Piedad (La Bañeza) para niños
Datos para niños Piedad |
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Autor | Gregorio Fernández | |
Creación | 1628 | |
Ubicación | Iglesia de Santa María de La Bañeza, León (Castilla y León, España) | |
Estilo | barroco | |
Material | madera policromada | |
Dimensiones | 152 × 145 cm | |
La Piedad es una importante escultura creada por el famoso artista Gregorio Fernández en el año 1628. Esta obra de arte se encuentra en la Iglesia de Santa María de La Bañeza, una localidad en León (Castilla y León, España).
Contenido
Historia de la Escultura
¿De dónde viene la Piedad?
Hoy en día, la escultura de la Piedad se guarda en la Capilla de la Piedad, dentro de la Iglesia de Santa María. Se sabe que esta obra de arte proviene de un antiguo convento llamado del Carmen Calzado, que ya no existe, pero que estaba en el mismo pueblo.
Un documento muy antiguo, un testamento de Juan de Mansilla del año 1629, nos cuenta que él quería que esta escultura fuera la pieza central de un retablo en su capilla familiar, que había fundado en 1612 en ese convento. Juan de Mansilla dejó muchos de sus bienes al convento. El retablo debía tener la imagen de la Piedad "dorada" y cerca de ella, estatuas de alabastro de él y su esposa, Beatriz Gómez de Mansilla, arrodillados y mirando hacia la Piedad.
Once meses después de que Juan de Mansilla falleciera en 1630, el retablo ya estaba terminado. Un fraile del convento contrató a un pintor llamado Antonio Enríquez para que dorara la obra.
¿Cómo llegó a la iglesia actual?
Antes del año 1808, los frailes tuvieron que dejar el convento porque fue ocupado por tropas. Todas las imágenes del convento, incluyendo la Piedad, fueron llevadas a la Iglesia de Santa María. Años después, en 1816, los religiosos regresaron al convento y las imágenes volvieron en una procesión.
Sin embargo, en 1836, debido a un proceso histórico llamado desamortización, el convento fue abandonado. Muchas de sus pertenencias, como la Piedad, fueron trasladadas de forma definitiva a la Iglesia de Santa María, donde se encuentra hoy.
¿Quién la hizo? La atribución a Gregorio Fernández
Desde principios del siglo XX, varios expertos en arte pensaron que la Piedad había sido hecha por Gregorio Fernández. Uno de ellos, Manuel Gómez-Moreno, lo mencionó en 1925, aunque no pudo verla bien porque estaba en un lugar oscuro y alto.
En 1986, Fernando Llamazares Rodríguez confirmó de manera definitiva que la escultura fue obra de Gregorio Fernández. Encontró un documento antiguo, de 1628, donde los frailes del convento se comprometían a pagar al escultor. En este documento se menciona claramente que el procurador del convento, Francisco de San Dionisio, encargó a Gregorio Fernández, un escultor de Valladolid, "una imagen de Nuestra Señora de la Piedad con un hijo muerto en los brazos" por un precio de 2600 reales. También se especificaba que las figuras debían tener dientes de marfil o hueso y uñas naturales.
Aunque el convento se comprometió a pagar, es muy probable que Juan de Mansilla fuera quien realmente cubrió el costo de la escultura, ya que él pagó todos los gastos de su capilla.
Descripción de la Escultura
La escultura de la Piedad mide 152 centímetros de alto y 145 centímetros de ancho. La parte de atrás está hueca, lo que indica que no fue hecha para ser llevada en procesión, sino para estar en un lugar fijo, como un retablo. Sin embargo, más tarde se tapó la parte hueca para poder sacarla en procesión.
La imagen de la Virgen tiene ojos de cristal. Su mano derecha está extendida, mientras que la izquierda se apoya en el pecho. La Virgen lleva una toca blanca, una túnica roja y un manto azul. Los pliegues de su ropa son rígidos y tienen un efecto metálico. La toca alrededor de su cabeza tiene pliegues muy elaborados, lo que sugiere que quizás un ayudante de Fernández terminó esa parte, ya que el rostro de la Virgen es considerado "muy torpe" por algunos expertos.
La figura de Jesús descansa sobre la pierna derecha de la Virgen. Tiene una barba con varios picos y una herida en la ceja izquierda, algo común en las obras de Fernández. Al igual que la Virgen, tiene ojos de cristal y dientes de marfil. Su cuerpo es robusto y muestra una herida fina y profunda en el costado, así como las marcas de los clavos. Aunque no tiene mucha sangre, su cuerpo sigue un estilo clásico. La cabeza de Cristo es muy importante, ya que sirvió de modelo para otras esculturas de Fernández.
En cuanto al significado, la postura de María es muy expresiva y busca ser natural, mostrando su gran dolor. La figura de Jesús, por su parte, es muy realista y tiene un gran valor simbólico: al no tocar el suelo, se reafirma que, al ser de origen divino, no se convirtió en polvo.
Una Réplica para Proteger el Original
La escultura original de la Piedad fue llevada en procesión durante 26 años. Para protegerla de posibles daños, el párroco Santiago Carrizo y la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno encargaron una copia al escultor Mariano Nieto Pérez.
Esta copia, que fue pagada con donaciones, es casi idéntica a la original en materiales, técnica y tamaño. La réplica tiene la parte de atrás completa, a diferencia de la original, que estaba hueca. Esto también ayuda a que la copia sea diferente del original, como lo exige la ley. La copia se hizo con madera de pino de Soria y se pintó con los mismos colores que la original, usando una técnica especial para que la pintura dure más.
La escultura original fue restaurada en 2006 y presentada junto a la réplica en 2007. La copia es propiedad de la cofradía y se usa en las procesiones de Semana Santa.
El Legado de la Piedad
Aunque es una de las obras menos conocidas de Gregorio Fernández, la Piedad de La Bañeza es muy valiosa. Es la última de las cinco esculturas de la Piedad que hizo el artista. Las otras se encuentran en Burgos, en el Museo Nacional de Escultura, en Carrión de los Condes y en Valladolid.
Véase también
- Piedad (Carrión de los Condes)