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Estado campamental para niños

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Datos para niños
Estado campamental
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg
Escudo de la Segunda República Española.svg
Francisco Franco 1930.jpg
El general Franco fue el Jefe del Estado.
Localización
País (España)
Sede Salamanca y Burgos
Sistema Dictadura militar
Organización
Dependencias Junta Técnica del Estado
Secretaría General del Jefe del Estado
Gobierno General
Secretaría de Relaciones Exteriores
Secretaría de Guerra
Historia
Fundación 1 de octubre de 1936
Disolución 30 de enero de 1938
Sucesión
Junta de Defensa Nacional Estado campamental Primer Gobierno de Franco

La expresión Estado campamental fue usada para describir la primera forma de gobierno que el general Francisco Franco estableció en la zona controlada por sus fuerzas durante la Guerra Civil Española. Esta organización comenzó el 1 de octubre de 1936, después de que Franco fuera nombrado jefe de gobierno. Se mantuvo hasta el 31 de enero de 1938, cuando se formó un gobierno más formal.

Este "Estado campamental" era una estructura temporal y sus oficinas estaban distribuidas en diferentes lugares. Sin embargo, fue muy efectiva para apoyar a las fuerzas armadas en el conflicto.

Contexto histórico: ¿Cómo surgió el Estado campamental?

Después de un evento importante en julio de 1936, los generales Emilio Mola y Miguel Cabanellas crearon una Junta de Defensa Nacional. Esta Junta se encargaba de las operaciones militares y de la dirección política de las fuerzas. Sin embargo, pronto se vio la necesidad de unificar el mando.

El 30 de septiembre de 1936, se anunció que el general Franco sería el líder supremo de los ejércitos y jefe del gobierno. Esto significó que Franco acumuló un gran poder en el territorio bajo su control. No se buscaba volver a la Monarquía ni mantener la Segunda República Española. Se hablaba de crear un "nuevo Estado", pero sin definir sus características exactas.

El inicio del poder de Franco

El 1 de octubre, Franco asumió oficialmente sus cargos. Aunque fue nombrado jefe de gobierno, los medios oficiales lo llamaron "jefe del Estado", lo que aumentó su autoridad. En ese momento, su poder no tenía límites, aunque quienes lo eligieron pensaban que sería temporal hasta la victoria militar.

Franco empezó a definir sus principios de gobierno, rechazando la democracia liberal, los partidos políticos, el socialismo y el comunismo. Aunque su prioridad era ganar la guerra, creó de inmediato una Junta Técnica del Estado para ayudarle a gestionar el gobierno. Esta Junta no era un gobierno completo, sino un apoyo civil para los militares.

Ideología: ¿Qué ideas guiaban al Estado campamental?

Archivo:El rey Don Pelayo en Covadonga (Museo del Prado)
La invocación de un pasado glorioso fue una característica del nuevo régimen.

Las ideas de Franco y sus seguidores combinaban el nacionalismo, una visión contraria al liberalismo y el catolicismo tradicional. Creían que la decadencia de España se debía al liberalismo y que luchar contra ciertas ideas devolvería la grandeza al país. Recordaban a líderes históricos como don Pelayo o el Cid.

Este nacionalismo ayudó a Franco a conseguir apoyo de diferentes grupos sociales. En un discurso de enero de 1937, Franco habló de eliminar el sufragio universal (el derecho a votar de todos los ciudadanos) y la autonomía regional. También mezcló ideas de diferentes grupos políticos, pero evitó definir cómo sería el futuro gobierno.

La Iglesia católica también estaba muy cerca de las ideas de Franco. Compartían una visión similar de la historia, y Franco mostraba su religiosidad, siendo presentado como un "gran cruzado católico".

Franco y su centro de mando

Archivo:WLM14ES - 02082013 222524 SALAMANCA 0248 -
Franco se instaló en el Palacio Episcopal de Salamanca.

Franco estableció su centro de mando en Salamanca, una ciudad lejos del frente de batalla. Se cree que la necesidad de atender varios frentes hizo que la administración se dividiera entre Salamanca y Burgos. La prensa de la zona bajo su control lo elogiaba de una manera nunca vista en España. Aunque algunos lo llamaron "dictador", pronto se prefirió el término "Caudillo", que le gustaba más y evocaba tradiciones españolas.

Franco se rodeó rápidamente de símbolos de poder y protocolo. Se instaló en el palacio episcopal de Salamanca. Exigía a los visitantes que vistieran de forma formal y era escoltado por una vistosa guardia. Su fotografía estaba por todas partes con lemas que lo ensalzaban.

El Generalísimo trabajaba intensamente, atendiendo tanto sus responsabilidades militares como políticas. Delegaba algunas tareas en su hermano Nicolás Franco. Su jornada laboral comenzaba temprano, incluía asistir a misa y reuniones con su equipo.

Además de militares, también recibía a intelectuales que apoyaban su causa, como José María Pemán y Miguel de Unamuno. Franco no se quedaba solo en su cuartel general, sino que viajaba con frecuencia para visitar los frentes de combate.

Su poder se fortaleció con la unificación política de diferentes grupos y con un decreto de agosto de 1937 que le permitía elegir a su sucesor. En agosto de 1937, Franco trasladó su centro de mando a Burgos, al Palacio de Isla, una residencia más grande. Burgos se convirtió en un centro administrativo, político, militar y diplomático.

Organismos: ¿Cómo se organizaba el gobierno?

  • La Junta Técnica del Estado tenía una presidencia y siete comisiones. Su sede estaba en Burgos. Estaba formada por personas que se encargaban de tareas administrativas diarias. El presidente de la Junta era un militar, lo que mostraba la tendencia de Franco a apoyarse en sus subordinados.
  • El Gobierno General se encargaba de inspeccionar las provincias ocupadas y organizar la vida de los ciudadanos, como el abastecimiento y el trabajo. Su sede estaba en Valladolid.
  • La Secretaría de Relaciones Exteriores se ocupaba de las relaciones con otros países y de la difusión de información.
  • La Secretaría General del Jefe del Estado era muy importante, ya que todas las leyes y decisiones debían pasar por ella para ser aprobadas por Franco. Su hermano, Nicolás Franco, ocupó este puesto y acumuló mucho poder.
  • Una Secretaría de Guerra se creó para atender las necesidades de las fuerzas armadas.
  • También se creó un Consejo Nacional de España, una especie de senado militar, pero solo se reunió una vez.
  • El cargo de Inspector general del Ejército se creó para dar un papel importante al general Miguel Cabanellas, pero sin que tuviera mando político o militar directo.
  • Más tarde, en noviembre de 1936, se creó un Alto Tribunal de Justicia Militar para resolver conflictos entre tribunales militares y revisar algunas decisiones.

El gobierno autónomo en Andalucía

Archivo:Plaza de Espana - plein in Sevilla
Queipo de Llano gobernó el sur con gran autonomía desde Sevilla.

Aunque la autoridad de Salamanca era generalmente aceptada, el general Gonzalo Queipo de Llano, al mando del Ejército del Sur, actuó con mucha autonomía en Andalucía. Su comité de importación y exportación en Sevilla funcionaba de forma muy independiente.

Queipo de Llano administró eficazmente los recursos. Por ejemplo, la Pirotecnia de Sevilla aumentó su producción de cartuchos. El general animó a industriales que habían huido de otras zonas a establecer sus empresas en Andalucía. La provincia de Sevilla tuvo un gran crecimiento industrial en 1937.

El general se centró en conseguir recursos económicos de la burguesía, que estaba dispuesta a colaborar. Mantuvo la política de estimular las donaciones de la población. También puso fin al impago de alquileres y promovió la construcción de viviendas sociales.

Queipo de Llano fue pionero en usar la radio para difundir sus mensajes. Sus discursos daban ánimo a sus seguidores y eran escuchados por muchas personas.

Ramón Serrano Suñer: Una figura clave

Archivo:Súñer en Alemania
Serrano en 1940. Cuando vivía en Salamanca siempre vestía un traje civil negro, único que poseía.

En febrero de 1937, llegó a Salamanca Ramón Serrano Suñer, un jurista brillante y cuñado de la esposa de Franco. Había sido amigo de José Antonio Primo de Rivera, líder de Falange.

Serrano había vivido momentos difíciles durante el conflicto, lo que influyó en su forma de pensar. Rechazó cualquier intento de mediación, postura que Franco compartía.

Serrano comparaba la situación de caos con el inicio del reinado de los Reyes Católicos. Franco lo alojó en el palacio arzobispal.

Serrano apoyaba la unificación política. Poco a poco, fue reemplazando a Nicolás Franco como el principal consejero político de Franco. Su influencia creció, y la gente lo llamaba "cuñadísimo" de forma ingeniosa.

Serrano buscaba una base teórica y legal para el nuevo Estado. Creía que el Ejército era la base del poder, pero que no se podía mantener un gobierno solo con la fuerza. Pensó que Falange era el mejor instrumento para unir a la población.

Hacia el Partido Único

La diversidad política

En la zona controlada por las fuerzas de Franco, existía cierta diversidad política. Aunque se habían prohibido los partidos y sindicatos opuestos, otras organizaciones que apoyaban el "Movimiento nacional" seguían existiendo. Todos compartían su rechazo a ciertas ideas políticas y su temor al comunismo.

Archivo:José María Gil-Robles
Gil-Robles y la CEDA se vieron superados por la radicalización de la sociedad.

La CEDA, liderada por José María Gil-Robles, vio cómo muchos de sus seguidores se unían a Falange Española de las JONS o a los tradicionalistas. Franco se distanció de Gil-Robles, quien, sin embargo, sirvió fielmente a Franco.

Franco manejó con tacto su relación con los monárquicos. Cuando Juan de Borbón quiso unirse a la lucha, Franco lo rechazó amablemente, argumentando que era necesario proteger al príncipe y que, si algún día reinaba, debía hacerlo sin haber participado en uno de los bandos.

La principal organización política era Falange Española de las JONS. Su número de miembros creció mucho en los primeros meses del conflicto. Sin embargo, su dirección era débil debido a la ausencia de sus líderes. Manuel Hedilla asumió la dirección y el partido apoyó a Franco.

La Unificación de partidos

Franco se dio cuenta de la importancia de crear un partido político único. La llegada de Serrano impulsó este proyecto. El 11 de abril de 1937, Franco le encargó oficialmente la formación de un nuevo partido.

Aprovechando los conflictos internos en FE de las JONS, Franco impuso por decreto el 19 de abril la unificación de Falange con la Comunión Tradicionalista. Los demás partidos fueron disueltos. Franco fue nombrado Jefe Nacional de la nueva Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista.

Esto le dio a Franco un poder sin precedentes en España. Era una solución militar, que unía organizaciones con ideas muy diferentes en una sola fuerza política. El nuevo partido estaba dominado por Franco desde el principio. La medida fue aceptada por casi todos.

Los estatutos del nuevo partido, redactados por Serrano, permitían a Franco elegir a su sucesor. Se distinguían tres tipos de miembros: los militantes (afiliados a los partidos originales), los militares (todos los miembros de las Fuerzas Armadas) y los adheridos (quienes se afiliaran en el futuro).

Archivo:Flag of Traditionalist Requetes

El 1 de octubre, aniversario de la toma de poder de Franco, fue proclamado Fiesta Nacional del Caudillo. El 19 de octubre se publicó el Decreto por el que Franco designaba a los 48 miembros del Consejo Nacional de FET, que se reunió el 2 de diciembre. Este órgano tenía una función consultiva.

Política exterior: Relaciones con otros países

Cuando Franco llegó al poder, no tenía mucha experiencia en relaciones internacionales. El 6 de octubre, recibió la felicitación verbal del gobierno alemán. Hitler evitó una respuesta por escrito, esperando que las tropas de Franco conquistaran Madrid.

Aunque existía una Secretaría de Relaciones Exteriores, Franco siempre mantuvo el papel principal en este ámbito.

El 16 de octubre de 1936, Franco expresó a los agentes alemanes su deseo de que Alemania reconociera a sus instituciones como las legítimas de España. Necesitaba tanto el reconocimiento internacional como los suministros militares para ganar.

Archivo:Presidente Jorge Ubico Castañeda
El general Ubico, líder de Guatemala, fue el primero en reconocer al gobierno de Franco.

Portugal no retiró su embajada ante el gobierno, pero suspendió sus relaciones con la República el 23 de octubre. Miles de voluntarios portugueses lucharon con las fuerzas de Franco.

Primeros reconocimientos diplomáticos

Guatemala y El Salvador fueron los primeros países en reconocer a Franco como gobernante legítimo de España. Poco después, el 18 de noviembre de 1936, Alemania e Italia también lo reconocieron. Diez días después, Franco firmó un tratado secreto de amistad y ayuda mutua con Italia.

El líder alemán nombró embajador a un general. Alemania estaba interesada en los minerales estratégicos españoles. En enero de 1937, se firmó un contrato para enviar a Alemania una gran parte de la producción de Ríotinto.

El fracaso de la ofensiva sobre Madrid hizo que la moral bajara y aumentó la necesidad de más ayuda militar de Italia y Alemania. Franco tuvo que aceptar la ayuda extranjera, aunque las condiciones pudieran parecer difíciles. La relación con Alemania fue más complicada porque sus asesores tendían a intervenir en asuntos internos.

Durante 1937, el gobierno de Franco también fue reconocido por Honduras, Nicaragua, Albania y Yugoslavia, mejorando su posición internacional. Además, Portugal y el Reino Unido nombraron representantes de alto nivel. El Estado de Franco también abrió consulados en varias ciudades.

Acuerdos económicos con aliados

A diferencia del gobierno republicano, Franco consiguió la mayor parte de la ayuda militar a crédito. La deuda con Italia se pagó en un plazo de treinta años. Sin embargo, Alemania exigió el pago en dinero y materias primas, especialmente concesiones mineras.

Archivo:Bilboko portuaren bonbardaketa
La toma de Bilbao permitió exportar hierro al Reino Unido.

En marzo de 1937, Franco firmó un acuerdo secreto con Alemania similar al de Italia. Este acuerdo buscaba intensificar las relaciones comerciales. Sin embargo, después de la toma de Vizcaya, gran parte del hierro se exportó al Reino Unido a cambio de dinero.

En junio de 1937, la deuda con Alemania ya era muy alta, y Hitler quería el mineral de hierro español. En julio, los alemanes consiguieron algunas ventajas económicas. Se firmaron acuerdos para el intercambio de materias primas, alimentos y productos manufacturados.

Las tomas de Bilbao y Santander permitieron a la España de Franco exportar hierro al Reino Unido, diversificando sus relaciones comerciales. La producción de este mineral fue más eficiente bajo el control de Franco.

Relaciones con la Iglesia

Primeros acercamientos

Archivo:Goma y Thomas
El cardenal Gomá fue el interlocutor de Franco en la Iglesia.

Aunque el inicio del conflicto no fue religioso, la persecución contra la Iglesia en la zona republicana hizo que el apoyo religioso a las fuerzas de Franco creciera mucho. Franco, aunque católico, actuó con cautela porque no toda la jerarquía religiosa apoyaba al nuevo régimen.

La primera vez que el nuevo Estado se definió como católico fue cuando se instituyó el "plato único" en octubre de 1936. En diciembre, se oficializó la presencia de capellanes militares en el ejército.

La presencia de agentes italianos y alemanes preocupó a los católicos, que conocían la hostilidad de Hitler hacia la Iglesia. Franco encargó las relaciones con la Iglesia al sector tradicionalista.

El principal interlocutor de Franco en la Iglesia fue el cardenal Gomá, arzobispo de Toledo. Gomá accedió a algunas peticiones del gobierno, pero también protestó por ciertas acciones. En noviembre de 1936, Gomá publicó una carta en la que presentaba el conflicto como una guerra de principios y civilizaciones.

Las relaciones con la Santa Sede fueron complicadas. El Papa Pío XI no quería comprometerse oficialmente con un régimen que también era acusado de acciones severas. La visita de Gomá a Roma ayudó a mejorar la situación.

Representación oficial

Archivo:Pie XI 6 février 1939
Pío XI no se dio prisa en reconocer al gobierno de Franco.

En diciembre de 1936, Gomá regresó como "representante confidencial y oficioso" del Vaticano. El 29 de diciembre, Franco y Gomá firmaron un acuerdo en el que Franco prometía libertad a la Iglesia para sus actividades. Sin embargo, esto no significaba un reconocimiento oficial ni la ruptura de relaciones de la Santa Sede con el gobierno republicano.

La mayoría del clero español apoyó la causa de Franco, considerando la guerra como "santa". La asistencia a las iglesias aumentó.

En enero de 1937, se ordenó que todas las aulas de las escuelas primarias tuvieran una imagen de la Virgen, y las de secundaria y universitarias, un crucifijo. Sin embargo, algunas leyes de la República que la Iglesia rechazaba no fueron eliminadas en este período.

La participación de muchos católicos vascos en el bando republicano generó debates. El bombardeo de Guernica también influyó en estas posturas. El Vaticano intentó que las fuerzas de Franco firmaran una paz separada con los nacionalistas vascos, pero fracasó porque estos exigían mantener su autonomía regional.

Archivo:Pacelli en Lieux
El secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pacelli, fue receptivo a las explicaciones del primado Gomá.

La publicación de la encíclica Mit brennender Sorge en marzo de 1937, donde el Papa criticaba el racismo, causó un nuevo incidente. La prensa controlada por Franco no publicó la carta papal.

Durante 1937, el Estado de Franco dio pasos importantes para normalizar las relaciones con la Iglesia: se declaró festivo el Corpus Christi y se restableció a Santiago como patrón de España. La petición de Franco de mayor compromiso de la Iglesia llevó a la Carta Colectiva del Episcopado Español el 1 de julio, donde los obispos apoyaron la causa de Franco.

Delegado apostólico

Después de la desaparición del gobierno vasco, la Santa Sede reconoció oficialmente a las autoridades de Franco como gobierno de España el 28 de agosto de 1937. Sin embargo, no envió un nuncio, sino un delegado apostólico, lo que molestó a los líderes de Franco.

Falange siempre se había declarado católica. Los estatutos de la nueva FET y de las JONS tenían un contenido católico. El nuevo régimen adoptó una política cultural tradicionalista.

Preocupado por el crecimiento de los falangistas, Gomá convocó una reunión de obispos en noviembre de 1937. Los obispos mostraron su preocupación por ciertas ideas y decidieron difundir el contenido de la encíclica Mit brennender Sorge. También pidieron ayuda económica al Estado para la Iglesia y la derogación de leyes republicanas contrarias a la doctrina católica.

Hacienda y finanzas: ¿Cómo se gestionaba la economía?

Los expertos del nuevo gobierno tuvieron que superar grandes dificultades para crear una estructura económica que permitiera comprar material de guerra y conseguir préstamos internacionales. Las medidas económicas ayudaron a mantener estables los precios.

Archivo:1937 BandoNacional billete1peseta Burgos escudomonarquia
Billete de una peseta impreso en Milán en 1937. Uno de los que sustituyeron a los viejos billetes estampillados.

En noviembre de 1936, las autoridades comenzaron a marcar todo el dinero en circulación para diferenciarlo del de la otra zona. Al mismo tiempo, se prohibió la moneda de la zona republicana. En marzo de 1937, los billetes antiguos fueron reemplazados por otros nuevos. La confianza internacional en la moneda fue clave para la victoria.

La economía de la zona de Franco se benefició del mantenimiento del orden y de la cooperación de los empresarios. Su moneda tenía más valor internacionalmente que la de la zona republicana. Los bancos centrales eran las sucursales del Banco de España en Burgos y Sevilla. En octubre de 1936, se estableció un control de precios.

Algunos empresarios importantes, como Francisco Cambó y Juan March, ayudaron con dinero y contactos. Los ahorradores volvieron a confiar en los bancos, lo que aumentó los depósitos y beneficios.

Sin embargo, hubo una escasez constante de monedas de plata, lo que dificultó las transacciones diarias. Las donaciones fueron una fuente importante de recursos, a menudo estimuladas con medidas que buscaban la colaboración de la población. Las propiedades de organizaciones enemigas también fueron una fuente de ingresos.

Archivo:Subdelegación Gobierno Burgos Frontal
La sucursal del Banco de España en Burgos actuó como banco central de los rebeldes.

En noviembre de 1936, se creó un Comité de Moneda Extranjera para controlar las divisas de otros países. Todas las exportaciones se cobraban en monedas extranjeras fuertes. Las exportaciones ayudaron a pagar el esfuerzo de guerra.

Aunque las conquistas territoriales aumentaron, en diciembre de 1936 la zona de Franco producía menos de la mitad de los impuestos previos a la guerra. Se cobraban impuestos sobre el lujo y sobre las rentas altas. Las deudas con personas de la otra zona fueron declaradas nulas. También se instituyó un "día del plato único" en el que los clientes de los restaurantes pagaban más por un plato, lo que se convirtió en otro impuesto.

La ayuda financiera extranjera fue muy importante para las fuerzas de Franco. En general, el esfuerzo económico recayó más en la población urbana, mientras que la rural recibió un trato más favorable.

Agricultura, ganadería y pesca: Abastecimiento y producción

La comida no faltaba en la zona de Franco. Se controlaban las grandes regiones productoras de trigo y se estimuló la producción. En lugar de confiscar, se incentivó a los productores. Se devolvieron las tierras a sus antiguos dueños, pero se retrasaban las devoluciones si los nuevos propietarios producían eficazmente.

Archivo:Al pie del cañon
La buena alimentación de las tropas rebeldes mantuvo su combatividad a alto nivel. Al pie del cañón, de Ferrer-Dalmau

Para mejorar la situación de los campesinos, se ofrecieron incentivos a los cultivadores de trigo. Se mantuvieron precios mínimos y se concedieron créditos. En agosto de 1937, se creó el Servicio Nacional del Trigo (SNT), un organismo que buscaba la primacía del campo sobre la ciudad. El SNT logró un gran aumento de la producción.

Las sardinas fueron otro alimento básico. Se enlataban y llegaban al frente, proporcionando a los soldados más calorías que la carne. La industria conservera de Vigo ayudó a abastecer la zona de Franco y también pudo exportar.

A pesar de la ideología centralista, la política de precios para el ganado variaba según las provincias. Sin embargo, el sistema funcionó mejor que el de sus oponentes.

El Ejército se convirtió en un gran demandante de carne, y los ganaderos aceptaban el pago en pesetas. En enero de 1937, las Federaciones Agrarias Católicas firmaron un acuerdo que les dio un monopolio en el suministro al frente norte.

La cría de caballos para el Ejército fue incentivada. Los veterinarios controlaban la propiedad y elaboraban estadísticas de animales. Se protegía a las hembras en edad fértil para aumentar la producción. También se luchó eficazmente contra las enfermedades infecciosas. Las mulas fueron muy importantes para el transporte militar.

Industria: Producción y desafíos

El esfuerzo industrial de Andalucía fue imitado en el resto de la zona de Franco. Las Islas Baleares crearon muchas empresas y suministraron calzado. El número de trabajadores industriales se duplicó durante la guerra. Zaragoza también fabricó zapatos y ropa, principalmente para el Ejército.

Hubo escasez de ropa, especialmente de mantas e impermeables, porque la mayoría de las industrias textiles estaban en la zona republicana. Sin embargo, el esfuerzo de las fuerzas de Franco logró reducir la superioridad industrial inicial de sus oponentes.

Después de la conquista de Bilbao, se creó en junio de 1937 la Comisión Militar de Incorporación y Movilización Industrial. Esta comisión se encargó de normalizar las actividades industriales en los territorios ocupados. La productividad de las industrias siderúrgicas en el norte creció notablemente, aunque los salarios se mantuvieron estables. La producción de cobre también se cuadruplicó.

Transportes y comunicaciones: Conectando el territorio

Muchos trabajadores ferroviarios especializados se fueron a la zona republicana. El personal ferroviario fue militarizado, y esta situación se mantuvo durante todo el conflicto. Los trenes tenían prioridad, y sus gestores superaron los problemas de maquinaria y el aumento de los costos de la mano de obra cualificada. El sistema fue gestionado eficazmente.

Archivo:1937 Ford Model 79 Truck
Los franquistas prefirieron los camiones estadounidenses —similares a este Ford— antes que los alemanes o italianos.

Aunque las carreteras eran deficientes, los autobuses y camiones eran más rápidos y flexibles que el ferrocarril. Complementaban a los trenes en el transporte al frente, especialmente para las mulas. Las fuerzas de Franco prefirieron vehículos estadounidenses, adquiriendo unos doce mil camiones Ford, Studebaker y General Motors.

La excesiva incautación de vehículos para el Ejército causó problemas en el transporte en algunas zonas. Las autoridades compensaron a los propietarios o compartieron el uso de los automóviles. Los vehículos eran devueltos a sus dueños cuando el Ejército dejaba de usarlos.

Dado que pocas personas tenían teléfono, el correo postal fue muy importante. La organización de correo de las fuerzas de Franco fue superior. Los envíos, que a menudo incluían alimentos, llegaban a su destino de forma segura. Esto mostraba que la alimentación era adecuada y los funcionarios no necesitaban tomar cosas para subsistir.

En enero de 1937, las fuerzas de Franco crearon Radio Nacional de España para tener una emisora que pudiera competir con las del bando opuesto. Su función de difusión de información fue importante desde el principio. Pronto se dirigió también al público más joven con programas infantiles para transmitir los valores patrióticos del Nuevo Estado.

Trabajo: Empleo y condiciones laborales

Antes del conflicto, la mayoría de los trabajadores tenían un carné sindical. Aunque hubo medidas severas contra los sindicatos de izquierda, las fuerzas de Franco no podían detener a todos los sindicalistas porque necesitaban mano de obra. La productividad fue mayor en la zona de Franco.

A principios de 1937, la escasez de mano de obra cualificada debido al conflicto hizo que la productividad disminuyera y los salarios aumentaran. Las autoridades tuvieron que tomar medidas para que los empresarios no subieran los sueldos en una competencia por los pocos trabajadores disponibles. El desempleo desapareció.

Para enfrentar la falta de mano de obra, también se recurrió a las mujeres y a las horas extraordinarias. Sin embargo, los puestos de trabajo se reservaban preferentemente a los hombres, y dentro de ellos, a los veteranos. Se animaba a las mujeres a confeccionar ropa para los soldados, y muchas respondieron al llamado.

La inspección de trabajo siguió imponiendo multas a las empresas por infracciones relacionadas con las malas condiciones laborales.

Salud: Desafíos y mejoras

Las autoridades intentaron mejorar la higiene de las viviendas alquiladas, pero encontraron resistencia. Los médicos actuaban como inspectores, pero temían perder clientes si imponían sanciones. Así, la lucha por mejorar las viviendas fracasó, y muchas casas seguían siendo insalubres.

En estas condiciones, proliferaron enfermedades como el paludismo, la tuberculosis y las fiebres tifoideas. Sin embargo, el Ejército evitó las epidemias que afectaron al Ejército Popular de la República gracias a las campañas de vacunación y un mayor acceso a jabón y medicamentos básicos.

Los hospitales de las fuerzas de Franco tuvieron buena reputación. Los soldados podían recibir comida caliente y descansar, atendidos por enfermeras, muchas de ellas de familias "respetables".

La oposición: Desafíos internos

Archivo:Manuel Fal Conde
El líder tradicionalista Fal Conde fue exiliado por Franco y más tarde rehusó formar parte del Consejo Nacional del Partido Único.

La principal oposición al nuevo gobierno era el bando contrario en la guerra. Sin embargo, dentro de las propias fuerzas de Franco, existía una oposición tolerada. Los monárquicos eran una minoría y estaban divididos. Los requetés carlistas eran una fuerza importante en el combate.

En diciembre de 1936, los carlistas crearon una Academia Militar de Requetés para instruir a sus oficiales. Franco se molestó y ordenó al líder carlista, Manuel Fal Conde, que eligiera entre el exilio o un juicio militar. Finalmente, Fal Conde se exilió en Portugal. En diciembre de 1937, Franco aprobó un decreto que militarizaba todas las milicias políticas, fortaleciendo su poder.

Después de la unificación, Franco no nombró a Manuel Hedilla secretario general del Partido Único, sino que le propuso ser un miembro más. Hedilla se negó, y Franco lo consideró un acto de indisciplina, lo que llevó a su detención. Aunque fue condenado, Franco le conmutó la pena.

La Unificación significó el fin de la CEDA. Su líder, José María Gil-Robles, había sido apartado.

Medidas de control y orden

La justicia militar

Las medidas de control de los primeros meses continuaron después de la llegada de Franco al poder. A partir de marzo de 1937, se logró una cierta centralización de los poderes policiales y judiciales. Las autoridades militares locales continuaron dirigiendo las acciones de control.

La principal acusación contra los oponentes era la de "rebelión militar", aunque quienes se habían levantado en julio de 1936 contra el gobierno habían sido los militares. Esta situación fue llamada "justicia al revés" por algunos.

El comandante Lorenzo Martínez Fuset fue el principal colaborador de Franco en asuntos jurídicos. La toma de Málaga por Gonzalo Queipo de Llano llevó a protestas de los aliados italianos, lo que impulsó a Franco a aumentar la centralización.

El invierno de 1936-1937 vio cómo se completaba el proceso de institucionalización del control a través de la justicia militar. Esto no significó que dejaran de existir acciones sin juicio, pero la norma fue la aplicación de la justicia militar.

El sistema judicial era rápido. Cada grupo del Ejército tenía una Auditoría de Guerra. Un juez instructor, siempre un oficial, realizaba una investigación rápida. Luego, el caso pasaba a un consejo de guerra compuesto por cinco oficiales. El acusado tenía un abogado defensor, que también era militar.

Cuando Bilbao fue tomada en junio de 1937, Franco evitó la repetición de situaciones anteriores, prohibiendo la entrada de grandes unidades militares en la ciudad. La purga buscó acabar con los sentimientos nacionalistas de los vascos. El vascuence dejó de tener reconocimiento oficial.

Mayor fue el control después de la conquista de Asturias en octubre. Esto llevó a un mayor número de sentencias. Algunos combatientes se refugiaron en los montes, dando origen a los primeros maquis.

Hubo algunos intentos de moderar las medidas de control. El líder falangista Manuel Hedilla dio instrucciones para reducir las acciones contra los militantes de izquierda que no tuvieran cargos de responsabilidad. Algunos visitantes extranjeros también se sorprendieron por la dureza de las acciones.

El doctor Junod, de la Cruz Roja, realizó gestiones valiosas, y se lograron pequeños acuerdos de liberación e intercambio de personas no combatientes.

La centralización resultó en una modesta relajación de la intensidad de las medidas de control. Las acciones sin juicio fueron reemplazadas por consejos de guerra. Franco revisaba personalmente todas las sentencias de pena capital.

Las prisiones

El número de personas encarceladas fue considerable. Después de la conquista de Asturias, las principales cárceles llegaron a albergar a unos 6000 reclusos. Las condiciones de los encarcelados eran difíciles.

En mayo de 1937, se creó el programa de redención de penas por el trabajo, aunque no entró en vigor hasta 1939. Este programa permitía a los condenados contribuir con su trabajo, reducir el tiempo de sus condenas y ayudar a sus familias.

Los lugares de clasificación de prisioneros

Archivo:Campo Concentracion Miranda Croquis
Plano del campo de concentración de Miranda de Ebro, uno de los creados en 1937 para clasificar a los prisioneros de guerra.

En la primavera de 1937, debido al gran número de prisioneros capturados en el norte, se crearon lugares de clasificación de prisioneros. Su misión era clasificar a los prisioneros de guerra: los leales serían liberados bajo vigilancia; los oficiales y los hostiles serían transferidos a la jurisdicción militar; el resto serían retenidos. De esta forma, cumplieron una triple función: proporcionaron nuevas tropas al Ejército de Franco, ayudaron a identificar a los "criminales" y ofrecieron mano de obra.

Responsabilidades económicas

El Decreto 108, de septiembre de 1936, inició la exigencia de compensaciones económicas a los oponentes. Las organizaciones y líderes del Frente Popular debían responder económicamente por los daños causados. Para ello, se ordenó la confiscación de sus bienes.

Un decreto ley de enero de 1937 fue el primer intento de institucionalizar este resarcimiento económico. Creó una comisión central para inventariar y administrar los bienes incautados. También se crearon comisiones provinciales para los bienes de particulares.

La revisión de funcionarios

Ya en los primeros meses del conflicto se habían realizado revisiones de personal. El Decreto 108 mencionaba la necesidad de destituir a funcionarios por sus "actuaciones antipatrióticas". La centralización de Franco cambió esta forma de actuar.

El primer grupo en sufrir las consecuencias fue el personal docente, al que se le atribuía una influencia negativa en la difusión de ideas "antiespañolas". El Decreto 66, de noviembre de 1936, reguló este tema. La Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado se encargó de la revisión.

El sector diplomático también fue objeto de una revisión interna. En enero de 1937, se creó el Cuerpo Diplomático de Franco.

Un decreto ley de diciembre de 1936 reguló la revisión de los funcionarios. Muchos sospechosos de simpatizar con el otro bando perdieron su puesto de trabajo.

La persecución de la Masonería

Archivo:Templo Masónico 12
Las logias fueron registradas para identificar a los masones.

Los masones fueron objeto de una doble persecución: por las autoridades civiles y militares, y por la Iglesia católica. Franco creía que la Masonería había influido negativamente en la historia de España. Sus bienes fueron confiscados. En enero de 1937, Franco ordenó la expulsión de todos los masones del Ejército.

Muchos de los que habían evitado ser detenidos fueron arrestados en 1937 gracias a la incautación de los archivos de las logias. En junio de ese año, se creó la Oficina de Recuperación de Documentos para recuperar toda la información relacionada con la masonería.

Resultados de las medidas de control

Las medidas de control resultaron muy eficaces. No hubo ninguna rebelión en la retaguardia durante todo el período, lo que fue decisivo para la victoria. Las fuerzas de Franco apenas sufrieron los efectos de una actividad guerrillera significativa.

Además, durante el conflicto se acumularon datos sobre las personas sospechosas de realizar actividades criminales en la zona contraria. En febrero de 1938, se disponía de informes sobre más de medio millón de personas.

Primeros grupos de resistencia

Hubo algunas acciones de resistencia en la zona de Franco, pero estos grupos no eran parte de un plan del mando republicano, sino el resultado de la huida de partidarios del gobierno que se vieron atrapados en la zona de Franco. Estas situaciones se dieron en Galicia y en la sierra de Gredos, por ejemplo.

Desde enero de 1937, hubo personas ocultas o restos de unidades militares en Sierra Blanca, Sierra Bermeja y la Sierra de Ronda, en la provincia de Málaga. Después de la caída de la capital, mucha gente decidió esconderse en el monte.

A finales de 1937, la Guardia Civil calculaba que había unos 18.000 "bandoleros" en las montañas de Asturias y la provincia de Santander. Esto obligó a Franco a mantener un número significativo de unidades en la zona.

La creación del primer Gobierno formal

Archivo:Palacio de la Isla Burgos 1
El palacio de los condes de Muguiro albergó el cuartel general de Franco una vez que se instaló en Burgos.

Después del traslado a Burgos, Serrano Suñer continuó trabajando en sus planes para dar una estructura más formal al gobierno. Redactó la Ley de la Administración Central del Estado, que fue aprobada el 30 de enero de 1938.

Esta ley dio paso a un gobierno con once ministerios, que reemplazó a la administración anterior, dispersa y menos eficaz. La ley explicaba que las instituciones anteriores habían sido creadas para la guerra y que era necesario un cambio hacia una división ordenada del trabajo.

La composición de este primer gobierno fue el primer ejercicio político de Franco, quien se aseguró de que todas las tendencias estuvieran representadas y ninguna fuera dominante. El último presidente de la Junta Técnica, Jordana, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del gobierno. Serrano finalmente obtuvo un cargo político como ministro de la Gobernación.

Valoraciones: ¿Qué opinan los historiadores?

Esta primera estructura de gobierno establecida por Franco ha sido valorada de diferentes maneras por los historiadores. Para el historiador español Javier Tusell, el régimen era esencialmente militar. Franco, como jefe del Estado, era la máxima autoridad.

Archivo:Gabrieljackson
Gabriel Jackson resaltó la capacidad de los administradores franquistas.

Según el historiador neoyorquino Gabriel Jackson, "los líderes de Franco demostraron ser administradores muy capaces y astutos negociadores en todo lo relacionado con la posición comercial de España". Él cree que Franco resistió los intentos de Alemania de obtener concesiones mineras, lo que garantizó su independencia económica.

El hispanista texano Stanley G. Payne considera que el gobierno de Franco no habría tenido éxito sin un amplio apoyo popular, que fue mayoritario en la zona controlada por Franco al principio. No solo los monárquicos de clase alta, sino también muchas personas de clase media y pequeños propietarios rurales que se sentían amenazados, lo apoyaron. Además, destaca su capacidad para mantener la unidad política y su habilidad en las relaciones con Alemania e Italia, de quienes obtuvo los suministros necesarios sin comprometer demasiado su independencia.

El historiador pensilvano Michael Seidman sostiene que la ayuda extranjera fue importante para la victoria de Franco, pero no tan decisiva como otros historiadores señalan. Atribuye el éxito de las fuerzas de Franco a su buena organización y a su capacidad para alimentar adecuadamente a los combatientes y a la población.

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