias ciudades como Ruan, Estrasburgo y, especialmente, en la Manufactura Real de porcelana de Sèvres.

Después de unos inicios difíciles, la Manufactura Real se trasladó a Sèvres en 1756. La porcelana de Sèvres se caracterizaba por sus dibujos rodeados de adornos rococó sobre fondo blanco. Sin embargo, pronto se usaron colores muy vivos como el azul rey, el amarillo brillante, el azul turquesa y el "rosa Pompadour" (a partir de 1757), que estuvo de moda durante diez años y recibió su nombre en honor a Madame Pompadour por su interés en la fábrica.

A partir de la década de 1750, se puso de moda colocar placas de Sèvres como decoración en muebles pequeños o accesorios. Bernard van Risen Burgh fue el primer ebanista conocido que decoró sus obras con placas de porcelana, una práctica que se hizo muy popular.

El Rococó en Italia

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El Pabellón de caza de Stupinigi.

Las guerras en Italia llevaron a que España tuviera mucho poder sobre la región. Aunque algunos estados, como Venecia, no pertenecían a España, Italia dependía de ella para protegerse. Más tarde, el poder español fue reemplazado por el austriaco en el siglo XVIII, excepto en algunos estados que siguieron bajo control español.

En Italia, siguiendo el ejemplo francés, el Rococó trajo una renovación importante, sobre todo en la decoración de interiores y la pintura. Se dio principalmente en el norte (Liguria, Piamonte, Lombardía y Véneto). En el centro de Italia, debido a la influencia de la iglesia, el estilo no se desarrolló tanto.

En Sicilia, sin embargo, el Barroco evolucionó de una manera propia, con un gusto más español, similar al plateresco.

Arquitectura italiana

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Salón central de Stupinigi.

Los arquitectos más importantes del Rococó en Italia fueron Guarino Guarini, muy activo en el Piamonte y en Mesina, y Filippo Juvarra, quien trabajó mucho en Turín como arquitecto de la casa de Saboya.

Entre las obras más importantes de Guarino Guarini se encuentran la iglesia de San Filippo y la capilla del Santo Sudario de Turín.

Las obras más destacadas de Filippo Juvarra incluyen la cúpula de la Basílica de San Andrés en Mantua, la basílica de Superga cerca de Turín, el castillo de Rivoli y el pabellón de caza de Stupinigi.

Pintura italiana

Archivo:Canaletto - The Piazza San Marco in Venice - Google Art Project
Plaza de San Marcos, Canaletto (1723).

En la pintura, los artistas más importantes del Rococó trabajaron en la República de Venecia. Destacaron por sus grandes paisajes detallados que mostraban los lugares principales de la ciudad, como los canales, la plaza de San Marcos y el Palacio Ducal. Esta corriente se llamó veduta.

Entre las figuras más importantes están Giovanni Battista Tiepolo, conocido por obras como el Retrato de Antonio Riccobono y Hércules sofoca a Anteo. Tiepolo trabajó en Wurzburgo y Madrid. Otro gran pintor fue Giovanni Antonio Canal, conocido como Canaletto, quien pintó obras como Plaza de San Marcos y Los caballos de San Marcos en la plaza. Canaletto también trabajó en Inglaterra. Francesco Guardi, con un estilo más difuminado y oscuro, representó la decadencia de la República de Venecia en sus paisajes.

Escultura italiana

En la escultura, que fue menos abundante en este periodo, destaca Giacomo Serpotta. Él realizó obras para varias iglesias en Palermo, como los oratorios de Ciudad Santa y San Lorenzo. Algunos escultores que hicieron fuentes en Roma y en el palacio de Caserta también se inspiraron en el estilo Rococó.

El Rococó en España

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Interior de la basílica pontificia de San Miguel (1739-45), en Madrid.

En el siglo XVIII, el barroco español se volvió mucho más ornamentado. La escultura, la pintura y la talla se mezclaron con la arquitectura, a veces para dar vida a los diseños clásicos que seguían usándose. A diferencia de los exteriores, que solían ser sencillos, los interiores eran muy vibrantes. Este barroco tardío, que usaba muchos adornos como la hoja de acanto, empezó a recibir la influencia del Rococó francés en la década de 1730. Esto se vio en un nuevo adorno: la rocalla (del francés rocaille), que consistía en formas asimétricas con curvas en "C" y "S" que recordaban a las formas marinas.

La rocalla llegó a España de varias maneras: a través de libros de patrones, la importación de muebles y otras artes decorativas de Europa, y directamente de arquitectos extranjeros como el portugués Cayetano de Acosta.

Por eso, en España es difícil hablar de un Rococó puro. Más bien, se trata de un barroco tardío que tomó elementos prestados del Rococó francés. El Rococó es un arte principalmente para la burguesía y no religioso, lo que lo hacía difícil de combinar con el arte religioso, que era el más común en el barroco español.

Aun así, se pueden encontrar algunos ejemplos del Rococó en España, sobre todo en edificios civiles y, especialmente, en la corte, gracias a la nueva dinastía de los Borbones.

Pintura española

Algunas obras de Miguel Jacinto Meléndez y de los jóvenes pintores de cámara Juan Bautista Peña y Pablo Pernicharo pueden considerarse de transición, mostrando una delicadeza de color que anunciaba la nueva sensibilidad rococó.

Se ha debatido si el Rococó tuvo mucha aceptación en España. Algunos creen que el último barroco español, que era muy propio del país, impidió que el Rococó se extendiera. Otros defienden que sí existió una corriente pictórica rococó, aunque reducida.

Destacan las obras de pintores españoles formados en Italia, como Hipólito Rovira y Antonio González Velázquez. También fue importante la presencia de grandes pintores italianos en la corte de Madrid, como Jacopo Amigoni y Giovanni Battista Tiépolo, quienes realizaron grandes decoraciones y enseñaron durante los reinados de Fernando VI y Carlos III.

Como pintores españoles del siglo XVIII cercanos al Rococó, pero con una tendencia más académica, sobresalen Luis Meléndez y Luis Paret. También el italiano Giovanni Battista Tiepolo trabajó en España.

Otros pintores importantes de esta tendencia fueron los hermanos Luis y Alejandro González Velázquez, José del Castillo, Juan Ramírez de Arellano y José Camarón y Boronat. En Sevilla, el Rococó se mezcló con la influencia de Bartolomé Esteban Murillo en la obra de Juan de Espinal.

Arquitectura y retablos españoles

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Fachada del Palacio del Marqués de Dos Aguas (1740-44), en Valencia.

En la corte de Madrid se encuentran los ejemplos más bellos del Rococó español. En el Palacio Real de Madrid, construido por Felipe V en 1738, están el Salón de Gasparini y el Salón de Porcelana. En el mismo palacio, el Salón del Trono tiene muchos ejemplos de mobiliario rococó, como doce espejos grandes con sus consolas y el trono real. En Aranjuez, también en Madrid, el Salón de Porcelana del Palacio Real es una joya decorada con motivos chinos, muy del gusto exótico del Rococó, durante el reinado de Carlos III.

En la capital de España también hay templos con influencia rococó, como la basílica de San Miguel, diseñada por el arquitecto italiano Santiago Bonavia en 1739.

En Valencia destaca el Palacio del Marqués de Dos Aguas (1740–1744), con una fachada diseñada por el pintor Hipólito Rovira, que es uno de los edificios clave del Rococó español.

En cuanto a los retablos (estructuras decoradas detrás del altar en las iglesias), algunos artistas como Narciso Tomé y Cayetano de Acosta se dejaron influir por la rocalla, siempre dentro del estilo barroco español.

Escultura española

Más allá de la escultura posbarroca conocida como churrigueresca, la estética rococó se desarrolló en las artes decorativas y en los lujosos muebles con espejos grandes y salones de porcelana, como los de los Palacios Reales de Madrid y Aranjuez. En la talla de madera, destaca el murciano Francisco Salzillo, famoso por sus belenes de estilo italiano, inspirados en las formas delicadas del Rococó.

La mayor concentración de escultura rococó en España se encuentra en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, con escenas mitológicas, y en el Paseo del Prado de Madrid, con las fuentes de Neptuno y de Cibeles.

El Rococó en Alemania

La influencia de la Ilustración en Alemania llegó relativamente tarde debido a las consecuencias de la Guerra de los treinta años. Los diferentes estados estaban en una situación difícil. Con la llegada del Rococó, las ideas de la Ilustración empezaron a notarse, aunque no tuvieron una gran influencia.

Pintura alemana

Una de las principales figuras alemanas es Franz Anton Maulbertsch, quien trabajó en una gran región de Europa Central y Oriental, decorando muchas iglesias. Es uno de los grandes maestros del fresco del siglo XVIII, a menudo comparado con Tiepolo por la alta calidad de su trabajo. También se consideran maestros importantes del Rococó monumental alemán a Johann Baptist Zimmermann, Antoine Pesne y Paul Troger, entre otros, que dejaron su huella en palacios e iglesias.

Los ilustradores de libros científicos cobraron gran importancia, surgiendo la figura del "artista científico". Entre los más destacados se encuentran Johannes Goedaert y Maria Sibylla Merian.

Escultura alemana

Destacan Joseph Anton y el bávaro Johann Baptist Straub.

Arquitectura alemana

Cuando el Rococó francés llegó a Alemania, se mezcló con el barroco alemán. También se inspiró en el barroco recargado de origen italiano. Arquitectos como Borromini o Guarino Guarini sirvieron de inspiración para las pequeñas cortes alemanas que querían imitar el estilo francés y a menudo contrataban arquitectos de esa procedencia.

Destacan la basílica de Ottobeuren (Baviera), el Palacio Solitude de Stuttgart, el palacio Augustusburg en Brühl o el palacio Falkenlust. También se ve en iglesias y campanarios, sobre todo en el sur del país, donde a veces no se podía ver desde fuera la riqueza de los interiores. Un ejemplo es la Wieskirche (iglesia del prado), diseñada por Dominikus Zimermann.

El arquitecto François de Cuvilliés realizó obras más directamente relacionadas con los modelos franceses del Rococó, como la decoración del palacio de Nymphenburg. Otro arquitecto reconocido fue Johann Balthasar Neumann, quien, basándose en los modelos de Guarino Guarini, levantó estructuras con la decoración característica del Rococó. Entre sus proyectos más destacados están la residencia del Obispo elector de Würzburgo y las iglesias de Neresheim y Vierzehnheiligen. En Potsdam, Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff construyó para Federico el Grande el palacio de Sanssouci, similar al Gran Trianón. El Palacio del Belvedere, en Viena, es otro ejemplo de este estilo.

Literatura alemana

Se pueden incluir en el Rococó a Friedrich Hagedorns y Salomon Gessner, famoso por sus Idilios. Hubo un grupo de poetas rococó en la Universidad de Halle que destacaron por sus poemas cortos y alegres.

El Rococó y la Iglesia católica

Algunos críticos de la Iglesia Católica veían el Rococó como algo similar a la música no religiosa, en contraste con la música sagrada. Creían que la falta de sencillez y la frivolidad del estilo podían distraer de la oración.

Sin embargo, si se eliminaban sus elementos más llamativos, el Rococó podía ser aceptado en ambientes religiosos. En el desarrollo del Rococó, se encontró una decoración compatible con el aspecto sagrado de las iglesias.

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Capitel rococó en Steinhausen (Bad Schussenried).

Los artistas franceses no siempre consideraron la belleza de la composición principal, mientras que los alemanes se enfocaron en la fuerza de las líneas. Dentro de las iglesias, el Rococó podía ser tolerado si los objetos eran pequeños, como un vaso, una mesita o una barandilla, y no eran demasiado llamativos. Se adaptaba mejor a la sacristía y a otros ambientes no directamente de culto. El estilo Rococó no se adaptaba muy bien a las ceremonias religiosas solemnes, con el tabernáculo, el altar o el púlpito.

En el caso de objetos grandes, la escultura rococó es hermosa, pero a la vez se parece al Barroco. Los elementos fantasiosos de este estilo no se adaptaban a las grandes paredes de las iglesias. Sin embargo, todo dependía de la situación local. Hay piezas rococó realmente bellas, mientras que otras no seguían las reglas y trataban de parecerse a objetos sagrados.

Entre los materiales usados en el Rococó se encuentran la madera tallada, el hierro y el bronce, usados en la construcción de balaustradas y portales. Un elemento distintivo es el dorado que cubría los materiales metálicos, haciéndolos más aceptables para ambientes religiosos.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Rococo Facts for Kids

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Rococó para Niños. Enciclopedia Kiddle.