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Britania posromana para niños

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La Britania posromana es un periodo de la historia de Britania que abarca los siglos V y VI. A menudo se le llama la «Edad Oscura» porque tenemos muy poca información sobre lo que ocurrió en esos años. Sin embargo, fue un momento muy importante para la formación de las naciones británicas.

Durante este tiempo, dos grandes cambios sucedieron rápidamente: el Imperio romano de Occidente fue dejando la isla poco a poco, y luego llegaron invasores como los anglos, jutos y sajones. Al final de este periodo, la cultura anglosajona se volvió dominante, mientras que la cultura celta y la latina disminuyeron. La falta de registros históricos ha hecho que este periodo sea el escenario de muchas leyendas, como las del Rey Arturo.

¿Cómo sabemos sobre la Britania posromana?

Para entender este periodo, los historiadores usan diferentes tipos de información.

Textos antiguos

Hay muy pocos escritos de la época. Solo se conservan cuatro textos britanos de ese tiempo:

  • La Confessio de San Patricio: Habla sobre la Britania que él conoció cuando estuvo cautivo. Es útil para saber cómo era el cristianismo en ese momento.
  • De Excidio Britanniae (Sobre la ruina de Britania) de Gildas: Es un texto que busca advertir a los gobernantes sobre los peligros del pecado. Gildas usa ejemplos históricos para mostrar cómo los malos líderes son castigados. Aunque no da fechas exactas y tiene algunos errores, nos ayuda a entender cómo los monjes de la época veían su pasado.
  • El poema «Y Gododdin» del bardo Aneirin: Relata la batalla de Catraeth (hoy Catterick, Yorkshire) a principios del siglo VI. Aneirin fue testigo de la derrota galesa y la pérdida del reino de Gododdin. Este poema menciona a personajes que luego aparecerían en las leyendas del ciclo artúrico, como Arturo y Merlín.
  • Los Gwarchanau (versos cortos) de Taliesin: Son fragmentos de poemas de otro bardo galés.

También hay textos de otros lugares, como el llamado rescripto de Honorio, un emperador romano. En este texto, Honorio habría dicho a las ciudades britanas que debían defenderse solas. Sin embargo, algunos historiadores creen que este rescripto podría referirse a otra región, no a Britania. Otros escritos, como la Crónica Gala y la obra de Procopio, también mencionan Britania, pero su exactitud no es segura.

Fuentes posteriores, como la Historia ecclesiastica gentis Anglorum de san Beda el Venerable (siglo VIII), intentaron dar más detalles, pero se basaron mucho en Gildas. Textos aún más tardíos, como la Historia Brittonum de Nennio, la Crónica anglosajona y los Annales Cambriae, ya están muy influenciados por los mitos y deben usarse con mucha precaución.

Descubrimientos arqueológicos

La arqueología nos da más pistas, aunque limitadas. El estudio de tumbas y objetos funerarios nos ayuda a entender las culturas de ese tiempo. Las excavaciones en antiguos asentamientos han mostrado cómo cambiaron las sociedades y qué aspectos de la vida en Gran Bretaña se mantuvieron. Las investigaciones en ciudades han sido muy importantes.

Sin embargo, la arqueología tiene sus límites. La datación por radiocarbono no es lo suficientemente precisa para un periodo tan corto pero tan importante. La dendrocronología (datación por anillos de árboles) sería ideal, pero se han encontrado pocas piezas de madera adecuadas. La numismática (estudio de monedas) tampoco ayuda mucho, ya que no se acuñaron nuevas monedas desde principios del siglo V.

Pistas en el lenguaje y los nombres de lugares

El estudio del inglés antiguo (anglosajón), el celta britónico, el celta gaélico y el latín ha revelado cómo se comunicaban los britanos y los anglosajones. Los nombres de lugares (toponimia) también nos dicen qué lengua era la más importante en cada zona. Por ejemplo, la región de Cumbria en el noroeste de Inglaterra viene del galés Cymry, que significa "país de Gales".

Información genética

Estudios recientes del cromosoma Y y el ADN mitocondrial en las poblaciones actuales de Britania y Europa continental han dado algunas ideas sobre cómo se movieron las personas en este periodo. Al principio, se pensó que hubo una gran migración de anglosajones. Sin embargo, estudios más recientes sugieren que la migración anglosajona fue menor de lo que se creía. También muestran que la genética de los habitantes antes de los anglosajones está presente en todas las islas británicas.

¿Cuándo terminó el dominio romano en Britania?

Es difícil saber la fecha exacta en que terminó el control romano sobre Britania. Se han propuesto varias fechas, como el fin de la acuñación de monedas en 402, la rebelión de un líder llamado Constantino III en 407, o el supuesto rescripto de Honorio en 410.

No debemos pensar que Roma simplemente "abandonó" Britania como si fuera una descolonización moderna. Es un tema complejo y el proceso exacto probablemente seguirá siendo un misterio.

Algunos historiadores creen que Roma dejó Britania debido a problemas internos del Imperio y la necesidad de mover tropas para detener a los invasores. Otros, sin embargo, sugieren que fue Britania la que se "separó" de Roma. Britania fue escenario de varias rebeliones y el dinero de Roma dejó de llegar a la isla, lo que pudo llevar a una rebelión generalizada. Ambas ideas tienen sus puntos fuertes y débiles, y se necesita más investigación para entenderlo mejor.

Hacia finales del siglo V, un líder romano-britano, que algunos creen que fue Aurelius Ambrosianus, pudo haber derrotado a los invasores anglosajones en la batalla de Mons Badon (cerca de Bath). Este evento podría ser el origen de la leyenda del Rey Arturo. Este periodo terminó con la Plaga de Justiniano alrededor del año 540, que afectó mucho a la población. Después de esto, los anglosajones lograron conquistar los últimos territorios que quedaban en manos de los britanos romanizados, y para el año 550, las señales de la civilización romana en Britania desaparecieron.

La llegada de los anglosajones

La idea tradicional de la migración

Tradicionalmente, se ha pensado que muchos anglosajones llegaron a Britania en los siglos V y VI, reemplazando a gran parte de la población britana. Esta idea se basa en textos antiguos, como los de Gildas, que describen la llegada de los anglosajones como un evento muy violento.

Los nombres de lugares y el estudio del lenguaje también apoyaron esta idea, ya que hay muy pocos nombres de lugares britanos en el este de la isla, y pocas palabras britanas pasaron al inglés antiguo. Esta interpretación fue popular entre los primeros historiadores ingleses, quienes querían mostrar que Inglaterra se desarrolló de manera diferente a Europa continental.

¿Qué pasó con los britano-romanos?

Archivo:RemainsofTintagel
Ruinas del castillo de Tintagel.
Archivo:Britonia6hcentury
Mapa de asentamientos britanos del siglo VI.

Es difícil saber qué les pasó a los britano-romanos después del fin del dominio romano. Algunos adoptaron la cultura anglosajona y se identificaron como anglosajones. Otros pudieron vivir en comunidades separadas bajo el control anglosajón. Las leyes de reyes como Ethelberto de Kent (siglo VII) y Ine de Wessex (siglos VII-VIII) mencionan a grupos de personas con menos derechos, como los laets y los wealh, que podrían ser comunidades britano-romanas.

El periodo fue violento, con muchas tensiones, lo que probablemente causó una alta mortalidad entre los romano-britanos. Las epidemias también contribuyeron a esto, aunque no sabemos si afectaron más a britanos o a anglosajones.

También es claro que algunos britanos emigraron al continente. Por ejemplo, la región de Armórica en la actual Francia pasó a llamarse Bretaña debido a la llegada de britanos. También hay pruebas de migraciones a Gallaecia (actual Galicia) en España. Estas migraciones comenzaron antes de las invasiones germanas y dejaron su huella en los nombres de lugares.

En Gallaecia, en la zona de Mondoñedo, hubo una inmigración britana. La sede episcopal de Mondoñedo es la sucesora de la sede conocida como Britonia o Bretoña, que fue un obispado britano. Con el tiempo, estas poblaciones perdieron su idioma y adoptaron el latín.

Durante el periodo posromano, no solo surgieron los reinos anglosajones. En el oeste de la isla, se formaron reinos celtas, de los que tenemos información gracias a Gildas. La organización de estos reinos pudo basarse en estructuras romanas o en la influencia de Irlanda, que nunca fue parte del Imperio romano. La arqueología ha ayudado a conocer mejor estos reinos, con hallazgos en lugares como Tintagel. En el norte de los reinos anglosajones, se desarrollaron reinos britanos como Rheged, Strathclyde, Elmet y Gododdin. Se han encontrado pruebas de reparaciones en el muro de Adriano en los siglos V y VI. Descubrimientos en ciudades como Wroxeter y Caerwent sugieren que algunas ciudades romanas siguieron habitadas.

El oeste de Gran Bretaña en este periodo ha sido de interés para quienes buscan al rey Arturo como una figura histórica. Aunque hay poca evidencia escrita de la época, los restos arqueológicos sugieren que un rey britano-romano (posiblemente Aurelius Ambrosianus) pudo haber tenido mucho poder, como lo demuestran lugares como Tintagel o la línea defensiva de Wansdyke.

Cambios en el clima

Hay pruebas de que hubo un cambio climático en el siglo V. El clima se volvió más frío y húmedo, lo que pudo dificultar el cultivo de cereales en algunas zonas altas. La dendrocronología (estudio de los anillos de los árboles) muestra un evento climático particular en el año 540. Algunos historiadores sugieren que la disminución de la producción agrícola pudo tener grandes consecuencias en la población.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Sub-Roman Britain Facts for Kids

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