Taifa de Valencia para niños
Reyes taifas de Valencia: primera taifa |
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Régulos eslavos (1011-1021)
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Dinastía de los amiríes (1021-1085)
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Taifa de Toledo (1064-1075) |
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Otros régulos (1085-1094)
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Conquista por el Cid 1094-1102 |
Conquista por los almorávides (1102-1144) |
Reyes taifas de Valencia: Segundas taifas |
Dinastía (1144-1147) |
Controlado por la Taifa de Murcia 1147-1171 |
Conquista por los almohades 1172-1228 |
Reyes taifas de Valencia: terceras taifas 1228-1238 |
Dinastía (1228-1238)
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Conquista por Jaime I en 1238 |
La Taifa de Valencia o taifa de Balansiya fue uno de los reinos de taifas que surgieron en la península ibérica. Esto ocurrió después de que el Califato de Córdoba se desintegrara alrededor del año 1010. Este reino independiente existió hasta el año 1238. En ese momento, fue conquistada por el rey Jaime I de Aragón y pasó a formar parte del Reino de Valencia cristiano.
Contenido
¿Qué fue la Taifa de Valencia?
La Taifa de Valencia fue un reino musulmán independiente que se formó en el siglo XI. Su capital era la ciudad de Valencia. Estos reinos, llamados "taifas", surgieron cuando el gran Califato de Córdoba se dividió en muchos estados más pequeños. La Taifa de Valencia fue una de las más importantes de la época.
Los Primeros Gobernantes: Régulos Eslavos
Al principio del siglo XI, Valencia se convirtió en la capital de un reino taifa. Esto sucedió durante un periodo de conflictos que llevó a la caída del Califato de Córdoba. La ciudad creció mucho en ese tiempo.
Los primeros líderes de la Taifa de Valencia fueron Mubárak y Muzzafar. Ellos gobernaron entre 1011 y 1020. Eran funcionarios que lograron cierta independencia e incluso acuñaron sus propias monedas.
Después de ellos, llegó al poder Labib de la taifa de Tortosa. Era una figura importante y, como los anteriores, tenía orígenes eslavos. En 1019, debido a la presión del rey de la taifa de Denia, Labib compartió el poder. Finalmente, dejó Valencia y se fue a Tortosa.
Labib eligió a un descendiente de Almanzor para gobernar Valencia. Este descendiente, Abd al-Aziz ibn Amir, había huido de Córdoba y se había establecido en Zaragoza.
La Dinastía Amirí: Un Periodo Importante
En 1021, Abd al-Aziz ibn Amir subió al trono. Él era nieto de Almanzor. Con él, comenzó la dinastía amirí en Valencia. Bajo su reinado (1021-1061), la Taifa de Valencia se convirtió en uno de los reinos más importantes de la primera mitad del siglo XI.
En sus relaciones con otros reinos, Abd al-Aziz pasó de tener buena relación con Denia y Baleares a ser hostil. En sus batallas, incluso pidió ayuda a los reinos cristianos. También tuvo conflictos con la taifa de Almería.
Durante su gobierno, se construyó una nueva muralla para proteger a la población. También edificó su almunia, que era una especie de finca de recreo. Esta finca, conocida como Palacio del Real, era muy hermosa. Tenía un gran jardín con árboles frutales y flores, y un río que lo cruzaba. En el centro, había un palacio con pabellones muy decorados que se abrían al jardín.
Abd al-Aziz ibn Amir falleció en enero de 1061.
Su hijo, Abd al-Málik ben Abd al-Aziz al-Mansur, lo sucedió (1061-1064). El rey Fernando I de León atacó y venció a Abd al-Málik. Aunque el rey leonés no pudo aprovechar su victoria, Al-Mamún de Toledo, su suegro, aprovechó la situación. Al-Mamún destronó al gobernante valenciano e incorporó la Taifa de Valencia a la taifa de Toledo (1064-1075).
Después de la muerte de Al-Mamún de Toledo (1075), otro hijo de Abd al-Aziz ibn Amir, Abu Bakr ben Abd al-Aziz, ocupó el trono (1075-1085). En este tiempo, Valencia tuvo fuertes lazos con las taifas de Zaragoza y Toledo.
A Abu Bakr ben Abd al-Aziz le sucedió su hijo Uthmán ben Abu Bakr (1085-1086). Él reinó por poco tiempo. Con él, terminó el gobierno de la dinastía amirí en Valencia. Uthmán se enfrentó a un hermano, lo que debilitó a la familia.
Al-Qádir, el emir de Toledo, quería el territorio de Valencia. Él era impopular y solo se mantenía en el trono de Toledo gracias al apoyo de Alfonso VI de León y Castilla. Al-Qádir cedió Toledo a Alfonso VI en 1085. A cambio, Alfonso VI le ayudó a tomar el control de Valencia. En febrero de 1086, Al-Qádir llegó a Valencia con tropas musulmanas y castellanas. Los líderes de la ciudad le abrieron las puertas y lo aceptaron como gobernante.
Otros Gobernantes y la Llegada del Cid
Uthmán ben Abu Bakr fue reemplazado por Alfonso VI de León y Castilla y sus tropas cristianas. Ellos pusieron en el trono a Al-Qádir (1086-1092), quien había sido rey de la taifa de Toledo. Todos los señores de la taifa se sometieron, excepto el de Játiva. Al-Qádir lo asedió hasta que los sitiados pidieron ayuda al emir de la Taifa de Tortosa y Denia.
Este problema debilitó a Al-Qádir. Los señores vasallos, que no lo habían aceptado con entusiasmo, comenzaron a alejarse. Su visir lo abandonó y tomó el control de Murviedro. El único apoyo de Al-Qádir eran los soldados castellanos. Para pagarles, tuvo que imponer impuestos muy altos, lo que aumentó el descontento de la gente.
Después de la derrota castellana en la batalla de Sagrajas, las tropas cristianas se retiraron de Valencia. Esto dejó a Al-Qádir vulnerable. El emir de Tortosa y Denia lo cercó en Valencia. Al-Qádir pidió ayuda a Alfonso VI y al emir de Zaragoza, pero no pudieron enviar fuerzas. En su lugar, el Cid intervino con sus tropas y milicianos de Zaragoza. Él rompió el asedio del emir de Tortosa y se convirtió en el protector de Al-Qádir.
El Cid atacó los territorios de Denia y venció al conde de Barcelona. El conde había ido a ayudar a su protegido, el emir de Tortosa y Denia. Cuando este emir murió en 1090, el Cid se convirtió en la autoridad principal de la región. Recibió muchos tributos de varias ciudades. Su poder frustraba a los reyes cristianos de la península, que querían esos tributos. Por eso, el rey castellano-leonés, el rey aragonés y el conde de Barcelona se unieron a Pisa y Génova para atacarlo.
A principios de 1092, un ataque por mar a Tortosa fracasó. El Cid decidió ir a las tierras de su enemigo personal, García Ordóñez, para evitar enfrentarse a Alfonso VI, que marchaba hacia Valencia. Alfonso finalmente se retiró. Pero la ausencia del Cid y el avance de los almorávides, que llegaron a Alcira a finales del verano, animaron a la población a rebelarse contra Al-Qádir.
El cadí (juez) de Valencia, Ibn Yahhaf, tomó el poder. Ordenó la muerte del emir Al-Qádir y permitió la entrada de un pequeño grupo de almorávides en la ciudad. Este cadí, Yafar ben Abd Al·lah ben Yahhaf (1092-1094), fue el último gobernante antes de que el Cid conquistara Valencia. El Cid regresó a Valencia y la cercó. Se firmó una tregua en abril de 1093, con condiciones difíciles para los valencianos. La paz se rompió cuando llegaron noticias de un ejército almorávide. El Cid ordenó inundar la huerta valenciana para dificultar el avance del enemigo. El asedio de la ciudad se reanudó, causando mucha escasez. La ciudad se rindió el 15 de junio de 1094.
El Cid, para deshacerse de Ben Yahhaf, lo ejecutó. Esto rompió una de las condiciones de la rendición, que garantizaba la seguridad del cadí.

El Cid y Jimena (1094-1102)
La Taifa de Valencia fue conquistada por el Cid en 1094. Él entró en la ciudad el 17 de junio de ese año y se convirtió en su príncipe independiente. Sin embargo, la ejecución de Ben Yahhaf provocó una nueva rebelión en la ciudad, ya que la mayoría de la población era hostil a los cristianos. El Cid retomó Valencia por la fuerza, castigó duramente a los rebeldes y reforzó su control sobre la región.
El Cid falleció en Valencia el 10 de julio de 1099. Su esposa, Jimena Díaz, logró defender la ciudad con la ayuda de su yerno, Ramón Berenguer III de Barcelona. Sin embargo, en 1101, el rey Alfonso VI de León y Castilla, al ver lo difícil que era defender la ciudad, ordenó la evacuación de los cristianos el 4 de mayo de 1102 y la incendió. Al día siguiente, 5 de mayo de 1102, Valencia cayó en manos de los almorávides, liderados por su jefe militar Muḥammad al-Mazdalī.
Los Almorávides (1102-1144)
Después de la muerte del Cid (1099) y el regreso de su viuda Jimena Díaz a Castilla (1102), los almorávides tomaron el poder en Valencia. Mazdalī gobernó la ciudad de forma estricta durante un año. Luego fue nombrado gobernador de Tremecén. Su reemplazo, Abū Abd Allāh Muhammad ibn Fātima, incorporó la taifa de Albarracín a los almorávides. También ayudó a Al-Musta'in II de Zaragoza contra los ataques de Alfonso el Batallador.
Sin embargo, el imperio almorávide decayó rápidamente. Alfonso el Batallador de Aragón aprovechó la falta de unidad de los almorávides para tomar Zaragoza (1118), Calatayud (1121) y Daroca (1122).
El aumento de impuestos para fortalecer las murallas defensivas causó disturbios. Esto mostró el creciente descontento de al-Ándalus con sus gobernantes almorávides. Un ejemplo fue el alcalde de Sevilla, Alí ibn Majjuz, quien huyó al valle del Ebro. Allí, hizo una alianza con el rey Alfonso el Batallador para saquear y ocupar Valencia.
Los almorávides respondieron enviando un gran ejército desde el norte de África. Este se unió a los jinetes africanos de Córdoba y Murcia para perseguir a Ibn Majjuz y Alfonso I. La batalla ocurrió en 1129 en el castillo de los Alcalans (Montserrat), donde los almorávides fueron derrotados. Según el poeta Ibn al-Abbar, esta derrota hizo que los almorávides perdieran popularidad en al-Ándalus. Esto llevó a la aparición de los segundos reinos de taifa en la parte oriental de al-Ándalus a partir de 1144 en Valencia.
Mientras tanto, en tierras cristianas, Alfonso el Batallador murió en 1134. Le sucedió su hermano Ramiro el Monje. La hija de Ramiro, Petronila de Aragón, se casó con Ramón Berenguer IV de Barcelona. Él gobernó en nombre de su suegro. Durante este tiempo, Ramón Berenguer IV tomó Tortosa (1148), Lérida y Fraga (1149). También acordó con Alfonso VII de Castilla el Tratado de Tudilén (1151). Este tratado asignaba la futura conquista de Valencia y Murcia a los reyes aragoneses.
Revuelta Local contra los Almorávides (1144-1147)
Los nobles hispano-árabes comenzaron una revuelta contra los almorávides. Los consideraban intrusos intolerantes que habían dañado la cultura de los reinos de taifas. La rebelión estalló en 1144. Sin embargo, no hubo coordinación, y las diferentes facciones lucharon entre sí, creando un periodo de desorden.
La rebelión fue liderada por Áhmad ibn Hud al-Mustansir, conocido como Saif ad-Dawla. Él era hijo de Abdelmálik, el último rey de la Taifa de Saraqusta. Por su odio a los almorávides, se puso al servicio del rey Alfonso VII de Castilla. Tenía prestigio entre los andalusíes por ser heredero de los Banu Hud.
Cuando la revuelta comenzó, Yahya ibn Ganiya, exgobernador de Valencia, lideraba a los almorávides. Su sobrino, Abu Muhámmad Abd Al·lah ibn Ganiya, fue nombrado nuevo gobernador de Valencia. La ciudad se sublevó contra los almorávides el 1 de marzo de 1145. El 2 de mayo, el cadí Abu Málik Marwán ibn Abd al-Aziz tomó el gobierno de Valencia. Él encargó la defensa de las fronteras al capitán Abd Al·lah ibn Iyad. Este capitán, que reconocía la autoridad de Saif ed-Dawla, pronto se apoderó de Murcia. Mientras tanto, en Valencia, Abu Málik Marwán ibn Abd al-Aziz no pudo gobernar. Sus soldados se rebelaron y pusieron en su lugar a Abd Al·lah ibn Sa'd ibn Mardanish, quien era valí (gobernador) de Ibn Iyad de Murcia.
Saif ad-Dawla entró en Murcia en enero de 1146 como rey de la parte oriental de al-Ándalus. Fue recibido con grandes honores por el gobernador Ibn Iyad. Después, Abu Bakr, hijo de Saif ad-Dawla, visitó Denia y Valencia con Ibn Iyad, y también fueron recibidos con honores.
Sintiéndose fuerte, Saif ad-Dawla intentó liberarse del control de los castellanos. Pero Alfonso VII de Castilla se había aliado con Ats-Tsagrí, gobernador de Cuenca y rival de Saif ad-Dawla. Este último organizó un ejército liderado por Abd Al·lah ibn Sa'd ibn Mardanish. Las tropas eran de Valencia, Alicante, Murcia y Lorca. Sin embargo, fueron derrotados por los castellanos en la batalla de Chinchilla el 4 de febrero de 1146. En esta batalla murieron Saif ad-Dawla y Abd Al·lah ibn Sa'd ibn Mardanish. Ibn Iyad sobrevivió, pero perdió su señorío de Murcia a manos de Ats-Tsagrí, quien gobernó de mayo a septiembre de 1146.
Sin embargo, Ibn Iyad logró reunir un ejército con tropas de Valencia, Alicante y Lorca. Marchó a Murcia, donde la gente se sublevó contra Ats-Tsagrí, quien murió en la revuelta. Ibn Iyad entró triunfalmente en Murcia por segunda vez el 13 de septiembre de 1146. Pero un año después, murió en una batalla contra los castellanos. El valí que gobernaba Valencia de 1146 a 1147 era Muhámmad ibn Abd Al·lah ibn Sa'd ibn Mardaniš. Él era hijo de Abd Al·lah ibn Sa'd ibn Mardanish y sería el futuro rey de las taifas de Murcia y Valencia, conocido por los cristianos como el Rey Lobo.
Segunda Taifa (1147-1171)
Los almohades, otro pueblo del norte de África, invadieron al-Ándalus a mediados del siglo XII. Sin embargo, después de la mala experiencia con los almorávides, no fueron bien recibidos en la zona oriental de al-Ándalus. En Valencia y Murcia, Muhammad ibn Mardanis, conocido como el Rey Lobo (1147-1172), tomó el poder rápidamente. Logró resistir el avance de los almohades hasta un año antes de su muerte (1171).
Muhammad ibn Mardanis, de origen incierto y nacido en Peñíscola, hizo de Murcia la capital de sus estados. Nombró a su hermano Abu al-Haŷŷaŷ gobernador de Valencia, cargo que ocupó desde 1146 hasta 1186. El Rey Lobo detuvo los intentos de Aragón y Barcelona de conquistar el reino musulmán de Valencia. Lo hizo pagando tributos a Ramón Berenguer IV de Barcelona (hasta 1161). Así evitó que sus tierras sufrieran la misma suerte que Tortosa, Lérida o Almería. Estas dos primeras ciudades fueron conquistadas por el príncipe de Aragón y conde de Barcelona (Tortosa en 1148 y Lérida en 1149). Almería fue conquistada por Alfonso VII en 1147 con apoyo aragonés y de Génova.
El Rey Lobo se comprometió a pagar 100.000 dinares de oro. A cambio, Ramón Berenguer IV le daría apoyo militar. También hizo un pacto de diez años con Pisa y Génova, permitiendo el establecimiento de comercios en Valencia y Denia. En 1152, adquirió la taifa de Guadix y Baza, que antes había sido atacada por castellano-leoneses. Entre 1156 y 1157, se declaró vasallo de Alfonso VII. Este último le entregó varias fortalezas.
El Rey Lobo fue un buen guerrero, pero gastaba demasiado. Exigía muchos tributos a sus vasallos. Por eso, su hermano Abu al-Haŷŷaŷ finalmente entregó la taifa de Valencia y Murcia a los almohades (1171). Él mismo continuó como gobernador hasta su muerte en 1186.
Los Almohades (1172-1228)

Aprovechando la inestabilidad tras la muerte del Rey Lobo, los cristianos intentaron tomar Valencia. Alfonso el Casto conquistó Teruel en 1171. Hizo una incursión en Valencia en 1172. Ante esto, Abu al-Haŷŷaŷ, que gobernó hasta 1186 bajo el califa almohade, le ofreció duplicar el tributo que su hermano había pagado a los reyes de Aragón.
En 1177, los castellanos tomaron Cuenca con la ayuda de Alfonso el Casto. El tratado de Cazola estableció los futuros límites de influencia entre Castilla y León y la Corona de Aragón. En el anterior tratado de Tudilén (1151), toda Valencia hasta Orihuela y la mayor parte de Murcia debían ser para la Corona de Aragón. Pero con el nuevo tratado, la influencia de Aragón solo llegaría hasta la línea Biar-Busot. Este fue el límite de las conquistas de Jaime I de Aragón.
El sucesor de Alfonso el Casto, Pedro el Católico, se centró en expandirse hacia Occitania. Sin embargo, logró sitiar y conquistar el Rincón de Ademuz en 1210. La pérdida de Ademuz afectó a los almohades. Fue una de las razones por las que Muhammad an-Nasir organizó la expedición que llevó a la batalla de Las Navas de Tolosa.
Dos años después, se preparó un gran enfrentamiento entre cristianos y musulmanes. El califa Muhammad an-Nasir organizó una expedición en al-Ándalus. La batalla de Las Navas de Tolosa (1212) puso fin a la supremacía musulmana en al-Ándalus. En esta batalla, se unieron los reyes de Castilla (Alfonso VIII de Castilla), Navarra (Sancho VII), Portugal (Alfonso II de Portugal) y Aragón (Pedro el Católico). También participaron tropas de las Órdenes Militares y voluntarios europeos. Los musulmanes estaban liderados por Muhammad an-Nasir, hermano del futuro gobernador de Valencia, Zayd Abu Zayd.
El ejército cristiano obtuvo una gran victoria el 16 de julio de 1212. Un año después, Pedro el Católico murió en la batalla de Muret. Le sucedió en el trono su hijo Jaime I de Aragón, quien fue proclamado Rey de Aragón y conde de Barcelona en 1214, a la edad de seis años. Mientras tanto, Zayd Abu Zayd comenzó a reinar en la zona oriental de al-Ándalus, pocos días después de la derrota de las Navas de Tolosa.
Ni los almohades ni los almorávides lograron unir a los hispanoárabes con los norteafricanos en una unidad política estable. Los dominios de los califas almohades comenzaron a dividirse rápidamente. Valencia, una ciudad en la frontera con los cristianos y lejos de la capital almohade, permitió a sus gobernadores, Zayd Abu Abd Al·lah (1190-1213) y su hijo Zayd Abu Zayd (1213-1229), actuar con total autonomía. Incluso se llamaron reyes, aunque nunca acuñaron moneda ni negaron su sumisión al emperador almohade.
En 1224, Jaime I de Aragón pidió ayuda a los nobles de la Corona de Aragón para iniciar la conquista de Valencia desde Teruel. Zayd Abu Zayd pidió una tregua al rey. Este aceptó a cambio de la quinta parte de las rentas de Valencia y Murcia. Para reducir la presión, en 1225, Zayd Abu Zayd decidió hacerse vasallo del rey castellano Fernando III de Castilla. Durante el verano de 1225, Jaime I de Aragón intentó tomar el castillo de Peñíscola, pero los nobles aragoneses no lo apoyaron y fracasó.
Con Zayd Abu Zayd, el último gobernador almohade de Valencia, comenzó una rebelión local contra los almohades en la región oriental de al-Ándalus. Esta rebelión fue liderada por Ibn Hud al-Djudzaní, quien tomó Murcia en 1228. Él controló las regiones de Orihuela, Denia, Gandía, Játiva y Alcira, es decir, la mitad sur de la región de Valencia. Ibn Hud al-Djudzaní también sitió la ciudad de Valencia, pero no pudo tomarla. La ciudad y los territorios al norte se mantuvieron leales a Zayd Abu Zayd. En 1227, Zayd Abu Zayd reconoció a al-Ma´mūn, exgobernador de Córdoba y Sevilla, como califa almohade. En 1228, recuperó los castillos de Villahermosa y Bejís, plazas del norte valenciano que habían sido ocupadas por los aragoneses.
Tercera Taifa (1228-1238)
El acuerdo entre Jaime I de Aragón y Zayd Abu Zayd hizo que muchos musulmanes se unieran al bando liderado por Zayyan ibn Mardanish, nieto del Rey Lobo. Zayyan, natural de Onda, creía que Zayd Abu Zayd los había traicionado al acercarse a los cristianos. Debido a la presión de Zayyan y sus seguidores, Zayd Abu Zayd dejó Valencia y se trasladó al norte. Zayyan entró triunfalmente en Valencia en enero de 1229, aunque no llegó a ser rey.
Desde Murcia, el rebelde anti-almohade Ibn Hud al-Djudzaní sitió Valencia, presionando a Zayyan para que la abandonara. Pero una amenaza desde Castilla hizo que Ibn Hud se retirara a Murcia. Todo este desorden en Valencia aumentó el deseo de Jaime I de intentar de nuevo la conquista del Reino.
Zayd Abu Zayd, queriendo recuperar sus posesiones, se unió a la conquista cristiana. Se encontró con Jaime I en Calatayud en 1229 para ofrecerle ayuda en la conquista de la taifa de Valencia. En este tratado, Zayd Abu Zayd prometió a Jaime I la cuarta parte de lo que conquistara y algunos castillos importantes como garantía. A cambio, el rey aragonés prometió ayudarlo y protegerlo contra quienes atacaran sus posesiones en este reino musulmán.
Antes de iniciar la conquista de Valencia, Jaime I conquistó Mallorca. Por eso, durante esos años, solo unos pocos nobles ayudaron a Zayd Abu Zayd en el norte. Incapaz de recuperar los castillos perdidos, Abu Zayd tuvo que aceptar un tercer acuerdo en 1232. Por este acuerdo, cedía todas las rentas de la ciudad de Valencia y su huerta.
Después de conquistar Mallorca (1229), Jaime I inició la conquista de la taifa de Valencia en 1232. Comenzó con el Sitio de Burriana, que duró dos meses y cayó en julio de 1233. Inmediatamente después, cayeron todos los castillos al norte de esta ciudad, que entonces era la capital de la Plana. Entre ellos estaban Peñíscola, Castellón de la Plana, Borriol, Cuevas de Vinromá y Vilafamés.
En ese momento, casi todo el reino estaba en poder de Zayyan. Solo los castillos de Segorbe, Ayódar, Almenara, Puebla de Arenoso, Cirat, Liria, Nules, Onda, Castillo de Villamalefa y algunos otros seguían fieles a Zayd Abu Zayd.
En 1236, Zayd Abu Zayd se convirtió al cristianismo y fue bautizado como Vicent Bellvís. Ese mismo año, cedió todos sus territorios al obispado de Segorbe como prueba de su conversión. También firmó un cuarto y último acuerdo con Jaime I de Aragón. Este acuerdo confirmaba los anteriores y convertía a toda su dinastía en vasallos del Reino de Aragón.
Después de que Jaime I derrotara a Zayyan en la batalla del Puig de Santa Maria, Zayyan se hizo fuerte en la ciudad de Valencia. En 1238, Jaime I sitió Valencia con la ayuda de nobles y del propio Abu Zayd. Tras cinco meses de asedio, Zayyan se rindió. Esto se aceleró porque no recibió la ayuda esperada del sultán de Túnez. Zayyan entregó la ciudad a Jaime I el 28 de septiembre de 1238. En los acuerdos de rendición, Zayyan pactó con el rey aragonés su salida y la de los suyos de tierras valencianas, a través del puerto de Cullera, hacia Túnez.
Véase también
En inglés: Taifa of Valencia Facts for Kids