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Francisco Pizarro para niños

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Datos para niños
Francisco Pizarro
Portrait of Francisco Pizarro.jpg
Retrato por Amable-Paul Coutan, 1835

Escudo de Francisco Pizarro.svg
Gobernador y Capitán general, adelantado y alguacil mayor de Nueva Castilla
26 de julio de 1529-26 de junio de 1541
Monarca Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico
Sucesor

Información personal
Nombre de nacimiento Francisco Pizarro y González
Nacimiento 16 de marzo de 1478
Trujillo, Corona de Castilla, Imperio español
Fallecimiento 26 de junio de 1541
Ciudad de los Reyes (Palacio de Gobierno), Nueva Castilla, Imperio español
Causa de muerte Herida por arma blanca
Sepultura Catedral de Lima
Nacionalidad Española
Religión Catolicismo
Familia
Padres
Cónyuge Quispe Sisa o Inés Huaylas Yupanqui
Pareja Cuxirimay Ocllo
Añas Colque
Hijos Francisca Pizarro Yupanqui
Familiares

(Hermanos y medio hermanos)

Información profesional
Ocupación Militar, conquistador, explorador y político
Años activo 1496-1541
Lealtad Imperio español
Rango militar Capitán general, alguacil mayor
Conflictos Conquista del Imperio incaico y Guerras civiles entre los conquistadores del Perú
Título Marqués, adelantado
Distinciones
Firma
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Francisco Pizarro González (nacido en Trujillo, Extremadura, alrededor de 1478 y fallecido en Lima, el 26 de junio de 1541) fue un explorador español. A principios del siglo XVI, lideró la expedición que marcó el fin del inca Atahualpa y el inicio de un nuevo orden en la región. Más tarde, fue nombrado gobernador de Nueva Castilla, con su capital en la Ciudad de los Reyes (hoy Lima).

Pizarro también formó parte de la expedición que descubrió el Mar del Sur (Océano Pacífico) en 1516, bajo el mando de Vasco Núñez de Balboa. En 1535, después de capturar a Atahualpa, logró dominar el Imperio incaico con la ayuda de algunos grupos locales. Este imperio tenía su centro de gobierno en el actual Cuzco, Perú. Pizarro obtuvo el título de marqués, y sus descendientes fueron conocidos como marqueses de la Conquista. Entre los pueblos indígenas, se le conocía como apu (que significa 'jefe' o 'señor') o machu capitán ('capitán viejo').

Infancia y juventud de Francisco Pizarro

Francisco Pizarro nació en la ciudad de Trujillo, en España. No se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, pero se cree que fue alrededor de 1478.

Fue hijo de Gonzalo Pizarro Rodríguez de Aguilar, un hombre importante de la época que participó en campañas militares en Italia. Su madre fue Francisca González Mateos. Pizarro era pariente lejano de Hernán Cortés, quien conquistó el Imperio azteca.

Cuando tenía unos veinte años, Pizarro se unió a los soldados españoles que luchaban en las campañas de Nápoles, en Italia. Después de su servicio militar, viajó a Sevilla, donde permaneció hasta que se embarcó hacia América.

Primeros años en América

En 1502, Francisco Pizarro llegó a América como parte de la expedición de Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española. No se sabe mucho sobre sus primeros años en América, pero es probable que pasara un tiempo en la isla de La Española.

En esa época, se crearon dos nuevas gobernaciones en las tierras entre los cabos de la Vela (Colombia) y de Gracias a Dios (entre Honduras y Nicaragua). El golfo de Urabá se usó como límite entre ellas.

Descubrimiento del Océano Pacífico

Archivo:Pizarro tomando posesión del Pacífico en nombre de los reyes de España
Pizarro tomando posesión del Pacífico en nombre de los reyes de España, pintura de Ignacio Merino (1850)

En 1509, Pizarro participó en una expedición para ayudar al gobernador Alonso de Ojeda, quien había fundado un pequeño poblado en una zona con indígenas. Ojeda resultó herido y dejó a Pizarro a cargo del asentamiento.

Pizarro, que era un hombre decidido, se mantuvo en la región y exploró América Central y Colombia en 1510. Más tarde, en 1513, se unió a la expedición de Vasco Núñez de Balboa, que culminó con el descubrimiento del Mar del Sur, que hoy conocemos como el Océano Pacífico.

Al año siguiente, Pedro Arias Dávila se convirtió en el nuevo gobernador. Durante los siguientes cinco años, Pizarro trabajó de cerca con Dávila y recibió tierras y ganado. Cuando Dávila desconfió de Balboa, le ordenó a Pizarro que lo arrestara. Pizarro cumplió la orden, y Balboa fue ejecutado en 1519. Por su lealtad, Pizarro fue nombrado alcalde de Panamá desde 1519 hasta 1523. Aunque algunos historiadores debaten si Pizarro acumuló mucha riqueza en ese tiempo, se cree que su situación económica era más bien modesta.

Los socios de la conquista

En 1524, Pizarro se unió a Diego de Almagro y Hernando de Luque, un sacerdote influyente de Panamá, para explorar y conquistar una tierra llamada "Birú" o "El Birú", de la que habían oído hablar. Se trataba del Imperio incaico.

Acordaron repartirse las tareas: Pizarro sería el líder de la expedición, Almagro se encargaría de la logística y Luque de las finanzas. Se sabe que hubo un cuarto socio, el licenciado Espinosa, quien fue el principal financiador de estas expediciones.

Los Trece de la Fama

A finales de septiembre de 1526, después de dos años de viajes difíciles y sin resultados, los exploradores llegaron agotados a la isla del Gallo, en la costa de Colombia. Los soldados estaban muy descontentos y querían regresar.

Pizarro intentó convencerlos de seguir adelante. En un momento crucial, trazó una línea en la arena con su espada y les dijo que eligieran entre regresar a Panamá siendo pobres o ir al Perú para ser ricos. Solo trece hombres cruzaron la línea, y por eso se les conoce como los Trece de la Fama o los Trece caballeros de la isla del Gallo. Sus nombres son: Bartolomé Ruiz de Estrada, Pedro de Halcón, Alonso Briceño, Pedro de Candía, Antón de Carrión, Francisco de Cuéllar, García Jerén, Alonso de Molina, Martín de Paz, Cristóbal de Peralta, Nicolás de Ribera y Laredo, Domingo de Soraluce y Juan de la Torre.

Pizarro y los Trece de la Fama esperaron refuerzos durante cinco meses en la isla del Gallo. Finalmente, llegaron de Panamá, enviados por Diego de Almagro y Hernando de Luque, bajo el mando de Bartolomé Ruiz. El barco encontró a Pizarro y sus hombres en la isla de la Gorgona, donde estaban hambrientos y acosados por los indígenas. Ese mismo día, Pizarro ordenó zarpar hacia el sur.

Pizarro no fue el primero en intentar conquistar Perú. Dos años antes, en 1522, Pascual de Andagoya lo intentó sin éxito. Sin embargo, las noticias sobre la existencia de "Birú" y sus grandes riquezas en oro y plata motivaron a Pizarro y sus socios a continuar. También se cree que en 1529, Pizarro se unió a la Orden de Santiago.

La conquista del Perú

En 1529, la reina Isabel de Portugal, en nombre del rey Carlos I, firmó la Capitulación de Toledo. Este documento le dio a Pizarro los derechos sobre la zona de Perú que ya se había explorado. El territorio de Pizarro se extendía desde el río Santiago, en el norte de Ecuador, hasta el Cuzco.

En 1531, Pizarro zarpó de Panamá con 180 soldados. Desembarcó cerca de Puerto Bolívar, en lo que hoy es Machala. Esta zona formaba parte del Imperio incaico o Tahuantinsuyo, que se extendía desde Colombia hasta Chile y tenía unos 12 millones de habitantes.

Los incas tenían una leyenda sobre el dios Huiracocha, quien regresaría del oeste. Se decía que vestía de oro y plata, tenía barba blanca y ojos verdes. Los indígenas del norte vieron a los españoles, con su piel clara, barbas y armaduras brillantes, y pensaron que eran como Huiracocha. Los tallanes le contaron a Atahualpa que los españoles eran dioses.

Atahualpa creyó en el origen mítico de los conquistadores y lo vio como una buena señal para terminar la guerra civil que enfrentaba a los príncipes Huáscar y Atahualpa por el control del Cuzco, la capital del imperio.

La captura de Atahualpa

Archivo:John Everett Millais - Pizarro seizing the Inca of Peru
Pintura que representa a Pizarro capturando a Atahualpa.
Archivo:Los 13 de la Isla del Gallo
Los trece de la isla del Gallo, pintura de Juan Lepiani (1902)
Archivo:Daniel Hernández - Francisco Pizarro
Francisco Pizarro a caballo, óleo de Daniel Hernández Morillo.

Atahualpa invitó a Pizarro a reunirse en la fortaleza inca de Cajamarca. Un mensajero de Atahualpa se encontró con los españoles, les llevó regalos y los invitó a Cajamarca. Pizarro aceptó y le envió una camisa fina y dos copas de vidrio al Inca. Así, Pizarro se adentró en territorio inca con 168 soldados y 37 caballos, dirigiéndose a Cajamarca.

Al llegar a los asentamientos incas, los españoles vieron que era una civilización avanzada con sistemas de riego y una rica cultura. La fortaleza de Cajamarca estaba casi vacía, lo que inquietó a los españoles. Atahualpa estaba en un manantial cercano con su hermana, sin preocuparse por la presencia española.

Pizarro envió emisarios para hablar con Atahualpa. El encuentro fue tenso. Atahualpa y sus hombres vestían sus mejores ropas y se mostraban muy serios. Como los incas nunca habían visto caballos, los españoles hicieron que sus monturas relincharan. Atahualpa respondió bebiendo de un cráneo y ofreció copas de oro a los españoles. Finalmente, prometió ir a Cajamarca al día siguiente para hablar con Pizarro.

Los exploradores habían contado al menos 30.000 guerreros incas, por lo que una conquista militar directa parecía imposible. La noche del 15 de noviembre de 1532, los españoles rezaron, pensando que sería su última vez. A la mañana siguiente, se prepararon para la batalla y se escondieron en un patio.

Miles de soldados incas desarmados llegaron y rodearon el lugar. Luego, un desfile de sirvientes limpió el camino para el rey Atahualpa, quien venía en un trono de oro rodeado de sus líderes. El capellán de los españoles se acercó al trono con una cruz y una biblia. Le pidió al rey que dejara sus creencias y aceptara el bautismo y la autoridad del rey de España Carlos I. Atahualpa tomó la biblia, la examinó sin entenderla y la arrojó al suelo. Los españoles lo interpretaron como una ofensa, y Pizarro ordenó atacar. Los españoles sacaron sus espadas, iniciaron el ataque y tomaron prisionero a Atahualpa el 16 de noviembre de 1532.

Archivo:Cajamarca cuarto del rescate
Cuarto del rescate de Atahualpa en Cajamarca. Los incas lo llenaron una vez de oro y dos de plata. El botín fue entregado a Pizarro.
Archivo:The execution of Inca
Ejecución de Atahualpa, según grabado de A. B. Greene (c. 1891).

Atahualpa fue confinado en una sala de Cajamarca con sus tres esposas y se le permitió seguir gobernando. Pizarro hizo que Atahualpa aprendiera español, a leer y a escribir. Así, pudieron comunicarse, y el rey inca le informó sobre lugares con oro. También jugaban juegos de mesa juntos. Pizarro y sus hombres exploraron en busca de oro, encontrando la fortaleza de Sacsayhuamán, donde grupos incas se resistían. Los españoles atacaron y conquistaron la fortaleza. En sus expediciones, encontraron desiertos, salinas e incluso exploraron la selva del Amazonas.

Para fortalecer su relación, Atahualpa ofreció a su hermana favorita, Quispe Sisa (hija del emperador inca Huayna Cápac), para que se casara con Pizarro. El conquistador la bautizó como Inés Huaylas y tuvieron dos hijos: Francisca Pizarro Yupanqui y Gonzalo, quien falleció joven.

Atahualpa propuso a Pizarro llenar la habitación donde estaba preso, conocida como el Cuarto del Rescate, una vez con oro y dos con plata a cambio de su libertad. Pizarro aceptó. Los súbditos incas trajeron oro en llamas durante tres meses desde todo el reino para salvar a su rey. Finalmente, reunieron 84 toneladas de oro y 164 de plata.

A pesar de haber recibido el rescate más grande de la historia, Francisco Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa la noche del 26 de julio de 1533. Se le acusó de rebelión, tener varias esposas, adorar ídolos y haber ordenado la ejecución de su hermano Huáscar. También se creía que había enviado un ejército para luchar contra los españoles. Se le dio a elegir entre una horrible muerte o convertirse al cristianismo y ser ejecutado de forma rápida. Atahualpa eligió la segunda opción. Fue ejecutado después de ser bautizado con el nombre cristiano de Francisco. Esa noche, miles de súbditos de Atahualpa se quitaron la vida para seguir a su señor.

Aunque se piensa que Pizarro quería matar a Atahualpa, en realidad, una parte de los españoles, liderada por Diego de Almagro, presionó mucho para su ejecución. Ellos temían que el Inca estuviera ganando tiempo para formar un gran ejército. Pizarro, y otros como Hernando Pizarro y Hernando de Soto, preferían enviar a Atahualpa a España para que hablara con el rey Carlos I de España. Sin embargo, la presión por la seguridad de la expedición fue mayor. Cronistas como Pedro Cieza de León y Pedro Pizarro mencionan que Pizarro se sintió muy triste por la muerte de Atahualpa, a quien había llegado a considerar un amigo.

Toma del Cuzco

Pizarro formó una alianza cercana con la nobleza incaica que apoyaba a Huáscar. Esto le permitió completar la conquista del Cuzco el 15 de noviembre de 1533. La ciudad fue defendida por Quizquiz, el general de los ejércitos de Atahualpa, pero no pudo evitar su caída.

En esta etapa, fue clave que muchas tribus sujetas a los señores del Cuzco se unieran a los conquistadores. Los españoles supieron aprovechar estas rivalidades y nombraron gobernantes incas que les fueran leales. Túpac Hualpa fue el primero de estos líderes, y a su muerte, fue elegido Manco Inca, un hermano de Atahualpa que había sido leal a Huáscar. Sin embargo, Manco Inca no fue tan fácil de controlar como esperaban.

Gobernador de Nueva Castilla

Archivo:JVP 1925 Francisco Pizarro
El marqués Francisco Pizarro fue adelantado y primer gobernador de Nueva Castilla, que fue la base territorial sobre la cual se asentó y expandió el Virreinato del Perú.

Pizarro, ahora gobernador de un gran territorio, quería organizar las tierras de una manera que diera prestigio a su cargo. Cuzco había sido la capital de los incas, un pueblo de montaña. Pero los españoles necesitaban acceso al mar para comerciar. Por eso, Pizarro decidió fundar una nueva capital en la costa.

La ciudad, fundada el 18 de enero de 1535, se llamó Ciudad de los Reyes, y más tarde se conoció como Lima. Se convirtió en la capital del Virreinato del Perú y luego de la República del Perú. Pizarro repartió generosamente cargos y tierras entre sus compañeros, creando una red de colaboradores leales que le debían su riqueza.

Mientras tanto, su hermano Hernando Pizarro regresó de España. Había ido a entregar una parte del oro al rey y traía el título de marqués para Francisco, y el de adelantado para Almagro. A Almagro se le habían concedido 200 leguas de territorio al sur de lo que tenía Pizarro. Sin embargo, aún quedaban problemas por resolver. Manco Inca preparaba una rebelión, y Diego de Almagro reclamaba sus derechos.

Guerra entre conquistadores

Diego de Almagro creyó que Cuzco estaba en su territorio, así que destituyó y encarceló a Juan Pizarro y a su hermano Gonzalo. Francisco Pizarro fue desde Lima y firmó un acuerdo con Almagro en Cuzco. Después de esto, Almagro partió hacia Chile.

Al regresar de su expedición sin éxito, Almagro intentó ocupar Cuzco de nuevo. La ciudad estaba siendo defendida por Hernando Pizarro, quien resistía un largo asedio de los incas rebeldes liderados por Manco Inca.

Mientras tanto, en Lima, Pizarro también sufrió el asedio de la ciudad por parte de Quizu Yupanqui, un general inca. Quizu Yupanqui estuvo a punto de tomar la capital, pero murió en la batalla. La victoria de Pizarro en Lima se debió a su alianza con líderes indígenas enemigos de los incas, como el curaca de huaylas. Estos llegaron a Lima con cinco mil hombres y lucharon junto a los españoles.

Después de la llegada de Almagro a Cuzco, Manco Inca levantó el asedio. Almagro aprovechó para encarcelar a Hernando y Gonzalo Pizarro. Tras derrotar al lugarteniente de Pizarro, Alonso de Alvarado, en la batalla de Abancay, Almagro llegó a un nuevo acuerdo con Pizarro en Mala (1537), y Hernando fue liberado.

La paz duró poco. Ambos bandos se enfrentaron de nuevo en la batalla de las Salinas (1538), cerca de Cuzco. Los seguidores de Almagro fueron derrotados y su líder fue encarcelado. Poco después, Hernando Pizarro lo condenó a muerte y lo ejecutó en la Plaza de Armas del Cuzco el 8 de julio de 1538. Tras la muerte de Almagro, Pizarro se dedicó a asegurar los territorios y a fomentar nuevas exploraciones.

Muerte

Archivo:La muerte de Francisco Pizarro (Museo del Prado)
La muerte de Francisco Pizarro, óleo de Manuel Ramírez (Museo del Prado)
Archivo:Francisco Pizarro Tumba
Tumba de Francisco Pizarro en una capilla ubicada en la nave derecha de la catedral de Lima. Epitafio:Aquí yace el [Marquez] Gobernador Don Francisco Pizarro. Conquistador del Perú y fundador de Lima. Nació en Trujillo de Extremadura, España en 1478 y murió en Lima el 26 de junio de 1541. El cabildo Metropolitano trasladó aquí sus restos el 18 de enero de 1985. Al cumplirse el 450 aniversario de la fundación de la Ciudad. Dios lo tenga en su gloria. Amén

Los seguidores de Almagro se unieron alrededor de su hijo Almagro el Mozo para acabar con el gobierno de Pizarro. Doce de ellos, liderados por Juan de Rada, planearon un ataque.

La mañana del domingo 26 de junio de 1541, Pizarro, sabiendo que su vida corría peligro, no fue a la misa en la Catedral y la escuchó en su casa. Después de la misa, los almagristas lo buscaron en la catedral y luego cruzaron la plaza hacia el palacio del Marqués Gobernador, gritando: "¡Viva el Rey, muera el tirano!".

Pizarro estaba almorzando con amigos, pero fue avisado a tiempo. Dejó el comedor para armarse en su habitación. Cuando regresó, sus invitados habían huido, y solo quedaban su medio hermano, Francisco Martín de Alcántara, Gómez de Luna y dos pajes.

Los atacantes subieron las escaleras y encontraron a Francisco de Chaves en la puerta, a quien mataron. Entraron al comedor. Pizarro, que acababa de ponerse su armadura, salió con la espada desenvainada. Luchó valientemente junto a sus cuatro compañeros. Los atacantes, al ver su fuerza, pidieron lanzas para atacarlo desde lejos. Pizarro siguió luchando con gran energía.

Juan de Rada empujó a uno de sus hombres hacia Pizarro. Pizarro lo recibió con su espada, pero el peso del cuerpo lo hizo retroceder. Los almagristas aprovecharon para rodearlo. Pizarro siguió defendiéndose, pero recibió muchas heridas. Una de ellas fue en el cuello.

Pizarro cayó sobre su brazo derecho, herido. Sus ropas estaban manchadas de sangre, pero intentó levantarse para seguir luchando. Sin embargo, sus fuerzas no le ayudaron. Consciente, se desplomó en el suelo. Se llevó la mano a la garganta, mojó sus dedos en su sangre e hizo la señal de la cruz. Luego, balbuceó el nombre de Cristo y besó la cruz. Uno de los atacantes le dio una estocada final en el cuello, y otro le rompió un cántaro en la cara. Pizarro cayó sin vida. Los asesinos salieron gritando: "¡Viva el Rey, muerto el tirano!".

Análisis de sus restos Los huesos de Pizarro, que están en la catedral de Lima, fueron estudiados en 2007. Se descubrió que murió con al menos veinte heridas de espada. Las marcas en los huesos muestran que Pizarro se defendió con valentía. Recibió una estocada que le vació el ojo izquierdo y un corte en el pómulo derecho. También le cortaron parte del hueso de un codo. Tenía cortes en la sexta vértebra torácica, en el pecho, en la primera lumbar y en el estómago.

Dos heridas fueron mortales: una en la garganta, entre la cuarta y quinta vértebra cervical, y otra en la primera vértebra cervical. Las fracturas en el cráneo fueron causadas por el cántaro con el que lo golpearon al final.

Estado de salud al morir Pizarro falleció con más de sesenta años, una edad avanzada para su época. Era de complexión fuerte y medía más de 1,74 metros. Sufría de artrosis y artritis, lo que le causaba problemas en las articulaciones. Tenía hernias discales, sentía dolor y caminaba con dificultad. Ya no podía montar a caballo ni comer carne. Tenía crecimientos óseos en los talones, lo que indica que caminó mucho en su vida.

Testamento

Pizarro había estado preparando su testamento desde 1537. Antes de morir, expresó su gran afecto por su hija Francisca Pizarro Yupanqui, a quien le dejó una herencia de 12.000 pesos de oro y "lo mejor" de sus bienes. Su hijo varón, Gonzalo Pizarro, fue nombrado heredero principal.

Pizarro también mostró cariño por sus sirvientes. Ordenó que su esclavo Alonso Negro fuera liberado y recibiera una cantidad de oro por sus servicios. A su antiguo capellán, García Díaz Arias, le dejó dinero por cada año de servicio. También dejó dinero a sus pajes, sirvientes y ayudantes de campo.

Además, Pizarro hizo donaciones para proteger y ayudar a los indígenas y personas de origen africano desde Panamá hasta Lima. También destinó dinero a obras de caridad para los pobres de la Ciudad de los Reyes, como la construcción de hospitales y el apoyo a la Iglesia católica. Hizo donaciones para ayudar a doncellas pobres en Trujillo (España) y para rescatar a cristianos cautivos.

En su testamento, Pizarro ordenó la fundación de una Iglesia y Capellanía en Trujillo (España) en honor a Nuestra Señora de la Concepción, cerca de la casa de su padre. También pidió que se nombrara a ciertas personas como tutores de sus hijos y que estos aprendieran a leer y escribir. Deseaba que su hijo Gonzalo fuera "docto en la gramática y latín".

Pizarro también pidió que se obtuvieran permisos especiales del Vaticano para que los futuros habitantes de Lima tuvieran beneficios espirituales si asistían a la festividad de los Reyes Magos, que debía celebrarse con gran solemnidad en la Catedral de Lima, donde quería ser enterrado. También pidió que se hiciera un Retablo en Castilla con una pintura del nacimiento de Jesús.

Finalmente, Pizarro deseaba que su familia, la Casa de Pizarro, mantuviera su nombre y sus títulos nobiliarios para siempre. También pidió que su familia buscara la reconciliación con la familia de Almagro y que se cumplieran los acuerdos económicos que había hecho con Diego de Almagro.

Legado de Francisco Pizarro

Archivo:Estatua de Francisco Pizarro en Trujillo
Estatua de Francisco Pizarro en Trujillo (España)
Archivo:1000 pesetas, 12 de octubre de 1992, Francisco Pizarro
Pizarro en un billete español de 1000 pesetas de 1992

Después de su regreso del Perú, la familia Pizarro, que se había enriquecido, construyó un palacio en Trujillo, la ciudad natal del conquistador. Este palacio, de estilo plateresco del siglo XVI, fue encargado por su hija, Francisca Pizarro Yupanqui.

Conocido como Palacio de la Conquista, este edificio tiene cuatro plantas. En el balcón de la esquina se encuentra el escudo de armas de la familia Pizarro. En un lado del escudo está Francisco Pizarro y en el otro, su esposa, la princesa inca Inés Huaylas, su hija Francisca Pizarro Yupanqui y su esposo Hernando Pizarro. El edificio está coronado por doce esculturas que representan ideas de vicios y virtudes. También destacan sus chimeneas, ventanas y rejas artísticas.

El escultor estadounidense Charles Cary Rumsey (1879-1922) creó una estatua de Pizarro a caballo. Existen tres copias de esta estatua en Trujillo (España), Lima (Perú) y Búfalo (Estados Unidos).

En Perú, existió una Plaza Pizarro en una esquina de la Plaza Mayor de Lima donde se instaló la estatua ecuestre de Pizarro. En 2003, este espacio fue renombrado como Plaza Perú.

En la ficción

  • Francisco Pizarro aparece en la obra de teatro de Peter Shaffer The Royal Hunt of the Sun (1964), que trata sobre la conquista española del Imperio inca.
  • Robert Shaw interpreta a Francisco Pizarro en la película The Royal Hunt of the Sun (1969), una adaptación de la obra de teatro.
  • La novela "Un puñado de gloria" (2003) de Eduardo Sguiglia tiene a Francisco Pizarro como uno de sus personajes principales y narra su caída.
  • En la novela histórica Inés del alma mía (2006) de Isabel Allende, Francisco Pizarro es un personaje importante.
  • En la miniserie Gabriel, amor inmortal (2008), Pizarro es el villano principal, interpretado por José Luis Rodríguez.
  • En la serie Inés del alma mía, producida por RTVE, Boomerang TV y Chilevision, basada en la novela de Isabel Allende, Francisco Pizarro es interpretado por Francesc Orella.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Francisco Pizarro Facts for Kids

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