Alfonso IX de León para niños
Datos para niños Alfonso IX de León |
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Rey de León | ||
![]() Alfonso IX según una miniatura del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela.
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Reinado | ||
Enero de 1188-24 de septiembre de 1230 | ||
Predecesor | Fernando II | |
Sucesor | Fernando III | |
Información personal | ||
Coronación | Febrero de 1188 | |
Nacimiento | 15 de agosto de 1171 Zamora |
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Fallecimiento | 24 de septiembre de 1230 Sarria |
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Sepultura | Catedral de Santiago de Compostela | |
Familia | ||
Casa real | Casa de Borgoña | |
Padre | Fernando II de León | |
Madre | Urraca de Portugal | |
Consorte |
Ver lista
Teresa de Portugal
Berenguela de Castilla |
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Hijos | Véase Matrimonios y descendencia | |
Alfonso IX de León (nacido en Zamora el 15 de agosto de 1171 y fallecido en Sarria el 24 de septiembre de 1230) fue rey de León desde 1188 hasta su muerte. Su hijo, Fernando III el Santo, unió los reinos de León y Castilla en 1230. Esta unión dio origen a la Corona de Castilla.
Alfonso IX era hijo de Fernando II de León y de Urraca de Portugal. Tuvo algunos desafíos para subir al trono debido a que su madrastra, Urraca López de Haro, quería que su propio hijo heredara el reino. Durante su reinado, tuvo muchos conflictos con su primo, Alfonso VIII de Castilla. A pesar de no participar en la batalla de Las Navas de Tolosa, Alfonso IX logró reconquistar importantes ciudades. Entre ellas se encuentran Cáceres (en abril de 1229), Mérida y Badajoz (en la primavera de 1230). También recuperó gran parte del oeste de la actual Extremadura.
Se casó primero con Teresa de Portugal, pero su matrimonio fue anulado por ser parientes cercanos. Después, se casó con Berenguela de Castilla, con quien tuvo a Fernando. Cuando este segundo matrimonio también fue anulado, Berenguela se llevó a su hijo y logró que se convirtiera en rey de Castilla en 1217, tras la muerte de Enrique I. Esto causó un distanciamiento entre padre e hijo.
Alfonso IX, al parecer, prefería que sus hijas Sancha y Dulce, de su primer matrimonio, heredaran el reino de León. Sin embargo, la madre de Fernando negoció con Teresa de Portugal. Acordaron que Sancha y Dulce recibirían una pensión a cambio de renunciar a sus derechos. Así, Fernando, que había amenazado con atacar el reino si no se cumplían sus exigencias, sucedió a su padre. De esta forma, unió las coronas de León y Castilla, un evento conocido como la Concordia de Benavente.
Contenido
El inicio de su reinado
Cuando su padre falleció en enero de 1188, Alfonso IX tenía dieciséis años. Enfrentó grandes dificultades para acceder al trono, que le correspondía por nacimiento. Su madrastra, Urraca López de Haro, quería que su hijo Sancho heredara el reino, argumentando que el matrimonio de los padres de Alfonso IX había sido anulado. Además, los reinos vecinos de Portugal y Castilla querían repartirse el reino de León. Afortunadamente, Alfonso IX logró el apoyo de los leoneses y pudo subir al trono.
El comienzo de su reinado fue muy complicado. Portugal y Castilla amenazaban por el este y el oeste, y los almohades (un grupo musulmán) representaban un gran peligro por el sur. Además, el reino estaba en bancarrota. Ante esta situación, el joven rey convocó las famosas Cortes de León de 1188. Por primera vez, se invitó a representantes de las ciudades a participar en asuntos de Estado. Asistieron nobles, clérigos y personas de las ciudades de León, Asturias y Extremadura. Estas Cortes son consideradas las primeras con representación popular en Europa y el mundo.
Las Cortes de León
Las Cortes se reunieron en la primavera de 1188, en el claustro de la Basílica de San Isidoro. Estuvieron presentes todos los obispos del reino, incluyendo al arzobispo de Santiago de Compostela, que era la máxima autoridad religiosa. También asistieron nobles y, por primera vez, representantes de ciudades como León, Oviedo, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Zamora, Astorga, Toro, Benavente y Ledesma.
El principal motivo para convocar a los representantes de las ciudades fue la necesidad urgente de mejorar la economía del reino. Los habitantes de las ciudades tenían cierta prosperidad, y el rey buscaba su colaboración para obtener más recursos. A cambio, Alfonso IX se comprometió a mejorar la justicia y a reducir los abusos de poder de la nobleza.
Conflictos y alianzas

Relaciones con Castilla
En junio de 1188, Alfonso IX se reunió con su primo Alfonso VIII de Castilla en Carrión de los Condes. Querían establecer buenas relaciones y una paz duradera. En la ceremonia, Alfonso IX fue nombrado caballero por el rey castellano. Sin embargo, más tarde, Alfonso VIII rompió el acuerdo. Invadió territorio leonés y tomó varias fortalezas que no le pertenecían, como Valencia de Don Juan y Valderas. Esto marcó el inicio de conflictos entre ambos reinos.
Relaciones con Portugal
Sancho I de Portugal también invadió el territorio leonés con la intención de expandir sus tierras. El reino de León se encontró así amenazado por dos frentes.

Alfonso IX, al ver el peligro, buscó una solución diplomática. Se reunió con Sancho I de Portugal y acordó casarse con su hija, la infanta Teresa. Sin embargo, como ambos eran nietos de Alfonso Enríquez, el matrimonio estaba prohibido por la Iglesia. A pesar de ello, tuvieron tres hijos: Dulce, Fernando y Sancha. El papa Celestino III anuló el matrimonio y excomulgó a los reyes de León y Portugal, lo que significaba que no podían participar en ciertos ritos religiosos.
La Liga de Huesca
En un momento de mucha tensión, el rey de Portugal propuso al rey de Aragón un pacto para defenderse de Castilla. El rey de Aragón, que también temía a Castilla, sugirió que el pacto incluyera al reino de Navarra y al reino de León. Este acuerdo, conocido como la «Liga de Huesca», comprometía a los cuatro reyes a no iniciar guerras sin el consentimiento mutuo. Alfonso IX firmó el tratado porque desconfiaba de Alfonso VIII, quien aún no le había devuelto las fortalezas leonesas.
Acuerdos con los almohades
En 1191, Alfonso IX, consciente del gran poder de los almohades, firmó una tregua de cinco años. El papa Celestino III reaccionó excomulgando al rey de León por este pacto. Incluso ofreció las mismas recompensas a quienes lucharan contra el reino de León que a quienes participaban en las Cruzadas. Esto significaba que los súbditos leoneses quedaban libres de obedecer a su rey.
Portugal aprovechó esta situación para atacar León, esperando expandir sus dominios. Invadió con ayuda de nobles gallegos, tomando Tuy y Pontevedra, aunque estas poblaciones fueron recuperadas más tarde por León.
Alfonso VIII de Castilla, con el apoyo de Portugal y Aragón, también atacó el reino de León. Intentó conquistar Benavente y Astorga, pero fracasó. Después de causar mucha destrucción, llegó a las puertas de la ciudad de León, pero no pudo entrar. Solo logró tomar Puente Castro, una localidad cercana, y saquear su barrio judío.
En 1195, Alfonso IX recibió ayuda de los árabes (dinero y tropas) y contraatacó a Castilla, llegando hasta Carrión. Para reparar la humillación de haber besado la mano del rey castellano, Alfonso IX se hizo nombrar caballero de nuevo. Alfonso VIII de Castilla también hizo un pacto con los almohades para evitar más problemas.
El representante del papa intentó mediar en el conflicto entre León y Castilla. Logró que ambos reyes se reunieran en Tordehumos el 20 de abril de 1194. Allí firmaron un tratado de paz. Alfonso VIII se comprometió a devolver tres castillos leoneses (Alba, Luna y Portilla) de inmediato, y el resto de las tierras tomadas a León a su muerte. En el tratado, Alfonso IX se comprometió a casarse con Berenguela de Castilla, hija mayor del rey de Castilla. La boda se celebró en Valladolid en diciembre de 1197.
La Batalla de Alarcos
Los reinos cristianos sentían una gran amenaza por parte de los almohades. Alfonso VIII de Castilla pidió ayuda a Alfonso IX para enfrentarlos, pero sin devolverle las fortalezas leonesas que aún tenía. Por eso, el rey leonés le negó su apoyo. Alfonso VIII decidió atacar solo a los almohades. La batalla tuvo lugar el 19 de julio de 1195 en Alarcos y terminó con una gran derrota para el ejército cristiano.
Alfonso IX estaba cerca de la batalla, pero sus tropas no intervinieron. Después de la derrota, Alfonso IX se reunió con su primo en Toledo para exigirle que cumpliera el acuerdo y le devolviera las fortalezas leonesas. Alfonso VIII se negó, y el rey leonés se marchó indignado.
Los almohades seguían siendo una amenaza para los reinos cristianos. El arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, informó al papa Inocencio III, quien pidió al rey de Castilla que iniciara una guerra contra los almohades. Alfonso VIII, que había sufrido la derrota de Alarcos, sabía que necesitaba la ayuda de los otros reinos cristianos. Envió mensajeros a Navarra, Aragón y León.
En Castilla, se temía el poder del reino de León, que recientemente había derrotado a los portugueses. Alfonso VIII también estaba preocupado por lo que haría el rey leonés para recuperar los territorios que aún tenía en su poder. Temía que Alfonso IX exigiera la devolución de esas tierras para participar en la batalla, o que las recuperara si él no iba.
Por ello, Alfonso VIII pidió al papa que mediara. Inocencio III amenazó con excomulgar a cualquiera que atacara mientras los castellanos luchaban contra los musulmanes. El rey de León, que quería ir a la batalla, consultó a su consejo, que le recomendó exigir la devolución de sus territorios. Alfonso IX respondió que iría gustoso en cuanto le devolvieran lo que le pertenecía.
Las tropas castellanas se unieron a las de Aragón y Navarra, y a muchos caballeros de otros países europeos. Los reyes de León y Portugal no asistieron a la batalla, pero permitieron que sus súbditos se unieran. Así, muchos leoneses, asturianos y gallegos participaron.
Como había temido Alfonso VIII, el rey leonés aprovechó para recuperar sus tierras. Para no desobedecer al papa, solo recuperó las fortalezas dentro de las fronteras de León. Cuando Alfonso VIII regresó de la batalla, no pudo hacer nada. Incluso invitó a los reyes de León y Portugal a firmar un tratado de paz en Coímbra. Hubo un nuevo acuerdo en el que Alfonso VIII devolvió las fortalezas leonesas de Peñafiel y Almanza a Alfonso IX.
La Reconquista de Alfonso IX

Después de los conflictos con Castilla, Alfonso IX retomó sus planes de reconquista. A finales de 1218, organizó una expedición a tierras musulmanas para conquistar Cáceres. Participaron caballeros de Gascuña y de las Órdenes de Calatrava y Alcántara. Sin embargo, la ciudad estaba bien defendida, y tras un asedio de tres meses y medio, los ejércitos cristianos tuvieron que retirarse.
En otra incursión, Alfonso IX se encontró con un nuevo oponente: Portugal, que también quería esas tierras. Los portugueses atacaron a las tropas leonesas en Braga y Guimarães, pero fueron derrotados en ambas ocasiones. El 13 de junio de 1219, ambos reinos firmaron un nuevo tratado de paz. Después de estas victorias, Alfonso IX hizo una incursión hasta Sevilla, donde derrotó a los musulmanes y obtuvo un gran botín.
En 1221, los caballeros de la Orden de Alcántara lograron tomar Valencia de Alcántara, lo que impulsó la reconquista leonesa. Al año siguiente, se intentó de nuevo tomar Cáceres, pero fracasaron. El rey volvió a asediar la ciudad en 1223, 1225 y 1226 (año en que también se intentó tomar Badajoz sin éxito). Finalmente, Cáceres cayó en abril de 1229.
Cáceres era una ciudad clave en el frente musulmán. Esto, junto con una gran derrota infligida en 1230 al ejército de Ibn Hud que iba a ayudar a Mérida, provocó la caída de muchas ciudades extremeñas. Algunas fueron abandonadas por sus defensores. Así, en 1230, fueron conquistadas Mérida (tras un largo asedio), Badajoz, Elvas (ambas abandonadas) y Baldala (actual Talavera la Real). Ese mismo año, Montánchez fue entregada a la Orden de Santiago.
Después de esta campaña, Alfonso IX se dirigió a Santiago de Compostela para visitar al Apóstol Santiago, a quien tenía mucha devoción, y agradecerle su ayuda en la reconquista. En el camino, enfermó gravemente en Villanueva de Sarria y falleció poco después, el 24 de septiembre de 1230. Fue enterrado en la catedral de Santiago, junto a su padre, como había pedido en su testamento.
La administración del reino

Repoblación de territorios
Alfonso IX implementó una política de repoblación basada en las experiencias de reyes anteriores. Se centró en técnicas similares a las de Alfonso III y Ramiro II. No solo repobló nuevas áreas, sino que también impulsó las ya existentes. Lo hizo concediendo Fueros (leyes especiales) para mejorar el gobierno y el desarrollo de las villas y ciudades del reino.
Concedió fueros a ciudades como Tuy, Lobera y Puentecaldelas. Repobló Mellid, Monforte de Lemos y Villanueva de Sarria en Galicia. En Asturias, concedió fueros a Llanes y eximió a Oviedo del pago de peajes entre Oviedo y León. También repobló Tineo. En León, concedió fueros a Carracedelo, Villafranca del Bierzo, Bembibre, Laguna de Negrillos y Puebla de Sanabria, y repobló Villalpando.

También refundó La Coruña en 1208. Trasladó a los habitantes de la cercana población de El Burgo al lugar actual de la Ciudad Vieja. Reconstruyó la ciudad y le otorgó los privilegios del Fuero de Benavente. Así, La Coruña se convirtió en un lugar que dependía directamente del rey, libre de la autoridad del clero o de los señores feudales.
Economía del reino
La economía del reino se basaba principalmente en la agricultura y la ganadería. Alfonso IX promulgó leyes al principio de su reinado para favorecer la producción de vino y madera, así como la cría de vacas y otros animales de trabajo. Esto buscaba impulsar las actividades existentes y diversificar la economía del reino. Durante su reinado, la ganadería prosperó en las zonas húmedas como Asturias y Galicia, mientras que la agricultura lo hizo en la zona del Duero.
La producción de cereales, como trigo y centeno, era abundante en la zona del Duero, pero escasa en Asturias y Galicia. En estas últimas regiones, incluso las iglesias tenían problemas para conseguir trigo para sus ceremonias. Por ello, comer pan de trigo era considerado un lujo. También se producían hortalizas, lino y legumbres. Los animales usados en la agricultura eran vacas y bueyes, aunque en las llanuras de Tierra de Campos se usaban mulas.
El vino se producía en todo el Reino, destacando zonas como Ribadavia en Orense, Villafranca en León, Toro en la provincia de Zamora y la Ribera del Duero. La pesca también era importante, tanto de mar como de río.
En Asturias, la producción de manzana era enorme. El excedente se usaba para producir sidra. Alfonso IX se sorprendió al saber que varias comunidades de monjes asturianos cosechaban manzanas para elaborar sidra para todo el año.
Uno de los grandes logros de Alfonso IX fue la notable disminución del poder de los nobles. Esto se debió a las políticas que siguió el rey leonés.
La Universidad de Salamanca

Uno de los actos más importantes de Alfonso IX fue la creación del Estudio General de Salamanca. Este se desarrolló a partir de las escuelas de la catedral que ya funcionaban desde hacía casi un siglo. En esa época, era común que las catedrales de los reinos de España tuvieran escuelas.
En 1208, el obispo Tello Téllez de Meneses había creado un Estudio General en Palencia. Sin embargo, a los leoneses les resultaba difícil asistir debido a los constantes conflictos entre León y Castilla. Por eso, Alfonso IX decidió, en 1218, crear otro Estudio General en Salamanca. Años más tarde, Fernando III le dio un gran impulso. Finalmente, Alfonso X de Castilla la convirtió en la primera universidad de Europa en ostentar ese título, el 6 de mayo de 1254.
La sucesión al trono
La temprana muerte del infante Fernando, hijo de Alfonso IX con la reina Teresa, alteró los planes del rey. Alfonso IX tuvo dos hijos varones. Al morir el primero, quedaba otro, también llamado Fernando, que había tenido con la reina Berenguela. Su nombramiento como rey de Castilla cambió las cosas de nuevo.
Después de esto, Alfonso IX pensó en sus hijas, las infantas Sancha y Dulce, de su primer matrimonio con la reina Teresa. Parece que tenía la intención de que ellas heredaran el reino, según documentos posteriores a 1217. La Orden de Santiago, creada por los reyes leoneses, actuaría como garante del testamento. Sin embargo, en 1218, el papa confirmó a Fernando III como heredero del reino. Fernando III reclamó sus derechos como hijo del rey. Mientras las infantas eran recibidas como gobernantes en Zamora, Fernando entró en Toro con el apoyo de parte de la Iglesia leonesa. Finalmente, negoció una gran suma de dinero con sus hermanas para que renunciaran a sus posibles derechos. Este acuerdo se llamó la «Concordia de Benavente» (11 de diciembre de 1230) y puso fin al conflicto. A cambio, ellas reconocieron el derecho de Fernando al trono leonés.
Matrimonios e hijos

Alfonso IX se casó por primera vez en 1191 en Guimarães con la infanta Teresa de Portugal, hija del rey Sancho I de Portugal. Entre 1191 y 1196, año en que el matrimonio fue anulado por razones de parentesco, tuvieron tres hijos:


En diciembre de 1197 se casó en la iglesia de Santa María de Valladolid con la infanta Berenguela de Castilla, hija del rey Alfonso VIII. De este matrimonio nacieron cinco hijos:
- Leonor (fallecida en 1202).
- Constanza (1200-1242), fue religiosa.
- Fernando III (1199/1201-1252). Fue rey de Castilla en 1217 y de León en 1230, uniendo ambos reinos.
- Alfonso de Molina (1202-1272).
- Berenguela (fallecida en 1235). Se casó en 1224 con Juan de Brienne, rey-regente de Jerusalén.
Alfonso IX tuvo otros hijos fuera de sus matrimonios.
Con Inés Íñiguez de Mendoza tuvo una hija nacida alrededor de 1197:
- Urraca Alfonso de León, señora consorte de Vizcaya.
Con Estefanía Pérez de Faiam tuvo un hijo:
- Fernando Alfonso de León (nacido en 1211), que falleció joven.
Con Maura, una mujer de Salamanca, tuvo a:
- Fernando Alfonso de León (fallecido en 1285). Fue una figura importante en la Iglesia.
Con Aldonza Martínez de Silva, tuvo tres hijos:
- Rodrigo Alfonso de León (fallecido después de 1268).
- Aldonza Alfonso de León (fallecida en 1266).
- Teresa Alfonso de León.
Su relación más duradera fue con Teresa Gil de Soverosa, con quien tuvo cuatro hijos:
- Sancha Alfonso de León (fallecida en 1270).
- María Alfonso de León (fallecida después de julio de 1275).
- Martín Alfonso de León (c. 1220-1272).
- Urraca Alfonso de León (fallecida después de 1280).
Muerte y sepultura
Alfonso IX de León falleció en Sarria, Galicia, el 24 de septiembre de 1230, a los cincuenta y nueve años. Estaba realizando una peregrinación a Santiago de Compostela.
Fue sepultado en la Catedral de Santiago de Compostela, junto a su padre, el rey Fernando II. Su tumba se encuentra en la Capilla de las Reliquias, donde está el Panteón Real. Sobre un sepulcro de piedra liso, hay una estatua que representa al rey. Viste túnica y manto, con una corona real en la cabeza. Su brazo derecho está levantado y su mano izquierda reposa sobre su pecho. La estatua es similar a la de su padre, lo que ha causado dudas a los historiadores sobre cuál tumba pertenece a cada rey.
Genealogía
Ancestros de Alfonso IX de León | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Predecesor: Fernando II |
Rey de León 1188-1230 |
Sucesor: Fernando III |
Véase también
En inglés: Alfonso IX of León Facts for Kids