Conquista de las islas Canarias para niños
Datos para niños Conquista de las islas Canarias |
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![]() Rendición de Gran Canaria, obra de Manuel González Méndez situada en la sede del Parlamento de Canarias.
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Localización | ||
Localidad | Canarias | |
Datos generales | ||
Tipo | Conquista militar | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | Julio de 1402 | |
Fecha de fin | 29 de septiembre de 1496 | |
Desenlace | ||
Resultado | Incorporación del archipiélago a la corona de Castilla, colonización europea y desaparición de las culturas aborígenes. | |
La conquista de las islas Canarias fue el proceso por el cual el archipiélago de Canarias se unió a la corona de Castilla (parte de la actual España). Esto ocurrió mediante una serie de acciones militares que tomaron el territorio habitado por los aborígenes canarios a lo largo del XV d. C..
Este proceso duró desde 1402 hasta 1496. No fue fácil, ya que los aborígenes de algunas islas se resistieron mucho. También hubo desafíos políticos, pues la nobleza quería más poder y riqueza, mientras que la Corona de Castilla buscaba expandir su territorio.
Los historiadores dividen la conquista de Canarias en dos etapas principales:
- Conquista señorial: Fue llevada a cabo por nobles para su propio beneficio. La Corona les daba permiso para conquistar a cambio de que le fueran leales. Dentro de esta etapa, hubo dos fases:
- La conquista normanda: Realizada por los caballeros franceses Jean de Béthencourt y Gadifer de La Salle entre 1402 y 1405. Afectó a Lanzarote, El Hierro y Fuerteventura.
- La conquista señorial castellana: Hecha por nobles de Castilla que obtuvieron el control de las primeras islas conquistadas. También incorporaron la isla de La Gomera alrededor de 1450.
- Conquista realenga: Fue dirigida directamente por la Corona de Castilla, especialmente durante el reinado de los Reyes Católicos. Ellos tomaron el control de la conquista de las islas que aún no estaban dominadas: Gran Canaria, La Palma y Tenerife. Esta etapa ocurrió entre 1478 y 1496.
Contenido
¿Qué pasó antes de la conquista?
Después de la caída del imperio romano de Occidente, el contacto entre el mundo mediterráneo y Canarias se interrumpió. Sin embargo, las islas no estuvieron completamente aisladas. Durante la Edad Media, algunas fuentes árabes mencionaron islas en el Atlántico que podrían ser las Canarias. Pero este conocimiento no cambió la forma de vida de los aborígenes.
A principios del siglo XIV, los europeos comenzaron a visitar el archipiélago con más frecuencia. Las razones de este "redescubrimiento" fueron:
- Crecimiento económico: Algunas regiones de Europa como Génova, Mallorca, Castilla y Portugal necesitaban nuevas rutas comerciales. Buscaban llegar a Oriente para conseguir seda y especias, y al interior de África para obtener oro. Querían evitar las rutas controladas por el imperio otomano en el Mediterráneo.
- Avances en navegación: Se desarrollaron nuevas herramientas como la brújula, el astrolabio y el timón axial. También mejoró la cartografía con los portulanos. Un ejemplo es el Atlas Catalán de 1375, donde aparecen las islas Canarias con sus nombres actuales.
- Motivos políticos y religiosos: Las monarquías del sur de Europa estaban en un momento de expansión. En la península ibérica, esta expansión también se relacionaba con la lucha contra los musulmanes. Así, expandir el territorio significaba fortalecer el poder del rey y defender el cristianismo.
La primera visita documentada fue la de Lanceloto Malocello en 1312, quien vivió en Lanzarote por casi veinte años.
Después de esta visita, el conocimiento sobre las islas en Europa aumentó. La información de los primeros visitantes y los mapas facilitaron más viajes. Algunos viajes tenían un propósito religioso, como el establecimiento de una comunidad franciscana en Telde (1350-1391). Pero la mayoría de los viajes tenían un fin económico, principalmente la captura de personas para venderlas en los mercados europeos.
Durante el XIV, genoveses, aragoneses, castellanos y portugueses compitieron por el control de Canarias. En el siglo siguiente, la competencia se redujo a Castilla y Portugal.
¿Quién tenía derecho a conquistar?

Desde mediados del siglo XIV, los reinos de Castilla y Portugal creían tener el derecho a conquistar las islas Canarias. Castilla decía que era heredera del reino visigodo y que las islas estaban cerca de una antigua provincia romana. Portugal, por su parte, argumentaba que sus navegantes habían descubierto el archipiélago.
En 1402, Castilla comenzó la conquista apoyando la expedición francesa de Jean de Béthencourt y Gadifer de La Salle. El rey Enrique III reconoció a Béthencourt el derecho a ser señor de todo el archipiélago canario. Sin embargo, en 1420, Juan II de Castilla dio a Alfonso de las Casas el derecho sobre las islas que Béthencourt no había conquistado: La Palma, Gran Canaria, Tenerife y La Gomera. Estos derechos pasaron a su hijo Guillén de las Casas, quien en 1445 los vendió a Hernán Peraza el Viejo. Él, a su vez, los dejó a su hija Inés Peraza.
Más tarde, en 1464, el rey Enrique IV concedió los derechos sobre las islas más grandes a dos condes portugueses. Pero esta decisión fue cancelada en 1468 por las protestas de Inés Peraza.
Inés y su esposo Diego de Herrera intentaron conquistar Gran Canaria y Tenerife. Pero como no pudieron someterlas, los Reyes Católicos tomaron el control de los derechos de conquista a partir de 1477. Esto se hizo con un acuerdo y una promesa de compensación a los señores de Canarias. Inés renunció definitivamente a sus derechos en 1487.
La conquista de las islas Canarias
La conquista normanda: Primeros pasos

Jean de Bethencourt, un noble de Normandía, y Gadifer de La Salle, de Poitou, lideraron la primera parte de la conquista. Sus razones eran principalmente económicas. Bethencourt tenía negocios textiles y quería la orchilla, una planta de Canarias usada para teñir. Gadifer, por su parte, deseaba tener un señorío en las islas.
Bethencourt tenía apoyo político en la corte del rey Enrique III de Castilla. Su tío, Rubín de Braquemont, consiguió que el rey le diera el derecho de conquistar las islas Canarias. A cambio, Bethencourt se hizo vasallo del rey castellano. Braquemont también aportó mucho dinero para la expedición. La historia de la conquista normanda se cuenta en la crónica Le Canarien, escrita por los clérigos Pierre Bontier y Jean Le Verrier.
¿Cómo se conquistó Lanzarote?
El 1 de mayo de 1402, Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle salieron de La Rochela hacia Canarias. Su objetivo era "ver y visitar todo el país para conquistarlo y convertir a sus gentes a la fe cristiana". Ese mismo año, Bethencourt conquistó el asentamiento de Rubicón, en Lanzarote, para la Corona de Castilla.
Lanzarote fue la primera isla canaria en ser colonizada. Juan de Bethencourt invadió Lanzarote por el sur. En ese momento, la isla tenía unos trescientos habitantes aborígenes, llamados majos, que vivían en el centro y norte de la isla. Ellos no ofrecieron resistencia.
¿Cómo se conquistó Fuerteventura?
La conquista de Fuerteventura duró entre 1401 y 1405. No fue tan larga por la resistencia de los isleños, sino por las dificultades y desacuerdos entre los dos capitanes. El hambre y la falta de recursos obligaron a la expedición a regresar a Lanzarote. Jean de Bethencourt viajó a Castilla para pedir ayuda. Allí, el rey Enrique III le dio lo necesario y confirmó sus derechos exclusivos sobre las islas por conquistar, dejando a Gadifer de lado.
Mientras Bethencourt estaba ausente, Gadifer tuvo que enfrentar dos rebeliones. Una fue de algunos de sus hombres que habían vuelto a capturar personas para venderlas. La otra fue de los aborígenes de Lanzarote, que se oponían a estas prácticas. Una vez pacificada la isla en 1404, se reanudó la conquista de Fuerteventura. Los dos comandantes actuaron por separado, cada uno fortificando su zona. En 1405, la conquista terminó con la rendición de los reyes de la isla. Gadifer dejó la isla y regresó a Francia para defender sus derechos, pero nunca volvió a Canarias.
Después de la conquista, Bethencourt, ahora dueño de las islas, viajó a Normandía en busca de más colonos y recursos para seguir la conquista de las demás islas.
¿Cómo se conquistó El Hierro?
La conquista de El Hierro ocurrió a finales de 1405. No hubo resistencia por parte de la poca población aborigen. Gran parte de ellos fueron vendidos como esclavos, y la isla fue repoblada con colonos de Normandía y Castilla.
Bethencourt permaneció en las islas hasta 1412. Luego regresó definitivamente a Normandía, dejando a su pariente Maciot a cargo de sus posesiones en Canarias.
La conquista señorial castellana: Nuevos dueños
La etapa de Bethencourt terminó en 1418, cuando Maciot de Bethencourt vendió sus tierras y derechos de conquista al conde de Niebla, Enrique de Guzmán. Desde ese momento, la Corona de Castilla tuvo más influencia. Entre 1418 y 1445, las islas cambiaron de manos varias veces. Finalmente, Hernán Peraza el Viejo y sus hijos, Guillén Peraza e Inés Peraza, se quedaron con las islas ya conquistadas y los derechos sobre las que faltaban. Tras la muerte de su hermano, Inés y su esposo Diego García de Herrera fueron los únicos señores de las islas hasta 1477. En esa fecha, cedieron La Gomera a su hijo Hernán Peraza el Joven y los derechos de conquista de La Palma, Gran Canaria y Tenerife a la Corona de Castilla.
La Gomera se une al señorío
Durante esta etapa, la isla de La Gomera se unió al señorío de los Peraza-Herrera. No fue conquistada militarmente, sino que se incorporó mediante un acuerdo entre Hernán Peraza el Viejo y algunos grupos aborígenes de la isla que aceptaron su autoridad. Sin embargo, el control de la isla no estuvo libre de revueltas debido a los malos tratos de los señores hacia los gomeros. La más importante de este periodo fue la rebelión de los gomeros en 1488. Esta rebelión causó la muerte del señor de la isla, Hernán Peraza. Su viuda, Beatriz de Bobadilla, tuvo que pedir ayuda a Pedro de Vera, conquistador de Gran Canaria, para detener la rebelión. La represión que siguió llevó a la ejecución de doscientos rebeldes y la venta de muchos otros como esclavos en los mercados de la península, según la Crónica Primitiva.
Intentos en La Palma, Gran Canaria y Tenerife
En 1447, mientras Hernán Peraza el Viejo organizaba el gobierno de Fuerteventura, su hijo Guillén fue a La Palma para realizar una incursión y así pagar los gastos del viaje. Las tropas, formadas por sevillanos e isleños, desembarcaron en el oeste de la isla. Fueron atacados por el líder aborigen Echedey y sus hermanos. Los conquistadores fueron completamente derrotados, y Guillén murió al ser golpeado por una piedra.
En 1461, Diego de Herrera llegó a tomar posesión de Gran Canaria, y los guanartemes de Telde y Gáldar le juraron lealtad. Pero la isla volvió a levantarse en armas.
En 1464, Diego García de Herrera tomó posesión simbólica de Tenerife en el barranco del Bufadero. Firmó un tratado de paz con los menceyes (jefes aborígenes), lo que le permitió construir una torre en las tierras del mencey de Anaga. Allí, guanches y europeos comerciaron hasta que la torre fue demolida alrededor de 1472 por los mismos guanches.
La conquista realenga: La Corona toma el mando

La segunda etapa de la conquista de Canarias tiene las siguientes características:
- Fue asumida por la Corona de Castilla, bajo el reinado de los Reyes Católicos.
- La Corona y personas interesadas en los recursos de las islas financiaron la empresa.
- Afectó a Gran Canaria, La Palma y Tenerife, que eran las islas más pobladas y con mejores oportunidades económicas.
- En estas tres islas, los aborígenes ofrecieron una resistencia fuerte y duradera.
Conquista de Gran Canaria (1478-1483)
La conquista de Gran Canaria se divide en tres fases:
a) Inicio (junio-diciembre de 1478). El 24 de junio de 1478, la expedición de Juan Rejón y el deán Juan Bermúdez desembarcó en La Isleta (al noreste de la isla). Ese día, cerca del Guiniguada, se fundó el Real de Las Palmas. Pocos días después, hubo un primer enfrentamiento cerca del Real, donde los isleños fueron derrotados. Esta victoria inicial dio a los castellanos el control del noreste de la isla.
b) Resistencia aborigen y problemas internos (finales de 1478-1480). La resistencia de los aborígenes en las montañas, la falta de hombres y recursos, y los desacuerdos entre los conquistadores marcaron este periodo. Durante esta etapa, Juan Rejón fue destituido por los Reyes Católicos. Su lugar lo ocupó Pedro del Algaba, quien fue ejecutado por orden del mismo Rejón. El nombramiento de Pedro de Vera como nuevo gobernador y la detención de Juan Rejón terminaron con los conflictos internos en 1480.
c) Fin de la resistencia y conquista (1480-1483). Pedro de Vera, ahora líder indiscutible, reanudó la conquista del interior de la isla y el guanartemato de Gáldar. Los castellanos lograron victorias en la batalla de Arucas, donde murió el líder aborigen Doramas. En 1482, Hernán Peraza ayudó en la conquista de Gran Canaria con muchos gomeros. La captura de Tenesor Semidán, guanarteme de Gáldar, por Alonso Fernández de Lugo y Hernán Peraza, fue clave para el final de la conquista. Tenesor Semidán fue enviado a Castilla, se reunió con los reyes y fue bautizado como Fernando Guanarteme. Se convirtió en un aliado importante de los conquistadores. Finalmente, el 29 de abril de 1483, cerca de la fortaleza de Ansite, algunos se rindieron, como Guayarmina Semidán. Otros, como el líder canario Bentejuí y el faycán de Telde, prefirieron lanzarse por un barranco al grito de atis Tirma (¡Por mi tierra!).
Conquista de La Palma (1492-1493)
Alonso Fernández de Lugo, quien había destacado en la conquista de Gran Canaria, obtuvo de los Reyes Católicos los derechos para conquistar La Palma y Tenerife. Los acuerdos con la Corona incluían una parte de los nativos capturados y setecientos mil maravedíes si conquistaba La Palma en un año.
Para financiar la conquista, Alonso Fernández de Lugo se asoció con Juanoto Berardi y Francisco de Riberol. Cada uno aportaría un tercio de los costos y recibiría un tercio de las ganancias.
La conquista fue relativamente sencilla. Los castellanos desembarcaron en Tazacorte el 29 de septiembre de 1492. El conquistador hizo acuerdos con los aborígenes palmeros, respetando los derechos de sus jefes y ofreciéndoles igualdad con los castellanos para que se unieran a su causa. La resistencia fue mínima, excepto un episodio en Tigalate y una resistencia mayor en la zona de Aceró (Caldera de Taburiente). Allí, su jefe Tanausú se hizo fuerte, aprovechando que la zona era difícil de acceder, con solo dos entradas fáciles de defender.
Como el plazo de un año se acababa y temía perder el dinero prometido, Alonso de Lugo propuso una negociación en Los Llanos de Aridane. Fuera de la Caldera, los castellanos emboscaron a Tanausú. Fue derrotado y capturado, y enviado a Castilla como prisionero. En el camino, Tanausú realizó un ritual de ayuno hasta morir. La fecha oficial del fin de la conquista es el 3 de mayo de 1493. Una parte de la población de Aceró y de otros lugares que habían firmado acuerdos fue vendida como esclava. La mayoría se integró en la nueva sociedad después de la conquista.
Conquista de Tenerife (1494-1496)
A finales del siglo XV, Tenerife era la isla más difícil de conquistar debido a su gran población y la valentía de los guanches (aborígenes de Tenerife). Hubo varios intentos fallidos por parte de los Señores de Canarias.
Finalmente, en diciembre de 1493, el capitán Alonso Fernández de Lugo obtuvo de los Reyes Católicos la confirmación de sus derechos para conquistar Tenerife. A cambio de renunciar al dinero prometido por la conquista de La Palma, pidió el gobierno de la isla, aunque no obtuvo parte de las ganancias reales.
La conquista se financió con la venta de sus plantaciones de azúcar en el valle de Agaete (obtenidas tras la conquista de Gran Canaria) y asociándose con comerciantes italianos de Sevilla.
En el momento de la conquista, Tenerife estaba dividida en nueve menceyatos (territorios gobernados por un mencey). Por su actitud hacia los castellanos, se distinguían los "bandos de paces" y los "bandos de guerra". Los bandos de paces eran los menceyatos del sur y del este (Anaga, Güímar, Abona y Adeje). Ellos fueron neutrales o favorables a los castellanos, ya que habían tenido más contacto con ellos a través de la actividad religiosa. Los bandos de guerra agrupaban a los menceyatos del norte (Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icoden y Daute). Estos ofrecieron una fuerte resistencia a la invasión.
En abril de 1494, Alonso Fernández de Lugo desembarcó en la costa de la actual Santa Cruz de Tenerife con unos dos mil hombres a pie y 200 a caballo, procedentes de Gran Canaria. Después de construir un pequeño fuerte, se adentró en la isla. Intentó acercarse a los bandos de guerra y ofreció amistad a Bencomo, mencey del menceyato más hostil. Le propuso aceptar el cristianismo y someterse a los Reyes Católicos. El rechazo de las dos últimas condiciones hizo que el enfrentamiento fuera inevitable.

El primer choque armado fue la famosa primera batalla de Acentejo, que tuvo lugar en el barranco de Acentejo, en el municipio de La Matanza. Una tropa invasora de más de dos mil hombres avanzó por el norte de la isla hacia el valle de Taoro (valle de La Orotava). El objetivo era vencer a los guanches en su centro de resistencia. Los guanches esperaron emboscados a los castellanos, quienes, sorprendidos, sufrieron una gran derrota, perdiendo el ochenta por ciento de sus fuerzas. Alonso Fernández de Lugo logró escapar a Gran Canaria, donde preparó un nuevo ataque con tropas mejor entrenadas y más dinero de comerciantes genoveses y nobles castellanos. Los guanches, dueños de la situación, destruyeron el fuerte construido por los castellanos.
Después de esto, con un ejército mejor armado y entrenado, Alonso de Lugo regresó a Tenerife. Tras reconstruir el fuerte de Añazo, se dirigió a los llanos de Aguere (La Laguna). Allí, en noviembre, derrotó a Bencomo en la conocida como batalla de La Laguna. Durante esta batalla, el líder guanche cometió el error de luchar en una zona llana. La caballería y los refuerzos de Fernando Guanarteme fueron decisivos para la victoria castellana. 1700 guanches, incluyendo Bencomo y su hermano Tinguaro, murieron en el campo de batalla. Al parecer, una epidemia posterior afectó a los isleños, dejando a la mayoría de los sobrevivientes enfermos o débiles. Esto se conoce como la "modorra guanche", aunque su importancia exacta en el resultado de la batalla es debatida por algunos historiadores.
En diciembre de 1495, después de un largo periodo de enfrentamientos, saqueos y pausa en la guerra, los castellanos volvieron a entrar, esta vez desde el norte de la isla, hacia Taoro. Varios cientos de guanches los esperaban en un barranco cerca del actual municipio de La Victoria de Acentejo, no lejos de donde ocurrió la primera batalla de Acentejo. La victoria castellana en la segunda batalla de Acentejo facilitó el fin de la resistencia aborigen y abrió el camino al valle de Taoro. Esta batalla decidió la conquista de la isla de Tenerife y marcó el final de la conquista de las islas Canarias.
Galería de imágenes
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Rendición de Gran Canaria, obra de Manuel González Méndez situada en la sede del Parlamento de Canarias.
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Jean IV de Béthencourt, primer señor de las islas Canarias.
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Primera página de Le Canarien, la crónica de la conquista normanda en su versión de 1490.
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Hernán Peraza el Viejo construyó la torre de San Sebastián tras pactar con algunos bandos gomeros.
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Los Reyes Católicos asumieron para la Corona los derechos de conquista en 1477.
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División de Gran Canaria en el momento de la conquista (Verde oscuro-Guanartemato de Gáldar, Verde claro-Guanartemato de Telde)
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Representación de la Primera Batalla de Acentejo en Tenerife por Gumersindo Robayna.
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Alonso Fernández de Lugo conquistó las islas de La Palma y Tenerife, y dio con ello fin a la conquista de las Islas Canarias.
Más información
- Historia de Canarias
- Anexo:Personajes de la conquista de Canarias
- Batalla de La Laguna
- Primera batalla de Acentejo
- Segunda batalla de Acentejo
- Anexo:Menceyes de Tenerife durante la conquista