Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid para niños
Datos para niños Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid |
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Batalla de Madrid - Guerra civil española Parte de Batalla de Madrid |
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Vista general actual de la Ciudad Universitaria.
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Fecha | 15-23 de noviembre de 1936 | |||
Lugar | Ciudad Universitaria de Madrid | |||
Coordenadas | 40°26′38″N 3°43′34″O / 40.44388889, -3.72611111 | |||
Resultado | Victoria estratégica republicana | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La Batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid fue un enfrentamiento importante al inicio de la defensa de Madrid durante la guerra civil española. Ocurrió en el área del nuevo campus de la Ciudad Universitaria de Madrid entre el 15 y el 23 de noviembre de 1936. El frente de batalla se mantuvo casi sin cambios hasta el final de la guerra.
El objetivo de las fuerzas republicanas era defender la capital a toda costa. Necesitaban detener el avance de las tropas del general José Enrique Varela y evitar que Madrid cayera. Por otro lado, los ejércitos atacantes querían tomar la ciudad lo más rápido posible. La tenacidad de ambos lados en esta batalla fue un momento clave en la Guerra Civil. Fue la primera vez que el avance de las tropas de Francisco Franco se detuvo. Además, el campus fue uno de los lugares de combate más largos de la Guerra Civil. La resistencia de Madrid inspiró a los combatientes en otros frentes. El 23 de noviembre de 1936, el resultado de los combates hizo que las fuerzas atacantes cambiaran su estrategia. En esta batalla participaron por primera vez las Brigadas Internacionales y material militar pesado de origen soviético. Los atacantes recibieron apoyo y material de Alemania e Italia.
El ataque frontal planeado por el general Varela para el 8 de noviembre de 1936 comenzó con un avance por la Casa de Campo. Este ataque buscaba ocupar la zona entre la Ciudad Universitaria de Madrid y la plaza de España. Fue un ataque muy duro para ambos bandos, con un avance lento hacia el río Manzanares. Las tropas atacantes necesitaban cruzar los puentes, que estaban muy bien defendidos. Después de varios intentos fallidos de cruzar el Manzanares, lo lograron entre dos puentes. Así, el 15 de noviembre, comenzó la batalla en la Ciudad Universitaria.
La lucha por ocupar la ciudad y detener el avance fue muy intensa. El combate se desarrolló entre las facultades y edificios del campus, a menudo habitación por habitación, piso por piso. Después de una semana de gran desgaste y poco avance, el general Franco se reunió en Leganés. El 23 de noviembre, cambió la estrategia de ataque: ahora sería un ataque indirecto a Madrid, intentando rodearla con una maniobra en la zona de Las Rozas de Madrid y Húmera. Esto llevó a otras batallas como la del Jarama (febrero de 1937) y la de Guadalajara (marzo de 1937). El frente en el campus, con el Hospital Clínico como punto central, se mantuvo casi sin cambios durante el resto de la Guerra Civil. Se libró una dura lucha de minas y contraminas en la Ciudad Universitaria y el Parque del Oeste. Finalmente, el 28 de marzo de 1939, el coronel Segismundo Casado entregó la ciudad a las tropas atacantes.
El campus de la Ciudad Universitaria y las áreas cercanas quedaron muy dañadas después de la guerra. Los edificios, que estaban casi listos para ser universidades, se usaron como frente de guerra. Pasaron varios años hasta que se pudo retomar la actividad académica normal. El estado del campus hizo que se pensara en crear un parque temático sobre la guerra, pero al final no se hizo. La guerra sorprendió a la Universidad en pleno proceso de mudanza. Muchas facultades se iban a agrupar en el campus recién construido, pero en su lugar, se estrenaron con combates. Las obras de reconstrucción permitieron que el recinto se inaugurara de nuevo el 12 de octubre de 1943. Se construyeron monumentos para recordar la victoria, como el Arco de la Victoria (1950-1956) o el Monumento a los caídos por Madrid. Hoy en día, la mayoría de los lugares de la batalla están ocultos por las reconstrucciones y el crecimiento de la ciudad.
Contenido
El lugar de la batalla
La Ciudad Universitaria es un área de Madrid ubicada en lo que antes eran descampados de la Moncloa. Fue un proyecto del rey Alfonso XIII de España a principios del siglo XX. La idea era crear un gran espacio con facultades, laboratorios de investigación y residencias para estudiantes. Se decidió construirla en la finca estatal de La Moncloa. Las obras comenzaron con la preparación del terreno. El 6 de noviembre de 1930, se inició la construcción de las facultades de Medicina, Farmacia y Odontología. En 1932, se empezó a construir el Hospital Clínico. La Guerra Civil interrumpió por completo la construcción de este y otros edificios. La inauguración y el inicio del curso académico estaban previstos para finales de 1936, pero los problemas sociales retrasaron las obras.
La Ciudad Universitaria antes de la batalla
Debido a los rumores de que las tropas se acercaban a Madrid, las clases en la Ciudad Universitaria se suspendieron en agosto de 1936. La actividad administrativa continuó, pero de forma limitada. Muchos profesores se trasladaron a Valencia en noviembre. No fue hasta el 5 de noviembre que se empezó a sospechar que esta zona sería el lugar principal del ataque a Madrid.
El campus aún estaba en obras al inicio del conflicto, pero ya tenía muchos edificios y algunas instalaciones casi listas. Desde principios de noviembre, la zona se convirtió en un campo de batalla. Muchos de sus edificios sufrieron graves daños, siendo la Facultad de Filosofía y Letras la más afectada. Testimonios de brigadistas que lucharon allí, como John Sommerfield y Bernard Knox, describen la destrucción. El 23 de noviembre, tres cuartas partes de la Universidad estaban ocupadas por el ejército atacante. Durante el resto del conflicto, se siguieron construyendo trincheras, nidos de ametralladora, refugios y búnkeres en el campus. A pesar de esto, el frente casi no cambió. La guerra de minas fue lo que modificó completamente el terreno.
Los edificios de la Ciudad Universitaria estaban en una ligera cuesta arriba desde el río Manzanares. Esto significaba que el ejército defensor siempre estaba en una posición un poco más alta que el atacante. En 1936, solo se habían construido cuatro facultades (Medicina, Farmacia, Ciencias y Filosofía) y las escuelas de Arquitectura, Veterinaria e Ingenieros Agrónomos. El Hospital Clínico estaba al fondo, y detrás de él, hacia el este, estaba el centro de Madrid. La zona urbana de Madrid en esta área era una serie de terrenos vacíos. La Casa de Campo, Moncloa y la Ciudad Universitaria fueron fortificadas por ingenieros.
La Casa de Campo y los puentes del Manzanares
La Casa de Campo estaba rodeada por una muralla. Tenía diez entradas, pero solo dos estaban cerca: la del Ángel y la del Río. Entre la Casa de Campo y la Ciudad Universitaria se encuentra el río Manzanares. En 1936, el río tenía mucha vegetación. El Manzanares estaba canalizado en algunos tramos, lo que lo hacía peligroso para el avance de la infantería y los vehículos blindados. Por eso, se decidió avanzar río arriba, cerca del puente de los Franceses, donde era más fácil cruzar. Esta parte del río, sin canalizar, fue clave para que el combate se trasladara a la Ciudad Universitaria el 15 de noviembre de 1936.
A lo largo de las dos orillas del río Manzanares, había carreteras paralelas. La de la derecha era la carretera de Castilla, y la de la izquierda bajaba por el Parque del Oeste. Varios puentes conectaban las dos orillas y eran muy importantes estratégicamente. Los tres puentes más cercanos a la Ciudad Universitaria eran el de San Fernando, el puente Nuevo (para trenes) y el de los Franceses (también para trenes).
Los puentes sobre el Manzanares fueron un objetivo estratégico de la batalla | |||||||||
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Los planes de ataque
Después del levantamiento de julio, ciudades como Madrid permanecieron leales al Gobierno de la República. Las tropas atacantes de África se reunieron en el sur de la península y comenzaron a marchar hacia Madrid. Desde el 2 de agosto, Madrid era su objetivo. Las columnas atacantes encontraron problemas, pero nada detuvo su avance. Después de tres meses de avance constante, el 6 de noviembre llegaron a los límites de la Casa de Campo. Las cuatro columnas atacantes estaban a solo siete kilómetros de la Puerta del Sol.
Las tácticas de ataque solían ser similares: un ataque frontal fuerte con apoyo de artillería pesada, seguido de un movimiento para rodear los flancos. Esto solía causar pánico entre las milicias, que tenían poca experiencia militar, lo que provocaba una retirada desordenada. A veces, rodeaban a las milicias, dejando una vía de escape que luego bombardeaban con artillería. Estas tácticas se usaron repetidamente durante el avance hacia Madrid.
El general Varela consideró varias opciones para atacar Madrid. Una era avanzar por la Casa de Campo, cruzar el Manzanares y entrar en la Ciudad Universitaria. Desde allí, tomarían otras áreas de la ciudad. Se decidió que el ataque principal sería desde el suroeste hacia el noreste, para llegar al Manzanares entre el puente de los Franceses y el Hipódromo. Al mismo tiempo, otras columnas atacarían pueblos y barrios al sur de la capital para distraer a las fuerzas defensoras. La idea era avanzar por etapas, coordinando las acciones de todas las columnas.
Cómo se organizaron las fuerzas defensoras
El 6 de noviembre de 1936, el general Miaja y el general Pozas se reunieron con Largo Caballero. Recibieron un sobre cerrado con instrucciones para abrirlo al día siguiente. Al abrirlo, descubrieron que el Gobierno había decidido trasladarse fuera de Madrid para seguir defendiendo la República. A Miaja se le encargó la defensa de la capital "a toda costa". Se creó una Junta de Defensa de Madrid para ayudarle.
El documento decía que la defensa debía ser "a toda costa", pero también mencionaba la posibilidad de retirarse a Cuenca, lo cual era contradictorio. Miaja recibió instrucciones verbales para mantener la capital al menos siete días. Esto daría tiempo para preparar una contraofensiva. La Junta de Defensa de Madrid, con Miaja al mando y Vicente Rojo como jefe de Estado Mayor, se encargó de organizar rápidamente la defensa de Madrid.
Con el Gobierno en Valencia y el ejército atacante cerca, la Junta decidió resistir el 7 de noviembre. Vicente Rojo diseñó la defensa de la ciudad, colocando a varios mandos republicanos en diferentes sectores del frente. Las tropas del general Mola ya estaban contenidas por el norte. Para detener el avance por el sur, se organizaron así:
- El comandante Lister en la línea Villaverde-Entrevías.
- El teniente coronel Bueno en Vallecas.
- El coronel Prada en el puente de la Princesa.
- El comandante Rovira en Carabanchel.
- El teniente coronel Arce en la carretera de Extremadura.
- El teniente coronel Galán en la Casa de Campo y el puente de la República.
- El comandante Enciso y Fernández Cavada en la Casa de Campo.
- El comandante Romero en el puente de los Franceses.
- El comandante Galán en Húmera-Pozuelo de Alarcón.
- El coronel Barceló en Boadilla del Monte para contraatacar por la retaguardia.
En el sector de la Ciudad Universitaria estaban la columna de López Tienda y luego las tropas de Durruti, junto con las Brigadas Internacionales. Las fuerzas de Miaja aumentaron a 30.000 soldados. Las tropas atacantes de Varela eran unos 20.000. Con la llegada de las Brigadas Internacionales, las fuerzas defensoras llegaron a cuarenta mil el 16 de noviembre.
Cómo se organizaron las fuerzas atacantes
Después de liberar el Alcázar de Toledo, las tropas atacantes marcharon rápidamente hacia Madrid. El tiempo era crucial. Se decidió que los ejércitos que atacaban por el norte de Madrid se mantuvieran a la defensiva.
Según el plan, de las cinco columnas del general Varela y el coronel Yagüe, la primera, la de Asensio, cruzaría el Manzanares y subiría para tomar la Cárcel Modelo. La columna del comandante Castejón cruzaría más a la izquierda y se instalaría en la Fundación del Amo, en la Ciudad Universitaria. Delgado Serrano atacaría el Cuartel de la Montaña. Las columnas de Barrón y Tella avanzarían por Carabanchel sin cruzar el Manzanares, para hacer creer que el ataque principal venía del sur.
La orden del general Varela para el 8 de noviembre decía: "Atacar para fijar al enemigo entre el puente de Segovia y el de Andalucía; para mover el centro de la maniobra hacia el noroeste y ocupar la zona entre la Ciudad Universitaria y la Plaza de España, que será la base para nuevos avances en Madrid."
Primer ataque: la Casa de Campo
Las tropas atacantes llegaron a la entrada de la Casa de Campo y comenzaron su avance. Creían que Madrid caería pronto. Los periodistas de ABC en Sevilla incluso decían que los combates en Madrid estaban a "50 céntimos en tranvía" de Leganés.
Comienzo de la ofensiva
El 8 de noviembre, las columnas atacantes (1.ª, 3.ª, 4.ª) avanzaron por la Casa de Campo, pero encontraron una fuerte resistencia que los ralentizó. Los días 9 y 10, la lucha continuó en la Casa de Campo. El día 9, la orden de ataque de Madrid cayó en manos de los defensores, lo que permitió a Vicente Rojo reorganizar la defensa. La XI Brigada Internacional, al mando de Emilio Kléber, llegó al frente de la Facultad de Filosofía y Letras. Las Brigadas Internacionales desfilaron por la Gran Vía de Madrid el 8 de noviembre y se posicionaron en la Ciudad Universitaria. El frente se mantuvo en Húmera. En la tarde del día 9, hubo una intensa lucha en el puente Nuevo y el ataque fue rechazado en el Parque del Oeste y el de La Bombilla. Este puente sería muy disputado en los días siguientes.
Durante los días 11 y 12, el ataque general perdió fuerza. Las fuerzas defensoras intentaron contraatacar para expulsar a los atacantes de la Casa de Campo. El 14, hubo contraataques republicanos en Villaverde, con poco éxito. El día 13, las tropas de Asensio ocuparon el cerro Garabitas, una pequeña elevación que dominaba la Casa de Campo. Desde allí, bombardearían el centro de Madrid. Llegaron cerca del lago de la Casa de Campo y alcanzaron el Manzanares, pero no lograron cruzar el río. El día 12, la columna del capitán Rafael López-Tienda llegó con 2500 hombres a Madrid. Esta columna se unió al sector del Parque del Oeste.
Llegada a la orilla del Manzanares
El 14 de noviembre fue un día de poca actividad, ambos frentes se reorganizaban para un ataque decisivo el día 15. Las tropas atacantes movieron la columna de Barrón desde Carabanchel para apoyar el ataque en la Casa de Campo. El objetivo era cruzar el Manzanares y avanzar hacia el centro de la ciudad a través de la Ciudad Universitaria. Para este ataque, contaban con tres columnas.
Los ejércitos defensores, organizados por la Junta de Defensa de Madrid, planearon una ofensiva para el 15 de noviembre. Querían recuperar las posiciones perdidas en la Casa de Campo. La Columna de Durruti llegó a Madrid el 15 de noviembre por la mañana, aportando entre 1400 y 1800 hombres al frente de la Casa de Campo. Durruti pidió las posiciones más difíciles del frente. Se decidió ubicar su columna en el sector del Hospital Clínico y se le asignaron misiones para el día 16. La Columna de Durruti se unió a la Columna Libertad en la Facultad de Ciencias. Ambas columnas defenderían posiciones entre las Facultades de la Ciudad Universitaria.
Segundo ataque: entrada en el Campus
La orden de Varela fue transmitida a Asensio el día 14. A las ocho y media de la mañana del 15 de noviembre, se produjo un ataque de infantería con fuerte apoyo de vehículos blindados. El observatorio militar en el edificio Carrión comunicó este avance a la Defensa de Madrid, sorprendiendo a los defensores que preparaban su propio ataque. El avance fue acompañado de un fuerte bombardeo de artillería. La infantería atacante se dirigió al puente Nuevo para cruzar, pero la defensa fue muy dura. Al mediodía, Vicente Rojo decidió volar el puente. El constante forcejeo causó muchas bajas en el bando atacante.
El cruce del río Manzanares
Los vehículos blindados atacantes abrieron un hueco en el muro de la orilla derecha del Manzanares, pero quedaron atascados en el fondo arenoso del río. El avance se detuvo al encallar las orugas de los dieciocho vehículos. La lucha duró gran parte del día. Por la tarde, algunos soldados de la columna de Asensio lograron cruzar el río. Cruzaron el Manzanares a la altura del picadero del Club de Campo y se dirigieron a la Ciudad Universitaria. El ataque fue muy rápido, con la idea de ocupar la Escuela de Arquitectura. Este ataque causó pánico en la Columna Catalana (Libertad-López Tienda) que estaba en la Ciudad Universitaria. La columna se había retirado de repente y no había sido reemplazada. La noche detuvo el avance atacante, que se hizo fuerte en el edificio de Arquitectura.
Durante el día 15, las fuerzas defensoras de la estación del Norte se dirigieron a la carretera de La Coruña para ocupar los edificios del campus. Allí se encontraron con efectivos de la columna de Barrón, que finalmente se retiraron. La Junta de Defensa de Madrid se reunió esa noche y decidió pedir ayuda a los vehículos blindados soviéticos. La idea era que ayudaran a las fuerzas de Durruti el día 16. La columna de Asensio se reforzó en Arquitectura durante la noche. La reacción de las fuerzas leales a la República fue una orden:
Mañana, día 16 (de noviembre), al amanecer, la Columna Durruti, partiendo del Asilo de Santa Cristina, realizará un reconocimiento ofensivo en la Ciudad Universitaria en dirección al Stádium, para rechazar al otro lado del río los elementos enemigos que hayan podido penetrar en dicha zona
A cuatrocientos metros río arriba del puente de los Franceses, los zapadores de las tropas atacantes construyeron la pasarela de la muerte. Se llamó así por las bajas que causaba cruzarla, ya que estaba bajo el fuego cruzado de los defensores del puente de los Franceses y del de San Fernando. Esta pasarela sería el único punto de comunicación de la avanzadilla con el resto del ejército en la Casa de Campo. El objetivo para el día 17 era que las tres columnas entraran en los edificios cercanos al Parque del Oeste.
Ese mismo día, entraron en combate los cazas soviéticos Policarpov I-16 Mosca, equilibrando la situación en el aire. A pesar de ello, no se evitaron los intensos bombardeos de los días siguientes. El ejército defensor mostró artillería nueva y la incorporación de la 2.ª Brigada Mixta y unidades del Quinto Regimiento. Se ordenó reforzar la Ciudad Universitaria, y la XII Brigada Internacional se trasladó a la zona de combate del campus.
Lucha por las facultades
En la Casa de Velázquez se había instalado una compañía de brigadas internacionales polacas. El enfrentamiento entre la columna de Asensio y las Brigadas Internacionales era inevitable. El 16 de noviembre, las tropas de Asensio avanzaron y tomaron la Casa de Velázquez después de un intenso combate, eliminando a sus defensores. Luego, tomaron la Escuela de Ingenieros Agrónomos. Poco después de que los hombres de Asensio tomaran la Facultad de Filosofía y Letras, los contingentes de la XI Brigada Internacional irrumpieron en el edificio y lucharon contra los atacantes con granadas y bayonetas. Esta lucha convirtió una de las mejores bibliotecas de España en un parapeto. La sede de la brigada se instaló en la Facultad de Filosofía y Letras. La lucha en esta facultad duró varios días, y se defendía con fuerza a través de las aspilleras hechas con libros.
El contraataque de la Columna Durruti del día 16 se vio dificultado por el intenso avance de tropas enemigas. Mientras la columna de Asensio luchaba en las Facultades, las tropas de Serrano necesitaban atacar el Asilo de Santa Cristina para llegar al Hospital Clínico y desde allí acceder a la ciudad. La columna de Durruti se posicionó en la Escuela de Odontología y las facultades de Medicina y Farmacia, sufriendo muchas bajas en el Asilo de Santa Cristina. El 17, la Columna Durruti perdió la posición, retrocediendo hasta el Hospital Clínico. El constante retroceso de la Columna Durruti y la lucha contra las tropas de Asensio hasta el 19 (día en que Durruti fue herido de muerte) causó un gran desgaste en ambos lados. La lucha en cada edificio de la Ciudad Universitaria fue un combate sangriento, planta por planta.
Hubo un gran bombardeo aéreo sobre Madrid, todos los días del 16 al 20. Afectó a barrios obreros y a las zonas de combate en la Moncloa. El día 17, de las tres columnas atacantes en el sector universitario, la más afectada fue la de Asensio. Las calles de Madrid, como la Gran Vía, sufrieron escenas de pánico. El poder ofensivo de las columnas atacantes estaba agotado. Las fuerzas atacantes intentaron romper la resistencia de Madrid con bombardeos aéreos. Durante el atardecer, cayeron miles de bombas en el centro de Madrid. Se usaron bombas incendiarias para extender el pánico. Madrid no tenía muchos refugios ni cañones antiaéreos.
El avance llegó hasta el Hospital Clínico y el Instituto de Higiene. El 17, Franco decretó el bloqueo marítimo de los puertos republicanos. La zona de penetración, con el Hospital Clínico como punto central, se fue reforzando en los días siguientes.
18 de noviembre: el Palacete de Moncloa
Los bombardeos aéreos sobre Madrid continuaron día y noche. En los edificios universitarios casi destruidos, las fuerzas opuestas se gritaban insultos y se lanzaban granadas de mano por las ventanas. La confusión era tal que no se sabía con certeza dónde estaba el frente. El Hospital Clínico era una de las posiciones más disputadas, con lucha cuerpo a cuerpo. Ese día, la XII Brigada Internacional entró en combate, reemplazando a la XI Brigada. Muchas calles del barrio de Arguelles hasta la plaza de España se llenaron de barricadas. Se atacó intensamente el Palacete de Moncloa para ampliar la zona y reducir el efecto de las tropas que venían de El Pardo. El Palacete era importante por el fuego que se hacía desde allí a las tropas que cruzaban el río.
En la ciudad, se acumulaban miles de heridos del frente. El alcalde pidió permiso para excavar fosas comunes y enterrar a los muertos. Las tropas atacantes no podían evacuar a los heridos por la "pasarela de la muerte", y muchos morían en el campo de batalla. La Facultad de Filosofía y Letras fue escenario de intensos combates. Alemania e Italia reconocieron el 18 de noviembre al gobierno del general Franco. La Columna Durruti se preparó para asaltar el sótano y las primeras plantas del Hospital Clínico.
19 de noviembre: Durruti es herido
El 19 de noviembre, el silencio en los frentes de la Ciudad Universitaria se rompió por los gritos de dolor de los heridos. El Palacio de Liria fue afectado por los bombardeos. El batallón Garibaldi reemplazó al batallón Dabrowski en la cuenca del Manzanares, y el batallón Thälmann reemplazó al de André en la Ciudad Universitaria.
La lucha en el Hospital Clínico era caótica. Buenaventura Durruti, líder de la columna, se dirigió al lugar. A las 2:00 p.m., al salir de su coche, fue herido de muerte en la puerta del Hospital Clínico. Hay varias versiones sobre su muerte: una bala perdida del enemigo, una bala de sus propios hombres, un disparo de un miliciano comunista, o un disparo accidental de su propia arma. Su chófer, Clemente Cuyás, reveló sesenta años después que fue una muerte accidental.
El Hospital Clínico, en lo alto de una loma, se extendía tras una amplia zona de nadie. Los primeros edificios de Moncloa y Argüelles estaban a 400 metros. La conquista del Hospital Clínico y del cerro Garabitas se convirtió en una obsesión.
20 de noviembre: lucha en el Clínico
En la madrugada del 20, Durruti murió en el Ritz de Madrid, que se había convertido en un hospital de sangre. La noticia se ocultó al principio, pero el rumor se extendió rápidamente. Ricardo Sanz lo sustituyó. De los 1800 milicianos de Durruti, un tercio había muerto o estaba herido. El resto abandonó Madrid y regresó a los frentes de Aragón y Cataluña. Esa misma tarde, José Antonio Primo de Rivera fue sentenciado a muerte y fusilado en Alicante.
El combate en la Ciudad Universitaria se centró en el Hospital Clínico. La Brigada XII luchó hasta el 27 de noviembre, cuando fue reemplazada por la Brigada XI. Las tropas de Asensio fueron reforzadas y tomaron el Edificio de la Junta Constructora de la Universitaria. Se intentó un asalto a la Cárcel Modelo, pero las posibilidades se agotaban. Las calles de Argüelles estaban bloqueadas con parapetos, haciendo imposible el asalto por la ciudad. Los asaltos al Hospital Clínico se convirtieron en una lucha por sus pasillos y quirófanos.
21 de noviembre: cese del avance
Casi tres mil atacantes se concentraron en la orilla izquierda del Manzanares, en los edificios tomados de la Ciudad Universitaria. La lucha era tan intensa que muchas unidades se desmoronaron. Vicente Rojo anunció a la Junta de Defensa de Madrid que escaseaban las municiones. La Casa de Velázquez ardió y el Hospital Clínico fue retomado. El 21, las posiciones se fijaron y no hubo más avances significativos por parte de las tropas atacantes. La Junta de Defensa de Madrid sintió que había detenido el frente. A pesar de todo, los asaltos y contraofensivas continuaron.
22 de noviembre: combate en el río
Tres cuartas partes de la Ciudad Universitaria estaban en poder de las fuerzas atacantes. La batalla por Carabanchel se libró casa por casa, piso por piso. La confusión era tal que no se conocían las demarcaciones. Las escaramuzas tácticas se agotaban poco a poco en todos los frentes. En el frente de Usera, el 22 de noviembre, murió el escultor Emiliano Barral como miliciano. El fotógrafo Robert Capa regresó a Madrid. Se empezó a fortificar la segunda línea defensiva de la ciudad.
La reunión de Leganés
El 23 de noviembre, se celebró una importante reunión en el Cuartel de Ferrocarriles de Leganés. Asistieron Franco, Mola, Saliquet y Varela. El objetivo era revisar la situación. Se planteó una nueva estrategia: renunciar al ataque frontal a la ciudad y dejar de tomar Madrid como primer objetivo. Esto significaba estabilizar el frente y aceptar una prolongación de la Guerra Civil, que se convertiría en una guerra de desgaste. Esta reunión significó que la batalla de la Ciudad Universitaria dejó de ser un "empuje frontal" y se convirtió en un frente permanente. La "Defensa de Madrid" se trasladaría a nuevos escenarios al noroeste de la ciudad. La idea de aislar Madrid mediante maniobras de cerco llevó a las batallas de la carretera de La Coruña (diciembre de 1936), la batalla del Jarama (febrero de 1937) y la batalla de Guadalajara (marzo de 1937). Franco decidió mantener sus fuerzas en las posiciones más avanzadas que habían alcanzado. El centro de mando avanzado de las tropas atacantes se situó en la Escuela de Arquitectura. El mantenimiento del frente dio lugar a una nueva forma de guerra: la guerra de minas.
Establecimiento del «Sector de Vanguardia»
Después del 23 de noviembre, la batalla se convirtió en una resistencia con tácticas de guerra estática. Se empezaron a cavar trincheras y a fortificar posiciones. La zona del ejército atacante se comunicaba con la retaguardia de la Casa de Campo a través de la pasarela de la muerte. Las tropas atacantes se quedaron con el Hospital Clínico, el Asilo de Santa Cristina, el Instituto de la Higiene, la zona de Residencias, las Escuelas de Agrónomos y Arquitectura, la Casa de Velázquez y el Palacete de la Moncloa. La intensidad de la batalla continuó en algunos sectores.
El Instituto Rubio y el Instituto de la Higiene quedaron completamente destruidos. La construcción de trincheras en ambos bandos se puede ver en mapas específicos de 1940.
Cambio de estrategia atacante
En los días posteriores al 23 de noviembre, el objetivo de las ofensivas cambió. Ahora se buscaba aislar la capital cortando las comunicaciones por el Oeste, atacando a lo largo de la carretera de La Coruña. Los combates en la Carretera de la Coruña se desarrollaron en dos fases a finales de 1936. En ambas batallas, las tropas de Varela ganaron fuerza táctica, protegiendo su flanco izquierdo de los ataques republicanos. Se colocaron cañones antiaéreos en Pozuelo y Aravaca, lo que obligó a la aviación republicana a volar más alto.
El avance sobre Madrid se frenó en el Jarama en febrero de 1937 y en Guadalajara en marzo de 1937. La batalla en la Ciudad Universitaria disminuyó en intensidad, pero continuó hasta el final de la Guerra. Algunas tropas fueron trasladadas, y la defensa de la Ciudad Universitaria fue encargada a otras unidades.
La Guerra de Minas
La estabilización del frente en la Ciudad Universitaria y Moncloa trajo una nueva forma de combate. Ambos ejércitos crearon un laberinto de trincheras y alambradas. Se construyeron más fortificaciones, refugios y caminos de evacuación. Las tropas atacantes se alojaban en una avanzadilla de la Ciudad Universitaria, con el Manzanares a su espalda, conectados por la "pasarela de la muerte". La distancia media entre los dos frentes era de unos cincuenta metros. Se situaron en las ruinas de edificios como el Clínico, el Asilo de Santa Cristina, el Instituto de la Higiene, las residencias universitarias, las Escuelas de Agrónomos y Arquitectura, la Casa de Velázquez y el Palacete. El resto de los edificios de la Ciudad Universitaria, como la Facultad de Filosofía, permanecieron en el lado republicano. A partir de este momento, el bando republicano construyó minas subterráneas para acercarse al bando atacante y volar sus instalaciones.
Una de las primeras explosiones ocurrió el 11 de diciembre de 1936 en el Hospital Clínico, dejando sepultados a cuarenta soldados. En enero de 1938, se repitieron las explosiones en el Clínico. En febrero, la actividad de Guerra de Minas se extendió al Parque del Oeste y al frente de Carabanchel. El 18 de marzo, seis minas estallaron simultáneamente en varios edificios. Las explosiones iban acompañadas de ataques intensos, pero las fuerzas defensoras los rechazaron. En agosto, las tropas atacantes comenzaron a construir contraminas. Esta nueva forma de combate se extendió a otros frentes.
A pesar de esta nueva forma de guerra subterránea, las explosiones en el Hospital Clínico continuaron. En junio y julio de 1937, explotaron varias minas. En agosto, nuevas explosiones en el Parque del Oeste y el Clínico dejaron enterrados a setenta soldados. En septiembre, los atacantes iniciaron ataques con minas en Odontología, y los defensores respondieron en Agrónomos. Se incorporaron compañías especializadas en guerra de minas. Las labores de escucha evitaron muchas acciones a finales de 1937.
Dos años de ataques
A principios de 1937, el frente de Madrid tenía 100 kilómetros de longitud. Era un frente completamente estático, con numerosas escaramuzas diarias. Era raro el día sin un pequeño ataque, disparos o lanzamiento de granadas. Las batallas en el Hospital Clínico se prolongaron hasta el 30 de noviembre. El bando atacante asignó a Rios Capapé el puesto de mando en la Facultad de Arquitectura. Se dividió la zona defensiva de la universidad en sectores y se fortificaron las trincheras.
El 10 de abril de 1937, las tropas republicanas realizaron un ataque generalizado a la zona llamada «Sector de Vanguardia». Intentaban comprobar la fortaleza de las defensas. Esto dio lugar a la batalla de la Cuesta de las Perdices.
Final de la Guerra Civil y la Ciudad Universitaria
La defensa de Madrid duró hasta el 28 de marzo de 1939, cuando el coronel Segismundo Casado entregó la ciudad a Franco. Muchas personas abandonaron Madrid en los días previos. El 27 de marzo, el coronel Eduardo de Losas Camañas avanzó sus líneas, ocupando el puente de los Franceses, los edificios de Odontología, Medicina y Farmacia, y parte del Parque del Oeste. Llegó al paseo de Rosales, la Cárcel Modelo y el Estadio Metropolitano. El 28 de marzo, se ocuparon varios edificios públicos. El 29 de marzo, las divisiones atacantes entraron por la Ciudad Universitaria, el puente de Toledo y la Carretera de La Coruña. Al terminar la guerra, se consideró la posibilidad de dejar la Ciudad Universitaria como un campo de recuerdo de los años de lucha.
Estado de la zona
Muchos edificios del campus sufrieron graves daños debido a la intensidad del combate. Edificios como la Fundación del Amo y el Asilo de Santa Cristina fueron destruidos. El Instituto Rubio también fue completamente destruido. Las fotos muestran que la mayoría de los edificios antiguos de ladrillo desaparecieron, mientras que los de hormigón armado resistieron. Los informes posteriores indicaron que la destrucción fue mayor por la acción directa del hombre que por los impactos de las armas.
Algunos edificios de hormigón armado resistieron la artillería, como la Residencia de Estudiantes, el Pabellón de la Junta y el Hospital Clínico. Sufrieron daños parciales, pero pudieron ser reconstruidos en 1940. El material del interior de algunos edificios fue evacuado. Sin embargo, en las Facultades de Filosofía y Arquitectura, las bibliotecas no se evacuaron por completo, y su contenido sufrió graves daños. Aún hoy se pueden ver restos de metralla en algunos libros. A veces, los libros se usaban como parapeto. Solo una quinta parte de los libros pudo ser rescatada y trasladada al Hospital de Santa Cruz de Toledo.
La Facultad de Filosofía y Letras tenía una enorme biblioteca de 150.000 volúmenes. Hay muchos relatos de brigadistas que confirman el uso de la biblioteca para defensa en las primeras semanas. A partir del día 23, se realizaron operaciones de rescate de libros. Durante 1937 y 1938, se intentó recuperar miles de libros de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Escuela de Arquitectura. Hoy en día, muchos libros de estos fondos muestran rasgaduras y daños.
Restauración de la zona

Después de la Guerra, la restauración de la zona quedó en segundo plano durante meses. Algunos pensaron que los edificios debían permanecer como un símbolo de la violencia. Pero se decidió reconstruir la zona. El arquitecto Javier de Luque comenzó a diseñar planes de rehabilitación. Finalmente, el 10 de febrero de 1940, se creó la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria. Modesto López Otero y Pedro Muguruza Otaño fueron elegidos arquitectos restauradores. Después de un informe que indicaba un 40% de daños, se procedió a construir y restaurar las facultades y las residencias. Las primeras tareas de limpieza de escombros fueron lentas debido a la gran cantidad de explosivos sin detonar. El 12 de octubre de 1943, se celebraron eventos multitudinarios en la Ciudad Universitaria. En el barrio vecino de Argüelles, edificios como la Cárcel Modelo fueron demolidos.
A finales de 2008, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid realizó excavaciones en los restos de la Guerra Civil en el Campus de Moncloa. A pesar de la reconstrucción, aún quedan signos de la batalla en los edificios de Medicina, Odontología y Farmacia, donde se ven impactos de proyectiles. También se notan en la estatua de Federico Rubio y Galí y en los árboles cercanos al puente de los Franceses.
Reedificación y simbolismo

La zona de Moncloa, Argüelles y la Ciudad Universitaria quedó devastada después de la Guerra Civil. La intensidad de los bombardeos tenía como objetivo "allanar" la entrada a Madrid.
Al final de la Guerra, era necesario restaurar la zona y colocar símbolos de los ejércitos vencedores. Los restos de la Cárcel Modelo de Madrid fueron demolidos. La plaza de la Moncloa cambió su nombre a plaza de los caídos por Madrid. Esta plaza es una de las principales entradas a Madrid. Por esta razón, en 1942, se decidió construir un arco de triunfo para recordar la victoria. Así se levantó el Arco de la Victoria en la avenida principal de entrada a la capital. También se convocó un concurso en 1949 para un edificio-monumento en homenaje a los "caídos por Madrid", que hoy es la sede de la Junta Municipal del Distrito de Moncloa-Aravaca.
Participación internacional

El apoyo internacional fue evidente en ambos bandos durante la batalla. Hubo intentos en 1936 para detener la intervención extranjera, como el Comité de No Intervención, pero fracasaron.
Tropas atacantes
El apoyo de Alemania se hizo efectivo con el envío de material bélico gracias a los acuerdos de Adolf Hitler. Desde el principio, la Legión Cóndor, fundada en noviembre, aportó fuerzas aéreas (Luftwaffe) que bombardearon Madrid y la zona de Moncloa, junto con la aviación italiana.
Brigadas Internacionales
El 8 de noviembre de 1936, la XI Brigada Internacional, compuesta por 2500 hombres al mando de Emilio Kléber, desfiló por la Gran Vía de Madrid. Después, pasó la XII Brigada Internacional, con 1600 hombres al mando de «Lukács». En total, casi cuatro mil hombres. Una parte se dirigió a la Estación del Norte y otra a posiciones en la Ciudad Universitaria y la carretera de la Coruña. La fecha exacta de su incorporación es debatida, pero se sabe que la XI Brigada se situó en la Ciudad Universitaria, el puente de los Franceses y el Parque del Oeste, entrando en acción al día siguiente.
El "bautismo de fuego" de las Brigadas Internacionales ocurrió el día 9, defendiendo el puente de Castilla. El batallón Edgar André defendió el puente varias veces, obligando a los enemigos a retroceder. A pesar de los ataques, la penetración de las tropas atacantes por el vado cercano al puente de los Franceses convirtió el campus en un campo de lucha que involucró completamente a las brigadas. El 20 de noviembre, la XI Brigada fue relevada por la XII debido al agotamiento. La Brigada XII luchó hasta el 27 de noviembre, cuando fue reemplazada de nuevo por la Brigada XI, reforzada con nuevos efectivos. Algunos autores mencionan cómo la Columna de París, ocupando Filosofía y Letras, usaba libros, mesas y bancos como parapetos.
Batalla en la cultura popular

Los medios de la época, como el cine y la prensa, informaron sobre la batalla. En la prensa nacional e internacional, no solo había artículos, sino también tiras cómicas, fotografías y mapas ilustrados. Cada bando usaba el contenido gráfico como propaganda. En el Madrid de la época, la batalla en el campus se llamaba «el puchero» por el sonido lejano de los disparos, que recordaba a una olla hirviendo. Algunos momentos de la batalla se recrean en un juego de ordenador llamado: 1936, España en llamas.
Cine
A finales de 1936, el frente de la Ciudad Universitaria atrajo la atención de los medios españoles e internacionales. La resistencia y el heroísmo de ambos bandos generaron mucha información. Entre las apariciones de esta batalla en el cine se encuentran:
- El director holandés Joris Ivens y Ernest Hemingway trabajaron juntos en marzo de 1937 en el documental The Spanish Earth (estrenada en español como Tierra española). En ella se destaca la intervención de los brigadistas en la Ciudad Universitaria.
- La batalla de la Ciudad Universitaria se mostró en el noticiario de Hearst Metrotone News, el 10 de febrero de 1937, bajo el título: War, Cité Universitaire, Madrid, Spain.
- El director Edgar Neville dirigió en 1938 el documental de catorce minutos La Ciudad Universitaria, que describe aspectos de la batalla desde el bando atacante.
- El noticiario español de junio de 1938 menciona la batalla de Madrid, incluyendo el frente universitario.
- Existe documentación filmada antes de la batalla que muestra el estado un año antes del conflicto, al inaugurar el Colegio López Otero el 10 de abril de 1935.
Novela
La situación de combate ha inspirado varias novelas españolas sobre el periodo 1936-1939. Una de ellas que refleja el ambiente madrileño y la lucha en el campus es la tercera entrega de la trilogía de Arturo Barea: La forja de un rebelde. Entre la novela española posterior a 1939 se encuentra La Ciudad de Arena (2009) de Pedro Corral, ambientada en la batalla de Madrid. Más relacionada es la novela corta Cada cien ratas un permiso (marzo de 1939) de Pedro Álvarez, que narra la vida cotidiana en las trincheras. El escritor Juan Eduardo Zúñiga en 1980 escribió Largo noviembre de Madrid como parte de una trilogía sobre la defensa de Madrid.
Canciones
Muchas canciones de la época se crearon en ambos bandos como propaganda y para levantar la moral de los combatientes. Una de las canciones populares republicanas celebra la defensa del puente de los Franceses. Esta canción tiene su contraparte en otros frentes con variantes como el paso del Ebro, como analogía del cruce del Manzanares el 15 de noviembre.