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Flora de Cantabria para niños

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Bosque de hayas en las estribaciones del puerto de Piedrasluengas, en Liébana.

La flora de Cantabria es el conjunto de todas las plantas que crecen en esta región. Su diversidad se debe a tres razones principales: el clima, el tipo de suelo (que depende de las rocas) y cómo han evolucionado las plantas a lo largo del tiempo.

Cantabria se encuentra en un punto especial entre dos grandes regiones de vida vegetal. La mayor parte de su territorio pertenece a la región eurosiberiana, que es más húmeda y templada. Sin embargo, el sur de Cantabria forma parte de la región mediterránea, que es más seca y cálida. Esta mezcla hace que el paisaje vegetal de Cantabria sea muy rico, con plantas tanto atlánticas como mediterráneas, lo que enriquece sus diferentes ecosistemas.

¿Cómo se formó la vegetación actual de Cantabria?

Archivo:ColladosAson
Parque natural de los Collados del Asón.

La vegetación de Cantabria se adapta a dos tipos de terreno. Por un lado, están las rocas calizas, como en Peña Cabarga o los Picos de Europa. Aquí, el suelo es poco profundo y hay muchas rocas a la vista. Las plantas que crecen en estos lugares se llaman calcícolas y están adaptadas a este tipo de suelo. Son muy parecidas en toda la región, pero abundan más en el este.

Por otro lado, hay rocas de tipo ácido, como areniscas o arcillas, que no aportan muchos nutrientes al suelo. En estos terrenos crecen plantas acidófilas, típicas de las montañas altas de la cordillera Cantábrica, y son las más comunes en la región.

Otro factor importante en la formación de la vegetación actual es su historia a lo largo de los siglos. Las glaciaciones y los periodos cálidos entre ellas cambiaron mucho la flora de Cantabria. Hubo épocas muy frías, con vegetación parecida a la tundra, y épocas más cálidas, donde los bosques templados de árboles que pierden sus hojas (caducifolios) se extendían por todo el territorio.

Se cree que hace unos 3.000 años, la vegetación de Cantabria empezó a parecerse a la actual. En ese momento, predominaban los bosques de árboles caducifolios, junto con algunos bosques mediterráneos de árboles que mantienen sus hojas todo el año (perennifolios). Estos bosques cubrían la región desde el nivel del mar hasta los 1.700-1.900 metros de altitud, que es el límite donde pueden crecer árboles en Cantabria.

Hoy en día, solo queda una pequeña parte de esta vegetación original en los lugares más difíciles de alcanzar. En el resto del territorio, la actividad humana ha transformado los bosques, dando lugar a zonas de matorrales, pastizales y praderas, que se usan para alimentar al ganado.

Para entender mejor el paisaje vegetal, se divide en "pisos bioclimáticos", que son como escalones según la altitud. En Cantabria hay cuatro pisos: el colino, el montano, el subalpino y el alpino, este último solo en las cumbres de los Picos de Europa.

Piso Colino: La zona más cercana al mar

El piso colino se extiende desde el nivel del mar hasta unos 500-600 metros de altitud. Aquí, el paisaje está dominado por los prados de siega, que son campos de hierba que se cortan para alimentar al ganado. Estos prados fueron creados por el ser humano, reemplazando los antiguos bosques templados que cubrían la zona. Esta área es la más transformada por la actividad humana, ya que aquí vive la mayor parte de la población y se encuentran muchas infraestructuras, por lo que sus ecosistemas están bastante modificados.

Las plantas de esta zona costera incluyen las de la costa (playas y dunas, acantilados y marismas), los prados de siega, los bosques mixtos caducifolios, los encinares, los bosques de ribera y las plantaciones de eucalipto.

Dunas: Montañas de arena con vida

Archivo:DunasLiencres
Dunas de Liencres.

Las dunas costeras son ecosistemas muy especiales y en peligro en Cantabria. Las plantas que viven aquí son únicas de estos lugares, y si desaparecen, se perderían para siempre.

Cerca del mar, donde la marea deposita arena, empiezan a crecer las primeras plantas pioneras. En Cantabria, estas incluyen la grama del norte (Elymus farctus), el espinardo (Salsola kali), el rucamar (Cakile maritima) y la arenaria (Honkenya pelopides).

Más hacia el interior, donde la influencia del mar es menor, la arena forma cordones más altos. Aquí, la duna se estabiliza gracias a plantas como el barrón (Ammophila arenaria), que con sus raíces ayuda a fijar la arena. Otras plantas de esta zona son el cardo marino (Eryngium maritimun) o la lechetrezna (Euforbia paralias).

En las zonas más protegidas de la playa, la arena se asienta en grandes llanuras cubiertas por plantas menos especializadas. Aquí se mezclan especies de arenal con otras que aprovechan la oportunidad. Son comunes las praderas de Festuca rubra y Lolium perenne. También aparecen la linaria marítima (Linaria maritima) y la algodonosa (Otanthus maritimus).

Cantabria tiene el campo de dunas más grande del Cantábrico, las Dunas de Liencres. Este lugar es un parque natural y una joya ecológica por el gran tamaño de sus dunas y su buen estado de conservación. Sin embargo, está amenazado por proyectos de construcción cercanos.

Flora Litoral: Vida en los acantilados

Archivo:Acantilados de Toñanes, senderismo de costa en Cantabria. Turismo Rural Cantabria.
Acantilados de Toñanes y la cascada del Bolao.
Archivo:PNLiencres
Flora de acantilados en el parque natural de las Dunas de Liencres.

Las costas de Cantabria, con sus acantilados verticales, albergan plantas adaptadas a la cercanía del mar, al igual que las dunas. Estas plantas crecen en dos tipos de rocas: las calizas duras y las margas y areniscas, que son más blandas y permiten un mayor desarrollo del suelo.

La primera franja de vegetación, la más cercana al mar, tiene plantas herbáceas que crecen en las grietas de las rocas, como el hinojo de mar (Crithmum maritimum) o el llantén marino (Plantago maritima). En grietas más protegidas se encuentra el helecho marino (Asplenium marinum).

Al subir por el acantilado, la vegetación se vuelve más abundante. Además de las especies anteriores, aparecen la armenia (Armenia maritima) y el espliego marino (Limonium lanceolatum). Las zonas donde no pueden crecer plantas más grandes son colonizadas por líquenes.

En las zonas más llanas, donde la vegetación se asienta con más facilidad, aparecen nuevas especies como la zanahoria silvestre (Daucus carota ssp. gummifer) o la angélica (Angelica pachycarpa), junto con pequeñas praderas de hierbas.

Finalmente, en zonas elevadas y más alejadas del mar, crecen matorrales de brezo (Erica vagans), genista (Genista occidentalis) y tojo (Ulex europaeus).

Rías y marismas: Humedales llenos de vida

Archivo:Zones littorales de Cantabrique
Vegetación halófila de marisma (Cantabria).

Las marismas son lugares de gran interés científico porque tienen la mayor variedad de seres vivos de todos los ecosistemas de Cantabria. En Cantabria, las marismas están bien desarrolladas, como en el parque natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel o en la ría de la Rabia. Al igual que las dunas, su conservación está amenazada por la construcción en sus alrededores.

Las plantas de las marismas forman grupos complejos que se distribuyen de forma variada, dependiendo principalmente de la cantidad de sal en el agua.

En las zonas más inundadas por el mar, las marismas de Cantabria tienen praderas de Zostera marina y Zostera noltii, ambas especies en peligro de extinción en Europa. Cerca del nivel más bajo de las mareas aparece la espartina (Spartina spp.) y más atrás las salicornias (Salicornia spp.). Finalmente, en las zonas más alejadas del mar, con menos influencia de agua salada (como las desembocaduras de ríos), aparecen los juncales y cañaverales de Juncus spp. y carrizo (Phragmites australis).

Prados de siega: Campos para el ganado

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Prados de siega en el municipio de Valdáliga.

Fuera de la costa, el paisaje está dominado por los prados de siega, que se usan intensivamente. En ellos crecen gramíneas forrajeras como Lolium perenne y leguminosas como los tréboles (Trifolium pratense). Estos prados cubren la mayor parte de la región, con pocos árboles en sus bordes y casi sin setos que separen las fincas.

Bosques mixtos caducifolios: Los bosques originales

En valles y lugares de difícil acceso por su pendiente, se encuentran los pocos restos de los bosques originales de este piso colino: los bosques mixtos (con muchas especies de árboles que pierden sus hojas). Están formados por una mezcla de árboles, donde predomina el roble común (Quercus robur), acompañado de fresno (Fraxinus excelsior), arce (Acer pseudoplatanus), abedul (Betula celtiberica), tilo (Tilia spp.) y castaño (Castanea sativa). También hay muchos arbustos grandes como el avellano (Corylus avellana) o el laurel (Laurus nobilis), mezclados con lianas y epífitas.

Estos bosques, con una gran variedad de plantas en su parte baja, ocupaban los mejores suelos. Por eso, han sido eliminados para crear cultivos. Son las masas forestales más transformadas y, por lo tanto, las más importantes para restaurar.

Encinares: Bosques mediterráneos en Cantabria

Dentro del piso colino, sobre las rocas calizas, crece un tipo de bosque muy interesante llamado encinar cántabro. Este bosque está formado por especies mediterráneas, donde la encina (Quercus ilex) es la más común, junto con laurel (Laurus nobilis) y madroño (Arbutus unedo). Todas estas plantas tienen hojas perennes (que no se caen en otoño), y se mezclan con especies atlánticas como el avellano. Estos encinares, que están fuera de su clima ideal, necesitan suelos con cierta sequedad, por lo que se refugian en las rocas calizas, que son muy permeables.

Los mejores encinares se encuentran en el valle del Asón y en el Valle de Aras. En la costa, destaca el encinar del Monte Buciero en Santoña, que es el más importante del norte de la península por su tamaño y su contacto con las plantas de acantilado.

En los valles con veranos muy secos, como los de Liébana, donde el clima es más mediterráneo, aparece la carrasca (Quercus ilex ssp. rotundifolia). Los carrascales se encuentran en Valderredible y, sobre todo, en Liébana.

Bosques de ribera: La vida junto a los ríos

Los bosques de ribera en Cantabria están formados principalmente por alisos (Alnus glutinosa). Las alisedas son casi los únicos bosques de ribera en las zonas bajas de Cantabria. En las zonas más altas, donde el aliso no puede vivir, aparecen otros tipos de bosques junto a los ríos.

En las alisedas, además del aliso, hay muchos otros árboles y arbustos, y una rica capa de plantas herbáceas. Otros árboles comunes son los olmos (Ulmus glabra) y fresnos (Fraxinus excelsior). También se encuentran sauces (Salix spp.), y a veces hayas y robles.

Archivo:RioAsonArredondo
Vegetación de ribera en el río Asón, en el municipio de Arredondo.

El estrato de arbustos está dominado por los sauces pequeños, de los que Cantabria tiene muchas especies. Otros arbustos comunes son el cornejo (Cornus sanguínea) o el bonetero (Euonymus europaeus), que junto con diversas zarzas y lianas (Hedera helix) caracterizan estos bosques.

En la capa de hierbas, destacan Carex remota o C. pendula, junto con plantas como la ortiga (Urtica dioica), que se benefician de los restos que dejan las crecidas del río.

En Cantabria, las alisedas se concentran en las zonas medias y bajas de los ríos de la vertiente cantábrica y en el Ebro. Sin embargo, el Camesa, que va hacia la cuenca del Duero, no tiene alisedas, probablemente por la altitud de las zonas por las que pasa.

Otra formación junto a los ríos son las saucedas arbustivas, que son las primeras plantas en crecer entre el río y las alisedas. También aparecen cuando se elimina una aliseda, y son la vegetación principal en las riberas de montaña donde no hay alisedas por la altitud (generalmente por encima de los 1.000 metros).

Eucaliptales: Plantaciones para la industria

En las zonas bajas de Cantabria, entre el nivel del mar y los 300 metros de altitud, se ha destruido mucha vegetación nativa para plantar artificialmente los eucaliptales. Estas grandes extensiones de una sola especie, el eucalipto australiano (Eucalyptus globulus), se plantan para obtener madera para la producción de pasta de papel.

Estas plantaciones han cubierto una superficie enorme, superando los límites aceptables. Tienen un impacto negativo en los suelos, el agua subterránea y la pérdida de biodiversidad, especialmente en algunas zonas como Guriezo. Los eucaliptales son cultivos industriales, no bosques naturales.

Aunque algunos estudios de la Dirección General de Montes indican que hay regeneración de especies nativas bajo los eucaliptales, el tipo de plantación y la falta de cuidado hacen que estas plantas nativas no prosperen.

Piso Montano: Los bosques de montaña

El piso montano en Cantabria se encuentra, de forma aproximada, entre los 500 y los 1.600 metros de altitud. A esta altura, las plantas que necesitan más calor desaparecen por las heladas, y los bosques son más uniformes, con menos variedad de especies.

El paisaje vegetal del piso montano es diferente al colino. Aquí, los prados de siega son mucho menores y predominan los matorrales, que son el resultado de la degradación de los antiguos bosques que cubrían las laderas. Estos bosques solo quedan en zonas aisladas, generalmente en las cabeceras de los valles y en laderas muy empinadas, de difícil acceso para el ser humano.

Las comunidades vegetales de este nivel incluyen diferentes tipos de robledales, los hayedos, los abedulares, los alcornocales y los brezales (que se forman cuando los bosques se degradan).

Robledales de roble común (cajigales)

El robledal de roble común o cajiga (Quercus robur) crece en Cantabria hasta los 1.000 metros de altitud. En estos bosques también hay fresnos (Fraxinus excelsior), tilos (Tilia spp.) o castaños (Castanea sativa), y muchos arbustos como el acebo (Ilex aquifolium) o el avellano (Corylus avellana). En la parte baja del bosque son comunes diversos tipos de helechos y muchas plantas herbáceas.

Este tipo de bosque ha disminuido mucho debido a su uso para la construcción naval en los siglos XVI y XVII, y como combustible para las ferrerías. Por eso, su poca y fragmentada distribución puede poner en peligro su existencia. Los últimos cajigales importantes en Cantabria se encuentran en la zona que separa los valles del Saja y del Besaya.

Robledales de roble albar (Quercus petraea)

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Robledal joven en las inmediaciones de Navamuel (Valderredible).

El robledal de roble albar (Quercus petraea) reemplaza a los cajigales en las zonas más altas, en territorios más interiores y alejados del mar, con clima continental. Se extienden hasta los 1.700 metros de altitud, preferentemente en laderas soleadas. Junto al roble albar, aparecen hayas (Fagus sylvatica) y serbales (Sorbus aucuparia). El estrato de arbustos está compuesto principalmente por brezos y escobas, mezclados con acebos y avellanos.

Este tipo de bosque se encuentra en los valles interiores del sur y oeste de Cantabria, desde Liébana y Polaciones hasta Campoo, la cuenca alta del Saja y Valderredible, donde el monte Hijedo es el mejor conservado.

Robledales de rebollo (Quercus pyrenaica)

Los robledales de rebollo o tocíu (Quercus pyrenaica) son comunes en la vertiente norte de la cordillera Cantábrica, especialmente en las zonas más secas de los valles donde los hayedos o los robledales de albar no pueden crecer por su mayor necesidad de agua. Se distribuyen desde los 700 hasta los 1.400 metros de altitud. Otras especies de árboles que los acompañan son el fresno (Fraxinus excelsior) o el arce (Acer campestre).

Aunque hay pequeños grupos de este bosque por toda la región, los mejores ejemplos se encuentran en las laderas de Peña Sagra.

Robledales de quejigo (Quercus faginea)

Los robledales de roble carraspizo o quejigo (Quercus faginea) son bosques típicamente mediterráneos y muy poco comunes en la cordillera Cantábrica. En Cantabria solo aparecen algunos bosques aislados en lugares con condiciones climáticas especiales, como en Liébana o Campoo-Los Valles. Siempre crecen sobre suelo calizo en laderas poco inclinadas y soleadas, entre 700 y 1.000 metros de altitud.

La mejor representación de este tipo de bosque en Cantabria se encuentra en el monte La Robleda, en Villacantid (Hermandad de Campoo de Suso).

Hayedos: Los bosques mejor conservados

Los bosques de haya (Fagus sylvatica) son el ecosistema forestal mejor conservado de Cantabria. Crecen preferentemente entre los 800 y los 1.600 metros de altitud, en zonas con nieblas frecuentes y mucha lluvia. En Cantabria hay tres tipos de hayedos, según las características del suelo.

Primero, los hayedos oligótrofos, que crecen en suelos ácidos. En su etapa madura, son bosques densos de hayas, con pocas otras especies de árboles. En la parte baja, crecen plantas acidófilas como el arándano (Vaccinium myrtillus).

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Hayedo en las estribaciones del puerto de Piedrasluengas (Pesaguero).

En segundo lugar, los hayedos umbrófilos y basófilos, que crecen en zonas con mucha agua pero sobre suelos calizos. Estos hayedos son muy comunes en las grandes montañas calizas del este de la región.

Por último, los hayedos más escasos son los erófilos, que se encuentran en terrenos calizos pero en laderas muy empinadas y soleadas, al sur de la región.

Los hayedos son bosques donde la especie dominante (el haya) deja pocas oportunidades a otros árboles y generalmente no tienen una capa de arbustos muy desarrollada. La capa de hierbas es uniforme y poco densa, debido a la poca luz que llega al suelo.

Los hayedos más grandes de Cantabria se encuentran en Campoo, las cabeceras del Nansa y Saja y, sobre todo, en Liébana.

Abedulares: Bosques de altura

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Hayedo del Umbrañal (La Lomba).

Los abedulares crecen entre los 1.600 y los 2.000 metros en el oeste de Cantabria, por encima del límite donde crecen otros bosques caducifolios. Los bosques de abedul (Betula celtiberica) crecen en suelos ácidos muy pobres en zonas con mucha lluvia. Junto al abedul, hay pocos ejemplares de serbal (Sorbus aucuparia) y alguna haya aislada. La parte baja del bosque está ocupada por especies típicas de la alta montaña cantábrica como brezos y arandaneras (Vaccinium myrtillus).

Los abedulares mejor conservados en Cantabria se encuentran en las cabeceras de los ríos Deva, Nansa, Saja e Híjar.

Alcornocales: Tesoros mediterráneos

Entre el piso montano y el colino, y siempre sobre suelos silíceos, aparecen los muy escasos alcornocales que existen en Cantabria, todos ellos en Liébana. El alcornoque (Quercus suber) es una especie típica de la región mediterránea que no soporta climas fríos o muy secos, y aparece en Cantabria como un resto de épocas pasadas. El alcornoque está acompañado por muchos arbustos como madroños (Arbutus unedo) y endrinos.

Los mejores alcornocales son los de Tolibes y Valmayor, en Valmeo (Vega de Liébana), y el que se extiende desde Frama hasta Cahecho (Cabezón de Liébana).

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Brezales mixtos de Calluna vulgaris en Campoo.

Brezales: Matorrales de montaña

Los brezales o landas son las formaciones más comunes en los paisajes montanos de la región. Aparecen cuando se elimina el bosque caducifolio para crear pastos, ya sea cortando los árboles o, más a menudo, mediante incendios provocados.

Estas formaciones, dominadas por diferentes especies de brezo, tienen una gran variedad de plantas, con muchas especies de flora endémica (que solo crecen allí), como Erica mackaiana o Calluna vulgaris. Se consideran hábitats importantes para la Unión Europea.

Piso Subalpino: Las alturas intermedias

El siguiente piso bioclimático, el subalpino, se encuentra en Cantabria a partir de los 1.600-1.700 metros de altitud, aunque estas alturas pueden variar. Está presente en las cumbres de los Picos de Europa y en el oeste de la cordillera Cantábrica. Las principales formaciones de este estrato en Cantabria son los pastizales, los diferentes tipos de matorrales de alta montaña y las turberas.

Archivo:Sejos
Puertos de Sejos.

Pastizales: Alimento para el ganado de altura

Los pastizales de alta montaña, llamados brañas, son la vegetación natural en las zonas más altas de Cantabria. Están adaptados a largos periodos cubiertos de nieve, y su composición de plantas depende mucho del tipo de suelo. Cubren los puertos naturales que se forman entre las grandes masas de roca en las cumbres de la región. Generalmente van acompañados de matorrales típicos de la montaña cantábrica (brezos y retamas).

Existen varios tipos de pastizales, con muchas especies endémicas, como Helianthemum urrielense.

Los pastizales de altura son el alimento del ganado en nuestros puertos de montaña durante el verano (puertos de Sejos, Áliva).

Matorrales de alta montaña: Arbustos resistentes

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Matorrales de alta montaña en Campoo.

En las montañas calizas, que a estas altitudes se reducen al macizo de los Picos de Europa, crecen enebrales, dominados por el enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina). Este enebro se refugia en las rocas y crestas pedregosas, en lugares que están cubiertos por la nieve durante poco tiempo. En las zonas silíceas también aparecen especies acidófilas como arandaneras (Vaccinium myrtilus) o brezos (Calluna vulgaris).

En estos paisajes subalpinos, los aulagares están muy desarrollados. Son comunidades dominadas por la aulaga (Genista occidentalis), acompañada de otra especie endémica de la cordillera Cantábrica, la Genista legionensis.

En la alta montaña de Cantabria se desarrollan dos tipos de brezales: los de brezo rojo (Erica australis subsp. aragonensis) y los de brecina (Calluna vulgaris), aunque a veces se mezclan.

Finalmente, en las zonas de transición entre los bosques y la alta montaña, crecen los piornales formados por Genista florida o Cytisus cantabricus.

Turberas: Humedales únicos

En los territorios subalpinos con suelos silíceos y mucha humedad, hay un número considerable de turberas. Estas se consideran de interés prioritario por la Directiva Hábitat, y están formadas por diferentes especies de esfagnos (Sphagnum spp.) que crecen en terrenos encharcados. En estas turberas se encuentran especies exclusivas de estos lugares, como Carex nigra subsp. carpetana o la planta carnívora Drosera rotundifolia. La extensión de las turberas en Cantabria es muy pequeña, destacando las que se encuentran en los Puertos de Río Frío (Vega de Liébana).

Piso Alpino: Las cumbres más altas

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Pastizales de alta montaña en Tresviso.

El último piso bioclimático en Cantabria es el alpino, que solo se encuentra en las cumbres más altas de los Picos de Europa y Peña Prieta. En estos lugares, a partir de los 2.200 metros de altitud, la abundante nieve y el terreno escarpado impiden que se desarrolle el suelo. Por lo tanto, no pueden crecer plantas leñosas (árboles o arbustos grandes). La vegetación principal en estos ambientes alpinos es un pastizal natural que varía mucho según el tipo de suelo. Sobre suelos calizos, que son los más comunes en Cantabria, aparece un pastizal denso y muy característico. En suelos que permanecen cubiertos de nieve por mucho tiempo, sobre suelos más ácidos (solo en la cumbre de Peña Prieta), los pastizales están formados por especies como Festuca eskia.

Finalmente, sobre las rocas de las paredes rocosas, aprovechando las grietas y pequeños salientes donde se acumula algo de suelo, crecen especies pequeñas de gran importancia ecológica. En estos ambientes destacan especies endémicas como Aster alpinus o Armeria cantabrica.

Especies de flora protegidas en Cantabria

Cantabria tiene un Catálogo Regional de Especies Amenazadas, que se regula por un decreto de 2008. Este catálogo incluye especies de flora que necesitan protección. Antes de esta ley, ya existían normas para proteger la flora, incluso las algas.

Cantabria fue la primera Comunidad Autónoma en crear una ley para proteger los árboles, la Ley 6/1984. En ella se establecen cuáles son las especies forestales nativas, como el roble común, el acebo, la encina, el haya, el castaño, el fresno, el arce, el tilo, el olmo, el abedul, el aliso, el tejo y el pino silvestre. También se creó la figura del Árbol Singular.

Una orden de 1986 declaró al tejo (Taxus baccata) como especie forestal protegida.

El Catálogo de Árboles Singulares de Cantabria, aprobado en 1986 y ampliado varias veces, es la única protección específica para especies vegetales en Cantabria. Incluye y protege 214 ejemplares de árboles de valor excepcional por su belleza, tamaño, edad, especie o su carácter simbólico.

Además, la Directiva Hábitat de la Unión Europea incluye una serie de especies de flora y fauna cuya conservación es prioritaria. Las especies de flora presentes en Cantabria que están incluidas en esta directiva son:

Archivo:Sequoiascorona
Secuoyas del Monte Cabezón, declaradas Monumento Natural.
Archivo:Wradicans
Woodwardia radicans.
  • Drepanocladus vernicosus
  • Sphagnum pylaisii
  • Culcita macrocarpa (Helecho real)
  • Trichomanes speciosum
  • Dryopteris corleyi (Helecho macho asturiano)
  • Woodwardia radicans
  • Rumex rupestris
  • Eryngium viviparum
  • Apium repens (Apio rastrero)
  • Soldanella villosa (Soldanela)
  • Limonium lanceolatum (Espliego marino)
  • Centaurium somedanum (Centaura)
  • Omphalodes littoralis
  • Veronica micrantha
  • Jasione lusitanica
  • Santolina semidentata
  • Centaurea borjae
  • Aster pyrenaeus (Estrella de los Pirineos)
  • Luronium natans (Llantén de agua flotante)
  • Narcissus pseudonarcissus nobilis (Narciso)
  • Narcissus cyclamineus (Narciso)
  • Narcissus asturiensis (Narciso asturiano)
  • Festuca elegans (Cañuela elegante)
  • Festuca summilusitanica

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Flora of Cantabria Facts for Kids

  • Bosques de la península ibérica
  • Vegetación de España
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Flora de Cantabria para Niños. Enciclopedia Kiddle.