Invasión rusa de Ucrania de 2022 para niños
Datos para niños Invasión rusa de Ucrania |
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Parte de Guerra ruso-ucraniana | ||||
Situación al 21 de julio de 2023 (UTC±0)
Bajo control de Ucrania Ocupado por Rusia |
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Fecha | 24 de febrero de 2022 - presente (1 año, 4 meses y 25 días) | |||
Lugar | Ucrania | |||
Consecuencias |
Sanciones a Rusia:
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Bajas: los informes varían ampliamente. Para más detalles véase: Víctimas e impacto humanitario
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La invasión rusa de Ucrania es un episodio bélico en curso a gran escala que empezó el 24 de febrero de 2022 y forma parte de la guerra ruso-ucraniana, comenzada en 2014.
Se trata del mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde las guerras yugoslavas. Está generando miles de víctimas mortales, así como la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, más de 7,2 millones de ucranianos han abandonado el país, y más de 7,1 millones se han desplazado internamente. La guerra ha causado la muerte de más de 7.000 civiles, según las Naciones Unidas (enero de 2023).
La invasión estuvo precedida por una concentración militar rusa en las fronteras de Ucrania, que se inició a mediados de 2021. Durante este periodo de tensión diplomática, Putin criticó la ampliación de la OTAN posterior a 1997, y los funcionarios rusos negaron repetidamente, desde mediados de noviembre de 2021 hasta el 20 de febrero de 2022, que Rusia tuviera planes de invadir Ucrania. No obstante, el 21 de febrero siguiente, Rusia reconoció a la República Popular de Donetsk y a la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados en la región de Dombás en el este de Ucrania, y envió tropas a esos territorios. Al día siguiente, el Consejo de la Federación de Rusia autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras de Rusia, dando pie a una intervención que denominó "operación militar especial".
Alrededor de las 05:00 MSK (UTC+3) del 24 de febrero, Putin anunció una «operación militar especial» en el territorio de Donetsk y Lugansk; los misiles comenzaron a impactar en varios lugares de Ucrania, incluida la capital, Kiev —el servicio fronterizo ucraniano dijo que fueron atacados sus puestos fronterizos con Rusia y Bielorrusia—. Dos horas más tarde, las fuerzas terrestres rusas entraron en el país dando inicio a diferentes ofensivas que a partir de abril pasaron a concentrarse en el este del país. Así, entre el 18 y el 19 de abril —tras la retirada rusa en la ofensiva de Ucrania central—, ambas partes confirmaron que había comenzado la «segunda fase» del episodio bélico a la que se refirieron como «batalla por el Dombás». Rusia afirmó que la operación perseguía la «liberación completa» de Donetsk y Lugansk.
La invasión ha recibido una condena internacional generalizada en Occidente (principalmente Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Reino Unido, Noruega, Australia y Japón), que ha impuesto sanciones económicas a Rusia. Otros países, como China, India y Brasil, han evitado condenar la invasión, mientras que un grupo de países del Sur Global no comparten la narrativa occidental sobre la guerra. En una resolución por parte de la ONU se condenó la invasión rusa con una amplia mayoría. Tanto antes como durante la invasión, varios de los treinta Estados miembros de la OTAN han brindado su apoyo militar a Ucrania —la organización no ha realizado una participación específica en este sentido— al igual que la Unión Europea cuyas medidas en respuesta a Rusia han aumentado paulatinamente. Por su parte, el presidente de Bielorrusia anunció en octubre la llegada a su país de los primeros soldados rusos para la fuerza militar conjunta «únicamente defensiva» que buscaba «garantizar la seguridad de su frontera».
Desde el 28 de febrero se entablaron negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania, pero a finales de abril se estancaron. Entre tanto, se han producido manifestaciones en varias ciudades del mundo en contra de los ataques rusos a Ucrania, donde pedían el fin a la guerra y la búsqueda de alternativas diplomáticas, así como protestas en contra del apoyo de la OTAN a Ucrania. Las protestas contra la guerra acaecidas en Rusia desde el estallido del conflicto dieron lugar a miles de arrestos.
El 24 de febrero de 2023 se cumplió un año del inicio de la intervención, y, en este punto, el conflicto se ha mantenido en una situación de estancamiento. Después de la toma de Soledar a mediados de enero, el grupo mercenario Wagner anunció dos meses después que la mitad de la ciudad de Bajmut ya estaba bajo su control. Mientras tanto, otros frentes seguían abiertos, y en lenta expansión por parte de las tropas rusas: Donetsk (Avdéevka y Maryinka), Limán, Ugledar y Jersón, entre otros.
Contenido
Terminología
A pesar de las dimensiones del conflicto, el gobierno ruso lo ha denominado desde el principio como «operación militar especial en Ucrania» (en ruso, специальная военная операция на Украине, romanización spetsiálnaya voyénnaya operátsiya na Ukraíne), evitando los términos de «guerra» o «invasión». Esta expresión fue empleada por primera vez por Vladímir Putin el 24 de febrero de 2022 en su discurso que dio inicio a la invasión.
Desde el punto de vista opuesto, numerosos medios y personas denominan la contienda como la «guerra de Putin», personalizando la responsabilidad de su desencadenamiento en el presidente ruso. También se han utilizado —entre otros— los términos «guerra de Rusia contra Ucrania» o «guerra ruso-ucraniana» de manera más general para referirse a todo el conflicto entre países desde 2014.
Por su parte, los documentos oficiales de la Rada Suprema (parlamento ucraniano) hablan de la «agresión armada de la Federación de Rusia contra la soberanía de Ucrania». En este sentido, organizaciones internacionales como la ONU y el Parlamento Europeo han considerado el conflicto como una «agresión rusa contra Ucrania». No obstante, António Guterres, secretario general de la ONU, le dijo a Putin que las acciones de Rusia en Ucrania son consideradas una «invasión».
También entre los partidarios de Ucrania se utiliza el término «Gran Guerra Patria» que remite a la participación de la RSS de Ucrania en la Gran Guerra Patria de 1941-1945 (véase Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial). En cuanto a China, su gobierno ha preferido referirse al conflicto como «crisis de Ucrania» (en chino simplificado, 乌克兰危机; pinyin, Wūkèlán wéijī).
En ese contexto, uno de los motivos para la censura por parte de la Agencia responsable de controlar los medios de comunicación (Roskomnadzor) fue la calificación de las acciones rusas como un «ataque», «invasión» o «declaración de guerra».
Antecedentes
Los antecedentes de este conflicto son complejos y de vieja data. El nacionalismo ucraniano, nacido en contraposición al imperialismo ruso, puede rastrearse hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando surgieron varios movimientos políticos y culturales en Ucrania que promovían la idea de una identidad nacional ucraniana separada y única. Desde estos tiempos, se empezaron a trazar las líneas divisorias de la sociedad ucraniana que, eventualmente, desembocaron en la guerra actual. Después de todo, una de las razones fundamentales del conflicto tiene que ver con las minorías étnicas y lingüísticas de Ucrania: la parte oriental ha sido étnica y lingüísticamente rusa, a diferencia de la parte occidental ucraniana, que ha buscado reivindicar su identidad nacional.
Uno de los precursores del nacionalismo ucraniano fue el movimiento cultural ucraniano conocido como "Renaissance ucraniano", que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX y buscó revivir la lengua, la literatura y la cultura ucranianas. A finales del siglo XIX, también surgieron algunos partidos políticos ucranianos que abogaban por la autonomía o la independencia de Ucrania dentro del Imperio austrohúngaro.
Después de la Primera Guerra Mundial y la Revolución de 1917 en Rusia, Ucrania obtuvo la independencia en 1918, pero esta fue efímera y fue anexada por la Unión Soviética en 1922. Durante la era soviética, el nacionalismo ucraniano fue reprimido y suprimido, pero sobrevivió en la diáspora ucraniana en Europa occidental y América del Norte.
Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos grupos nacionalistas ucranianos colaboraron con la Alemania Nazi en su lucha contra la Unión Soviética. Uno de los líderes nacionalistas ucranianos más prominentes en ese momento fue Stepan Bandera, quien encabezó la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y abogaba por la independencia de Ucrania.
En 1941, la Alemania Nazi invadió la Unión Soviética y muchos ucranianos vieron esta invasión como una oportunidad para luchar por la independencia de Ucrania. Bandera y la OUN colaboraron con los alemanes en un principio, creyendo que podrían lograr la independencia de Ucrania a través de la cooperación con los alemanes. La OUN incluso estableció su propio ejército, conocido como el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), que luchó tanto contra los alemanes como contra los soviéticos. Incluso, existió una división militar formada por las fuerzas alemanas en la Segunda Guerra Mundial, compuesta principalmente por soldados ucranianos reclutados en la región de Galicia: la División Galizien, creada en 1943 para reforzar las tropas alemanas en el frente oriental y participó en varias batallas, incluyendo la Batalla de Brody en 1944. Sin embargo, la división también fue acusada de cometer atrocidades contra civiles polacos y judíos, lo que provocó tensiones en la región y muchos miembros fueron encarcelados y perseguidos después de la guerra.
Después de la guerra, muchos líderes nacionalistas ucranianos, incluyendo a Stepan Bandera, fueron arrestados y encarcelados por las autoridades soviéticas. Bandera fue liberado en 1959, pero fue asesinado en 1959 por un agente soviético en Munich.
El proceso de la caída del muro de Berlín, la reunificación alemana y el colapso de los gobiernos comunistas (1989-1991) trajeron enormes cambios en los países del Bloque del Este, hasta entonces integrantes o aliados de la Unión Soviética, alterando la balanza geopolítica en Europa. Sin embargo, tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania y Rusia mantuvieron estrechos vínculos y el gobierno ucraniano acordó abandonar su arsenal nuclear en 1994 —mediante el Memorándum de Budapest— con la condición de que los Estados Unidos, el Reino Unido y Rusia brindaran garantías contra las amenazas a la integridad territorial o la independencia política de Ucrania. Cinco años más tarde, Rusia fue uno de los signatarios de la Carta para la Seguridad Europea, que «reafirmó el derecho inherente de todos y cada uno de los Estados participantes a ser libres de elegir o cambiar sus arreglos de seguridad, incluidos los tratados de alianza, a medida que evolucionan».
Desde la caída de la URSS, el nacionalismo ucraniano volvió a cobrar fuerza en el occidente del país (concretamente, en Lviv) y desde ahí continuaron con sus operaciones antirusas, a pesar de que las relaciones de la nueva Federación Rusa y la República de Ucrania eran amistosas y fuertes.
Por otro lado, durante el gobierno Boris Yeltsin, la OTAN se comprometió a no expandirse “ni una pulgada hacia el Este”, tal como se lo habían prometido a Gorbachov, pero tal promesa se incumplió sistemáticamente. De hecho, hubo 3 grandes oleadas de expansión en dirección a Rusia, (en particular, todos los países que fueron satélites de la URSS), y esto desembocó en un punto especialmente caliente cuando se sugirió en 2021 que Ucrania también entrara a la OTAN y que tendría armamento nuclear en su suelo. Según Rusia, esto implicaría cruzar una línea roja, en el sentido en que rompería el principio de destrucción mutua asegurada, porque un ataque desde Ucrania no le daría capacidad de respuesta (en menos de 5 minutos, un misil nuclear podría llegar a Moscú).
Primera fase de la guerra ruso-ucraniana
La primera fase de la guerra ruso-ucraniana se refiere al periodo comprendido entre 2014 y 2015 en los inicios de dicho conflicto. Tras esta etapa se desarrolló una fase de alto el fuego a la que siguió un recrudecimiento del conflicto a partir de 2021. Inicialmente se trato de una crisis diplomática internacional que sobrevino en febrero de 2014 tras la destitución del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich como resultado de las protestas del Euromaidán —realizadas principalmente en la zona occidental del país para apoyar el acercamiento hacia la Unión Europea— que fueron rechazadas por comunidades rusófilas de la zona suroriental del país, compuestas en su mayoría por rusos étnicos y ucranianos rusófonos.
En marzo de 2014 se llevó a cabo un referéndum en Crimea para decidir si la región se separaría de Ucrania y se uniría a Rusia. El referéndum fue convocado después de la destitución de Yanukóvich en febrero de 2014 y la subsiguiente toma del poder en Kiev por parte de un gobierno pro-occidental.
El referéndum fue declarado ilegal por el gobierno ucraniano y por gran parte de la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea. Argumentaron que el referéndum fue ilegal y que violó la Constitución ucraniana, que establece que cualquier cambio en la estructura territorial del país debe ser aprobado por todo el país, no solo por una región. Además, hubo acusaciones de que la votación fue manipulada y que la presencia de tropas rusas en Crimea durante la votación intimidó a los votantes.
A pesar de las críticas, el referéndum se llevó a cabo y los resultados mostraron un amplio apoyo a la independencia de Crimea de Ucrania y su unión con Rusia. El 96,77% de los votantes en Crimea apoyó la independencia y el 83,1% participó en la votación.
En respuesta, Rusia anexó Crimea, lo que fue considerado ilegal por gran parte de la comunidad internacional, incluyendo a la ONU.
En esta medida, tras el pedido del gobierno de Crimea a Rusia, el Consejo de la Federación aprobó un envío de tropas que (según las autoridades del país) tenía como objetivo garantizar la integridad de los habitantes de Crimea y las bases rusas estacionadas allí, hasta que se normalizara la situación socio-política. Ello favoreció la Declaración de Independencia de Crimea y Sebastopol que condujo a la proclamación de la República de Crimea —reconocida solo por Rusia— previo restablecimiento de la constitución de 1992 que consideraba al territorio como soberano —aunque delegaba algunas competencias a Ucrania— con una ciudadanía y una policía propias. El proceso finalmente condujo a la adhesión de Crimea a Rusia que fue oficializada el 18 de marzo de 2014, aunque no contó con el reconocimiento del gobierno ucraniano.
Pese al apaciguamiento alcanzado en Crimea, la situación degeneró en el Dombás donde las fuerzas independentistas de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL) se enfrentaron al gobierno de Ucrania agravando la guerra en esta región. El 11 de mayo de 2014, ambas repúblicas celebraron referéndums sobre su estatus político que resultaron en una proclamación de independencia de las regiones en cuestión mientras que los combates continuaron a pesar de los intentos de por detenerlos. No obstante, el 15 de febrero de 2015 —con la entrada en vigencia del acuerdo Minsk II— se inicio un alto el fuego incondicional.
Numerosos ciudadanos rusos ocuparon altos puestos entre los rebeldes y varios países consideraron que Rusia proporcionó apoyo material y militar a los separatistas (de hecho, en 2019 se celebraron elecciones presidenciales en Ucrania, y, en la zona del Donbás, el partido prorruso obtuvo la mayoría de los votos). En este sentido, las reacciones internacionales fueron casi siempre condenatorias de la decisión de Rusia de intervenir, y de apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Es así que tras la adhesión de Crimea a Rusia, varios países (encabezados por la Unión Europea y Estados Unidos) aplicaron una serie de sanciones contra el entorno del gobierno ruso. Pero fue el voto de la Resolución 68/262 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la integridad territorial de Ucrania, la acción que contó con la participación de países más numerosa: a favor se pronunciaron cien naciones, once votaron en contra y 58 se abstuvieron, con lo que la secesión de Crimea y Sebastopol fue declaranda «inválida».
Los acuerdos de Minsk
Los acuerdos de Minsk fueron un conjunto de acuerdos firmados desde 2014 (los segundos se firmaron en febrero de 2015) entre Ucrania, Rusia, los separatistas prorrusos la OSCE (Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa) en un intento de poner fin al conflicto armado en el este de Ucrania. El acuerdo establecía un alto el fuego, la retirada de armas pesadas y la creación de una zona de seguridad. Además, incluía disposiciones sobre la amnistía, la liberación de prisioneros y la celebración de elecciones locales en las zonas controladas por los separatistas.
El acuerdo de 2015 no surtió ningún efecto, pues ambas partes se acusaron mutuamente de violarlo (y, de hecho, más adelante, tanto Poroshenko, al igual Zelenski, Merkel y Hollande, admitieron que estos sólo resultaron ser una excusa para seguir fortaleciendo a Ucrania militarmente en lo que sería un conflicto inevitable con Rusia). Se sabe que las tropas ucranianas, así como escuadrones paramilitares de extrema derecha como Azov, Aidar o Tornado, entre otros (quienes han jugado un papel importante en este conflicto), han contado tanto con entrenamiento como armamento de la OTAN.
Al otro día de firmarse, se registraron bombardeos en Donetsk, y, desde entonces, estos no han dejado de tener lugar.
Aumento de las tensiones desde 2021
De marzo a abril de 2021, Rusia inició una importante concentración militar cerca de la frontera ruso-ucraniana, seguida de una segunda concentración entre octubre de 2021 y febrero de 2022 tanto en Rusia como en Bielorrusia. Durante estos acontecimientos, el gobierno ruso negó repetidamente que tuviera planes para invadir o atacar Ucrania; quienes emitieron las negativas incluían al portavoz de Putin, Dmitri Peskov, en noviembre de 2021, al viceministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov, en enero de 2022, al embajador ruso en los Estados Unidos, Anatoly Antonov, el 20 de febrero de 2022, y al embajador ruso en la República Checa, Aleksandr Zmeyevski, el 23 de febrero de 2022.
A principios de diciembre de 2021, luego de las negativas rusas, Estados Unidos publicó información de inteligencia sobre los planes de invasión rusos, incluidas fotografías satelitales que mostraban tropas y equipos rusos cerca de la frontera con Ucrania. Estados Unidos continuó publicando informes que predijeron los planes de invasión.
Invasión y resistencia
Las repúblicas populares de Dombás se dirigieron a Rusia con una solicitud de ayuda. En este sentido [...] decidí llevar a cabo una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de abusos, genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años.
—Mensaje de Vladímir Putin
24 de febrero de 2022 |
Inicios
Poco antes de las 06:00 hora de Moscú (UTC+3) del 24 de febrero, se emitió en los canales rusos un mensaje a la Nación de Putin en la que informaba su decisión de lanzar una «operación militar especial» en el este de Ucrania ya que, en sus palabras, «Rusia no puede sentirse segura ante la amenaza ucraniana». Putin añadió que intentaría «desmilitarizar y desnazificar Ucrania», justificando la agresión militar con el objetivo de proteger a los habitantes de las autoproclamadas República Popular de Lugansk (RPL) y República Popular de Donetsk (RPD) —en la región predominantemente de habla rusa de Dombás— del supuesto genocidio por parte del gobierno ucraniano. En su discurso, Putin afirmó que no había planes para ocupar el territorio ucraniano y que apoyaba el derecho de los pueblos de Ucrania a la autodeterminación. Al final del discurso, Putin advirtió a terceros países que no interfirieran en el conflicto y dijo que «la respuesta de Rusia será inmediata y los llevará a consecuencias que nunca han experimentado en su historia», una frase que generó debate sobre su eventual referencia al uso de armas nucleares por parte de Rusia.
Inmediatamente después del ataque, el gobierno ucraniano anunció la introducción de la ley marcial; esa misma noche ordenó una movilización general de todos los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años. Las tropas rusas ingresaron a Ucrania desde cuatro direcciones principales: al norte por la frontera bielorusa, en dirección a Kiev; al noreste desde la frontera rusa, en dirección a Járkov; al este por la antigua línea de frente de la RPD y la RPL; y al sur por la región de Crimea.
El 7 de abril, las tropas rusas se retiraron de la ofensiva de Kiev para un aparente reabastecimiento y posterior redespliegue a la región de Dombas para reforzar la los frentes sur y este en un renovado frente de invasión del sureste de Ucrania. Al día siguiente, el general Aleksandr Dvórnikov fue puesto a cargo de las operaciones militares durante la invasión. En julio, las fuerzas invasoras anunciaron haber tomado el control total sobre Lugansk.
Participación de terceros
Bielorrusia, un aliado cercano de Rusia y fronterizo con Ucrania, ha apoyado a su vecino del este en la invasión rusa de Ucrania en 2022. Antes del comienzo de la ofensiva, Bielorrusia permitió que las Fuerzas Armadas rusas realizaran ejercicios militares de semanas en su territorio, sin embargo, las tropas rusas no abandonaron el país después de que se suponía que debían terminar. Bielorrusia permitió que Rusia realizara parte de la invasión desde su territorio, dándole a Rusia la ruta terrestre más corta posible a la capital de Ucrania, Kiev.
Bielorrusia inicialmente negó su participación en el conflicto, pero desde entonces admitió haber permitido que los lanzadores de misiles rusos estacionados en su territorio disparen contra objetivos ucranianos. Surgieron varios informes entre la oposición bielorrusa y el ejército ucraniano de que las tropas bielorrusas estaban en Ucrania luchando junto con los rusos, pero el líder bielorruso Aleksandr Lukashenko los desestimó y dijo que las Fuerzas Armadas bielorrusas no participarían directamente en el conflicto.
Apoyo militar extranjero a Ucrania
- La Unión Europea y sus Estados miembros
Desde el inicio de la invasión más de 7 millones de refugiados han huido hacia Estados miembros de la Unión. La organización europea acordó acoger a refugiados durante un máximo de tres años sin que solicitaran asilo y aprobó la Directiva de Protección Temporal.
Por otra parte, con base en el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, el 28 de febrero de 2022 la Unión Europea dispuso la creación de una célula encargada de coordinar la compra de armamento para sostener al Gobierno ucraniano frente al ataque ruso. La Comisión Europea también decidió movilizar el Centro de Satélites de la Unión Europea para prestar servicios de inteligencia a Ucrania. De esta forma, la guerra ruso-ucraniana permitió a la UE reafirmarse como fuerza geoestratégica e implicarse en un conflicto militar.
Entre tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un rearme del ejército de su país de proporciones nunca vistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Además, Alemania negó la certificación de gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 —que eventualmente perjudicaría a Ucrania—, cuya construcción finalizó en 2021, pero que aún no había entrado en funcionamiento.
- Estados Unidos
En diciembre de 2021, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos proporcionó a Ucrania 60 millones de dólares de ayuda militar inmediata. En febrero de 2022, Antony Blinken autorizó otros 350 millones de dólares.
En marzo de 2022, el presidente Joe Biden consiguió del Congreso autorización para entregar 13.600 millones de dólares en ayuda a Ucrania y en abril solicitó 33.000 millones más, al estar casi agotada la primera entrega.
- Reino Unido
En diciembre de 2022 el teniente general Robert Magowan de los Royal Marines reconoció la participación de 350 marines del 45.º Comando en el conflicto bélico, a principios de 2022 dicha unidad fue enviada a Kiev para participar en la evacuación de la embajada británica. Los comandos regresaron a Kiev en abril para proteger la embajada cuando el gobierno británico decidió restablecer su presencia diplomática en Ucrania después que Rusia retirase sus fuerzas de los alrededores de la capital ucraniana. Aunque está información ya había sido revelada por el Ministerio de Defensa británico. Según el citado alto militar «Durante ambas fases, los comandos apoyaron otras operaciones discretas en un entorno enormemente delicado y con un alto nivel de riesgo político y militar» Lo que constituye la primera vez que los militares británicos admiten que también han participado en operaciones especiales en Ucrania.
- Legión Internacional de Defensa Territorial
Bajo el liderazgo del presidente Volodímir Zelenski, la unidad fue creada para la defensa de Ucrania contra Rusia como parte de la invasión rusa de Ucrania de 2022, y su formación fue anunciada en una declaración del ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, el 27 de febrero de 2022, alrededor de 11:00 hora local. Aquellos que quieran unirse a la unidad pueden hacerlo poniéndose en contacto con el Agregado de Defensa de la Embajada de Ucrania en su país respectivo. El esfuerzo por levantar una Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania se asemeja a los esfuerzos de Kiev durante y desde las hostilidades de 2014 en Donbás y la guerra ruso-ucraniana para reclutar batallones de voluntarios extranjeros. Para el 6 de marzo, 20.000 ciudadanos extranjeros de 52 países se habían presentado voluntarios para luchar del lado ucraniano, en palabras de Kuleba.
Víctimas e impacto humanitario
Víctimas
Bajas | Fecha de cifra consolidada (fuente) | |
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Muertos | Heridos | |
Civiles | ||
32 368+ | n/a | septiembre de 2022 (gobierno ucraniano) |
6 557 | 10 074 | noviembre de 2022 (Naciones Unidas) |
Fuerzas ucranianas | ||
10 000 | 30 000 | junio de 2022 (gobierno ucraniano) |
≈100 000 | noviembre de 2022 (Estados Unidos) | |
61 207 | 49 368 | septiembre de 2022 (gobierno ruso) |
Fuerzas rusas y sus aliados | ||
100 000+ | noviembre de 2022 (Estados Unidos) | |
Fuerzas rusas | ||
5 937 | n/a | septiembre de 2022 (gobierno ruso) |
85 004 | n/a | noviembre de 2022 (gobierno ucraniano) |
Refugiados
Cientos de miles huyeron en los primeros días después del ataque. La mayoría ha encontrado refugio en países vecinos al oeste de Ucrania: Polonia, Hungría, Moldavia, Rumania y Eslovaquia. Muchos de los afectados buscan refugio en casas de familiares que viven en el exterior. El 27 de febrero, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) declaró que más de 268 000 personas habían huido de Ucrania desde el comienzo de la invasión.
Negociaciones de paz
El 28 de febrero, los negociadores ucranianos y rusos comenzaron a realizar rondas de conversaciones en Bielorrusia para alcanzar un alto el fuego y garantizar corredores humanitarios para la evacuación de civiles. Después de tres rondas de conversaciones, no se llegó a un acuerdo general. El 7 de marzo, como condición para poner fin a la invasión, el gobierno ruso exigió la neutralidad de Ucrania, el reconocimiento de la adhesión de Crimea a Rusia y el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk como estados independientes. Entre tanto, el 6 de marzo se reportó que el servicio secreto ucraniano (SBU) había ejecutado a uno de los miembros de la delegación negociadora ucraniana, identificado como Denis Kireev, quien se reunió con una delegación rusa para intentar lograr un acuerdo y que fue acusado de traición.
El 8 de marzo, el gobierno ucraniano sugirió una reunión directa con presidente ruso Vladímir Putin para poner fin a la invasión y expresó su disposición a discutir las demandas rusas. Ya el 10 de marzo, los Ministros de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov y Dmytró Kuleba se reunieron en Turquía para conversar en el primer contacto de alto nivel entre las dos partes desde el comienzo de la invasión. El conjunto de las negociaciones ha permitido avances en un plan de 15 puntos que garantizaría un alto el fuego y la retirada de los rusos siempre que el gobierno ucraniano se comprometa con la neutralidad.
Ramificaciones
Impacto económico
Como resultado de la invasión, los precios del petróleo Brent subieron brevemente por encima de los US$100 por barril por primera vez desde 2014 antes de perder algunas de sus ganancias. En total, desde el 22 de febrero, cuando comenzaron las sanciones, hasta el 28 de febrero, cuando se aplicaron las sanciones al Banco de Rusia, el precio del West Texas Intermediate y el Brent aumentaron aproximadamente $5/bbl.
Los precios del trigo subieron a sus cotas más altas desde 2008 en respuesta al ataque. Ucrania es el cuarto mayor exportador de maíz y trigo y el mayor exportador mundial de aceite de girasol, con Rusia y Ucrania exportando juntos el 29% del suministro mundial de trigo y el 75% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol. El contrato de futuros de trigo de marzo de la Junta de Comercio de Chicago alcanzó el 25 de febrero su precio más alto desde 2012, con los precios del maíz y la soja también subiendo. El presidente de la Asociación Americana de Panaderos advirtió que el precio de cualquier cosa hecha con grano comenzaría a aumentar, ya que todos los mercados de granos están interrelacionados. El economista agrícola jefe de Wells Fargo declaró que Ucrania probablemente se verá severamente limitada en su capacidad para plantar cultivos en la primavera de 2022 y perderá un año agrícola, mientras que un embargo a los cultivos rusos crearía más inflación de los precios de los alimentos. La recuperación de las capacidades de producción de cultivos puede llevar años, incluso después de que los combates se hayan detenido. El aumento de los precios del trigo como resultado del conflicto ha tensado a países como Egipto, que dependen en gran medida de las exportaciones de trigo de Rusia y Ucrania, y ha provocado temores de disturbios sociales. El 24 de febrero, China anunció que eliminaría todas las restricciones al trigo ruso, en lo que el South China Morning Post llamó un potencial «salvavidas» para la economía rusa.
Crisis alimentaria mundial
Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), así como otros observadores de los mercados de productos básicos alimentarios, advirtieron sobre un colapso en el suministro de alimentos y aumentos de precios. Gran parte de la preocupación está relacionada con la escasez de suministro de cultivos de productos básicos clave, como el trigo, el maíz y las semillas oleaginosas, que podrían provocar aumentos de precios. La invasión también provocó aumentos en los precios del combustible y los fertilizantes, lo que provocó más escasez de alimentos y aumentos de precios.
Incluso antes de la guerra en Ucrania, los precios de los alimentos ya estaban en niveles récord: en febrero de 2022, los precios de los alimentos aumentaron un 20% año tras año según la FAO. La guerra aumentó aún más los precios año tras año otro 40% en marzo. Se espera que los problemas agravantes, incluido el COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y las malas cosechas relacionadas con el clima, reviertan las tendencias mundiales en la reducción del hambre y la desnutrición.
Algunas regiones, como África Oriental y Madagascar, ya estaban experimentando sequías y hambrunas debido a fallas en el sistema agrícola y cambios climáticos, y se espera que los aumentos de precios empeoren la situación. Incluso los países del Norte Global que generalmente tienen suministros de alimentos seguros, como el Reino Unido y los Estados Unidos, están comenzando a experimentar los impactos directos de la inflación de costos debido a la inseguridad alimentaria. Algunos analistas describieron los aumentos de precios como los peores desde la crisis mundial de precios de los alimentos de 2007-2008.
Reacciones
La Unión Europea y sus Estados miembros
La respuesta de la Unión Europea a la invasión rusa de Ucrania hace referencia a las diferentes medidas implementadas por esta organización internacional y sus Estados miembros para contrarrestar los efectos de la agresión rusa iniciada en febrero de 2022. Desde el inicio de la intervención militar, la UE y varios de sus aliados decidieron aumentar las sanciones contra el gobierno ruso iniciadas en 2014 en una medida que buscaba «paralizar» la capacidad rusa para «financiar su maquinaria de guerra» y dificultar su manejo de activos para obtener liquidez. Adicionalmente, varios gobiernos nacionales de los Estados miembros de la UE decidieron enviar armamento y ayuda económica al gobierno ucraniano, así como facilitar la entrada de refugiados ucranianos a sus respectivos territorios.
Entre tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un rearme del ejército de su país de proporciones nunca vistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Además, Alemania negó la certificación de gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2 —que eventualmente perjudicaría a Ucrania—, cuya construcción finalizó en 2021, pero que aún no había entrado en funcionamiento.
La OTAN
Varios estados miembros de la OTAN en Europa del Este iniciaron consultas de seguridad bajo el Artículo 4 del tratado del Atlántico Norte. Después de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU del 25 de febrero, Jens Stoltenberg —Secretario general de la Organización de la OTAN— anunció planes para aumentar los despliegues militares que incluirían elementos de la Fuerza de Tarea Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF, por sus siglas en inglés). Las fuerzas de la OTAN incluyen el USS Harry S. Truman, que ingresó al mar Mediterráneo la semana anterior como parte de un ejercicio planificado.
- Adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN
Aunque ni Suecia ni Finlandia forman parte de la OTAN, ambos participan en sus ejercicios y, tras la primera fase de la guerra ruso-ucraniana en 2014, hubo en ambos países debates internos, invitando a reconsiderar su neutralidad y adherirse a la organización.
En 2022, con la invasión de Rusia a Ucrania, y debido a las amenazas de guerra de parte del gobierno ruso contra los dos países del Norte de Europa si se adhieren a la OTAN, la población de Suecia y Finlandia, además de sus gobiernos, se han mostrado favorablemente a tratar la adhesión de sus países en la organización transatlántica en la cumbre de Madrid de 2022. Al parecer Turquía presentaría cierta oposición a su ingreso rápido.
Finlandia y Suecia —ambos neutrales y miembros de la Unión Europea— aumentaron su cooperación con la OTAN cuando Rusia comenzó su invasión de Ucrania y asistieron a una reunión de formato especial de la OTAN, y juntos condenaron la invasión y brindaron asistencia a Ucrania. Tanto la opinión pública finlandesa como la sueca se inclinaron a favor de unirse a la OTAN después de la invasión. Una petición pública que pedía al Parlamento de Finlandia que celebrara un referéndum para unirse a la OTAN alcanzó las 50.000 firmas requeridas, lo que provocó un debate parlamentario. Desde entonces, ambos países analizaron su ingreso al organismo, el cual confirmaron en mayo de 2022.
Naciones Unidas
El secretario general António Guterres afirmó que la invasión rusa fue «el momento más triste de mi mandato» y llamó a Putin a retirar sus tropas «en nombre de la humanidad».
La Resolución A/ES-11/L.1 de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue aprobada el 2 de marzo de 2022, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
La resolución condena la invasión de Rusia, ayudada por Bielorrusia, luego que el Consejo de Seguridad de la ONU no lograra hacerlo el 25 de febrero debido al veto por voto negativo de Rusia.
La resolución se adoptó en la decimoprimera sesión de emergencia de la Asamblea General (la primera desde 1982) y constituyó la decimocuarta vez que la Asamblea General pasaba por encima de un veto emitido en el Consejo de Seguridad ante situaciones de amenazas para la paz, quebrantamiento de la paz o un acto de agresión, de conformidad con la resolución 377 de la Asamblea General adoptada en 1950.
Un total de 106 países suscribieron el borrador de resolución, que fue aprobado con 141 votos a favor, 5 en contra, 35 abstenciones y 13 ausencias, tras dos días de discursos de 117 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas.
Durante septiembre Rusia anunció la realización de un referéndum en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, entre los días 23 y 27 de septiembre. El Consejo de Seguridad de la ONU vetó a Rusia en su intento de anexar las regiones con la abstención de cuatro países (China, Brasil, India y Gabón). El 12 de octubre la Asamblea general de la ONU rechazó por mayoría el referéndum hecho por Rusia en las cuatro regiones ucranianas, con resultados de 143 votos a favor, 35 abstenciones (entre ellos China, Sudáfrica, India y Cuba) y únicamente 5 votos en contra (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua y Siria). La resolución solicita a Rusia dar marcha atrás a las anexiones de estos territorios y le exige que retire sus tropas inmediatamente y sin condiciones de Ucrania.
Consejo de Europa
El 25 de febrero, el Comité de Ministros del Consejo de Europa decidió suspender a Rusia de sus derechos de representación en el Comité de Ministros y en la Asamblea Parlamentaria. En los días siguientes, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares indicando a Rusia que se abstuviera de realizar ataques militares contra civiles y bienes de carácter civil y garantizara el acceso a rutas de evacuación seguras, atención médica, alimentos y otros suministros esenciales, acceso rápido y paso sin restricciones de ayuda humanitaria y movimiento de trabajadores humanitarios. Rusia respondió acusando a los países de la OTAN y de la UE de haber socavado el Consejo Europeo y anunciando su intención de retirarse de la organización. El 15 de marzo, el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, notificó al Secretario General la decisión de retirarse del Consejo de Europa y denunciar la Convención Europea de Derechos Humanos.
Véase también
- Frontera entre Rusia y Ucrania
- Guerra del Dombás
- Anexo:Cronología de la invasión rusa de Ucrania de 2022 - Cronología diaria sobre la invasión desde el 24 de febrero.
- Putinismo
- Irredentismo ruso