Arte cristiano para niños
El arte cristiano es el arte que se inspira en las creencias y mensajes del cristianismo. Son obras creadas para mostrar y explicar de forma visual las ideas cristianas.
Como el cristianismo fue la religión principal en Europa desde el siglo IV, el arte cristiano forma una gran parte de las obras de arte de la Edad Media y siguió siendo muy importante durante la Edad Moderna. Con el tiempo, se extendió por muchas partes del mundo. Hoy en día, aunque la sociedad es más diversa, el arte cristiano sigue existiendo dentro de las corrientes artísticas actuales.
Para los creyentes, el arte cristiano tiene un propósito especial: ayudar en el culto. Edificios, imágenes (llamadas íconos) y objetos usados en las ceremonias religiosas se consideran sagrados. Desde los primeros tiempos del cristianismo, y sobre todo en la Edad Media, las iglesias y los monasterios se identificaban con las reliquias de los santos que guardaban. Muchas imágenes también se hicieron famosas por supuestos milagros y atrajeron a personas que viajaban para verlas. Esto a veces causó debates entre los líderes religiosos, ya que algunos defendían estas prácticas y otros las veían como supersticiones.
Casi todos los grupos cristianos han usado el arte de alguna manera, aunque la importancia y el estilo varían mucho entre católicos y protestantes. Incluso la música religiosa y la arquitectura religiosa, que son más abstractas, muestran estas diferencias. Las artes figurativas (como la pintura religiosa y la escultura religiosa), que algunos movimientos religiosos rechazaron, se usan de distintas maneras. Sin embargo, muchos de los temas son comunes, como la vida de Jesús y algunas historias del Antiguo Testamento. Las representaciones de santos son más comunes en el catolicismo, el anglicanismo y la Iglesia ortodoxa.
En las iglesias católicas tradicionales, se pueden ver muchas pinturas y esculturas, no solo en el altar mayor, sino también en las capillas laterales, en el púlpito o en la pila bautismal, e incluso en los techos o las vidrieras. Las paredes se cubrían con frescos o retablos, y elementos arquitectónicos como capiteles historiados o tímpanos servían de soporte para esculturas. La decoración de las iglesias ortodoxas es aún más impresionante, con iconostasis y mosaicos. En contraste, la sencillez de los altares protestantes fue imitada en algunas iglesias católicas modernas después del Concilio Vaticano II.
Cada obra de arte cristiano, sin importar el tipo o el personaje que represente, suele contener símbolos que identifican la rama del cristianismo que la creó. Aunque hay elementos comunes como el amor cristiano, la salvación o la Cruz, la forma en que se interpretan y representan puede variar. Por ejemplo, la Biblia no es exactamente la misma para todos los grupos, y su lectura puede ser diferente.
Sin embargo, la forma de representar a los personajes y escenas es a menudo muy detallada y sigue reglas fijas. Cada rasgo facial (si un apóstol tiene barba o es calvo), cada color (si la túnica de Cristo es roja o el manto de la Virgen es azul), cada gesto de las manos (que oran, bendicen, señalan) y cada objeto o parte del entorno están establecidos por tradición. Estos detalles se han repetido a lo largo de la historia del arte cristiano.
Contenido
- Historia del Arte Cristiano
- Orígenes del Arte Cristiano
- Arte de la Edad Media
- Arte de la Edad Moderna
- Arte de la Edad Contemporánea
- Artículos Devocionales y Arte Popular
- Temas en el Arte Cristiano
- Historias de Vidas de Santos
- Diseños de Iglesias Cristianas
- Galería de imágenes
- Véase también
Historia del Arte Cristiano
Orígenes del Arte Cristiano
El arte cristiano es casi tan antiguo como el propio cristianismo. Las imágenes cristianas más antiguas que se han encontrado datan de alrededor del año 70 d.C. y se hallaron en la iglesia de Megiddo.
Esta aparición temprana de imágenes, aunque no todas se han conservado, nos da información sobre los inicios del cristianismo y cómo fue evolucionando. Las esculturas cristianas más antiguas son de sarcófagos y son de principios del siglo III.
En arquitectura, a finales del siglo IV y principios del siglo V, se empezó a preferir construir iglesias con formas regulares, como las basílicas. Estas basílicas tenían tres naves y un ábside en un extremo, con la entrada en el otro. Así, en todo el Imperio Romano, la idea de iglesia se asoció con la de basílica.
Cuando el Imperio Romano se hizo cristiano bajo el emperador Constantino, se necesitaron edificios grandes para el culto. Los templos paganos no servían porque sus ceremonias se hacían al aire libre. Las nuevas iglesias cristianas necesitaban un espacio amplio para que los fieles pudieran orar dentro. Por eso, las iglesias no copiaron los templos paganos, sino las grandes salas de reuniones públicas llamadas basílicas.
La basílica, que antes tenía un uso civil, se convirtió en el lugar de reunión de los cristianos. La planta basilical (una nave central rectangular que termina en un ábside) se adoptó para las nuevas iglesias. Otros edificios con funciones religiosas diferentes, como los baptisterios (para el bautismo) y los mausoleos, tenían una planta centralizada.
La pintura se veía en murales, mosaicos y miniaturas. Las iglesias se decoraban con mosaicos en el suelo, que a veces mostraban historias cristianas de forma simbólica. Sin embargo, más tarde se dejó de poner escenas religiosas en el suelo para que no fueran pisadas.
Las miniaturas se usaban en los manuscritos para ayudar a entender el texto, especialmente a quienes no sabían leer. Entre los siglos II y IV, los rollos de papiro fueron reemplazados por los códices de pergamino, que podían coserse y encuadernarse. Esto permitió hacer pinturas importantes en miniatura. Algunos ejemplos antiguos son el códice "Vergilius Vaticanus" y el "Vergilius Romanus" del siglo IV, que se conservan en la Biblioteca Apostólica Vaticana. Los manuscritos religiosos más antiguos que se conservan son posteriores al siglo VI.
Los habitantes del Imperio Romano usaban ropa adornada con imágenes de los evangelios en telas lujosas y coloridas. Estas telas también se usaban para decorar edificios con tapices. Aunque el clero se opuso más tarde, aún se conservan algunos de estos tejidos con escenas religiosas en vestimentas sacerdotales y fragmentos de tapices decorados en varios museos.
Arte de la Edad Media
El arte medieval es una etapa de la historia del arte que cubre un prolongado período para una enorme extensión espacial. La Edad Media —del siglo V al siglo XV— supone más de mil años de arte en Europa, el Oriente Medio y África del Norte. Incluye distintos períodos, cuya valoración estética, sujeta a cambiantes criterios, ha venido emitiendo distintas denominaciones calificativas, que llegan a etiquetar a algunos como "edades oscuras" y a otros como "renacimientos"; incluye a su vez muy diferentes movimientos artísticos con distinta difusión geográfica, desde los llamados "estilos internacionales" hasta las artes nacionales, regionales y locales; en definitiva, una enorme diversidad en las obras de arte (pertenecientes a los más diversos géneros) y en los propios artistas, que en la Alta Edad Media permanecían en el anonimato de una condición artesanal de poco prestigio social, como los demás oficios establecidos en régimen gremial, mientras que en los últimos siglos de la Baja Edad Media, sobre todo en el siglo XV, alcanzarán la consideración de cultivadores de las bellas artes, aumentando en consideración social y preparación intelectual.
En la Antigüedad tardía se integró la herencia artística clásica del Imperio romano con las aportaciones del cristianismo primitivo y de la vigorosa cultura "bárbara" de los pueblos protagonistas de la época de las invasiones (procedentes de la Europa del Norte —pueblos germánicos—, de la Europa oriental —pueblos eslavos, magiares— o de Oriente —árabes, turcos, mongoles—), produciéndose peculiarísimas síntesis artísticas. La historia del arte medieval puede ser vista como la historia de la interacción entre elementos procedentes de todas esas fuentes culturales. Los historiadores de arte clasifican el arte medieval en períodos y movimientos: arte paleocristiano, arte prerrománico, románico, gótico (en Europa Occidental —la cristiandad latina—), arte bizantino (en el Imperio bizantino —la cristiandad oriental—) y arte islámico (en el mundo islámico), con influencias mutuas. Además, identifican estilos locales diferenciados, como el arte visigodo, el arte andalusí, el arte asturiano, el arte anglosajón, el arte carolingio o el arte vikingo; y estilos marcadamente sincréticos, como el arte hiberno-sajón, el arte árabe-normando, el arte mozárabe o el arte mudéjar.
El arte medieval se expresó en muy distintos medios a través de diferentes disciplinas artísticas, técnicas y géneros: arquitectura, escultura, orfebrería, manuscritos ilustrados (la miniatura y la caligrafía), frescos, pintura en tabla, mosaicos, y un largo etcétera, en el que se incluyen artes y oficios no incluidos habitualmente en las bellas artes, como la confección de la indumentaria medieval.
Arte Bizantino: Un Estilo Espiritual
Gran parte del arte europeo que sobrevivió a la caída del Imperio romano es arte cristiano. Mientras que la estructura política del Imperio romano de Occidente se desmoronó, su organización religiosa (la actual Iglesia católica) apoyó la creación de arte sacro. La Iglesia Ortodoxa de Constantinopla tuvo más estabilidad en el Imperio romano de Oriente y fue clave para patrocinar las artes y celebrar el cristianismo.
Durante el desarrollo del arte cristiano en el Imperio bizantino, un estilo más abstracto reemplazó al naturalismo del arte helenístico. Este nuevo estilo era hierático, lo que significa que su objetivo principal era transmitir un mensaje religioso, más que representar objetos y personas de forma exacta. La perspectiva realista, las proporciones, la luz y el color se dejaron de lado en favor de formas geométricas simples, una perspectiva diferente y el uso de reglas fijas para representar a individuos y eventos. Las discusiones sobre el uso de imágenes y la iconoclasia bizantina llevaron a que las imágenes religiosas en la ortodoxia tuvieran un estilo muy estandarizado.
Influencia del Arte Bizantino en Europa Oriental y África
Los pueblos eslavos fueron cristianizados tanto por Roma (desde occidente) como por Constantinopla (desde el sur, con la predicación de Cirilo y Metodio). Búlgaros, serbios y rusos, entre otros, adoptaron la influencia religiosa, artística y cultural bizantina. Tras la caída de Constantinopla, Moscú se consideró la "Tercera Roma". Las formas tradicionales de los iconos bizantinos se mantuvieron en la pintura rusa, y la arquitectura rusa se inspiró principalmente en la bizantina.
El cristianismo egipcio (copto) y el cristianismo etíope se desarrollaron de forma independiente de Europa después de la invasión musulmana. Sin embargo, sus estilos artísticos mantuvieron los modelos bizantinos. La arquitectura religiosa etíope, en particular, fue muy original.
Arte Prerrománico: Primeros Estilos Medievales



El arte prerrománico es el nombre que se le da al primer gran período del arte medieval en Europa Occidental. Coincide con la Alta Edad Media (siglos VI al X). Fue un término creado por Jean Hubert en 1938.
Este término no se refiere a un único estilo artístico con formas bien definidas, sino que agrupa la producción artística de la cristiandad latina entre el arte paleocristiano y el arte románico. Mientras que en Oriente el Imperio Romano continuó y permitió el desarrollo del arte bizantino, en Occidente la caída del Imperio romano de Occidente y las época de las invasiones trajeron un período de gran inestabilidad y menos desarrollo cultural. En este tiempo, los pueblos germánicos mezclaron su arte y cultura con lo que quedaba de la cultura clásica grecorromana, adaptada al cristianismo por nuevas instituciones como los monasterios. Además, desde los siglos VII y VIII, el Mediterráneo se dividió por la expansión árabe, que se estableció en la costa sur, desde España hasta Siria, donde se desarrolló el arte islámico.
En el arte prerrománico hay algunas características comunes, como la falta de grandes proyectos arquitectónicos (a veces se reutilizaban edificios antiguos), pocas esculturas grandes, preferencia por la orfebrería y la ilustración de manuscritos. También se observa una evolución hacia la simplicidad, la esquematización y el simbolismo en las artes figurativas para lograr más expresividad, dejando de lado el realismo. Abundan los motivos decorativos como los entrelazados. Sin embargo, no hay suficiente unidad entre los distintos estilos locales para hablar de un "estilo internacional" como los que vendrían después (románico y gótico).
La llegada de los invasores, cada uno con su propia cultura, y de civilizaciones diversas como Roma y el Exarcado de Rávena, crearon una nueva visión de Europa. En cada región donde se asentaron, la forma en que se unieron a la cultura cristiana romana fue diferente.
Arte Románico: La Época de las Grandes Iglesias
Con la aparición de una sociedad más estable en Europa occidental durante la Edad Media, la Iglesia católica lideró el arte, usando sus recursos para encargar pinturas y esculturas.
Las iglesias de peregrinación ayudaron a que la planta de cruz latina se extendiera por toda Europa occidental.
Transición Románico-Gótico y Arte Cisterciense
San Bernardo de Claraval tenía una idea muy estricta sobre cómo debía ser el arte en el cristianismo. Quería eliminar lo que consideraba adornos excesivos y desviaciones en el arte cristiano, buscando la simplicidad en las formas y el uso de la luz. Para él, la luz misma era una representación de Cristo.
Arte Gótico: Luz y Altura

Arte gótico es el nombre histórico que se le da al movimiento artístico que se extendió por Europa occidental durante la Edad Media tardía, desde mediados del siglo XII, con la reforma de la iglesia de la abadía de Saint-Denis (1140-1144), cerca de París, y que se prolongó hasta la llegada del arte renacentista (siglo XV para Italia), y hasta bien entrado el siglo XVI en muchos lugares. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente. Según los países y las regiones, se desarrolla en momentos cronológicos diversos, ofreciendo en su amplio desarrollo diferenciaciones profundas: más puro en Francia (siendo bien distinto el de París y el de Provenza), más horizontal y cercano a la tradición clásica en Italia (aunque al norte se acoge uno de los ejemplos más paradigmáticos, como la catedral de Milán), con peculiaridades locales en Flandes, Alemania, Inglaterra y España.
Durante la época de esplendor del gótico, la pintura y la escultura comenzaron a independizarse de la subordinación al soporte arquitectónico que existía en el arte románico.
Transición del Gótico al Renacimiento
La crisis del siglo XIV, y especialmente el impacto de la Peste Negra, hicieron del final de la Edad Media una época muy difícil. En el ámbito religioso, el cisma de Occidente creó una situación inusual: varios Papas que se oponían y se excomulgaban mutuamente. Las representaciones de las "danzas de la muerte" y las canciones de los goliardos recordaban lo breve que es la vida.
Arte de la Edad Moderna
El centro del cristianismo católico se accede a través de la gran columnata de Bernini (1656-1667), que también diseñó la plaza y el baldaquino interior, todos ellos elementos barrocos. La fachada de Carlo Maderno (1626) da paso a una nave principal, que alteró el diseño original de la Basílica de San Pedro concebido por maestros del Alto Renacimiento como Bramante, Rafael, Sangallo y Miguel Ángel. Las Estancias Vaticanas (con frescos de Rafael, 1508-1524) y la Capilla Sixtina (con frescos de pintores del siglo XV y de Miguel Ángel, 1508-1512 y 1535-1541) forman parte del mismo conjunto, mostrando una gran concentración de arte religioso de la Edad Moderna.
Renacimiento: El Regreso a lo Clásico
Los artistas italianos del siglo XV iniciaron un gran proyecto artístico e intelectual que cambió la visión medieval centrada en Dios por una visión humanista centrada en el ser humano. Las formas artísticas se inspiraron en textos, esculturas y edificios de la cultura clásica griega y romana, y en el estudio y la imitación de la naturaleza a través de la razón. Un ejemplo fue el descubrimiento y uso de las leyes de la perspectiva. Con personas ricas que encargaban obras de arte por placer y prestigio, y con un nuevo mercado de arte, los temas religiosos ya no eran los únicos, aunque seguían siendo la mayoría.
La Reforma protestante en el norte de Europa en el siglo XVI tuvo un gran impacto en las artes visuales y la música.
El Manierismo, la última fase del Renacimiento, distorsiona y exagera las formas para lograr diferentes efectos, incluyendo la espiritualidad. La Iglesia del Gesù en Roma, de Jacopo Vignola y Giacomo della Porta, sirvió de modelo para las iglesias jesuitas. Además del diseño de la fachada, el interior, muy decorado en la época barroca, fue diseñado para concentrar la atención en el altar mayor, dejando de lado el esquema tradicional de naves laterales. El estilo artístico predominante en el Bajo Renacimiento español se llama "herreriano" o "escurialense" por la gran importancia del proyecto artístico del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, dirigido por Juan de Herrera bajo la supervisión del rey Felipe II.
Barroco: Emoción y Grandeza
El arte barroco, que surgió alrededor de 1600, buscaba superar los estilos anteriores para crear un arte que transmitiera mensajes de forma impactante. En su fase inicial, llamada tenebrismo (Caravaggio, Ribera), el arte barroco católico se volvió muy grandioso para mostrar la fuerza de la Iglesia de Roma (Rubens, Pietro da Cortona, Bernini). Esta fase de gran decoración se conecta con el rococó del siglo XVIII, un estilo diferente y más centrado en la vida civil y los interiores de los palacios. Tanto la Monarquía Hispánica, defensora de la Contrarreforma, como las fuerzas de su sociedad, impulsaron el arte religioso de una manera única, haciendo del barroco español, el barroco flamenco y el barroco napolitano claros ejemplos de esta unión entre estilo e ideas.
Más tarde, el término "barroco" se usó para todas las obras artísticas del siglo XVII, incluyendo las de la Europa protestante. Este barroco protestante incluye la pintura holandesa (ya distinta de la pintura de Flandes católico), que no tuvo muchos temas religiosos debido a la sencillez del culto calvinista. La arquitectura inglesa también mostró ejemplos notables, como la Catedral de San Pablo de Londres, de Christopher Wren, que se veía como un desafío a San Pedro de Roma. También hay ejemplos de arquitectura holandesa en edificios religiosos, donde la atención de los fieles se centra en el púlpito o el órgano, como la Ronde Lutherse Kerk en Ámsterdam. El barroco protestante alemán tiene como principal ejemplo la Frauenkirche en Dresde, de George Bähr (que es luterana, a pesar de su nombre que significa "iglesia de la Virgen").
El barroco colonial, que se extendió por América y Filipinas, no solo copió las formas europeas, sino que creó una mezcla de estilos artísticos, similar a la mezcla de culturas que se daba en la religiosidad popular.
El barroco musical religioso de Bach, Vivaldi o Haendel se identifica con quienes encargaron las obras, ya fueran protestantes, católicos o anglicanos.
Arte de la Edad Contemporánea
Con la aparición de una idea más general y no religiosa del arte en Europa occidental en el siglo XIX, el arte cristiano antiguo y medieval empezó a ser coleccionado por su valor artístico, más que por su uso en la adoración. Mientras tanto, el arte cristiano contemporáneo fue considerado menos importante. A veces, artistas no religiosos trataban temas cristianos (Bouguereau, Manet), pero rara vez un artista cristiano era reconocido en la historia del arte (como Rouault o Stanley Spencer). Sin embargo, muchos artistas modernos como Eric Gill, Marc Chagall, Henri Matisse, Jacob Epstein, Elizabeth Frink y Graham Sutherland han creado obras reconocidas para iglesias.
Neoclasicismo e Historicismos: Mirando al Pasado
El neoclasicismo, que venía del clasicismo del siglo XVII, se convirtió en el estilo artístico dominante en la segunda mitad del siglo XVIII. Su enseñanza en las academias hizo que perdurara durante toda la Edad Contemporánea como el estilo artístico más aceptado. Las obras de arte religioso, que respondían a los gustos tradicionales de sus clientes, solían seguir este estilo, sin aceptar los nuevos desafíos artísticos.
La elección de volver al pasado también se vio en el gran éxito de la arquitectura historicista (que imitaba estilos antiguos como el neobizantino, neorrománico, neogótico, neomudéjar) y el eclecticismo (que combinaba elementos de diferentes orígenes). Estos estilos se extendieron hasta el siglo XX.
Esta influencia artística se observa tanto en pintura como en escultura, incluso en países lejanos a los centros donde surgió el neoclasicismo. En Hispanoamérica, por ejemplo, han coexistido expresiones artísticas religiosas con influencias tanto locales como europeas.
Prerromanticismo y Romanticismo: Sentimiento y Naturaleza
Realismo y Prerrafaelismo: La Verdad en el Arte
El realismo francés, como lo definió Courbet, fue un movimiento innovador tanto en lo artístico como en lo social. Esto lo situaba en el lado opuesto de la clientela católica tradicional. Sin embargo, la espiritualidad de pintores como Millet o Daumier se manifestó en obras cristianas auténticas. Algunos pintores, como Félicien Rops, usaban temas religiosos con una intención de crítica.
En Alemania o Inglaterra, los llamados "nazarenos" y "prerrafaelitas" buscaban la pureza (artística y religiosa) volviendo a un momento pasado del arte, que imaginaban sencillo y sin adornos.
The Light of the World ("la Luz del Mundo") fue celebrada como una pintura religiosa inglesa genuina que debía poco a las tradiciones católicas de los maestros europeos y empleaba un equivalente visual del lenguaje verbal del protestantismo inglés. Su efecto emotivo en los espectadores victorianos, desde entonces criticado como sentimentalismo, parece haber sido profundo. Al rechazar la iconografía religiosa de pintores anteriores promovida por la Royal Academy, Hunt, Madox Brown y Millais habían llevado a cabo una parte del programa prerrafaelita en el campo de la pintura religiosa. Parecía como si hubieran efectuado una especie de Reforma visual, reemplazando lo católico por lo protestante, la antigua fe de replicar a los Viejos Maestros con el nuevo credo de 'fidelidad a la naturaleza'. Pero, ¿cómo podría lograrse el naturalismo prerrafaelita en un arte figurativo y religioso, sin crear el tipo de incómoda yuxtaposición de lo real y lo simbólico que hemos notado en The Man of Sorrows ("Varón de dolores") de Dyce y en The Light of the World?
Impresionismo, Postimpresionismo y Modernismo
A pesar de la indiferencia religiosa o la crítica a la iglesia de gran parte del ambiente artístico innovador de finales del siglo XIX, la espiritualidad cristiana, de una forma u otra, estuvo presente en sus creaciones. En el caso de Gaudí, su fe no solo era muy profunda, sino que estaba completamente integrada en las estructuras de la iglesia.
Vanguardias: Nuevas Formas de Expresión
Además de las obras religiosas de algunos pintores vinculados a las vanguardias artísticas como Dalí (Cristo de San Juan de la Cruz, La última cena, Corpus hypercubus, La Madonna de Port Lligat) o Marc Chagall (vidrieras), el arte cristiano del siglo XX se renovó gracias al gran impacto visual de la arquitectura de los movimientos vanguardistas (arquitectura expresionista, Bauhaus, funcionalismo, racionalismo, organicismo, Movimiento Moderno). Estos estilos se aplicaron, a veces causando sorpresa, a algunos edificios religiosos. El Movimiento Litúrgico iniciado por Johannes van Acken (La construcción cristocéntrica de iglesias, 1922) influyó en un cambio en la forma en que el cristianismo veía los espacios de culto, lo que se concretó en algunas experiencias arquitectónicas, tanto en edificios católicos como protestantes (Dominikus Böhm, Otto Bartning). Ya en la segunda mitad del siglo, la gran renovación que supuso para el catolicismo el Concilio Vaticano II se expresó en todas las artes, así como otras sensibilidades más tradicionales.
Artículos Devocionales y Arte Popular
Desde la invención de la imprenta, la venta de reproducciones de obras religiosas ha sido muy importante en la cultura cristiana popular. En el siglo XIX, esta actividad incluía a pintores de escenas cotidianas como Mihály Munkácsy. Con la invención de la litografía a color, aumentó la circulación de las "estampitas", que se usaban para recaudar fondos, como publicidad para santuarios y como recurso educativo para la catequesis o las escuelas dominicales.
Algunos artistas considerados "cristianos" han tenido mucho éxito comercial, como los estadounidenses Thomas Blackshear y Thomas Kinkade o los españoles Kiko Argüello e Isabel Guerra ("la monja pintora"). La imagen devocional The Head of Christ (1924-1940) de Warner Sallman es considerada la imagen religiosa más reproducida.
Temas en el Arte Cristiano
La mayoría de la gente antes de la Edad Contemporánea no sabía leer, y menos aún tenía acceso a los textos sagrados en latín. El arte era una forma muy fácil de entender el mensaje cristiano, y la Iglesia lo usó mucho para enseñar. La escultura románica ha sido llamada "evangelio de piedra". La iconografía era muy conocida, así que bastaba con representar símbolos de un santo o una escena para que el fiel supiera a qué se refería (las llaves que identifican a San Pedro, los clavos que identifican la Pasión, el lirio que identifica la virginidad, la palma que identifica el martirio, etc.).
Los temas más comunes en el arte cristiano son los relacionados con la vida de Cristo, la Virgen María y las vidas de los mártires y santos (especialmente los más populares o los relacionados con órdenes religiosas o leyendas). Quienes encargaban las obras solían pedir la representación de sus santos protectores o de su devoción particular. Para representar a varios santos juntos, no era necesario que hubieran vivido en la misma época o que hubieran protagonizado algún episodio juntos; se les imaginaba juntos en el Paraíso, lo que permitía representarlos en una sacra conversazione.
Historias del Antiguo Testamento
En el arte cristiano son muy frecuentes ciertos temas del Antiguo Testamento, especialmente de los libros del Génesis y el Éxodo: la creación del mundo, el Paraíso terrenal, Caín y Abel, los patriarcas (arca de Noé, sacrificio de Isaac, Esaú y Jacob, José en Egipto, Moisés), los profetas y las historias de David y Salomón.
Algunos de ellos se hicieron muy atractivos para pintores y compradores cuando surgió un mercado de arte independiente de los encargos de la iglesia, porque permitían representar escenas con figuras humanas o situaciones intensas. Las representaciones de Adán y Eva son muy comunes en todas las épocas. Otros temas como Lot y sus hijas, Susana en el baño (espiada por ancianos que luego son castigados), David y Goliat (tema adoptado como símbolo de las virtudes cívicas por la ciudad de Florencia), y dos temas en los que mujeres superan a hombres: Sansón y Dalila y Judith y Holofernes (similar al tema de Salomé con la cabeza del Bautista en el Nuevo Testamento) también fueron populares.
Ángeles, Personajes Simbólicos y Grupos
La representación de ángeles (solos o en grupos) o de personificaciones de pecados (los siete capitales) o virtudes (las tres teologales y las cuatro cardinales) es también relativamente frecuente. También se representan grupos con un número específico (los diez mandamientos, los cuatro evangelistas —tetramorfos—, los doce apóstoles —apostolados, Pentecostés—, los ocho doctores de la Iglesia, los jueces, reyes y profetas de Israel, las once mil vírgenes, los catorce santos auxiliadores, etc.).
La Vida de Cristo en el Arte
El ciclo de la vida de Cristo comienza incluso antes de su nacimiento, con la genealogía de Cristo (Árbol de Jesé) y el misterio de la Encarnación (la concepción de Cristo en María por obra del Espíritu Santo, que ocurre tras la Anunciación), además de las escenas evangélicas que suceden mientras la Virgen está embarazada (Maria Gravida, Visitación).
El ciclo de la Natividad incluye varias escenas que se representan mucho, no solo en pintura, sino también en los nacimientos:
- Adoración de los pastores
- Adoración de los Reyes Magos
- Matanza de los inocentes
- Huida a Egipto, Descanso en la huida a Egipto
La infancia de Cristo, la adolescencia de Cristo y el resto de la vida privada de Cristo (hasta los treinta años), que apenas se mencionan en los evangelios canónicos, también tienen su lugar en el arte:
- Circuncisión de Jesús
- La Sagrada Familia
- Santa Ana, la Virgen y el Niño
- Virgen con el Niño y San Juanito, que es diferente de su representación adulta, llamada Deesis (Cristo flanqueado por la Virgen y San Juan Bautista)
- Jesús y los doctores del Templo
Los episodios que siguen a la predicación de Juan el Bautista (el Bautismo de Jesús, el ayuno en el desierto y la tentación de Cristo) marcan el inicio de la vida pública de Cristo con la vocación de los apóstoles y el resto de las escenas evangélicas (a menudo en pasajes famosos llamados pericopas), incluyendo las parábolas y los muchos milagros de Cristo:
- Bodas de Caná
- Jesús en casa de Marta y María, las hermanas de Lázaro de Betania
- La mujer que perfuma los pies de Cristo (a veces identificada con María Magdalena, aunque los Evangelios nombran a María de Betania)
- Cristo y la adúltera (El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra)
- Cena en casa de Leví (No he venido a por los justos, sino a por los pecadores)
- El tributo de la moneda o La moneda en la boca del pez (Al César lo que es del César)
- Bienaventuranzas
- Multiplicación de los panes y los peces
- Jesús caminando sobre las aguas y salvando a Pedro
- La tempestad calmada
- La pesca milagrosa
- Cristo expulsando a los demonios
- Cristo curando al leproso
- Cristo curando al criado del centurión de Cafarnaún
- Cristo curando al paralítico
- Curación del ciego de nacimiento
- Curación de la hija de Jairo
- Curación de la hemorroísa
- Curación de la mujer que toca la túnica de Cristo
- Resurrección de Lázaro
- Confesión de San Pedro o primacía de San Pedro (Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia). La visión católica y protestante sobre este pasaje es muy diferente.
- Transfiguración de Cristo
La Entrada de Cristo en Jerusalén y la Expulsión de los mercaderes del Templo dan paso al último día de vida de Jesús, que comienza con El lavatorio y La Última Cena y continúa con el ciclo de la Pasión: la oración en el huerto de Getsemaní, el prendimiento de Cristo con el beso de Judas (la traición de Judas con la escena de las treinta monedas de plata o su posterior muerte también son muy representadas) y el Juicio de Jesús (que incluye su recorrido ante diferentes autoridades —los sacerdotes judíos Anás y Caifás, el rey Herodes y el gobernador romano Pilatos—, las negaciones de San Pedro, la flagelación de Cristo, la coronación de espinas, Cristo atado a la columna y la escena llamada Ecce Homo —"he aquí al hombre"—, con la que Herodes presentó a Cristo al pueblo, dándoles a elegir entre Jesús y Barrabás).
El Viacrucis ("camino de la cruz" en latín) es una devoción que sigue trece "estaciones" representadas de diversas formas artísticas. Comienza con la condena a muerte e incluye varias escenas de caída en el camino de la Cruz, la ayuda de Cirineo, el encuentro con la Virgen y con varias mujeres, el paño de Verónica, el expolio de Cristo (con el sorteo de su túnica inconsútil) y las escenas de la Crucifixión de Cristo: Jesús clavado en la Cruz, La Elevación de la Cruz, Cristo entre los dos ladrones y varias escenas posteriores a la muerte de Cristo. Los tres días de la muerte de Cristo comienzan con el Descendimiento de la Cruz y la escena más emotiva: la Piedad (Pietá), seguida por el Santo entierro, donde también se pueden incluir otras representaciones complejas (Varón de dolores, las Cinco Llagas, Arma Christi —los instrumentos de la pasión—, Imago Pietatis o Cristo de la misa de San Gregorio, Cristo doliente, Cristo sostenido por los ángeles, etc.).
La Resurrección de Cristo y las representaciones de las apariciones de Jesús resucitado (Noli me tangere, Las Tres Marías, Los discípulos de Emaús, La incredulidad de Tomás) culminan con la Ascensión de Jesús, el descenso de Jesús a los infiernos (Anastasis) y el recibimiento de Cristo en la Gloria, momento reflejado en algunas representaciones de la Santísima Trinidad.
Otras escenas en las que se representa a Cristo no son propiamente de los evangelios, como las del libro de los Hechos de los Apóstoles (martirio de San Esteban, conversión de San Pablo) o las numerosas visiones del Apocalipsis, entre las que se puede incluir el concepto de El Juicio Final. También hay representaciones de las muchas apariciones y visiones de Jesucristo a santos de todas las épocas, o el rompimiento de Gloria que, de forma tradicional, permite ver en un plano superior, entre nubes y resplandores, la Divina Gloria.
La Vida de la Virgen María
El ciclo mariano se centra en la vida de la Virgen María, madre de Jesús. Incluye escenas como su nacimiento, su presentación en el templo, su matrimonio con José, la Anunciación, la Visitación, el nacimiento de Jesús, la Adoración de los Magos, la Huida a Egipto, la Sagrada Familia, la muerte de María (Dormición), su Asunción al cielo y su Coronación como Reina.
Historias de Vidas de Santos
Las hagiografías (historias de vidas de santos) y los martirologios (listas de mártires) ofrecieron una base muy rica para la inspiración artística.
Diseños de Iglesias Cristianas
Las iglesias cristianas tienen diferentes diseños o "plantas". Las más comunes son la planta basilical (rectangular, con una nave central y a veces laterales) y la planta de cruz latina (con una nave principal y un transepto que forma los brazos de la cruz). También existen plantas centralizadas, como las circulares o poligonales, usadas a menudo en baptisterios o mausoleos.
Galería de imágenes
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Paolo Uccello 007.jpg
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La torre de Babel, de Peter Brueghel el Viejo.
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Lot y sus hijas (al fondo, la destrucción de Sodoma y Gomorra), de Lucas van Leyden.
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Sacrificio de Isaac, de Ghiberti.
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Esaú y Jacob, de Matthias Stom.
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Moisés con las Tablas de la Ley, de Rembrandt.
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Tobías y el ángel, de Filippino Lippi.
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Los desposorios de la Virgen, de Rafael.
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Anunciación, de Fra Angelico.
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Adoración de los pastores, de Van der Goes.
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La circuncisión de Cristo, de Bartolommeo Veneto.
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La huida a Egipto y triunfo de los inocentes, de William Holman Hunt.
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Jesús entre los doctores, de Durero.
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Baptism of Christ - Arian Baptistry - Ravenna 2016.jpg
El bautismo de Cristo, mosaico del baptisterio arriano de Rávena.
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La tentación de Cristo, de Botticelli.
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Las bodas de Caná, de Veronés.
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Multiplicación de los panes y los peces, azulejos de Jorge Colaço.
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La resurrección de Lázaro, esmalte (Georgia).
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Entrada de Cristo en Jerusalén, fresco de San Baudelio de Berlanga.
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El lavatorio, de Tintoretto.
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La última cena, de Leonardo Da Vinci, (1498).
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La oración del huerto, de Salzillo.
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El prendimiento, de Caravaggio.
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Ecce homo, de Guido Reni.
Véase también
En inglés: Christian art Facts for Kids
- Iconoclasia
- Iconoclasta
- Arte en la Iglesia católica
- Museos Vaticanos
- Iconodulia