Nacimiento del Reino de Portugal para niños
El nacimiento del Reino de Portugal ocurrió en 1139. En ese año, el conde Alfonso Henríquez del Condado Portucalense empezó a llamarse a sí mismo «rey». La independencia del Reino de Portugal del Reino de León se confirmó en 1179. Fue entonces cuando el Papa reconoció a Alfonso Henríquez como rey en un documento importante llamado Manifestis Probatum.
Según el historiador José Hermano Saraiva, Portugal se convirtió en un país independiente a través de varias etapas. Algunas de las más importantes fueron:
- El levantamiento de Alfonso Henríquez y la toma del control del condado en 1128.
- La paz de Tui en 1137.
- La reunión de Zamora y el acuerdo con el Papa en 1143.
- La desaparición del título de emperador con la muerte de Alfonso VII en 1157.
- Finalmente, el documento papal Manifestis Probatum de 1179, que reconoció la nueva monarquía por parte de la Santa Sede.
Contenido
Del Condado Portucalense al Reino de Portugal
Las primeras menciones de un Condado Portucalense dentro del Reino de León son de finales del siglo IX. Sus límites no estaban muy claros, pero se cree que abarcaba tierras entre el río Miño y el río Duero. Su nombre venía de la ciudad de Portucale, cerca de la desembocadura del río Duero. Esta ciudad fue repoblada por el conde Vimara Peres a mediados del siglo IX.
Una descendiente de este conde, la condesa Mumadona, fundó un convento y el castillo de San Mamede. Alrededor de este castillo se formó la ciudad de Guimaraes, que fue la capital del condado. Después de Mumadona, su hijo Gonçalo Mendes heredó el condado. Así, el condado se volvió hereditario, y los condes tuvieron cierta independencia del rey de León.
Entre los años 924 y 926, el príncipe Ramiro (hijo de Ordoño II de León) gobernó las tierras del norte de Portugal. Luego, entre 926 y 928, extendió su control hasta el río Tajo. En 929, Ramiro fue coronado rey de Galicia. En 931, se convirtió en rey de León.
Más al sur, existió el condado de Coímbra. Fue gobernado por una familia noble de Portugal, hasta que volvió a ser controlado por los árabes. Cuando Coímbra fue conquistada por el rey de León Fernando I en 1063 o 1064, su gobierno fue entregado a Sesnando. Él casó a una de sus hijas con el conde de Portucale, Nuno Mendes. Sesnando gobernó hasta su muerte en 1091, actuando como un "pequeño rey" en su territorio.
Alfonso VI de León entregó el Condado Portucalense (que incluía Portucale y Coímbra) al noble Enrique de Borgoña. Enrique se había casado con Teresa de León, una de las hijas del rey. Al mismo tiempo, Alfonso VI había dado el Reino de Galicia a Raimundo de Borgoña, casado con su hija legítima Urraca. Es probable que estos nombramientos buscaran controlar las regiones lejanas. Sin embargo, la unión de las regiones del norte y del sur fue un paso clave para la independencia de Portugal.
Después de la muerte de Enrique de Borgoña en 1112, el condado pasó a su esposa Teresa. Ella lo gobernó en nombre de su hijo Alfonso Henriques, que solo tenía tres años. Pero cuando Alfonso creció, Teresa no quiso dejar el condado. Alfonso Henriques solo logró ser el nuevo conde después de levantarse en armas en 1128. Venció al ejército de su madre en la batalla de San Mamede, cerca del castillo de Guimaraes.
Después de su victoria, Alfonso empezó a buscar la independencia. Primero, adoptó el título de «infante» en lugar de conde. Un documento de 1129 decía: «Yo, el Infante Alfonso, hijo del conde Enrique, libre ya de toda opresión y, por la providencia de Dios, en posesión pacífica de Coímbra y de todas la ciudades de Portugal…». Luego, no asistió a la coronación del rey Alfonso VII como emperador en 1135.
Dos años después, en la paz de Tui, Alfonso Henríquez prometió al emperador Alfonso VII «fidelidad, seguridad y ayuda contra los enemigos». Pero en 1139, Alfonso Henríquez comenzó a llamarse «rey». Este es el momento que se considera el nacimiento del Reino de Portugal. En ese mismo año, el 25 de julio, tuvo lugar la batalla de Ourique. En ella, Alfonso Henríquez venció a un ejército musulmán. Esta batalla se convirtió en un evento muy importante para la historia de Portugal y su independencia. Los cinco reyes musulmanes derrotados aparecen representados en el escudo de Portugal como cinco escudos azules.
Por iniciativa de un representante del Papa, el cardenal Guido de Vico, Alfonso Henríquez y Alfonso VII de León se reunieron en Zamora en octubre de 1143. Se cree que allí se firmó el Tratado de Zamora, donde el rey leonés supuestamente reconoció la independencia de Portugal. Sin embargo, no se sabe con certeza cómo ocurrió. Lo que sí se sabe es que en diciembre de ese mismo año, Alfonso Henríquez escribió una carta al Papa. En ella, se declaró dependiente de la Iglesia de Roma y se nombró «hombre y caballero del Papa y de San Pedro». A cambio, la Santa Sede debía defenderlo de cualquier otro poder. Para mostrar su dependencia, Alfonso Henríquez se comprometió a pagar cuatro onzas de oro al año. Así, Alfonso Henríquez intentó asegurar la independencia de su nuevo reino.
En 1179, Alfonso Henríquez logró su objetivo. El Papa lo reconoció como rey en el documento Manifestis Probatum. Hasta ese momento, el Papa había evitado usar ese título en su correspondencia. Esta concesión se obtuvo con un regalo de mil monedas de oro, pero la independencia de Portugal ya era un hecho.
Los primeros reyes de Portugal (1139-1279)
Alfonso I (Afonso Henriques)

Alfonso Henríquez consiguió varias victorias contra los musulmanes. Al principio de su reinado, el poder de los musulmanes estaba disminuyendo. En Portugal, los líderes musulmanes gobernaban ciudades y pequeños territorios. En África, otros grupos musulmanes estaban debilitando su poder. Alfonso aprovechó esto e invadió la región del Alentejo. Fue ayudado por los templarios y los hospitalarios, que tenían sus bases en Tomar y Soure.
El 25 de julio de 1139, venció a las fuerzas musulmanas en la llanura de Ourique, en el Alentejo. Aunque la leyenda ha exagerado la victoria, fue muy importante. En 1140, los musulmanes lograron llegar a la fortaleza de Leiría, que Alfonso había construido en 1135 para defender Coímbra, su capital. En 1140, los templarios fueron derrotados en Soure.
Pero el 15 de marzo de 1148, Alfonso tomó la fortaleza de Santarém. Al mismo tiempo, un grupo de cruzados que iban hacia Palestina llegaron a Oporto. Se ofrecieron como voluntarios para ayudar en el Asedio de Lisboa. Entre ellos había ingleses, alemanes y flamencos, que luego se quedaron a vivir en Portugal. Con la ayuda de estas fuerzas, Alfonso capturó Lisboa el 25 de octubre de 1147.
Esta fue la victoria más grande de su reinado. Las ciudades musulmanas de Palmela, Sintra y Almada se rindieron pronto. En 1158, Alcácer do Sal, un importante centro comercial musulmán, fue conquistado. Durante este tiempo, un nuevo grupo musulmán, los Almohades, invadió la Península Ibérica desde el norte de África. Recuperaron algunos territorios, pero algunos grupos de cruzados se habían establecido en el Alentejo. Uno de los colonos más importantes fue Gerardo Sempavor ("Gerardo sin miedo"), quien capturó Évora en 1165.
En 1171, Alfonso firmó una tregua de 7 años con los musulmanes. Ya mayor y debilitado, delegó el mando del ejército en su hijo Sancho. Entre 1179 y 1184, los musulmanes recuperaron muchas de sus pérdidas en el Alentejo, pero no pudieron recuperar Santarém y Lisboa. En 1179, a través del documento papal Manifestis Probatum, el Papa Alejandro III reconoció a Portugal como una nación independiente. También reconoció a Alfonso y a sus herederos como sus reyes. Alfonso murió el 6 de diciembre de 1185. Había asegurado Portugal como un reino independiente y había extendido su frontera hacia el sur, desde el río Mondego hasta el Tajo. También creó la armada portuguesa y fortaleció la cooperación entre la Corona y las órdenes militares, lo que fue muy útil para el desarrollo marítimo y económico del país.
Sancho I
Sancho I continuó la guerra contra los musulmanes, con victorias y derrotas. En 1189, conquistó Silves, la capital del Algarve en esa época. En 1192, perdió no solo el Algarve, sino también grandes partes del Alentejo, incluyendo Alcácer do Sal, que fue recuperado por los Almohades. Finalmente, firmó una tregua.
Durante los siguientes ocho años, Sancho se enfrentó a Alfonso IX. Las razones de estos conflictos no están claras. Terminaron en 1201. La última década del reinado de Sancho fue un período de paz y repoblación. Por esta razón, el rey fue llamado el repoblador.
Sancho I otorgó Cartas Pueblas a varias ciudades. Estos documentos legalizaban un sistema de autonomía que venía desde los romanos. Lisboa ya había recibido un fuero de Alfonso I en 1179. Sancho se preocupó por atraer inmigrantes y fomentar la agricultura. Garantizó tierras a las órdenes militares y a los municipios, dándoles propiedades y derechos de cultivo.
Cerca del final de su reinado, tuvo un desacuerdo con el Papa Inocencio III. Sancho insistía en que los sacerdotes debían acompañar a sus tropas en la batalla y estar bajo la ley civil. También se negó a pagar un impuesto a Roma y reclamó tierras de la Iglesia. Finalmente, tuvo una disputa con Martinho Rodrigues, el obispo de Oporto. El obispo fue asediado en su palacio y tuvo que pedir ayuda a Roma. Cuando Sancho estaba enfermo y no podía resistir la presión del Papa, en 1210 aceptó someterse por completo. Repartió sus territorios entre sus hijos e hijas y se retiró al Monasterio de Alcobaza, donde murió en 1211.
Alfonso II
El reinado de Alfonso II ("el gordo") es importante porque fue el primero en el que se reunieron las Cortes portuguesas. A estas reuniones asistían los altos cargos de la Iglesia y los nobles. Su trabajo era aconsejar al rey. Alfonso II (1211-1223) no era un rey guerrero. Sin embargo, en 1212, un grupo de portugueses aliados con Castilla venció a los musulmanes en la Batalla de las Navas de Tolosa. En 1217, los ministros, obispos y capitanes portugueses, con la ayuda de cruzados, recuperaron Alcácer do Sal.
Alfonso II no respetó los deseos de su padre. Intentó controlar las tierras que su padre había dejado a sus hermanos. Estos se fueron al exilio. Alfonso solo devolvió las propiedades a sus hermanas después de una larga guerra civil, en la que Alfonso IX de León lo apoyó. Sus intentos de fortalecer la monarquía y las finanzas reales a costa de la Iglesia hicieron que el Papa Honorio III lo excluyera de la Iglesia. Portugal estuvo bajo una prohibición religiosa hasta la muerte del rey en 1223.
Sancho II
Sancho II subió al trono a los trece años. Para que se levantara la prohibición religiosa, los hombres de Estado del reinado anterior renunciaron a sus cargos. Estêvão Soares, arzobispo de Braga, lideró a los nobles y religiosos que intentaron tomar el poder real durante la minoría de edad de Sancho II. Negociaron una alianza con Alfonso IX de León.
Elvas fue tomada a los musulmanes en 1226. En 1227, Sancho asumió el control del reino. Continuó la lucha contra los musulmanes, quienes fueron expulsados de sus últimos refugios en el Alentejo. Entre 1239 y 1244, después de una disputa con Roma que terminó de nuevo con una prohibición religiosa y la sumisión del rey, ganó varias batallas en el Algarve. Pero sus conquistas se vieron interrumpidas por una revolución. El pretexto fue su matrimonio con una mujer de Castilla, Mecia López.
La validez de su matrimonio fue cuestionada, aunque no había pruebas suficientes. Pero su impopularidad era clara. Los obispos, molestos porque Sancho apreciaba a los ministros de su padre que estaban en contra de la Iglesia, aprovecharon su impopularidad para organizar la rebelión. Alfonso, el hermano de Sancho, se convirtió en el líder. Él había obtenido el título de Conde de Boulogne por su matrimonio con la condesa Matilda. El Papa emitió un documento a favor de Alfonso, quien llegó a Lisboa en 1246. Después de una guerra civil de dos años, Sancho II se retiró a Toledo, donde murió en enero de 1248.
Alfonso III
Uno de los primeros y más importantes actos del nuevo rey fue dejar los títulos religiosos de "visitador" o "curador" del reino y proclamarse rey. Hasta ese momento, la posición de la monarquía era incierta. Mientras que en Aragón la nobleza y el clero tenían mucho control sobre su rey, el nuevo rey quería fortalecer el papel del monarca y su posición por encima de sus súbditos. Esto fue un paso decisivo para el desarrollo de una monarquía nacional y un gobierno centralizado.
Un segundo paso se dio justo después de la conquista del Algarve, el último territorio musulmán. Esto causó problemas con Alfonso X, quien pensaba que el Algarve debía ser un territorio dependiente de Castilla. La guerra que siguió terminó con la aceptación de Alfonso III de Beatriz de Guzmán, hija de Alfonso X, como esposa. El Algarve se mantuvo como un territorio dependiente de Castilla. La celebración de su matrimonio, mientras Matilda, la primera esposa de Alfonso III, aún vivía, provocó una prohibición religiosa sobre el reino. En 1254, Alfonso III convocó cortes en Leiría. Por primera vez, las ciudades participaron en igualdad de condiciones con el clero y la nobleza.
Con el apoyo de las cortes, el rey se negó a someterse a Roma. Durante las Cortes de Coímbra de 1261, mejoró su posición gracias a la conciliación de los representantes de las ciudades. Estos denunciaron el uso de una moneda devaluada y reconocieron que los impuestos no podían establecerse sin la aprobación de las Cortes. El clero sufrió mucho durante la prohibición religiosa. En 1262, el Papa Urbano IV legalizó el matrimonio en disputa y reconoció a Dionisio, el hijo mayor del rey. Esto puso fin a la lucha por el poder entre la Iglesia y la Corona.
La monarquía triunfó al recibir el apoyo de los municipios y las órdenes militares. También ganó prestigio por las victorias en las guerras contra los musulmanes y Castilla. En 1263, Alfonso X renunció a su reclamo sobre el Algarve. Fue entonces cuando Portugal alcanzó los límites que tiene hoy en día, logrando su completa independencia. Lisboa fue reconocida como la capital. Alfonso III siguió reinando hasta su muerte en 1279. Sin embargo, la paz de sus últimos años fue interrumpida por una rebelión que ocurrió durante el reinado de Dionisio I.
Dionisio I (D.Dinis)
Fue el sexto rey de Portugal. Subió al trono a los 17 años. Durante sus 46 años de reinado, fue uno de los responsables de la creación de la identidad nacional portuguesa y del crecimiento de la idea de un país-estado. Por parte de su madre, descendía de personas importantes como Alfonso X el Sabio, su abuelo, o Enrique II de Inglaterra. En 1297, después de que su padre terminara la conquista de los territorios hasta el Algarve, Dionisio definió las fronteras portuguesas. Firmó el Tratado de Alcañices con Fernando IV de Castilla. Con este tratado, Portugal consiguió tener una de las fronteras más antiguas de Europa.
Fue apodado "el trovador" o "rey poeta" en Portugal. Esto se debe a que fue un pionero de las canciones de amigo, amor y burla de la poesía medieval portuguesa. Impulsó la traducción al portugués de muchos escritos de su abuelo. También organizó y redactó los dominios administrativos territoriales. Fue responsable de la creación de la primera universidad portuguesa en Coímbra en 1308.