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Comuna medieval para niños

Enciclopedia para niños

Una comuna medieval era una forma de organización política que existió en Europa durante la Edad Media. En esa época, también había otros grandes poderes, como el Sacro Imperio Romano Germánico, el Papado (la autoridad del Papa) y los reinos gobernados por reyes. Una comuna significaba que los habitantes de una ciudad se unían para ayudarse y defenderse mutuamente. Esto incluía protegerse físicamente y también defender sus derechos y libertades tradicionales. Las comunas tenían muchas formas y su organización variaba mucho. Comenzaron a formarse a finales del siglo XI y principios del XII. Este modelo se extendió por el norte y centro de Italia, donde las ciudades-Estado se basaban en un sistema de gobierno donde los ciudadanos tenían voz. En Alemania, surgieron las ciudades imperiales libres, que no dependían de la nobleza local.

Archivo:San Gimignano (1)
Torres urbanas en San Gimignano, que muestran los desacuerdos entre grupos dentro de las comunas.

¿De dónde viene la palabra "comuna"?

La palabra "comuna" viene del latín communia, que significa "lo que es común" o "comunidad". Esta palabra se usaba para describir algo que pertenecía a todos. Su origen está en una raíz muy antigua que significa "cambiar".

A veces, se usaba la palabra conspiratio (que significa "acuerdo secreto") para referirse a situaciones en las que una ciudad conseguía su independencia mediante un levantamiento o un acuerdo entre sus habitantes.

¿Cómo surgieron las comunas?

Durante el siglo X, en varias partes de Europa Occidental, la gente del campo empezó a mudarse a las ciudades. Esto ocurrió porque las mejoras en la agricultura permitieron producir más alimentos, y había mucha competencia por la tierra. En el centro y norte de Italia, muchas ciudades romanas habían sobrevivido, aunque se habían convertido en centros religiosos o administrativos. En los Países Bajos, se fundaron nuevas ciudades que prosperaron gracias al comercio y la fabricación de telas. Algunas ciudades eran fortalezas construidas por condes, obispos o abades. Otras eran simplemente pueblos con mercados, que servían como centros de intercambio local.

La gente de estas ciudades necesitaba protección. Querían estar a salvo de la nobleza que a veces actuaba sin respetar las leyes, y de otros grupos que causaban problemas. La falta de seguridad hizo que las personas se reunieran dentro de las murallas de las ciudades. Pero también lucharon mucho para conseguir sus "libertades". Esto significaba tener el derecho de manejar sus propios asuntos y no ser tratados de forma injusta por los señores que los gobernaban. Este proceso fue largo y buscaron obtener documentos llamados "cartas municipales" (como los "fueros" en España o "royal charters" en Inglaterra). Estos documentos garantizaban derechos básicos, como el de tener un mercado. A menudo, estas concesiones se compraban a precios muy altos, no a los señores locales, sino al rey o al emperador. Ellos veían en las comunas un posible aliado para fortalecer su propio poder.

Vivir dentro de una ciudad amurallada ofrecía protección contra ataques directos. Sin embargo, una vez que un habitante salía de las murallas, quedaba expuesto a los peligros del campo. Por eso, solo los más valientes viajaban. La mayor parte de Europa no tenía un control fuerte por parte de las autoridades centrales. Así, cada ciudad debía proteger a sus propios ciudadanos, tanto dentro como fuera de sus muros. La formación de una comuna era una base legal para que las ciudades se gobernaran a sí mismas. Aunque la mayoría de las comunas eran urbanas, también hubo comunas rurales, especialmente en Francia e Inglaterra. Estas se formaban para proteger los intereses comunes de los habitantes de los pueblos.

Cada ciudad tenía su propia comuna, y no había dos iguales. Pero, en esencia, todas las comunas se basaban en el compromiso de defensa mutua. Cuando se formaba una comuna, todos sus miembros se reunían y hacían un juramento público. Prometían defenderse unos a otros en momentos difíciles y mantener la paz entre ellos.

Las primeras comunas se formaron en el siglo X, aunque algunas podrían ser anteriores. El modelo se hizo común durante el siglo XI en el norte de Italia, que era la zona más urbanizada de Europa en ese momento. A principios del siglo XII, se extendió por Francia, Alemania y España. En Inglaterra, que ya estaba muy centralizada, el movimiento comunal se vio más en parroquias, monasterios y asociaciones de comerciantes y artesanos. En el siglo XII, mientras los gobiernos de Francia e Inglaterra se hacían más grandes, el Sacro Imperio se regía por alianzas de ciudades, caballeros, comunidades de campesinos y príncipes.

Paz en la ciudad y orden social

La Iglesia y los reyes tuvieron diferentes reacciones ante las comunas. Por un lado, les gustaba que las comunas protegieran a la gente de los nobles que no seguían las leyes, lo cual beneficiaba a todos. Su deseo de mantener la paz se parecía a la idea de paz de la Iglesia. Sin embargo, el método de las comunas para mantener la paz a veces era la venganza, lo cual no era aceptable para el rey o la Iglesia. Además, había una sensación general de que las comunas urbanas amenazaban el orden social medieval, que dividía a la sociedad en clérigos, guerreros y campesinos. Según la costumbre, solo los señores feudales tenían derecho a usar armas. No podían aceptar fácilmente que los habitantes de las ciudades, que eran trabajadores, también tuvieran ese privilegio. A veces, la nobleza y el clero aceptaban la formación de comunas, y otras veces no. Un ejemplo claro de una comuna suprimida y una revuelta urbana ocurrió en la ciudad francesa de Laon en 1112.

Comunas rurales en Suiza

Las comunas rurales medievales surgieron más por la necesidad de colaborar en la gestión de los bienes comunes (como pastos o bosques) que por necesidades de defensa. En una época en la que el gobierno central era débil, las comunas se formaban para asegurar la seguridad en los caminos de su territorio y así permitir los viajes y el comercio. Quizás la comuna rural más exitosa fue la de los valles alpinos al norte del Paso de San Gotardo. Con el tiempo, esta se convirtió en el origen de la Antigua Confederación Suiza. En Suiza, era común escribir acuerdos de estas alianzas. Por cada nuevo cantón que se unía a la confederación, se redactaba un nuevo contrato. Además de la confederación suiza, hubo comunas rurales alpinas similares en el Condado del Tirol, pero fueron eliminadas por los Habsburgo. Otras comunas rurales parecidas se desarrollaron en Graubünden, en los Alpes franceses, en los Pirineos, en el norte de Francia, en el norte de Alemania y también en Suecia y Noruega. Las comunas medievales del sur probablemente fueron influenciadas por las italianas, pero las del norte (incluidas las suizas al norte del Paso del Gotardo) pudieron haberse desarrollado de forma independiente. Muy pocas de estas comunas rurales medievales dependían directamente del rey o emperador; la mayoría seguían sujetas a un señor feudal.

¿Cómo cambiaron las comunas urbanas en Italia y por qué desaparecieron en otros lugares?

Durante el siglo XI, en el norte de Italia, surgió una nueva forma de organización política y social, y las comunas se convirtieron en ciudades-Estado. La cultura de estas ciudades era muy notable. En otras partes de Europa, las comunas fueron absorbidas por las monarquías. Estas monarquías estaban pasando de un modelo feudal a uno más fuerte y centralizado, que con el tiempo daría lugar a los primeros Estados modernos.

Las comunas sobrevivieron casi únicamente en el norte y centro de Italia, convirtiéndose en ciudades-Estado poderosas e independientes. Su separación de los señores feudales ocurrió a finales del siglo XII y principios del XIII. Esto sucedió después de un conflicto entre el Papa y el Emperador, y en medio de los enfrentamientos entre dos grupos políticos: los güelfos y los gibelinos. Milán lideró la Liga lombarda contra los emperadores, ganando batallas importantes como la de Legnano en 1176 y la de Parma en 1248. Mientras tanto, la Serenísima República de Venecia, la República de Pisa y la República de Génova se expandieron por el Mar Mediterráneo, formando grandes imperios marítimos. El veneciano, por ejemplo, obtuvo una cuarta parte del Imperio bizantino en 1204. Ciudades como Parma, Ferrara, Verona, Padua, Lucca, Siena, Mantua y otras lograron establecerse a costa de sus vecinos, y algunas incluso duraron hasta la Edad Contemporánea. En el sur de Italia, incluyendo Sicilia y Cerdeña, las comunas autónomas eran raras, siendo Sassari el único ejemplo.

En el Sacro Imperio, los emperadores siempre tuvieron que enfrentarse a otros poderes: por un lado, los señores de los territorios, y por otro, las ciudades y comunas. El objetivo de la monarquía imperial siempre fue fortalecer su posición. En un documento importante de 1356, el emperador Carlos IV prohibió cualquier tipo de alianzas o acuerdos secretos, refiriéndose especialmente a las ligas de ciudades, aunque también a las ligas de comunas rurales que estaban surgiendo. La mayoría de las ligas urbanas se disolvieron, a veces por la fuerza, y otras se reorganizaron con objetivos más limitados. Sin embargo, algunas de estas comunas (como Frankfurt, Núremberg o Hamburgo) lograron sobrevivir por siglos como ciudades imperiales libres, dependiendo únicamente del emperador.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Medieval commune Facts for Kids

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