Historia de los judíos de Salónica para niños
La historia de los judíos de Tesalónica es un relato fascinante de migraciones, cambios y resiliencia. La ciudad griega de Tesalónica fue hogar de una gran comunidad de judíos sefardíes, especialmente después de su llegada en el siglo XV tras ser expulsados de España. Durante varios siglos, Tesalónica fue la única ciudad grande con una mayoría judía, donde hablaban español y participaban en todos los aspectos de la vida.
La influencia de la comunidad judía de Tesalónica fue muy importante en el mundo sefardí, tanto en la cultura como en la economía. Llegaron a la ciudad en 1492 debido a un decreto que los obligaba a salir de España. Bajo el Imperio otomano en el siglo XVI, la población judía de Tesalónica vivió una época de gran prosperidad. Luego, hubo un período de menor crecimiento hasta mediados del siglo XIX, cuando la comunidad se modernizó. Sin embargo, la historia de los judíos de Tesalónica tuvo un giro muy triste en el siglo XX, cuando la mayoría de sus miembros sufrieron una gran pérdida de vidas.
Contenido
- Historia de los judíos en Tesalónica
- Cultura judía en Tesalónica
- Galería de imágenes
Historia de los judíos en Tesalónica
Orígenes y primeros asentamientos
Se sabe que hubo comunidades judías en Tesalónica desde la Edad Antigua. Por ejemplo, la Primera epístola a los tesalonicenses, escrita por Pablo de Tarso en el siglo I, menciona a los judíos de la ciudad. En el año 1170, Benjamín de Tudela registró una comunidad de 500 personas.
En los siglos siguientes, llegaron judíos de Italia (italiotas) y de Europa Central y Oriental (asquenazíes) que huían de persecuciones. Se unieron a la población judía local, aunque seguían siendo un grupo pequeño. Se establecieron en barrios específicos, pero con la llegada de los sefardíes, la distribución de la población cambió.
Cuando los otomanos tomaron la ciudad en 1430, la comunidad judía era pequeña. Los otomanos solían trasladar poblaciones para repoblar otras áreas de su imperio. Por ejemplo, en el reinado de Mehmed II, después de la Caída de Constantinopla en 1453, parte de la población judía de Tesalónica fue trasladada a Estambul. Esto hizo que, según un censo de 1478, no hubiera habitantes judíos en Tesalónica. Esta política de traslados continuó en el siglo XVI; por ejemplo, en 1523, 150 de las familias judías más ricas de Tesalónica fueron obligadas a mudarse a Rodas.
La llegada de los sefardíes y el crecimiento de la comunidad

A finales del siglo XV y principios del siglo XVI, hubo una ola de persecuciones en Europa que llevó a la expulsión de muchos judíos de sus países. Esto provocó que la comunidad de Tesalónica creciera y se transformara. La expulsión de España comenzó con el Edicto de Granada en 1492, que obligó a toda la población judía a abandonar los territorios de los Reyes Católicos. Estos judíos habían vivido en España desde la Antigüedad o la Edad Media y habían participado en muchos aspectos de la sociedad, como las letras, las ciencias, el comercio y las finanzas. Muchos esperaban regresar y se llevaron las llaves de sus casas.
Tesalónica se convirtió en un lugar de acogida para muchos judíos de España, que llegaron directamente o después de pasar por Portugal o el sur de Italia, regiones que también tuvieron decretos de expulsión. Se calcula que al menos 10,000 personas salieron de Aragón y 50,000 de Castilla. El Imperio otomano aceptó y hasta animó la llegada de estos judíos, ya que los no musulmanes tenían cierta libertad religiosa, a diferencia de lo que ocurría en Occidente. El sultán Beyazid II pudo haber impulsado la repoblación de Tesalónica con refugiados judíos, considerando que sus habilidades serían útiles para el estado.
Los primeros sefardíes llegaron en 1492 desde Mallorca. Eran personas que habían vuelto al judaísmo después de haberse convertido al catolicismo. En 1493, se les unieron judíos de Castilla y Sicilia, y en los años siguientes, de otros lugares como Aragón, Valencia, Calabria, Venecia, Apulia, Provenza y Nápoles. Más tarde, entre 1540 y 1560, llegaron judíos portugueses que huían de persecuciones. También llegaron algunos asquenazíes de Austria, Transilvania y Hungría, a veces trasladados a la fuerza después de conquistas otomanas.
La llegada de los judíos cambió por completo la población de la región. En 1478, la ciudad tenía 2,254 familias; en 1519, ya había 4,073 casas, de las cuales el 56% eran de familias judías. Para 1613, había 7,557 casas y los judíos representaban el 68%. En menos de 8 años después de 1492, se construyeron 7 nuevas sinagogas. Las relaciones entre judíos y cristianos se volvieron tensas, ya que los cristianos se convirtieron en minoría. Para 1880, los cristianos ortodoxos no superaban los 15,000 habitantes de un total de 90,000.
Los cristianos se quejaban de la supuesta influencia de los judíos con la administración otomana, de que pagaban menos impuestos, de la competencia comercial y de las burlas. Este resentimiento a veces llevaba a acciones violentas, especialmente después de epidemias. Los judíos llegaron a ser tan numerosos que dominaban el comercio ambulante, la mercería y el transporte de mercancías. Creían que todos los trabajos eran respetables, como decía un dicho griego adoptado por ellos: "en el trabajo no hay deshonra".
Desde el siglo XVI, Tesalónica se convirtió en la ciudad judía más importante del Mar Mediterráneo, siendo conocida como "la Jerusalén de los Balcanes".
Organización y vida comunitaria
A diferencia de otras partes del Imperio Otomano, en Tesalónica no hubo grandes tensiones entre los sefardíes recién llegados y los judíos que ya vivían allí, porque quedaban muy pocos judíos locales. Sin embargo, los diferentes grupos que llegaron a Tesalónica tenían sus propias costumbres, ritos y formas de interpretar la ley, por lo que fundaron distintas congregaciones (kehalim). Cada grupo cuidaba sus propias prácticas.
Las comunidades se organizaban alrededor de la sinagoga, que funcionaban casi como "repúblicas autónomas". El nombre de la sinagoga a menudo indicaba el origen de los inmigrantes. A veces, había divisiones dentro de las congregaciones, lo que explica la existencia de una sinagoga "Cataluña Antigua" y otra "Cataluña Nueva". La elección de un rabino, entre otras cosas, podía causar una división.
Nombre de la sinagoga | Fecha de construcción | Nombre de la sinagoga | Fecha de construcción | Nombre de la sinagoga | Fecha de construcción |
---|---|---|---|---|---|
Ets Hajaim | siglo I | Apulia | 1502 | Yahia | 1560 |
Ashkenaz o Varnak | 1376 | Lisbon Yashan | 1510 | Sicilia Hadash | 1562 |
Mayorka | 1391 | Talmud Torá Hagadol | 1520 | Beit Aron | 1575 |
Provincia | 1394 | Portugal | 1525 | Italia Hadash | 1582 |
Italia Yashan | 1423 | Evora | 1535 | Mayorka Sheni | Fines del siglo XVI |
Guerush Sfarad | 1492 | Estrug | 1535 | Katallan Hadash | Fines del siglo XVI |
Kastilla | 1492-3 | Lisbon Hadash | 1536 | Italia Sheni | 1606 |
Aragón | 1492-3 | Otranto | 1537 | Shalom | 1606 |
Katallan Yashan | 1492 | Ichmael | 1537 | Har Gavoa | 1663 |
Kalabria Yachan | 1497 | Tcina | 1545 | Mograbis | Siglo XVII |
Sicilia Yashan | 1497 | Nevei Tsedek | 1550 |
Cada congregación tenía su propia administración y se encargaba de recaudar impuestos para las autoridades otomanas. En 1520, se creó una institución llamada Talmud Torá Hagadol para coordinarlas. Este modelo de organización se basaba en las aljamas (comunidades judías) de España. El gobierno de la comunidad estaba a cargo de un consejo ejecutivo, que se ocupaba de impuestos, educación, culto y otros asuntos. Cada congregación tenía una sinagoga con una escuela, un seminario de estudios (yeshivá), una biblioteca, sociedades de caridad y una hermandad funeraria. El rabino de cada congregación podía dictar normas y presidir el tribunal religioso.
La Talmud Torá Hagadol ofrecía educación a los jóvenes, incluyendo un curso preparatorio para las yeshivot. Esta escuela era muy famosa y recibía a cientos de alumnos. Además de estudios judíos, se enseñaban humanidades, medicina, ciencias naturales y astronomía. Las yeshivot de Tesalónica eran visitadas por judíos de todo el Imperio Otomano e incluso de fuera. Muchos alumnos se convirtieron en rabinos en otras comunidades. El éxito de estas instituciones era tal que no había analfabetos entre los judíos de Tesalónica.
Actividades económicas y comercio

La población sefardí se estableció principalmente en grandes ciudades otomanas como Estambul, Tesalónica y Esmirna. A diferencia de otras ciudades, en Tesalónica los negocios estaban controlados principalmente por judíos. Su poder económico era tan grande que el puerto y los comercios no funcionaban los sábados, el día de descanso semanal (shabat) del judaísmo. La actividad económica de Tesalónica se conectaba con el resto del Imperio Otomano, con ciudades como Venecia y Génova, y con todas las comunidades judías del Mediterráneo. Un ejemplo de su influencia fue el boicot al puerto de Ancona en 1566, después de un evento desafortunado.
Los judíos de Tesalónica participaban en todos los sectores económicos, no solo en uno, como ocurría donde eran minoría. Había judíos en todos los niveles sociales, desde porteadores hasta grandes empresarios. Un dato curioso es que Tesalónica tenía muchos pescadores judíos, algo casi único.
Pero el negocio principal de los judíos era la artesanía textil, especialmente el hilado de la lana. Cuando llegaron los sefardíes, ya existía una pequeña industria textil, pero ellos trajeron técnicas avanzadas de España, donde esta artesanía estaba muy desarrollada. También fueron importantes los tejedores judíos expulsados de Sicilia. Alrededor de esta industria, había muchos oficios especializados, y la mayoría de los trabajadores eran judíos.
Dada la importancia de esta industria, la comunidad tomó decisiones que afectaban a todas las congregaciones. Por ejemplo, estaba prohibido exportar lana y añil a lugares cercanos. Los paños, mantas y tapices de Tesalónica se hicieron muy famosos y se vendían por todo el Imperio. Esta actividad llegó a ser tan importante que el sultán decidió vestir a sus tropas con tejidos de lana de Tesalónica, que eran cálidos e impermeables. Se tomaron medidas para asegurar el suministro. Por ejemplo, un decreto de 1576 obligaba a los criadores de ovejas a vender su lana exclusivamente a los artesanos judíos hasta que tuvieran suficiente para las demandas del estado.
Período de declive
Desafíos económicos
El aumento de las tropas, la inflación y la crisis financiera del estado llevaron a un aumento de las demandas del gobierno otomano. Esto, junto con el aumento del precio de la lana, puso a los judíos en una situación difícil. La cantidad de piezas de tela que debían entregar aumentó mucho, lo que llevó a los judíos de Tesalónica a producir telas de menor calidad para reducir sus pérdidas. Un rabino fue llamado a Estambul para explicar esta disminución de calidad y fue condenado, lo que causó gran tristeza en la comunidad. Como resultado, las demandas imperiales se redujeron y la producción se reorganizó.
Estos problemas anunciaban un período difícil para los judíos de Tesalónica. La llegada de inmigrantes de la península ibérica disminuyó, ya que preferían establecerse en ciudades de Europa occidental como Londres o Ámsterdam. Esto hizo que los judíos sefardíes otomanos se distanciaran de Occidente. Como su éxito inicial se basó en la introducción de tecnologías europeas, como la imprenta, se volvieron menos competitivos. Médicos y traductores judíos fueron reemplazados por otros grupos, principalmente griegos y armenios. En los negocios, los cristianos occidentales tomaron la delantera, y Tesalónica perdió su posición privilegiada. Además, los judíos, como otros grupos no musulmanes, sufrieron las consecuencias de las derrotas del Imperio. La ciudad, al estar en rutas militares, fue atacada varias veces. Durante el siglo XVII, muchos judíos de Tesalónica emigraron a Estambul, a Israel y, sobre todo, a Esmirna. La peste y otras epidemias también contribuyeron al declive de la ciudad y su comunidad.
Los productos occidentales, que llegaron masivamente a Oriente a mediados del siglo XIX, afectaron mucho la economía de Tesalónica, especialmente la industria textil judía. La producción disminuyó rápidamente y cesó por completo en 1826.
Cambios religiosos y la llegada de Shabtai Tzvi

El judaísmo en Tesalónica se había enriquecido con las ideas de las migraciones sefardíes. Pero a medida que estas disminuyeron en el siglo XVI, el pensamiento judío se volvió más rutinario. Las yeshivot (escuelas religiosas) seguían funcionando, pero la enseñanza se hizo muy formal. La publicación de obras religiosas continuó, pero sin novedades.
Desde el siglo XV, se había desarrollado una corriente que esperaba la llegada de un salvador (el Mesías) en el mundo sefardí. Esta idea, que encontró un buen ambiente en la difícil situación económica de Tesalónica, se mantuvo gracias al estudio de la Cábala. Se anunciaron fechas para el fin de los tiempos, como 1540, 1548, y luego 1648 y 1666.
En este contexto, apareció un joven rabino de Esmirna, Shabtai Tzvi. Fue expulsado de su ciudad alrededor de 1651 por proclamar ser el Mesías y llegó a Tesalónica, donde rápidamente ganó fama como sabio. La mayoría de sus seguidores eran miembros de la sinagoga Shalom. Después de varios años, causó un nuevo revuelo al pronunciar un nombre sagrado que no debía decirse y presentarse como el Mesías. El consejo rabínico lo expulsó de la ciudad, y Shabtai Tzvi fue a predicar a otras ciudades. Su predicación dividió a la comunidad judía y causó tantos problemas que fue arrestado y llevado ante el sultán. Allí, para demostrar sus poderes, se le pidió que rechazara unas flechas, pero él decidió convertirse al Islam. Esto fue interpretado de diferentes maneras por sus seguidores. Algunos se convirtieron al islam, otros volvieron al judaísmo tradicional, y algunos siguieron sus enseñanzas en secreto.
En Tesalónica, 300 de las familias más ricas decidieron convertirse al islam en 1685. Desde entonces, estas personas, a quienes los turcos llamaron dönme (conversos), formaron un nuevo grupo en Tesalónica. Aunque se convirtieron, no se mezclaron con los turcos, vivían en barrios separados, tenían sus propias mezquitas y conservaban su propia forma de culto en judeoespañol. Durante el siglo XIX, contribuyeron mucho a la difusión de ideas modernas. Luego, como los turcos, se fueron a Estambul cuando los griegos tomaron la ciudad.
Renovación y modernización
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los judíos de Tesalónica vivieron un verdadero renacimiento. La renovación vino de los "frankos", judíos que llegaron de países católicos, especialmente de Livorno, Italia. Esta renovación se dio en un contexto general de apertura de los Balcanes a la modernidad occidental, que trajo nuevas técnicas e ideas al mundo otomano.
Industrialización y cambios sociales
Tesalónica experimentó un importante proceso de industrialización a partir de la década de 1880, convirtiéndose en el centro económico del Imperio Otomano en su fase de declive. Entre 1880 y 1912, el volumen de mercancías que pasaban por su puerto se duplicó. La ciudad también se conectó por ferrocarril con Estambul y con Bosnia y Serbia. Los empresarios que impulsaron este proceso eran en su mayoría judíos, algo único en el mundo otomano. Familias como los Modiano y los Allatini fueron líderes en el empresariado judío. Fundaron muchas fábricas de harina y otros alimentos, y de ladrillos. La industria del tabaco tuvo un gran auge, y Tesalónica se convirtió en el principal centro de producción y venta de cigarrillos. Empresarios judíos también fundaron el Banco de Tesalónica. De los 50 grandes negocios de la época, 38 eran de judíos.
Esta industrialización llevó a la aparición de una importante clase obrera judía, algo inusual en el mundo sefardí, especialmente en la industria del tabaco. Se calcula que unas 10,000 personas formaban parte de esta nueva clase. Los empresarios contrataban a sus trabajadores sin importar su religión o etnia, lo que contribuyó al surgimiento de movimientos obreros que no se basaban en diferencias étnicas.
La Haskalá y la educación
La Haskalá, un movimiento filosófico judío inspirado en la Ilustración europea, llegó al mundo otomano a finales del siglo XIX. Los mismos que impulsaron la renovación económica de Tesalónica también promovieron este nuevo movimiento.
El primer campo de acción de estos "maskilim" (seguidores de la Haskalá), y en primer lugar del empresario Moïse Allatini, fue la educación. En 1856, con ayuda de los Rothschild, fundó la escuela Lippmann, una institución modelo. Aunque esta escuela cerró después de cinco años por la presión de los rabinos, formó a muchos alumnos que continuarían su labor.
En 1862, el doctor Allatini impulsó la fundación de una escuela italiana. Varios intentos de establecer escuelas de la Alianza Israelita Universal (AIU) fracasaron al principio debido a la oposición de los rabinos. Pero la necesidad de centros educativos era tan grande que finalmente tuvieron éxito en 1874, gracias al apoyo de Allatini. La red educativa de la AIU se expandió rápidamente: en 1912, tenía nueve escuelas para niños y niñas, desde preescolar hasta secundaria, mientras que las escuelas rabínicas estaban en declive. Esto llevó a una gran difusión del idioma francés en la comunidad judía de Tesalónica. Estas escuelas ofrecían formación intelectual y manual, preparando a una generación para los cambios del mundo moderno y el mercado laboral industrializado.
Activismo político y social
Para 1904, había una gran producción escrita en judeoespañol. Periódicos como El Avenir y La Época se publicaban en Tesalónica. Se decía que, al ser la población judía más del 60%, tanto cristianos como musulmanes se veían obligados a aprender español.
La llegada de la modernidad también trajo nuevas ideas políticas de Europa occidental. Los judíos participaron activamente en esta agitación. En 1908, la revolución de los Jóvenes Turcos, que tuvo sus bases principales en Tesalónica, proclamó la monarquía constitucional y la igualdad de todos los grupos en el Imperio. Algunos judíos de Tesalónica tuvieron un papel influyente en este movimiento. Pero fue en el ámbito social donde los judíos fueron más activos. A partir de entonces, los movimientos obreros pudieron organizarse y luchar por mejores condiciones de trabajo. En 1909, se formó la Federación Obrera Socialista, liderada por Abraham Benaroya, un judío de Tesalónica. Esta Federación publicaba un periódico en cuatro idiomas: griego, turco, búlgaro y judeoespañol.
También en esa época, se extendió el movimiento internacional conocido como sionismo, que buscaba establecer un hogar para el pueblo judío en Israel. Su auge coincidió con las Guerras de los Balcanes (1912-1913) y estaba relacionado con el rechazo de la población judía a la integración de la ciudad en Grecia, así como con el aumento de la discriminación. En 1919, se fundaron dos asociaciones importantes: la Federación General de los Sionistas de Grecia y el grupo Mizrahi, más religioso.
Tesalónica bajo dominio griego
La ciudad se vuelve griega y el incendio de 1917
En 1912, después de la Primera Guerra de los Balcanes, los griegos tomaron Tesalónica y la incorporaron a su territorio. Este cambio no fue bien recibido por los judíos, quienes temían problemas. Algunos judíos propusieron que la ciudad fuera internacional, pero su idea no prosperó. Al finalizar la Segunda Guerra de los Balcanes en 1913, los judíos sintieron que la helenización de la ciudad traería un declive económico y político, y que la discriminación se haría más evidente.
Un profesor judío escribió en 1913: "Tan pronto como los turcos han abandonado la ciudad, la discriminación ha levantado su fea cabeza con la entrada de los primeros soldados griegos... Siempre ha sido así, que siempre adopta esta forma que acaba dando lugar a problemas".
Sin embargo, los griegos tomaron algunas medidas para favorecer la integración de los judíos, como permitirles trabajar los domingos para que pudieran observar el sabbat. La economía se benefició de la anexión, ya que Tesalónica se abrió al mercado del norte de Grecia y de Serbia. La llegada de tropas aliadas durante la Primera Guerra Mundial también reactivó la economía. El gobierno griego veía con buenos ojos el desarrollo del sionismo. La ciudad recibió la visita de líderes sionistas como David Ben-Gurión.
A pesar de la actitud benévola del gobierno, la población local a veces mostraba otra cara. Un corresponsal de guerra observó: "Frente a las innumerables tiendas y comercios regentados por judíos, dueños hasta entonces del comercio local, los comerciantes griegos venían a instalarse en las aceras, bloqueando las puertas que era imposible franquear. La nueva policía sonreía... Y los judíos, boicoteados, unos tras otros fueron cerrando sus tiendas."
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El 5 de agosto de 1917, un gran incendio destruyó gran parte de la ciudad.
La comunidad judía, que vivía en la parte baja de la ciudad, fue la más afectada. El fuego destruyó la sede del gran rabinato y sus archivos, así como 16 de las 33 sinagogas. Unas 10,000 familias judías se quedaron sin hogar.
A diferencia de la reconstrucción después de un incendio en 1890, los griegos decidieron aprovechar el suceso para remodelar la ciudad. Se expropiaron las propiedades, pero se dio a los habitantes un derecho preferente para comprar las nuevas viviendas. Sin embargo, fueron principalmente los griegos quienes se instalaron en los nuevos barrios, mientras que los judíos a menudo preferían mudarse a las afueras.
Aunque el primer aniversario de la Declaración Balfour se celebró en 1918 en Tesalónica con gran entusiasmo, el declive de la comunidad judía había comenzado. La llegada de miles de refugiados griegos de Asia Menor y la partida de turcos y dönme cambiaron mucho la composición étnica de Tesalónica. Los judíos dejaron de ser la mayoría absoluta y, antes de la Segunda Guerra Mundial, no representaban más del 40% de la población. Esta creciente helenización de Tesalónica vino acompañada de una política menos conciliadora hacia los judíos. Por ejemplo, en 1922 se prohibió trabajar los domingos, lo que obligaba a los judíos a trabajar en sábado. También se prohibieron los carteles en idiomas extranjeros, y los tribunales rabínicos perdieron poder en asuntos de propiedad.
Como en otros países de Europa oriental, surgió una corriente de discriminación en Tesalónica entre las guerras mundiales. Esto se debió principalmente a la llegada de inmigrantes griegos de Asia Menor, que a menudo no tenían nada y competían directamente con los judíos por trabajo y vivienda. La discriminación se hizo visible en la prensa y en organizaciones ultranacionalistas. Los judíos eran acusados de no querer integrarse en la nueva nación. El gobierno griego tuvo una actitud ambivalente. Este fenómeno culminó en 1931, cuando un barrio judío fue incendiado, dejando a 500 familias sin hogar. Varias tumbas del cementerio judío también fueron dañadas.
El gobierno de Metaxas y la emigración
La llegada al poder del dictador Ioannis Metaxas en 1936, de tendencia autoritaria, llevó a una notable disminución de los actos de violencia contra los judíos. Metaxas prohibió organizaciones discriminatorias y mantuvo buenas relaciones con el gran rabino de Tesalónica, Zvi Koretz. Esto explica el desarrollo de un fuerte sentimiento nacionalista entre los judíos de Tesalónica, a pesar de que solo eran griegos desde 1913.
Un fenómeno migratorio había comenzado a principios del siglo XX, antes de la Primera Guerra Mundial, cuando el reclutamiento militar se hizo obligatorio para todos los súbditos otomanos. Muchos judíos emigraron a América del Sur. Pero fue después de la incorporación de Tesalónica a Grecia cuando este fenómeno se hizo mayor. Las malas condiciones económicas, el aumento de la discriminación y, en menor medida, el desarrollo del sionismo, impulsaron a los judíos a emigrar, principalmente a Europa Occidental, América del Sur y Palestina. A finales del siglo XIX, se calculaba que había unos 80,000 judíos en la ciudad. En el primer censo oficial griego de 1913, la cifra era de 61,439. Para 1935, se calculaba que había unos 60,000 judíos en Tesalónica, y antes de la Segunda Guerra Mundial, la población judía de la ciudad había disminuido aún más. Muchos emigrantes buscaron paz en el continente americano. Algunos de ellos tuvieron un éxito notable, como Isaac Carasso, quien fundó la empresa Danone en Barcelona, o Maurice Abravanel, quien se convirtió en un célebre director de orquesta en los Estados Unidos.
La Segunda Guerra Mundial
La Batalla de Grecia y la ocupación
El 28 de octubre de 1940, Italia invadió Grecia. Aunque Grecia resistió las primeras ofensivas italianas, el 6 de abril de 1941 fue invadida por Alemania y rápidamente conquistada. Los judíos participaron en las campañas militares. 12,898 de ellos sirvieron en el ejército griego; 4,000 participaron en las campañas de Albania y Macedonia; 513 se enfrentaron a los alemanes. En total, 613 judíos murieron en la guerra, 174 de ellos de Tesalónica. La Brigada 50 de Macedonia era conocida como "batallón Cohen" por la gran cantidad de judíos en sus filas.
Grecia se dividió en varias zonas de ocupación. El norte, incluyendo Tesalónica, quedó bajo ocupación alemana, mientras que el sur del país quedó en manos de los italianos, quienes no aplicaron políticas contra los judíos. La mayor parte de la población judía de Grecia se encontraba en la zona alemana; en Tesalónica vivían entonces 56,000 judíos.
En Tesalónica, donde los alemanes entraron el 9 de abril de 1941, las medidas contra los judíos se aplicaron gradualmente. La prensa judía fue prohibida de inmediato, y aparecieron dos diarios griegos que publicaban mensajes de odio. Casas y edificios comunitarios fueron requisados. A finales de abril, aparecieron carteles que prohibían a los judíos la entrada a los cafés y se les expulsó de las emisoras de radio. El gran rabino de Tesalónica, Zvi Koretz, fue arrestado y enviado a un campo, de donde regresaría en enero de 1942. En junio, enviados especiales saquearon los archivos judíos, enviando toneladas de documentos a un instituto nazi en Fráncfort del Meno. Todos esos documentos se perdieron para siempre. Además, los judíos sufrieron una terrible hambruna, y se calcula que unos 600 judíos de Tesalónica murieron de hambre en el invierno de 1941-1942.
Durante un año no se tomaron más medidas contra los judíos, lo que les dio una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, el 11 de julio de 1942, se ordenó a todos los hombres judíos de entre 18 y 45 años reunirse en la Plaza de la Libertad. Unos 9,000 hombres se reunieron y fueron obligados a realizar ejercicios humillantes. Cuatro mil de ellos fueron enviados a realizar trabajos forzados en carreteras, donde el paludismo era común. En menos de diez semanas, el 12% de ellos falleció por agotamiento y enfermedad. La comunidad de Tesalónica logró reunir una gran suma de dinero para liberarlos. A cambio, los alemanes exigieron el abandono del Cementerio judío de Salónica, que tenía entre 300,000 y 500,000 tumbas. Los judíos comenzaron a trasladar las tumbas, pero las autoridades municipales, diciendo que los trabajos eran muy lentos, decidieron encargarse directamente. 500 obreros griegos comenzaron a destruir las tumbas. El cementerio se convirtió en una cantera de la que griegos y alemanes sacaban lápidas para usarlas como material de construcción. En este lugar se encuentra actualmente, entre otros edificios, la Universidad Aristóteles de Salónica.
Se calcula que entre 3,000 y 5,000 judíos lograron escapar de Tesalónica, refugiándose temporalmente en la zona italiana de Grecia. Entre ellos, 800 tenían nacionalidad italiana y fueron protegidos por las autoridades de ese país. 800 judíos se unieron a la resistencia en las montañas de Macedonia.
La gran pérdida de vidas de los judíos de Tesalónica
Más de 48,000 sefardíes de Tesalónica fueron enviados a campos de concentración. Cerca del 98% de los habitantes judíos de la ciudad perdieron la vida durante la guerra. Solo los judíos de Polonia sufrieron una mortalidad tan alta.
Los traslados
Para llevar a cabo esta operación, las autoridades encargaron a dos especialistas, Alois Brunner y Dieter Wisliceny, quienes llegaron a Tesalónica el 6 de febrero de 1943. Inmediatamente, ordenaron aplicar estrictamente las leyes, obligando a los judíos a llevar una estrella amarilla y restringiendo su libertad de movimiento. En febrero, los judíos fueron confinados en tres barrios específicos (guetos) y luego recluidos en un campo de tránsito cerca de la estación de tren. Allí los esperaban los trenes. Para su misión, los SS se ayudaron de una policía judía creada para la ocasión, que cometió muchos abusos contra otros judíos.
El 15 de marzo partió el primer tren y llegó a Auschwitz-Birkenau el día 20. Transportaba 2,800 personas, de las cuales 2,191 perdieron la vida inmediatamente después de su llegada, y el resto (417 hombres y 192 mujeres) fueron llevados a campos de trabajo.
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Muchos griegos, incluyendo líderes religiosos, protestaron ante las autoridades griegas por los traslados. El gobierno colaboracionista hizo intentos tímidos de mediar con los alemanes, pero sin éxito. Los esfuerzos del gran rabino Koretz, quien presidía el Consejo Judío de la ciudad, tampoco tuvieron éxito. De hecho, Koretz fue arrestado en agosto y trasladado él mismo a Bergen-Belsen. Las gestiones de las autoridades consulares de España e Italia tuvieron más éxito en salvar a los judíos de sus respectivas nacionalidades. En 1943, había 511 judíos de nacionalidad española en Tesalónica. Gracias a los esfuerzos del cónsul español en Atenas, Sebastián Romero Radigales, 150 de ellos pudieron refugiarse en la zona de ocupación italiana. El cónsul italiano, Guelfo Zamboni, también logró que unas 750 personas se trasladaran al sur de Grecia.
Los trenes continuaron saliendo de Tesalónica durante la primavera y el verano de 1943. La población judía de la ciudad era tan numerosa que los traslados se prolongaron durante varios meses. El destino principal fue el campo de Auschwitz-Birkenau, al que partieron un total de dieciocho trenes. El número total de personas trasladadas a este campo desde Tesalónica fue de 48,233. El último tren llegó a su destino el 18 de agosto. La mayoría de los trenes transportaban entre 2,000 y 3,000 personas.
En agosto, también partió un tren hacia el campo de concentración de Bergen-Belsen, en el que viajaban el gran rabino Tzvi Koretz y otros líderes de la ciudad, quienes permanecieron internados en condiciones relativamente mejores. En este mismo tren iban 367 judíos que, protegidos por su nacionalidad española y gracias a las gestiones del cónsul español, tuvieron un destino especial: de Bergen-Belsen fueron trasladados a Barcelona, luego a Marruecos, y algunos lograron finalmente trasladarse a Palestina.
A continuación se muestra la lista de trenes que llegaron a Auschwitz-Birkenau procedentes de Tesalónica (excepto el último de ellos, con destino Bergen-Belsen), entre el 20 de marzo y el 18 de agosto de 1943, según cifras basadas en la documentación alemana del campo:
Orden | Fecha de llegada | Número de personas | Orden | Fecha de llegada | Número de personas |
---|---|---|---|---|---|
1º | 20/3/1943 | 2800 | 11º | 22/4/1943 | 2800 |
2º | 23/3/1943 | 2800 | 12º | 26/4/1943 | 2400 |
3º | 25/3/1943 | 1901 | 13º | 28/4/1943 | 3070 |
4º | 30/3/1943 | 2501 | 14º | 4/5/1943 7/5/1943 |
2930 1000 |
5º | 3/4/1943 | 2800 | 15º | 8/5/1943 | 2500 |
6º | 9/4/1943 | 2500 | 16º | 16/5/1943 | 4500 |
7º | 10/4/1943 | 2750 | 17º | 8/6/1943 | 880 |
8º | 13/4/1943 | 2800 | 18º | 18/8/1943 | 1800 |
9º | 17/4/1943 | 3000 | 19º | 2/8/1943 (fecha de salida) | 441 |
10º | 19/4/1943 | 2501 |
Factores que influyeron en la eficacia de los traslados
Se han dado varias razones para explicar esta gran tragedia, que contrasta con lo ocurrido en Atenas, donde gran parte de los judíos logró escapar. Por un lado, la actitud del Consejo Judío, y sobre todo de su principal líder, el gran rabino de Salónica Zvi Koretz, ha sido muy criticada. Se le ha reprochado que siguiera las directivas, sin tener en cuenta los temores de los judíos sobre su traslado a Polonia. Sin embargo, un estudio reciente tiende a minimizar su papel en los traslados.
Otro factor fue la solidaridad de las familias, que se negaban a separarse ante los traslados; su deseo de enfrentar juntos las dificultades no facilitó las iniciativas individuales de escape. También se ha señalado que a los judíos les resultaba difícil esconderse debido a su desconocimiento del griego moderno, que les había sido impuesto hacía relativamente poco tiempo (en 1913). Además, el gran tamaño de la comunidad limitaba sus posibilidades de mezclarse con la población griega ortodoxa, como ocurrió en Atenas. También existía una discriminación latente en una parte de la población griega, especialmente entre quienes habían huido de Asia Menor. Estos inmigrantes, que llegaron en masa a Tesalónica, se habían visto excluidos del sistema económico, y algunos veían con recelo a la población judía, a menudo más rica, a la que relacionaban con el antiguo poder otomano. Sin embargo, el Yad Vashem ha reconocido a 265 griegos como "Justos entre las Naciones", la misma proporción que en la población francesa.
En los campos
En Auschwitz-Birkenau, unos 37,000 tesalonicenses, es decir, alrededor del 77% de los trasladados, perdieron la vida inmediatamente al llegar, sobre todo mujeres, niños y personas mayores. Cerca del 25% de los experimentos realizados con judíos tuvieron como víctimas a judíos griegos, especialmente de Tesalónica. La mayoría de los gemelos también perdieron la vida en crímenes terribles. El resto de los judíos de Tesalónica fueron obligados a trabajar en los campos. Durante 1943-1944, representaban una parte importante de la mano de obra en Auschwitz-Birkenau: unas 11,000 personas. Debido a su desconocimiento del yidis, muchos de ellos fueron enviados a limpiar los escombros del Gueto de Varsovia en agosto de 1943 para construir allí un campo de concentración. Entre los 1,000 tesalonicenses que trabajaron en esto, unos veinte lograron escapar del gueto por las alcantarillas y unirse a la resistencia polaca.
Muchos judíos de Tesalónica también fueron parte de los Sonderkommandos (grupos de trabajo forzado). El 7 de octubre de 1944, llevaron a cabo un levantamiento planeado, atacando los hornos crematorios y matando a varios guardias. Lanzaron una bomba que destruyó un edificio. Antes de ser masacrados, los rebeldes cantaron una canción de los partisanos griegos y el Himno nacional de Grecia.
En su libro Si esto es un hombre, el escritor italiano Primo Levi describe a un grupo de "algunos supervivientes de la colonia judía de Tesalónica", a quienes describe como "griegos, inmóviles y silenciosos como esfinges". Estos últimos miembros de la comunidad todavía vivos en 1944 causaron una fuerte impresión al autor. Él señala que, a pesar de su pequeño número, "han aportado una contribución de primer orden a la fisonomía del campo y a la jerga internacional que por él circula". Según él, su capacidad de sobrevivir en los campos se explica en parte porque constituyen en el campo "el grupo nacional más coherente y, desde ese punto de vista, el más evolucionado".
La posguerra
Al final de la Segunda Guerra Mundial, estalló en Grecia una violenta guerra civil que duraría hasta 1949. Algunos judíos de Tesalónica que habían escapado de los traslados participaron en esta guerra.
De aquellos que lograron sobrevivir a los campos, algunos eligieron no regresar a Grecia y emigraron a Europa occidental, a América o a Palestina. Otros decidieron regresar. Todos ellos tuvieron que enfrentar muchas dificultades para sobrevivir, ya que Europa estaba en un estado caótico. Además, fueron discriminados por algunos supervivientes asquenazíes que dudaban de su condición de judíos.
El regreso a Tesalónica fue un golpe terrible para los supervivientes. Los que regresaban de los campos a menudo descubrían que habían perdido a toda su familia y encontraban sus casas ocupadas por familias griegas que las habían comprado a los alemanes. Al principio, tuvieron que alojarse en las sinagogas. Se organizó un comité judío para contar a los supervivientes y se obtuvo la lista de las 1,800 viviendas vendidas a los griegos. Estos se mostraron reacios a devolver sus bienes a los judíos, argumentando que habían pagado por las casas y que ellos también habían sufrido por la guerra. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el grupo que controlaba la ciudad favoreció la devolución de bienes a los judíos, pero cuatro meses después, cuando el gobierno de Atenas tomó el control, las restituciones se paralizaron.
La Agencia Judía, enviada a la ciudad, denunció la discriminación existente y recomendó la emigración a Israel. Poco a poco, se puso en marcha ayuda internacional para socorrer a los judíos de Salónica gracias al Congreso Judío Mundial. Algunos judíos que habían sido salvados de los traslados por los griegos decidieron convertirse al cristianismo ortodoxo. Algunos supervivientes de los campos, que a menudo se encontraban solos, tomaron la misma decisión. También hubo muchos matrimonios rápidos después de la guerra, ya que los supervivientes deseaban volver a formar una familia. Un superviviente relató:
Volví a un Salónica destruido. Esperaba encontrar a mi hermano adoptado, pero por rumores supe que murió de malaria en Lublin. Ya sabía que mis padres fueron quemados en sus primeros días en el campo de exterminio de Auschwitz. Estaba solo. Los otros prisioneros que estaban conmigo no tenían a nadie más. En aquellos días me uní a una joven que había conocido en Bruselas. No nos separamos el uno del otro. Los dos éramos supervivientes de los campos. Después de poco tiempo nos casamos, dos refugiados que no tenían nada, ni siquiera había un rabino para que nos diera la bendición. El director de una de las escuelas judías sirvió de rabino y nos casó y así empecé una nueva vida.
En el censo de 1951, solo figuraban 1,783 supervivientes. La comunidad era solo una sombra de lo que había sido.
La construcción de un monumento para recordar los traslados de los judíos tardó mucho en llegar. Solo en 1997 las autoridades municipales decidieron levantar un monumento, pero en las afueras de la ciudad, y no en el centro, como se había propuesto. Fue inaugurado el 23 de noviembre de 1997. Se encuentra en la intersección de las calles Alexandrou Papanastasiou y Nea Egnatia, y es una representación de la menorá rodeada de una forma hecha con cuerpos humanos. Las administraciones de la Universidad Aristóteles de Salónica siempre han rechazado erigir en el recinto de la institución cualquier tipo de monumento que recuerde la existencia del antiguo cementerio judío bajo los cimientos de la universidad, a pesar de las repetidas protestas de muchos profesores. En 1998, el rey Juan Carlos I de España visitó Tesalónica y rindió homenaje a los judíos sefardíes.
Actualmente, viven en Tesalónica unos 1,300 judíos, lo que hace de su comunidad la segunda más grande de Grecia, después de la de Atenas.
Cultura judía en Tesalónica
Idioma y comunicación
Normalmente, los inmigrantes judíos aprendían y usaban el idioma de su nuevo país. Pero esto no ocurrió con los sefardíes del Imperio Otomano, que, al llegar en gran número, conservaron el idioma de sus antepasados. Los judíos de Tesalónica trajeron su idioma de España, el judeoespañol (djudezmo), que es el idioma español del siglo XV que evolucionó de forma independiente y que usaban en su vida diaria. Oraban y estudiaban en idioma hebreo y idioma arameo. También usaban lo que se llama judeoespañol calco, que era la traducción de textos hebreos al judeoespañol respetando el orden de las palabras y la gramática hebrea. Estas dos lenguas, djudezmo y ladino, se escribían con alfabeto hebreo, aunque para el judeoespañol también se usaron caracteres latinos. Además de estas lenguas, los judíos de Tesalónica hablaban ocasionalmente el turco otomano, el idioma del Imperio. La Haskalá, promovida por los judíos "frankos", permitió una gran difusión del idioma francés y, en menor medida, del idioma italiano. Después de que Tesalónica se incorporara a Grecia en 1912, el griego moderno se impuso en la escuela y fue aprendido por varias generaciones de judíos. Hoy en día, es la lengua principal de los judíos que aún residen en Tesalónica.
El djudezmo de Tesalónica, debido a la presencia de muchos judíos italianos en la comunidad, se caracterizaba por tener muchas palabras italianas y por la influencia del italiano en su gramática. Más tarde, también recibió una fuerte influencia del francés.
Literatura y publicaciones
El siglo XVI y la imprenta
Como en otras ciudades de la Diáspora sefardí en el Imperio Otomano, como Estambul y Adrianópolis, Tesalónica se convirtió en un importante centro de la cultura judía durante el siglo XVI.
Los sefardíes fueron los primeros en introducir la imprenta en el Imperio Otomano, mucho antes que los griegos y los turcos. Después de Estambul (en 1493/94), Tesalónica fue la segunda ciudad otomana en tener una imprenta con caracteres hebreos, desde aproximadamente 1510. En los primeros años, se imprimieron unas 30 obras, principalmente Biblias. La mayor parte de la literatura sefardí de Tesalónica se escribía e imprimía en hebreo. La literatura en judeoespañol no se valoraba tanto, ya que se consideraba un idioma popular, mientras que el hebreo era la lengua principal de la religión y la cultura. La primera obra impresa en judeoespañol (con caracteres hebreos) apareció en 1564: el Regimiento de vida, una obra de ética religiosa. La mayoría de los libros publicados en judeoespañol eran traducciones de la Biblia o de ritos judíos.
Tesalónica también fue un centro importante para el estudio de la Cábala y la Halajá (ley judía), con figuras destacadas como Samuel de Medina (1506-1589).
El renacimiento de la literatura sefardí
Hasta el siglo XVIII, todos los libros publicados estaban relacionados con la religión. Otros temas comenzaron a abordarse en el siglo XIX, gracias a la difusión de las ideas de la Haskalá y la modernización de la ciudad. A partir de 1870/1880, el periodismo cobró gran importancia, principalmente en judeoespañol, pero también en francés debido a la influencia de las escuelas de la Alianza Israelita Universal. Algunos de los periódicos más importantes de Tesalónica fueron La Época (fundado en 1875) y El Avenir (en 1898). La prensa también fue un medio eficaz para difundir nuevas ideas, como el sionismo y el socialismo. También hubo periódicos satíricos. En 1929, la comunidad de Tesalónica tenía catorce periódicos, de los cuales 7 eran diarios, y cada uno tenía entre 1,000 y 2,000 lectores.
Gracias al desarrollo del periodismo, la novela (romanso en judeoespañol) también ganó importancia. Los romansos se publicaban por entregas en los periódicos o de forma independiente. La mayoría de estas novelas eran traducciones o adaptaciones de obras en otras lenguas, principalmente hebreo y francés, aunque también se escribieron obras originales.
Entre los poetas sefardíes de Tesalónica de principios del siglo XX destaca Selomo Salem, autor de un libro bilingüe (judeoespañol/francés), La Gavilla/La Gerbe (1900), que muestra la gran influencia del francés en la cultura sefardí de la época. El teatro en judeoespañol también tuvo cierta importancia a principios del siglo XX, con obras que iban desde temas cotidianos hasta bíblicos, y fue utilizado como un medio de difusión por grupos sionistas y socialistas.
Este nuevo despertar de la literatura sefardí de Tesalónica terminó abruptamente después de la gran pérdida de vidas de la comunidad durante la Segunda Guerra Mundial.
Literatura de tradición oral
La rica literatura de transmisión oral de Tesalónica merece una mención especial. Como en otros lugares del mundo sefardí, los romances se cantaban en muchas situaciones de la vida, tanto para acompañar las tareas diarias como para celebrar momentos festivos, como bodas o la circuncisión. En judeoespañol se les llamaba romansas (no confundir con las novelas o romansos). Otro género de poesía tradicional eran las canticas (canciones líricas, generalmente de amor). El patrimonio oral de Salónica también es muy rico en refranes y cuentos populares.
Gastronomía
La gastronomía de los judíos de Tesalónica era una variante de la gastronomía sefardí, que forma parte de la gastronomía mediterránea. Estaba influenciada por las reglas judías sobre alimentación, el cashrut, que prohíben, entre otras cosas, el consumo de carne de cerdo y la mezcla de carne y productos lácteos, y por la necesidad de preparar platos específicos para las fiestas religiosas. Una influencia importante es la de la cocina ibérica. El pescado, abundante en esta ciudad portuaria, se consumía en grandes cantidades y de muchas formas: frito, al horno, marinado o estofado, y a menudo se acompañaba de salsas sofisticadas. El pescado se usaba en los ritos matrimoniales: en el último día de las ceremonias de boda, llamado "día del pescado", la novia saltaba sobre un gran plato de pescado que luego era comido por los invitados. Las legumbres se usaban en todos los platos, especialmente la cebolla; el ajo, en cambio, era poco frecuente. El yogur era muy apreciado, al igual que la crema de leche. Para el sabbat, se preparaba el hamin, una variante sefardí de un guiso de carne con legumbres secas que se cocinaba a fuego lento para la comida del mediodía del sábado. Antes de Pésaj, las amas de casa guardaban dulces, higos, dátiles rellenos de almendras, mazapanes y el plato más apreciado, la chape blanche ("confitura blanca"), hecha de azúcar, agua y limón. El vino se reservaba solo para los rituales religiosos, pero los sefardíes, como sus vecinos griegos y musulmanes, consumían mucho raki. También les gustaban las bebidas azucaradas a base de sirope de ciruelas, guindas o albaricoques, que bebían al final de las grandes comidas festivas.
Galería de imágenes
Véase también
- Sefardí
- Diáspora sefardí
- Historia de Tesalónica
- Historia de los judíos en Grecia
- Cementerio judío de Tesalónica
- Zvi Koretz
- Apellidos Judíos
- Historia de los judíos en el Imperio otomano