Crucifixión de Jesús para niños
Jesús de Nazaret fue crucificado en Judea entre los años 30 y 33 después de Cristo. La crucifixión de Jesús se describe en los evangelios y en otros textos antiguos. La mayoría de los historiadores y expertos en el Nuevo Testamento están de acuerdo en que la crucifixión de Jesús de Nazaret fue un evento real. Esto lo confirman historiadores y otros autores no cristianos de los siglos I y II d.C. Sin embargo, no hay un acuerdo total sobre todos los detalles de cómo ocurrió.
Según el Nuevo Testamento, Jesús fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén (un consejo judío) y condenado por Poncio Pilato, el gobernador romano. Fue azotado y luego crucificado. Todos estos eventos se conocen como la «pasión de Cristo». Algunas fuentes no cristianas, como Flavio Josefo y Tácito, también mencionan la muerte de Jesús. Además, la mayoría de los estudiosos de la Biblia creen que la inscripción con el motivo de la condena de Jesús, que aparece en los cuatro evangelios canónicos, es una prueba sólida de que su muerte fue un hecho histórico.
El sufrimiento y la muerte de Jesús son muy importantes en la fe cristiana. Representan ideas como la salvación y el perdón de los pecados. Los cristianos creen que Jesús murió en la cruz como un sacrificio para perdonar los pecados. Los católicos y ortodoxos celebran la Eucaristía como una forma de recordar y hacer presente este sacrificio.
Contenido
- Detalles de la crucifixión de Jesús
- ¿Qué dicen los evangelios sobre la crucifixión?
- Juicio y condena de Jesús
- El castigo de los azotes
- El camino a la crucifixión
- El letrero del cargo
- El final de la vida de Jesús
- ¿Cómo se fijaron los clavos?
- ¿Qué era el suppedaneum?
- Posibles causas de la muerte
- ¿Cuándo ocurrió la crucifixión?
- Aspectos astronómicos
- ¿Fue un hecho histórico?
- La forma de la cruz de Cristo
- Representaciones antiguas de la crucifixión
- Teorías sobre el origen de la cruz eclesiástica
- La crucifixión de Jesús desde la teología
- Negación de la crucifixión
- La crucifixión de Jesús en el arte
- Para saber más
- Galería de imágenes
Detalles de la crucifixión de Jesús
¿Qué dicen los evangelios sobre la crucifixión?
La Pasión de Cristo se refiere a los sufrimientos que Jesús experimentó antes de morir en la cruz. Aunque los cuatro evangelios canónicos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) cuentan la historia, tienen algunas diferencias en los detalles. A lo largo de la historia, se ha intentado combinar estas narraciones en una sola, pero nunca se ha logrado un acuerdo completo. Incluso en tiempos de Agustín de Hipona (354–430 d.C.), ya se notaban estas diferencias, pero no por eso se rechazaban los evangelios.
Comparación de los relatos de la crucifixión
Aquí te mostramos cómo se comparan los relatos de los cuatro evangelios sobre la crucifixión de Jesús:
Mateo | Marcos | Lucas | Juan | |
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Vía crucis | Mateo 27:32–33
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Marcos 15:21–22
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Lucas 23:26–32
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Juan 19:17
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Crucifixión | Mateo 27:34–36
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Marcos 15:23–25
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Lucas 23:33–34
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Juan 19:18, 23–24
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Burlas | Mateo 27:37–44
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Marcos 15:26–32
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Lucas 23:35–43
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Juan 19:19–22, 25–27
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Muerte | Mateo 27:45–56
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Marcos 15:33–41
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Lucas 23:44–49
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Juan 19:28–37
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Juicio y condena de Jesús
Los relatos del juicio y la muerte de Jesús en los evangelios tienen algunas diferencias. Algunos expertos creen que estas diferencias pueden parecer contradictorias.
Según los tres Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), Jesús fue arrestado en el jardín de Getsemaní por un grupo enviado por los sacerdotes, escribas y ancianos. Judas Iscariote lo identificó con un beso. Sin embargo, el Juan dice que quienes arrestaron a Jesús fueron guardias de los sacerdotes y fariseos, junto con soldados romanos. En esta versión, Jesús se identificó a sí mismo.
Después de su arresto, Jesús fue llevado a la casa del sumo sacerdote Caifás, según los evangelios sinópticos. El Evangelio de Juan dice que primero fue llevado ante Anás, quien luego lo envió a Caifás.
También hay diferencias entre los evangelios sinópticos sobre cómo interrogaron a Jesús las autoridades judías. Marcos y Mateo mencionan dos reuniones del Sanedrín: una por la noche que decidió que Jesús merecía morir por blasfemia, y otra por la mañana que lo envió a Pilatos. Lucas solo menciona una reunión del Sanedrín por la mañana y no dice explícitamente que lo condenaran. Juan no menciona ninguna reunión del Sanedrín en la noche o mañana de la detención de Jesús, sino que habla de una reunión semanas antes, donde se decidió la muerte de Jesús.
El experto Raymond Edward Brown señala que es más probable que el Sanedrín se reuniera antes del arresto de Jesús, como sugiere Juan, que en una sesión nocturna de urgencia. Brown también dice que, para entender los evangelios, no debemos obsesionarnos con la exactitud de cada detalle, ni suponer que los primeros cristianos no sabían nada de lo que pasó.
Según Brown, hay cinco puntos sólidos en los cuatro evangelios:
- Se convocó una reunión del Sanedrín para decidir qué hacer con Jesús.
- La noche de su detención, Jesús fue interrogado por el sumo sacerdote.
- Se habló de la amenaza que Jesús representaba para el Templo.
- El sumo sacerdote, identificado como Caifás por Mateo y Juan, fue quien impulsó la decisión de matar a Jesús.
- Hubo una especie de sentencia de muerte.
El académico Ed Parish Sanders también duda de la reunión nocturna que mencionan Mateo y Marcos. Él cree que no tenemos detalles exactos de lo que ocurrió durante el interrogatorio de Jesús por el sumo sacerdote, y que los primeros discípulos probablemente tampoco lo sabían con precisión.
Marcos y Mateo dicen que el Sanedrín condenó a Jesús a muerte por blasfemia, porque él se declaró el Mesías, el Hijo de Dios. Lucas no menciona una condena del Sanedrín ni una acusación de blasfemia. Juan no habla de ninguna reunión del Sanedrín en la noche o mañana de la detención.
Sanders y Brown sugieren que la acusación de blasfemia por declararse Mesías e Hijo de Dios podría ser una idea añadida más tarde, cuando los evangelios fueron escritos. En ese tiempo, estas ideas cristianas podían parecer blasfemas a los judíos no cristianos.
Según los evangelios, después de ser interrogado por los sacerdotes, Jesús fue entregado a las autoridades romanas. A la mañana siguiente, fue llevado ante Poncio Pilato, el gobernador romano de Jerusalén. El Evangelio de Lucas añade que Pilato envió a Jesús ante Herodes Antipas, el gobernante de Galilea, que estaba de visita en Jerusalén. Herodes no encontró a Jesús culpable y lo devolvió a Pilato.
Los evangelios muestran a Pilato dudando en condenar a Jesús, diciendo que no encontró nada que mereciera la muerte. Sin embargo, la corona de espinas y el letrero con el cargo indican que fue condenado a morir en la cruz por haberse proclamado rey de los judíos, lo que se consideraba un acto de rebelión contra Roma.
La imagen de un Pilato misericordioso en los evangelios contrasta con lo que Flavio Josefo describe de él: una persona violenta y cruel. Además, el episodio en el que Pilato permite al pueblo elegir liberar a un prisionero durante la Pascua no tiene precedentes en otras fuentes históricas romanas o judías.
El castigo de los azotes
Antes de una ejecución romana, era común que la persona fuera azotada con un látigo especial. Este látigo tenía tiras de cuero con bolitas de hierro o pedazos afilados de hueso. Cuando los soldados golpeaban con fuerza, las bolitas causaban moretones profundos y las tiras cortaban la piel y los tejidos. Las heridas podían llegar hasta los músculos, causando mucho sangrado.
No se sabe cuántos latigazos recibió Jesús. La ley judía limitaba los golpes a 39, pero los romanos solían dar muchos más. Después de los azotes, Jesús fue humillado: lo vistieron como un rey con un manto rojo, le pusieron una caña como cetro y una corona de espinas. Los soldados le escupieron y lo golpearon, burlándose de él con la frase: «¡Salve, rey de los judíos!».
El camino a la crucifixión
Según los evangelios sinópticos, cuando Jesús fue llevado para ser ejecutado, un hombre llamado Simón de Cirene fue obligado a llevar su cruz. Los evangelios no mencionan que Jesús cayera bajo el peso de la cruz ni que una mujer llamada Verónica le limpiara el rostro. Esas historias son parte de tradiciones cristianas posteriores. El Evangelio de Juan, en cambio, dice que Jesús llevó la cruz él mismo.
Jesús fue llevado a un lugar llamado Gólgota, que en arameo significa «lugar del cráneo». El Evangelio de Marcos dice que fue crucificado a las nueve de la mañana, mientras que el Evangelio de Juan dice que fue entre las once de la mañana y el mediodía.
Los evangelios sinópticos dicen que Jesús fue crucificado entre dos ladrones. El relato de Juan solo dice que fue crucificado entre dos personas, sin especificar su delito.
A diferencia de lo que a menudo se ve en el arte, la persona condenada solo cargaba una viga pequeña sobre sus hombros, llamada patíbulum. Esta viga era la parte horizontal de la cruz. Una cruz completa pesaría unos 100 kg, lo que sería imposible de cargar para alguien debilitado por la tortura.
La idea popular de Jesús cargando la cruz entera aparece más tarde en el arte cristiano. Las representaciones más antiguas muestran a Jesús llevando una cruz pequeña, a menudo en forma de †. La palabra griega para cruz (stauros) se usaba para referirse a cualquier parte de ella, no necesariamente a una cruz completa.
El letrero del cargo
A veces, junto a la persona condenada, se colocaba un titulus o letrero con el cargo. Los evangelios dicen que se puso una inscripción sobre Jesús. Solo el Evangelio de Juan dice que el letrero estaba escrito en tres idiomas: hebreo (posiblemente arameo), griego y latín, para que lo leyeran las muchas personas que iban a Jerusalén por la Pascua.
El Evangelio de Juan dice que el letrero de Jesús decía «Jesús el Nazareno, el rey de los judíos». Marcos solo dice: «El rey de los judíos»; Lucas: «Este es el rey de los judíos»; y Mateo: «Este es Jesús el rey de los judíos». Solo Juan menciona que los sacerdotes pidieron a Pilato que cambiara la inscripción, pero Pilato se negó diciendo: «He escrito lo que he escrito».
De la versión en latín de Juan, «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», viene la sigla INRI que se ve en el arte cristiano.
El final de la vida de Jesús
Era común que los grupos de ejecución estuvieran formados por cuatro soldados y un centurión, y que estos pudieran quedarse con las pertenencias de la víctima. La Biblia cuenta que, después de crucificar a Jesús, los soldados se repartieron su ropa.
Algunos expertos sugieren que las crucifixiones en Judea no se hacían en cruces muy altas, porque la madera de olivo, que era la más disponible, no es muy alta. Esto significaría que las personas eran crucificadas «a la altura de los ojos del observador».
Según los Evangelios, los romanos le dieron a Jesús vino con hiel. En tiempos de Jesucristo, los soldados romanos bebían un vino ácido o amargo, llamado acetum (vinagre). Se cree que esta fue la bebida que le ofrecieron a Jesús en la cruz. Algunos evangelios dicen que él rechazó un vino agrio mezclado con mirra (o hiel) que le ofrecieron para aliviar su sufrimiento. Otros dicen que, poco antes de morir, sí aceptó vino agrio puro de una esponja.
Cerca de las tres de la tarde, Jesús exclamó: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que en arameo significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Sus últimas palabras antes de morir fueron: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». O simplemente «Todo ha sido cumplido». Las palabras finales de Jesús también varían en los evangelios.
¿Cómo se fijaron los clavos?
El Evangelio de Juan dice que a Jesús le clavaron las manos. Sin embargo, la palabra griega para mano, χείρ (kheír), puede referirse tanto a la mano como al antebrazo. Por esto, algunos expertos creen que los clavos pudieron haber sido colocados en la base del pulgar y salir por la muñeca, pasando por el túnel carpiano.
Sobre cómo se fijaron los pies de Jesús, un hallazgo de 1968 en «Giv'at ha-Mivtar» (cerca de Jerusalén) es la única pista arqueológica sobre una crucifixión. Se encontró un hueso de talón con un clavo oxidado. Se trataba de un joven crucificado entre los años 7 y 66 d.C. Inicialmente se pensó que un solo clavo había atravesado ambos talones, pero un reexamen posterior sugirió que cada pie fue clavado por separado a cada lado de la cruz. También se encontró un trozo de madera de acacia entre el hueso y la cabeza del clavo, posiblemente para evitar que los talones se deslizaran. Esto podría haber sucedido con Jesús. Sin embargo, en las representaciones más antiguas de la crucifixión, los pies de Jesús aparecen clavados por separado, mientras que en las más recientes están cruzados y fijados con un solo clavo.
El historiador judío Flavio Josefo escribió que durante el asedio de Jerusalén (70 d.C.), los soldados romanos se divertían clavando a los prisioneros «en diferentes posturas».
¿Qué era el suppedaneum?
Algunas obras de arte cristianas muestran un apoyo para los pies, llamado «suppedaneum», en la cruz de Cristo. Algunos creen ver este tipo de apoyo en el Grafito de Alexámenos, del siglo II d.C., y en amuletos antiguos. Sin embargo, no hay mención de un suppedaneum en las fuentes históricas.
Otros componentes mencionados en textos antiguos son el cornu y el sedile (un «asiento»). El poste central de la cruz se llamaba stipes o palus.
Posibles causas de la muerte
Algunos investigadores han sugerido que Jesús pudo haber muerto por un «problema cardíaco», basándose en el relato evangélico de que agua y sangre salieron de su herida. Sin embargo, esto también podría ser un simbolismo.
Una teoría de Pierre Barbet decía que la causa principal de muerte en la cruz era la asfixia. Al estar el cuerpo colgado de los brazos estirados, la persona tenía problemas para respirar. Para acelerar la muerte, los verdugos a veces rompían las piernas (crurifragium), lo que impedía a la víctima levantarse para respirar. Sin embargo, estudios más recientes sugieren que la respiración no era imposible, aunque sí difícil. La muerte en la cruz podía deberse a muchas razones, como la pérdida de sangre por los azotes y los clavos, deshidratación, insolación, o una combinación de estas causas que llevarían a un paro cardíaco. Por lo tanto, es difícil decir que la muerte de Jesús fue por una sola causa.
También existe la idea de que Jesús no murió en la cruz, sino que solo perdió el conocimiento.
¿Cuándo ocurrió la crucifixión?
Según los evangelios sinópticos, Jesús fue ejecutado el mismo día de la Pascua judía. Sin embargo, el Evangelio de Juan dice que fue en la víspera de esa fiesta. La Enciclopedia Judaica explica que Jesús pudo haber celebrado la Pascua la víspera, según la costumbre de Galilea, si la festividad coincidía con el sábado.
Aspectos astronómicos
Los cuatro evangelios mencionan que la crucifixión ocurrió hacia el mediodía. Mateo (27:45) y Marcos (15:33) dicen que hubo tres horas de oscuridad. Lucas (23:45) usa un término que podría significar que el sol se eclipsó. Sin embargo, un eclipse solar no pudo ocurrir en la fecha de la Pascua judía (14 de Nisán), porque en esa fecha la luna está llena, y los eclipses solares solo ocurren con luna nueva. Además, un eclipse solar no dura tres horas.
¿Fue un hecho histórico?
La crucifixión de Jesús es uno de los eventos más aceptados por los historiadores sobre su vida. Expertos como James Dunn y Bart Ehrman afirman que el bautismo y la crucifixión de Jesús son hechos históricos muy sólidos. John Dominic Crossman dice que la crucifixión de Jesús es tan cierta como cualquier otra afirmación histórica. Muchos académicos coinciden en que la crucifixión de Jesús es indiscutible.
Sin embargo, existen otras teorías. Los musulmanes, por ejemplo, creen que Jesús (Isa), un profeta de Dios (Alá), no fue crucificado ni murió, sino que Dios lo elevó al cielo (Corán 4:157-158). Las tradiciones islámicas suelen enseñar que Dios transformó a otra persona para que se pareciera a Jesús y fuera crucificada en su lugar.
Otras creencias, como algunas visiones del maniqueísmo y el docetismo (una doctrina que dice que la existencia física de Jesús fue solo una ilusión), también sostienen que alguien más fue crucificado en lugar de Jesús. Algunos textos antiguos, como el Segundo Tratado del Gran Set de los manuscritos de Nag Hammadi, mencionan que Simón de Cirene fue crucificado en lugar de Jesús.
La forma de la cruz de Cristo
El investigador Raymond Edward Brown señaló que la palabra "cruz" nos hace pensar en dos líneas que se cortan, pero las palabras griegas y latinas antiguas no siempre significaban eso. La palabra original griega staurós significaba principalmente «poste» o «estaca», y luego se usó para diferentes tipos de cruces romanas.
Brown cree que, aunque no se puede saber con certeza la forma exacta de la cruz de Jesús solo por la palabra staurós, el hecho de que Simón de Cirene o el propio Jesús llevaran la cruz al lugar de la ejecución sugiere que se refería al patíbulum (la viga horizontal). Esto indicaría que Jesús murió en una crux compacta (una cruz con dos piezas).
Una pista sobre la forma de la cruz viene de cómo los primeros cristianos oraban. Las Odas de Salomón (siglos I-II d.C.) dicen que la posición de oración con los brazos extendidos, que tomaban los primeros cristianos, representaba la posición de Jesús en la cruz. Esta postura, llamada orante, se encuentra en las catacumbas y era una forma discreta de evocar la cruz en tiempos de persecución.
Tertuliano (siglos II-III d.C.) dijo que los cristianos no solo levantaban las manos, sino que las extendían para confesar a Cristo, imitando la pasión del Señor en la oración. También comparó esta forma de orar con las aves que extienden «la cruz de sus alas».
Minucio Félix (siglos II-III d.C.) comparó la forma de la cruz con un hombre que reza con las manos extendidas, o con las velas de un barco.
El autor de la Epístola de Bernabé (siglos I-II d.C.) indicó que la cruz de Cristo tenía la forma de la letra T. Tertuliano también dijo que la letra T «es la misma forma de la cruz».
Las primeras representaciones de la crucifixión de Jesús también muestran un travesaño. La más antigua que se conserva es una gema tallada de finales del siglo II o principios del III, que muestra a Jesús atado al travesaño de una cruz.
La terminología para las diferentes formas de cruz fue creada por Justo Lipsio en 1594. Él distinguió entre la crux simplex ad affixionem (un solo poste vertical) y la crux compacta (dos piezas). Dentro de la crux compacta, Lipsio identificó la crux decussata (en forma de X), la crux commissa (en forma de T) y la crux immissa (en forma de †).
Brown explica que la única diferencia entre la crux commissa y la crux immissa era dónde se colocaba la viga horizontal (patibulum) en el poste vertical.
La Crux commissa o cruz en forma de T
La crux commissa, también conocida como «cruz Tau» o «cruz de San Antonio», es la forma de cruz que aparece en el arte cristiano más antiguo y en algunos de los escritos más antiguos sobre la cruz de Jesús. Además, las fuentes griegas y latinas indican que esta era la forma más común de crucifixión en el Imperio Romano.
No habría sido necesario bajar el travesaño para colocar el letrero del cargo, ya que se podría haber añadido un soporte para ello, o simplemente inclinar los brazos para dejar espacio sobre la cabeza.
El uso de la crux commissa era tan común que se llegó a considerar la forma más natural de la cruz. Luciano de Samosata, un escritor del siglo II d.C., mencionó la popularidad de este tipo de cruz, diciendo que los tiranos la usaron como modelo para ejecutar a las personas.
Algunos escritores cristianos de los primeros siglos que atribuyen esta forma a la cruz de Cristo lo hacen comparándola con la letra Tau. Por ejemplo, la Epístola de Bernabé (siglos I-II d.C.) describe la cruz como semejante a la letra T. También dice que Moisés, al extender sus brazos para orar, hizo una figura de la cruz.
Tertuliano (siglos II-III d.C.) escribió: «La letra griega TAU en nuestra propia letra es una T y es la misma forma de la cruz». Jerónimo (siglos IV-V d.C.) también relacionó el número trescientos con la letra T y el símbolo de la crucifixión.
La Crux immissa o cruz tradicional
La forma más común en el arte cristiano es la crux immissa, que tiene el travesaño más abajo, formando una cruz como la que conocemos (†).
El Evangelio de Mateo dice que el titulus (letrero) fue puesto «por encima y arriba» de la cabeza de Jesús. Lucas (23:38) dice «sobre él». Según Raymond Edward Brown, esta descripción llevó a la representación de la cruz en forma de crux immissa. Si Jesús hubiera sido fijado a un solo poste, el letrero habría estado sobre sus manos o a una altura que le dificultaría respirar. La International Standard Bible Encyclopedia también señala que la mención de la inscripción sobre la cabeza de Jesús sugiere que esta fue la forma de la cruz.
Además de la Epístola de Bernabé, otros escritores cristianos antiguos creían que esta era la forma de la cruz de Jesús. Justino Mártir (siglos II d.C.) vio una imagen de la cruz en el episodio de Moisés extendiendo los brazos. También describió la cruz como un madero vertical con uno horizontal y un soporte en el medio para sentarse.
Ireneo de Lyon (siglos II-III d.C.) repitió esta idea, diciendo que la cruz tiene cinco partes: dos verticales, dos horizontales y una en el centro donde se apoya el crucificado.
Minucio Félix (siglos II-III d.C.) comparó la forma de la cruz con varios objetos en forma de cruz. Incluso después de que el cristianismo fuera legalizado en el siglo IV, los escritores cristianos seguían describiendo la cruz de Cristo con un travesaño.
La principal objeción a estas descripciones es que fueron escritas mucho después de los evangelios (que datan de finales del siglo I d.C.). Se basarían más en tradiciones que en una memoria histórica exacta. Por ejemplo, las primeras imágenes de Jesús lo muestran sin barba, lo cual no concuerda con las costumbres judías antiguas. Además, la representación de Cristo cargando una cruz completa aparece recién alrededor del año 430 d.C., lo que sugiere que la tradición cristiana olvidó que los romanos solo hacían cargar el travesaño.
La Crux simplex o poste vertical
Otra idea sobre la cruz de Cristo es que era una «crux simplex ad affixionem», un poste vertical sin travesaño, con las manos atadas directamente sobre la cabeza. Esta idea fue apoyada por algunos estudiosos y religiosos en los siglos XIX y XX. El pastor Hermann Fulda escribió en 1878 que a menudo se usaba una simple viga clavada en el suelo, a la que se ataba o clavaba a los condenados con las manos levantadas.
Algunos creen que los romanos a veces usaban esta forma simple de crucifixión, incluso en árboles vivos, especialmente cuando había muchos prisioneros. Sin embargo, el profesor Joe Zias, un arqueólogo, no se pronuncia sobre la muerte de Jesús en este sentido.
Una objeción a esta hipótesis es que los evangelios describen varios clavos usados en las manos de Cristo. Además, la mención de que el letrero del cargo estaba sobre la cabeza de Jesús, y no sobre sus manos, refutaría esta idea. Los Testigos de Jehová defienden esta hipótesis y usan el término «madero de tormento» en su traducción de la Biblia para la palabra griega staurós.
Otra objeción es que los cristianos del siglo II, que conocían la forma usual de crucifixión romana, nunca describieron la cruz de Cristo como una crux simplex, sino como una cruz con travesaño.
También se ha cuestionado esta teoría porque la ausencia de un travesaño haría que la víctima muriera rápidamente por asfixia. Según el doctor Frederick Zugibe, la suspensión con las manos extendidas directamente sobre la cabeza causaría asfixia en pocos minutos, pero Jesús estuvo suspendido por horas. Esto explicaría por qué los romanos añadían el travesaño y el sedile (asiento), para prolongar el sufrimiento.
Hoy se cree que la palabra griega staurós (de donde viene «estaca») se usaba para referirse a cualquier tipo de cruz de ejecución, no solo a un poste simple. Los romanos modificaron el madero primitivo añadiéndole un travesaño. Por esta razón, Raymond Edward Brown considera que la hipótesis de la crux simplex no encaja con la descripción de los evangelios, donde Simón de Cirene o Jesús llevaron el stauros (el patibulum o travesaño) al lugar de ejecución.
La cruz como un árbol
Finalmente, existe la idea de que Jesús pudo haber sido fijado a un árbol vivo.
Algunos, como el profesor Joe Zias, han sugerido que los romanos a veces crucificaban a las víctimas directamente en árboles, debido a la escasez de madera o la prisa. Sin embargo, Zias no se pronuncia sobre la ejecución de Jesús.
En algunos programas de televisión, se ha afirmado que Jesús pudo haber sido ejecutado en un árbol vivo. Esta idea se basa en que algunos textos del Nuevo Testamento (como Hechos 5:30) usan la palabra griega ξύλον (xylon), que puede significar «árbol» o «madera», para referirse a la cruz de Cristo.
Sin embargo, se ha argumentado que el sentido de «madera» para xylon se refiere al material de la cruz, no a su forma. Este uso de la palabra ha existido por siglos sin que significara un árbol vivo. Por ejemplo, en la liturgia griega, la palabra xylon se usa para la cruz de Cristo, pero la Iglesia Ortodoxa siempre ha entendido la cruz como una cruz con travesaño.
La idea de árboles vivos usados como cruces ha sido debatida. En la antigua Roma, a veces se ataba a los esclavos a «árboles desafortunados», pero este castigo no implicaba clavarlos. Tertuliano mencionó un caso en el que se usaron árboles para crucificar a sacerdotes de un dios fenicio.
Representaciones antiguas de la crucifixión
El arte cristiano primitivo usaba muchos símbolos, como el Buen Pastor, el Orante, la Paloma, el Pez o el Ancla. Sin embargo, el signo de la cruz y la imagen de Cristo en ella aparecen más tarde. Aun así, hay algunos hallazgos interesantes que podrían ser representaciones muy antiguas de la muerte de Cristo.
Cruces en osarios e inscripciones judías
En 1873, se descubrió una cueva con 30 osarios (cajas para guardar huesos), algunos con signos en forma de cruz y nombres comunes como Juan o Jesús. En 1945, se encontró otra tumba con osarios que tenían el nombre de «Jesús» en griego y cuatro cruces grandes. Algunos pensaron que estas cruces eran expresiones de tristeza por la crucifixión de Jesús.
Sin embargo, la mayoría de los arqueólogos actuales creen que estas marcas en forma de cruz, que aparecen en el 40% de los osarios encontrados en Israel, incluso antes de la época de Cristo, eran simplemente marcas de albañil para alinear las tapas.
Algunos académicos creen que los judíos del tiempo de Jesús usaban una «x» o un signo «+» como símbolo de protección, basándose en un pasaje de la Biblia (Ezequiel 9:4). Pero la letra hebrea Taw, que se menciona, solo tenía forma de T en el antiguo alfabeto paleohebreo, no en el hebreo del siglo I. En cualquier caso, sería una marca simbólica de protección, no una cruz relacionada con el martirio de Cristo.
Hallazgos en Pompeya y Herculano
El descubrimiento de varias cruces en Pompeya y Herculano, ciudades destruidas en el año 79 d.C., se ha interpretado como prueba de un culto cristiano temprano a la cruz. También se encontró un grafito que dice Bovius Audit Christianos («Bovio presta oídos a los cristianos»).
Sin embargo, el profesor José María Blázquez duda que estas sean cruces cristianas tan tempranas, ya que la cruz como símbolo cristiano se atestigua a partir del siglo IV. El profesor Antonio Varone también descarta la atribución cristiana, señalando que el culto a la cruz como objeto no aparece hasta el siglo IV. Además, en la misma panadería donde se encontró una cruz, había pinturas de una serpiente y otros hallazgos que no concuerdan con la espiritualidad cristiana. Se sabe que la cruz, antes del cristianismo, se usaba como amuleto de protección.
Aun así, el arqueólogo español Antonio García y Bellido cree que el hallazgo de Herculano sí podría ser un retablo cristiano, basándose en su ubicación, su relación con la llegada de Pablo de Tarso a la región, su desaparición violenta (posiblemente por persecución) y su ubicación en un aposento de esclavos.
El grafito de Alexámenos
En 1856, en Roma, se encontró un dibujo en una pared que muestra una cruz de la que cuelga un asno. Delante hay un hombre con los brazos abiertos en posición de oración. Una inscripción griega dice «Alexámenos venera a Dios». Se cree que este dibujo data de los siglos II o III d.C.
La mayoría de los estudiosos creen que este grafito es una burla anticristiana. En esa época, se acusaba a los cristianos de adorar la cabeza de un asno. El escritor cristiano Tertuliano mencionó una caricatura similar que se burlaba de los cristianos. Además, las primeras representaciones de Cristo en la cruz lo muestran vestido, mientras que el grafito de Alexámenos también muestra a un crucificado vestido, lo cual era inusual para las crucifixiones romanas.
Algunos han interpretado el Grafito de Alexámenos como una burla contra un adorador gnóstico.
Primeras representaciones artísticas

Algunos expertos creen que la representación del orante (una postura de oración con los brazos extendidos) en el arte cristiano primitivo evocaba la cruz y la crucifixión de Cristo. Los cristianos de los primeros siglos veían en esta forma de orar una representación de la crucifixión de Jesús.
También se cree que en la simbología cristiana primitiva (siglos II y III d.C.), el signo del ancla (imagen 1) era una forma oculta de representar la cruz de Cristo, para disimular su fe en tiempos de persecución.
A partir del siglo III, comienzan las representaciones más claras, como una joya de cornalina que muestra la crucifixión de Cristo (imagen 2) junto a los doce apóstoles.
La Enciclopedia Católica dice que los crucifijos más antiguos conocidos son los de las puertas de madera de Santa Sabina (imagen 3) en Roma y un tallado en marfil en el Museo Británico (imagen 4), ambos del siglo V. Un manuscrito siríaco del siglo VI (imagen 5) contiene una miniatura de la crucifixión. Después del siglo VII, se hizo común añadir la figura de Jesús a las cruces.
Basándose en la evidencia arqueológica, historiadores como J. F. Hurst han concluido que los cristianos del primer siglo no usaban el crucifijo ni ninguna representación material de la cruz. Se cree que solo después del Edicto de Milán en el año 312 d.C., la cruz se usó como señal permanente. El crucifijo más antiguo que se menciona como objeto de adoración pública es uno en la iglesia de Narbona, Francia, en el siglo VI.
Teorías sobre el origen de la cruz eclesiástica
Se ha especulado por qué no hay representaciones cristianas claras de la crucifixión de Jesús en el arte paleocristiano antes del siglo IV. Una idea común es que esto se relaciona con las creencias cristianas que venían del judaísmo, que prohíbe el uso de imágenes.
Minucio Félix, un escritor cristiano del siglo II d.C., no habla de «veneración a la cruz», sino que dice que la cruz es un «signo» que está en la base de todas las cosas en la naturaleza. En su obra, él responde a la acusación de que los cristianos adoran a un criminal y su cruz, diciendo que ellos no honran los castigos.
La Enciclopedia Católica explica que los primeros cristianos, influenciados por el Antiguo Testamento, no querían representar el instrumento de la Pasión del Señor. Sin embargo, el hallazgo de una sinagoga judía del siglo II con muchas pinturas murales sugiere que los cristianos podrían haber sido más estrictos que los judíos en esto.
Por otro lado, se ha demostrado el uso religioso de símbolos en forma de cruz antes del cristianismo, fuera de las ejecuciones romanas. G. S. Tyack señaló que la cruz se usaba como símbolo sagrado mucho antes de Cristo en Oriente y Occidente. Se encontraba en símbolos de dioses como Baco, Tamuz, Bel y Odín.
Algunos, como W. E. Vine, han especulado que este posible sincretismo (mezcla de creencias) fue intencional, para atraer a los paganos a las iglesias. Él sugiere que la cruz en forma de T, símbolo del dios Tamuz, fue adoptada como representación de la cruz de Cristo. Esta hipótesis es defendida hoy por algunas sectas e ideologías, como el documental Zeitgeist.
Críticas a las teorías de sincretismo
Para la mayoría de los expertos cristianos modernos, las ideas de «sincretismo» en el símbolo de la cruz son «infundadas». Se considera que muchas de estas ideas provienen del libro The Two Babylons de Alexander Hislop (1858), que ha sido calificado como «propaganda de teorías conspiracionales».
Ralph Woodrow, quien se retractó de mucha información de Hislop en su libro The Babylon Connection? (1997), dice sobre la cruz: «Que el diseño de la cruz fue usado en el mundo antiguo? No es ninguna sorpresa, de la misma manera crecientes, círculos, cuadrados, curvas, reglas, líneas, líneas onduladas, ángulos, triángulos y sus combinaciones. No hay ninguna razón para suponer que el diseño de la cruz era más prominente que otros».
La mayoría de los investigadores modernos creen que los primeros cristianos prefirieron usar la cruz con travesaño porque era la forma más común de crucifixión romana en su época.
La crucifixión de Jesús desde la teología
Según la teología cristiana, la crucifixión de Jesús ya estaba anunciada en el Antiguo Testamento siglos antes. Por ejemplo, la Serpiente de bronce (Números 21:8), que curó a los israelitas picados por culebras al ser puesta en un asta, o la sangre del cordero (Éxodo 12:7) en los postes de las casas, que protegió a los hebreos de la plaga. También la marca que Ezequiel puso en la frente de los fieles (Ezequiel 9:4), cuya palabra hebrea (Tav) tenía forma de cruz.
Negación de la crucifixión
Islam
Las tradiciones islámicas niegan que Jesús muriera físicamente, ya sea en la cruz o de otra manera.
El Corán dice:
Y por haber dicho: Nosotros matamos al Ungido, hijo de Maryam, mensajero de Allah. Pero, aunque así lo creyeron, no lo mataron ni lo crucificaron. Y los que discrepan sobre él, tienen dudas y no tienen ningún conocimiento de lo que pasó, sólo siguen conjeturas. Pues con toda certeza que no lo mataron.4:157
En general, las tradiciones islámicas enseñan que Jesús fue llevado al cielo sin ser puesto en la cruz, pero que Dios transformó a otra persona para que se pareciera a él y fuera crucificada en su lugar.
Maniqueísmo
Algunas ideas del maniqueísmo, influenciadas por el gnosticismo, sostenían que Jesús no sufrió realmente o que alguien más fue crucificado en su lugar.
Gnosticismo
El docetismo es la creencia de que la existencia física de Jesús fue solo una apariencia, y que su forma humana era una ilusión.
El bogomilismo creía que Jesús es un ser inmaterial que no puede morir, y que sus sufrimientos fueron solo aparentes.
Textos de Nag Hammadi
En el Primer Apocalipsis de Santiago, un texto antiguo, Jesús se aparece a Santiago después de la crucifixión y dice que «nunca sufrí de ninguna manera».
Según el Segundo Tratado del Gran Set, Simón de Cirene habría sido crucificado en lugar de Jesús.
En el Apocalipsis gnóstico de Pedro, Jesús dice: «Aquel a quien viste en el árbol, alegre y riendo, este es el Jesús viviente. Pero aquel en cuyas manos y pies clavan los clavos es su parte carnal, que es el sustituto avergonzado, el que nació a su semejanza».
Otras creencias
Algunas corrientes cristianas en Japón creen que el hermano menor de Jesús fue crucificado en su lugar, mientras que Jesús huyó a Siberia y luego al norte de Japón, donde formó una familia y murió a los 106 años.
La crucifixión de Jesús en el arte
Para saber más
- Arqueología bíblica.
- Jesús de Nazaret.
- Historicidad de Jesús.
- Cruz cristiana.
- Crucifixión.
- Simbolismo cristiano.
- Vera Cruz (cristianismo)
- Santo Sepulcro.
- Tumba del jardín.
- Forma del instrumento de ejecución de Jesús
- Quod scripsi, scripsi
- Resurrección de Jesús en el arte cristiano
Galería de imágenes
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Cristo crucificado (1632), por Diego Velázquez (1599-1660). Museo del Prado.
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Jesús delante de Caifás
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El Campo Maldito (esclavos ejecutados), por Fyodor Bronnikov (1878). Cruces de tipo Tau.
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Crux simplex ad affixionem, dibujo de Justo Lipsio (1594). Lipsio consigna este tipo de cruces entre otros, pero creía que Jesús murió en una cruz con travesaño.