Hildegarda de Bingen para niños
Datos para niños SantaHildegarda de Bingen |
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![]() Protestificatio de Scivias, Fol. 1. Facsímil de Eibingen del códice de Ruperstberg.
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Doctora de la Iglesia proclamada el 7 de octubre de 2012 por el papa Benedicto XVI |
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Información personal | |||
Nombre de nacimiento | Hildegard von Bingen | ||
Nacimiento | 1098 Bermersheim vor der Höhe (Sacro Imperio Romano Germánico) |
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Fallecimiento | 17 de septiembre de 1179 Bingen (Sacro Imperio Romano Germánico) |
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Sepultura | Parroquia de Santa Hildegarda en Eibingen | ||
Religión | Iglesia católica | ||
Educación | |||
Educada en | Disibodenberg | ||
Información profesional | |||
Ocupación | Naturalista, escritora, compositora, filósofa, iluminadora, médica, monja (desde 1114), poetisa, teóloga, abadesa, artista, dramaturga, botánica, místico y polímata | ||
Información religiosa | |||
Beatificación | 26 de agosto de 1326 por Juan XXII | ||
Canonización | 10 de mayo de 2012 (canonización equivalente) por Benedicto XVI | ||
Festividad | 17 de septiembre | ||
Atributos | hábito benedictino cruz pectoral pluma libro |
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Venerada en | Iglesia católica Comunión anglicana |
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Patronazgo | de los esperantistas | ||
Santuario | Abadía de Eibingen, Alemania | ||
Obras notables |
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Orden religiosa | Orden de San Benito | ||
reconocimientos
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Hildegarda de Bingen (en alemán: Hildegard von Bingen; Bermersheim vor der Höhe, Sacro Imperio Romano Germánico, 1098 - Monasterio de Rupertsberg, 17 de septiembre de 1179) fue una santa abadesa benedictina y una persona con muchos talentos de Alemania. Fue compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, mística, líder de un monasterio y profetisa durante la plena Edad Media.
También se la conoció como la sibila del Rin y la profetisa teutónica. Es una de las compositoras más famosas de monofonía sacra y la más grabada en la actualidad. Muchos expertos la consideran la madre de la historia natural.
Hildegarda es vista como una de las personas más influyentes y fascinantes de la Baja Edad Media. Fue una figura destacada en los monasterios femeninos. Tenía una inteligencia y cultura excepcionales.
En 1136, las monjas de su convento la eligieron como magistra (madre superiora). Fundó los monasterios de Rupertsberg en 1150 y de Eibingen en 1165. Escribió sobre teología, botánica y medicina. También dejó cartas, himnos y antífonas para la liturgia.
Escribió poemas y supervisó las ilustraciones de su primera obra, Scivias. Se conservan más canciones compuestas por ella que por cualquier otro compositor de la Edad Media. Es una de las pocas compositoras que se sabe que escribió tanto la música como las letras. Una de sus obras, el Ordo Virtutum, es un ejemplo temprano de drama litúrgico. También inventó una lengua construida llamada Lingua Ignota.
Aunque su canonización fue un proceso largo, la Iglesia la ha reconocido como santa por siglos. El 7 de octubre de 2012, el papa Benedicto XVI le dio el título de doctora de la Iglesia. Esto fue en reconocimiento a su vida santa y a la originalidad de sus enseñanzas.
Contenido
Biografía de Hildegarda de Bingen
Sus primeros años y educación
Hildegarda nació en Bermersheim, en el valle del Rin (hoy Renania-Palatinado, Alemania), en el verano de 1098. Pertenecía a una familia noble alemana con buena posición. Fue la menor de diez hijos. Sus padres la dedicaron a la vida religiosa desde su nacimiento.
Fue entregada para su educación a la condesa Judith de Spanheim. Judith le enseñó a rezar el salterio, a leer latín y la Sagrada Escritura, y a cantar canto gregoriano.
Cuando Hildegarda tenía catorce años, ella y Judith se unieron al monasterio de Disibodenberg. Este era un monasterio de hombres, pero tenía un pequeño grupo de mujeres en una celda aparte. El 1 de noviembre de 1112, Hildegarda hizo sus votos religiosos. En 1114, la celda se convirtió en un pequeño monasterio para más mujeres. Ese mismo año, Hildegarda hizo su profesión religiosa bajo la regla benedictina.
Judith falleció en 1136. Hildegarda, a pesar de ser joven, fue elegida abadesa (magistra) por todas las monjas.
Visionaria y escritora: sus revelaciones
Desde niña, Hildegarda tuvo una salud delicada y experimentaba visiones. A los tres años, vio "una luz tan fuerte que mi alma temblaba". Estas visiones continuaron mientras estudiaba con Judith. Ella las vivía estando consciente, sin perder el conocimiento. Las describía como una gran luz con imágenes, formas y colores. También escuchaba una voz que le explicaba lo que veía y, a veces, música.
En 1141, a los 42 años, tuvo una visión más intensa. Recibió la orden de escribir todo lo que viera. Así comenzó su primer libro, Scivias (que significa "Conoce los caminos"). Lo terminó en 1151. Para esto, tuvo un secretario llamado Volmar y una colaboradora, Ricardis de Stade.
Al principio, dudó en hacer públicas sus visiones. Pidió consejo a Bernardo de Claraval, un hombre muy respetado. En una carta de 1146, le contó sobre sus visiones y su "debilidad" como mujer. Bernardo le respondió que aceptara este don con humildad.
El arzobispo Enrique de Maguncia se enteró de sus visiones. Envió una comisión al papa Eugenio III para que las investigara. En 1148, un grupo de teólogos aprobó parte del Scivias. El papa Eugenio III leyó públicamente algunos textos y declaró que las visiones venían del Espíritu Santo. Le pidió a Hildegarda que siguiera escribiendo.
Desde entonces, Hildegarda mantuvo correspondencia con muchas personas importantes. Entre ellos estaban Bernardo de Claraval, Federico I Barbarroja, Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania. Todos le pedían consejos. Por su sabiduría, la llamaron la Sibila del Rin.
Fundadora de monasterios

En 1148, una visión la inspiró a fundar un nuevo monasterio. Quería trasladar a su creciente comunidad a la colina de san Ruperto, cerca de Bingen. Esto las independizaría de los monjes de Disibodenberg.
Sin embargo, Kuno, el abad de Disibodenberg, se opuso. Esto causó a Hildegarda problemas de salud, que se atribuyeron a causas divinas. La marquesa Ricardis de Stade, madre de su secretaria, intervino. Logró que el arzobispo Enrique I de Maguncia diera permiso para el traslado.
Hacia 1150, Hildegarda se mudó a Rupertsberg con unas veinte monjas. Obtuvo permiso del conde Bernardo de Hildesheim, dueño del terreno. Allí fundó el monasterio de Rupertsberg y se convirtió en abadesa.
En esa época, su asistente Ricardis se fue para ser abadesa de otro convento. Esto entristeció mucho a Hildegarda. Ricardis falleció un año después.
Un año después del traslado, Hildegarda terminó el Scivias. También escribió dos libros sobre ciencias naturales (Physica) y medicina (Cause et cure). En ellos, compartió muchos conocimientos sobre el cuerpo humano, hierbas y tratamientos. También empezó a componer cantos para su comunidad, que reunió en Symphonia armonie celestium revelationum.
Hacia 1163, comenzó a escribir Liber divinorum operum, su tercera obra importante. Le tomó unos diez años terminarla. Además de escribir, Hildegarda predicaba y fundaba. En 1165, fundó un segundo monasterio en Eibingen, que visitaba dos veces por semana.
Predicación e influencia política
La fama de Hildegarda como santa y profetisa creció mucho. En 1150, el emperador Federico I Barbarroja la invitó a su palacio en Ingelheim. Su aprecio mutuo fue tal que, trece años después, el emperador dio una protección imperial al monasterio de Rupertsberg.
Hildegarda interrumpió su escritura para viajar y predicar. Aunque la vida monástica no era tan estricta como después, sorprendió a muchos que una abadesa saliera a predicar.
Sus sermones hablaban de la redención, la conversión y la reforma del clero. Criticaba la corrupción en la Iglesia y se oponía a los cátaros (un grupo religioso con ideas diferentes).
Realizó cuatro viajes de predicación:
- 1158-1159: Viajó a Maguncia y Wurzburgo.
- 1160: Fue a Tréveris y Metz.
- 1161-1163: Viajó por el Rin hasta Colonia.
- 1170-1171: Predicó en la región de Suabia.
Además de viajar, Hildegarda usaba cartas para expresar sus opiniones a personas importantes. Por ejemplo, durante un conflicto en la Iglesia, advirtió al antipapa Víctor IV y al emperador Barbarroja.
En 1173, su secretario Volmar falleció. Hildegarda recibió ayuda de otros monjes para terminar su obra. El último de sus secretarios fue Guiberto de Gembloux, un monje flamenco.
Última dificultad y fallecimiento
En 1178, Hildegarda enfrentó una situación difícil. Su comunidad enterró a un noble que supuestamente había sido excomulgado. Las leyes de la Iglesia prohibían enterrar a excomulgados en suelo sagrado. Le pidieron que desenterrara el cuerpo, pero ella se negó. Argumentó que el noble se había reconciliado con la Iglesia antes de morir.
Los líderes de la Iglesia en Maguncia, en ausencia del arzobispo, prohibieron el uso de campanas, instrumentos y cantos en el monasterio de Rupertsberg. Hildegarda se defendió con una carta explicando el significado de la música. Cuando el arzobispo regresó en 1179, testigos apoyaron la versión de Hildegarda y la prohibición fue levantada.
Pocos meses después, el 17 de septiembre de 1179, Hildegarda falleció a los 81 años. Las historias cuentan que, al momento de su muerte, aparecieron dos arcos brillantes y de colores que formaban una cruz en el cielo.
Entre 1180 y 1190, el monje Teoderico de Echternach escribió la Vita (Vida) de Hildegarda. El proceso para declararla santa comenzó en 1227, pero no se completó hasta 2012. Sin embargo, su culto se extendió y fue incluida en el Martirologio romano. Sus reliquias se conservan en la iglesia parroquial de Eibingen.
En 2010, el papa Benedicto XVI dedicó dos audiencias generales a Hildegarda. En diciembre de 2011, anunció su decisión de darle el título de "doctora de la Iglesia". El 10 de mayo de 2012, la incluyó en el catálogo de los santos. Finalmente, el 7 de octubre de 2012, fue proclamada oficialmente «Doctora para la Iglesia Universal» por el papa Benedicto XVI.
Hildegarda también es venerada por algunas iglesias de la Comunión anglicana. Su festividad se celebra el 17 de septiembre.
Las representaciones de Hildegarda la muestran con el báculo de abadesa y el hábito benedictino. A menudo se la ve escribiendo o dictando, con cinco llamas alrededor de su cabeza, que simbolizan sus visiones divinas.
Obras de Hildegarda de Bingen
Hildegarda escribió sus obras en latín medieval, como era común en su época. Aunque ella decía que no dominaba bien el latín, sus secretarios corregían y mejoraban sus escritos. Sus secretarios, Volmar, Gottfried y Guiberto, eran monjes bien preparados en latín eclesiástico.
Usó varios estilos de escritura: tratados de teología, cartas, biografías de santos y textos médicos. Sus obras más destacadas son las visionarias, donde usaba muchas alegorías (símbolos con un significado oculto).
Sus escritos muestran la influencia de las Sagradas Escrituras, especialmente los profetas y el Nuevo Testamento. También conocía obras de Padres de la Iglesia como san Agustín e san Isidoro de Sevilla.
Manuscritos importantes
Las obras de Hildegarda se conservaron gracias al interés de los monjes que la ayudaron. Ellos transcribieron, compilaron e ilustraron sus escritos.
Riesencodex: el códice gigante
El códice de Wiesbaden, conocido como «Riesencodex» (Códice gigante), es un manuscrito medieval muy grande y pesado. Fue creado entre los últimos años de vida de Hildegarda y el año 1200. Originalmente, se guardaba en Rupertsberg.
Cuando el convento de Rupertsberg fue destruido en el siglo XVII, el manuscrito se trasladó a Eibingen. En 1814, fue llevado a la biblioteca de Wiesbaden. Durante la Segunda Guerra Mundial, el original casi se perdió, pero se conservó gracias a copias.
Contiene sus tres obras místicas principales: Scivias, Liber vite meritorum y Liber divinorum operum. También incluye sus composiciones musicales, obras sobre la Lengua ignota, biografías de santos, cartas y la Vita escrita por el monje Theoderic. Es la fuente más importante de su trabajo.
Otros códices relevantes
- Gante, Biblioteca de la Universidad de Gante, Cod. 241. Es el manuscrito más antiguo, de entre 1170 y 1173. Contiene una copia del Liber divinorum operum.
- Lucca, Biblioteca estatal, Ms. 1942. Del siglo XIII, es la fuente de las ilustraciones del Liber divinorum operum.
- Dendermonde, St.-Pieters & Paulusabdij Klosterbibliothek, Cod. 9. Conocido como Códice Villarenser o Dendermonde, de 1175. Contiene la Symphonia armonie celestium revelationum, el Ordo virtutum y varias canciones.
- Troyes, Biblioteca Municipal de Troyes, Ms. 683. Sus partes más antiguas son de Rupertsberg. Es otra fuente del Liber divinorum operum.
- Berlín, Staatsbibliothek Preussischer Kulturbesitz, Cod. theol. lat. Conocido como Códice de Berlín, del siglo XII o principios del siglo XIII. Contiene algunas de sus cartas, el Liber vite meritorum y sus tratados sobre la Lingua ignota.
Obras literarias principales
Hildegarda escribió tres obras teológicas importantes: Scivias (sobre teología dogmática), Liber vite meritorum (sobre teología moral) y Liber divinorum operum (sobre el cosmos, el ser humano y la justicia divina). Esta trilogía es el centro de su pensamiento.
El nombre Scivias es la forma corta de «Scito vias Domini», que significa "Conoce los caminos del Señor". La obra fue inspirada por una visión que tuvo a los 42 años, hacia 1141. En ella, una voz le ordenó escribir lo que viera y oyera.
Dividida en tres libros, describe 26 visiones. Estas visiones están ilustradas en los manuscritos y sirven para explicar los principales principios del catolicismo. Después de cada visión, una voz celestial explica su significado. Así, aborda temas como la Trinidad, la Creación, la caída de Lucifer y Adán, la historia de la salvación, la Iglesia y los sacramentos, y el Juicio Final.
Liber vite meritorum
El Libro de los méritos de la vida fue escrito entre 1158 y 1163. Es una obra sobre la moral. Hildegarda presenta a Dios como un ser cósmico que da vida al universo. Luego, explica los principales defectos espirituales y sus virtudes opuestas.
Esta obra relaciona aspectos de la naturaleza y del ser humano con las emociones del alma. Se divide en cinco libros, con un sexto que describe los castigos en la otra vida para cada defecto. El Liber vite meritorum es un catálogo de 35 defectos, descritos como seres alegóricos con partes de animales y humanos.
El libro también ofrece una de las primeras descripciones del purgatorio cristiano. Allí, cada alma debe pagar sus deudas antes de ir al cielo. Las descripciones de los sufrimientos son a menudo muy fuertes, para enfatizar el mensaje moral de la obra.
Liber divinorum operum
El Liber divinorum operum o Libro de las obras divinas fue escrito entre 1163 y 1173, cuando Hildegarda tenía más de sesenta años. Describe diez visiones. En ellas, Hildegarda explica que el universo está conectado con el cuerpo humano. Los actos del ser humano son paralelos a los actos de Dios, cooperando en la creación y el orden del cosmos.
Así, desarrolló una explicación de la obra creadora de Dios, que es el centro del universo. Esta obra se manifiesta en la naturaleza y en la historia, con su máxima expresión en la encarnación de Cristo.
Lingua ignota: un lenguaje inventado
Otra de sus obras importantes es la creación de su Lingua ignota. Se considera la primera lengua artificial de la historia. Por ello, fue nombrada patrona de los esperantistas.
Esta lengua se presentó en su escrito Ignota Lingua per simplicem hominem Hildegardem prolata. Es un glosario de 109 palabras en esta lengua con su significado en alemán. Incluye nombres de plantas y términos médicos.
También se encontró una pequeña obra llamada Littere ignote (Letras desconocidas). En ella, Hildegarda presenta 23 letras nuevas, creando un alfabeto único. Se cree que su creación pudo tener un propósito místico o científico, pero el motivo exacto no está claro.
Obra científica y médica
—Hildegarda de Bingen.
Physica, Libro I, Cap. XXXV (Migne, PL. CXCVII, 1143) |
Hildegarda también escribió obras científicas. El Liber simplicis medicine o Physica es un libro sobre medicina. Se divide en nueve partes, cada una sobre las propiedades curativas de plantas, elementos, árboles, piedras, peces, aves, animales, reptiles y metales. El capítulo más extenso es el de las plantas, lo que muestra su gran conocimiento en su uso terapéutico.
En este libro, aplica la teoría médica medieval de los humores. Esta teoría relaciona la salud o enfermedad de una persona con el equilibrio de cuatro elementos en su cuerpo. A cada planta le asigna una cualidad, como "robusto", "seco", "cálido", "árido" o "húmedo".
El Liber composite medicine, o Cause et cure, trata sobre el origen de las enfermedades y cómo tratarlas.
Otros escritos de Hildegarda
Se han encontrado unas 300 cartas de Hildegarda. En ellas, aborda temas muy variados: teología, espiritualidad, política, remedios curativos y consejos sobre la vida monástica. A veces, sus cartas tienen un estilo simbólico, dando consejos con la misma autoridad que sus visiones.
En cuanto a sus escritos sobre santos, está la Vita sancti Disibodi (Vida de san Disibodo). La escribió hacia 1170, a petición del abad del monasterio de Disibodenberg. También escribió la Vita sancti Ruperti, sobre el santo patrón del monasterio que ella fundó.
Además, escribió una explicación de la regla de san Benito (Explanatio regule s. Benedicti) y otra del Símbolo atanasiano (Explanatio symboli s. Athanasii).
Obras musicales: la sinfonía de las revelaciones
La gran cantidad de obras musicales de Hildegarda muestra lo importante que era la música y el canto para ella. Esto se ve en una carta que escribió a la Iglesia de Maguncia. En ella, defendió el canto después de que se prohibiera a su comunidad cantar y celebrar misa.
En esa carta, Hildegarda explica que el canto es una manifestación del espíritu divino en el ser humano. Dice que nos recuerda la felicidad de Adán en el paraíso, cuando cantaba con los ángeles para alabar a Dios. Los profetas, con la ayuda de Dios, habían compuesto cantos y creado instrumentos.
Aunque usaba la técnica monofónica (una sola melodía) y la notación de su época, la música de Hildegarda es única. Utiliza rangos de notas muy amplios, pidiendo a los cantantes que suban a notas muy agudas desde notas medias o bajas. También usa intervalos de cuarta y quinta, algo poco común en la música de su tiempo.
Todas sus obras musicales fueron creadas para las necesidades de su comunidad y para enseñar sobre teología y moral, como el Ordo Virtutum.
Hildegarda compuso 78 obras musicales, reunidas en Symphonia armonie celestium revelationum (Sinfonía de la armonía de las revelaciones celestes). Incluyen 43 antífonas, 18 responsorios, 4 himnos, 7 secuencias, 2 sinfonías, un aleluya, un kyrie, una pieza libre y un auto sacramental llamado Ordo Virtutum ("Orden de las virtudes").
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Las visiones de Hildegarda
Las visiones de Hildegarda fueron la fuente de su simbolismo y originalidad. Por eso, muchos se interesaron en cómo las recibía, incluso en su tiempo.
Una fuente importante sobre sus visiones es una carta que Hildegarda escribió en 1175 a Guiberto de Gembloux. En ella, explica que las visiones comenzaron desde su infancia. No ocurrían mientras dormía, ni en un éxtasis (pérdida de los sentidos).
Ella escribió: "Veo estas cosas despierta, tanto de día como de noche". También explicó que el conocimiento que obtenía llegaba al mismo tiempo que la experiencia: "simultáneamente veo y oigo y sé, y casi en el mismo momento aprendo lo que sé".
Las visiones siempre venían con manifestaciones de luz. Los mensajes divinos provenían de una luz brillante que ella llamaba "sombra de la luz viviente". Esta luz le ordenaba escribir todo lo que experimentaba.
Esta luz divina le mostraba las visiones que describe en sus obras y que luego fueron ilustradas. Estas ilustraciones muestran un simbolismo complejo. Después de describir las visiones, Hildegarda explicaba su significado profundo y las enseñanzas que de ellas se derivaban. A menudo, estas visiones venían acompañadas de problemas físicos para la abadesa, como debilidad y dolor.
Algunos estudiosos han buscado explicaciones neurológicas o fisiológicas para sus visiones. Una teoría popular, propuesta por el historiador Charles Singer y difundida por Oliver Sacks, es que sufría de migraña crónica.
Pensamiento teológico de Hildegarda
El valor de las enseñanzas de Hildegarda ha sido reconocido por la Iglesia católica desde hace mucho tiempo. Su vida y obras fueron incluidas en la Patrologia Latina, una importante colección de escritos teológicos. Además, el papa Benedicto XVI la mencionó en sus discursos y la reconoció como Doctora de la Iglesia.
Algunas interpretaciones modernas de sus escritos, como las de Barbara Newmann y Sabina Flanagan, destacan el aspecto femenino de su teología.
La visión de Dios
La idea de Dios de Hildegarda es similar a las concepciones teológicas medievales católicas, pero con detalles únicos de sus visiones. En el libro Scivias, la Trinidad aparece como una luz. Dentro de ella, se distinguen una "luz muy serena" (el Padre), una figura humana de color zafiro (el Hijo) y un "fuego muy suave y brillante" (el Espíritu Santo). Estas imágenes son diferentes, pero comparten la misma naturaleza única: "una única luz en una única fuerza", "inseparable en su Divina Majestad" e "inviolable sin cambio".
Dios también se presenta como la fuente de toda fuerza, vida y fertilidad. En el Liber vite meritorum, Dios es representado como un hombre, porque en Él reside la fuerza que da vida a todo. Esto no solo ocurre en la creación, sino también en el poder que sostiene el mundo, dando fertilidad a la naturaleza y al espíritu.
El ser humano y el mundo
Como en la teología medieval, Hildegarda considera al ser humano el centro del mundo creado por Dios. Según el Liber divinorum operum, el ser humano, hecho a imagen de Dios, se parece al cosmos. Esta semejanza se ve incluso en el cuerpo, que tiene partes que recuerdan al aire, el agua, el invierno, las nubes, el calor, etc. El ser humano y el cosmos interactúan y están ordenados según el plan divino. Por eso, el cosmos puede ser una lección para enseñar al ser humano a amar a su creador y a vivir con moral. Tanto el ser humano como el cosmos están destinados a regresar a Dios. Sin embargo, el ser humano, con su libre albedrío, puede elegir rebelarse.
La moral del ser humano está dañada desde la caída de Adán y Eva por el pecado. A pesar de esto, Dios elige esa misma debilidad para ofrecer la salvación a través de su hijo Jesucristo. Él se hizo humano para rescatar a la humanidad. El ser humano, a su vez, debe buscar a Dios con sus pensamientos y acciones, eligiendo las virtudes en lugar de los defectos.
Cristo y la Iglesia
El Verbo de Dios, que se hizo carne en Jesucristo, tiene una doble naturaleza: divina y humana. De la misma manera, la Iglesia, los sacramentos y las virtudes tienen realidades espirituales y terrenales.
Hildegarda comparte la visión de la Iglesia como una nueva Eva, nacida del costado de Cristo. La Iglesia es la guardiana de la salvación en el mundo y está prefigurada en la Virgen María. En las visiones del Scivias, la Iglesia se representa como una "mujer inmensa como una ciudad", coronada y vestida con resplandor. De su vientre perforado entran muchos hombres de piel oscura que son purificados al salir por su boca.
Una imagen común en la teología cristiana que Hildegarda también usa es la de la Iglesia como "esposa". La Iglesia se une a Cristo en matrimonio a través de su pasión. "Inundada por la sangre que brotaba de su costado, fue unida a él en felices esponsales por la voluntad superior del Padre". Así, la Iglesia se convierte en mediadora de los sacramentos, que hacen presente la vida de Cristo en el tiempo.
Hildegarda de Bingen en la cultura actual
La figura y obra de Hildegarda han tenido una influencia duradera, llegando hasta nuestros días. El mundo de la cultura le ha rendido varios homenajes.
La iglesia parroquial de Eibingen, donde están sus reliquias, fue reconstruida en 1932. El altar principal tiene un mosaico que reproduce la visión de Hildegarda sobre la Trinidad, diseñada por el artista Ludwig Baur. Él también diseñó los vitrales de la iglesia, que representan otras visiones de la abadesa.
La abadía de santa Hildegarda en Rüdesheim am Rhein es una abadía benedictina reconstruida entre 1900 y 1908. La reconstrucción fue ordenada por el príncipe Carlos Enrique de Löwenstein-Wertheim-Rosenberg en estilo neorrománico. La nave principal de la iglesia tiene frescos que representan las visiones de la abadesa y escenas de su vida. Esta abadía es parte del Valle Superior del Medio Rin, declarado patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco en 2002.
En Bingen am Rhein hay un museo dedicado a la vida y obra de Hildegarda. Se exponen documentos de su época y restos de las construcciones que ella dirigió. También se muestra una primera edición de su obra Physica de 1533. El museo cuenta con un jardín con las plantas que ella describió.
Hildegarda de Bingen forma parte de la instalación de la artista feminista Judy Chicago, The Dinner Party. Esta obra representa a 1038 mujeres importantes de la historia. El lugar de Hildegarda en la mesa se basa en la estructura de una catedral gótica. Su plato está pintado como un rosetón, el vitral central de una catedral, considerado el centro espiritual de la iglesia.
En el cine, la película A Beautiful Mind (2001) usó una de las canciones de Hildegarda, Columba aspexit, en su banda sonora. En 2009, la directora alemana Margarethe von Trotta filmó Visión: La historia de Hildegard von Bingen, basada en su vida. La actriz alemana Barbara Sukowa la interpretó. En la película italiana Barbarossa (2009), Hildegarda de Bingen aparece, interpretada por la actriz española Ángela Molina.
En televisión, la BBC de Londres produjo el documental Hildegard of Bingen en 1994. La televisión alemana también hizo un documental y le dedicó un capítulo de la serie Die Deutschen (Los alemanes).
Hay muchos discos con su música. Desde 1979, se han producido unos 35 álbumes con interpretaciones de sus canciones religiosas.
El 14 de abril de 1998, el gobierno alemán emitió una moneda conmemorativa por el 900 aniversario de su nacimiento. La moneda de 10 marcos de plata mostraba la imagen de la santa escribiendo mensajes divinos.
En la astronomía, el asteroide (898) Hildegard, descubierto en 1918, lleva su nombre en su honor. También, el cráter lunar Hildegard fue nombrado en su memoria en febrero de 2016.
La escritora cubana Daína Chaviano dedicó su novela El hombre, la hembra y el hambre (1998) a esta monja. La figura de Hildegarda es fundamental en la trama.
Galería de imágenes
De sus obras
Frescos en la abadía de santa Hildegarda en Rüdesheim am Rhein
Véase también
En inglés: Hildegard of Bingen Facts for Kids
- Misticismo
- Ascetismo
- Espiritualidad
- Matilde de Magdeburgo
- Meister Eckhart