Francisco Morazán para niños
Datos para niños Francisco Morazán |
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![]() Jefe de Estado de Costa Rica De facto |
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8 de abril de 1842-11 de septiembre de 1842 | ||
Predecesor | Braulio Carrillo Colina | |
Sucesor | Antonio Pinto Soares (Provisional) |
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![]() Jefe Supremo de El Salvador |
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1839-1840 | ||
Predecesor | Antonio José Cañas | |
Sucesor | José María Silva | |
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![]() 2.° Presidente de la República Federal de Centro América |
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16 de septiembre de 1830-1838 | ||
Predecesor | Mariano Beltranena y Llano | |
Sucesor | Diego Vigil | |
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![]() Jefe de Estado de El Salvador Provisional |
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3 de abril de 1832-13 de mayo de 1832 | ||
Predecesor | José María Cornejo | |
Sucesor | Joaquín de San Martín | |
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![]() 3.° jefe de Estado de Honduras |
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2 de diciembre de 1829-28 de julio de 1830 | ||
Predecesor | Diego Vigil | |
Sucesor | José Santos Díaz del Valle | |
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![]() Jefe de Estado de Honduras Provisional |
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27 de noviembre de 1827-30 de junio de 1828 | ||
Predecesor | José Jerónimo Zelaya | |
Sucesor | Diego Vigil | |
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![]() Secretario del ayuntamiento de Tegucigalpa |
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1820-15 de septiembre de 1821 | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 3 de octubre de 1792![]() |
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Fallecimiento | 15 de septiembre de 1842 San José, Costa Rica |
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Causa de muerte | Herida por arma de fuego | |
Sepultura | Cementerio de Los Ilustres | |
Nacionalidad | Centroamericana, española (hasta 1821), hondureña y salvadoreña | |
Religión | católico | |
Familia | ||
Cónyuge | María Josefa Lastiri Lozano | |
Hijos | Adela, José Antonio y Francisco | |
Información profesional | ||
Ocupación | militar y político | |
Años activo | 1826-1840 | |
Lealtad | Ejército de la Provincia de Honduras 1821 Ejército Federal de Centroamérica 1823-1825 Ejército Liberal Unionista 1827 Ejército Aliado Protector de la Ley 1827-1842 Ejército de Honduras, 1827-1840 |
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Unidad militar | Infantería y caballería | |
Rango militar | General | |
Conflictos |
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Partido político | Liberalismo Centroamericano | |
Firma | ||
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José Francisco Morazán Quezada (nacido en Tegucigalpa, Honduras, el 3 de octubre de 1792 y fallecido en San José, Costa Rica, el 15 de septiembre de 1842) fue un importante militar y político hondureño. Gobernó la República Federal Centroamericana desde 1830 hasta 1839, un periodo lleno de cambios.
Morazán se hizo famoso después de su victoria en la batalla de La Trinidad, el 11 de noviembre de 1827. Desde ese momento y hasta su derrota en Guatemala en 1840, fue una figura clave en la política y el ejército de Centroamérica.
Para sus seguidores, Francisco Morazán era un gran pensador y un líder con visión de futuro. Quería que Centroamérica fuera una nación grande y moderna. Sin embargo, sus oponentes lo acusaban de querer imponerse por la fuerza. Morazán impulsó reformas liberales para reducir el poder de los grupos conservadores, especialmente de la Iglesia católica. Estas reformas buscaban mejorar la educación, la libertad de prensa y la libertad de religión. También limitó el poder de la Iglesia al eliminar el diezmo (un impuesto a la Iglesia) y separar el gobierno de la Iglesia.
Estas reformas le ganaron enemigos poderosos. Su tiempo en el gobierno estuvo lleno de conflictos entre liberales y conservadores. A pesar de esto, Morazán se mantuvo en el poder gracias a su habilidad militar hasta 1837. En ese año, la República Federal comenzó a dividirse. Los líderes conservadores y la Iglesia aprovecharon esta situación. Se unieron bajo el mando del general guatemalteco Rafael Carrera y lograron dividir Centroamérica en cinco países.
Contenido
- ¿Quién fue Francisco Morazán?
- La República Federal de Centroamérica
- El golpe de Estado en Honduras de 1827
- Jefe de Estado provisional de Honduras
- La Guerra Civil Centroamericana
- Segundo periodo en Honduras
- Presidencia de la Federación
- Jefe de Estado de El Salvador
- Exilio en Perú
- Jefe Supremo de Costa Rica
- Su fallecimiento
- Su legado
- Reconocimientos
- Galería de imágenes
- Ver también
- Véase también
¿Quién fue Francisco Morazán?
Sus primeros años y cómo se educó
José Francisco Morazán Quesada nació el 3 de octubre de 1792 en Tegucigalpa, que en ese entonces era parte del Imperio Español. Sus padres, José Eusebio Morazán Alemán y Guadalupe Quesada Borjas, eran de una familia criolla (descendientes de españoles nacidos en América) de clase alta, dedicada al comercio y la agricultura.
Francisco Morazán aprendió la mayor parte de lo que sabía por sí mismo. En 1804, sus padres lo enviaron a una escuela católica, pero no se sabe cuánto tiempo estuvo allí. En esa época, Honduras no tenía muchas escuelas. Por eso, Morazán tuvo que aprender a leer, escribir y las matemáticas básicas en escuelas privadas. También recibió enseñanzas de algunos religiosos.
En 1808, su familia se mudó a Morocelí. Allí, Francisco trabajó en las tierras de su padre y también como empleado en la alcaldía. En 1813, la familia regresó a Tegucigalpa. Su padre lo puso bajo la tutela de León Vásquez, quien le enseñó sobre leyes y cómo funcionaba la justicia. Además, Morazán aprendió a leer francés en la biblioteca de su tío político, Dionisio de Herrera. Esto le permitió leer libros sobre ideas de libertad, historia de Europa y biografías de líderes antiguos. Gracias a su esfuerzo, Francisco Morazán llegó a representar los intereses de algunas personas ante los tribunales de la época.
En 1820, Francisco Morazán trabajó como secretario del ayuntamiento de Tegucigalpa y luego como defensor en casos legales. Esto le ayudó a entender cómo funcionaba el gobierno y los problemas de la sociedad colonial.
Su matrimonio y su familia
Francisco Morazán se casó con María Francisca Úrsula Josefa Lastiri Lozano el 30 de diciembre de 1825 en la catedral de Comayagua. Tuvieron una hija llamada Adela Morazán Lastiri, nacida en 1838. María Josefa venía de una de las familias más ricas de Honduras. Su padre era un comerciante español importante. María Josefa era viuda y había heredado una fortuna. Esta herencia y los nuevos amigos influyentes que Morazán hizo gracias a su matrimonio, le ayudaron mucho en sus negocios y en sus planes políticos.
Fuera de su matrimonio, Francisco Morazán tuvo un hijo llamado Francisco Morazán Moncada, nacido en 1827. Este hijo vivió en la casa de Morazán y su esposa, y acompañó a su padre en varios viajes. Después de la muerte de su padre, Francisco Morazán Moncada se dedicó a la agricultura en Nicaragua. Morazán también tuvo un hijo adoptivo, José Antonio Ruiz, quien lo acompañó en sus campañas militares y llegó a ser general.
¿Cómo empezó su carrera política y militar?
La Capitanía General de Guatemala se independizó de España en 1821. Fue entonces cuando Francisco Morazán empezó a participar activamente en la política. Trabajó en el ayuntamiento de Tegucigalpa, lo que le dio un gran conocimiento de cómo funcionaba el gobierno y los problemas de la sociedad.
En 1821, llegó una propuesta para que el reino de Guatemala se uniera a un gran imperio con México. Esto causó divisiones en las provincias. Algunas ciudades estaban a favor y otras en contra. En Honduras, Comayagua apoyó la unión, pero Tegucigalpa se opuso. Esto llevó a que se organizara un ejército de voluntarios en Tegucigalpa para defender su independencia. Francisco Morazán se unió a este grupo como capitán. Así comenzó su vida militar y su lucha contra los intereses conservadores.
Tegucigalpa tuvo que aceptar la unión con México en 1822. Sin embargo, el imperio mexicano duró poco. El 1 de julio de 1823, Centroamérica proclamó su independencia definitiva y se convirtió en las Provincias Unidas del Centro de América. En 1824, Francisco Morazán fue nombrado secretario general del gobierno de Honduras, bajo el mando de su tío político Dionisio Herrera. También firmó la primera constitución de Honduras.
La República Federal de Centroamérica
Después de la independencia de Centroamérica de España en 1821, y su independencia total en 1823, la nueva nación se llamó Provincias Unidas de Centroamérica. Estaba formada por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. En 1824, el Congreso se reunió para decidir cómo se gobernaría la nación.
Había dos ideas principales:
- Los liberales querían un gobierno federalista. Esto significaba que cada Estado tendría más independencia para administrarse y crear sus propias leyes, pero siempre bajo la supervisión de un Gobierno Federal y una Constitución.
- Los conservadores preferían un gobierno centralista. En este sistema, todas las decisiones y leyes se tomaban en la capital de la nación y se aplicaban a todos los Estados por igual.
Los liberales, que eran la mayoría, lograron que se adoptara la idea federalista, lo que no gustó a los conservadores.
El 22 de noviembre de 1824, se aprobó la Constitución y la nación pasó a llamarse República Federal de Centroamérica. El primer presidente fue Manuel José Arce, del Partido Liberal. Él prometió cambiar la economía y la sociedad con sus reformas liberales. Sin embargo, los conservadores se opusieron mucho, ya que tenían gran influencia social y económica. Arce, al ver las dificultades, decidió unirse a los conservadores, dándoles casi todo el control del gobierno federal.
El golpe de Estado en Honduras de 1827
El Gobierno Federal, liderado por Manuel José Arce, quería disolver el Congreso Federal. Para ello, convocó una reunión para elegir un nuevo Congreso. Esta decisión era inconstitucional y fue rechazada por el jefe de Estado de Honduras, Dionisio de Herrera.
Arce disolvió el Congreso y el Senado en octubre de 1826, buscando establecer un sistema centralista. Al aliarse con los conservadores, perdió el apoyo de su propio partido, el liberal. Esto causó un conflicto entre el Gobierno Federal y los Estados, con Herrera en Honduras y Mariano Prado en El Salvador oponiéndose.
Arce decidió expulsar a Herrera. Con el pretexto de proteger plantaciones de tabaco, Arce encargó al Teniente General Justo Milla que diera un golpe de Estado. El 9 de abril de 1827, Milla tomó Comayagua, la capital de Honduras, capturó a Herrera y lo envió a prisión en Guatemala.
Mientras Milla tomaba el control, Morazán escapó de Comayagua para buscar refuerzos en Tegucigalpa. Su plan era regresar y liberar la capital. Al volver, Morazán y su ejército de 300 hombres se enfrentaron a las fuerzas de Milla el 29 de abril de 1827. Después de la batalla, Milla tomó el poder en Honduras. Morazán huyó a Choluteca, luego a Ojojona, donde fue arrestado por 23 días y llevado a Tegucigalpa.
Morazán salió bajo fianza y viajó a La Unión (El Salvador) en junio de 1827. Allí lo convencieron de que en Nicaragua podría encontrar apoyo militar para expulsar a Milla de Honduras. Francisco Morazán fue a León (Nicaragua) el 15 de septiembre. El líder nicaragüense le dio armas y 135 hombres. A estos se unieron tropas salvadoreñas y voluntarios hondureños en Choluteca.
Jefe de Estado provisional de Honduras
Morazán y sus tropas se dirigieron al sur de Honduras, llegando a Choluteca en octubre de 1827. Cuando Justo Milla supo de la presencia de Morazán, se movió rápidamente con sus tropas a Tegucigalpa. Morazán, por su parte, fue a Sabanagrande. El 11 de noviembre, Morazán y sus hombres se enfrentaron al ejército de Justo Milla en la famosa Batalla de La Trinidad.
Después de cinco horas de combate, las tropas de Milla fueron derrotadas. Milla y algunos de sus oficiales lograron escapar. Tras esta victoria, Morazán entró triunfalmente en Comayagua el 26 de noviembre. Al día siguiente, el Consejo Representativo lo nombró jefe de Estado provisional y a Diego Vigil como subjefe.
Morazán envió tropas para calmar la situación en la costa norte y en los pueblos fronterizos. También detuvo un levantamiento en Opoteca. El 28 de junio de 1828, dejó el cargo de jefe de Estado a Vigil para participar en la guerra civil centroamericana.
La Guerra Civil Centroamericana

Después de su victoria en 'La Trinidad', Morazán se convirtió en el líder del movimiento liberal y fue reconocido por sus habilidades militares en toda Centroamérica. Por ello, los liberales de El Salvador le pidieron ayuda. Al igual que en Honduras, los salvadoreños se oponían a los nuevos funcionarios del gobierno elegidos por un decreto de 1826. Exigían que los antiguos líderes políticos volvieran a sus puestos, pero el presidente Manuel Arce dijo que era necesario para restablecer el orden.
En marzo de 1827, el gobierno de El Salvador respondió con fuerza militar. Tropas salvadoreñas marcharon hacia Guatemala para tomar la capital y derrocar al presidente. Pero el propio presidente Arce dirigió a sus tropas federales y derrotó a los salvadoreños el 23 de marzo en Arrazola. La división salvadoreña se dispersó y sus líderes huyeron. Después de esto, el presidente Arce ordenó a 2000 tropas federales, bajo el mando del general Manuel de Arzú, que ocuparan El Salvador. Este evento marcó el inicio de la guerra civil.
Mientras tanto, en Honduras, Francisco Morazán aceptó el desafío de los salvadoreños. Le entregó el mando a Diego Vigil como nuevo jefe de Estado de Honduras y se fue a Texiguat para organizar sus tropas para la campaña militar en El Salvador. En junio de 1828, Morazán se dirigió a El Salvador con 1400 hombres. Este grupo estaba formado por hondureños, nicaragüenses y salvadoreños, y contaban con el apoyo de indígenas que servían como infantería.
Mientras el ejército salvadoreño luchaba contra las fuerzas federales en San Salvador, Morazán se posicionó en la parte oriental del estado. El 6 de julio, Morazán derrotó a las tropas del coronel Vicente Domínguez en la hacienda El Gualcho. En sus memorias, Morazán describió la batalla, destacando la valentía de sus soldados y cómo lograron vencer a un enemigo más numeroso.
Morazán siguió luchando cerca de San Miguel, derrotando a cada grupo enviado por el general Arzú desde San Salvador. Esto hizo que Arzú dejara al coronel Montúfar a cargo de San Salvador y se ocupara personalmente de Morazán. Cuando Morazán se dio cuenta de los movimientos de Arzú, regresó a Honduras para reclutar más tropas. El 20 de septiembre, el general Arzú estaba cerca del río Lempa con 500 hombres buscando a Morazán, cuando se enteró de que sus fuerzas se habían rendido en Mejicanos y San Salvador.
Mientras tanto, Morazán partió hacia El Salvador con un ejército de 600 hombres, llegando a Goascorán el 2 de octubre de 1828. El general Arzú, fingiendo enfermedad, regresó a Guatemala, dejando sus tropas al mando del teniente coronel Antonio de Aycinena. El coronel y sus tropas se dirigían a Honduras cuando fueron interceptados por los hombres de Morazán en San Antonio. El 9 de octubre, Aycinena se vio obligado a rendirse.
Con la rendición de San Antonio, El Salvador quedó libre de tropas federales. El 23 de octubre, el general Morazán entró triunfalmente en la plaza de San Salvador. Regresó a Honduras por noticias de un levantamiento en Olancho. Después marchó a Ahuachapán para organizar el ejército con el objetivo de liberar Guatemala y restaurar el orden constitucional.
Batallas y gobierno en Guatemala
El 1 de enero de 1829, Morazán estableció su cuartel en Ahuachapán y organizó un gran ejército, al que llamó el Ejército Aliado Protector de la Ley. Pidió al gobierno de El Salvador 4000 hombres, pero solo consiguió 2000. En enero de 1829, envió una división al mando del coronel Juan Prem para entrar en Guatemala y tomar el control de Chiquimula. Prem logró su objetivo a pesar de la resistencia. Poco después, Morazán envió otra milicia cerca de la Ciudad de Guatemala para obligar al enemigo a salir de sus trincheras.
Mientras tanto, el coronel Domínguez, que había salido de la ciudad de Guatemala con seiscientos soldados para atacar a Prem, cambió sus planes al enterarse de la pequeña fuerza de Gutiérrez. Prem aprovechó esta oportunidad y atacó a las fuerzas de Domínguez, derrotándolas el 15 de enero de 1829. Luego, Morazán ordenó a Prem que continuara su marcha con 1400 hombres y ocupara el puesto de San José, cerca de la capital.
El pueblo de Antigua Guatemala se organizó contra el gobierno de Guatemala y pidió la protección del general Morazán. Esto aceleró la invasión de Morazán a Guatemala, quien posicionó a sus hombres cerca de la capital. Las operaciones militares comenzaron con pequeños enfrentamientos. El 15 de febrero, una de las divisiones de Morazán fue derrotada en Mixco por las tropas federales.
Debido a esta derrota, Morazán levantó el asedio de la ciudad y concentró sus fuerzas en la Antigua. Una división de tropas federales lo siguió desde la capital. El 6 de marzo, en San Miguelito, Morazán derrotó a un ejército más pequeño. Esta victoria levantó la moral de sus hombres. El 15 de marzo, Morazán y su ejército fueron interceptados por las tropas federales en Las Charcas. Morazán, desde una posición superior, aplastó al ejército enemigo. El campo de batalla quedó lleno de caídos, prisioneros y armas. Después, Morazán recuperó sus posiciones y volvió a sitiar la ciudad de Guatemala.
El 12 de abril, el jefe de Estado de Guatemala, Mariano de Aycinena y Piñol, se rindió. Al día siguiente, las tropas de Morazán ocuparon la Plaza Central. Inmediatamente después, el presidente Arce, Mariano Aycinena y otros funcionarios fueron encarcelados. El general Morazán expulsó a los religiosos más importantes y a todos los miembros del Clan Aycinena (los conservadores). Gobernó el país de forma autoritaria hasta que el senador Juan Barrundia asumió el cargo el 25 de junio de 1829.
Segundo periodo en Honduras
El 5 de marzo de 1829, Morazán y Diego Vigil fueron nombrados jefe y subjefe de Estado por la Asamblea Legislativa de Honduras. Ese mismo mes, Morazán compró y trajo de Guatemala la primera imprenta de Honduras, que se instaló en el Cuartel San Francisco. Esta imprenta se usó por primera vez para una proclama de Morazán al departamento de Olancho, con fecha del 4 de diciembre de 1829, el mismo día en que asumió el cargo de jefe de Estado. El 24 de diciembre, dejó el gobierno en manos de Juan Ángel Arias para pacificar Olancho, lo que terminó con un acuerdo el 21 de enero de 1830.
El 19 de febrero, Morazán derrotó una rebelión en Opoteca y volvió a ser jefe de Estado el 22 de abril. Durante este periodo, se fundó el primer periódico oficial de Honduras, La Gaceta del Gobierno. En junio, ganó las elecciones para Presidente de la República Federal de Centro América. Ese mismo mes, envió a Dionisio de Herrera a pacificar Nicaragua. Morazán renunció a la jefatura de Honduras el 28 de julio, y al día siguiente asumió el subjefe de Estado, Diego Vigil.
Presidencia de la Federación
Primeros años como presidente (1830-1834)
Francisco Morazán ganó las elecciones presidenciales de 1830, compitiendo contra José Cecilio del Valle. Asumió la presidencia el 16 de septiembre de ese año. En su discurso, dijo que el pueblo lo había elegido para un puesto importante y que él defendería la Constitución Federal.
Con Morazán como presidente y el apoyo de los gobernadores, los liberales tenían mucho poder. Esto les permitió implementar sus reformas, inspiradas en las ideas de la ilustración (un movimiento de pensamiento que promovía la razón y la libertad). El presidente quería eliminar las instituciones antiguas de la época colonial que, según él, habían causado el atraso de la región. Según el viajero John Lloyd Stephens, Morazán deseaba una sociedad basada en la educación para todos, la libertad religiosa y la igualdad social y política.
En 1831, Morazán y el gobernador Mariano Gálvez hicieron de Guatemala un lugar de experimentación política. Se construyeron escuelas y carreteras, se promovió el libre comercio, se invitó a inversionistas y migrantes extranjeros. Se permitieron el matrimonio y el divorcio civil, y la libertad de expresión. Las tierras públicas se usaron para cultivar cochinilla (un insecto usado para teñir). Se separó la Iglesia del Estado, se eliminaron los diezmos, se proclamó la libertad de religión, se confiscaron bienes de la Iglesia y se le quitó a la Iglesia el control de la educación.
Con estas medidas, Morazán se convirtió en el primer líder de América Latina en aplicar un pensamiento liberal. Esto afectó a los criollos de la Ciudad de Guatemala y, lo más importante, redujo el poder y los privilegios de los religiosos.
En ese tiempo, Morazán ordenó la captura y expulsión del Arzobispo Ramón Casaus y Torres el 10 de julio de 1829, así como de 289 frailes de varias órdenes religiosas. Se sospechaba que se oponían a la independencia. Los líderes religiosos habían usado su influencia contra Morazán y las reformas liberales, especialmente las relacionadas con la educación universal.
En marzo de 1832, hubo otro conflicto en El Salvador. El jefe de Estado José María Cornejo se rebeló contra algunos decretos federales. Morazán, como comandante en jefe, dirigió a las tropas federales a El Salvador y venció al ejército de Cornejo el 14 de marzo de 1832. El 28 de marzo, Morazán ocupó San Salvador. A partir de entonces, se empezó a hablar de la necesidad de reformar la Constitución.
Segundo periodo presidencial (1835-1839)

En 1834, a petición del gobernador Mariano Gálvez, el general Morazán trasladó la capital de la República Federal a Sonsonate y luego a San Salvador. Ese mismo año, terminaron los primeros cuatro años de la presidencia de Francisco Morazán. Según la constitución de 1824, debían celebrarse nuevas elecciones.
El conservador moderado José Cecilio del Valle se presentó como candidato opositor a Francisco Morazán. Para asegurar la imparcialidad de la elección, Morazán dejó la presidencia a Gregorio Salazar.
Cuando se contaron todos los votos, José Cecilio del Valle derrotó a Francisco Morazán. El resultado de las elecciones mostró una fuerte oposición popular a las reformas liberales. Sin embargo, Valle murió antes de asumir el cargo. La mayoría de los historiadores creen que si Valle no hubiera fallecido, habría podido crear un gobierno que uniera a liberales y conservadores. Debido a esto, el 2 de junio, el Congreso Federal convocó a una nueva elección, que fue ganada por Francisco Morazán. El 14 de febrero de 1835, Morazán juró como presidente para un segundo mandato en Ciudad Guatemala.
El fin de la Federación

En febrero de 1837, una serie de eventos dramáticos en Centroamérica provocaron una revolución que terminó con la Federación. Una epidemia de cólera afectó a Guatemala, causando muchas muertes, especialmente entre los pobres e indígenas. El gobierno de Mariano Gálvez intentó ayudar, pero las medidas no fueron suficientes.
Cuando apareció el cólera, los indígenas de la región de Mita estaban enojados por un nuevo sistema de justicia. La Iglesia vio esto como una oportunidad para atacar al gobierno liberal de Gálvez. Los sacerdotes locales difundieron el rumor de que el gobierno había envenenado los ríos para acabar con la población indígena. Como "prueba", mostraban a los indígenas una concesión de tierras a una empresa británica.
Los indígenas, furiosos, se rebelaron. Con el cólera extendiéndose, tomaron las armas, mataron a personas de raza blanca y a liberales, quemaron sus casas y se prepararon para enfrentar al gobierno. Gálvez envió un ejército para detener la revuelta, pero sus acciones represivas empeoraron la situación. En junio, Santa Rosa de Mita se levantó en armas, y de Mataquescuintla surgió un nuevo líder llamado Rafael Carrera y Turcios. Carrera era un joven sin estudios, pero astuto y carismático, que había sido criador de cerdos y luego asaltante de caminos. Los rebeldes lo querían como su líder.
Los sacerdotes dijeron a los nativos que Carrera era su protector, enviado para vengarse de los liberales y extranjeros y restaurar su antiguo dominio. Inventaron trucos para que los indígenas creyeran esto, como una carta que supuestamente venía de la Virgen María, encargando a Carrera liderar una revuelta contra el gobierno.
Con gritos de "¡Viva la religión!" y "¡Muerte a los extranjeros!", Carrera y sus fuerzas comenzaron una guerra contra el gobierno. Animados por estos eventos, los conservadores se unieron a la revuelta. Mientras tanto, el gobierno de Mariano Gálvez pidió ayuda militar al general Morazán.
Cuando Morazán llegó a la Ciudad de Guatemala, Gálvez ya había dejado el cargo. El grupo en el poder le dio a Morazán plenos poderes para enfrentar a Rafael Carrera y le ofrecieron la presidencia de por vida, pero Morazán rechazó esta oferta porque iba en contra de sus principios liberales. Luego, Morazán pidió a Carrera que depusiera las armas, pero el líder rebelde se negó. Morazán derrotó y persiguió a Carrera varias veces, logrando pacificar el estado. Sin embargo, nunca pudo capturar al líder indígena, ya que este simplemente se retiraba a las montañas y regresaba tan pronto como las tropas de Morazán salían de Guatemala.
Para 1838, Morazán presidía una federación que se estaba desmoronando. El Congreso intentó revivir el Gobierno Federal dándole control de sus ingresos aduaneros. Pero Honduras, Nicaragua y Costa Rica se opusieron y usaron esto como excusa para abandonar la Unión. La Federación había terminado. El 1 de febrero de 1839, Morazán terminó su segundo mandato como presidente. El Congreso se había disuelto y no había base legal para nombrar a su sucesor.
Al final, la falta de conocimiento, el poder de la Iglesia, las fuertes luchas entre conservadores y liberales, y la búsqueda de poder personal fueron las principales razones de la disolución de la Federación.
Jefe de Estado de El Salvador
Después de terminar su segundo mandato como presidente de la República Federal, Morazán se quedó sin poder político ni militar. Sin embargo, el 13 de julio de 1839, fue elegido jefe de Estado de El Salvador.
Cuando Rafael Carrera y los conservadores de Guatemala se dieron cuenta de su nuevo cargo, decidieron declararle la guerra a El Salvador. El general se había convertido en el símbolo de la Federación y de la Constitución de 1824. Eliminarlo significaba acabar con cualquier esperanza de que la Federación reviviera.
Por eso, sus enemigos no querían que estuviera al mando de ninguna nación centroamericana y se comprometieron a derrotarlo. El 24 de julio de 1839, Nicaragua y Guatemala firmaron un tratado de alianza contra el gobierno de Morazán en El Salvador.
Más tarde, el 24 de agosto del mismo año, el líder guatemalteco Rafael Carrera llamó a los salvadoreños a rebelarse contra su presidente. Estos llamados provocaron algunos levantamientos, que fueron controlados fácilmente por el gobierno.
Al no tener éxito internamente, los enemigos del general formaron un ejército con tropas de Honduras y Nicaragua. El 18 de septiembre de 1839, Morazán estaba en El Salvador para detener el avance de las fuerzas de Francisco Ferrera. Pero en San Salvador, hubo un motín y la ciudad fue controlada por Pedro León Velásquez. Los rebeldes enviaron un mensaje al general, amenazando con matar a su esposa, a su hijo Francisco y a su recién nacida Adela si no se rendía. Morazán respondió con estas palabras: "Los rehenes que mis enemigos tienen son para mí sagrados y hablan muy alto a mi corazón, pero soy Jefe del Estado y debo atacar pasando sobre los cadáveres de mis hijos; más no sobreviviré a tan terrible desgracia."
Sin embargo, Morazán logró retomar San Salvador. León Velásquez se rindió sin condiciones y retiró las amenazas contra la familia del general, quien además le perdonó la vida.
El 25 de septiembre, Morazán ganó la Batalla de San Pedro Perulapán. Solo necesitó 600 salvadoreños para vencer a más de 2000 hombres. Después de la derrota, los generales y sus tropas huyeron a los estados vecinos, dejando atrás más de trescientos muertos.
El 18 de marzo de 1840, Morazán hizo un último intento por restaurar la Unión. Reunió a unos 1300 hombres y marchó a Guatemala. Una vez allí, Morazán atacó a los hombres de Carrera en la capital. Pero Carrera le había tendido una trampa: había sacado la mayor parte de su ejército de la capital, dejando solo una pequeña guarnición visible. Morazán y sus hombres cayeron en la trampa y fueron atacados desde todas las direcciones por las fuerzas de Carrera, que sumaban unos 5000 hombres. Fue una batalla muy violenta.
A la mañana siguiente, Morazán se estaba quedando sin municiones. Ordenó aumentar el fuego desde tres puntos de la plaza para distraer al enemigo, mientras él y algunos de sus oficiales lograban escapar con vida hacia El Salvador. La victoria de Carrera fue decisiva. El 4 de abril de 1840, Morazán renunció y decidió salir del país, ya que no quería causar más problemas al pueblo salvadoreño.
Exilio en Perú
El 8 de abril de 1840, el general Francisco Morazán se fue al exilio. Partió del puerto de La Libertad (El Salvador) en el barco Izalco, acompañado por 30 de sus amigos y veteranos de guerra.
Al llegar a Puerto Caldera (Costa Rica), pidió asilo para 23 de sus oficiales, y se lo concedieron. Siete de ellos continuaron el viaje a América del Sur con él. Morazán llegó a Chiriquí y luego a David, Panamá, donde su familia lo esperaba. Allí, sus amigos le informaron sobre las terribles persecuciones que sufrían sus seguidores a manos de Rafael Carrera y otros líderes de Centroamérica.
Indignado por estos hechos y por los insultos y calumnias en su contra, Morazán escribió y publicó su famoso Manifiesto de David el 16 de julio de 1841. En este manifiesto, Morazán criticó a quienes consideraba "hombres mezquinos" y abusadores de los derechos del pueblo. Les recordó que se habían opuesto a la independencia de Centroamérica y habían sacrificado la libertad al unirse al imperio de Iturbide. Les dijo que Centroamérica era la patria de quienes lucharon por la independencia y la libertad.
Morazán todavía estaba en David cuando recibió llamadas de sus colegas liberales en Costa Rica. Braulio Carrillo, gobernador de ese estado, había limitado las libertades individuales, la libertad de prensa y había derogado la Constitución Política de 1825. La había reemplazado por una nueva ley que declaraba que el jefe de Estado de Costa Rica era "elegido por el pueblo" y "inamovible", lo que sus enemigos interpretaron como "de por vida", llamándolo "dictador".
Además, Carrillo había declarado a Costa Rica un Estado libre e independiente. A pesar de esto, Morazán quiso mantenerse alejado de los asuntos políticos de Centroamérica y continuó su viaje a Perú. Una vez en Lima, el Mariscal Agustín Gamarra lo invitó a comandar una división peruana, ya que su país estaba en guerra con Chile. Sin embargo, Morazán se negó porque la guerra le parecía muy confusa.
En Perú, Morazán encontró buenos amigos que compartían sus ideales. Alrededor de 1841, los británicos comenzaron a intervenir en el territorio de la Mosquitia, entre Honduras y Nicaragua. Este evento impulsó a Morazán a poner fin a su exilio en Perú. Decidió que era hora de regresar a Centroamérica, considerándolo un "deber" y un "sentimiento nacional irresistible". Con el apoyo económico del general Pedro Bermúdez, partió de El Callao el 22 de diciembre de 1841 en el barco El Cruzador. Lo acompañaron el general José Trinidad Cabañas y otros oficiales. Hicieron una parada en Guayaquil, Ecuador, y en Chiriquí, Panamá, donde Morazán pudo reunirse con su familia antes de regresar a Centroamérica.
Jefe Supremo de Costa Rica

Derrotado por el general Carrera, Morazán dejó El Salvador y se refugió en David (Chiriquí), que en esa época era parte de Colombia. Allí, Morazán, influenciado por los enemigos de Carrillo, pensó en invadir Costa Rica.
La oposición a Carrillo era pequeña, pero su fuerza radicaba en que pidieron ayuda extranjera. Costa Rica, aunque no le interesaba mucho, le servía a Morazán para sus planes de expansión en el resto de Centroamérica. Además, podría conseguir hombres, armas y dinero, ya que uno de sus objetivos era regresar a Centroamérica y enfrentarse de nuevo a Carrera.
El 7 de abril, la flota de Morazán, compuesta por cinco barcos, desembarcó sin problemas en el puerto de Caldera, Costa Rica. Su marcha no comenzó hasta el 9 de abril. Carrillo emitió un decreto para reunir al ejército y defender el Estado contra el "enemigo extranjero". Su plan de defensa incluía un grupo de hombres a cargo del salvadoreño Vicente Villaseñor, quien lo traicionaría. Carrillo no quería derramamiento de sangre, así que pensó en hablar con Morazán. Sin embargo, Morazán ya había acordado una reunión con Villaseñor, quien le entregaría las fuerzas que tenía a su mando.
Así, Morazán y Vicente Villaseñor firmaron el Pacto de El Jocote. Este acuerdo establecía la unión de un solo ejército, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, la expulsión de Braulio Carrillo y su gobierno, y la instalación de un gobierno provisional bajo el mando de Francisco Morazán. Carrillo leyó el pacto. Sabía que podía enfrentar a las fuerzas de Morazán, pero también que esto desataría mucha violencia. Le preocupaba profundamente. Pensó que si él era el problema, se haría a un lado y abandonaría el país. Carrillo aceptó el pacto, con algunas modificaciones.
El 13 de abril de 1842, las fuerzas de Morazán entraron en la ciudad de San José. Una hora después, Carrillo inició su exilio hacia El Salvador.
El primer acto de Morazán fue abrir las puertas del Estado a los refugiados políticos costarricenses y centroamericanos. Además, el nuevo gobernante se dedicó a eliminar algunas de las leyes de la época de Carrillo y a implementar otras reformas. También convocó a una Asamblea Constituyente, que lo nombró jefe supremo del Estado de Costa Rica.
A su llegada a Puerto Caldera, Morazán traía un documento llamado Proclama de la Caldera. En este, ofrecía a los costarricenses devolverles la libertad y declaraba la guerra a Carrillo, a quien llamaba tirano y déspota.
Para septiembre de 1842, Morazán ya había perdido la mayor parte del apoyo inicial que lo había llevado al poder en Costa Rica. Su presencia en Costa Rica había causado gran temor en el resto de los estados centroamericanos: Guatemala declaró a Costa Rica país enemigo; El Salvador rompió relaciones; y Honduras y Nicaragua no reconocieron el gobierno de Morazán. Los cuatro estados se organizaron en la llamada "Confederación de Guatemala", una unión militar contra Costa Rica. Acordaron ayudarse mutuamente y unirse si se atacaba la independencia de cualquiera de ellos. A esto se sumó que el 29 de julio de 1842, Morazán comunicó a los costarricenses su intención de rehacer la Unión Centroamericana por la fuerza de las armas.
Su fallecimiento
El 11 de septiembre de 1842, estalló un movimiento popular en Alajuela contra el gobierno de Morazán. Cuatrocientos hombres, liderados por el portugués Antonio Pinto Soares, se levantaron.
Ante estos hechos, Morazán y sus hombres lograron repeler los ataques y se refugiaron en el cuartel general. Desde allí, enfrentaron a los rebeldes, que según el historiador Montúfar, sumaban mil hombres.
La lucha fue intensa y difícil. Como el conflicto era desfavorable para los sitiados, el Capellán José Castro propuso una rendición a Morazán, garantizándole la vida, pero él se negó. Después de 88 horas de lucha, Morazán y sus colaboradores más cercanos decidieron romper el cerco. El general José Trinidad Cabañas, con 30 hombres, hizo posible la retirada de Morazán y sus oficiales hacia Cartago.
Sin embargo, la rebelión se había extendido hasta allí. Morazán tuvo que pedir ayuda a su supuesto amigo Pedro Mayorga, pero este lo traicionó y facilitó que los enemigos de Morazán lo capturaran junto a los generales Vicente Villaseñor, Saravia y otros oficiales. El general Villaseñor intentó quitarse la vida con un puñal y resultó gravemente herido, pero sobrevivió. El general Saravia falleció después de sufrir una terrible convulsión.
Luego, se llevó a cabo un "juicio" que fue una burla, en el cual Morazán y Villaseñor fueron condenados a muerte por las nuevas autoridades.
Los condenados fueron llevados al lugar de fusilamiento en la plaza central de la ciudad. Antes de la ejecución, Morazán dictó su testamento a su hijo Francisco. En este, el general afirmó que su muerte era un "asesinato" y declaró: "No tengo enemigos, ni el menor rencor llevo al sepulcro contra mis asesinos, que los perdono y deseo el mayor bien posible". Luego le ofrecieron una silla y la rechazó. Al general Villaseñor, que estaba sentado e inconsciente, Morazán le dijo: "Querido amigo, la posteridad nos hará justicia" y se persignó.
Según el historiador Miguel Ortega, Morazán pidió el mando de la escolta, se abrió la levita, se descubrió el pecho con ambas manos y con voz firme, como quien da órdenes militares, mandó: "¡Preparen armas! ¡Apunten!". Luego corrigió la puntería de uno de los tiradores y finalmente gritó: "¡Apunten! ¡Fue...!". La última sílaba fue interrumpida por una descarga de disparos. Villaseñor recibió los impactos en la espalda y cayó. Entre el humo de la pólvora, se vio que Morazán levantó ligeramente la cabeza y murmuró: "Aún estoy vivo...". Una segunda descarga terminó con la vida del hombre a quien José Martí describió como:
- «un genio poderoso, un estratega, un orador, un verdadero estadista, quizás el único que haya producido la América Central».
En octubre de 1842, los gobiernos de Centroamérica, satisfechos con la desaparición de Morazán, reanudaron sus relaciones con Costa Rica.
En 1848, el gobierno de José María Castro envió los restos de Morazán a El Salvador, cumpliendo uno de sus últimos deseos.
Su legado
Alta es la noche y Morazán vigila.
Invasores llenaron tu morada. Y te partieron como fruta muerta, y otros sellaron sobre tus espaldas los dientes de una estirpe sanguinaria, y otros te saquearon en los puertos cargando sangre sobre tus dolores. —(Pablo Neruda: Canto general, XXXI).
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Francisco Morazán se convirtió en un héroe y un símbolo de la República de Centroamérica. Dio su vida, aunque sin éxito, tratando de mantener unidos a estos países. Es claro que su muerte contribuyó, en parte, a que cada una de estas naciones sea hoy un país independiente.
Su imagen se puede encontrar en billetes, logotipos, sellos postales, instituciones, ciudades, departamentos, escuelas y parques, entre otras cosas que mantienen vivo su legado. El Salvador fue uno de los primeros países en rendirle homenaje a Morazán. El 15 de marzo de 1882, el presidente Rafael Zaldívar inauguró un monumento en su memoria, ubicado en la Plaza Francisco Morazán. El 14 de marzo de 1887, la Asamblea Nacional de El Salvador cambió el nombre del Departamento de Gotera a Departamento de Morazán, "para recordar el nombre del gran líder de la Unión Centroamericana". También el presidente Doroteo Vasconcelos nombró en su honor la aldea «San» Francisco Morazán. En Honduras, el departamento de Tegucigalpa cambió su nombre a Francisco Morazán en 1943. En Guatemala, la ciudad de Tocoy Tzimá se convirtió en Morazán el 15 de noviembre de 1887. En Nicaragua, se fundó Puerto Morazán en 1945.
En la política, la idea de la integración se mantiene en la mente de muchos centroamericanos. Por ejemplo, el Parlamento Centroamericano (Parlacen) es una institución política dedicada a la integración de los países de Centroamérica. Representa una versión moderna de la histórica República Federal de Centroamérica, aunque sin Costa Rica, pero incluyendo a Panamá y a la República Dominicana. En el pasado, se hicieron varios intentos sin éxito para restablecer la Unión (en 1851, 1886 y 1921).
El legado de Morazán también está presente en las artes. La primera obra registrada en El Salvador se titula La tragedia de Morazán, escrita por Francisco Díaz (1812-1845), que es una obra de teatro sobre la vida del presidente de Centroamérica. En Honduras, se escenificó la obra teatral de Luis Andrés Zúñiga Portillo llamada Los conspiradores (1916), un drama histórico que honra las virtudes de Francisco Morazán. En su libro Canto general, Pablo Neruda también rinde homenaje al "caudillo liberal" con un poema a Centroamérica. Estatuas y bustos de Francisco Morazán se pueden encontrar en Chile, Panamá, El Salvador, Estados Unidos, España, Honduras, Costa Rica y Nicaragua, entre otros países.
Reconocimientos

Retratos de Francisco Morazán
El general Morazán era de piel clara, ligeramente rosada; de cuerpo delgado, alto y recto. Sus rasgos formaban una cara tan bien definida que, al verla una vez, no se podía olvidar, recordando mucho el estilo griego... Era una persona muy honorable y honesta, nunca abusó de su poder para beneficio propio. El aspecto de su familia, su casa, sus muebles, su ropa; todo mostraba una modestia digna.José María Cáceres.
Tenía unos 45 años; medía un metro setenta y ocho centímetros; era delgado, con barba y bigote negros, y llevaba espada y casaca militar abotonada hasta la garganta. Estaba sin sombrero y la expresión de su cara era suave e inteligente [...] siempre dirigía a sus tropas; había estado en muchas batallas y a menudo había sido herido, pero nunca derrotado.
No se notaba ninguna ligereza en sus costumbres, tan puras, sencillas y ordenadas. Evitaba las diversiones, así como mostrarse o lucirse. Evitaba las muestras de afecto, los banquetes y las frivolidades, pero le complacía mucho tratar con hombres cultos, aunque fueran sus enemigos. [...] Nadie le temía, porque jamás se le vio un acto de crueldad o ensañamiento. Sus mayores enemigos dejaban su enojo en su presencia, porque al verlo era imposible odiarlo.Antonio Grimaldi.
Himno a Francisco Morazán
Mágica rima de bronce que cante la maravilla de tu épica historia sobre las cumbres mi musa levante el fabuloso esplendor de tu gloria.
Que tu figura se enciende tu flama que irradien las albas de nácar y oro himno solemne pregone tu fama vive en los aires tú nombre sonoro.
Eco de amor en los altos confines queda vagando en los verdes pinares lloran tu muerte los claros clarines y en tu profundo responso los mares.
Inclita musa de arcanos acentos de tu nombre destierra el olvido flota el ideal de la unión de los vientos cual pabellón al futuro tendido.
Quien tu figura nos ciñe de flores pase tu numen venciendo vestigios cual sol sin ocaso de vivos fulgores sobre el eterno radar de los siglos.
Patria saluda al heroico guerrero himno se eleva de luz y victoria ama al sublime fulgor de su acero pon en su frente el laurel de la gloria.
Bustos, estatuas y monumentos en el mundo
Existen varios monumentos en honor a la memoria de este líder. Uno de los más importantes y antiguos es la Plaza Francisco Morazán, en el centro histórico de la Ciudad de San Salvador (El Salvador). Allí se encuentra una estatua del General Francisco Morazán hecha en bronce sobre un pedestal de mármol. En el pedestal hay cinco mujeres que sostienen los escudos de las cinco repúblicas centroamericanas que formaron la República Federal de Centro América en 1882, año en que se inauguró la plaza. Este monumento es el más antiguo de la capital salvadoreña que aún se conserva. También hay un monumento con su busto en Panamá, Ciudad de Panamá, en el Parque Urraca.
Galería de imágenes
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Plaza Francisco Morazán en San Salvador (El Salvador).
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Estatua en San Pedro Sula (Honduras).
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Busto en Santa Cruz de Tenerife (islas Canarias).
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Monumento en el Parque del Retiro de Madrid (España).
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Estatua en Nueva Orleans (Estados Unidos).
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Estatua ecuestre en el Parque Central de Tegucigalpa (Honduras).
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Monumento a Francisco Morazán; Santiago. Chile.
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Francisco Morazan - Rio de Janeiro Brasil
Ver también
- Batallas de Francisco Morazán
- Academia Militar de Honduras General Francisco Morazán
- Ejército Aliado Protector de la Ley
- Golpe de Estado en Honduras de 1827
- Golpes de Estado en Honduras
- José Justo Milla
Predecesor: José Jerónimo Zelaya Fiallos |
Jefe de Estado de Honduras![]() 27 de noviembre de 1827–30 de junio de 1828 |
Sucesor: Diego Vigil |
Predecesor: Diego Vigil |
Jefe de Estado de Honduras![]() 2 de diciembre de 1829–28 de julio de 1830 |
Sucesor: José Santos Díaz del Valle |
Predecesor: José Francisco Barrundia y Cepeda |
Presidentes de Centroamérica![]() 1830–1834 |
Sucesor: Gregorio Salazar |
Predecesor: Gregorio Salazar |
Presidentes de Centroamérica![]() 1834–1838 |
Sucesor: Diego Vigil |
Predecesor: José María Cornejo |
Jefe provisorio del Estado del Salvador![]() 3 de abril de 1832–13 de mayo de 1832 |
Sucesor: Joaquín de San Martín |
Predecesor: Antonio José Cañas |
Jefe supremo del Estado del Salvador![]() 1839–1840 |
Sucesor: José María Silva |
Predecesor: Braulio Carrillo |
Jefes de Estado de Costa Rica![]() 8 de abril de 1842–11 de septiembre de 1842 |
Sucesor: Antonio Pinto Soares |
Véase también
En inglés: Francisco Morazán Facts for Kids