Historia de Chiapas para niños
Datos para niños Historia de México por entidad federativa |
||
---|---|---|
|
Chiapas, estado sureste de México, limita con Tabasco, Guatemala y el océano Pacífico. Su diversidad geográfica y ecológica lo convierte en un punto de encuentro demográfico, político y comercial. Habitado por diversos grupos étnicos, incluyendo mayas, mokayas, zoques y mixe, Chiapas vio surgir su primer territorio político unificado con la conquista española en el siglo XVI. La creación de la Audiencia de los Confines y el obispado marcaron su incorporación a la Monarquía Hispánica. Integrado en la Audiencia de Guatemala en 1570, se reorganizó como la Intendencia de Chiapa en 1786, antes de unirse a México como provincia en 1821.
Contenido
Chiapas en la época prehispánica (1300 a. C. - 1540 d. C.)
El territorio de Chiapas fue un punto de encuentro étnico y comercial, habitado por mayas, mokayas, zoques y mixe. Desde el Paleolítico, la región albergó cazadores recolectores y, en el Formativo, asentamientos como Paso de la Amada, centro de la civilización mokaya, destacada en el comercio de cacao y jade. Izapa y otros centros urbanos florecieron, influidos por la cultura olmeca de San Lorenzo. Las ciudades prehispánicas Yaxchilán y Piedras Negras controlaron rutas comerciales durante el Clásico Tardío. El colapso maya y la posterior llegada de los chiapanecas marcaron el Posclásico, con diversas influencias y cambios demográficos.
Conquista de Chiapas
La conquista de Chiapas comenzó en 1524 con Pedro de Alvarado, quien sometió Tehuantepec y el Soconusco. Luego, Alvarado se dirigió a los Altos de Guatemala, enfrentando a los quichés. Luis Marín lideró otra expedición en 1524, enfrentándose a los chiapanecas. En 1527-1528, Diego de Mazariegos y Andrés de Portocarrero fundaron villas, pero los conflictos continuaron hasta 1533, destacando la batalla del Sumidero. La Selva Lacandona fue conquistada a finales del siglo XVII tras múltiples intentos. Los dominicos y franciscanos lideraron la evangelización desde 1545, estableciendo pueblos de indios y aprendiendo lenguas locales. La influencia española se consolidó pese a la resistencia y los cambios demográficos.
Chiapas bajo el dominio español (siglos XVI a XIX)
A mediados del siglo XVI, Chiapas se integró a la Monarquía Hispánica, destacando la creación de la Audiencia de los Confines en 1543 y el establecimiento del obispado en 1545 con fray Bartolomé de las Casas como primer obispo. La máxima autoridad en Chiapas era la Audiencia de los Confines, cuya sede cambió de Honduras a Guatemala. La región del Soconusco, inicialmente bajo la Audiencia de México, se incorporó a la de los Confines en 1556. Chiapas y Soconusco tuvieron estructuras político-administrativas distintas, con Chiapas gestionada por alcaldes mayores y Soconusco por gobernadores. Los cabildos locales jugaron un rol importante en la administración, mientras que la política de congregación de indios en pueblos permitió un autogobierno indígena. En el siglo XVIII, se crearon dos alcaldías mayores en Chiapas y, en 1786, la Intendencia de Chiapas, que incluyó a la gobernación de Soconusco, para mejorar el control y la recaudación de tributos.
A mediados del siglo XVI, Chiapas se integró a la Monarquía Hispánica, destacando la creación de la Audiencia de los Confines en 1543 y el establecimiento del obispado en 1545 con fray Bartolomé de las Casas como primer obispo. La máxima autoridad en Chiapas era la Audiencia de los Confines, cuya sede cambió de Honduras a Guatemala. La región del Soconusco, inicialmente bajo la Audiencia de México, se incorporó a la de los Confines en 1556. Chiapas y Soconusco tuvieron estructuras político-administrativas distintas, con Chiapas gestionada por alcaldes mayores y Soconusco por gobernadores. Los cabildos locales jugaron un rol importante en la administración, mientras que la política de congregación de indios en pueblos permitió un autogobierno indígena. En el siglo XVIII, se crearon dos alcaldías mayores en Chiapas y, en 1786, la Intendencia de Chiapas, que incluyó a la gobernación de Soconusco, para mejorar el control y la recaudación de tributos.
Los franciscanos jugaron un papel menor en la administración espiritual de Chiapas, con dos guardianías: el convento de San Antonio en Ciudad Real, encargándose de dos barrios de indios y el pueblo de San Felipe, y la guardianía de Huitiupán. Dependían de la provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala, que abarcaba desde Chiapas hasta Nicaragua. El clero secular, con pocos beneficios inicialmente, cuidaba del Soconusco, Palenque, Tila, Tumbalá, Petlalcingo y el valle de Jiquipilas. Las doctrinas fueron administradas por órdenes regulares, mientras los curatos eran del clero secular. La Corona española ordenó que las doctrinas se volvieran curatos, limitando a los frailes a la evangelización y vida conventual. Factores como la insuficiencia de clérigos seculares y la falta de conocimiento de lenguas indígenas frenaron esta política hasta mediados del siglo XVIII, cuando los reformadores borbónicos lograron la secularización de varias doctrinas, generando descontento por la distancia entre los indios y sus pastores.
Durante la época colonial, el maíz, frijol y chile fueron fundamentales en la alimentación de las poblaciones indígenas de Chiapas. El cacao, altamente apreciado, se produjo en Soconusco, la región Zoque y el valle del río Tulijá. Los españoles también introdujeron la caña de azúcar y el ganado. Los Dominicos desarrollaron haciendas ganaderas y azucareras, y el comercio de ganado llegó a ciudades como México y Puebla. Se recolectaban grana cochinilla y añil, y se cultivaba algodón y seda, con mantas chiapanecas exportadas a diversas regiones. El oro y el ámbar eran otros productos explotados. A lo largo del periodo colonial, las poblaciones indígenas resistieron la dominación española mediante motines y rebeliones, como el Motín de Tuxtla en 1693, la Rebelión de Lamadrid en 1700-1701 y la Rebelión Zendal en 1712, todas influenciadas por crisis agrícolas y tensiones sociopolíticas.
Chiapas durante el siglo XIX
Durante el siglo XIX, Chiapas fue escenario de conflictos entre dos facciones políticas: la élite conservadora de San Cristóbal de Las Casas y la facción liberal de los Valles Centrales, centrada en Tuxtla Gutiérrez. Ambas facciones se alinearon con grupos de poder del centro de México, replicando los conflictos nacionales a escala regional. La incorporación de Chiapas a México en 1824, tras el Plan de Chiapas Libre, respondió a intereses políticos y comerciales, con Ciudad Real apoyando a México y Tuxtla y Comitán inclinándose hacia Centroamérica. Finalmente, la incorporación a México se consolidó mediante un sistema de votación indirecta. Durante la Reforma Liberal, Ángel Albino Corzo implementó leyes desamortizadoras, generando oposición. En 1863, tras el establecimiento del Segundo Imperio Mexicano, Juan Ortega y el franciscano Víctor María Chanona instauraron un gobierno conservador en San Cristóbal, hasta que los liberales, con apoyo de Porfirio Díaz, recuperaron la ciudad en 1864.
Los indígenas de Los Altos fueron afectados por la guerra entre facciones en Chiapas. Durante momentos de crisis, liberales y conservadores utilizaron la leva para reclutar más combatientes, debilitando los mecanismos de contención de la violencia en los pueblos. En 1862-1863, San Juan Chamula experimentó disturbios debido a los intentos del párroco por movilizar al pueblo a favor del Imperio. Tras la victoria liberal, el gobernador Pantaleón Domínguez buscó reducir la influencia de las élites locales sobre los indígenas, alentándolos a no pagar contribuciones religiosas y abolir cargos que apoyaban a los curas. Esto promovió la práctica de la religión católica sin sacerdotes, liberando a los indígenas del control religioso. El conflicto escaló cuando el cura Martínez fue asesinado en 1867, desencadenando una violenta represión gubernamental que dejó cientos de muertos. Esta represión marcó el fin de la oposición entre liberales y conservadores en Chiapas, aunque el conflicto por el control de la mano de obra persistió. El gobierno de Porfirio Díaz introdujo tendencias modernizadoras en 1892, centralizando el poder y promoviendo el desarrollo económico, especialmente en la exportación de productos agrícolas como café, cacao, y azúcar, que beneficiaron a las élites locales. Las políticas de atracción de capital extranjero y la expansión de las fincas fortalecieron la economía, pero también perpetuaron el trabajo forzado de los indígenas. La producción agroganadera y la exportación de productos como el café y el cacao consolidaron la economía chiapaneca, aunque a costa del trabajo forzado de la población indígena en los campos.
El siglo XIX en Chiapas se caracterizó por movimientos poblacionales significativos. El desarrollo de nuevas zonas productivas desencadenó migraciones masivas, temporales o permanentes. La población creció considerablemente, de 84,000 en 1778 a 248,000 en 1880. Hacendados y campesinos colonizaron valles intramontanos, y ladinos se establecieron en pueblos indígenas, generando parajes. Hubo migraciones de indígenas hacia otras regiones, como Los Altos o hacia plantaciones de cacao en Pichucalco. El auge cafetalero en el Soconusco atrajo migrantes de Guatemala y Los Altos, con una demanda adicional por la construcción del ferrocarril. A partir de 1880, la población aumentó significativamente, alcanzando casi 530,000 habitantes en Chiapas. El proceso de ladinización redujo la población indígena del 82% en 1778 al 33% en 1900, concentrándose en el Macizo Central. La Revolución Mexicana en Chiapas (1910-1914) reflejó tensiones entre San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez, desencadenando rebeliones y cambios políticos, aunque muchas demandas indígenas quedaron insatisfechas.
El 2 de diciembre de 1914, 40 finqueros se reunieron en el río Canguí, Chiapa de Corzo, decidiendo levantarse en armas contra las tropas constitucionalistas, lideradas por Jesús Agustín Castro, a quienes consideraban invasoras y abusivas. Se oponían especialmente a la Ley de Liberación de Mozos. Tiburcio Fernández Ruiz fue elegido líder militar, proveniente de La Frailesca y Los Cuxtepeques. Los propietarios de Tuxtla se mantuvieron leales a Castro. Los rebeldes, llamados "mapaches", sumaron rancheros, vaqueros, y exmilitares. En 1916, recibieron el apoyo de Alberto Pineda y, en 1919, de Félix Díaz y Juan Andrew Almazán. Intentaron una alianza con zapatistas, pero fracasó por diferencias en la redistribución de tierras. Con tácticas de guerrilla, resistieron a las fuerzas de Carranza hasta 1920. Fernández, alineado con Obregón, se convirtió en gobernador de Chiapas, terminando la fase armada. Su mandato evitó reformas agrarias, lo que generó tensiones políticas. Tras su gobierno, Carlos A. Vidal implementó medidas progresistas, siendo asesinado en 1927 durante una rebelión contra Calles, dejando a Chiapas en una situación política inestable.
Después del fusilamiento de Luis Vidal y Ricardo Alfonso Paniagua, se nombró como gobernador interino a Federico Martínez Rojas, quien era presidente municipal de San Cristóbal. En marzo de 1928, con la venia de Calles, fue remplazado por Amador Coutiño, quien preparó el camino para el triunfo del ingeniero agrónomo Raymundo Enríquez, el cual había lanzado su candidatura a gobernador en enero de ese año. Enríquez ganó las elecciones; aunque los otros contendientes, Luis C. García y Rafael Cal y Mayor, desconocieron el resultado y crearon sus propios congresos locales. Sin embargo, el indefectible apoyo de Calles permitió que Enríquez pudiera tomar posesión de la gubernatura el 1 de diciembre de 1928.
Durante su gobierno, se resolvieron 113 solicitudes de tierra que permitieron el reparto de 171,889 hectáreas de tierra. Sin embargo, esta política agrarista no afectó las fincas de café ni las haciendas de los mapaches de La Frailesca y de los Altos. Raymundo Enríquez apoyó la formación en marzo de 1931 de la Confederación Campesina y Obrera de Chiapas. Para resolver los conflictos entre trabajadores y patrones, creó el Departamento de Trabajo, Defensa Proletaria y Bienestar Social, que, entre otras de sus funciones, asesoraba a los campesinos en sus demandas agrarias y supervisaba los contratos colectivos de trabajo.
Enríquez mantuvo relaciones conflictivas con la Iglesia católica. Respaldó las medidas anticlericales de Calles y mandó clausurar iglesias y limitar el número de sacerdotes a ocho: cinco de la Iglesia católica, uno evangélico y los restantes miembros de la Iglesia ortodoxa. Así, un único cura tenía que administrar una zona enorme, que comprendía San Cristóbal y los municipios tsotsiles y tseltales. En San Cristóbal, se permitió el toque de campanas solo tres veces al día.
Chiapas posrevolucionario, 1940-1994
Entre 1940 y 1994, el estado de Chiapas tuvo 14 gobernadores, todos del Partido de la Revolución Mexicana (PRM)/Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde 1940 hasta 1964, se eligieron jóvenes políticos chiapanecos vinculados a la dirigencia nacional del partido. En la década de 1970, se prefirieron candidatos con prestigio académico o en la administración pública. En los años ochenta, un militar fue elegido para reforzar la seguridad en la frontera con Guatemala, y hacia finales de esa década, se buscó alinear al gobierno estatal con el modelo neoliberal.
Rafael Pascacio Gamboa (1940-1944) impulsó la renovación urbana en Tuxtla Gutiérrez y el reparto agrario. Juan María Esponda, César Augusto Lara Ramos y Francisco J. Grajales (1944-1952) enfrentaron una crisis política. Efraín Aranda Osorio (1952-1958) llevó a cabo nuevas obras y se enfrentó a grupos del PRI. Samuel León Brindis (1958-1964) mantuvo un gobierno tranquilo. José Castillo Tielemans (1964-1970) impulsó la infraestructura y fundó la Universidad de Chiapas. Manuel Velasco Suárez (1970-1976) finalizó la presa La Angostura y construyó la de Chicoasén. Jorge de la Vega Domínguez (1976-1977) fue llamado por el presidente López Portillo. Salomón González Blanco (1977-1979) y Juan Sabines Gutiérrez (1979-1982) tuvieron mandatos breves. El general Absalón Castellanos Domínguez (1982-1988) enfrentó conflictos por la llegada de refugiados guatemaltecos y tensiones en Centroamérica, caracterizado por la represión y acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
En los años noventa, la corriente tecnocrática del PRI, liderada por Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, dominaba la política mexicana. Para la gubernatura de Chiapas, designaron a José Patrocinio González Blanco, con respaldo de políticos locales y exgobernadores. Aunque prometió investigar al general Castellanos, su gestión enfrentó la peor votación del PRI en Chiapas. Aliado con exgobernadores, intentó controlar el estado, pero la crisis económica y conflictos sociales lo debilitaron. Llamado por Salinas, dejó el cargo, siendo reemplazado por Elmar Setzer Marseille. Su breve gobierno vio el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que lo forzó a renunciar, desatando una crisis política en Chiapas.
Demografía
Entre 1930 y 2000, la población de Chiapas creció anualmente un 2.90%, llegando a 3,920,892 habitantes. Aunque el proceso de ladinización continuó desde finales del periodo colonial, el porcentaje de hablantes de lenguas indígenas se estabilizó en un 25%. En la década de 1970, las ciudades como Tuxtla y San Cristóbal experimentaron un crecimiento significativo debido a la migración interna y la llegada de indígenas. La Selva Lacandona también vio un aumento poblacional por la llegada de campesinos, muchos de los cuales se convirtieron en bases del EZLN. El gobierno redistribuyó tierras aquí para beneficiar a campesinos desplazados.
Economía
Hacia 1940, la economía de Chiapas se sostenía en dos tipos de regiones: los Valles Centrales, el Soconusco y el norte, con fincas maiceras y cafetaleras, y Los Altos y la Sierra Madre, densamente pobladas pero con tierras de baja calidad, como reserva de mano de obra. Entre 1950 y 1960, la agricultura en los Valles Centrales y el Soconusco impulsó la economía, absorbiendo la mano de obra de regiones densamente pobladas. Sin embargo, durante el gobierno de Luis Echeverría, los precios del maíz cayeron y la ganadería extensiva se expandió, dejando a muchos sin empleo. La crisis se agravó con la deuda externa y la caída de precios del café. Los problemas económicos llevaron a una migración masiva hacia el norte y Estados Unidos.
La tierra
A partir de la década de 1940, el reparto agrario en Chiapas entregó aproximadamente 1,600,000 hectáreas hasta 1969. Durante las décadas de 1960 a 1980, hubo una minifundización significativa, con unidades productivas pequeñas que se duplicaron en número, especialmente en el sector social. El crecimiento poblacional exacerbó la fragmentación de la tierra, con 127,678 predios de menos de cinco hectáreas en 1990. La ganadería extensiva creció con apoyo gubernamental, ocupando tres veces más tierra que la siembra de maíz. La falta de tierras provocó conflictos sociales y el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994.
Galería de imágenes
-
Distribución de lenguas en Chiapas durante la mayor parte del preclásico. La zona en rojo es el grupo lingüístico mixe-zoque.