Primera batalla de Acentejo para niños
Datos para niños Primera batalla de Acentejo |
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Parte de Conquista de Tenerife (1494-1496) | ||||
La batalla de Acentejo, óleo sobre lienzo de Gumersindo Robayna, Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.
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Fecha | Mayo de 1494 | |||
Lugar | La Matanza de Acentejo, Tenerife | |||
Coordenadas | 28°26′20″N 16°27′42″O / 28.438888888889, -16.4616666667 | |||
Resultado | Victoria guanche y retirada de los castellanos. La conquista se pospone | |||
Beligerantes | ||||
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La primera batalla de Acentejo fue un importante enfrentamiento que ocurrió en mayo de 1494. Tuvo lugar durante la Conquista de Tenerife, una isla de Canarias, España. En esta batalla se enfrentaron los conquistadores castellanos contra los aborígenes guanches, que eran los habitantes originales de la isla.
Este combate fue muy importante porque los guanches lograron una gran victoria. Esto detuvo por un tiempo la conquista de la isla. Además, el lugar donde ocurrió la batalla, en el barranco de Acentejo, dio nombre al municipio actual de La Matanza de Acentejo, en el norte de Tenerife.
Contenido
La Conquista de Tenerife: ¿Qué pasó antes?
La situación de las islas Canarias
En 1493, casi todas las Islas Canarias ya estaban bajo el control de la Corona de Castilla. Solo la isla de Tenerife seguía en manos de los guanches, sus habitantes originales.
Preparativos para la expedición
En diciembre de 1493, un capitán llamado Alonso Fernández de Lugo firmó un acuerdo con los Reyes Católicos para conquistar Tenerife. Para conseguir dinero, Lugo vendió algunas de sus propiedades y se unió a comerciantes de Génova. Las tropas se reunieron en Sevilla y Gran Canaria.
El 1 de mayo de 1494, el ejército de Lugo llegó a la costa sureste de Tenerife. Desembarcaron en un lugar que los guanches llamaban Añazo, donde hoy se encuentra la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.
Primeros pasos en la isla
Después de establecer un campamento y construir una torre en Santa Cruz, los conquistadores recibieron ayuda de algunos reyes guanches. Estos reyes pertenecían a los "bandos de paces" (Abona, Adeje, Anaga y Güímar). Ellos ya habían hecho un acuerdo de paz con el gobernador de Gran Canaria, Pedro de Vera, años atrás.
Lugo envió mensajeros al reino de Taoro, que era el más grande y poderoso de la isla. Los dos ejércitos se encontraron cerca de donde hoy está la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Según el fraile Alonso de Espinosa, el capitán Lugo ofreció amistad a los guanches, liderados por el mencey Bencomo. Les pidió que se sometieran a los reyes de Castilla y se hicieran cristianos. Bencomo no aceptó, y ambos grupos se prepararon para el enfrentamiento.
¿Quiénes participaron en la batalla?
El ejército de los conquistadores
Los primeros historiadores que escribieron sobre esta batalla, casi cien años después, dieron diferentes números sobre el tamaño del ejército conquistador. Algunos decían que eran unos 1000 soldados a pie y 40 a caballo.

Sin embargo, un conquistador llamado Juan Benítez, que estuvo en la batalla, dijo en 1508 que el capitán Lugo había traído entre 1000 y 1200 soldados a pie y entre 150 y 155 a caballo.
Los historiadores modernos creen que el ejército castellano pudo haber tenido unos 150 jinetes y 1500 soldados a pie. Otros sugieren que fueron unos 320 en total.
El ejército estaba formado por soldados de Castilla y de las islas Canarias ya conquistadas. También había un grupo de aborígenes gomeros y una compañía de 60 canarios liderados por Fernando Guanarteme, un antiguo rey de Gran Canaria. Además, al llegar a Tenerife, se unieron guerreros guanches de los "bandos de paces".
Es importante saber que una parte del ejército se quedó protegiendo el campamento en Santa Cruz durante la batalla.
Las armas que usaban los castellanos eran las típicas de finales del siglo XV. Los soldados a pie llevaban picas, alabardas, espadas, dagas y cuchillos. Los ballesteros eran muy importantes en los combates contra los aborígenes. Aunque a veces se piensa lo contrario, no se usaron armas de fuego en esta batalla.
Los guerreros guanches
No se sabe con exactitud cuántos guerreros guanches participaron en la batalla de Acentejo. Algunos historiadores antiguos mencionan que el rey Bencomo tenía "seis mil hombres de pelea" en total, pero esta cifra podría referirse a todos los guerreros de la isla. Otros dicen que Bencomo envió solo 300 guerreros con su hermano.
Algunos historiadores creen que las fuerzas guanches eran al menos el triple que las castellanas. Otros piensan que debieron ser alrededor de 1000 guerreros para poder luchar contra el ejército castellano.
Basándose en estudios actuales sobre la población guanche, se calcula que el bando de Taoro pudo haber tenido unos 1100 guerreros.
También es posible que las fuerzas de Bencomo recibieran apoyo de otros "bandos de guerra" cercanos, como Tacoronte y Tegueste, lo que aumentaría el número de guerreros guanches.
Los guanches usaban como armas lanzas y venablos hechos de diferentes maderas, afilados y endurecidos con fuego. También llevaban mazas o garrotes y eran muy buenos lanzando piedras. Para defenderse, usaban sus propios vestidos o tamarco enrollados en el brazo, y pequeños escudos de madera de drago.
¿Cómo se desarrolló la batalla?
El lugar del combate
La batalla ocurrió en la zona del barranco de Acentejo, en el norte de la isla, pero no se sabe el punto exacto. Algunos relatos dicen que fue en un lugar con muchos árboles, cuesta arriba, lleno de piedras y barrancos. Otros lo sitúan cerca de Acentejo, al pie de una montaña, o en un lugar estrecho y difícil de transitar.
Los historiadores han investigado mucho para encontrar el sitio exacto. Algunos creen que fue en la parte del barranco entre la carretera general del Norte y la calle de Acentejo. Otros sugieren que fue en el barranco de Cabrera, que es el límite entre los municipios de La Matanza y El Sauzal. Una investigación con vecinos de la zona concluyó que fue cerca del barrio de San Antonio, a unos 500 metros sobre el nivel del mar.
Un estudio más reciente indica que la batalla pudo haber ocurrido a unos 200 metros sobre el nivel del mar, donde se unen los barrancos de Acentejo, Bobadilla y Cha Marta. Otro estudio sugiere que la batalla no solo fue en el barranco, sino también en la subida hacia las montañas de San Antonio y en el llano de Acentejo.
El desarrollo del enfrentamiento
Después de organizar su campamento en Añazo, el capitán Lugo decidió avanzar hacia el reino de Taoro. Pensó que si vencía a este reino, el resto de la isla se rendiría. El ejército pasó por la orilla de la Laguna de Aguere y los bosques de Agua García y Tacoronte. Se sorprendieron al no encontrar resistencia y se adentraron más en el norte de la isla. Por el camino, recogieron el ganado que los pastores guanches habían dejado. Al llegar a la región de Acentejo y no encontrar a los guanches, decidieron regresar.
Mientras tanto, el rey Bencomo había enviado a su hermano Chimenchia (conocido como Tinguaro) con 300 hombres. Su misión era vigilar a los castellanos y buscar el momento adecuado para tenderles una emboscada, mientras Bencomo llegaba con el resto de sus guerreros.
Finalmente, los guanches atacaron a los conquistadores cuando pasaban por el barranco de Acentejo. Este lugar era una desventaja para los jinetes castellanos. Los hombres de Chimenchia silbaron al ganado, y las cabras y ovejas huyeron, lo que desorganizó las filas castellanas. Los guanches aprovecharon la confusión para atacar con piedras, dardos y lanzas, logrando dividir al ejército castellano.
Más tarde, el rey Bencomo se unió al combate con sus guerreros. Después de varias horas de lucha intensa, los guanches lograron una victoria completa sobre los castellanos.
Los castellanos que sobrevivieron se retiraron. El propio Alonso de Lugo huyó a caballo con una herida en la boca por una pedrada. Se salvó gracias a que su sobrino Pedro Benítez le dio su caballo y a que un canario llamado Pedro Mayor le cambió su capa roja por una azul, ya que los guanches lo seguían por su capa de comandante.
El capitán y muchos de los conquistadores que sobrevivieron huyeron por los cerros hacia el campamento de Añazo. Recibieron ayuda de varios guanches aliados del bando de Güímar. Se dice que el pueblo de La Esperanza recibió su nombre porque los castellanos sintieron esperanza al ver el campamento en la costa desde esa zona montañosa. Otros supervivientes se refugiaron en los acantilados de la costa, debajo del barranco de Acentejo, y fueron rescatados después por barcos enviados por Lugo desde Añazo.
El resultado de la batalla
La consecuencia más importante de esta batalla fue la derrota total de los conquistadores. Sufrieron la mayor pérdida de vidas en casi cien años de conquista de Canarias. Esta derrota obligó a Alonso de Lugo a regresar a Gran Canaria para preparar una nueva expedición y terminar la conquista de Tenerife.
Fuentes de la época indican que solo sobrevivieron 60 jinetes y 200 soldados a pie del lado conquistador.
Curiosidades de la batalla
El fraile Alonso de Espinosa recogió varias historias y anécdotas sobre lo que pasó durante y después de la batalla. Algunas son muy probables, y otras son más bien leyendas.
- Antes de la batalla, se cuenta que un soldado dijo algo muy atrevido, pensando que no necesitaban ayuda para ganar. Se dice que este soldado fue el primero en morir, y que esto fue una de las causas de la derrota.
- Cuando los guanches estaban a punto de atacar, Alonso de Lugo vio que un valiente líder canario, Pedro Maninidra, temblaba a su lado. Lugo le preguntó si tenía miedo, y Maninidra le respondió: "No tiemblo de miedo, que nunca lo tuve; mas tiemblan las carnes pensando el estrecho en que el corazón las ha de meter hoy". Esto significa que su cuerpo temblaba por la gran prueba que iban a enfrentar.
- Se cuenta que, cuando la batalla ya estaba ganada, Bencomo encontró a su hermano descansando. Bencomo le preguntó por qué estaba tan tranquilo mientras su gente seguía luchando. El hermano respondió que él ya había hecho su trabajo como capitán al ganar la batalla, y que ahora los demás debían terminar el trabajo.
- Un conquistador llamado Juan Benítez se hizo el muerto para escapar de la masacre. Permaneció dos días entre los cuerpos sin vida. Luego, aprovechó que un grupo de aborígenes pasaba cerca, escoltando a unos treinta castellanos que se habían refugiado en una cueva. Benítez se unió al grupo sin que los guanches se dieran cuenta al principio. Cuando lo notaron, enviaron un mensaje al mencey, quien decidió perdonar a Benítez y lo envió con los demás al campamento.
- Un grupo de 25 o 30 canarios (aborígenes de Gran Canaria) se refugiaron en una roca en la costa hasta que fueron rescatados por los barcos de Alonso de Lugo. Una historia posterior cuenta que, mientras nadaban hacia la roca, fueron atacados por un tiburón que mató a algunos. Después de dos días en la roca, su capitán, Maninidra, decidió lanzarse al mar con un cuchillo para luchar contra el tiburón y permitir que sus compañeros regresaran a tierra. Se protegió los brazos con una capa y pieles, se lanzó al mar y logró herir al tiburón hasta matarlo.
- Espinosa cuenta que, mientras los guanches recogían las armas de los muertos, uno de ellos tomó una ballesta cargada. Al manipularla, se disparó y mató a uno de ellos. Desde ese momento, los guanches le tuvieron tanto miedo a las ballestas que evitaban pasar cerca de ellas.
La importancia de la batalla en la historia
La batalla dejó una marca en los nombres de los lugares de la isla. La zona donde ocurrió y el pueblo que se fundó allí se llamaron La Matanza. El ayuntamiento de esta localidad incluyó en su escudo, aprobado en 1987, símbolos que recuerdan esta importante batalla. En la primera parte del escudo, hay dos bastones o banotes (lanzas guanches) cruzados sobre una ballesta, lo que representa la victoria guanche sobre los castellanos.
Además, a la entrada de La Matanza, desde la autopista del Norte de Tenerife, hay un mural que fue encargado por el ayuntamiento y diseñado por el artista Rogelio Botanz. Este mural se ha convertido en un símbolo del municipio y de la identidad canaria.
El mural, pintado en 1990 y restaurado en 2015, muestra en primer plano a un guanche tocando un bucio o caracola, y detrás, un soldado castellano en actitud de derrota.
Más información
Véase también
En inglés: First Battle of Acentejo Facts for Kids