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Guerra medieval para niños

Enciclopedia para niños

La guerra medieval se refiere a cómo se peleaban las batallas y conflictos durante la Edad Media. En esa época, la forma de luchar estaba muy ligada al control de lugares importantes como castillos y ciudades.

Antes se pensaba que los caballeros eran los más importantes en el campo de batalla, cargando y derrotando a la infantería (soldados a pie). Se creía que el poder de los caballeros terminó cuando la infantería empezó a usar armas de fuego y formaciones con piqueros y alabarderos. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Las tropas de infantería siempre fueron una parte clave de los ejércitos medievales. Luchaban cuerpo a cuerpo y también usaban armas a distancia como arcos y ballestas. La infantería era muy importante en los asedios contra fortalezas.

Las guerras medievales se basaban mucho en los asedios y en la "guerra de desgaste". Esta última consistía en ataques rápidos para saquear, llamados cabalgadas o algaradas. Con esto se buscaba debilitar al enemigo, conseguir botín o abastecer a las tropas. Las batallas grandes en campo abierto no eran muy comunes. Era más frecuente y decisivo tomar castillos y ciudades, evitando batallas que pudieran causar muchas pérdidas. A veces, los reyes incluso prohibían a sus ejércitos participar en batallas que pudieran ser muy arriesgadas. Cuando sí había una batalla campal, la victoria solía ser para el bando que mejor usaba a la infantería, la caballería y los arqueros, junto con la artillería primitiva. Otros factores importantes eran la moral de los soldados, el liderazgo del capitán, la disciplina y las tácticas, así como conocer bien el terreno.

Características de la guerra medieval

Archivo:Krak des chevaliers - artist rendering
El Krak de los Caballeros fue un punto importante para el control de Tierra Santa. En la Edad Media, la estrategia militar consistía fundamentalmente en dominar posiciones claves.

La estrategia militar en la Edad Media se centraba en controlar las fuentes de riqueza, lo que significaba que los ejércitos debían ocupar tierras. Al principio de la Edad Media, esto era casi siempre arrasar o defender campos y huertas, porque el dinero venía de la agricultura y la ganadería. Más tarde, en la Baja Edad Media, las ciudades crecieron y se hicieron centros de riqueza gracias al comercio (impulsado por las cruzadas) y la artesanía.

Lo más importante en las guerras medievales era tomar y controlar los castillos, ya que defendían las tierras y controlaban a la gente de los alrededores. Las ciudades también fortificaron sus muros al crecer, y así, en la Baja Edad Media, defender y conquistar ciudades se volvió más importante que controlar castillos.

Archivo:Siege of a city, medieval miniature
La mayor parte de las acciones bélicas de la guerra medieval consistía en el asedio de plazas fuertes.

Los ejércitos se movían para tomar fortificaciones importantes y destruir cosechas, o para evitar que el enemigo hiciera lo mismo. Las batallas en campo abierto solo ocurrían cuando se quería derrotar por completo al ejército enemigo o detener una devastación. Un ejemplo es la batalla de Lechfeld en el año 955, donde los germanos vencieron a los magiares de Europa Oriental, poniendo fin a sus ataques. Otros ejemplos conocidos son la batalla de Hastings en 1066, donde los anglosajones fueron derrotados por Guillermo el Conquistador y sus aliados en su intento de invasión. Después de esa batalla, los normandos dominaron Gran Bretaña. La victoria de los francos en Tours en 732 contra los sarracenos detuvo a los invasores.

Este tipo de movimientos fueron muy comunes en la Guerra de los Cien Años. Las batallas de Agincourt, Poitiers y Crécy, entre Francia e Inglaterra, fueron los mayores intentos franceses para detener las invasiones inglesas. Los franceses perdieron en las tres, y las invasiones continuaron. Sin embargo, el control inglés sobre Francia no fue permanente, y al final, los franceses ganaron la guerra. En Oriente Próximo, las Cruzadas fueron un intento de los cristianos de tomar y controlar puntos estratégicos en Tierra Santa. Aunque lograron tomar Jerusalén, los cruzados fueron finalmente expulsados.

Los ejércitos medievales

A diferencia de los ejércitos modernos, la organización de los ejércitos feudales era más sencilla. Hasta finales del siglo XV no había regimientos o divisiones permanentes. Los pueblos que invadieron el Imperio romano luchaban a pie con espadas y hachas. Estos grupos rara vez eran ejércitos organizados, sino más bien bandas armadas con pocas tácticas. Sus actividades militares buscaban principalmente conseguir alimentos y botín. Las batallas eran luchas cuerpo a cuerpo sin mucho orden. Con la llegada de Carlomagno, aparecieron los primeros ejércitos más organizados. El de los francos, creado por Carlos Martel y mejorado por sus sucesores, tenía infantería y caballería armada. La caballería pesada dio origen a los caballeros medievales que conocemos.

Con el feudalismo siglos después, cuando se convocaba un ejército feudal, los vasallos llegaban con sus caballeros, arqueros y hombres de armas. En el punto de reunión, las tropas se agrupaban según su función. Los caballeros marchaban con los escuderos y los arqueros con la infantería. Las unidades especiales, como ingenieros y artillería de sitio, solían ser expertos contratados. Un ejemplo es la artillería otomana usada en el bombardeo de Constantinopla, que fue manejada por mercenarios cristianos.

Desde el siglo XIV, los mercenarios (soldados pagados) eran muy respetados. Formaban compañías que eran contratadas por señores ricos o ciudades. Algunas de estas compañías se especializaban en un tipo de combate. Por ejemplo, en 1346, 2000 ballesteros genoveses lucharon para el rey de Francia en la batalla de Crécy. Otras compañías tenían soldados de todas las clases. Se les describía por el número de "lanzas" que tenían, donde una lanza equivalía a un soldado. Una compañía de 100 lanzas significaba cien combatientes. De este sistema viene el término "freelance".

Los ejércitos modernos permanentes comenzaron en 1439, cuando el rey Carlos VII de Francia creó las Compañías Reales de Ordenanza. Estaban formadas por caballeros o infantería, pagados con impuestos. Cada compañía tenía un número fijo de hombres, y el rey elegía su armadura y armas.

Organización de las batallas

La mayoría de las batallas tenían una disposición establecida. Ambos bandos se preparaban en el campo de batalla antes de empezar. No era común que los ejércitos se encontraran por sorpresa. Así, antes de cada batalla, todas las unidades se preparaban en el terreno, evitando el desorden. Los generales y señores que mandaban los ejércitos lo hacían para luego atribuirse el mérito de la victoria.

Las tácticas militares

Durante el siglo XIX, los expertos en guerra intentaron entender las campañas militares del pasado. Al aplicar a la Edad Media ideas de las guerras napoleónicas, se pensó que no había tácticas valiosas. Para algunos, la caída del Imperio Romano y el feudalismo significaron un retroceso en el arte de la guerra. Se decía que el coraje era más valorado que la disciplina, y que los ejércitos feudales eran arrogantes y poco inteligentes. Sin embargo, estudios más recientes muestran que los ejércitos medievales sí tenían principios tácticos y normas operacionales.

En la Alta Edad Media, las batallas eran luchas desordenadas entre grupos armados. Más tarde, evolucionaron a batallas más complejas. Esto se debió al desarrollo de diferentes armas y tipos de tropas, y a la mejora en su uso. Los ejércitos de la Alta Edad Media eran principalmente de infantería, ya que pocos pueblos tenían caballería pesada. Cuando la caballería pesada se desarrolló, los mejores ejércitos eran las hordas de caballeros. La infantería quedó para arrasar tierras y hacer el trabajo pesado en los asedios. Sin embargo, en el campo de batalla, la infantería corría riesgos. Los arqueros también eran útiles en los asedios, pero más vulnerables a la caballería en campo abierto.

En la Baja Edad Media hubo mucha originalidad táctica, mezclando la caballería tradicional con el auge de la infantería y la aparición de las armas de fuego.

A finales del siglo XV, los comandantes lograron establecer disciplina entre sus caballeros y cohesionar a sus tropas. En el ejército inglés, los caballeros respetaron a los arqueros después de que estos demostraran su valor en la Guerra de los Cien Años. La disciplina mejoró porque más hombres luchaban por dinero y menos por honor. En Italia, los soldados mercenarios se hicieron famosos por campañas largas con pocas bajas. Para entonces, los soldados de todos los rangos eran valiosos y no debían ser desperdiciados. Los ejércitos feudales que buscaban gloria se convirtieron en ejércitos profesionales, más interesados en vivir para disfrutar de su paga.

La caballería

Archivo:Le Combat des Trente (1857)
El Combate de los Treinta. Los caballeros solían actuar individualmente en busca del honor y la gloria, en ocasiones, en detrimento del plan de batalla establecido.
Archivo:Battle of crecy froissart
Un ejemplo de la conducta indisciplinada de los caballeros medievales es la batalla de Crécy, donde un ejército francés de 40 000 hombres fue vencido por 10 000 ingleses. La falta de paciencia de la caballería franca la llevó a cargar arrollando a sus propios ballesteros.

En los campos de batalla medievales, la caballería pesada era muy importante. Se organizaba en tres grupos o divisiones, que atacaban una tras otra. La primera oleada debía abrir paso o romper las líneas enemigas para que las siguientes pudieran avanzar. Si el enemigo huía, comenzaba la persecución de sus tropas en retirada. A menudo, los caballeros se movían individualmente, sin seguir el plan de su comandante. Su principal interés era la gloria y el honor, por lo que buscaban las primeras filas en los ataques. La victoria del ejército era un objetivo secundario para ellos. Los caballeros atacaban tan pronto como veían al enemigo, desbaratando la estrategia de su líder.

A veces, los líderes hacían que sus caballeros bajaran de sus caballos para controlar mejor sus ataques. Esto era bien recibido por la infantería, que tenía pocas esperanzas en el combate cuerpo a cuerpo. Esto aumentaba el ánimo de los soldados. Al luchar a pie, los caballeros, junto con los soldados de a pie, combatían detrás de estacas u otras defensas para frenar las cargas de caballería enemiga.

A finales de la Edad Media, el poder de la caballería pesada estaba al mismo nivel que el de la infantería y los tiradores. Ya se había demostrado que era inútil cargar contra una tropa disciplinada y bien posicionada. Las reglas de los combates habían cambiado. Las estacas, trincheras y otras trampas se usaban para protegerse de las cargas de caballería. Atacar una fila grande de piqueros y arqueros resultaba en muchas bajas para los caballeros. Por eso, se vieron obligados a luchar a pie o a esperar el momento preciso para atacar. Las cargas devastadoras de principios del período solo eran posibles si el enemigo rompía filas, huía, estaba desordenado o sin defensas.

Caballeros

Un caballero medieval era un soldado montado y acorazado, a menudo relacionado con la nobleza o la realeza. Aunque también podían venir de clases más bajas. El costo de su armadura, caballos y armas era alto. Esto, entre otras cosas, hizo que el caballero se convirtiera en una clase social diferente de otros guerreros, al menos en Europa Occidental. Durante las Cruzadas, las órdenes militares de caballeros lucharon en Tierra Santa.

Caballería pesada

La caballería pesada, con lanzas y otras armas de mano, fue muy importante en las batallas medievales. Estaba formada por caballeros ricos y nobles que podían pagar el equipo, y por los escuderos de los nobles. La caballería pesada podía marcar la diferencia entre la victoria y la derrota en muchas batallas. Sus cargas fuertes podían romper las líneas de la mayoría de las formaciones de infantería, lo que las hacía muy valiosas para todos los ejércitos medievales.

Caballería ligera

La caballería ligera estaba formada por jinetes con armas más ligeras, como lanzas, jabalinas o armas de proyectil como arcos o ballestas. Se usaba para explorar, para escaramuzas (pequeños combates) o para proteger los flancos del ejército. Muchos países desarrollaron sus propios estilos de caballería ligera, como los arqueros montados húngaros, los jinetes españoles, los ballesteros montados italianos y alemanes, y los currours ingleses.

La infantería

Durante la Alta Edad Media, la principal táctica de la infantería era acercarse al enemigo y atacarlo con hachas. Los francos usaban hachas arrojadizas llamadas franciscas. El poder de la caballería pesada, que apareció con Carlomagno, hizo que la infantería pasara a un segundo plano, sobre todo porque no estaba bien entrenada. En los primeros ejércitos feudales, la infantería estaba compuesta por campesinos mal armados y sin instrucción.

Archivo:Franziska
Distintos tipos de franciscas merovingias. Este tipo de hacha era característica de los pueblos germanos occidentales.
Archivo:Battle of Bannockburn - Bruce addresses troops
Los lanceros escoceses en la batalla de Bannockburn (1314). Escocia se valió de tropas de infantería con lanzas para derrotar a Inglaterra.

Las primeras defensas contra la caballería surgieron con los anglosajones. Consistían en colocar a los hombres juntos con los escudos unidos para formar una barrera que frenara a la caballería y los protegiera de los arqueros. Así lucharon los anglosajones en Hastings, y lograron detener el ataque de la caballería normanda. En zonas donde era difícil formar caballería pesada, como Escocia o Suiza, y en las ciudades independientes, la infantería volvió a ser importante. Encontraron formas de organizar ejércitos efectivos con muy poca caballería. Se demostró que los caballos no cargarían contra una barrera de estacas o lanzas. Una formación de lanceros podía detener a la caballería noble, y por un costo mucho menor que mantener caballería pesada.

Los escoceses usaron círculos de lanceros durante las guerras de independencia a finales del siglo XIII. William Wallace la usó en Falkirk y Robert Bruce en Bannockburn. Descubrieron que esta formación, llamada schiltron, era muy efectiva. Robert Bruce solo presentó batalla a los caballeros ingleses en zonas pantanosas, lo que dificultaba las cargas de sus enemigos.

Los suizos ganaron fama en el combate con picas. Se puede decir que revivieron la antigua falange macedonia de Alejandro Magno y se hicieron muy hábiles con armas largas de palo. Su táctica era formar un escuadrón de piqueros. Las cuatro filas exteriores sostenían las picas a la misma altura, apuntando hacia abajo. Esto creaba una defensa eficaz contra la caballería. Las filas de atrás usaban armas de palo para atacar a los enemigos que se acercaban. Los suizos se especializaron tanto que podían moverse sin romper la formación con bastante rapidez, lo que los convirtió también en una tropa de ataque.

La única forma eficaz de romper los cuadros compactos de piqueros era la artillería, principalmente cañones, que rompían las filas. Los castellanos fueron los primeros en lograrlo. Las tropas castellanas del Gran Capitán también combatían a los piqueros con espadachines con rodelas (escudos pequeños). Eran soldados ligeros que se colaban entre las picas y atacaban directamente a los piqueros. Las fuerzas del Gran Capitán fueron las primeras en combinar, en una misma formación, picas, espadas y armas de fuego. Esto resultó en una formación capaz de luchar contra diferentes armas en varios terrenos, tanto a la defensiva como atacando. Por ello, algunos consideran a Gonzalo Fernández de Córdoba como el primer estratega moderno.

Armas de la guerra medieval

Los asedios

Un asedio típico en la Edad Media ocurría cuando un ejército rodeaba el castillo del oponente. Si estaba bien defendido, las opciones eran asediarlo para que se rindiera por hambre, o usar máquinas de asedio para destruir las defensas. A veces, los sitiadores tenían que defenderse de ataques que venían a ayudar a la ciudad.

Los diseños medievales incluían la catapulta (como el onagro), la balista (o ballesta grande) y el trabuquete. Estas máquinas usaban energía mecánica para lanzar grandes proyectiles y destruir murallas. En Europa, la catapulta fue inventada por Dionisio I de Siracusa en el año 399 a. C. También se usaron el ariete (para golpear puertas) y la torre de asedio (una torre de madera con ruedas que permitía a los atacantes escalar las murallas y protegerse de las flechas). Dentro de la torre de asedio, había escaleras para subir, y en el último piso, una puerta de madera que se abría sobre el muro para que los soldados pudieran entrar. Después, se usaban más escaleras para que más soldados entraran en la fortaleza y abrieran las puertas principales para que entraran refuerzos, como la caballería.

Archivo:Trebuchet
Trabuquete, arma de asedio de la época medieval, que podía lanzar unos dos proyectiles por hora al objetivo.

Otra arma importante era el trabuquete, que tenía mayor alcance que la catapulta. Se usaba para lanzar proyectiles grandes.

Había otras tácticas, como prender fuego alrededor de las murallas para intentar debilitar el cemento, o incluso excavar túneles bajo las murallas para derrumbarlas.

Para defender Constantinopla, los bizantinos, que tenían el puerto más grande de Europa, tuvieron que defenderse por mar. Crearon la flota más poderosa de la época y usaron un invento secreto llamado "fuego griego".

La guerra naval

Las batallas navales son menos conocidas porque eran menos frecuentes. Al principio, se intentaba detener al enemigo después de que desembarcara. Sin embargo, también hubo varias batallas navales, y fueron muy duras.

Al principio de la Edad Media, los árabes tenían un gran poder naval. Atacaron Sicilia en el 652 y derrotaron a la armada bizantina en el 655.

El Imperio bizantino fue famoso por su superioridad naval. Su flota, después de la caída del Imperio romano de Occidente, controló el Mar Mediterráneo, especialmente durante la Edad de Oro de Justiniano I. También tenían una flota que patrullaba el Danubio. Tener una flota importante era crucial para defender Constantinopla, la capital, que tenía el puerto más importante de Europa en su época. La capital se salvó gracias a un invento secreto, el fuego griego, una mezcla de químicos que ardía al contacto con el agua, incendiando los barcos enemigos. El barco principal de la flota bizantina era el dromon, una evolución de los trirremes clásicos. Era un barco de remo, similar a la galera, con un solo mástil.

Con el renacimiento macedónico en el siglo XI, la flota bizantina recuperó su papel en el Mediterráneo Oriental, aunque no alcanzó su poder anterior. Al final del imperio, sus restos navales fueron clave para mantener sus posiciones hasta el último sitio de Constantinopla.

Cuando el poder árabe en el Mediterráneo disminuyó, las ciudades comerciales italianas de Génova, Pisa y Venecia crearon redes comerciales y construyeron armadas para protegerlas y convertirse en nuevas potencias navales. Al principio, lucharon contra los árabes (en Bari en 1004, en Mesina en 1005), pero luego se enfrentaron a los normandos que habían llegado a Sicilia, y finalmente, entre ellas. Genoveses y venecianos tuvieron cuatro guerras navales, en 1253–1284, 1293–1299, 1350–1355 y en 1371–1378. La última guerra terminó con una victoria decisiva para Venecia, lo que le permitió dominar el comercio del Mediterráneo durante casi un siglo antes de que otros países europeos empezaran a explorar hacia el sur y el oeste. En el norte de Italia, especialmente en las guerras entre el ducado de Milán y Venecia, grandes flotas operaban en los ríos, dando lugar a batallas navales.

Los vikingos, que atacaron Europa con sus drakkar, barcos largos, estrechos y ligeros con poco calado y remos (y vela en versiones más modernas), no tenían barcos poderosos, pero eran muy maniobrables. Por eso podían subir por ríos como el Sena, el Támesis o el Tajo para atacar poblaciones. Los nórdicos también tuvieron muchas batallas navales entre ellos. Esto se hacía normalmente atando los barcos de ambos bandos, luchando así una batalla terrestre sobre el mar. Como el bando perdedor no podía escapar fácilmente, las batallas solían ser muy duras. La Batalla de Svolder es una de las más famosas. El rey inglés Alfredo el Grande construyó una flota con la que los derrotó.

Archivo:Vikingshipmini
Imagen de un barco vikingo o drakkar.

En el norte de Europa, durante la Guerra de los Cien años, el conflicto entre Inglaterra y Francia rara vez implicaba actividad naval sofisticada, más allá del transporte de caballeros a través del canal de la Mancha y algunos ataques a esos transportes. La Batalla de Dover en 1217, entre una flota francesa de 80 barcos y una flota inglesa de 40, es notable por ser la primera batalla registrada usando tácticas de barcos de vela.

El uso de la pólvora

La pólvora es un polvo explosivo usado en armas de fuego, especialmente la pólvora negra, una mezcla de nitrato potásico, carbón y azufre. Fue el primer explosivo conocido; su fórmula aparece en el siglo XIII en escritos del monje inglés Roger Bacon, aunque parece que fue descubierta por los chinos, quienes la usaron antes para fuegos artificiales. Es probable que la pólvora llegara a Europa desde Oriente Próximo. Berthold Schwarz, un monje alemán de principios del siglo XIV, pudo haber sido el primero en usarla para impulsar un proyectil. Se sabe que la pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334 y en Alemania en 1340. Sin embargo, ya en 1326, la ciudad de Florencia tenía cañones. Al año siguiente, las armas de fuego también estaban presentes en el castillo de Gassino, cerca de Turín, y poco después los Visconti de Milán también las tenían. El primer intento de usar pólvora para debilitar los muros de las fortificaciones fue durante el sitio de Pisa en 1403. En la segunda mitad del siglo XVI, la fabricación de pólvora en la mayoría de los países era controlada por el Estado, que reguló su uso a principios del siglo XVII. Fue el único explosivo conocido hasta el descubrimiento del "oro fulminante" en 1628.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Middle Ages Facts for Kids

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