Sed Tengo (Gregorio Fernández) para niños
Datos para niños Sed Tengo |
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Autor | Gregorio Fernández y su taller | |
Creación | 1612-1616 | |
Ubicación | Museo Nacional de Escultura, Valladolid (Castilla y León, España) | |
Estilo | barroco | |
Material | madera policromada | |
Sed Tengo es una importante obra de arte creada por el escultor Gregorio Fernández y su equipo entre los años 1612 y 1616. Este grupo de esculturas se exhibe en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid, España. Cada Viernes Santo, la Cofradía de las Siete Palabras lo lleva en procesión, mostrando su valor artístico y religioso.
Historia de la escultura "Sed Tengo"
¿Cómo se originó el grupo escultórico?
La historia de "Sed Tengo" comenzó el 17 de abril de 1612. En una reunión de la Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno, los maestros pasamaneros (personas que hacían adornos para ropa) donaron un grupo de esculturas. Este grupo incluía una imagen de Cristo crucificado y dos figuras de soldados o verdugos.
Este conjunto desfiló por primera vez en la Semana Santa de 1612. Al principio, se cree que la obra estaba pensada para ser más grande. En Valladolid, otros grupos procesionales tenían muchas más figuras. Por ejemplo, "La Elevación de la Cruz" de Francisco del Rincón tenía varias figuras.
Es probable que Gregorio Fernández entregara las primeras tres imágenes. La idea era completar el grupo cuando hubiera más donaciones. En 1616, se menciona que el conjunto fue modificado. Un documento de esa época indica que la cofradía había prestado dinero para "acabar" la obra. En 1662, el grupo ya era conocido como "Paso Grande", lo que sugiere que había crecido en tamaño.
¿Cómo se separaron y recuperaron las figuras?
El grupo escultórico se guardaba en el Convento de San Agustín, que era la sede original de la cofradía. Poco después de su creación, los frailes pidieron que la figura de Cristo se separara del grupo. Querían colocarla en una capilla de la iglesia del convento.
En 1651, los miembros de la cofradía decidieron separarse de los frailes agustinos. Temían que la figura de Cristo perdiera su propósito procesional. Obligaron a los frailes a guardar todas las imágenes de la cofradía. Esto sería hasta que se construyera su nueva sede, la Iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Cuando la nueva iglesia se terminó en 1676, la cofradía recuperó sus esculturas. El traslado se hizo en secreto el 20 de abril, después de la procesión del Viernes Santo. Esto causó un gran problema legal, ya que los frailes reclamaron ser los dueños de las obras.
La disputa llegó hasta el nuncio papal, quien en 1678 decidió a favor de los agustinos. Ordenó que las obras regresaran al convento. La cofradía apeló, y en 1682 llegaron a un acuerdo amistoso. La cofradía seguiría siendo la dueña de las esculturas. Sin embargo, una sentencia final en 1684 obligó a la cofradía a devolver las imágenes al convento.
Como la figura original de Cristo fue devuelta, la cofradía encargó una nueva. El 10 de febrero de 1684, el escultor Juan Antonio de la Peña creó una nueva imagen de Cristo. Esta escultura se llama hoy Santísimo Cristo de la Agonía y se venera en la Iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Además del Cristo original, dos de las cinco figuras de soldados o verdugos también fueron devueltas a los agustinos. Estas eran el Sayón del rótulo y el Sayón de la esponja. Después de mucho tiempo, en 1717, la cofradía logró recuperar estas dos figuras. Las compraron a un boticario llamado Andrés Urbán, a quien los agustinos se las habían dado para saldar una deuda.
Estas dos figuras tienen un estilo diferente a las otras tres. Son más alargadas y tienen rasgos más marcados. Se cree que estas fueron las figuras originales entregadas con el crucificado en 1612. Las otras tres figuras de soldados o verdugos se quedaron con la cofradía. En 1699, estas figuras fueron restauradas. Se cree que la cofradía las conservó porque había prestado dinero para terminar el grupo escultórico.
En 1842, ocho figuras de soldados o verdugos fueron llevadas al Museo Nacional de Escultura. Se cree que eran las cinco figuras de "Sed Tengo" y las tres del grupo "Santísimo Cristo Despojado". Hoy en día, el grupo "Sed Tengo" se conserva completo en el museo. El museo logró reunir todas las imágenes originales que se habían separado en 1684.
El grupo fue restaurado varias veces debido a su tamaño, que causaba problemas al montarlo. En 1723, Ignacio de Prado modificó la estructura que sostenía las imágenes. Entre 1726 y 1733, Manuel de Ávila restauró el Sayón de la lanza. En 1795, Ramón Olivares reparó la pintura de todas las figuras. Es posible que fuera uno de los primeros grupos en desfilar sobre ruedas.
Probablemente dejó de salir en procesión a finales del siglo XVIII. Sin embargo, volvió a desfilar en la década de 1920. En 1944, pasó a procesionar con la Cofradía de las Siete Palabras, que es la que lo procesiona actualmente.
Descripción de las esculturas
El grupo "Sed Tengo" representa el momento justo después de que Jesús es levantado en la cruz. Jesús está vivo, y lo acompañan cinco figuras de soldados o verdugos que realizan diferentes acciones descritas en los evangelios. Todas las figuras tienen ojos de cristal para darles un aspecto más real.
La composición del grupo es como una pirámide si se ve de frente. Si se mira de lado, forma un triángulo rectángulo. Esta es una característica común del arte barroco. La vista del espectador se dirige hacia la figura de Cristo. Esto se logra gracias a la caña y la lanza que sostienen dos de las figuras de verdugos. Estas figuras representan a personas de la sociedad de la época.
Todas las figuras están colocadas de manera equilibrada. Esto evita que el conjunto se vea rígido y distribuye bien el peso. Como la cofradía se dedicaba a Jesús Nazareno, solo aparecen sus ejecutores. Esto es diferente de muchas obras de arte donde también aparecen María y San Juan al pie de la cruz.
Las figuras son más grandes que el tamaño natural. Gregorio Fernández fue muy innovador al colocar una figura por encima de la cruz. Él representó tres momentos de la crucifixión al mismo tiempo: la colocación del letrero en la cruz, la aproximación de una esponja con vinagre a Jesús, y el reparto de sus vestiduras.
La ropa de las figuras de los verdugos es interesante. No visten como soldados romanos, sino como soldados del ejército de Flandes de la época. Esto se hizo para que el sufrimiento de Cristo pareciera más cercano en el tiempo. También se muestran algunos comportamientos negativos de la época.
La figura de Cristo crucificado
La figura de Cristo mide 190 cm de alto (con la cruz, 216 × 171 × 50 cm). Se cree que fue creada entre 1610 y 1612. Su anatomía es suave, y tiene rizos delicados en el cabello y la barba. El paño que lo cubre tiene pliegues suaves.
La figura tiene un alto nivel de realismo y muestra mucho sufrimiento. Se ven rastros de sangre en las rodillas, los brazos y el rostro. La piel es de color mate, con moretones y heridas que parecen reales. La zona inferior del cuerpo está cubierta por un paño de pureza de color verde.
El rostro de Cristo es muy expresivo y transmite dolor. Su cabello cae suavemente sobre el hombro derecho. Lleva una corona de espinas natural. La piel es blanquecina. La figura representa a Cristo aún vivo, ya que la escena es la quinta palabra que dijo en la cruz. No tiene la herida de la lanza en el costado y los dedos de sus manos están abiertos y tensos, mostrando su padecimiento.
El paño que lo cubre tiene pliegues finos y un delicado nudo a la derecha. Parece que el viento lo mueve. Para aumentar el realismo, la figura tiene marcas de cuerdas en los tobillos y las muñecas. La cabeza está girada hacia la derecha, y sus ojos miran hacia la esponja que le acerca uno de los verdugos.
El Sayón del rótulo
Esta figura mide 180 × 88 × 100 cm. Se encuentra detrás de la cruz, en lo alto de una escalera, por eso también se le conoce como "Sayón de la escalera". Tiene mucho movimiento y una pose atrevida. Su mano derecha parece sostener un martillo, listo para fijar el letrero con el monograma INRI (Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos).
La figura tiene rasgos un poco exagerados, con una nariz aguileña y la boca abierta, como si estuviera cansado. Se nota la tensión en su brazo derecho y en los músculos de su cara. Viste ropa del siglo XVII: un gorro rojo con borde blanco, un chaleco del mismo color, pantalones verdes con aberturas que dejan ver tela ocre, y botas altas de color marrón.
Cuando fue reincorporado al grupo, se le colocó en una escalera baja. Sin embargo, se cree que su lugar correcto es en la parte superior de la cruz, justo encima de Cristo.
El Sayón de la esponja
Esta figura, considerada una de las mejores de Fernández, está a la derecha de Cristo. Acerca a Jesús una esponja empapada en vinagre y hiel, en la punta de una caña. Este detalle identifica la escena con la quinta palabra de Cristo en la cruz.
Mide 234 × 72 × 96 cm contando la caña. Su rostro es de buena calidad, con un modelado suave y rasgos exagerados. Tiene nariz aguileña, ceño fruncido, perilla y bigote con las puntas hacia arriba. Mira hacia el rostro de Jesús. Viste un gorro rojo con borlas, camisa blanca, un coleto (una especie de chaleco) de color vino, mangas del mismo tono con aberturas, y pantalones verdosos que llegan por debajo de la rodilla.
El Sayón de la lanza
También conocido como "Sayón del caldero", esta figura tiene la pierna izquierda hacia adelante. Sostiene una lanza en la mano derecha, levantándola hacia Cristo. Con la mano izquierda, sujeta un caldero lleno de vinagre, el mismo que se usa para la esponja.
Mide 220 × 62 × 108 cm. Su rostro no tiene rasgos exagerados, pero sí un bigote abundante, una perilla larga y un mechón de pelo sobre la frente. Viste una coraza marrón con hombreras, mangas verde oscuro con aberturas que dejan ver tela roja, pantalones también rojos con aberturas, botas altas negras y medias anaranjadas.
El Sayón descalabrado
Esta figura mide 137 × 58 × 150 cm. Recibe su nombre por una cicatriz en la parte de atrás de su cabeza, donde tiene una pequeña calva. Su rodilla derecha está en el suelo, y sus brazos están colocados de forma similar a los del "Sayón de la lanza". Con la mano izquierda sostiene un cubilete, y con el dedo índice de la mano derecha indica el resultado de haber tirado los dados para repartir la ropa de Jesús (que es de tela real, no tallada en madera).
Tiene un bigote llamativo. Viste pantalones turquesa con aberturas hasta las rodillas, camisa blanca, un chaleco naranja de manga larga con un cinturón, hombreras grandes y botas que le cubren hasta la pantorrilla.
El Sayón de los dados
Esta figura, que contrasta con la apariencia más cuidada del "Sayón descalabrado", se encuentra en primer plano de la escena, a la derecha de Cristo. Está de pie, con el brazo derecho extendido y la mano señalando los dados. Su composición es muy elegante. Parece estar a medio vestir, después de haber ayudado a sujetar a Cristo en la cruz.
Tiene el ceño fruncido y un rostro suave y expresivo, con una cicatriz en la mejilla derecha. La figura está en perfecto equilibrio a pesar de su pose inestable, y muestra una gran calidad artística. Su piel es mate y mide 188 × 110 × 107 cm. Lleva un gorro verde similar a una birretina con aberturas que dejan ver tela granate. Su chaleco, también granate, está a medio poner, dejando parte del torso y la espalda descubiertos. Viste pantalones verde oscuro hasta los tobillos con aberturas y sandalias oscuras.
Esta figura, junto con el "Sayón de la esponja", es la más expresiva del grupo. Es probable que esté inspirada en un grabado sobre el episodio del Camino del Calvario realizado por Johan Sadeler.