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Decreto de Unificación para niños

Enciclopedia para niños

El Decreto de Unificación fue una ley muy importante que se creó en España el 20 de abril de 1937, durante la guerra civil española. Fue una decisión del general Francisco Franco en Salamanca. Con este decreto, dos grupos políticos que lo apoyaban, Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista y la Comunión Tradicionalista (los carlistas), se unieron para formar un solo partido. Este nuevo partido se llamó Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).

Después de este decreto, los demás partidos políticos que existían en la zona controlada por Franco fueron eliminados. Antes de que se anunciara esta ley, hubo algunos problemas y tensiones en Salamanca entre los diferentes grupos que apoyaban a Franco, lo que mostró que había una lucha por el poder entre ellos.

Datos para niños
Decreto de Unificación
Bandera FE JONS.svg Flag of Traditionalist Requetes.svg
Bandera falangista y de los requetés carlistas.
Hecho por Francisco Franco
Historia
Promulgación 20 de abril de 1937
Legislación relacionada
Derogada por Real Decreto-ley 23/1977, de 1 de abril, sobre reestructuración de los órganos dependientes del Consejo Nacional y nuevo régimen jurídico de las Asociaciones, funcionarios y patrimonio del Movimiento.
Legislación derogada

¿Por qué se creó el Decreto de Unificación?

Después de que se formara la Junta Técnica del Estado en octubre de 1936, Franco quería tener más control. Tras el intento fallido de tomar Madrid entre noviembre de 1936 y marzo de 1937, se vio la necesidad de que los grupos políticos que apoyaban a Franco estuvieran más unidos.

Franco quería crear un solo partido. Este partido se formaría uniendo a los dos grupos que más habían crecido desde el inicio de la guerra y que habían aportado más soldados: los carlistas y los falangistas. Otros grupos políticos que apoyaban el golpe, como los monárquicos o los católicos de la CEDA, tenían menos influencia porque no aportaban tantos combatientes.

En octubre de 1936, había unos 36.000 falangistas y unos 22.000 carlistas luchando. Otros grupos, como los monárquicos, aportaban unos 6.000 soldados.

Archivo:El General Millán-Astray y dos nacionales
José Millán-Astray, fundador de la Legión Española, junto a un falangista y un carlista antes del Decreto de Unificación.

Los líderes de los grupos políticos

Tanto los falangistas como los carlistas tenían sus propias ideas sobre cómo debía ser el nuevo Estado.

El líder de Falange Española de las JONS, José Antonio Primo de Rivera, estaba en la cárcel. Para reemplazarlo, se creó una Junta de Mando Provisional en septiembre de 1936, dirigida por Manuel Hedilla. Hedilla no tenía el mismo prestigio que Primo de Rivera y sus relaciones con el círculo cercano a Franco no eran buenas. La Junta se mudó a Salamanca para estar cerca del Cuartel General de Franco.

La noticia de la muerte de José Antonio Primo de Rivera, que había sido ejecutado, se mantuvo en secreto en la zona de Franco. Franco usó la figura de Primo de Rivera como un símbolo para mantener el liderazgo del partido vacío y así controlar a Falange.

Por otro lado, el líder de la Comunión Tradicionalista carlista, Manuel Fal Conde, intentó que su organización y sus soldados, los requetés, fueran independientes. Pero Franco le dio un ultimátum: o se sometía a un juicio o se iba de España. Fal Conde eligió irse a Portugal y no regresó hasta después de la unificación. Poco después, en diciembre de 1936, Franco ordenó que las milicias carlistas y falangistas pasaran a formar parte del ejército.

Intentos de acuerdo entre falangistas y carlistas

En la primavera de 1937, Franco y su asesor político, Ramón Serrano Suñer, estaban preocupados por las tensiones entre los diferentes grupos que los apoyaban. La salida de Fal Conde a Portugal había molestado a muchos carlistas.

Aunque se había pensado en unir a todos los movimientos políticos, era difícil lograrlo. Hedilla, el líder falangista, puso condiciones para una unión voluntaria, temiendo que Franco impusiera la unificación. Él quería que Falange mantuviera una posición importante en el nuevo partido. Algunos líderes falangistas vieron esto como una traición a los principios originales del movimiento.

Franco creía que para evitar problemas en España después de la guerra, era necesario crear un gobierno fuerte. Esto solo se podía lograr uniendo a todas las fuerzas en un solo ideal nacional. Él pensaba que la gente se estaba uniendo a Falange o a los Requetés, y que esto podría crear nuevas divisiones entre grupos, lo cual quería evitar.

Así, desde el Cuartel General de Franco en Salamanca, Serrano Suñer intentó que la Comunión Tradicionalista y Falange Española de las JONS se unieran. Pero tenían muchas diferencias en sus ideas. Además, había un punto clave que no se podía negociar: Franco sería el líder del partido único. Esto significaba que ambos grupos tendrían que aceptar que la nueva organización política estaría bajo el control personal de Franco. Para apoyar esta idea, se usó el lema "una Patria, un Estado, un Caudillo", similar a un lema alemán de la época.

La idea de una unión voluntaria buscaba proteger la autonomía de ambos grupos. Pensaban ofrecerle a Franco un liderazgo más simbólico, manteniendo ellos el control real. Sin embargo, los falangistas veían la unión como una absorción, es decir, que los carlistas se integrarían en Falange a cambio de algunas cosas, como la aceptación de una monarquía católica.

Las conversaciones entre falangistas y carlistas comenzaron en Lisboa en febrero de 1937. No llegaron a un acuerdo sobre quién sería el líder del movimiento unificado. Solo acordaron no permitir la intervención de terceros, oponerse a un gobierno civil que no incluyera a ambos movimientos, y no hacer alianzas con otros grupos.

Las negociaciones continuaron en Salamanca. Los falangistas insistieron en que los carlistas se integraran en Falange. Hedilla también habló con Franco y su círculo, buscando una unificación que fuera favorable a Falange.

Todo esto causó tensiones dentro de ambos partidos. En el lado carlista, había diferencias entre los que estaban más dispuestos a la unión y los más estrictos. En el lado falangista, había un grupo que apoyaba a Hedilla y aceptaba la unificación si Falange predominaba, y otro grupo que se oponía a perder su identidad. Estas tensiones llevaron a enfrentamientos entre falangistas en Salamanca en abril de 1937, donde murieron varias personas. Franco aprovechó esta situación para imponer su propia unificación.

El Decreto de Unificación de abril de 1937

Archivo:Unificacion
Dibujo publicado en la revista infantil Flechas y Pelayos en mayo de 1937, mostrando la unificación.

Finalmente, el Cuartel General de Franco decidió actuar. El 18 de abril, el mismo día en que los falangistas que no querían la unión eligieron a Manuel Hedilla como su líder, Franco anunció que al día siguiente se publicaría el Decreto de Unificación. Este decreto uniría a Falange Española y la Comunión Tradicionalista bajo su mando directo como jefe nacional.

Franco no le informó a Hedilla. Una semana después, lo detuvo junto con otros falangistas que no estaban de acuerdo, porque Hedilla se negó a unirse a la Junta Política del nuevo partido y les dijo a sus jefes provinciales que solo obedecieran sus órdenes. A Fal Conde y otros carlistas, Franco los mantuvo alejados del poder.

La mayoría de los altos mandos militares y los miembros de los grupos políticos aceptaron el decreto. Renovación Española se disolvió, y José María Gil-Robles (líder de la CEDA) dio instrucciones para que su partido aceptara el decreto, aunque su posición política no mejoró.

El decreto que creó el partido único Falange Española Tradicionalista y de las JONS se hizo oficial el 20 de abril. El decreto establecía un partido único, al que llamaba "Movimiento", ponía a Franco al frente y lo veía como el apoyo del Estado.

El decreto decía que Falange Española y los Requetés se unirían bajo el mando de Franco en una sola entidad política llamada Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. Esta organización serviría de puente entre la sociedad y el Estado.

También se creó una Milicia Nacional de FET y de las JONS, que uniría a las milicias de Falange Española y de Requetés. Esta milicia sería un apoyo para el Ejército, y Franco sería su Jefe Supremo.

Los estatutos del partido único, publicados el 4 de agosto, decían que Franco solo sería responsable "ante Dios y ante la Historia".

Para dejar claro quién tenía el poder, Manuel Hedilla fue juzgado y condenado a muerte por "desobediencia" al mando único. Franco lo perdonó, pero Hedilla tuvo que ir a la cárcel hasta 1943 y luego fue desterrado hasta 1947.

El líder carlista Manuel Fal Conde se opuso al decreto, lo que le valió una condena a muerte y lo obligó a seguir exiliado en Portugal. Aunque Franco le ofreció un puesto en el Consejo Nacional del Movimiento, Fal Conde no aceptó. El conde de Rodezno, líder del carlismo navarro, que había colaborado en la unificación, fue nombrado ministro de Justicia en el primer gobierno de Franco en enero de 1938.

¿Qué pasó después del Decreto?

Archivo:Enfermeras Asistencia Social Falange Zaragoza 1938
Celebración del primer aniversario de la Unificación en Zaragoza, 19 de abril de 1938: enfermeras de Asistencia Social, integradas en FET de las JONS, saludan brazo en alto.

En octubre de 1937, Franco nombró a los 50 miembros del Consejo Nacional de FET y de las JONS. La mitad eran falangistas, una cuarta parte carlistas, y también había monárquicos y militares. Este Consejo Nacional era solo un órgano de consulta.

El partido FET y de las JONS se dedicaba principalmente a la propaganda. Aunque parecía una estructura grande, en realidad era más bien una oficina para conseguir empleos o favores personales.

Sin embargo, muchos líderes de Falange ocuparon puestos importantes en el gobierno y en el partido. El nuevo secretario del partido único, nombrado en diciembre de 1937, fue Raimundo Fernández Cuesta, un importante falangista. Las principales secciones del nuevo partido también fueron dirigidas por falangistas, como la Sección Femenina por Pilar Primo de Rivera y el Auxilio Social por Mercedes Sanz Bachiller.

El Decreto de Unificación ayudó a calmar las tensiones políticas en la zona de Franco y permitió que se concentraran en las operaciones militares de la guerra.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Unification Decree (Spain, 1937) Facts for Kids

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