Imperio romano de Occidente para niños
Datos para niños Imperio romano de Occidenteimperivm romanvm (latín) Imperium Rōmānum |
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Imperio | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
286-476 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Lema: Senatus Populusque Romanus | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
![]() El Imperio romano a la muerte de Teodosio. En tonos amarillos y azules las diócesis que quedaron incluidas en parte occidental
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![]() El Imperio romano de Occidente hacia el año 400 dividido en prefecturas y diócesis
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Coordenadas | 41°53′35″N 12°28′58″E / 41.893055555556, 12.482777777778 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Capital | (286-402) Mediolanum (402-455) Rávena (455-473) Roma (473-476) Rávena |
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Ciudad más poblada | Roma | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Entidad | Imperio | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Subdivisiones | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• Prefecturas | Italia Galia |
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• Diócesis | Italia Anonaria Italia Suburbicaria Panonia África Britania Galia Siete Provincias Hispania |
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Idioma oficial | Latín clásico | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• Otros idiomas | protorromance, galo, gótico | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Superficie | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• Total | 2 400 000 km² | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Población (400) | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• Total | (6 300 000 Italia) (4 000 000 Hispania) (5 000 000 Galia) (3 500 000 África) (1 000 000 Britania) (3 000 000 Panonia) 22 800 000 total hab. |
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• Densidad | 9,5 hab/km² | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Gentilicio | Romano | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Religión | 286-313 Politeísmo romano 313-380 Libertad de culto 380-476 Cristianismo niceno |
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Moneda | Sólido Miliarense Siliqua Follis Numo |
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Fundación | 1 de abril de 286 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Desaparición | 4 de septiembre de 476 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Período histórico | Edad Antigua | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 286 | División del Imperio romano entre Diocleciano y Maximiano | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 286-312 | Gobiernos de la tetrarquía | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 312-364 | Gobierno de la dinastía constantiniana | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 364-392 | Gobierno de la dinastía valentiniana | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 392-394 | Guerra civil entre Eugenio y Teodosio | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 394-455 | Gobierno de la dinastía teodosiana | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 401-418 | Invasiones durante Honorio | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
• 455-476 | Gobierno de los últimos emperadores | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Forma de gobierno | Autocracia | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Emperadores |
Ver lista
(286-305) Maximiano
(305-306) Constancio I (306-307) Valerio Severo (306-312) Majencio (306-337) Constantino I (337-340) Constantino II (337-350) Constante (350-353) Magnencio (353-360) Constancio II (360-363) Juliano (363-364) Joviano (364-375) Valentiniano I (375-383) Graciano (375-392) Valentiniano II (383-388) Máximo (392-394) Eugenio (394) Teodosio I (394-423) Honorio (421) Constancio III (423-425) Juan (424-455) Valentiniano III (455) Petronio (455-456) Avito (457-461) Mayoriano (461-465) Libio Severo (467-472) Antemio (472) Olibrio (473-474) Glicerio (474-475) Julio Nepote (475-476) Rómulo Augusto |
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Gobernantes de facto |
Ver lista
(383-388) Justina
(388-391) Teodosio (391-394) Arbogasto (395-408) Estilicón (408-409) Olimpio (409-410) Jovio (411-421) Fl. Constancio (425-429) Gala Placidia (429-454) Fl. Aecio (457-472) Ricimero (472-474) Gundebaldo (475-476) Orestes |
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El Imperio romano de Occidente fue una gran entidad política de la Edad Antigua que existió entre los años 286 y 476. Abarcaba la parte occidental de Europa, incluyendo gran parte de Gran Bretaña y la zona mediterránea de África, al norte del desierto del Sáhara hasta Libia. Junto al Imperio romano de Oriente, forma el periodo conocido como el Bajo Imperio romano.
Este imperio surgió de importantes cambios en el Imperio romano después de un tiempo de grandes dificultades, conocido como la «crisis del siglo III». Estos cambios afectaron al ejército, la administración, los impuestos, la moneda y la forma de gobierno. Se decidió dividir el imperio en dos partes: occidental y oriental. Cada una sería gobernada por un augusto con el mismo poder. Esto ayudó a defenderse mejor de ataques y a evitar que alguien intentara tomar el poder.
Aunque los dos augustos trabajaban juntos y las leyes se aplicaban en ambas partes, con el tiempo se separaron. Cada uno podía tomar sus propias decisiones y leyes. Además, cada mitad tenía culturas diferentes, sobre todo en el idioma: latín en Occidente y griego en Oriente. A veces, un solo emperador gobernó todo el imperio, pero esto fue poco común.
La historia del Imperio romano de Occidente se puede dividir en cinco etapas, según los emperadores que lo dirigieron. Al final, el imperio se debilitó mucho por las invasiones de pueblos externos y la pérdida de territorios importantes. En el año 476, un líder llamado Odoacro tomó el control de Italia, poniendo fin al Imperio romano de Occidente y creando el reino de Italia.
Contenido
- ¿Cómo surgió el Imperio romano de Occidente?
- Historia del Imperio romano de Occidente
- Gobierno y Administración
- El ejército romano de Occidente
- Economía del Imperio romano de Occidente
- Clases sociales
- Educación, cultura y arte
- Religión
- ¿Por qué cayó el Imperio romano de Occidente?
- ¿Cuándo se considera que comenzó el Imperio romano de Occidente?
- Véase también
¿Cómo surgió el Imperio romano de Occidente?
La crisis del siglo III y sus desafíos
Entre los años 235 y 284, el Imperio romano vivió un periodo muy difícil, conocido como la «crisis del siglo III». Hubo muchas guerras, tanto contra enemigos de fuera (como francos, alamanes, godos y persas) como entre los propios romanos, con muchos líderes que querían ser emperadores.
Esta crisis mostró dos grandes problemas. Primero, el ejército, aunque grande, no era suficiente para defender todas las fronteras al mismo tiempo. Si se movían tropas a un lugar, otro quedaba desprotegido. Segundo, el sistema de impuestos no recaudaba suficiente dinero para los gastos militares. Para conseguir más dinero, los emperadores reducían la cantidad de plata en las monedas, lo que hacía que el dinero valiera menos y los precios subieran mucho.
Los problemas de defensa afectaron al emperador. Él era el líder militar y debía dirigir las tropas. Si no tenía éxito, otros intentaban quitarle el puesto. Además, el imperio era tan grande que el emperador no podía estar en dos lugares a la vez. Esto hacía que, en su ausencia, las tropas o la gente de una zona confiaran más en un líder local. El imperio entró en un ciclo difícil: los ataques externos debilitaban al emperador, lo que causaba guerras internas, y estas guerras animaban a los enemigos a atacar más.
A pesar de todo, el imperio mostró su fortaleza. Siempre hubo líderes capaces de tomar el mando, y se pudieron formar grandes ejércitos para luchar contra los invasores. Aunque los enemigos ganaban batallas, no lograron quedarse con el territorio romano de forma permanente. La gente y los líderes locales luchaban por el imperio, no para separarse de él. Además, algunas zonas como África y Britania no fueron afectadas por las invasiones, y la agricultura, que era la principal fuente de recursos, no sufrió tanto.
La división del imperio y las reformas
Después de la crisis, se vio que no bastaba con derrotar a los enemigos. Era necesario cambiar profundamente el imperio. Se hicieron reformas en la forma de gobierno, la administración, el ejército, la defensa, la moneda y los impuestos.
La reforma más importante fue la división del imperio en dos partes: el Imperio occidental y el Imperio oriental. Cada parte tendría un gobernante principal, llamado augusto, y un ayudante, llamado césar, que lo sucedería. Esto se llamó la tetrarquía. Así, la autoridad imperial podía estar presente en los lugares más importantes para la defensa. Aunque los augustos gobernaban juntos en teoría, en la práctica cada uno se volvió independiente en su territorio. La división se mantuvo casi siempre, y solo en pocas ocasiones un solo emperador gobernó todo el imperio.

Los emperadores fueron vistos con un aura especial, casi sagrada. Se intentó que la sucesión fuera por elección, pero esto no funcionó y hubo más guerras internas hasta que Constantino I unió el imperio bajo su mando.
La ciudad de Roma perdió su importancia política. Las nuevas capitales se ubicaron más cerca de las fronteras, como Milán y Tréveris. La administración imperial creció mucho para llegar a todos los rincones del imperio. El ejército también aumentó y se hizo obligatorio que la gente del campo se uniera a él. Las unidades militares se hicieron más pequeñas para ser más flexibles, y se distribuyeron estratégicamente: algunas en las fronteras y un gran ejército móvil en el interior.
Para estabilizar la economía, se hicieron reformas monetarias. Se introdujo una nueva moneda de oro, el sólido, que se volvió muy valiosa. Los impuestos, que antes se pagaban con productos, comenzaron a pagarse con oro.
Historia del Imperio romano de Occidente
La Tetrarquía (286-312)
El Imperio romano de Occidente comenzó oficialmente el 1 de abril de 286, cuando el emperador Diocleciano nombró a su amigo Maximiano como co-emperador, dándole el control de la parte occidental. Maximiano se encargó de luchar contra grupos rebeldes en la Galia y piratas en el Canal de la Mancha.
En el año 293, se creó la tetrarquía: Diocleciano y Maximiano (los augustos) nombraron a dos ayudantes, Flavio Constancio y Galerio Maximiano (los césares). En Occidente, Constancio se encargó de defender la frontera del Rin y recuperar Britania, lo que logró en 296. Maximiano fue a Hispania y luego a África, donde derrotó a tribus bereberes en 298.
Durante este tiempo, se hicieron grandes reformas en todo el imperio, como nuevas monedas y un sistema de impuestos más justo. También hubo una gran persecución contra los cristianos, aunque en Occidente, Constancio no la aplicó con mucho entusiasmo.
En 305, Diocleciano y Maximiano abdicaron. Constancio y Galerio se convirtieron en augustos. Sin embargo, sus hijos, Constantino y Majencio, no fueron nombrados césares, lo que causó nuevas guerras internas. Constantino se convirtió en emperador en Britania y Majencio en Italia. Finalmente, Constantino derrotó a Majencio en la batalla del Puente Milvio en 312, unificando el Imperio occidental bajo su mando.
La Dinastía Constantiniana (312-364)
Constantino I: Un nuevo rumbo para el Imperio

Después de su victoria, Constantino I fue aclamado emperador de Occidente. En 313, junto a Licinio (emperador de Oriente), emitió el «edicto de Milán», que permitía la libertad de religión, incluyendo el cristianismo. Constantino continuó defendiendo el imperio de invasiones en Europa y Asia.
Constantino siguió las reformas de Diocleciano. Hizo cambios en el ejército, la moneda y los impuestos. Una decisión muy importante fue crear Constantinopla como una segunda capital en Oriente. También apoyó mucho a la iglesia cristiana, dándole privilegios y ayudando a unificar sus creencias. Él mismo se bautizó poco antes de morir en 337, siendo el primer emperador en aceptar el cristianismo.
A su muerte, el imperio se dividió entre sus tres hijos: Constantino II, Constante y Constancio II.
Constantino II y Constante: Hermanos en conflicto

Los tres hermanos continuaron defendiendo el imperio. Sin embargo, Constantino II invadió el territorio de Constante en 340, pero fue derrotado y murió. Constante se convirtió en el único gobernante de Occidente. Él defendió firmemente la frontera del Rin y luchó contra los francos. También viajó a Britania para enfrentar incursiones.
Constante se involucró en asuntos religiosos, apoyando a la Iglesia cristiana y dificultando la práctica de las antiguas religiones romanas. Sin embargo, sus decisiones causaron descontento, y en 350, fue asesinado por un grupo de su corte que apoyó a Magnencio.
Constancio II: Unificación y desafíos

Magnencio tomó el control de Britania, Hispania e Italia, pero Constancio II (el emperador de Oriente) regresó con sus tropas y lo derrotó en sangrientas batallas en 351 y 353. Así, Constancio II se convirtió en el único emperador de todo el imperio.
Constancio II luchó contra los alamanes y francos. Para asegurar la defensa de la Galia, nombró a su primo Juliano como césar en 355, a pesar de su poca experiencia.
Juliano: El último emperador pagano

Juliano dirigió exitosas campañas militares en la Galia, recuperando territorios y fortaleciendo las defensas del Rin. Mejoró la situación en la Galia, pero la situación en la frontera oriental con Persia empeoró. Constancio II le pidió tropas, pero las legiones de la Galia se rebelaron y proclamaron a Juliano como augusto en París.
Constancio II murió en 361, y Juliano fue reconocido como su sucesor. Juliano, conocido como "el Apóstata", anunció que volvía a las antiguas religiones romanas, aunque no prohibió el cristianismo. Murió en 363 durante una campaña contra los persas.
La Dinastía Valentiniana (364-394)
Valentiniano I: Defensor del Imperio

Tras la muerte de Juliano, Valentiniano I fue proclamado emperador en 364. Nombró a su hermano Valente como co-emperador, dividiendo el imperio: Valentiniano gobernó Occidente y Valente Oriente. Valentiniano se estableció en la Galia y luchó contra los alamanes, resolvió problemas en Britania y África, y enfrentó a los cuados en el Danubio. Murió en 375.
Valentiniano fue un buen militar y un administrador cuidadoso. Protegió a los más débiles de la sociedad y mejoró la economía. Fue tolerante en asuntos religiosos.
Graciano: Desafíos y cambios religiosos

A la muerte de Valentiniano en 375, le sucedió su hijo mayor, Graciano. Su hermano menor, Valentiniano, también fue proclamado augusto.
En 376, su tío Valente permitió que un gran grupo de godos entrara en el Imperio oriental, lo que causó muchos problemas. En 378, Valente murió en la desastrosa batalla de Adrianópolis contra los godos. Graciano, incapaz de gobernar todo el imperio, nombró a Teodosio como augusto para Oriente en 379.
Graciano cambió la política de tolerancia religiosa de su padre, haciendo más difícil la práctica de las antiguas religiones romanas y de algunas ramas del cristianismo. En 383, Magno Máximo se rebeló en Britania y fue aclamado emperador. Graciano fue derrotado y asesinado.
Magno Máximo, Valentiniano II y Eugenio: Conflictos por el poder
Magno Máximo controló la Galia y pidió ser reconocido como co-emperador por Teodosio. Teodosio lo aceptó. Sin embargo, en 387, Máximo invadió el territorio de Valentiniano II, quien tuvo que huir a Constantinopla. Teodosio derrotó y ejecutó a Máximo.
Teodosio permaneció tres años en Occidente y luego regresó a Oriente en 391, dejando al general Arbogasto a cargo de Valentiniano II. La relación entre ellos fue mala, y Valentiniano II fue asesinado en 392. Arbogasto nombró a Eugenio como emperador, pero Teodosio no lo aceptó. En 394, Teodosio derrotó a Eugenio y Arbogasto en la batalla del Frígido. Teodosio murió poco después, en 395, nombrando a su hijo Honorio como augusto de Occidente y al general Flavio Estilicón como su tutor.
Durante estos años, se usaron más tropas de pueblos externos, y militares de origen germano llegaron a puestos importantes. Las leyes hicieron cada vez más difícil practicar las antiguas religiones.
La Dinastía Teodosiana (394-455)
Honorio: El inicio de grandes desafíos

Después de la muerte de Teodosio en 395, la relación entre las partes oriental y occidental del imperio empeoró. El general Estilicón intentó proteger a Occidente, pero el gobierno oriental no lo apoyó.
El Imperio occidental, aunque próspero en algunas zonas, enfrentaba una situación muy difícil en la región del Danubio. Entre 398 y 418, sufrió cinco grandes invasiones de pueblos que vivían al norte del Danubio, y hubo seis intentos de tomar el poder. Cuando el general Constancio logró estabilizar la situación en 418, el imperio había perdido la mitad de su ejército y gran parte de sus ingresos. Además, se habían formado cuatro reinos de pueblos externos dentro de su territorio.

Zonas de control:
Honorio
Constantino de Britania
Máximo de Hispania
Átalo y Alarico
Britanorromanos
Bagaudas
Alanos, suevos y vándalos
En 406, varios pueblos como alanos y vándalos cruzaron el río Rin y se extendieron por la Galia y Hispania, creando sus propios reinos. Al mismo tiempo, Alarico y sus godos invadieron Italia. Estas invasiones, junto con intentos de tomar el poder, llevaron al imperio al borde del colapso. El nombramiento de Flavio Constancio como líder militar ayudó a estabilizar la situación para 418, recuperando gran parte de la Galia e Hispania. Sin embargo, la muerte de Constancio en 421 y de Honorio en 423 trajo nuevas dificultades.
Valentiniano III: La lucha por mantener el control

Tras la muerte de Honorio, Teodosio II (emperador de Oriente) instaló a Valentiniano III, de seis años, como gobernante de Occidente, bajo la guía de su madre Gala Placidia. Ella intentó equilibrar el poder entre los principales generales: Félix, Bonifacio y Aecio. Sin embargo, esta situación llevó a conflictos entre ellos, hasta que Aecio tomó el control de todo el ejército en 433.
Las luchas internas permitieron a los pueblos externos expandir su poder. Los vándalos se establecieron en Hispania y luego pasaron a África en 429. Los visigodos intentaron expandirse en la Galia, y francos y alamanes atacaron la frontera del Rin. Aecio usó los pocos recursos del imperio para contener a estos pueblos.

La situación se complicó con la llegada de Atila y los hunos, y la pérdida de las ricas provincias africanas a manos de los vándalos en 439. Esto causó una grave crisis económica. Atila invadió Occidente en 451, pero fue detenido por una alianza de romanos y otros pueblos. Murió poco después.
La muerte de Atila y la pérdida de recursos debilitaron la posición de Aecio. En 454, Aecio fue asesinado por el propio emperador Valentiniano III, quien a su vez murió seis meses después.
Los últimos emperadores (455-476)
Con la muerte de Valentiniano III, la dinastía teodosiana en Occidente terminó. El imperio entró en su fase final. La desaparición de Atila llevó a la desintegración del Imperio huno, y algunos pueblos germánicos buscaron su lugar dentro del Imperio romano. La falta de un líder militar fuerte hizo que el poder se dividiera entre varios grupos.
Petronio Máximo se convirtió en emperador, pero los vándalos aprovecharon la confusión para expandir su reino, ocupando las provincias africanas y las islas. En 455, saquearon la ciudad de Roma. Avito se proclamó emperador con el apoyo de los visigodos, a quienes permitió tomar provincias en Hispania. Sin embargo, el ejército italiano y el Imperio oriental no lo reconocieron, y fue derrotado por Ricimero en 456.
Después de un tiempo sin emperador, Mayoriano fue proclamado en 457. Durante su gobierno, intentó recuperar los territorios perdidos, con éxito en la Galia e Hispania. Pero fue derrotado por los vándalos en 460 y depuesto por Ricimero.

Se hizo un último gran esfuerzo conjunto con el Imperio oriental para recuperar África de los vándalos, pero la flota sufrió una gran derrota en la batalla de Cabo Bon en 468. Esto selló el destino del Imperio occidental.
Durante los siguientes ocho años, los diferentes reinos de pueblos externos consolidaron su poder. En Italia, varios emperadores gobernaron, pero no pudieron evitar la pérdida de más territorios. Finalmente, el 4 de septiembre de 476, Odoacro, un líder militar, depuso al último emperador, Rómulo Augustulo. Odoacro se proclamó rey de Italia, y así, la mayor parte de lo que fue el Imperio romano de Occidente se convirtió en una serie de reinos de pueblos externos:
- El reino suevo en Gallaecia.
- El reino visigodo en gran parte de Hispania y la Galia.
- El reino franco en el norte de la Galia.
- El reino alamán en el noreste de la Galia.
- El reino burgundio en el este de la Galia.
- El reino rugio en Nórico Ripense.
- El reino ostrogodo en Panonia.
- El reino vándalo en las provincias orientales de África, las islas Baleares, Córcega, Cerdeña y Sicilia.
- El reino mauro romano en las provincias occidentales de África.
- El reino de Italia en la península italiana y Nórico Mediterráneo.
- Los reinos anglos, sajones y jutos en el este de Britania.
Algunas partes del territorio imperial no se convirtieron en reinos, sino que mantuvieron una forma de gobierno propia, heredera de la administración romana, durante algunos años o incluso siglos:
- La parte occidental de Gran Bretaña.
- Las zonas montañosas de Hispania al este de Gallaecia.
- Armórica.
- Un área entre el río Loira y el reino franco, gobernada por Siagrio.
- Un área alrededor de la ciudad de Tréveris, gobernada por Arbogasto.
- La ciudad de Ruan, gobernada por Ubaldo.
- La provincia de Dalmacia, gobernada por Julio Nepote.
Gobierno y Administración
El papel del emperador
El emperador era el jefe de Estado y tenía un poder casi absoluto. Podía declarar guerras, fijar impuestos, nombrar funcionarios y decidir sobre la vida de las personas. Era la única fuente de leyes. Aunque su puesto no era oficialmente hereditario, en la práctica los emperadores intentaban que un familiar los sucediera.
La gente y el ejército eran muy leales a la dinastía gobernante, ya que esto traía estabilidad. Durante casi dos siglos, el Imperio occidental fue gobernado principalmente por tres dinastías:
- 286-317 (26 años): emperadores de la tetrarquía.
- 312-363 (51 años): dinastía constantiniana.
- 363-364 (1 año): gobierno de Joviano.
- 364-392 (28 años): dinastía valentiniana.
- 392-394 (2 años): Eugenio tomó el poder.
- 394-455 (61 años): dinastía teodosiana, con una interrupción de Juan entre 423 y 425.
- 456-476 (20 años): 9 emperadores nombrados por los líderes militares o por el Imperio oriental.
El equipo del emperador
Líderes influyentes
Cuando un emperador moría y su sucesor era muy joven, un tutor o regente tomaba las riendas del gobierno. Esto ocurrió con Justina y Arbogasto con Valentiniano II, y luego con todos los sucesores de Teodosio en Occidente. A menudo, este papel lo desempeñaba el jefe del ejército, conocido como magister militum. Después de la muerte de Valentiniano III en 455, la mayoría de los emperadores fueron elegidos por estos líderes militares, quienes esperaban controlarlos.
El consistorium
El emperador contaba con el sacrum consistorium, un grupo de altos funcionarios y otras personas elegidas por él. Este grupo lo ayudaba a tomar decisiones y funcionaba como un tribunal importante. Allí se discutían los asuntos del imperio y se aconsejaba al emperador. También recibían a delegaciones de diferentes partes del imperio o de otros países.
El sacrum cubiculum
El emperador también tenía un grupo de personas a su servicio personal en el palacio, llamado sacrum cubiculum. Estaban dirigidos por el praepositus sacri cubiculi, un funcionario muy importante. Debido a su cercanía con el emperador, estas personas a menudo tenían mucho poder e influencia.
El Senado
El Senado de Roma siguió siendo un órgano que aconsejaba al emperador. Sin embargo, como el emperador no vivía en Roma, el consistorium asumió gran parte de esta función. Esto hizo que el Senado tuviera más influencia sobre la ciudad de Roma y partes de Italia.
El número de senadores creció mucho, ya que ser senador se convirtió en una recompensa por una carrera exitosa en la administración. Con el tiempo, los senadores que vivían en Roma tuvieron más autoridad que los que residían en las provincias. En las últimas décadas del Imperio occidental, la aprobación del Senado era importante para dar legitimidad a los nuevos emperadores.
Estructura del gobierno civil
Gobierno central
El gobierno central del imperio siempre estaba con el emperador. Las ciudades donde más residieron los emperadores occidentales fueron Tréveris, Milán y Sirmio. Más tarde, Honorio se estableció en Rávena, que fue la sede del gobierno hasta el final del imperio.
El funcionario más importante era el prefecto del pretorio. Había uno para cada parte del imperio. Tenía autoridad en casi todas las áreas del gobierno, como la justicia, el control de los gobernadores provinciales, el reclutamiento del ejército y la recaudación de impuestos.
El trabajo del gobierno se dividía en cuatro departamentos principales, dirigidos por altos funcionarios:
- 1.- El quaestor sacri palatii: Asesoraba al emperador en temas legales y redactaba las leyes.
- 2.- El maestre de los oficios o magister officiorum: Tenía muchas responsabilidades, como controlar al personal del gobierno, el correo imperial, las audiencias con el emperador y las fábricas de armas del Estado.
- 3.- El encargado de las finanzas imperiales o comes sacrarum largitionum: Responsable de las minas de oro y plata, de recaudar impuestos en moneda y de pagar los salarios del ejército y los funcionarios.
- 4.- El encargado de las finanzas personales del emperador (comes rei privatae): Administraba las propiedades del emperador y cobraba sus rentas.
Gobierno regional

El Imperio romano estaba dividido en grandes zonas llamadas prefecturas del pretorio, y estas a su vez en diócesis. En el Imperio occidental había dos prefecturas con ocho diócesis:
- La prefectura del pretorio de las Galias que incluía:
- La prefectura del pretorio de Italia que incluía:
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- Panonia (capital: Sirmio - Sremska Mitrovica).
- Italia Anonaria (capital: Mediolanum - Milán).
- Italia Suburbicaria (capital: Roma).
- África (capital: Cartago).
-
Los vicarios, que eran delegados de los prefectos, supervisaban a los gobernadores de las provincias y actuaban como tribunales de apelación.
Gobierno provincial
Las provincias estaban dirigidas por gobernadores, quienes se encargaban de aplicar las órdenes del gobierno central, mantener el orden y la justicia, recaudar impuestos y supervisar los gobiernos municipales. Su cargo solía durar uno o dos años.
En cada provincia, existían asambleas anuales llamadas conventus o concilium provinciae, formadas por los líderes de las ciudades. Su misión era organizar actividades religiosas, elegir a un sacerdote provincial, organizar juegos en honor al emperador y comunicarse con el emperador para hacer peticiones.
Gobierno municipal
El Imperio romano estaba formado por muchas ciudades, llamadas civitates, que se gobernaban a sí mismas y eran responsables de la administración de sus territorios. El gobierno imperial permitía que las ciudades fueran dirigidas por un concejo municipal (curia), formado por miembros vitalicios llamados decuriones.
Ser miembro del concejo implicaba una gran responsabilidad económica, ya que debían pagar de su propio dinero si la recaudación de impuestos no era suficiente o para cubrir gastos municipales como los juegos. Esto hizo que muchas personas con recursos buscaran evitar ser decuriones, por ejemplo, uniéndose al ejército o a la administración imperial.
Los municipios ofrecían servicios como policía, un defensor civitatis para proteger a los más débiles, regulación del mercado y suministro de agua. También mantenían edificios públicos como baños y murallas. Sin embargo, la pérdida de tierras y rentas municipales hizo que la calidad de los servicios disminuyera con el tiempo.
El ejército romano de Occidente
Estructura de mando
El emperador era el líder supremo del ejército, pero delegaba el mando en los magistri militum: un magister peditum para la infantería y un magister equitum para la caballería. A partir del gobierno de Honorio, los emperadores solían quedarse en el palacio y dejaban que sus generales dirigieran las tropas.
Los soldados podían ascender de rango. Los más destacados podían convertirse en protectores, un grupo de oficiales que realizaban diversas tareas y eran probados para asumir mayores responsabilidades. Luego podían llegar a ser tribunos o prefectos. Los puestos de mando se daban a los más capaces, sin importar su origen.
Tipos de tropas y su ubicación
Unidades cercanas al emperador
Cerca del emperador había tres tipos de tropas:
- Los scholae palatinae: Eran la guardia imperial, unos 2500 hombres, muchos de origen germano.
- Los protectores domestici: Oficiales jóvenes que realizaban misiones especiales.
- Los palatini: El grupo principal del ejército móvil, de alta calidad, que siempre estaba cerca del emperador.
El ejército móvil o comitatenses
Las tropas comitatenses eran un ejército móvil que se movía por el interior del imperio. Su misión era ir a donde hubiera una invasión para apoyar a las defensas de la frontera o derrotar a los invasores. Estaban divididos en grupos regionales por todo el imperio.
El ejército fronterizo o limitanei
Las tropas limitanei o ripenses estaban permanentemente en las fronteras. Eran el grupo más grande del ejército. Su misión era controlar los movimientos en la frontera y enfrentar los intentos de invasión desde posiciones fortificadas, mientras llegaban los refuerzos del ejército móvil.
Los grupos foederati
Los foederati eran unidades militares de fuera del imperio que eran contratadas. Tenían la ventaja de ser más económicos que el ejército regular. Aunque al principio se usaban ocasionalmente, las grandes pérdidas del ejército romano hicieron que su uso aumentara mucho en el siglo V. Se convirtieron en una parte muy importante de la fuerza militar.
Las principales unidades navales tenían su base en Rávena y Misenum. También había grupos más pequeños que patrullaban los ríos fronterizos (Rin y Danubio) y los ríos importantes de la Galia.
Reclutamiento

El ejército reclutaba a ciudadanos romanos y a personas de fuera del imperio. Los ciudadanos romanos se unían a veces como voluntarios, pero la mayoría eran reclutados de forma obligatoria, especialmente los hijos de veteranos y la población rural. Unirse al ejército era impopular, y algunos intentaban evitarlo. Sin embargo, la mayoría de los soldados aceptaban su destino. Con el tiempo, el reclutamiento obligatorio fue reemplazado por el pago de dinero para contratar tropas foederati.
Las personas de fuera del imperio, en su mayoría germanos, se unían al ejército romano porque ofrecía una mejor vida y oportunidades de carrera. Se integraban en las unidades y servían bajo oficiales romanos. Muchos de ellos se adaptaban a la cultura romana y no regresaban a sus lugares de origen al terminar su servicio.
Para unirse al ejército, los reclutas debían estar sanos, tener entre 19 y 25 años, y medir al menos 1.70 metros. Los que estaban en mejor forma física se unían al ejército móvil, y el resto al ejército fronterizo.
Condiciones de servicio
El salario de los soldados era principalmente en productos, complementado con pagos anuales en dinero. También recibían pagos especiales en los aniversarios del emperador. El gobierno se encargaba de proporcionarles comida, ropa y armas. Los limitanei vivían en campamentos permanentes, mientras que los comitatenses, al ser móviles, se alojaban en las ciudades, donde los ciudadanos debían ceder parte de sus viviendas.
Los soldados estaban exentos de algunos impuestos. Sus condiciones de vida solían ser mejores que las de la población general. Después de 20 años de servicio, podían retirarse y recibir recompensas, como exenciones fiscales o tierras para cultivar.
Economía del Imperio romano de Occidente
Sistema de impuestos
Durante los primeros años de Diocleciano, se hizo una gran reforma fiscal. Para mantener al ejército, se establecieron impuestos regulares y predecibles, que se pagaban principalmente con productos (comida, ropa, animales). Estos impuestos se distribuían de manera justa entre las provincias y los habitantes. El gobierno obtenía así casi todo lo que necesitaba sin usar dinero.
Además de las necesidades del ejército y la administración, se financiaban obras públicas. Los limitanei eran responsables de las fortificaciones fronterizas, las ciudades de sus edificios públicos, y los gobernadores provinciales de las calzadas y puentes. La mano de obra era obligatoria y gratuita, y los materiales se obtenían mediante requisas.
Los impuestos sobre la tierra y las personas eran la principal fuente de ingresos. También existían otros impuestos menores:
- La collatio lustralis: Pagada cada cinco años por comerciantes, artesanos y prestamistas. Se pagaba en oro y plata.
- La collatio glebalis: Un impuesto anual en oro para las fincas de los senadores.
- El aurum coronarium: Un regalo de oro que los municipios daban al emperador en ocasiones especiales.
- El aurum oblaticium: Un regalo similar de los senadores.
- Tasas al comercio: Impuestos sobre las importaciones y exportaciones, y pequeños impuestos en algunas fronteras provinciales o ciudades.
- El aurum tironicum: Un pago en oro para evitar el servicio militar obligatorio.
- El siliquaticum: Una tasa sobre las compras y ventas.
Con el tiempo, el aumento de monedas de oro permitió que los impuestos se pagaran en oro, lo que facilitó el pago de salarios a las tropas y funcionarios.
Sistema monetario

La crisis del siglo III causó un gran desorden en el sistema monetario. Las monedas de plata perdieron mucho valor. Los emperadores emitían más monedas con menos plata, lo que causaba que los precios subieran mucho.
Bajo Constantino I, se introdujo una nueva moneda de oro, el sólido, que era muy estable y reconocida. Para conseguir oro, se cobraban recargos en oro en los impuestos, se cobraban las rentas de las fincas imperiales en oro y se confiscaron tesoros de templos. El oro recaudado se fundía y se volvía a acuñar en nuevos sólidos, garantizando su pureza. Las monedas de cobre, sin embargo, siguieron perdiendo valor.
Sector primario (Agricultura y Minería)
La agricultura era el sector económico más grande y la principal fuente de ingresos. Las técnicas agrícolas cambiaron poco. Se cultivaba principalmente trigo, cebada, viñedos y olivos. El comercio dentro del imperio permitía que cada región se especializara en los cultivos más adecuados para su clima y terreno.
La tierra era cultivada por sus dueños o por arrendatarios. Los pequeños propietarios a menudo tenían dificultades para pagar impuestos y a veces buscaban la protección de personas poderosas. El trabajo en las grandes fincas lo hacían arrendatarios y personas que habían perdido su libertad, mientras que en las cosechas se contrataban trabajadores temporales.
A pesar de problemas como el abandono de tierras poco productivas y los daños por invasiones, el Imperio experimentó un crecimiento en la producción agrícola durante el siglo IV. Esto se logró al poner en producción tierras sin cultivar y asentar a poblaciones de pueblos externos. Sin embargo, en el siglo V, las invasiones causaron una gran pérdida en la producción agrícola y la recaudación de impuestos.
La ganadería se centraba en la cría de vacas, bueyes, ovejas, cabras, cerdos y aves de corral. También se criaban caballos para el ejército y el transporte. La apicultura (cría de abejas) era común, ya que la miel era un endulzante muy demandado.
En la minería, el Estado tenía el control de las canteras de mármol y de casi todas las minas de oro. Las minas de plata, cobre y hierro eran explotadas por particulares. Las condiciones de trabajo en las minas eran muy duras.
Sector secundario (Industria y Artesanía)
La actividad industrial y artesanal estaba muy dispersa. El gobierno no permitía monopolios. La transformación de productos agrícolas y ganaderos se hacía en pequeñas granjas. Los artesanos trabajaban en las ciudades y se organizaban en gremios.
El Estado era el principal industrial, con sus propias fábricas para producir armas y uniformes para el ejército y los funcionarios. Estas fábricas eran grandes y sus trabajadores eran importantes en las ciudades donde se ubicaban.
Sector terciario (Comercio y Transporte)
El transporte marítimo y fluvial era realizado por los gremios de propietarios de barcos. El gobierno les daba privilegios y cubría pérdidas por tormentas, a cambio de tarifas bajas para facilitar el comercio. El transporte terrestre era muy caro, por lo que se prefería el transporte por río y mar.
A pesar de la división del imperio, se mantuvo un mercado común con pocas barreras al comercio. Las monedas eran válidas en todo el territorio. El comercio exterior estaba muy regulado, con impuestos altos y prohibiciones de exportación para algunos productos. El comercio de larga distancia se centraba en artículos de alto valor, mientras que el de corta distancia se ocupaba de productos más baratos.
Clases sociales
Personas en servidumbre
La servidumbre seguía existiendo en la sociedad. Las personas en esta condición eran valiosas y se usaban principalmente para el servicio personal o doméstico. En las grandes fincas agrícolas, se empleaba a personas nacidas en esta condición, y en las fábricas imperiales, a quienes heredaban el oficio de sus padres.
La principal fuente de personas en servidumbre eran poblaciones de fuera del imperio, capturadas en conflictos o por traficantes. También había casos de personas romanas que perdían su libertad. El gobierno no convertía a los prisioneros de guerra en personas en servidumbre, sino que prefería usarlos como soldados o asentarlos en tierras.
Clase popular
La clase baja de la población libre estaba sujeta a leyes penales más estrictas. Los trabajadores del campo formaban el grupo más grande, a menudo explotados por el Estado o los terratenientes. Si había malas cosechas, muchos huían a las ciudades y se convertían en personas sin hogar. En las ciudades, los trabajadores asalariados y pequeños comerciantes formaban el estrato más bajo.
Clase media
La clase media incluía a personas con cierta prosperidad que debían formar parte de los concejos municipales, convirtiéndose en decuriones. Tenían un estatus legal especial. Aunque disfrutaban de prestigio social, también tenían que asumir gastos municipales y garantizar la recaudación de impuestos. La mayoría eran propietarios de tierras.
Las responsabilidades económicas de ser curial hicieron que muchos buscaran evitarlo, por ejemplo, uniéndose al ejército o a la administración civil. La administración ofrecía oportunidades de ascenso social, permitiendo que personas con talento y educación alcanzaran puestos importantes. También pertenecían a esta clase profesionales como profesores, médicos, agrimensores, ingenieros y arquitectos, quienes eran valorados por el gobierno.
Clase alta
La clase más alta era el orden senatorial. Se accedía a él por nacimiento, por una carrera exitosa en el servicio público, por su moral y su riqueza. Con el tiempo, muchos funcionarios y militares importantes se convirtieron en senadores, lo que hizo que este grupo creciera mucho. Se establecieron categorías dentro de los senadores, desde los que habían sido cónsules hasta los que eran senadores solo por herencia. Así, pasó de ser una aristocracia de nacimiento a una de méritos.
Educación, cultura y arte

El Imperio se dividió culturalmente en una parte occidental de habla latina y una oriental de habla griega. En Occidente, el aprendizaje del griego perdió importancia. La educación tenía tres etapas: primaria (7-12 años), secundaria (12-16 años) y retórica. Para estudios avanzados, se iba a ciudades específicas o se aprendía de forma autodidacta. La Iglesia cristiana no se involucró mucho en la educación formal.
La literatura fue extensa, pero conservadora. Destacaron poetas como Ausonio y Claudiano. En prosa, la retórica cristiana fue importante, con Agustín de Hipona como figura clave. Hubo pocas obras históricas, a diferencia de Oriente.
A principios del siglo IV, el número de artesanos y artistas había disminuido. Las obras de arte se hicieron más sencillas. En arquitectura, se reutilizaban materiales de edificios antiguos. Las nuevas construcciones se centraron en obras defensivas e iglesias.
Los juegos (carreras de carros y caza de animales exóticos), los baños públicos, las competiciones atléticas y las artes escénicas mantuvieron su popularidad. Los juegos de gladiadores fueron prohibidos en el siglo V, y las carreras de carros se convirtieron en el pasatiempo favorito.
Religión
Sentimiento religioso
La crisis del siglo III hizo que la gente se volviera más religiosa. Tanto las creencias paganas como el cristianismo se hicieron más intensas. La creencia en la magia se extendió, y los milagros atribuidos a los santos atrajeron a los cristianos. Las discusiones sobre las creencias cristianas también eran populares, y surgieron muchas interpretaciones diferentes.
Antiguas creencias romanas
Las antiguas creencias romanas eran una mezcla de ideas y mitos. El Estado las protegió durante la tetrarquía y su práctica se hizo obligatoria para enfrentar el crecimiento del cristianismo. Sin embargo, esta situación cambió con Constantino I, y su práctica se hizo cada vez más difícil hasta que fue prohibida en el siglo V.
Las antiguas creencias se mantuvieron fuertes en dos grupos: la clase alta, que las asociaba con la historia de Roma, y la población rural, que era muy tradicional.
Cristianismo
Los cristianos creían en un solo dios. El culto a los santos y mártires creció, reemplazando el papel de los dioses locales.
Aunque el cristianismo se predicaba con intensidad, no fue fácil para la población en general seguir todas sus reglas. Los juegos siguieron siendo populares, y la esclavitud se mantuvo legal.
Muchos fieles optaban por bautizarse al final de su vida para obtener el perdón de sus pecados. Cuando el bautismo de recién nacidos se hizo popular, se extendió la práctica de las penitencias. Aquellos muy comprometidos con el cristianismo buscaban formas de apartarse de la vida mundana, como convertirse en eremitas o ingresar en monasterios.
¿Por qué cayó el Imperio romano de Occidente?
La caída del Imperio romano de Occidente ha sido un tema muy debatido por los historiadores. Durante siglos, se han propuesto muchas razones, a menudo influenciadas por las ideas de cada época. Algunos lo atribuyeron a la adopción del cristianismo, otros a problemas sociales o cambios climáticos.
Sin embargo, en el siglo XX, los historiadores se dieron cuenta de que muchas de estas razones también estaban presentes en el Imperio romano de Oriente, y este no solo sobrevivió, sino que prosperó. Esto llevó a la conclusión de que la caída de Occidente no se debió a una "decadencia" general.
Hoy en día, se acepta que el Imperio occidental no decayó en el siglo IV, sino que se recuperó bien de la crisis del siglo III. La agricultura estaba en su mejor momento, y las fronteras estaban bien defendidas. Su caída comenzó con una gran crisis militar y política en las primeras décadas del siglo V, cuando sufrió cinco grandes invasiones y seis intentos de tomar el poder.
Cuando la situación se estabilizó en la década de 420, el imperio había perdido la mitad de su ejército y gran parte de sus ingresos. Se habían formado cuatro reinos de pueblos externos dentro de su territorio, y Britania había sido abandonada. Esto creó un ciclo difícil: los reinos de pueblos externos crecían a costa del imperio, lo que reducía sus ingresos y su capacidad militar, facilitando aún más su expansión. La situación llegó a un punto sin retorno en 468, cuando un gran esfuerzo para recuperar África fracasó. Ocho años después, la mayor parte de lo que quedaba en Occidente se convirtió en otro reino de pueblos externos bajo el control de Odoacro.
El Imperio oriental, en cambio, pudo mantener la paz con Persia y defender mejor sus fronteras. Sus provincias asiáticas y africanas se mantuvieron a salvo, lo que les permitió seguir generando ingresos. Políticamente, el Imperio oriental también fue más estable, con menos emperadores y menos conflictos internos.
¿Qué pasó después de la caída?
La vida en los nuevos reinos de pueblos externos fue similar. Los invasores eran una minoría y reemplazaron a gran parte de la aristocracia romana. Las estructuras administrativas romanas se mantuvieron al principio, y los administradores romanos trabajaron para los nuevos líderes. Con el tiempo, las diferencias entre los invasores y la población romana se fueron mezclando. Sin embargo, la nueva estabilidad no permitió que las condiciones de vida volvieran al nivel que tenían antes de las invasiones. Al contrario, empeoraron, llegando a niveles similares a los de antes de la llegada de los romanos.
El Imperio romano había creado una economía muy avanzada para su época, con producción masiva de bienes cotidianos de alta calidad y a precios accesibles. La agricultura estaba especializada, y la industria de metales era importante. Los productos llegaban a muchas poblaciones gracias a una buena infraestructura de transporte y un sistema monetario eficiente. El Estado también ayudaba a distribuir la riqueza. Las técnicas de construcción romanas permitieron viviendas con muros de obra y tejados de teja, incluso con calefacción y agua corriente para los más ricos. Culturalmente, la lectura y escritura estaban extendidas.
La fragmentación política y militar en Europa occidental después del imperio hizo que esta especialización y sofisticación disminuyeran. La producción de bienes se volvió local, con menos variedad, calidad y cantidad, y a un costo mayor. La agricultura se centró en el consumo local, y muchas habilidades artesanales y técnicas desaparecieron. La infraestructura de transporte dejó de mantenerse, y el comercio y el uso de la moneda se redujeron. La sociedad se empobreció, y muchos artículos que antes eran comunes se convirtieron en lujos.
La lectura y escritura se redujeron, quedando principalmente en manos del clero. La arqueología muestra un descenso drástico en los asentamientos humanos y en la producción de alimentos, lo que sugiere una reducción significativa de la población. Los niveles de bienestar alcanzados en Occidente durante el Imperio romano tardaron muchos siglos en recuperarse.
¿Cuándo se considera que comenzó el Imperio romano de Occidente?
Algunos historiadores sitúan el inicio del Imperio romano de Occidente en el año 395, después de la muerte del emperador Teodosio el Grande. La historiadora británica Averil Cameron dice que, aunque hubo varios emperadores al mismo tiempo, el Imperio no se dividió realmente hasta la muerte de Teodosio en 395. En ese momento, sus dos hijos, Honorio y Arcadio, se hicieron cargo de Occidente y Oriente, respectivamente. La diferencia principal es que esta división se mantuvo de forma continua hasta el año 476, cuando se considera que terminó el Imperio occidental.
El historiador español Luis Agustín García Moreno también señala que en enero de 395, Teodosio murió, dejando el Imperio dividido entre sus dos hijos. Esta división era "inevitable" porque los emperadores ya no podían mantener la unidad política. Además, el Código Teodosiano de 438 marcó el fin de la comunicación de leyes entre los dos emperadores, mostrando una clara separación.
Sin embargo, la historiadora francesa Claire Sotinel (2019) ha dicho que la idea de una división entre el Imperio romano de "Oriente" y "Occidente" es una invención medieval que se ha mantenido hasta hoy. Ella argumenta que la oposición entre el mundo de habla griega y latina se ha exagerado, y que la idea de dos imperios rivales es un error histórico.
Véase también
En inglés: Western Roman Empire Facts for Kids
- Bajo Imperio romano
- Imperio romano de Oriente
- Caída del Imperio romano de Occidente