Rodrigo Jiménez de Rada para niños
Rodrigo Jiménez de Rada, también conocido como El Toledano, fue una persona muy importante en la historia de Navarra y Castilla en el siglo XIII. Nació alrededor del año 1170 en Rada o Puente la Reina, en Navarra, y falleció el 10 de junio de 1247 en Vienne, Francia.
Fue muchas cosas a la vez: un hombre de la Iglesia, un militar, un historiador y un político. Durante casi cuarenta años fue Arzobispo de Toledo, una de las ciudades más importantes de la época. Logró que la sede de Toledo fuera reconocida como la principal de España y comenzó la construcción de la actual catedral sobre una antigua mezquita.
También fue un consejero y diplomático clave para varios reyes, como Sancho VII de Navarra de Navarra y Alfonso VIII de Castilla y Fernando III de Castilla de Castilla. Con Fernando III, fue su canciller, una especie de secretario principal.
Rodrigo Jiménez de Rada fue fundamental en la organización de la cruzada de los reinos cristianos contra los almohades, un grupo musulmán que controlaba gran parte del sur de España. Él mismo dirigió varias campañas militares, incluyendo la famosa Batalla de Las Navas de Tolosa, donde los cristianos lograron una victoria decisiva.
Gracias a sus conquistas y donaciones, obtuvo muchos territorios para la Iglesia, como el adelantamiento de Cazorla. Además, participó en importantes reuniones de la Iglesia, como los concilios de Letrán y Lyon. Era una persona muy culta y hablaba varios idiomas. También escribió un libro de historia llamado De rebus Hispaniae, que cuenta la historia de España desde sus inicios hasta el año 1243.
Datos para niños Rodrigo Jiménez de Rada |
||
---|---|---|
![]() Rodrigo Jiménez de Rada, retratado por Juan de Borgoña ca. 1510.
|
||
|
||
![]() 56.º Arzobispo de Toledo Primado de España |
||
27 de febrero de 1209-10 de junio de 1247 | ||
Predecesor | Martín López de Pisuerga | |
Sucesor | Juan de Medina de Pomar | |
|
||
Canciller Mayor de Castilla | ||
1230-1247 | ||
Predecesor | Juan de Soria | |
Sucesor | Ligado al cargo de arzobispo de Toledo | |
|
||
Obispo electo de Osma-Soria | ||
1208 | ||
Predecesor | Diego de Acebes | |
Sucesor | Melendo | |
Información personal | ||
Nombre | Rodrigo Jiménez de Rada | |
Nacimiento | Navarra, ca. 1170 | |
Fallecimiento | Francia, 1247 | |
Padres | Jimeno Pérez de Rada y Eva de Hinojosa | |
Alma mater | Bolonia, París | |
|
||
Firma | ![]() |
|
![]() Escudo de Rodrigo Jiménez de Rada
|
||
Biografía de Rodrigo Jiménez de Rada
Orígenes y formación
Rodrigo Jiménez de Rada nació alrededor del año 1170. Su padre, Jimeno Pérez de Rada, era señor de Cadreita y Rada y trabajaba en la corte del rey Sancho VII de Navarra. Su madre se llamaba Eva de Hinojosa. Su familia materna tenía conexiones importantes en Castilla, lo que le ayudaría más tarde a entrar en la corte de ese reino.
Desde joven, Rodrigo se dedicó a los estudios. Primero, aprendió filosofía y derecho en la universidad de Bolonia, en Italia, durante unos cuatro años (entre 1195 y 1199). Después, estudió teología en la Universidad de París por otros cuatro años. Además de su lengua materna, el castellano, dominaba el latín, euskera, italiano, francés, alemán, inglés, árabe y posiblemente griego y hebreo.
Regreso a España y primeros pasos en la política
Cuando Rodrigo regresó a Navarra en 1203, su padre lo introdujo en la corte del rey Sancho VII, de quien se hizo muy cercano. En esa época, la situación en la Península ibérica era complicada, con muchos conflictos entre los reinos cristianos y también contra los almohades.
En 1207, gracias a la mediación de Rodrigo, Castilla y Navarra firmaron un acuerdo de paz llamado el Pacto de Guadalajara. Su habilidad para la diplomacia y sus lazos familiares en Castilla le ganaron la confianza del rey Alfonso VIII de Castilla, quien lo consideró desde entonces su hombre de confianza.
Arzobispo de Toledo y líder de la Iglesia
Rodrigo tuvo un papel activo en la creación del Estudio General de Palencia, la primera universidad de este tipo en España. En 1208, fue elegido obispo de Osma. Sin embargo, antes de tomar posesión, el arzobispo de Toledo falleció, y el cabildo catedralicio (el grupo de clérigos que dirigía la catedral) eligió a Rodrigo como su sucesor. El Papa Inocencio III confirmó su nombramiento en febrero de 1209.
En ese tiempo, Toledo era una ciudad muy importante, donde convivían personas de diferentes culturas: musulmanes, cristianos y judíos. Su archidiócesis era la única sede principal de Castilla. Al año siguiente, Rodrigo recibió las órdenes sacerdotales y logró que el Papa confirmara la primacía de Toledo, es decir, que fuera la diócesis más importante de España. Esta primacía fue un objetivo constante durante todo su tiempo como arzobispo.
Los acuerdos de paz entre los reinos cristianos a principios del siglo XIII permitieron a la Iglesia unirlos en una nueva cruzada contra los almohades. En 1209, el Papa Inocencio III pidió a las diócesis castellanas que animaran a su rey a luchar contra los musulmanes.
En 1210, Rodrigo recibió una traducción del Corán al latín que él mismo había encargado. Dos años después, el Papa le encargó predicar la cruzada por Europa para conseguir más apoyo. El resultado de su esfuerzo se vio en 1212, cuando un gran ejército de castellanos, aragoneses, navarros y franceses se reunió en Toledo. Con el arzobispo al frente, se enfrentaron a los almohades y los derrotaron de forma decisiva en la Batalla de Las Navas de Tolosa. Rodrigo dirigió las operaciones militares desde Calatrava durante dos años más.
Servicio a los reyes de Castilla
En 1214, Rodrigo regresó a Burgos con el rey Alfonso VIII, quien falleció poco después. Su hijo Enrique, de solo diez años, lo sucedió, bajo la tutela de su hermana Berenguela. Rodrigo se mantuvo alejado de la corte durante un tiempo debido a las intrigas de la familia Lara.
En 1215, asistió al IV Concilio Lateranense en Roma, donde consiguió permiso del Papa para que los reinos de la Península Ibérica pudieran llevar a cabo su propia guerra contra los almohades, sin tener que ir a Tierra Santa.
En enero de 1218, el rey Enrique I murió accidentalmente, y el trono de Castilla fue ocupado por Fernando III, hijo de Berenguela. Rodrigo fue clave para calmar los problemas que surgieron con la coronación de Fernando y para lograr la paz entre Castilla y León. Desde ese momento, Rodrigo fue una figura muy importante en la corte de Fernando, sirviendo como su canciller hasta su muerte.
Durante los años siguientes, Rodrigo dirigió expediciones militares, como el intento de tomar Cáceres (1218) y la campaña en Valencia. También se ocupó de combatir algunas ideas religiosas consideradas herejías, envió misioneros a Andalucía y Marruecos, y fue el encargado de la educación de los infantes Felipe y Sancho de Castilla.
Su obra más conocida en este periodo fue el inicio de la construcción de la Catedral de Toledo. En 1226, con la presencia del rey Fernando, se colocó oficialmente la primera piedra de esta gran obra de la arquitectura gótica en España.
El Adelantamiento de Cazorla
En 1230, Rodrigo estaba con Fernando III en una campaña militar en la provincia de Jaén. Allí se enteraron de la muerte del rey de León, Alfonso IX, padre de Fernando. Ambos regresaron a León, donde, tras resolver las disputas por la sucesión, los reinos de Castilla y León se unieron bajo la Corona de Castilla.
Fernando se quedó en León, y encargó a Rodrigo el mando de las tropas en la frontera con Al-Ándalus, dándole autoridad sobre los territorios que conquistara. En 1231, Rodrigo avanzó las posiciones cristianas, tomando Quesada, Iznatoraf y Cazorla. Estos lugares pasaron a formar parte del arzobispado de Toledo, en lo que se conoció como el adelantamiento de Cazorla, donde Rodrigo tenía una autoridad casi total.
Además de Cazorla, Rodrigo consiguió varios otros lugares para él o para su archidiócesis, ya sea por conquista o por donación.
Últimos años y fallecimiento

En 1235, Rodrigo viajó de nuevo a Roma para resolver problemas con las órdenes militares de Santiago y Calatrava, que querían ser independientes de las diócesis y no pagar impuestos a la Iglesia. A su regreso, pasó por Navarra y evitó una nueva guerra entre Castilla y Navarra.
En 1237, viajó a Lisboa para resolver problemas entre el clero portugués y el rey Sancho II de Portugal. Al año siguiente, Jaime I de Aragón reconquistó Valencia. Rodrigo viajó a Roma para reclamar que Valencia perteneciera a la diócesis de Toledo, pero finalmente quedó bajo la de Tarragona.
Rodrigo Jiménez de Rada falleció en 1247 a bordo de un barco, mientras regresaba del I Concilio de Lyon. Fue enterrado en el monasterio de Santa María de Huerta. Su tumba fue abierta varias veces a lo largo de los siglos para verificar su autenticidad o por motivos de restauración.
Su legado como historiador
Además de sus roles en la Iglesia y en la guerra, Rodrigo Jiménez de Rada fue un importante historiador. Reunió una gran biblioteca, que lamentablemente se perdió en un incendio siglos después.
Su obra más famosa es De rebus Hispaniae, también conocida como Crónica del toledano. En este libro, describe la historia de España hasta el año 1243. Fue el primero en escribir una crónica de la legendaria batalla de Clavijo. Su gran mérito como historiador fue que usó un método crítico, cuestionando sus fuentes, usando documentos y consultando fuentes árabes para verificar sus datos.
Su obra De rebus Hispaniae fue muy importante para la Estoria de España del rey Alfonso X el Sabio. Fue traducida rápidamente a diferentes lenguas de la península, lo que ayudó a difundir una visión unificada de la historia de España hasta el siglo XV.
También escribió una interesante Historia arabum, que es notable por su atención a la cultura árabe-islámica en esa época. Además, se le atribuye la autoría del Cantar de Roncesvalles.