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Reino de Italia (Sacro Imperio Romano Germánico) para niños

Enciclopedia para niños

El Reino de Italia fue un territorio importante en el norte de la península itálica. Estuvo unido al Sacro Imperio Romano Germánico desde el año 962, cuando Otón I fue coronado emperador en Roma.

Este reino, también conocido como Regnum Italiae o Reichsitalien, fue una parte clave del Imperio. Sin embargo, la ausencia de los emperadores, que vivían principalmente en Alemania, y el crecimiento de las ciudades italianas, hicieron que el poder real se debilitara. Las ciudades desarrollaron sus propios gobiernos, llamados comunas, y surgieron conflictos entre los partidarios del emperador (gibelinos) y los del papa (güelfos).

Con el tiempo, muchas de estas comunas se transformaron en señoríos, donde una familia poderosa gobernaba, o en repúblicas, como Florencia y Venecia. La llegada de ejércitos extranjeros, especialmente de Francia y España, cambió el equilibrio de poder en Italia. Finalmente, a principios del siglo XIX, la autoridad imperial en Italia llegó a su fin.

Datos para niños
Reino de Italia
Regnum Italiae
Reichsitalien
Estado constituyente del Sacro Imperio Romano Germánico
962-1801
Banner of the Holy Roman Emperor with haloes (1430-1806).svg
Bandera
(1430-1801)
Greater Coat of Arms of Joseph II, Holy Roman Emperor.svg
Escudo

Kingdom of Italy 1000.svg
El Reino de Italia dentro del Sacro Imperio Romano Germánico en 1000
Reichsitalien1789.svg
El Reichsitalien en 1789
Coordenadas 44°N 11°E / 44, 11
Capital Pavía (hasta 1021)
Entidad Estado constituyente del Sacro Imperio Romano Germánico
Idioma oficial Latín, Italiano (o Toscano), sobre todo en su forma escrita, desde el siglo XV
 • Otros idiomas Piamontés, Ligur, Lombardo, Emiliano-Romañolo
Religión Católica
Historia  
 • 951 Coronación de Otón I en Pavía
 • 962 Coronación imperial de Otón I en Roma
 • 1073-1122 Querella de las Investiduras
 • 1158 Dieta de Roncaglia
 • 1395 Investidura de Gian Galeazzo Visconti como duque de Milán
 • 1494-1559 Guerras italianas (1494-1559)
 • 1801 Tratado de Lunéville
Precedido por
Sucedido por
Reino de Italia (774-962)
República Transpadana
República Cispadana
República de Génova
República piamontesa
Reino de Etruria
República de Lucca
Ducado de Parma

El Reino de Italia en el Imperio Carolingio

El Reino de Italia fue incorporado por Carlomagno, rey de los francos, en el año 774. Esto no significó que un nuevo pueblo se mudara a Italia, sino que se establecieron grupos armados para controlar las rutas y los puntos importantes.

Una nueva clase dirigente franca obtuvo tierras. Sin embargo, el reino mantuvo su identidad como "Italia" o "Langobardia". Pavía siguió siendo la capital y se mantuvo un sistema administrativo con funcionarios públicos. Las leyes lombardas y las nuevas leyes carolingias convivieron. Los condes eran los representantes del rey en las regiones.

Con el tiempo, el poder público se debilitó. Los grandes propietarios, que tenían tierras y armas, empezaron a crear sus propios territorios. Así surgió el vasallaje, donde un hombre libre ofrecía servicio militar a un señor a cambio de protección. Los reyes usaron a sus propios vasallos, llamados vassi dominici, para controlar a los funcionarios. También se apoyaron en la Iglesia, dando a obispos y abades inmunidad, lo que significaba que los funcionarios no podían intervenir en sus tierras. Esto hizo que obispos y abades tuvieran mucho poder.

Después de la división del Imperio carolingio en 843, las familias nobles se hicieron más fuertes en sus regiones. Cuando el rey Luis II murió sin hijos en 875, los nobles empezaron a elegir a los nuevos reyes. Los papas, por su parte, querían que el emperador tuviera su base en Italia para defender al papado.

Cuando Carlos III fue depuesto en 887, la nobleza italiana pudo elegir a un rey que viviera en Italia. El rey usaba donaciones para negociar con los nobles y formar alianzas. Las invasiones húngaras del siglo X debilitaron la autoridad real. Esto llevó a que los señores construyeran fortificaciones sin permiso del rey, un proceso llamado incastellamento. También hizo que algunos nobles buscaran reyes rivales, causando conflictos.

Los Principados Territoriales en los Siglos X y XI

La unión del reino de Italia con Alemania hizo que los grandes principados y condados de la región mantuvieran su poder.

A mediados del siglo X, la marca de Ivrea se hizo más pequeña. Su territorio se dividió en nuevas marcas como la de Susa, la alerámica y la obertenga. Estas estaban en manos de familias poderosas. También creció el poder de los obispos. En el siglo XI, Humberto "manos blancas" ayudó al emperador Conrado II a tomar el reino de Arlés. Esto le permitió a su hijo Otón de Saboya controlar importantes pasos alpinos.

En Lombardía, el arzobispo de Milán era muy influyente. Los condes locales a veces chocaban con los obispos. La familia de los condes de Canossa formó la marca attoniana, que abarcaba muchas ciudades importantes.

En el centro de Italia, el marqués de Toscana controlaba ricas tierras. Más al sur, los territorios del papa se extendían cerca de Roma. Algunas zonas del este de Italia, como Verona y Friul, fueron unidas a Alemania para que los nobles alemanes controlaran los pasos de los Alpes.

La unión de Italia al Imperio significó que el emperador rara vez estaba presente. Cuando venía, se reunía con los nobles en Roncaglia para hacer leyes y cobrar impuestos. Pero esta breve presencia no era suficiente para gobernar. Los emperadores se apoyaron en grandes señores y obispos, muchos de ellos alemanes, para controlar el territorio. Esto hizo que los obispos tuvieran poderes de condes.

Los obispos tenían autoridad dentro de las ciudades y sus alrededores, mientras que la alta nobleza vivía en el campo. Fue en las ciudades donde surgieron las comunas.

La Dinastía Sajona: La Renovación del Imperio

Después de la muerte del rey Lotario de Arlés en 950, Berengario II se hizo rey. Temía que Adelaida de Borgoña, la viuda de Lotario, se casara con alguien que amenazara su poder. La encerró, lo que causó oposición, especialmente de los obispos.

Archivo:Otto I, Holy Roman Emperor and Berengar
Otón I recibe la sumisión de Berengario II.

Adelaida pidió ayuda al rey Otón I de Alemania (936-973), quien aprovechó la oportunidad. Otón se coronó rey de Italia en 951 y se casó con Adelaida. Regresó a Alemania en 952, dejando a su yerno a cargo. Berengario y Adalberto llegaron a un acuerdo con Otón, quien los reconoció como reyes vasallos, pero tuvieron que ceder algunas marcas.

Berengario se vengó de los obispos. Otón volvió a intervenir en Italia en 961. Berengario huyó y Otón I y su hijo Otón II fueron reconocidos como reyes de Italia. Otón I fue coronado emperador en Roma en 962. Impuso el Diploma Ottonianum, que confirmaba acuerdos anteriores. Sin embargo, el papa Juan XII (955-964) temía el poder de Otón y buscó alianzas. Otón depuso al papa en 963 y capturó a Berengario. Otón tuvo que intervenir varias veces en Roma para controlar a la nobleza. En 967, su hijo Otón II fue coronado coemperador. Así, la corona de Italia se unió a la alemana.

Los Otónidas intentaron expandir su influencia al sur de Italia, pero fracasaron en la Batalla de Cabo Colonna en 982. Otón II murió poco después.

Durante la minoría de Otón III, Roma cayó bajo la familia Crescencios. Otón III intervino en 996, sometió a la aristocracia romana y eligió a su primo como papa, quien lo coronó emperador. Otón III intentó restaurar el antiguo Imperio Romano, pero sus súbditos no lo apoyaron. Una rebelión en Roma lo expulsó en 1001 y murió al año siguiente.

Archivo:Kingdom of Italy (HRE) - 962
El reino de Italia en 962.

A la muerte de Otón III, los nobles alemanes eligieron a Enrique II (1002-1024). Pero en Italia, Arduino de Ivrea fue elegido rey en Pavía. Enrique II no aceptó la separación de los reinos y envió un ejército. Arduino se retiró y Enrique fue coronado rey de Italia en Milán en 1004. Una rebelión en Pavía destruyó el palacio real. Enrique regresó a Alemania. Arduino recuperó poder en Italia, pero fue sometido en 1015. Enrique II volvió a Italia en 1013, fue coronado emperador en 1014 y fortaleció su autoridad.

El Origen de las Comunas Urbanas

Desde la segunda mitad del siglo IX, los obispos no solo tenían funciones religiosas, sino también administrativas en las ciudades y sus alrededores. El comercio en Italia creció, y surgieron nuevos barrios fuera de las ciudades, llamados forisburgus, donde vivían artesanos y comerciantes. Estos nuevos grupos urbanos, con sus riquezas, empezaron a mezclarse con la aristocracia feudal.

Los comerciantes se dieron cuenta de que necesitaban libertades económicas y una jurisdicción especial para sus actividades. A partir del siglo XI, buscaron limitar el poder de los obispos. Los señores laicos (no religiosos) también apoyaron a estos nuevos grupos urbanos para obtener impuestos y peajes. Los reyes otorgaron los primeros privilegios municipales, como a Génova en 958.

Archivo:San Michele crop
La Basílica de San Miguel Mayor en Pavía, donde fueron coronados los reyes de Italia.

La reforma gregoriana, que buscaba liberar a la Iglesia del control de los laicos, también influyó. En las ciudades donde el obispo tenía el poder político, la pequeña nobleza y los nuevos ciudadanos se unieron para desafiar su autoridad.

La dispersión de los derechos feudales por herencias también contribuyó. Los señores laicos, con menos ingresos de sus tierras, se involucraron en el comercio. En Milán, en 1035, la pequeña nobleza, los valvasores, se rebeló contra sus señores, los capitanei. El emperador Conrado II promulgó el Edictum de beneficiis en 1037, que garantizaba la herencia de los feudos a los valvasores. Esto les dio seguridad y les permitió asociarse con la burguesía urbana (comerciantes, jueces, notarios) para formar las comunas.

Las comunas eran gobiernos urbanos libres de la jurisdicción del obispo o de funcionarios imperiales. Elegían a sus propios representantes, los cónsules, que tomaban el control de la ciudad. La comuna eliminó las servidumbres personales y territoriales, y estableció impuestos públicos y tribunales propios. Estaba dirigida por cónsules elegidos de la nobleza y apoyados por un consejo de ciudadanos poderosos.

La Dinastía Salia: Reforma y Conflictos

A la muerte del emperador Enrique II en 1024, los ciudadanos de Pavía se rebelaron y destruyeron el palacio imperial. Pavía dejó de ser el centro administrativo del reino. Esta rebelión se extendió por el norte de Italia. Algunos nobles buscaron un rey alternativo, mientras otros apoyaron al nuevo rey, Conrado II (1024-1039). En 1026, Conrado II fue a Italia, recibió la Corona Férrea en Milán (no en Pavía) y al año siguiente fue coronado emperador.

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Un rey otorga la investidura a un obispo.

Los emperadores salios continuaron apoyando a los obispos para controlar Italia. Pero esto chocó con el crecimiento de las comunas y la pequeña nobleza. La revuelta de los valvasores contra el obispo de Milán es un ejemplo. El emperador Enrique III (1046-1056) apoyó la reforma monástica para liberar a la Iglesia del control de los laicos y fortalecer al papa. Intervino en las elecciones papales, que estaban en manos de familias rivales, y nombró a varios papas alemanes que lucharon contra la simonía (compraventa de cargos eclesiásticos).

Sin embargo, el control del emperador sobre el papa y el clero generó una contradicción: la reforma buscaba la independencia de la Iglesia. Las revueltas urbanas contra los obispos nombrados por el emperador aumentaron.

Archivo:Italy 1050
Península itálica hacia 1050.

La muerte de Enrique III en 1056 y la minoría de Enrique IV (1056-1105) aceleraron la independencia del papado. El papa Nicolás II (1059-1061) reguló la elección del papa por los cardenales, lo que iba en contra de la autoridad imperial. El Imperio se convirtió en enemigo de la reforma.

El punto culminante de la reforma llegó con el papa Gregorio VII (1073-1085). En 1075, prohibió la investidura laica (nombramiento de obispos por laicos) y afirmó la supremacía del poder espiritual sobre el temporal. En 1076, Enrique IV intentó deponer al papa, pero Gregorio VII lo excomulgó. Así comenzó la Querella de las Investiduras.

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Enrique IV y Clemente III expulsan a Gregorio VII. Muerte de Gregorio VII.

En 1080, Enrique IV nombró a un antipapa, Clemente III, y fue a Italia. Fue coronado rey de Italia en Pavía en 1081. Matilde de Canossa, marquesa de Toscana, apoyó firmemente al papa. Enrique IV entró en Roma en 1084 y su antipapa lo coronó emperador.

El papa Urbano II (1088-1099) continuó la lucha contra Enrique IV y fortaleció su posición. Convocó la Primera Cruzada en 1095. La campaña de Enrique IV en 1090 fracasó, lo que provocó revueltas en Lombardía. El hijo del emperador, Conrado, fue coronado rey rival de Italia en 1093. Enrique IV regresó a Alemania en 1097.

Su sucesor, Enrique V (1105-1125), intentó restaurar la autoridad imperial. En Italia, pactó con el papa Pascual II (1099-1118) una solución a la querella, pero el acuerdo fracasó. Enrique V encarceló al papa y lo obligó a concederle el derecho de investidura. Fue coronado emperador en 1111. La querella terminó con el Concordato de Worms en 1122, entre el emperador y el papa Calixto II (1119-1124).

El Concordato de Worms fue un éxito para el papa, pero en Italia, las comunas urbanas se hicieron más fuertes que el poder eclesiástico. Durante la primera mitad del siglo XII, surgieron gobiernos comunales en casi todas las ciudades del norte de Italia.

El Desarrollo Comunal en los Siglos XII y XIII

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Palazzo Spini Feroni en Florencia.

Las comunas urbanas no solo controlaban la ciudad, sino también sus alrededores, llamados contado. La ciudad ofrecía un mercado para los productos del campo y oportunidades de trabajo. También era un lugar para invertir y obtener alimentos y materias primas. El comercio exterior, especialmente de ciudades como Génova, Pisa y Venecia, aumentó la riqueza local y embelleció las ciudades. El crecimiento de la población llevó a más obras públicas, como murallas.

Los gremios y cofradías (asociaciones de artesanos y comerciantes) crecieron, mostrando la complejidad económica. Aunque la economía urbana se desarrolló, la mayoría de la población en el norte de Italia seguía viviendo de la tierra.

La pequeña nobleza rural se unió a las comunas para liberarse del dominio de los grandes señores. Algunos nobles se unieron voluntariamente a las comunas, atraídos por su riqueza, y aspiraban a gobernar, como los Visconti en Milán.

Debido al control de las ciudades sobre los señores del contado, la servidumbre de la gleba (campesinos atados a la tierra) casi desapareció a finales del siglo XIII. Surgieron nuevas formas de tenencia de la tierra, como la mezzadria. El paisaje rural cambió, con propiedades más grandes y concentradas.

Archivo:20PalazzoPodesta
Palazzo del Podestà (Mantua)

El conflicto entre la Iglesia y el Imperio dividió la política comunal. Los güelfos apoyaban las libertades comunales y al papa, mientras que los gibelinos apoyaban al emperador. Las ciudades se alineaban según sus rivalidades regionales. Por ejemplo, Pavía y Cremona eran gibelinas porque Milán era güelfa.

Las luchas internas entre las familias nobles que gobernaban las comunas aumentaron el desorden. Los grupos de comerciantes y artesanos, que no estaban en el gobierno, exigieron un poder imparcial, el del podestà. El podestà era un extranjero elegido por una asamblea para evitar conflictos internos. Controlaba la justicia y las leyes por un año.

Federico I y la Lucha por el Poder Imperial

Archivo:Barbarossa
El emperador Federico I Barbarroja. Miniatura de un manuscrito de 1188, Vatican Library.

En Alemania, tras la muerte de Enrique V en 1125, hubo un conflicto por el poder. Finalmente, en 1152, Federico III de Suabia fue elegido rey.

Federico I (1152-1190) intentó restaurar la autoridad del emperador en el Imperio. Su campaña en Italia en 1154 marcó el inicio de una larga lucha. En la Dieta de Roncaglia de 1154, promulgó una ley feudal y atendió las quejas contra Milán. Sometió varias ciudades y fue coronado rey de Italia en Pavía en 1155, y emperador en Roma. Milán fue castigada, pero se recuperó y reconstruyó Tortona.

Archivo:Rainald von dassel
Retrato de Reinaldo de Dassel en el relicario de los Reyes Magos de la Catedral de Colonia.

En su segunda campaña en Italia en 1158, Federico I sometió a Milán y estableció los derechos reales (regalia), que le daban grandes ingresos. Nombró a ministeriales (funcionarios imperiales) como podestàs en las ciudades para cobrar estos derechos. Pero sus políticas agresivas unieron la resistencia en torno a Milán y el papado.

Después de la muerte del papa Adriano IV en 1159, el emperador apoyó a sus propios antipapas. En 1162, las tropas imperiales destruyeron Milán. Sin embargo, se formó la Liga antimperial de Verona en 1164, que se unió a la Liga Cremonense en 1167 para formar la Liga lombarda. Esta liga expulsó al ejército de Federico I de Italia.

Federico I regresó a Italia en 1174. En la Batalla de Legnano en 1176, fue derrotado por la Liga Lombarda. Tuvo que reconocer al papa Alejandro III y firmar una tregua en Venecia en 1177. Después de seis años, en la Paz de Constanza de 1183, el emperador tuvo que garantizar a las ciudades lombardas sus libertades y derechos, pero mantuvo su autoridad real y el control sobre las zonas rurales.

Archivo:Codex Manesse Heinrich VI. (HRR)
El emperador Enrique VI. Codex Manesse, aprox. 1300

Tras la muerte de Federico I en 1190, su hijo Enrique VI se convirtió en rey de Sicilia en 1194. Para asegurar la ruta terrestre, confió territorios a sus funcionarios. Murió en 1197, dejando a su hijo Federico Roger, de menos de tres años, como rey.

Inocencio III y Otón IV

Archivo:Otto IV. und Papst Innocenz III. reichen sich vor den ankommenden Schiffen Friedrichs II. die Hände
Otón IV y el papa Inocencio III se dan las manos (de Heidelberg, Cod. Pal. germ. 19-23, 1450).

A la muerte de Enrique VI, el papa Inocencio III (1198-1216) aprovechó para anexar territorios y controlar la Liga Toscana.

En Alemania, los príncipes eligieron a Felipe de Suabia, hermano de Enrique VI, como rey en 1198. Pero otra facción eligió a Otón de Brunswick como rey rival, apoyado por el papa. Después de una guerra civil, Otón IV fue coronado emperador en 1209. Intentó restaurar su autoridad en Italia, recuperando territorios y atacando el reino siciliano. El papa excomulgó a Otón IV en 1210 y apoyó al rey de Sicilia, Federico, como rey de Romanos. Otón IV fue derrotado en 1214 y Federico fue elegido rey de Romanos por tercera vez en 1215.

Federico II y la Lucha por Italia

Archivo:Frederick II and eagle
El emperador Federico II, procedente del libro De arte venandi cum avibus (Biblioteca Vaticana, Pal. lat 1071), final del siglo XIII.

En 1215, Federico II fue coronado rey de Romanos. Milán, que había apoyado a Otón IV, se opuso a Federico y formó una liga para expulsar a los gibelinos de Lombardía. Pero los aliados fueron derrotados en 1218, lo que permitió a Federico entrar en Italia en 1220.

En 1220, Federico II hizo elegir a su hijo Enrique como rey de Romanos, dando amplios derechos a los príncipes eclesiásticos. En 1226, convocó una Dieta en Cremona para fortalecer su autoridad en Italia. Pero las comunas lombardas ya habían reconstituido la Liga Lombarda. Federico declaró a las comunas de la Liga como traidoras y les quitó sus privilegios. La paz llegó en 1230.

Archivo:Jindra7
Enrique de Hohenstaufen, rey de Romanos, procedente de la Chronica regia Coloniensis (ca. 1240).

En la Dieta de Rávena (1231-1232), Federico II intentó afirmar el poder imperial sobre las comunas, lo que reactivó la Liga Lombarda. Para asegurar el apoyo de los príncipes alemanes, confirmó el Statutum in favorem principum, que reforzaba el poder de la alta aristocracia en sus territorios. Su hijo Enrique se opuso, se rebeló y se alió con la Liga Lombarda, pero fue destronado en 1235.

El emperador derrotó a la Liga Lombarda en la Batalla de Cortenuova en 1237. Reforzó el partido gibelino en Piamonte. Sin embargo, fracasó en el asedio de Brescia en 1238. Nombró a su hijo Enzo de Cerdeña como legado imperial en los territorios del papa. Tuvo éxito en Toscana y en los territorios del papa, tomando Rávena y Faenza. En 1245, volvió a fracasar en tomar Milán.

Archivo:Federico II Parma
Carga de la caballería parmesana contra el campo imperial en la batalla de Parma (1248), de un antiguo manuscrito.

Federico II regresó al norte de Italia en 1247. La ciudad de Parma se unió a los güelfos, y en la Batalla de Parma (1248), los güelfos obtuvieron una gran victoria, apoderándose del tesoro imperial. Aunque Federico II se recuperó, la lucha continuó con victorias y derrotas para ambos bandos. Murió en Foggia el 13 de diciembre de 1250.

El Gran Interregno y la Lucha por el Poder

Archivo:Conrad IV of Germany
Retrato de Conrado IV, rey de Romanos (1237-1254).

A la muerte de Federico II, le sucedió su hijo Conrado IV. Su posición en Alemania se debilitó, y en 1251 fue al reino siciliano. Murió de malaria en 1254. Manfredo, su medio hermano, tomó el poder en Sicilia. En Alemania, tras la muerte de Guillermo de Holanda en 1256, hubo una doble elección para el siguiente rey de Romanos: Alfonso X de Castilla y Ricardo de Cornualles.

Archivo:Alfonso X el Sabio en El libro de los juegos
Alfonso X, rey de Castilla, electo rey de Romanos y aspirante a la coronación imperial, intento conocido como el fecho del imperio; procedente del Libro de los juegos (siglo XIII).

El dominio gibelino en el norte de Italia estaba bien establecido. Los hermanos Ezzelino y Alberico da Romano dominaban en la marca trevisana. En 1256, una cruzada güelfa se lanzó contra ellos. En 1259, Ezzelino fue capturado y murió, y al año siguiente su hermano Alberico.

Archivo:Manfred bible1
Manfredo de Sicilia, en Die Manfredbibel (siglo XIII).

Tras la muerte de Ezzelino, los gibelinos se unieron en torno a Manfredo de Sicilia. Derrotaron a los güelfos en la Batalla de Montaperti en 1260. Manfredo fue reconocido protector de Toscana y senador de Roma. El papa Urbano IV (1261–1264) buscó el apoyo de Francia.

Carlos de Anjou, hermano del rey Luis IX de Francia, aceptó la investidura del reino de Sicilia. El ejército de Carlos derrotó a Manfredo en la Batalla de Benevento en 1266. La resistencia gibelina fue aplastada en 1268 en la Batalla de Tagliacozzo, donde Conradino fue decapitado.

Las victorias de Carlos de Anjou impulsaron el güelfismo en Italia. Carlos se convirtió en el líder del partido güelfo y extendió su influencia por Lombardía y Piamonte. El papa Clemente IV lo nombró vicario imperial en Toscana. Carlos consolidó su poder en el norte de Italia.

Sin embargo, el rey Alfonso X de Castilla envió un embajador para crear una nueva liga contra Carlos de Anjou. Se alió con el marqués Guillermo VII de Montferrato, a quien nombró vicario imperial en Lombardía. Guillermo de Montferrato formó una liga gibelina y derrotó a los angevinos en 1275. Pero en 1273, se había elegido un nuevo rey de Romanos, Rodolfo I de Habsburgo, y Alfonso X renunció a su reclamo al trono.

Rodolfo I de Habsburgo y el Fin del Interregno

Archivo:Rudolf von Habsburg Speyer
Lápida con la efigie de Rodolfo I de Habsburgo (1273-1291), rey de Romanos, en su tumba en la Catedral de Espira.

El papa Gregorio X (1271-1276), preocupado por el poder de la Casa de Anjou en Italia, recomendó a los electores alemanes elegir un nuevo rey. Así, Rodolfo I de Habsburgo fue elegido el 1 de octubre de 1273, poniendo fin al interregno. Rodolfo renunció a todos los derechos imperiales en Roma, los territorios del papa y Sicilia. En 1278, se acordó un concordato que garantizaba al papa sus territorios.

La elección de Rodolfo impulsó una reacción gibelina en el norte de Italia, que enfrentó a Carlos de Anjou con varias ciudades. Los papas Gregorio X y Nicolás III buscaron la paz entre güelfos y gibelinos. Nicolás III frenó las ambiciones de Carlos de Anjou en el norte de Italia.

Cuando Nicolás III murió, el rey Carlos de Anjou aseguró la elección del papa Martín IV (1281-1285), quien tuvo una actitud pro-güelfa. Rodolfo de Habsburgo nombró un vicario imperial para apoyar a los gibelinos. En Florencia, se estableció un sistema republicano en 1292. En Lombardía, la disputa entre los Torriani y los Visconti continuó. Otón Visconti obtuvo el gobierno de Milán en 1277. Su sobrino Mateo lo sucedió en 1287 y fue reconocido como vicario imperial.

Enrique VII de Luxemburgo y la Restauración Imperial

Archivo:HRE under Henry VII
Mapa del Imperio en época del emperador Enrique VII (1308-1313).

La expedición de Enrique VII de Luxemburgo (1308-1313) a Italia entre 1310 y 1313 buscaba ser coronado emperador y recuperar los derechos imperiales. Contó con el apoyo inicial del papa Clemente V.

Enrique VII llegó a Italia en octubre de 1310. Los gobiernos güelfos cooperaron y los exiliados regresaron a sus ciudades. Enrique nombró vicarios imperiales y podestàs en las ciudades. En Milán, se vio envuelto en las disputas entre güelfos y gibelinos. Fue coronado con una nueva corona en 1311. Reclamó una contribución anual de las ciudades, lo que provocó una rebelión. Necesitado de apoyo, buscó a señores locales. En Milán, los gibelinos Visconti recuperaron el poder. Enrique sometió a Cremona y Brescia.

El papa Clemente V, bajo presión de Francia y los güelfos, apoyó la oposición güelfa. Enrique VII fue recibido en Génova y por Cangrande della Scala en Verona. Se trasladó a Pisa y luego a Roma, donde fue coronado emperador en junio de 1312. Después fue a Toscana, pero el asedio de Florencia fracasó. Murió de malaria en agosto de 1313, dejando el partido gibelino desorganizado.

Política Urbana en los Siglos XIV y XV

El Sistema Señorial y Republicano

Archivo:Perugia Palazzo del Capitano del Popolo
Palazzo del Capitano del Popolo en Perugia.

En el siglo XIII, las comunas estaban dominadas por conflictos entre la nobleza, lo que perjudicaba los intereses económicos. Surgió el movimiento del popolo, asociaciones de no nobles que habían ganado riqueza y querían orden y concesiones de la nobleza.

En algunas comunas, las oligarquías nobles llegaron a acuerdos con la rica burguesía, formando gobiernos republicanos. Se estableció un consejo del popolo bajo el capitano del popolo junto al viejo consejo de la comuna bajo su podestà. El podestà se encargaba de la administración y el capitano del popolo del orden público.

Cuando el popolo no pudo solucionar el problema del orden, se otorgaron poderes extraordinarios a una magistratura cívica, como el signore. Estos poderes no eran temporales, sino vitalicios, lo que permitió a los signori consolidar su poder personal y formar dinastías locales, como los Visconti en Milán, los Gonzaga en Mantua, los Este en Ferrara, o los della Scala en Verona. Los consejos de las comunas y el popolo permanecieron, pero su papel se limitó a tareas administrativas menores. Los signori restauraron la armonía entre las clases altas de las ciudades.

Archivo:Firenze-palazzovecchio
Palazzo Vecchio en Florencia.

El Gran Interregno favoreció la difusión de los signori en el norte de Italia. Sin embargo, en Toscana, las señorías fracasaron y la expansión de la república de Florencia impidió su extensión. Las repúblicas, como gobiernos de banqueros y comerciantes, sobrevivieron porque era más difícil para los signori dominar una oligarquía unida.

Los Vicarios Imperiales

El vicariato imperial era un cargo nombrado por el emperador para que, en su ausencia, el vicario gobernara con autoridad. Los vicarios imperiales en Italia representaban al emperador, recibían homenajes, arbitraban disputas y ejercían autoridad.

Los emperadores designaron vicarios para todo el reino italiano o para territorios específicos. Por ejemplo, Otón III nombró a Hugo de Toscana como vicario en Italia. Durante el siglo XIV, los signori buscaron la autorización del emperador para actuar como vicarios sobre sus territorios. Esto les dio prestigio y legitimidad.

El vicariato de la casa de Saboya se mantuvo de forma permanente. Aunque el territorio saboyano no era propiamente italiano, el emperador Carlos IV de Luxemburgo designó al conde Amadeo VI de Saboya como vicario imperial en sus territorios. En 1416, el condado de Saboya fue elevado a ducado. Los duques de Saboya asumieron el vicariato imperial de forma perpetua, actuando como intermediarios entre el emperador y otros príncipes en el Reichsitalien.

La Formación de los Principados Territoriales Italianos

Durante los siglos XIV y XV, la fragmentación del periodo comunal dio lugar a la formación de divisiones políticas más grandes y organizadas. Las ciudades más poderosas controlaron a sus vecinas. La desaparición de los gobiernos comunales llevó al uso de tropas mercenarias.

Estos nuevos Estados eran la unión de antiguas comunas subordinadas a una ciudad dominante. La ciudad dominante desarmaba, pero no disolvía, las instituciones municipales de las ciudades subordinadas. Las viejas comunas se transformaron en provincias del nuevo Estado. Algunos Estados se formaron en torno a un señor, como en Piamonte.

Archivo:Holy Roman Empire at the Golden Bull of 1356
El reino de Italia dentro del Imperio en 1356.

En el siglo XV, se formaron los siguientes territorios:

  • En Piamonte, la Casa de Saboya se convirtió en un poder dominante.
  • El Ducado de Milán, bajo los Visconti, fue elevado a ducado en 1395. Se expandió por Lombardía y llegó a controlar Siena y Pisa.
  • Venecia se expandió hacia el este, controlando el acceso a Italia oriental desde Alemania.
  • En Mantua, la Familia Gonzaga obtuvo el vicariato imperial y luego el marquesado en 1433.
  • La Casa de Este gobernaba en Módena, Reggio y Ferrara.
  • En Toscana, la república de Florencia sometió a varias ciudades.
  • Los Estados Pontificios abarcaban desde Bolonia hasta Terracina.

Otros pequeños territorios incluían Mónaco, el marquesado de Massa y el señorío de Mirandola.

La Decadencia Imperial en los Siglos XIV y XV

Durante el siglo XIII, el emperador perdió tierras y rentas al hacer donaciones a la alta nobleza para obtener su apoyo. Los intentos de recuperar estas concesiones fracasaron. En cada nueva elección, el aspirante a rey de Romanos debía renunciar a propiedades y derechos reales para asegurar los votos, lo que empobreció al monarca.

Desde mediados del siglo XIII, la ausencia de los reyes de Romanos y emperadores en Italia hizo que el poder efectivo recayera en las repúblicas urbanas y las señorías. El emperador siguió siendo la fuente de legitimidad legal, pero su poder era más teórico que práctico. El Derecho romano, revivido por el emperador Federico I, contribuyó a esto, ya que el emperador era considerado sucesor de los emperadores romanos.

En la práctica, las repúblicas urbanas y los signori (señores) buscaban al emperador para obtener concesiones imperiales de jurisdicción. Las repúblicas querían la confirmación de sus libertades, y los signori querían legitimar sus gobiernos. Por ejemplo, Rodolfo I de Habsburgo vendió libertades a ciudades como Florencia, Siena y Lucca a cambio de dinero. Cuando Carlos IV de Luxemburgo fue a Italia en 1355, las ciudades compraron privilegios para confirmar sus libertades.

La legitimación de los signori por parte de los emperadores cambió la base del poder político en las ciudades italianas. La investidura imperial no podía ser anulada por la comuna, lo que dio a estos gobernantes libertad para expandir sus territorios y consolidar su poder. Este proceso culminó con la concesión de un ducado imperial a Gian Galeazzo Visconti en 1395 por el rey Wenceslao de Luxemburgo.

Estas concesiones imperiales aumentaban la autoridad local del beneficiario, pero no daban al emperador ninguna influencia real. El emperador participaba en la venta de títulos por los ingresos que obtenía. Así, el emperador era la autoridad suprema para legitimar, no para gobernar.

Intervenciones Imperiales en Italia en los Siglos XIV y XV

Luis IV de Baviera

Archivo:Matteo I Visconti
Mateo Visconti el Grande en una ilustración de Grande illustrazione del Lombardo-Veneto... Milano, Corona e Caimi Editori, 1858.

Tras la muerte del emperador Enrique VII, el papado reclamó autoridad en el Imperio. El papa Clemente V nombró al rey Roberto I de Nápoles vicario imperial para Italia en 1314. En Alemania, hubo una guerra civil entre Luis IV de Baviera y Federico de Habsburgo. Ambos intervinieron en Italia.

En Toscana, la muerte del emperador Enrique animó a Florencia a atacar Pisa. Pero Pisa contrató caballería imperial y derrotó a la coalición florentina y napolitana en Montecatini en 1315. En Lombardía, los güelfos fueron derrotados en Pavía en 1315, y Mateo Visconti consolidó el poder gibelino. Cangrande della Scala, señor de Verona, también expandió el poder gibelino.

En Génova, los güelfos tomaron el poder. El papa Juan XXII envió expediciones contra los Visconti. En 1322, Luis de Baviera venció a Federico de Habsburgo, quedando como único rey de Romanos.

Galeazzo Visconti en Milán se mantuvo gracias a la ayuda de Luis de Baviera, quien lo nombró vicario general para Italia en 1323. Esto le valió a Luis de Baviera la excomunión del papa. Luis de Baviera decidió ir a Italia para obtener ventaja sobre el papa.

En Toscana, Castruccio Castracani, señor de Lucca, asumió la posición dominante de los gibelinos. Derrotó a Florencia en 1325.

Archivo:Castruccio ms1661
Castruccio Castracani, Biblioteca Statale de Lucca

Luis de Baviera fue a Italia en 1327 para cobrar tributos y apoyar a los gibelinos. Fue coronado rey de Italia en Milán. Depuso a Galeazzo Visconti. Con el apoyo de Castruccio Castracani, sometió Pisa y nombró a Castruccio duque de Lucca. Luis fue coronado emperador en Roma en 1328. Pero Castruccio murió inesperadamente. Sin su apoyo, Luis regresó a Alemania en 1330, dejando el partido gibelino desorganizado.

En 1331, Juan de Luxemburgo entró en Italia, pero no pudo resistir la oposición y abandonó Italia. Esto permitió a Milán, Ferrara y Mantua expandir su poder.

Carlos IV de Luxemburgo

En 1349, Carlos IV de Luxemburgo fue aceptado como rey de Romanos. En Italia, Giovanni Visconti dominaba Milán y se expandía. Florencia, amenazada, invitó a Carlos a Italia. El papa Inocencio VI también apoyó la expedición de Carlos.

Carlos cruzó los Alpes en 1354. Giovanni Visconti murió y sus sobrinos, Mateo II, Bernabé y Galeazzo II Visconti, fueron más receptivos a la paz. Carlos medió entre los Visconti y sus enemigos. Obtuvo la corona férrea en 1355 y otorgó el vicariato imperial a los tres hermanos Visconti. Recaudó impuestos y fue coronado emperador en Roma el 5 de abril de 1355.

Archivo:Charles IV-John Ocko votive picture-fragment
El emperador Carlos IV en un fragmento del panel votivo del Arzobispo Jan Ocko de Vlasim, por Meister Theoderich von Prag

Después de 1360, Italia sufrió por las compañías de mercenarios. El papa Urbano V (1362–1370) regresó a Italia y formó una liga contra los Visconti. El ejército imperial entró en Italia en 1368, pero los Visconti, con la ayuda de mercenarios, lograron paralizar la acción. Carlos IV negoció con los Visconti y les restituyó el vicariato imperial. Regresó a Alemania en 1369.

Wenceslao de Luxemburgo y Roberto del Palatinado

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El rey de Romanos, Wenceslao de Luxemburgo convirtió a Milán en un ducado imperial en 1395

En 1378, hubo una doble elección de papas. El Imperio apoyó a Urbano VI. Wenceslao de Luxemburgo (1376-1400), rey de Romanos, no fue a Italia por falta de dinero.

En Florencia, se estableció una oligarquía güelfa en 1382. En 1385, Gian Galeazzo Visconti se convirtió en señor de Milán y expandió su territorio. Florencia buscó apoyo en el rey de Romanos. Pero Gian Galeazzo pagó a Wenceslao de Luxemburgo 100.000 florines y obtuvo la investidura como duque de Milán en 1395.

Entre 1399 y 1400, Milán adquirió Pisa, Siena y Perugia. Florencia quedó aislada y buscó apoyo en Alemania. Allí, los electores habían depuesto a Wenceslao en 1400 y elegido a Roberto del Palatinado (1400-1410).

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Lápida con la efigie de Roberto del Palatinado, en Heiliggeistkirche (Heidelberg).

Roberto del Palatinado entró en Italia en 1401, pero su ejército fue derrotado en Brescia. Sin suficientes fondos, regresó a Alemania en 1402. Gian Galeazzo tomó Bolonia. Florencia se salvó por la muerte inesperada de Gian Galeazzo por peste en 1402.

Archivo:Massima espansione Viscontea
El ducado de Milán (en verde) a la muerte de Gian Galeazzo en 1402.

A su muerte, el Estado de Milán se desintegró. Venecia se expandió hacia el río Adigio.

Segismundo de Luxemburgo y las Guerras de Lombardía

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El emperador Segismundo de Luxemburgo en 1433, por Pisanello, Museo de Historia del Arte de Viena.

Con la ascensión de Felipe María Visconti en 1412, Milán recuperó su poder. Esto llevó a las Guerras de Lombardía contra Florencia y Venecia.

El rey de Romanos, Segismundo de Luxemburgo (1410-1437), aprovechó la situación para ir a Italia en 1431. Felipe María Visconti, solo frente a sus enemigos, favoreció la llegada de Segismundo. Segismundo obtuvo la corona de hierro en 1431. Se mantuvo partidario del Concilio de Basilea para lograr la paz con los husitas. Permaneció en Siena nueve meses debido a la hostilidad de Florencia y Venecia. Finalmente, se acordó la coronación imperial en 1433. El emperador regresó a Alemania.

Federico III de Habsburgo y las Guerras de Lombardía

Archivo:Cosimo di Medici (Bronzino)
Cosme de Médici, retrato por Agnolo Bronzino, Galleria degli Uffizi, Florencia.

Después de la paz de Ferrara, Venecia amplió su territorio. En Florencia, Cosme de Médici dominó el gobierno.

Archivo:Francesco Sforza
Retrato de Francesco Sforza, c. 1460, por Bonifacio Bembo, Pinacoteca de Brera, Milán.

En Milán, Felipe María Visconti murió en 1447. Su yerno Francisco Sforza logró someter los territorios y se convirtió en duque en 1450. Florencia cambió su alianza a favor de Sforza. Esto provocó cambios en las relaciones de poder en Italia.

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El Emperador Federico III, por Hans Burgkmair der Ältere, Kunsthistorisches Museum, Viena.

El rey de Romanos, Federico III de Habsburgo, fue a Italia para ser coronado emperador. En Ferrara, rechazó investir a Sforza como duque de Milán. Fue coronado emperador en Roma en 1452. De regreso a Alemania, concedió a Borso de Este la investidura como duque de Módena y Reggio.

Las hostilidades continuaron. La Caída de Constantinopla en 1453 generó temor a una amenaza otomana, lo que llevó al Tratado de Lodi en 1454. Este tratado estableció un equilibrio de poder, que colapsó con la invasión francesa en 1494.

Guerras Italianas

Archivo:Charles VIII Ecole Francaise 16th century Musee de Conde Chantilly
Carlos VIII de Francia por Jean Perréal, Museo Condé de Chantilly.

En 1492, Pedro II de Médici sucedió a su padre en Florencia. Renovó la alianza con el rey de Nápoles. En Milán, Ludovico el Moro, regente, temía una alianza entre Florencia y Nápoles. Buscó la alianza del rey Carlos VIII de Francia, quien tenía derechos al trono napolitano. Ludovico también buscó una investidura imperial para el ducado de Milán. El emperador Maximiliano I invistió a Ludovico el Moro como duque de Milán en 1495.

Guerra Italiana de 1494-1498

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Territorios italianos en 1494, en víspera de las Guerras italianas.

El rey Carlos VIII entró en Italia en agosto de 1494. Su campaña fue un éxito y entró en Nápoles en febrero de 1495. Esto provocó la expulsión de los Médici de Florencia.

En Milán, Gian Galeazzo Sforza murió en 1494 y le sucedió su tío Ludovico el Moro. Ante el poder francés, Ludovico creó la Liga de Venecia en 1495 con el papa, Venecia, el rey Fernando II de Aragón y Maximiliano I. Carlos VIII se retiró de Italia en octubre de 1495.

Ludovico el Moro pidió al rey de Romanos que protegiera Pisa. Maximiliano I fue a Italia en 1496, pero no pudo impedir el apoyo francés a Florencia y fracasó en el asedio de Livorno. Regresó a Alemania. Pisa se rindió finalmente en 1509.

Las Guerras de la Liga de Cambrai y el Emperador Maximiliano I

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El rey Luis XII de Francia por Jean Perréal.

En 1498, murió Carlos VIII y le sucedió Luis XII, quien reclamó el ducado de Milán. Los franceses invadieron en 1499, y Luis XII fue reconocido duque de Milán. Maximiliano invistió a Luis XII como duque de Milán en 1505.

En 1507, Maximiliano I obtuvo subsidios para ir a Italia para su coronación imperial. Se proclamó emperador electo en 1508 con el beneplácito del papa. Invadió territorio veneciano, lo que provocó una breve guerra.

El papa Julio II (1503-1513) impulsó la Liga de Cambrai en 1508 contra Venecia. El papa, el rey de Francia, el rey de Aragón y otros obtuvieron ganancias territoriales a costa de Venecia. El emperador, que había obtenido Friul e Istria, se encontró solo frente a Venecia y tuvo que retirarse a Alemania. El papa perdonó a Venecia en 1510 y buscó alianzas para expulsar a los franceses.

El papa formó una Santa Liga en 1511 con Aragón, Inglaterra, Suiza y Venecia. Luis XII tuvo que evacuar Italia. Maximiliano Sforza tomó posesión de Milán. El papa quitó territorios a Milán y al duque de Ferrara. Florencia volvió a estar bajo los Médici.

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El emperador Maximiliano I por Bernhard Strigel. Museo de Historia del Arte de Viena.

En 1512, el papa arregló un tratado en el que Venecia debía ceder Verona y Vicenza al emperador. El emperador debía otorgar el dominio del papa sobre Parma, Piacenza y Módena. El papa Julio II murió en 1513 y le sucedió León X.

En 1513, Francia y Venecia se aliaron. Los suizos derrotaron a los franceses en Novara, y Luis XII tuvo que hacer paces separadas. A pesar de la derrota francesa, Luis XII preparó otra campaña, pero murió en 1515.

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El rey Francisco I de Francia por Jéan Clouet. Museo del Louvre.

Francisco I, nuevo rey de Francia, renovó la alianza con Venecia. Su victoria en Marignano le permitió entrar en Milán en 1515. El papa León X pactó con Francisco I. El emperador Maximiliano I, con los suizos y oro inglés, emprendió una campaña contra los franceses, pero se retiró. La retirada de Maximiliano significó la pérdida de sus posiciones italianas. En 1516, se firmó la paz de Bruselas, por la que Maximiliano renunciaba a los territorios ganados en Italia y abandonaba Lombardía a Francisco I.

Las Guerras Italianas y el Emperador Carlos V

El emperador Maximiliano I falleció en 1519 y Carlos I de España fue elegido rey de Romanos como Carlos V. Esto cercó al rey francés, y la guerra se extendió a Italia. El papa León X (1513–1521) acordó con Carlos V la restitución de Parma y Piacenza al papa. Las tropas imperiales tomaron Milán a los franceses en 1521. La derrota francesa en Bicocca significó la pérdida de Génova. El nuevo papa Clemente VII (1523-1534) retiró su apoyo al emperador.

Archivo:Battle of Pavia
La Batalla de Pavía. Tapiz de la Galleria Nazionale di Capodimonte (Nápoles), atribuido a B. van Orley

Aunque las tropas imperiales derrotaron a los franceses en la Batalla de Pavía en 1525, donde el rey Francisco fue capturado, en 1526 se formó la liga antiimperial de Cognac. El duque de Milán capituló ante las tropas imperiales. El ejército imperial saqueó Roma en 1527 y mantuvo al papa cautivo. Los florentinos expulsaron a los Médici. Un ejército francés entró en Italia, pero fracasó en el asedio de Nápoles. La derrota en Landriano en 1529 puso fin a las esperanzas de Francisco I. El Tratado de Barcelona (1529) y la Paz de Cambrai (1529) sacaron al papa y a Francia de la liga.

El emperador Carlos V entró en Génova en 1529 y en Bolonia, donde se reunió con el papa. Carlos formó una liga de Estados italianos en 1529, excluyendo a Florencia. En Bolonia, se reafirmó la paz de Cambrai y el tratado de Barcelona. Carlos V fue coronado por el papa en 1530. En 1530, el emperador aseguró su autoridad sobre Italia. Florencia se rindió en 1530 y Alejandro de Médicis se convirtió en duque. Carlos V se convirtió en el árbitro de Italia.

A pesar de esto, Italia fue escenario de más enfrentamientos por el interés de Francia en Milán. Finalmente, el emperador cedió sus dominios italianos a su hijo, el futuro rey Felipe II de España. En la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), el rey Enrique II de Francia renunció a sus reivindicaciones italianas. Se confirmó la soberanía de Nápoles y Milán para Felipe II de España. Este tratado confirmó la supremacía española sobre Italia.

El Reichsitalien después de la Reforma del Imperio

En la Dieta de Worms de 1495, se creó la Cámara Imperial (Reichskammergericht) para garantizar la paz. En 1501, Maximiliano I estableció el Consejo Áulico (Reichshofrat), que era la corte suprema administrativa y feudal. El Consejo Áulico tenía jurisdicción exclusiva en asuntos feudales y en todos los asuntos relacionados con la jurisdicción imperial en Italia.

En el siglo XVII, el Imperio estaba dividido en unos cuatrocientos territorios llamados Estados Imperiales. Entre 1500 y 1512, el Imperio se organizó en círculos imperiales para la paz y defensa regional. Sin embargo, Italia imperial quedó fuera de esta organización.

Los territorios de la Italia imperial (Reichsitalien) eran parte de la estructura feudal del Imperio. Incluían principados como Toscana, Milán, Saboya, Mantua, Módena, y repúblicas como Génova y Lucca. También había pequeños feudos directamente dependientes del emperador.

El emperador Carlos V (1519-1558) fue el último soberano en ser coronado rey de Italia y emperador. El poder del emperador en la Italia imperial se limitaba a ser el señor feudal de los grandes y pequeños feudos. Esto significaba tener el derecho de investidura, someter a los señores al Consejo Áulico y recibir contribuciones.

Los vínculos feudales fueron el principal medio para que los grandes poderes controlaran Italia. Carlos V fue el principal arquitecto de esta "refeudalización imperial". Invistió a Alejandro y a Cosme de Médici como duques de Florencia. Creó el ducado de Parma en 1545. Estas investiduras continuaron con los sucesivos emperadores.

Para proteger los derechos del Imperio en Italia, el vicariato imperial (Reichsvikariate) era una opción, pero transfería competencias del emperador a un príncipe. Los emperadores de los siglos XVI y XVII nombraron comisarios (Kommissaren) para investigar y arbitrar disputas. En la década de 1620, se designó un comisario general (Generalkommissar) para vigilar los derechos imperiales en el Reichsitalien.

Archivo:Carlo IV Borromeo Arese, conte di Angera 2
Carlos Borromeo Arese, commissario imperiale plenipotenziario, en 1733.

El nombramiento de Carlo Borromeo Arese como plenipotenciario imperial en 1715 fue un hito. Se convirtió en una verdadera autoridad central para los feudos italianos y un tribunal feudal de primera instancia. El plenipotenciario representaba al emperador en Italia y se encargaba de asegurar el aprovisionamiento de las fuerzas imperiales y de mantener los derechos imperiales. Esta institución fue muy importante para la jurisdicción imperial en Italia. El último plenipotenciario fue Giuseppe de Wilczek, hasta que el cargo fue abolido en 1796 debido a la campaña de Bonaparte en Italia.

Italia bajo Dominio Extranjero

Cambios Socioeconómicos

Después de las crisis demográficas del siglo XIV, la población italiana casi se duplicó entre 1400 y 1600. El trigo y la lana eran los principales productos agrícolas, y la producción textil era la principal industria. El aumento de la población y la llegada de plata del Nuevo Mundo causaron inflación. Sin embargo, desde finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, hubo una involución. Las epidemias redujeron la población. La Guerra de los Treinta Años interrumpió el mercado de exportación italiano. Las importaciones de Europa frenaron el desarrollo industrial. El capital se trasladó a la producción agrícola.

Desde la década de 1730, las epidemias disminuyeron y la población creció. El comercio atlántico provocó el estancamiento del Mediterráneo. El comercio exterior de Italia disminuyó, y sus exportaciones pasaron de productos manufacturados a materias primas.

La Hegemonía Española

Después de la Paz de Cateau-Cambrésis, España estableció su supremacía en Italia. El emperador Carlos V había concedido a su hijo Felipe la investidura del ducado de Milán en 1540. Felipe también poseía Nápoles, Sicilia y Cerdeña. En 1556, el rey español creó el Consejo de Italia para los asuntos de estos territorios.

A pesar de la supremacía española, los territorios italianos al norte de los Estados Pontificios seguían siendo parte del Imperio. Los emperadores no renunciaron a sus derechos. Aunque Carlos V designó a su hijo Felipe como vicario perpetuo del Imperio en Italia, esta designación se mantuvo en secreto.

La Guerra de los Treinta Años fue aprovechada por Francia para intervenir en Italia. En 1627, se extinguió la descendencia directa de los Gonzaga, y el emperador reclamó Mantua y Montferrato como feudos imperiales. Se organizó un ejército imperial para garantizar la autoridad imperial en Italia. El Tratado de Cherasco (1631) permitió a Carlos I de Gonzaga-Nevers obtener la investidura del ducado.

A pesar de que la Paz de Westfalia (1648) fragmentó la soberanía del emperador en el Imperio, durante el reinado de Leopoldo I hubo una recuperación imperial. Se intensificaron los derechos feudales imperiales en el Reichsitalien, aprovechando la debilidad española. Los nobles italianos empezaron a servir a los Habsburgo austriacos. Italia se convirtió en un importante lugar de reclutamiento para el ejército austriaco.

En la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), la alianza del emperador con el duque de Saboya buscaba intensificar la presencia imperial en Italia.

La Disputa entre las Casas de Habsburgo y de Borbón

Archivo:Joseph I, Holy Roman Emperor
El emperador José I restauró la autoridad imperial en el Reichsitalien.

La Guerra de Sucesión Española (1701-1715) impulsó la intervención imperial en Italia. En 1705, murió el emperador Leopoldo I, y le sucedió su hijo José I (1705-1711). En 1706, José I expulsó a los españoles de la península. El emperador usó sus derechos imperiales para revivir los derechos del Imperio sobre los grandes feudos de Italia.

La autoridad de los Habsburgo se reforzó. El emperador desposeyó al duque de Mantua en 1707 y al duque de Mirandola en 1709. También procedió contra el papa Clemente XI (1700-1721), quien no había reconocido las adquisiciones de los Habsburgo.

Cuando el emperador José I murió en 1711, su hermano Carlos VI (1711–1740) fue elegido emperador. Los tratados de Utrecht (1713) y Baden (1714) pusieron fin a la presencia española en Italia, y sus territorios fueron reconocidos para la casa de Habsburgo. Para contrarrestar el poder de los Habsburgo, Inglaterra favoreció el fortalecimiento de la Casa de Saboya con el reino de Sicilia.

La Guerra de la Cuádruple Alianza (1717–1721) reactivó los intereses españoles en Italia. Los tratados posteriores aseguraron a Carlos de Borbón como duque de Parma y Piacenza. La Guerra de Sucesión Polaca (1733-1735) significó que el emperador intercambiara Nápoles y Sicilia por los ducados de Parma y Piacenza. También aseguró el Gran Ducado de Toscana para su yerno, el futuro emperador Francisco I.

El Tratado de Aquisgrán (1748) otorgó al infante Felipe de Borbón los ducados de Parma, Piacenza y Guastalla.

Finalmente, en el Tratado de Aranjuez (1752), los Habsburgo y los Borbones normalizaron sus relaciones en Italia. El tratado de Nápoles de 1759 ratificó la posición de las ramas de Borbón-Parma y Borbón-Dos Sicilias. La situación en Italia se mantuvo estable durante cuarenta años, hasta las campañas de la Revolución Francesa.

La Época de la Revolución

Archivo:Gros, Antoine-Jean, baron - Napoleon Bonaparte on the Bridge at Arcole
Bonaparte en la batalla del puente de Arcole (1796), por Antoine-Jean Gros. Museo del Hermitage.

Durante la Revolución francesa, el gobierno francés se interesó por el norte de Italia. La campaña de Italia, liderada por Napoleón Bonaparte, comenzó en marzo de 1796. La victoria en Lodi en mayo permitió a los franceses entrar en Milán y controlar Italia. La república de Génova fue transformada en la República Ligur en 1797. La República Cisalpina fue proclamada en 1797, incluyendo territorios de Milán, Venecia, Módena y los Estados Pontificios. El Tratado de Campo Formio en 1797, entre el emperador Francisco II y Francia, cedió territorios a Austria.

Archivo:Norditalien und Mittelitalien 1799
Italia en 1799, anterior a la campaña austro-rusa de la Segunda Coalición.

En 1797, se convocó un Congreso en Rastadt para la paz entre Francia y el Imperio. Pero el Congreso terminó abruptamente en 1799 con la derrota francesa ante los ejércitos austriacos y rusos de la Segunda Coalición. Bonaparte tomó el poder en Francia en noviembre de 1799 y regresó a Italia. La victoria francesa en la Batalla de Marengo en 1800 puso fin a la campaña austriaca en Italia. La República Cisalpina fue restaurada.

La paz llegó con el Tratado de Lunéville, firmado el 9 de febrero de 1801. Se confirmó para Austria la terraferma veneciana. Se reconocía la independencia de las repúblicas Cisalpina y Liguria. Sin embargo, no hubo una renuncia general del Imperio a toda la soberanía sobre el Reichsitalien.

Archivo:Italy 1803
Italia en 1803, tras la disolución del Reichsitalien.

El emperador Francisco II informó a la Dieta imperial sobre el tratado de Lunéville en 1801. El tratado fue ratificado por la Dieta imperial.

La desaparición del poder imperial también afectó a Alemania. El 12 de julio de 1806, se constituyó la Confederación del Rin. El 6 de agosto, el emperador Francisco II renunció a la dignidad imperial de emperador romano germánico.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Kingdom of Italy (Holy Roman Empire) Facts for Kids

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Reino de Italia (Sacro Imperio Romano Germánico) para Niños. Enciclopedia Kiddle.