Simbolismo para niños
El simbolismo fue un movimiento artístico muy importante que surgió a finales del siglo XIX en Francia y Bélgica. Los artistas simbolistas buscaban expresar ideas, emociones y misterios a través de símbolos, en lugar de describir la realidad tal como se ve.
En 1885, el escritor Jean Moréas explicó que el simbolismo era un estilo que no buscaba enseñar ni describir las cosas de forma directa. Para los simbolistas, el mundo estaba lleno de secretos por descubrir. Creían que los artistas debían encontrar las conexiones ocultas entre los objetos y las ideas. Por ejemplo, el poeta Arthur Rimbaud relacionaba los sonidos de las vocales con diferentes colores en su poema Vocales. Para lograr esto, usaban mucho la sinestesia, que es cuando se mezclan sensaciones de diferentes sentidos, como "ver un sonido" o "escuchar un color".
Este movimiento tuvo sus inicios en el libro Las flores del mal de Charles Baudelaire. El escritor Edgar Allan Poe, a quien Baudelaire admiraba mucho, también influyó en el simbolismo. La forma de pensar y crear del simbolismo fue desarrollada por Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para 1880, muchos jóvenes escritores se unieron al movimiento, ya que estaban cansados de los estilos realistas que solo mostraban la vida cotidiana. Aunque nació en Francia y Bélgica, el simbolismo se extendió a otros países y no solo abarcó la literatura, sino también la pintura y la escultura.
Contenido
¿Cómo surgió el Simbolismo?
El simbolismo comenzó como una forma de reaccionar contra el naturalismo y el realismo. Estos movimientos anteriores se enfocaban en la vida diaria y en lo que se podía ver y tocar. Sin embargo, a los jóvenes artistas de París no les gustaba esta idea. Ellos querían explorar la espiritualidad, la imaginación y los sueños.
El primer escritor en mostrar esta nueva forma de pensar fue Charles Baudelaire. Sus obras, como Las flores del mal y Los pequeños poemas en prosa, fueron muy innovadoras. Algunas de ellas incluso fueron prohibidas en su momento porque mostraban temas que se consideraban difíciles o poco comunes para la época.
Los simbolistas se diferenciaron de otro movimiento llamado parnasianismo. Los parnasianos buscaban la perfección en el verso, mientras que los simbolistas preferían un estilo más libre y misterioso. Sin embargo, tomaron algunas ideas de los parnasianos, como el gusto por los juegos de palabras y la musicalidad en los versos. También adoptaron la idea de "el arte por el arte", que significa crear arte por la belleza en sí misma, sin buscar un propósito moral o educativo.
Los "poetas especiales" del Simbolismo
Otros dos poetas importantes que ayudaron a que el simbolismo despegara fueron los franceses Arthur Rimbaud y Paul Verlaine. Rimbaud, que era muy joven, buscaba una "alquimia de la palabra", intentando ver más allá de lo común al "desordenar todos los sentidos". Esto lo llevó a él y a Verlaine a vivir de forma intensa. Rimbaud se hizo conocido por su comportamiento poco convencional, lo que le valió el apodo de "enfant terrible" (niño terrible). Sus obras más conocidas son Una temporada en el infierno e Iluminaciones.
Por su parte, el libro de Paul Verlaine Los poetas malditos se volvió muy influyente en el simbolismo. En él, Verlaine hablaba de poetas como Tristan Corbière, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé y otros, a quienes llamó "malditos". Explicó que el talento de estos poetas era tan único que los hacía diferentes del resto de la gente, llevándolos a escribir de una manera muy personal y a veces difícil de entender. También los describió como personas que vivían vidas difíciles, a menudo con tendencias autodestructivas, como consecuencia de su gran talento literario.
Después de esto, Paul Verlaine se convirtió en una figura importante del decadentismo (un movimiento similar al simbolismo), y Stéphane Mallarmé (1842–1898) se volvió el líder del simbolismo. Mallarmé creó un lenguaje poético muy particular y reunía a muchos seguidores en su casa cada semana.
Características del Simbolismo
¿Qué define el estilo simbolista?
La poesía simbolista busca dar forma a las ideas de una manera que se pueda sentir, y a menudo tiene un significado profundo y misterioso. Intenta usar el lenguaje para explorar el conocimiento y está llena de misterio y misticismo. Algunos lo veían como el lado más oscuro del Romanticismo. En cuanto al estilo, los simbolistas se esforzaban por encontrar una musicalidad perfecta en sus rimas, sin importar tanto la belleza del verso en sí. Querían encontrar lo que Charles Baudelaire llamó la teoría de las "correspondencias", que son las conexiones secretas entre el mundo que podemos ver y el mundo espiritual. Para esto, usaban mucho la sinestesia.
El manifiesto simbolista
Los simbolistas creían que el arte debía capturar verdades muy profundas, que solo podían alcanzarse de forma indirecta y con un toque de misterio. Por eso, escribían con un estilo lleno de metáforas y sugerencias. El manifiesto simbolista, publicado por Jean Moréas, decía que el simbolismo era "enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva" y que su objetivo no era mostrar la realidad tal cual, sino "expresar el Ideal". Esto significa que las escenas de la naturaleza o las acciones humanas no se nombraban solo por sí mismas, sino para mostrar sus conexiones secretas con ideas más grandes y fundamentales.
Prosa y teatro simbolista
Aunque el simbolismo fue muy importante en la poesía, tuvo menos impacto en la narrativa (novelas) y el teatro. Aun así, surgieron novelas como A contrapelo, de Joris-Karl Huysmans, que exploraba temas relacionados con la estética simbolista. Esta novela, que casi no tiene una historia lineal, muestra los gustos de un personaje solitario y rebelde. Oscar Wilde se inspiró en esta novela para algunas partes de su obra El retrato de Dorian Gray. Otra obra importante en prosa simbolista es Cuentos crueles de Villiers de L'Isle-Adam.
En el teatro, el énfasis en los sueños y las fantasías que promovían los simbolistas hizo que fuera difícil para los críticos de la época aceptarlo por completo. Sin embargo, la obra Axël, también de Villiers de L'Isle-Adam, fue la obra teatral más influenciada por el simbolismo. En ella, un príncipe y una princesa se enamoran y hacen planes maravillosos, pero luego, al darse cuenta de que la vida no podría cumplir esas ilusiones, deciden terminar con sus vidas. Otra obra teatral con gran influencia simbolista es la tragedia Salomé de Oscar Wilde.
Poetas destacados del Simbolismo
- Charles Baudelaire (1821-1867)
- Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
- Stéphane Mallarmé (1842-1898)
- Paul Verlaine (1844-1896)
- Conde de Lautréamont (1846-1870)
- Arthur Rimbaud (1854-1891)
- Jean Moréas (1856-1910)
- Paul Valéry (1871-1945)
Influencia en la literatura en español
El simbolismo en la literatura en español se unió a un movimiento más grande llamado Modernismo, que comenzó en América Latina.
Se pueden encontrar elementos del simbolismo en autores cubanos como Julián del Casal y José Martí, en el colombiano José Asunción Silva, en el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y en otros autores de América como Leopoldo Lugones de Argentina, Julio Herrera y Reissig de Uruguay, y José María Eguren de Perú. El nicaragüense Rubén Darío, quien llevó el Modernismo a España, también adoptó y difundió el simbolismo.
En España, lo cultivaron Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, y Ramón Pérez de Ayala, entre otros.
El Simbolismo en otras artes
Al mismo tiempo que el impresionismo se enfocaba en pintar al aire libre, el simbolismo desarrolló una nueva forma de entender el arte. Los simbolistas, inspirados en artistas como William Blake, buscaban una pintura con un contenido más poético.
El movimiento simbolista reaccionó contra el materialismo de la sociedad industrial. En cambio, defendía la búsqueda interior y la verdad universal, usando los sueños como una forma de expresar la realidad.
El simbolismo no tuvo un estilo único en la pintura, por lo que es difícil definirlo de forma general. Fue más bien una mezcla de ideas artísticas individuales. Los pintores simbolistas usaron formas lineales y ornamentales, y composiciones que no eran realistas. Estos elementos abstractos y el énfasis en las líneas hicieron del simbolismo un precursor del Modernismo. Artistas como Gustave Moreau exploraron la belleza, el amor y la muerte. Pierre Puvis de Chavannes combinó la claridad del clasicismo con colores planos. Odilon Redon se centró en representar ideas, acercándose a lo que más tarde sería el surrealismo.
El simbolismo fue una tendencia que superó las fronteras de los países y los estilos personales. También influyó en el Art Nouveau, un estilo artístico muy popular a finales del siglo XIX y principios del XX. El simbolismo quería devolverle un significado profundo al arte, que se había perdido con la revolución impresionista. Mientras otros artistas se inclinaban por temas científicos o políticos, el simbolismo se dirigía hacia la espiritualidad y el misticismo. La fantasía, la intimidad y la subjetividad reemplazaron la objetividad de los impresionistas. Los simbolistas continuaron con la idea romántica de expresar emociones a través del color, como se ve en la intensa visión de la pasión en la obra "Dánae" de Klimt.
Los simbolistas encontraron apoyo en escritores como Charles Baudelaire y Jean Moréas, quienes se oponían al naturalismo. En la escultura, Auguste Rodin fue el más cercano a sus ideas. La Escuela de Pont-Aven, un grupo de pintores en Bretaña, Francia, también se alineó con el simbolismo. Ellos buscaban recuperar lo rústico y lo antiguo, usando colores planos y contornos definidos.
La escultura simbolista
La escultura simbolista tiene un estilo clásico, pero también se adapta a las nuevas ideas. Además de Rodin, destacan Aristide Maillol (1861–1944), considerado un gran maestro de la escultura simbolista, con obras como La noche y El río. Otros escultores importantes son Adolf von Hildebrand, Medardo Rosso y Antoine Bourdelle.
Pintura simbolista
En la pintura, el simbolismo tuvo artistas como Gustave Moreau (francés, 1826-1898), conocido por "Júpiter y Semele" y "Los unicornios". También está Odilon Redon (francés, 1840-1915), con obras como "El carro de Apolo" y "Druida". Otro grupo importante fueron "Los Nabis", con artistas como Félix Vallotton (suizo, 1865-1925), Pierre Bonnard (francés, 1867-1947) y Edouard Vuillard (francés, 1868-1940). En España, el simbolismo fue representado por artistas como Néstor Martín-Fernández de la Torre.
Las características más importantes de la pintura simbolista son:
- Color: A veces se usaban colores fuertes para resaltar lo sobrenatural o los sueños. También se usaban colores pastel y difuminados para el mismo propósito.
- Temas: Había un gran interés por lo subjetivo y lo irracional, similar al romanticismo. Los artistas no se quedaban en la apariencia física de los objetos, sino que a través de ellos llegaban a lo sobrenatural, a menudo relacionado con la religión. Los pintores y poetas querían representar sus sueños y fantasías a través de símbolos, expresando sus estados de ánimo, emociones e ideas. Un tema nuevo e importante fue el de la "mujer fatal", que exploraba nuevas relaciones entre hombres y mujeres.
- Técnicas: Lo que unía a los artistas era el deseo de crear una pintura que no estuviera atada a la realidad, en contraste con el realismo. Cada símbolo en la obra podía tener un significado diferente para cada espectador y para el propio pintor. No había una única interpretación, lo que hacía que cada obra fuera única en su contenido, más que en su técnica.
Los simbolistas españoles fueron muy influenciados por artistas como Gustave Moreau, Pierre Puvis de Chavannes, Arnold Böcklin y Edward Burne-Jones.
Odilon Redon es considerado uno de los simbolistas más puros, con un estilo de colores puros y temas fantásticos, buscando una mezcla entre el sueño y la vida.
Más tarde, "Los Nabis", una segunda generación simbolista, buscaron aplicar estas ideas a la vida diaria. A diferencia del impresionismo, que fue una escuela más localizada en Francia, el simbolismo fue un gran movimiento que se extendió por toda Europa, incluyendo España a partir de 1890. En Cataluña, destacaron las obras de Juan Brull, Adrià Gual y Santiago Rusiñol.
En Bélgica, sobresalieron artistas como Jean Delville, Fernand Khnopff y William Degouve de Nuncques, quienes cultivaron lo misterioso. Esta tendencia, con un claro precursor en el belga Félicien Rops, está representada por Jan Toorop y Gustav Klimt, figuras clave del simbolismo pictórico.
En Italia, el simbolismo tuvo una base de realismo detallado en las obras de Gaetano Previati, Giovanni Segantini y Pellizza da Volpedo. En Alemania, el arte simbolista se caracterizó por una técnica muy realista, pero con temas idealistas, destacando Ferdinand Hodler (suizo).
En los países escandinavos, el simbolismo se caracterizó por una visión austera y una fuerte expresión de la soledad, con artistas como Vilhelm Hammershøi y Harald Sohlberg. La excepción fue el finlandés Akseli Gallen-Kallela, quien se inclinó por la mitología.
El simbolismo tuvo una gran influencia en movimientos posteriores, como el Art Nouveau y el surrealismo.
Artistas simbolistas destacados
- Gustave Moreau (1826–1898): Gran dibujante, narrador de sueños y visiones extrañas, inspirado en la mitología.
- Gustav Klimt (1862–1918): Uno de los más importantes, con obras como El beso, El friso de Beethoven y Las tres edades de la mujer. Sus cuadros suelen tener un sentido lírico y decorativo, y retratan a mujeres jóvenes y sensuales.
- Odilon Redon (1840–1916): El más puro de los simbolistas. Representa lo mágico, lo visionario y lo fabuloso. Obras: El sueño, La Esfinge.
- Pierre Puvis Chavannes (1824–1898): El más idealista del grupo. Usa colores planos y un buen dibujo. Obras: El pobre pescador, Bosque sagrado.
- Carlos Schwabe: Pintor con gran imaginación para plasmar imágenes de sueños. Precursor del modernismo.
- Franz von Stuck: El pecado.
- Néstor Martín-Fernández de la Torre: Considerado el último simbolista.
La escuela de Pont-Aven
Desde 1873, la villa de Pont-Aven en Francia fue visitada por estudiantes de arte. En 1886, llegó Gauguin, y en 1888, un grupo de pintores se unió a él para seguir sus enseñanzas fuera de las normas académicas. Participaron en una exposición en 1889. Ese mismo año, Gauguin se fue a Tahití, y el grupo se disolvió.
Sus obras se caracterizan por el uso libre del color (podían pintar la hierba roja si así lo sentían), aplicado en grandes manchas y con colores planos. Utilizaban el cloisonismo, una técnica que usa contornos marcados. El resultado era un arte muy decorativo. Esta forma de pintar fue influenciada por el arte primitivo y las estampas japonesas. Buscaban simplificar las formas. Son una mezcla entre el estilo impresionista y el simbolista, por lo que se les puede considerar simbolistas por su espíritu.
Entre los pintores más destacados de Pont-Aven están Emile Bernard, Charles Laval, Paul Sérusier y Louis Anquetin.
Los nabis
Los nabis eran seguidores de las ideas de la escuela de Pont-Aven. "Nabis" significa "profetas" en hebreo. Intentaron que el impresionismo se acercara al simbolismo, por lo que también se les considera simbolistas. Su idea principal era que el arte debía ser decorativo, y lo que se plasmaba en el cuadro era un juego de sensaciones, más que una construcción intelectual.
Usaban colores planos con un gran sentido estético y tenían total libertad para usar el color y las composiciones. Emplearon todo tipo de materiales en sus cuadros, como pintura, pegamento y cartón, para crear diferentes texturas, pero sin llegar al collage. También diseñaron vidrieras, litografías y grabados.
Decoraron teatros, portadas de libros y revistas, trabajando por encargo. Esto hizo que sus obras fueran muy conocidas y que no fueran piezas únicas, sino que se imprimían y repetían, dando una nueva dimensión al arte.
Entre los nabis destacan pintores como Pierre Bonnard, Edouard Vuillard, Maurice Denis y Félix Vallotton. También se pueden considerar nabis a los tres grandes simbolistas: Gustave Moreau, Odilon Redon y Chavannes.
Música


El simbolismo también influyó en la música. En este campo, el arte se alejó cada vez más de la realidad. Las composiciones de Richard Wagner (1813-1883), quien leía a Schopenhauer, fueron muy influyentes. Su música se caracterizaba por una sensualidad suave y misteriosa. En lugar de las formas clásicas, usaba un "canto declamado" más libre. La orquesta dejó de ser solo un acompañamiento y se volvió una parte fundamental de la historia. Su última obra, Parsifal (1882), está especialmente ligada al simbolismo, con muchas referencias y símbolos religiosos.
Muchos compositores simbolistas admiraban las obras de Wagner, aunque algunos, como Debussy, se distanciaron de ellas. La música simbolista tenía un lenguaje propio, caracterizado por la sugerencia, el uso de muchos semitonos y nuevos sonidos.
A menudo, la música simbolista se basaba en la colaboración entre compositores y poetas. Por ejemplo, los poemas de Maeterlinck fueron musicalizados por Ernest Chausson, y Gabriel Fauré compuso nueve melodías sobre la poesía de Paul Verlaine. Claude Debussy se inspiró en el poema L'après-midi d'un faune de Stéphane Mallarmé para su Prélude à l'Après-midi d'un faune (1894). El éxito de la obra de teatro Pelléas et Mélisande de Maeterlinck, considerada una obra clave del teatro simbolista, llevó a composiciones de Fauré, Debussy y otros. Algunos compositores como Saint-Saëns usaron la forma del poema sinfónico.
El compositor ruso Aleksandr Skriabin (1871-1915) también se acercó al simbolismo en su música. Buscó expresar conexiones misteriosas entre sonidos y colores, impulsado por su misticismo y sus ideas profundas.
La ópera, al necesitar la colaboración de poetas, músicos y artistas, se acercaba a la idea de una "obra de arte total" que buscaban los simbolistas. Muchas obras de teatro incluían música incidental que complementaba el texto. En la ópera Pelléas et Mélisande de Debussy, la influencia del simbolismo es muy clara. El sentido del misterio se une a una música sugerente y encantadora, llena de insinuaciones. La historia se desarrolla en un ambiente atemporal, con significados ocultos y misteriosos, donde la oscuridad permite ver más allá de la realidad. La verdadera fuerza simbólica de esta obra es la música, que interpreta cada sugerencia y misterio con su riqueza de sonidos y su armonía especial.
Sin embargo, es difícil definir la forma de la música simbolista, porque la poesía simbolista ya buscaba ser musical. Algunos investigadores creen que la idea de simbolismo musical es "flotante", ya que la simbología se encuentra más en la literatura que en la música.