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Salina para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:LacRose1
Salinas del Lago Rosa (Senegal).
Archivo:Vallesaladoanana
Vista general de las terrazas y las eras de evaporación de las salinas de Añana, en el Valle Salado, País Vasco, España.
Archivo:MaraisSalant
Sal amontonada en los bordes de las eras, en la Isla de Ré, Francia.

Una salina es un lugar especial donde se produce sal. Para ello, se deja que el agua salada se evapore, dejando solo la sal. Luego, esta sal se seca y se recoge para usarla, consumirla o venderla. Existen dos tipos principales de salinas: las costeras y las de interior. Las salinas costeras están cerca del mar y usan agua de mar. Las salinas de interior usan agua de manantiales salados, que se vuelven así porque el agua pasa por depósitos de sal bajo tierra. A veces, si el manantial tiene poca agua, se bombea más agua desde estanques para producir más sal.

¿Cómo funcionan las salinas?

El objetivo principal de una salina es concentrar el agua salada. Esto se logra con la ayuda del viento y el sol. El agua se almacena en estanques poco profundos. A medida que el agua se evapora, la sal se concentra hasta que el cloruro de sodio (la sal común) se cristaliza y se puede recoger.

Salinas costeras: ¿dónde y cómo se construyen?

Las salinas costeras suelen construirse en terrenos planos, como las marismas, que están al mismo nivel o por debajo del nivel del mar. Se crean pequeños muros de tierra para separar los estanques, llamados eras. El agua de mar llega a estos estanques a través de canales. Cuando la marea está alta, se abren las compuertas y las eras se llenan de agua. El suelo de estas salinas suele ser de arcilla, lo que ayuda a que el agua no se filtre.

Los estanques tienen diferentes nombres según cuánto se haya evaporado el agua. Primero están los estanques evaporadores o calentadores, también llamados cocederos. Después, el agua pasa a los cristalizadores o tajos, que es donde se recoge la sal.

Por ejemplo, en las salinas de la Bahía de Cádiz, el agua de mar entra en un estanque grande llamado estero. Aquí, los materiales que están flotando se asientan y el agua empieza a evaporarse. Este estero puede ocupar una cuarta parte de toda la salina. Desde allí, el agua salobre (con algo de sal) viaja por canales pequeños y curvos. Estas curvas alargan el recorrido del agua, aumentando la superficie de evaporación antes de llegar a los estanques evaporadores.

Salinas de interior: ¿cómo se adaptan al terreno?

En las salinas de interior, como las de Añana en el País Vasco español, el agua salada de los manantiales se lleva a zonas horizontales llamadas granjas. En estas granjas, el agua se distribuye en parcelas o eras. A veces, no hay terrenos planos disponibles, así que las eras se construyen en diferentes niveles, como terrazas, o incluso sobre plataformas artificiales. El agua del manantial se transporta hasta las eras, generalmente por su propia gravedad, usando acequias o acueductos hechos de madera o piedra.

La evaporación natural del agua salada en las eras deja la sal lista para ser recolectada. Luego, la sal se guarda en depósitos protegidos de la lluvia, llamados terrazos, donde termina de secarse antes de ser empaquetada y distribuida.

Historia de la sal y las salinas

Las salinas se han usado desde hace mucho tiempo, incluso antes de los romanos. Sin embargo, los romanos hicieron que la salazón (conservar alimentos con sal) fuera muy popular. Por eso, necesitaban producir mucha sal, lo que hizo que las salinas fueran muy importantes. La sal se volvió un producto estratégico, es decir, muy valioso. La posesión de salinas era muy deseada, lo que a veces causaba conflictos y generaba mucha riqueza en las zonas cercanas. También, el uso intensivo de las salinas podía afectar el suelo y los ríos. Un dato curioso es que la palabra "salario" viene de la sal, porque en el pasado se usaba mucho en el trueque y como forma de pago por el trabajo.

En el siglo XX, surgieron nuevas formas de conservar los alimentos, y el uso de la sal disminuyó mucho. Esto afectó a las salinas, especialmente a las de interior. Las grandes salinas costeras pudieron seguir funcionando porque sus costes de producción eran más bajos y podían usar maquinaria y sistemas industriales. Las salinas de interior que se mantuvieron lo hicieron de forma artesanal, vendiendo sal a mercados locales para usos como la ganadería, la salazón de jamón o para derretir el hielo en las carreteras en invierno.

Además, en la segunda mitad del siglo XX, el transporte se hizo más barato. Esto permitió que la sal de las grandes fábricas costeras llegara a muchas zonas del interior. Por eso, hoy en día, muchas salinas de interior están desapareciendo. Sin embargo, algunos ayuntamientos están reconstruyendo o manteniendo estas salinas por su valor etnográfico e histórico, para que no se pierda este importante legado.

Más información

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Salt evaporation pond Facts for Kids

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Salina para Niños. Enciclopedia Kiddle.