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Gregorio Fernández para niños

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Datos para niños
Gregorio Fernández
Retrato de Gregorio Fernandez.jpg
Retrato de Gregorio Fernández (Diego Valentín Díaz, ca. 1630), Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Información personal
Nacimiento Abril de 1576
Sarria, provincia de Lugo
Fallecimiento 22 de enero de 1636
Valladolid
Nacionalidad Española
Información profesional
Área Escultura
Alumnos Francisco Fermín
Movimiento Barroco
Obras notables

Gregorio Fernández (nacido en Sarria, Lugo, en abril de 1576 y fallecido en Valladolid el 22 de enero de 1636) fue un importante escultor español del estilo Barroco. Es considerado el artista más destacado de la escuela castellana de escultura.

Gregorio Fernández combinó la fuerza expresiva de artistas como Alonso Berruguete y Juan de Juni con la elegancia clásica de Pompeyo Leoni y Juan de Arfe. Su arte evolucionó, dejando atrás el estilo Manierismo de su época para convertirse en un ejemplo clave del Barroco español.

La mayor colección de sus obras se encuentra en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid. Fernández trabajó mucho para las hermandades de Valladolid. El museo, de forma especial, presta algunas de sus importantes esculturas a estas hermandades durante la Semana Santa.

¿Quién fue Gregorio Fernández?

Los primeros años y su formación

Gregorio Fernández probablemente fue hijo de otro escultor con el mismo nombre, que vivió en Sarria entre 1573 y 1583. Su madre se casó dos veces. Gregorio nació de su primer matrimonio, y de su segundo matrimonio nació su hermanastro Juan Álvarez, quien más tarde sería un ayudante muy importante en su taller.

Alrededor de 1600 o 1601, cuando tenía unos 24 años y ya sabía mucho del oficio, se mudó a Valladolid. Allí entró en el taller de Francisco del Rincón, quien era el escultor más famoso de la capital castellana en ese momento. El taller de Rincón estaba en la Puentecilla de Zurradores, hoy conocida como calle Panaderos.

Gregorio Fernández llegó a ser un oficial o socio en el taller. En 1605, abrió su propio taller. Cuando su maestro, Francisco del Rincón, falleció en 1608, Fernández se encargó de enseñar el oficio a su hijo mayor, Manuel de Rincón.

Su vida personal y creencias

En 1605, Gregorio Fernández se casó con María Pérez Palencia, originaria de Madrid. Ese mismo año nació su primer hijo, Gregorio, quien lamentablemente falleció a los cinco años. En junio de 1606, la familia vivía en la calle de Sacramento (hoy Paulina Harriet) en Valladolid. Bautizó a sus hijos en la Parroquia de San Ildefonso. En 1607, nació su hija Damiana, quien se casaría con cuatro hombres diferentes a lo largo de su vida, dos de ellos escultores que trabajaron en el taller de Gregorio Fernández. En 1615, compró las casas donde había vivido Juan de Juni, a quien admiraba mucho.

Archivo:Gregorio Fernández, Bautismo de Cristo, 1624-28
Bautismo de Cristo (c. 1630). Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Gregorio Fernández era conocido por su gran generosidad. Ayudó a muchas personas necesitadas y con hambre en su propia casa. Era muy famoso y respetado como escultor, y también era muy admirado por su bondad, casi como un santo. Antes de empezar a trabajar, rezaba mucho, ayunaba y hacía penitencia. Para él, esculpir una imagen religiosa era un acto de fe muy profundo.

Desde 1624, tuvo problemas de salud graves y frecuentes. Falleció el 22 de enero de 1636. Fue enterrado en el Convento del Carmen Calzado, que estaba frente a su casa y para el que había trabajado. Este convento se encontraba donde hoy está el antiguo Hospital Militar. Se dice que cuando abrieron su tumba en 1721, su cuerpo estaba intacto.

El arte de Gregorio Fernández

Características de su estilo

Gregorio Fernández, de origen gallego, se estableció en Valladolid, que en ese tiempo era la capital de España, entre 1601 y 1606. Tuvo un taller muy grande con muchos aprendices y colaboradores, como Agustín Castaño, Mateo de Prado, Pedro Jiménez, Pedro Zaldívar, Luis Fernández de la Vega, Francisco Fermín, su hermanastro Juan Álvarez y sus yernos Miguel de Elizalde y Juan Francisco de Iribarne. Era muy conocido y valorado en todo el norte de España, e incluso en lugares más lejanos como Extremadura, Galicia, Asturias y el País Vasco.

Fernández se enfocaba en transmitir sentimientos profundos y espiritualidad en sus obras, más que en la belleza superficial. Buscaba mostrar el dolor y el sufrimiento de sus personajes de una manera muy realista. Utilizaba colores y composiciones muy naturales, con gran detalle en la anatomía. El tormento de sus figuras se veía en cada detalle, con mucha sangre y lágrimas que parecían muy reales.

Su realismo era fuerte, pero no exagerado. Se notaba en la expresión profunda de los rostros, en cómo resaltaba las partes más importantes y en los elementos que añadía para que las esculturas parecieran más auténticas. A veces usaba ojos de cristal, uñas y dientes de marfil, y simulaba gotas de sangre, sudor o lágrimas con corcho o resina. A pesar de esto, era muy cuidadoso con la anatomía, la sencillez de sus composiciones y la moderación de los gestos. Una característica muy suya era la forma en que trataba los pliegues de la ropa, haciéndolos rígidos, puntiagudos y como de cartón, lo que se conoce como "plegado metálico".

Fue el creador de modelos muy importantes para la escultura barroca española, como los Cristos yacentes (Cristos acostados), las piedades (la Virgen con Cristo muerto en su regazo) y los crucificados.

Archivo:Cristo de la Luz Valladolid
Santísimo Cristo de la Luz. Valladolid (1630)
Archivo:Gregorio Fernández, Camino del Calvario
Camino del Calvario de la Cofradía de la Pasión, hoy en el Museo Nacional de Escultura.

También fue muy importante su trabajo en los retablos (estructuras decoradas detrás del altar). Creó conjuntos escultóricos excelentes que se alejaban del estilo anterior y se acercaban al Barroco completo. Es uno de los mejores representantes de la destacada escuela castellana de escultura. También fue un gran ejemplo del espíritu de la Contrarreforma que era muy fuerte en España en esa época.

Escultura para procesiones

Gregorio Fernández trabajó muy de cerca con las hermandades de Valladolid desde que se estableció allí hasta su muerte. Continuó el trabajo de Francisco del Rincón, a quien muchos consideran su maestro.

  • Crucificados: Cristo de la Luz (hacia 1630), Cristo del Consuelo (1610).
  • Vírgenes: La Sexta Angustia (1619), Nuestra Señora de la Vera Cruz (1623), La Quinta Angustia (1625).
  • Cristo atado a la Columna (1619).
  • Ecce-Homo: Ecce-Homo (1620), Ecce-Homo (1613).
Archivo:Gregorio Fernández, Sed Tengo, 1612-16
Sed tengo forma parte de la representación de las Siete Palabras.
  • Conjuntos escultóricos: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (1610), Sed tengo (1612-1616), Camino del Calvario (1614), Madre, ahí tienes a tu hijo (1615), San Juan y Santa María Magdalena al pie de la cruz (1619), El Descendimiento (1623), El entierro (1645, obra de su taller).

Los Cristos yacentes

Archivo:Gregorio Fernández, Cristo yacente, 1627
Cristo yacente (1627), Museo Nacional de Escultura, Valladolid.

Fernández tomó el tema del Cristo yacente (Cristo acostado después de la crucifixión), que ya existía en la escultura medieval y renacentista, y le dio un nuevo enfoque. Hizo estas figuras más realistas y conmovedoras, lo que las hizo muy populares y famosas. Se convirtió en uno de sus temas preferidos y un modelo para el arte barroco en España. Entre las muchas versiones que hizo, y que fueron copiadas por sus alumnos y seguidores, destacan:

  • El de la iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid, de alrededor de 1634. Es una escultura de bulto redondo (se puede ver por todos lados) con mucho detalle y que transmite gran emoción. Está tallada completamente. Desde un ángulo específico, se puede ver el paladar a través de la boca entreabierta. Se encuentra sobre un diván en una de las capillas de la iglesia, y a sus pies están la corona de espinas y los tres clavos sobre cojines. En Semana Santa, esta imagen sale en procesión.
  • El que se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, de 1627. Fue un encargo para la Casa Profesa de la Compañía de Jesús en Madrid. Destaca por sus colores claros, pintados por Jerónimo de Calabria, y por el gran detalle de la sábana y el almohadón que lo sostienen, también tallados en madera y pintados. El almohadón imita a la perfección los bordados.
  • El que el Duque de Lerma encargó para la iglesia de San Pablo de Valladolid, de 1615. Se encuentra dentro de una urna dorada sobre un pedestal. La figura de Cristo es grande, esbelta y noble. La cabeza descansa sobre dos almohadones tallados y pintados en dorado.
  • El que el rey Felipe IV regaló a las monjas del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana de Valladolid. Es una obra de su última etapa, entre 1631 y 1636. La figura es sencilla y transmite una profunda emoción. Se puede visitar en el museo del monasterio y sale en procesión en Semana Santa.

Valladolid tiene otros tres Cristos yacentes que se cree que son de Fernández: uno en el convento de Santa Catalina, otro en el convento de Santa Isabel de Hungría (ambos solo se muestran al público el Jueves Santo), y otro más pequeño de 1627 en la iglesia de San Pablo.

Cristo Yacente de Gregorio Fernández, Museo de Arte Sacro de Monforte de Lemos

Otros Cristos yacentes, que son variaciones de estos modelos, se encuentran en la Catedral de Segovia, en conventos de Lerma y Medina de Pomar (Burgos), en El Pardo (Madrid), en Monforte de Lemos (Lugo) y en la Catedral de Astorga (León). La gran cantidad de estas obras en diferentes lugares muestra lo famosa que se volvió esta forma de representar a Cristo. La demanda era tan alta que algunas de estas esculturas fueron terminadas por su taller o copiadas más tarde por sus seguidores.

La Piedad

Archivo:Gregorio Fernández, La Sexta Angustia, 1616-17
Detalle de la Piedad de La Sexta Angustia, Museo Nacional de Escultura, Valladolid.
Archivo:Piedad VA
La Piedad o Quinta angustia, iglesia de San Martín, Valladolid, en procesión.
Archivo:IMG-piedadgregoriofernandez-WA0010
Piedad (1610-1612), Iglesia del Carmen, Burgos.

Otro tema que Gregorio Fernández trabajó con mucho éxito fue la Piedad, que representa a Cristo bajado de la cruz en el regazo de su madre. Basándose en esculturas anteriores, Fernández hizo estas obras más humanas y monumentales. Se enfocó en los gestos de María, los ricos pliegues de sus mantos y la anatomía correcta de Cristo. Entre sus diferentes versiones, destacan:

  • Piedad (1610-1612), Iglesia del Carmen (Burgos). Es la primera "piedad" conocida de Gregorio Fernández. Es un relieve muy alto y grande hecho en madera pintada. Aunque no es el estilo barroco típico del autor, ya se ven rasgos suyos, como la figura de Cristo recostada sobre la Virgen y la forma de su cabello y barba.
  • La Sexta Angustia (1616), Museo Nacional de Escultura (Valladolid). Jesús descansa sobre la Virgen, recién bajado de la cruz, con su cuerpo en diagonal. Su madre pide ayuda alzando la mano y la mirada al cielo. A sus lados, San Juan y María Magdalena observan la escena: ella llora y mira a Cristo, llevando un cáliz y un pañuelo; él mira al cielo y lleva la corona de espinas. Dos ladrones crucificados flanquean la escena principal. Al colocar a Jesús de forma perpendicular a su madre, Fernández rompió la composición triangular típica del Renacimiento. Esta obra fue encargada por la Cofradía de las Angustias y luego fue cedida al museo.
  • La Quinta angustia (1625), iglesia de San Martín de Valladolid. Es más sencilla que la versión anterior, enfocándose solo en las figuras. La Virgen gesticula alzando ambos brazos, mientras el cuerpo de Jesús se apoya de forma inestable en la rodilla de su madre. Destaca el cuidado de la ropa de la Virgen y la delicadeza de sus rasgos. Es la imagen principal de la Cofradía de la Piedad.
  • La Piedad. Iglesia de Santa María, La Bañeza, León. Fue encargada para un convento y luego trasladada a la Iglesia de Santa María en 1836. El escultor usó el modelo de Cristo de su primera "piedad" y el de la Virgen de la "Sexta Angustia", pero aquí la mano derecha de la Virgen se lleva al pecho en señal de dolor.

Otras obras destacadas

Archivo:Gregorio Fernandez Inmaculada La Redonda Logrono Spain
Inmaculada Concepción, Santa María de la Redonda, Logroño.

Otras obras importantes de Gregorio Fernández incluyen:

Retablos creados por Fernández

La contribución de Gregorio Fernández al desarrollo de los retablos barrocos en España fue muy importante. Para hacer estas obras grandes y complejas, contó con la ayuda de otros artistas, como Juan y Cristóbal Velázquez, y muchos pintores y doradores talentosos que trabajaban con él.

Sus retablos tienen una organización clara, pero las figuras y relieves son los protagonistas, más que el diseño arquitectónico. Las figuras sobresalen del marco por sus gestos, su tamaño o porque a veces rompen el propio marco. Los colores ricos y los dorados aumentan la sensación de realidad que transmiten las esculturas de Fernández. Algunos de sus retablos más destacados son:

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