Especismo para niños
El especismo es la idea de que una especie es más importante que otras, lo que lleva a tratar de forma diferente a los animales solo por su especie. Es como pensar que los intereses de los humanos son más importantes que los de otros animales, incluso si esos animales tienen necesidades básicas similares, como vivir, ser libres y estar bien.
Esta palabra, "especismo", fue creada en 1970 por un psicólogo llamado Richard D. Ryder. Él la usó para hablar de la discriminación hacia los animales, considerándolos inferiores. También se refiere a la creencia de que los seres humanos son superiores a los demás animales y pueden usarlos para su propio beneficio.
Las personas que defienden los derechos de los animales usan este término y lo comparan con el racismo o el sexismo. Argumentan que la especie a la que pertenece un ser vivo no debería ser la razón para tratarlo de forma diferente. También señalan que el especismo justifica el uso de animales en espectáculos, la ganadería, el uso de cuero y la experimentación con animales, entre otras prácticas.
No hay un acuerdo claro sobre qué característica debería darnos el derecho de considerar moralmente a un animal no humano. Muchos piensan que la capacidad de sentir dolor es lo más importante. Otros creen que son las capacidades mentales complejas. El biólogo Richard Dawkins ha hablado sobre esto, señalando que el especismo puede tener diferentes grados, desde negar todos los derechos a los animales hasta reconocer algunos derechos a especies que se parecen más a los humanos, como los chimpancés.
Las definiciones más detalladas de especismo explican que no se trata solo de diferenciar entre especies, sino entre individuos de diferentes especies. Esto puede ser simplemente por pertenecer a una especie u otra, o por otras razones como la inteligencia. En resumen, el especismo es la discriminación contra aquellos que no pertenecen a una especie determinada, sin importar la razón.
Contenido
Historia del concepto
Origen del término
La palabra "especismo" apareció por primera vez en 1970 en un folleto escrito por el psicólogo británico Richard D. Ryder. Ryder era parte de un grupo de académicos en Oxford, Inglaterra, que defendían los derechos de los animales. Este grupo, conocido como el Grupo de Oxford, distribuía folletos sobre temas importantes. El folleto llamado "Especismo" fue escrito para protestar contra el uso de animales en experimentos.
En su folleto, Ryder explicó que, desde las ideas de Darwin, los científicos están de acuerdo en que no hay una diferencia "mágica" entre humanos y otros animales desde el punto de vista biológico. Entonces, se preguntaba, ¿por qué hacemos una distinción tan grande en la moral? Si todos los seres vivos están conectados físicamente, también deberíamos estarlo moralmente. Ryder señaló que en el Reino Unido se usaban cinco millones de animales al año en experimentos. Dijo que intentar beneficiar a nuestra propia especie maltratando a otras era "simplemente 'especismo'" y que era un argumento más emocional que razonado.
Ryder volvió a usar el término en un ensayo de 1971 llamado "Experimentos en Animales". En este ensayo, comparó el especismo con el racismo, diciendo que ambos son formas de prejuicio. Argumentó que si es incorrecto causar sufrimiento a seres humanos inocentes, también debería ser incorrecto causar sufrimiento a seres inocentes de otras especies.
Quienes se oponen al especismo a menudo mencionan a mamíferos y aves en el contexto de la investigación o las granjas. No hay un acuerdo claro sobre qué especies deberían ser tratadas igual que los humanos. Sin embargo, muchos defensores de la ética animal creen que la capacidad de sentir y sufrir es la razón principal para respetar a los animales.
Cómo se extendió la idea
A mediados de los años 70, otros autores como Stephen L. Clark y Andrew Linzey también escribieron sobre el concepto.
Pero el término se hizo muy conocido gracias al filósofo australiano Peter Singer en su libro Liberación Animal de 1975. Singer conocía a Ryder de su tiempo como estudiante en Oxford. Singer le dio crédito a Ryder por crear la palabra y la usó como título de un capítulo de su libro: "El Dominio del Hombre... una breve historia del especismo". Lo definió como "un prejuicio o una actitud que favorece los intereses de los miembros de la propia especie y va en contra de los intereses de miembros de otras especies".
Singer explicó que, al igual que los racistas favorecen a su propia raza y los sexistas a su propio género, los especistas permiten que los intereses de su propia especie anulen los intereses de otras especies. El patrón es el mismo en todos los casos.
Singer, desde una perspectiva utilitarista, dijo que el especismo no respeta el principio de igual consideración de intereses. Esto significa que el sufrimiento de cualquier ser vivo debe ser considerado por igual, sin importar su especie. Aunque haya diferencias entre humanos y no humanos, ambos pueden sufrir, y debemos dar la misma importancia a ese sufrimiento. El término se hizo popular y entró en el Diccionario de Inglés de Oxford en 1985.
En 1979, la palabra "speciesism" se tradujo al español como "especieísmo" en el Diccionario de filosofía de Ferrater Mora. Sin embargo, con el tiempo, la palabra "especismo" se ha vuelto mucho más común.
Más recientemente, grupos de derechos de los animales como Farm Animal Rights Movement y PETA han intentado hacer el concepto más conocido promoviendo el Día Mundial Contra el Especismo el 5 de junio.
Argumentos en contra del especismo
La comunidad moral y los casos especiales
Arthur Schopenhauer defendió los derechos de los animales, influenciado por ideas de Oriente. Él criticó la idea de que los animales no tienen derechos y que nuestro trato hacia ellos no tiene importancia moral.
La filósofa Paola Cavalieri explica que la idea actual es que solo los seres humanos son parte de la comunidad moral y que todos ellos merecen la misma protección. Ella dice que ser parte de la especie humana se considera suficiente para tener derechos. Esta idea incluye a todos los humanos, pero excluye a los no humanos.
Cavalieri señala que no solo los filósofos tienen problemas con este concepto. El filósofo Richard Rorty dijo que la mayoría de las personas no entienden por qué ser miembro de una especie sería suficiente para ser parte de la comunidad moral. Él explicó que a muchas personas les cuesta extender su sentido de comunidad moral más allá de su familia o grupo.
De manera similar, a gran parte de la humanidad le cuesta aceptar que la comunidad moral se extienda a los animales no humanos. Aunque los animales tienen cierto estatus moral en varias sociedades, generalmente se limita a protegerlos de la "crueldad sin sentido". Los antiespecistas argumentan que es contradictorio dar protección a todos los humanos, sin importar sus características como la inteligencia, y al mismo tiempo negársela a los animales no humanos, sin importar sus propias características.
Según el argumento de los casos especiales, si los niños pequeños, las personas mayores con problemas de memoria o las personas con discapacidades cognitivas tienen ciertos derechos morales, entonces los animales no humanos también deberían tenerlos. Esto se debe a que no hay una capacidad moral importante que tengan los humanos en estos casos especiales y que no tengan los animales.
El profesor de derecho Steven M. Wise dice que el especismo es un prejuicio tan arbitrario como cualquier otro. Cita al filósofo Raymond Frey, quien dijo que si tuviera que elegir entre dejar de experimentar con animales o permitir experimentos con humanos en "casos especiales", elegiría lo segundo. No porque sea cruel, sino porque no encuentra una razón convincente para que la vida humana tenga más valor que la vida animal.
La "mente discontinua"
Richard Dawkins, un biólogo evolucionista, dice que el especismo es un ejemplo de "mente discontinua". Él ha hablado en contra del especismo en varios de sus libros, explicando su conexión con la teoría de la evolución. Compara las antiguas actitudes racistas con las actitudes especistas actuales. En su libro El relojero ciego, Dawkins explica que nuestra mente tiende a dividir el mundo en categorías separadas, lo que no siempre refleja la realidad biológica.
Dawkins da un ejemplo: "El director de un zoológico puede 'dormir' a un chimpancé que ya no necesita, mientras que si hiciera lo mismo con un empleado, la gente se indignaría. El chimpancé es propiedad del zoológico. Se supone que los seres humanos hoy en día no son propiedad de nadie, pero rara vez se explica la razón para discriminar a los chimpancés de esa manera, y dudo que haya una razón defendible. La única razón por la que nos sentimos cómodos con esta doble moral es que los seres intermedios entre humanos y chimpancés ya no existen".
En una discusión en 2007, Dawkins comparó la situación actual del especismo con la esclavitud hace un par de siglos. Dijo que muchas personas se sentían incómodas con la esclavitud, pero la mantenían porque la economía dependía de ella.
La importancia de la conciencia
La "extensión libertaria" es la idea de que el valor de la naturaleza puede ir más allá de los seres que sienten. Busca aplicar los derechos individuales no solo a todos los animales, sino también a cosas sin sistema nervioso como plantas y rocas. Ryder no está de acuerdo con esto, diciendo que el valor solo puede existir si hay conciencia o la posibilidad de tenerla. Por lo tanto, las rocas o los ríos no tienen intereses ni derechos propios, aunque sean valiosos para nosotros y para otros seres vivos que los necesitan como hábitat.
Críticas al especismo
Existen muchas críticas al especismo, con diferentes ideas sobre su base teórica y práctica. En general, hay dos posturas principales: los bienestaristas y los abolicionistas. Los bienestaristas defienden el uso de animales no humanos, pero con un trato humano. Los abolicionistas, en cambio, buscan el fin de toda explotación animal.
El filósofo español Oscar Horta dice que los argumentos a favor del antropocentrismo (la idea de que el ser humano es el centro de todo) son muy débiles y que, en el fondo, el antropocentrismo es una postura especista.
Steven Pinker también comenta: "Quien se oponga a los derechos de los animales y diga que ser una persona se basa en ser de la especie Homo Sapiens, es solo un fanático de la especie, no más sensato que los fanáticos de la raza que valoran más la vida de los blancos que la de los negros. Después de todo, los demás mamíferos luchan por vivir, sienten placer y dolor, miedo y estrés cuando su bienestar está en peligro. Los grandes simios también comparten nuestros placeres más elevados, como la curiosidad y el amor por la familia, y nuestros dolores más profundos, como el aburrimiento, la soledad y la tristeza. ¿Por qué se respetarían esos intereses en nuestra especie y no en las demás?".
Tanto los bienestaristas como los abolicionistas reconocen que los animales tienen sensibilidad, es decir, la capacidad de sentir placer y dolor. Por lo tanto, reconocen que los animales tienen intereses importantes desde el punto de vista moral. Ambos están de acuerdo en que, si los intereses son similares, la consideración hacia ellos también debe ser similar.
Aquí surge una diferencia importante: los antiespecistas abolicionistas suelen decir que es necesario reconocer derechos a los animales para proteger sus intereses. Los bienestaristas (a menudo ligados al utilitarismo) niegan la existencia de derechos inquebrantables, ya que estarían de acuerdo en no respetar un derecho si eso produce más beneficio que daño.
Desde la teoría antiespecista, se busca mostrar que los argumentos a favor del uso de animales no humanos tienen un trasfondo especista y, por lo tanto, son injustos. Algunos de estos argumentos se basan en la racionalidad, la capacidad de usar el lenguaje u otras cualidades mentales que, en teoría, son solo de los humanos. Sobre estas diferencias se construye la discriminación que relega a los animales no humanos a ser solo propiedad, sin una verdadera consideración moral. El hecho de que los intereses de los animales no humanos no se tomen en cuenta es que se les considera propiedad. Al ser vistos como objetos, sus intereses no pueden competir con los de su 'dueño', ya que todo lo que son está sujeto a la voluntad del propietario.
Esta corriente crítica argumenta que, en primer lugar, no es cierto que ningún animal no humano tenga cualidades como la racionalidad o el lenguaje, ya que muchos las poseen en diferentes grados. Y, por otro lado, resalta que no todos los humanos tienen estas capacidades. De hecho, muchas personas, como las que tienen problemas de memoria avanzados, discapacidades intelectuales o niños pequeños, no tienen estos atributos y no por eso se les niega un estatus moral especial. Es importante entender que no se trata de pequeñas minorías, sino que todos pasamos por etapas de nuestra vida en las que carecemos de estas capacidades. Si se aplicara esta lógica, se nos debería privar de toda consideración moral o de derechos, lo cual no sucede. Esto muestra el trasfondo especista en estos razonamientos.
Además, la mayoría de la gente está de acuerdo en que está mal causar sufrimiento innecesario a los animales. Sin embargo, la inmensa mayoría del sufrimiento que se les causa no es realmente necesario. Hay una gran diferencia entre lo que decimos sobre la consideración moral de los animales y cómo los tratamos en realidad. Este fenómeno se llama disonancia cognitiva en psicología.
Por otro lado, es importante señalar que no todos los animales sienten. Y dado que gran parte de los argumentos se basan en esta afirmación, hoy en día es difícil establecer una línea clara entre los que pueden sentir dolor conscientemente y los que no. Sin embargo, para diferenciar a los animales conscientes de los que solo están vivos, se pueden usar algunos criterios:
- El primero es un criterio fisiológico. Podemos decir con seguridad que un animal tiene sensibilidad cuando posee un sistema nervioso centralizado que le permite no solo recibir un estímulo, sino también tener la experiencia que ese estímulo le causa.
- La lógica evolutiva es el segundo criterio. La capacidad de sufrir y disfrutar permite a los seres con capacidad de moverse huir de lo que les hace daño y acercarse a lo que les beneficia. Sería ilógico que un animal desarrollara esa sensibilidad y no pudiera moverse.
- El tercer y último criterio es la conducta. Los gestos, actitudes y comportamientos son señales que nos dan razones para creer que un ser puede estar sintiendo placer o dolor, ya sea humano o no humano.
En las últimas décadas, ha aumentado la conciencia sobre el respeto a los animales. Han surgido organizaciones, asociaciones e incluso partidos políticos que luchan por defender la vida animal.
Podemos mencionar a PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal), un partido político español fundado en 2003, la Fundación Altarriba, la Fundación Faada, la Asociación Animalista Libera, Igualdad Animal (cuyas investigaciones en granjas han tenido mucha repercusión), la Fundación ANDA y la Asociación ANAA, entre muchas otras.
Entretenimiento
El ejemplo más claro es la tauromaquia, un negocio que se beneficia del maltrato y la muerte de animales. Esta actividad es llamada "fiesta nacional", "cultura" y "tradición". Desde un punto de vista antiespecista, esta tradición es considerada una crueldad. Hay otros ámbitos donde el especismo se ve en el entretenimiento, como los circos, zoos, acuarios, encierros, peleas de perros, cacerías, pesca deportiva, carreras de caballos y galgos, etc.
Desde la perspectiva antiespecista, estos actos de entretenimiento son innecesarios y abusivos, ya que los seres humanos pueden divertirse sin dañar a otros seres vivos.
Vestimenta
Existe cierto rechazo hacia prendas hechas con piel de algunos animales, como los visones, pero en general la sociedad acepta ampliamente la piel de vaca y otros.
Hay diferentes tipos de ropa que, aunque no causan la muerte directa o "visible" de animales, como el cuero sintético, el algodón o las prendas acrílicas, no evitan el daño o sufrimiento de animales silvestres. Según Claudio Bertonatti, naturalista y ex-vegano: "Entiendo que puede ser doloroso, a mí también me gustaría vivir en un mundo ideal, pero la realidad es otra. No todos, pero muchos veganos creen que no causan ninguna muerte, lo mismo que la gente que viste solo ropa de algodón, y sí lo hacen".
La producción agrícola es fundamental para los seres humanos, ya que nos da alimentos y materias primas para muchos productos, como el algodón para la ropa. Hay mucha sensibilidad hacia los animales domésticos, pero el gran impacto negativo de las técnicas agrícolas en los animales silvestres se vuelve "invisible" y poco emotivo. La agricultura tiene un enorme efecto negativo en la Tierra. Reduce el espacio para la vida silvestre, destruye muchos insectos, plantas y animales, tanto directamente al preparar los terrenos y usar plaguicidas, como por la contaminación de las aguas por los fertilizantes y plaguicidas, y sus efectos negativos en la cadena alimenticia. Todo esto causa una pérdida de biodiversidad. Además, los insecticidas, herbicidas y fungicidas contaminan el agua dulce con sustancias que, además de afectar a la vida silvestre, dañan la salud humana. La agricultura también es una fuente importante de contaminación del aire y de gases que contribuyen al efecto invernadero. En 2006, la tierra usada para cultivar alimentos para el ganado representaba el 34% de todas las tierras cultivables.
Además, algunas prendas usadas por personas que siguen una ética vegana, especialmente las hechas con sustitutos del cuero, están fabricadas con productos derivados del petróleo. Esto ha generado críticas debido a los daños ambientales asociados a su producción.
Argumentos a favor del especismo
Argumentos filosóficos

En su obra Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Immanuel Kant consideraba la racionalidad como la base para ser un ser moral, es decir, alguien a quien se le debe consideración moral. Él creía que los animales no tienen derechos morales. Según Kant, los animales no son racionales, por lo tanto, no se puede actuar de forma inmoral hacia ellos. Aunque no pensaba que tuviéramos deberes hacia los animales, Kant sí creía que ser cruel con ellos estaba mal porque nuestro comportamiento podría influir en nuestras actitudes hacia los seres humanos: si nos acostumbramos a dañar a los animales, es más probable que veamos como aceptable dañar a los humanos. Sin embargo, Christine Korsgaard reinterpretó la ética kantiana para sugerir que los derechos de los animales están implícitos en sus principios morales. El ético Tom Regan rechazó la evaluación de Kant sobre el valor moral de los animales, negando la afirmación de Kant de que los animales no son conscientes de sí mismos y que existen solo como un medio para un fin.
Un argumento común a favor del especismo es que los humanos tienen el derecho de usar a los animales de otras especies para su beneficio. El filósofo Carl Cohen argumentó en 1986: "El especismo no solo es razonable; es esencial para una conducta correcta, porque quienes hacen una distinción moralmente importante entre las diferentes especies casi seguramente, como consecuencia, evitarán sus verdaderas obligaciones". Cohen escribe que el racismo y el sexismo están mal porque no hay diferencias importantes entre los sexos o las razas. Pero entre humanos y animales no humanos, él argumenta que sí hay diferencias significativas. Su punto de vista es que los animales no cumplen los requisitos para ser considerados "personas" según Kant, por lo que no tienen derechos. Cohen cree que el sufrimiento humano es más importante que el sufrimiento de otras especies y que los seres humanos tienen la obligación moral de limitar el sufrimiento de otros humanos. Al detener la investigación con animales, los humanos estarían fallando en su deber ético. Una crítica al argumento de Cohen se refiere a los derechos de los bebés y las personas con discapacidad mental, ya que si la falta de entendimiento moral es lo que impide los derechos de los animales, estos grupos de humanos tampoco los tendrían. Cohen defiende su postura afirmando que, como parte de la comunidad humana, la idea de derechos se extiende a estos individuos.
Otra crítica al antiespecismo se basa en la diferencia entre los derechos que uno desea y los que no. Muchas personas que ahora son adultas, pero recuerdan haber sido menores de edad cuando se legalizaron los derechos de los niños, dudan si los derechos de los animales son beneficiosos para ellos, especialmente porque los animales no pueden expresar lo que consideran terrible. Se hace una distinción entre personas a quienes se les niega la posibilidad de expresar su opinión por límites de edad, diagnósticos psiquiátricos o leyes, y los casos especiales de humanos que son intrínsecamente incapaces de opinar sobre su situación. Lo primero se compara con el racismo y el sexismo; lo segundo se compara con los animales. Esto lleva a cuestionar la definición misma de "crueldad sin sentido". Un ejemplo es que, como no sabemos si los animales son conscientes de la muerte, todas las consideraciones éticas sobre cómo tratar a los animales serían incompletas. Quienes defienden esta forma de aceptar parcialmente el especismo generalmente no están de acuerdo con argumentos sobre deshumanizaciones o argumentos legalistas, y no tienen problema en aceptar posibles encuentros futuros con inteligencia extraterrestre o inteligencia artificial como iguales.
El objetivismo de Ayn Rand sostiene que los humanos son los únicos seres que tienen lo que Rand llamó una conciencia conceptual y la capacidad de razonar y desarrollar un sistema moral. Ella argumentó que los humanos son, por lo tanto, la única especie que posee derechos. El filósofo objetivista Leonard Peikoff argumentó: "Por su naturaleza y en todo el reino animal, la vida sobrevive alimentándose de la vida. Exigir que el hombre se someta a los 'derechos' de otra especie es privar al hombre del derecho a la vida. Esto es 'otro-ismo', es decir, altruismo, llevado al extremo".
El filósofo británico Roger Scruton llama al surgimiento del movimiento antiespecista y de los derechos de los animales "el cambio cultural más extraño dentro del punto de vista liberal", porque la idea de derechos y responsabilidades, argumenta, es propia de la condición humana y no tiene sentido extenderla más allá de nuestra propia especie. Scruton argumenta que si los animales tienen derechos, entonces también tienen obligaciones, que los animales violarían continuamente, siendo casi todos ellos "criminales habituales" y los animales depredadores como zorros, lobos y orcas "asesinos empedernidos" que "deberían estar encerrados permanentemente". Acusa a los defensores del antiespecismo de "antropomorfismo precientífico", atribuyendo a los animales características que, según él, son como las de los cuentos, donde "solo el hombre es malvado". Es, argumenta, "una fantasía, un mundo de escape" para la gente de la ciudad.
Argumentos religiosos
El reverendo John Tuohey, fundador del Providence Center for Health Care Ethics en Estados Unidos, escribe que la lógica detrás de la crítica antiespecista es defectuosa. Aunque el movimiento por los derechos de los animales en Estados Unidos ha logrado reducir la experimentación con animales y, en algunos casos, detener estudios específicos, nadie ha presentado un argumento convincente para la igualdad de especies.
Algunos defensores del especismo creen que los animales existen para que los humanos puedan usarlos. Afirman que esto otorga a los humanos derechos especiales, como el derecho a la vida, y también responsabilidades únicas, como el cuidado del medio ambiente. Esta creencia en el excepcionalismo humano a menudo se basa en las religiones abrahámicas, como el Libro de Génesis que dice: "Entonces Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, de acuerdo con nuestra semejanza; y que gobiernen sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre el ganado y sobre toda la tierra, y sobre cada cosa que se arrastra sobre la tierra". Los defensores de los derechos de los animales afirman que "gobernar" se refiere a cuidar, no a poseer. Jesús enseñó que una persona vale más que muchos gorriones, y en Proverbios se menciona que los justos cuidan a sus animales domésticos.
En algunas religiones se practica el uso de animales en rituales, por ejemplo, en el Islam, los musulmanes que participan en el Hach deben usar un cordero, cabra, vaca o camello durante la celebración del Eid al-Adha (Celebración del Sacrificio). En el hinduismo, las prácticas de uso de animales se asocian principalmente con el shaktismo y se practican regularmente en las religiones africanas y afroamericanas tradicionales. Sin embargo, mientras unas religiones usan los animales, otras les dan culto y los consideran sagrados. En India, el respeto por la vaca está muy extendido y se evita su uso y consumo. Según la creencia budista, los humanos no merecen un trato preferencial sobre otros seres vivos. El hinduismo, que ha evolucionado a lo largo de varios siglos, llevó a una adopción más amplia del concepto de no violencia o ahimsa como parte principal de los sistemas de creencias dharmicas. Se cree que los humanos y los animales son una familia y, por lo tanto, los humanos deben tratar a todas las criaturas vivientes con respeto y amabilidad. También se cree que los seres humanos se reencarnan como animales según sus acciones o karma.
Legislación y derechos de los animales
El derecho animal o legislación animalista es el conjunto de leyes y decisiones judiciales que se ocupan de la naturaleza —legal, social o biológica— de los animales. No debe confundirse con los derechos de los animales, que son una filosofía y un movimiento sobre los derechos naturales de los animales.
El derecho animal es diferente en cada país. Los ejemplos más importantes son las leyes de Inglaterra, Norteamérica y Europa en general, que fueron las primeras en regular legalmente a los animales.
El derecho animal incluye a los animales de compañía, la fauna silvestre, los animales usados en el entretenimiento y los animales criados para alimento e investigación. El campo emergente del derecho animal a veces se compara con el movimiento del derecho medioambiental de hace 30 años. El Animal Legal Defense Fund (Fundación de la Defensa Legal de Animales) fue fundado por la abogada Joyce Tischler en 1979 como la primera organización dedicada a promover el derecho animal y a usar la ley para proteger la vida y defender los intereses de los animales.
Actualmente, el derecho de los animales se enseña en 100 facultades de derecho de Estados Unidos, incluyendo Harvard, Stanford, UCLA, Northwestern, University of Michigan y Duke. Cada vez más asociaciones de abogados estatales y locales tienen comités de derecho animal. Hay pocos precedentes legales a favor de los animales, por lo que cada caso es una oportunidad para cambiar el futuro legal de los animales.
Reconocimiento legal de los grandes simios
La idea de la personalidad jurídica de los simios sugiere que las características de los grandes simios no humanos son tales que su capacidad de sentir y su individualidad deberían ser reconocidas por la ley. Esto iría más allá de simplemente protegerlos bajo leyes de crueldad animal. Otorgar personalidad jurídica a los primates no humanos significaría que sus intereses individuales tendrían que ser tomados en cuenta.
Ámbitos donde se manifiesta el especismo
Alimentación

Culturalmente, los grupos humanos han adoptado diferentes tipos de dietas según los recursos disponibles en su entorno. Gran parte de las sociedades en nuestro planeta incluyen alimentos de origen animal en su dieta. Cada sociedad consume diferentes tipos de animales. Por ejemplo, en Occidente se consumen vacas, mientras que en la India se les considera sagradas. En países asiáticos como China se consumen perros, mientras que en países occidentales esto se consideraría un acto cruel.
El consumo de carne y su producción hacen que cada año mueran 60.000 millones de animales criados en granjas. A medida que la población mundial crece, estas cifras aumentarán aún más. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada segundo mueren aproximadamente 2000 animales en el mundo, unos 345 millones al día, además de 140 millones de toneladas de peces. Se consumen muchos más animales acuáticos que aves y mamíferos juntos.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de 2007, las cifras de animales usados anualmente en el mundo para consumo humano serían:
50.000 millones de pollos | 2.715 millones de patos |
1.388 millones de cerdos | 1.169 millones de conejos |
648 millones de gallinas | 635 millones de pavos |
564 millones de ovejas | 402 millones de cabras |
301 millones de bóvidos | 57 millones de otras aves |
23 millones de búfalos | 10 millones de perros |
5 millones de caballos | 1,5 millones de camellos |
Experimentación
Experimentación con animales Cuando hablamos de experimentación animal, nos referimos al uso de animales con fines de investigación, ya sea en el ámbito militar, médico, cosmético o educativo. Según la British Union Against Vivisection, se calcula que unos 115 millones de animales son usados anualmente en experimentos de todo tipo, causándoles dolor, estrés, sufrimiento prolongado e incluso la muerte. Los más utilizados son los ratones, ratas, hámsteres, cobayas, conejos y monos, entre otros. Su origen es diverso: provienen de criaderos de laboratorio, criaderos externos, capturas del medio ambiente o perreras. Según un informe de la Comisión Europea, en Europa se utilizan 11,5 millones de animales; y según el informe anual de España, las cifras han aumentado desde 2005 hasta 2009.
Muchas asociaciones investigan estos experimentos, analizando la situación de los animales, como la BUAV (Unión Británica por la Abolición de la Vivisección) y la RSPCA (Sociedad para la prevención de la crueldad con animales). Entre los experimentos más criticados se encuentran la prueba LD50 "dosis letal 50%": se trata de analizar qué cantidad de una sustancia causará la muerte a la mitad de los animales en el experimento, envenenándolos; esta prueba se usa en investigación médica. Y el Test Draize, una prueba para desarrollar nuevos productos cosméticos, que consiste en encerrar conejos en cajas de manera que solo la cabeza quede fuera y aplicar el producto en uno de sus ojos.
Entretenimiento
El entretenimiento con animales implica el uso de estos para la diversión humana. En este ámbito, existen diferentes puntos de vista entre las sociedades y culturas, por lo que no hay una aceptación o rechazo generalizado.
Entre los casos de entretenimiento tenemos la tauromaquia. Se define como el "arte y técnica de lidiar toros". Se practica principalmente en España, Portugal y el sur de Francia, así como en Latinoamérica. En estos espectáculos se usa como animal principal el toro, aunque también se usan caballos. Esta práctica es muy criticada por defensores de los animales y diversas asociaciones. Las estadísticas muestran que el interés ha disminuido, llegando a un 30% de la población interesada, según un estudio de Gallup de junio de 2002. Es importante destacar que la oposición ha llevado a la prohibición de estos espectáculos en varias localidades de España. También se incluyen dentro de la tauromaquia las fiestas populares que usan toros, entre otros animales, para diversión, como el Toro de Vega, en Tordesillas, Valladolid.
Los circos son espectáculos que usan animales entrenados. Se critica principalmente el trato hacia los animales, que realizan trucos que no son naturales para su especie. La Organización Mundial de Sanidad Animal realizó un estudio en 2004 que estableció cinco necesidades básicas de todo animal, las cuales no se cumplían en los circos. Los animales de circo pasan en promedio entre el 70% y el 98% de su tiempo enjaulados y transportados, lo que provoca enfermedades como la zoocosis: una neurosis animal causada por el cautiverio. Los animales más usados son elefantes, leones, tigres, caballos, monos, osos, camellos, etc.
Los zoológicos son lugares donde se mantienen animales salvajes en cautiverio, y se exhiben y crían con fines educativos, de conservación y de entretenimiento. En estos entornos artificiales, los animales no pueden desarrollar un comportamiento natural de su hábitat. Se argumenta que en los zoológicos los animales viven más tiempo que en libertad, pero estudios como el publicado en la revista Science demostraron que de 4500 elefantas, las que vivieron más tiempo residían en un parque nacional de Kenia, donde vivían en libertad.
En el ámbito del entretenimiento también encontramos la caza y la pesca, presentadas como deporte; consisten en matar animales, salvajes o criados, para este fin. En España mueren en caza cerca de 30 millones de animales al año, unas 850.000 personas tienen licencia para cazar y según la FAPAS cada año mueren 24 personas en España durante las cacerías. Los ganadores en estos deportes reciben un trofeo, normalmente el cuerpo del animal. En caza mueren al año unos 50.000 galgos usados en la cacería.
Entre otras formas de entretenimiento tenemos las peleas de perros o de gallos, que aunque están prohibidas por ley, se siguen haciendo en secreto, especialmente en EE. UU. Otras formas como los rodeos, las carreras de caballos, perros y otras especies, el uso de animales en televisión, cine o teatro también son ámbitos que influyen en el entretenimiento con animales.
Vestimenta
La piel y el pelo de los animales se usan para vestir a los seres humanos. Aunque podría parecer que la industria textil, especialmente la industria peletera, es un producto secundario de la industria de la carne, ha crecido tanto y su demanda es tan alta que se ha convertido en una industria independiente. Para su fabricación, mueren aproximadamente 20 millones de animales capturados y 40 millones criados para este fin cada año, sin contar las pieles de animales de la industria cárnica. Para este propósito se utilizan animales de todo tipo, desde vacas, ovejas, cabras, cerdos, chinchillas, zorros, visones, cocodrilos, etc.
Se hacen distinciones entre las pieles de algunos animales, como la piel de visón, zorro o chinchilla, que debido a su alto precio otorgan a su comprador un símbolo de estatus lujoso; mientras que el cuero se adquiere por un precio mucho menor, más accesible. Esta industria, sea cual sea el tipo de piel que comercializa, sobrevive gracias a la industria de la moda, su gran demandante.
La mayor parte de las granjas de pieles se encuentran en Europa, unas 6000, entre Dinamarca, Finlandia, Holanda o Rusia, según informa la WSPA (World Society for the Protection of Animals). En cuanto al cuero, su principal productor es la India, y su principal consumidor EE. UU.
En cuanto al pelo, los más usados son la lana y las plumas; la lana, fibra natural obtenida de las ovejas, llamas o alpacas; son esquiladas y su pelo es tratado en la industria textil. Su mayor productor es Australia, con un 30% de producción de oveja Merino. Las plumas, por su parte, se usan en vestimenta y ropa de abrigo, así como en artículos para el hogar; se obtienen de aves de la industria cárnica y de aves criadas específicamente por su plumaje. Hungría, Polonia y China son los principales productores de plumas procedentes de animales criados específicamente para este fin.
Películas, documentales y series de televisión relacionadas con el especismo
Galería de imágenes
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Dog Meat.jpg
Carne de perro a la venta en los mercados de Kyungdong Shijang de Seúl, Corea del Sur
Véase también
En inglés: Speciesism Facts for Kids
- Biocentrismo
- Ecocentrismo
- Igual consideración de intereses
- Animal Ethics (organización)